Oscuras relaciones (5)

Perdiendo el control Vidrios la tomo por los brazos y la levanto para acomodarla bajo de él, le abrió las piernas y se desabrocho los vaqueros, la erección amoratada latió dolorosamente al salir de su encierro, la humedad de ella y su olor le embriago los sentidos -Siiii, hazlo, métela, hazlo-

(Siento mucho la demora intentare apurar las continuaciones de los otros relatos)

Una garra poderosa de uñas afiladas se enterró en mi brazo hasta casi el hueso, John o lo que sea que fuere ese monstruo rugió una carcajada maléfica. Hasta aquí había llegado la vida de una pequeña mesera rubia que todo el mundo tomaba por tonta.

Hice algo que hacía mucho no practicaba, recé mentalmente un padre nuestro encomendándome a Dios, solo esperaba que el final fuera rápido y sin dolor.

-Cuando termine contigo zorra vas a desear no haber nacido-

La macabra voz retumbo por el lugar mientras me atraía a su deforme cuerpo de casi tres metros, el techo había desaparecido parcialmente en medio de su transformación dejando una abertura donde se podían distinguir las estrellas, es extraño como al filo de la muerte todo lo que te parecía común ahora te parece lo más bello del mundo, aquellos puntos titilantes a lo lejos se veían más brillantes y hermosos que nunca.

Una lengua rasposa y bífida me lamio la cara desde el cuello hasta la cien haciéndome estremecer

-John-

Le suplique entre sollozos intentando encontrar en medio de esa fealdad y maldad al que alguna vez fue mi amigo

-John no existe pequeña estúpida, yo soy Atrox-

Con un ultimo jalón de aquella bestia mi cuerpo se estrello contra su piel pegajosa y pestilente, retuve una arcada intentando retroceder

-No me hagas daño por favor yo no te eh hecho nada, por favor-

Una risotada que me erizo los bellos desprendió una baba asquerosa de sus fauces que fue a estrellarse en mi cabello.

-No entiendes nada, eres una estúpida semi humana-

¿Semi humana?, ¿es que acaso aparte de ser un demonio estaba loco?

-Es hora de irnos-

Me apretujo más contra su abdomen y una enorme erección se abulto en los trozos de tela que quedaban del pantalón.

-Siiiii, está deseosa por estar dentro de ti-

Con un quejido cerré los ojos resignándome a lo que me esperaba.

Un estruendo que arranco medio edificio me hiso cubrirme la cabeza con los brazos, Atrox me soltó y aproveche para escabullirme en medio del caos.

No me atreví a levantar la cabeza y ver de qué se trataba, un bramido de ira se extendió por todo el lugar sacudiendo los restos del edificio hasta los cimientos como un terremoto.

-Bestia inmunda-

Voltee a ver de dónde provenía esa voz, Gabriel con sus alas negras extendidas levitaba a unos centímetros del suelo, su bello rostro desfigurado en una mueca terrorífica que daba aun más miedo que el mismo Atrox

-Ella es mía caído así que vete-

Atrox movió los brazos con las garras dirigidas al cuerpo de Gabriel pero este las esquivo en el último momento.

-Sabes que no me puedes ganar Caído, has sido despojado de tus poderes-

El monstruo río de manera espeluznante mofándose

-El no puede pero yo si-

Una  figura alta y de piel olivácea apareció por lo que quedaba de la puerta del baño, Shadow sujetaba una especie de callado de madera, en la punta descansaba incrustada una piedra muy similar a un diamante gigantesco, pronuncio unas palabras en un idioma que no entendí y lo que parecía ser un diamante brillo con intensidad, el monstruo retrocedió negando con la cabeza, poco a poco el enorme cuerpo se iba reduciendo de tamaño, al verse indefenso Atrox dio un salto al agujero del techo pero Gabriel lo sostuvo por una de las patas jalándolo con fuerza contra el piso donde se hiso un ovillo tembloroso, Shadow continuaba la letanía con los ojos cerrados acercándose mas a la bestia que temblaba descontrolada bajo uno de los lavabos.

-Infernalis bestiales, adentro-

Grito el hechicero mostrando un anillo, la bestia dio un grito desgarrador como si las palabras le produjeran un dolor inaguantable de pronto en medio de una nube negra que succiono el anillo Atrox desapareció.

-¿Estas bien?-

Gabriel se había arrodillado a mi lado sin acercase mucho, sus ojos inquietos miraban en dirección a la herida de mi brazo.

-¿Qué fue eso?-

Pregunte con un hilo de voz sin percatarme de que la herida sangraba profusamente

-Luego, ahora tenemos que curar eso-

Nos corto Shadow mirando mi brazo y luego a Gabriel

-Vamos Tiffiani-

Gabriel me tomo en brazos levantándome del suelo, observe a mí alrededor como todo estaba destruido.

En ese preciso instante el medallón se calentó contra mi pecho y Vidrios se materializo, con ojos horrorizados observo el lugar.

-¿Qué ha pasado?-

Su mirada se poso rápidamente de los restos del bar a los brazos de Gabriel donde yo reposaba aferrándome a la herida que empezaba a doler.

-Tu demonio inútil se suponía que la cuidarías-

Gabriel avanzo un paso con todas las intenciones de masacrar al demonio pero Shadow se interpuso entre los dos con el callado en alto.

-Gabriel, el no pudo sentir a ese dominio, tenía una especie de hechizo que lo hacía indetectable-

Explico, El cuerpo de Gabriel vibraba por la cólera pero Vidrios no se quedaba atrás, a pesar de ser un poco más pequeño que Gabriel y no tan corpulento algo me decía que si luchaban hubieran estado muy parejos.

-Sera mejor llevarla de una vez a Neutral-

Advirtió Shadow mirando mi herida.

-Nos encontramos allá-

Se despidió el ángel pateando el suelo para darse impulso y alzar el vuelo, no sin antes dedicarle una última mirada de odio a Vidrios.

El aire frio me puso alerta y mas consiente de la herida que ahora ardía y dolía.

-Me duele Gabriel, me duele-

Me queje apretando los labios para ahogar un grito de dolor

-Ya llegamos aguanta-

El dolor se empezó a expandir por todo mi cuerpo, me retorcí en sus brazos pero él me sujeto con más fuerza.

-Has que pare por favor, has que pare-

Le suplique apretando los dientes. Gabriel se dejo caer en picada hasta el suelo y en el último momento freno la caída con sus poderosas piernas, Vidrios y Shadow ya estaban en la puerta esperándonos.

-Esta peor-

-Llévala a la oficina-

Aun sosteniéndome bajo a toda velocidad las escaleras y de una patada abrió la puerta de la habitación, el interior estaba tal y como lo recordaba, con cuidado me deposito en el sillón de cuero marrón.

Grite de dolor rodando por el sofá sosteniéndome la herida que ya no sangraba, ahora derramaba una especie de pus verdosa.

-Sáquenle la camiseta-

Ordeno el hechicero mientras tomaba frascos y hiervas de una estantería próxima, Vidrios y Gabriel se quedaron de pie observándome sin atreverse a desvestirme

-No es hora de ponernos pudorosos háganlo y luego sosténgala los dos-

Sin discutir Gabriel se aproximo a mi cuerpo e intento sacarme la camiseta pero la manera violenta en que me movía le hacía difícil la tarea.

-Apártate caído-

Vidrios lo hiso a un lado de un codazo, Una de sus uñas creció hasta unos 20 centímetros convirtiéndose en una garra, usándola como cuchilla corto con rapidez la tela, Gabriel retrocedió sin poder evitarlo al ver mi pecho desnudo, no llevaba sujetador, y los senos quedaron al descubierto.

-Concéntrate-

Le pidió Shadow empujándolo levemente hacia donde yo me encontraba, Vidrios no presto atención a la desnudes y me tomo por las muñecas con fuerza, Gabriel se recobro y fue por los tobillos.

-El veneno de la herida le dará mucha fuerza así que pase lo que pase no la suelten-

Ambos, Gabriel y Vidrios asintieron.

A duras penas podía darme cuenta de lo que sucedía a mí alrededor, pero sentía las fuertes manos del ángel y del demonio sosteniéndome.

-Preparados-

De pronto el dolor se volvió insoportable, algo que Shadow había puesto sobre la herida lo empeoraba, recordé las palabras de Atrox “desearas nunca haber nacido”.

Mi cuerpo se contorsiono doblándose casi por completo por la espalda, si no hubiera estado sujeta por ellos  la columna vertebral se habría partido en dos.

-¡!!MATENME!!!-

Grite con todas las fuerzas que me quedaban, era mejor estar muerta que sufrir tal dolor.

-¡SUJETENLA CON FUERZA!-

Shadow volvió a poner más de una extraña y olorosa pasta sobre la herida.

-NOOOOOOOO...

Suplique retorciéndome, las lagrimas brotaban de mis ojos nublándome la vista

-No sé qué sucede pero no se está curando-

Dijo el hechicero nervioso conjurando unas palabras extrañas

-¿Qué pasa Shadow por que no se cura?-

-No lo sé, es muy extraño, esto debería servir-

Shadow retrocedió unos pasos observando la escena confuso

-Es imposible-

Murmuro poniéndose pálido

-¿Qué mierda pasa cúrala?-

Grito Gabriel desesperándose

Shadow negó con fuerza y trago saliva con violencia, luego de unos segundos salió de su estupefacción y tomo un cuchillo de su cinturón, era largo y curvo al final, tomo un pequeño frasco del escritorio y se acercó con rapidez a Gabriel, con el cuchillo le hiso una pequeña herida que empezó a sangrar

-¿Qué mierda haces?-

Shadow no respondió solo se dedico a llenar el pequeño frasco con la sangre del ángel, una vez que estuvo por la mitad se acercó a mi rostro y con cuidado vertió la sangre en mis labios

-NOOOOOOOO…

Gritaron a la vez Gabriel y Vidrios al ver como la sangre caía directo a mi boca, el liquido salado se deslizó por mi garganta, al principio supo como sabia la sangre, salada y con un dejo a oxido pero luego un sabor dulce se extendió por mi lengua haciéndome saborear, el dolor empezó a amainar como por arte de magia, pero el alivio solo duro unos momentos, de pronto si había pensado que lo de antes era dolor ahora se multiplico por diez, el estomago se me revolvió y vomite sangre.

-Se está muriendo-

Dijo alguien pero no pude captar a quien le pertenecía la voz.

Shadow avanzó con determinación donde Vidrios e hiso lo mismo que había hecho con Gabriel le hiso una herida con el cuchillo y dejo que la sangre gotease en el frasco hasta casi llenarlo.

-Mi sangre la matara Shadow-

Vidrios intento alejarse mirando desconcertado al hombre que tenia al lado, Shadow lo tomo por el brazo para evitar que se alejara mas, termino de llenar el frasco y nuevamente dejo caer la sangre en mis labios.

Esta vez el efecto fue instantáneo, solo basto que una gota tocara mi garganta y todo el dolor desapareció, mi cuerpo se relajo y caí contra el sofá cansada y sudorosa, intente abrir los ojos pero el sueño me reclamo haciéndome dormir.


-¿Qué ah sido eso?-

Vidrios soltó despacio el cuerpo lánguido que descansaba contra el sillón, Gabriel lo imito posando los tobillos con delicadeza contra el frio cuero sin apartar la mirada de ella.

Con un suspiro Shadow se acercó al pequeño bar que tenía en una esquina de la oficina y saco una botella, sirvió tres vasos y los dejos sobre la mesa.

-Ella es parte demonio-

Gabriel se paralizo donde estaba mirando con intensidad en dirección al bar.

-Eso…eso es imposible-

El demonio miro el frágil cuerpo en reposo y luego a la figura alta y morena tras del bar.

-No es imposible los híbridos existen-

-Se que existen, pero esas son bestias sedientas de sangre…pero ella-

Dijo Vidrios señalando a Tiffani

El hombre observo a la muchacha tendida en su sillón, restos de pus verde se escurrían hasta el piso. Era cierto, los híbridos eran criaturas aun mas malvadas y viciosas que los mismos demonios, no era común su existencia sobre todo porque la sangre demoniaca terminaba consumiéndolos y solo duraban unos años, en su mayoría eran criaturas nacidas de una madre humana con un demonio de bajo poder, la criatura que nacía de aquella unión permanecía casi normal hasta su adolescencia donde empezaban los cambios y tras unos años terminaban muertos o asesinados por los “cazadores”.

-Hay algo más-

Dijo finalmente el hechicero tras unos segundos

-¿Qué?-

Fue Gabriel quien hablo luego de permanecer todo el tiempo en silencio

-Quien sea que allá sido su padre no es un demonio de bajo de poder, si hubiera sido así la sangre de el- señalo con el vaso a Vidrios-la habría matado al instante

-Eso sí que es imposible y lo sabes-

Vidrios camino hasta el bar y se tomo el vaso de whisky

-No hay otra explicación-

Gabriel aun permanecía cerca a los pies de Tiffani que ahora tenían unos moretones en los tobillos.

-Si fuera  en parte demonio lo habría sentido Shadow-

Aunque en lo más profundo de su ser Gabriel sabia que sus poderes se iban debilitando cada vez  más con el paso de los años, y quizás esa fuera la explicación del porque no había sentido el mal en ella, pero aun así, observándola indefensa en el mueble no podía creer que justamente “ella” tuviera la sangre de sus enemigos

-Definitivamente tienen sangre demoniaca por eso no la pude curar con hiervas como lo haría con cualquier humano y solo funciono la sangre de Vidrios, ahora, el por qué de que no sea un monstruo no lo sé-

Todos se quedaron en silencio pensativos sopesando el nuevo descubrimiento.

-¿Por qué no pude sentir la presencia del demonio que la ataco?-

Pregunto Vidrios cambiando de tema

-Un hechizo, uno muy fuerte por cierto-

-Entonces hay algo tras de ella-

Gabriel camino hasta el bar y se sentó en un extremo.

-Así parece, alguien debe saber lo que es ella, pero el por qué de su interés no lo sé-

Shadow se paso una mano por el corto cabello apesadumbrado, odiaba no tener las respuestas a todo, siempre se había jactado de ser uno de los hechiceros más fuertes del mundo, y hasta ahora había sido así, pero el pensar que había alguien más fuerte que él lo frustraba sobre todo por no saber la identidad de aquella persona.

-No es coincidencia que la hallas salvado en ese callejón Gabriel, nada de lo que está pasando es coincidencia, pero tienes que averiguar que sucede y solo hay una manera de saberlo-

Shadow observo unos segundos al ángel y el supo a quien tenía que recurrir, aun que no le hacía nada de gracia, hacía siglos que no hablaba con “EL”.

-No sé si me escuchara-

Gabriel nunca bebía pero en esta ocasión hiso una excepción, se bebió el trago de un sorbo y lo dejo sobre la superficie de madera pulida.

-También podemos recurrir a las videntes-

Vidrios tembló de pies a cabeza al pensar en esas dos a las que llamaban videntes, demonios asquerosos y viciosos pero increíblemente hermosos.

-Creo que será mejor ir primero donde ellas, pero si no obtenemos respuesta tendrás que recurrir a tu jefe-

Gabriel asintió mirando de reojo el cuerpo de Tiffani que descansaba plácidamente, por unos momentos cuando pensó que podía morir, su existencia misma se vio amenazada, si ella moría el ya no podría vivir, estaba ligado a ella indiscutiblemente, y a pesar que él se negara y más aun ahora sabiendo que era en parte demonio no podía evitar lo que pasaba en su interior y en su corazón, era SUYA, ¿cómo había pasado eso?, no lo sabía, pero así estaban las cosas, así que haría lo que estuviera en sus manos por mantenerla a salvo.

-Exigirán un pago-

Gabriel se revolvió nervioso en su asiento al escuchar las palabras de Vidrios, esas asquerosidades hijas del mismo demonio, Vivian en la tierra por capricho, pero resultaban de ayuda cuando deseabas saber algo, claro, que la información no era gratis, y casi siempre exigían como pago un esclavo, no permanente pero si por algunos días, y las cosas que les hacían no eran para nada placenteras.

Gabriel estaba a punto de decir algo cuando Vidrios lo cortó con una risotada

-Yo me encargare de pagarles-

Tomo la botella y se sirvió un nuevo vaso

-¿Harías eso demonio?-

Pregunto el hechicero enarcando una ceja

Vidrios Asintió y se bebió su trago para acto seguido servirse mas

-¿Por qué?-

Quiso saber Gabriel

-Me cae bien la humana-

Ni Gabriel ni Shadow se comieron la mentira, pero ya que el mismo se estaba ofreciendo no insistieron en sus verdaderas razones, aunque Gabriel se daba una idea de la verdadera motivación y no le gusto para nada.

-Sera mejor que Vidrios se quede contigo yo la cuidare de ahora en adelante-

-No...

Vidrios salto de su asiento y miro directamente a Gabriel con total desafío.

-No te pases demonio-

Amenazo Gabriel apretando los puños

-El no la puede defender no tiene poderes Shadow, si tu no hubieras estado con el ahora, el demonio lo habría vencido-

Gabriel tembló de ira, el demonio tenía razón, el no podía luchar desde hacía muchos siglos atrás, su desafío le había costado sus poderes dejándolo débil en la tierra.

-Tiene razón Gabriel, y hasta que no sepamos quien o que va detrás de la chiquilla es mejor que tenga toda la protección necesaria-

Gabriel emitió un bufido como un toro atrapado y frustrado.

-Sera mejor que estés atento demonio y que mantengas tus lujuriosas manos lejos de ella-

-Jamás la tocaría…a menos que ella me lo pidiera-

Con una media sonrisa maliciosa se volteo para servirse otro trago

-No te atrevas a…

-Basta los dos, ya está despertando-

Shadow fue hasta el sillón donde Tifian abría los ojos

-Ni una palabra de lo que sabemos a ella, y no se sorprendan si se pone un poco extraña-


Despacio y no sin esfuerzo abrí los ojos, la imagen de Shadow me sobresalto al principio, pero poco a poco fui recordando lo que había sucedido, asustada me incorpore sobre el sillón temblando

-Tranquila ya todo ah pasado-

Me calmo poniendo una mano en mi hombro y cubriéndome el cuerpo con una manta.

-¿Estas bien?-

El tono dulce de Gabriel fue mucho mejor que cualquier cura para el dolor

-Si gracias-

Le respondí con una leve sonrisa, ya no me dolía mucho la herida pero en cambio las muñecas y los tobillos los sentía adoloridos, los mire y me horrorice al ver el tono morado y rojizo que tenían.

-¿Qué sucedió?-

Les pregunte mirando mis heridas

-Eso no es importante…¿quieres algo de beber?-

Shadow trataba de sonar calmado y casual pero parecía como si mediera mis reacciones y respuestas.

-Si algo de beber estaría bien-

-¿Qué deseas?-

El estomago se me comprimió pidiéndome a gritos ¿sangre?, ¿pero que me pasaba?

-Tiffani ¿Qué deseas?-

Insistió Shadow, no tenía el valor para decirle lo que en verdad quería.

-Quiere sangre-

Todos volteamos sorprendidos hacia Vidrios que bebía con total tranquilidad, Shadow lo miro con ganas de ahorcarlo pero pronto se calmo y se concentro en mi.

-Si eso es lo que quieres no sientas pena de pedirlo, es solo producto de la herida, es una infección producida por un demonio así que no te sorprendas si deseas cosas extrañas-

Con palabras tranquilas me calmo aunque por alguna razón no le creí.

-Si quiero sangre-

Respondí ruborizándome y sin poder mirar a nadie a los ojos.

-De que clase quieres, ¿animal, humana, demoniaca, angelical?-

Gabriel rugió y Shadow hiso un sonido de molestia con la lengua, Vidrios permanecía impávido mirando al fondo de su vaso vacio, aunque pensándolo bien se me hiso agua la boca cuando vi una herida casi cicatrizada en su brazo, ruborizándome aun mas señale a vidrios sin mirarlo.

El sonido que produjo Gabriel nos asusto a todos pero el permaneció quieto en su lugar mirando fijamente al demonio que se acercó con una sonrisa triunfal en los labios cargando un cuchillo.

-Toma preciosa y no sientas vergüenza-

Asentí sin mirar a nadie esperando, Vidrios miro su brazo unos instantes pero luego de pensarlo mejor y con una sonrisilla maliciosa se cortó cerca al cuello.

-Miserable…

Bramo Gabriel caminando dispuesto a matar al demonio, pero mis ansias al ver el liquido rosado, no era rojo era rosado, esas ansias pudieron mas, me prendí del cuello succionando, lo tome por los hombros y con un rugido similar al de un perro defendiendo su alimento lo atraje a mi cuerpo para que no se escapase hasta quedar por completo saciada, el liquido quemaba mucho más que cualquier bebida alcohólica que hubiera probado, el sabor picante como el de un ají me escocía la lengua pero calmaba mi cuerpo.

Luego de unos minutos lo solté satisfecha limpiándome los restos de la comisura de la boca y sintiéndome tan culpable como si hubiera cometido un asesinato, de pronto una idea pavorosa se coló en mi mente.

-¿No me habré convertido en vampiro?-

-No tontita, como dijo Shadow- Vidrios miro de reojo al hechicero - es solo producto de la infección pero unos días volverás a ser tu-

Más tranquila me anime a mirar a Gabriel, su cuerpo estaba tan tenso que los tendones del cuello se le marcaban, su rostro esculpido se veía mas hermoso que nunca, unas ganas de tomarlo en ese mismo lugar me asaltaron, el sexo se me humedeció sin poder evitarlo, ¿Qué me estaba pasando?.

-Necesito ir al baño-

Dije, necesitaba salir de ahí cuanto antes.

-Iré contigo-

Gabriel se había puesto de pie

-NOOOO…

Dije casi gritando, todos se sorprendieron por tal reacción, me aclare la garganta calmándome, Gabriel me observo unos instantes para luego sentarse

-Es al fondo, al costado de la mesa de billar-

Señalo Shadow desde la puerta de su oficina.

Camine un poco mareada hasta donde me había indicado, un dibujo muy explícito de una mujer desnuda con cola me indico que debía ser el baño de damas, me sorprendió ver que era normal, quizás los demonios tenían las mismas necesidades fisiológicas que los humanos.

Abrí el primer cubilo y vi un hueco en la pared y uno más abajo, un par de velas descasaban sobre  un estante arriba de ambos huecos, cerré el cubículo al instante sin intentar descifrar para que podían servir, abrí el próximo asustada de lo que encontraría pero para mí buena suerte solo había un inodoro y a su lado papel higiénico.

Me lave las manos y me observe en el espejo del baño, mi camiseta estaba cortada a la altura del brazo, seguro lo habrían tenido que hacer para curarme, no recordaba mucho lo sucedido, pero me imaginaba que todos habían tenido un muy buen vistazo de mis pechos, que mas daba, había bebido sangre directamente del cuello de un demonio, así que, que me vieran los senos no era nada del otro mundo.

La herida aun era muy visible, un desagradable color rosa rodeaba tres agujeros a medio cicatrizar, lo toque y dolió un poco.

Maldito John como me había engañado tanto tiempo, pensar que era un demonio y que había estado tan cerca a mi me asustaba, sentía que no podía confiar en nadie, ¿pero por que a mí?, es que acaso era un imán para ese tipo de cosas desagradables.

Con un suspiro me acomode la camiseta cerrándola lo mejor que pude, al salir vi a lo lejos a Gabriel, y nuevamente las ganas de tomarlo, cabalgarlo, besarlo, lamerlo, morderlo, me humedecieron el sexo, maldita herida, maldito John, malditos demonios, no podía confiar en mí misma en este estado, si lo tenía cerca a mi podía suceder cualquier cosa, mejor mantenerme alejada.

-Es hora de irme a casa-

Dije al  llegar a la oficina.

-Claro, será mejor que Gabriel y Vidrios se queden contigo por protección-

-Nooo, Gabriel no, solo Vidrios-

Shadow hiso una mueca y Gabriel asintió como si confirmara algo, Vidrios en cambio sonrió lleno de satisfacción.


Al llegar a mi departamento lo primero que hice fue ir directo al baño, quitarme la ropa y tirarla a la basura, después de quedarme una hora bajo el agua caliente y refregarme un millón de veces el cuerpo hasta acabarme el jabón, Salí renovada del baño.

Vidrios me esperaba en la cocina calentando unas sobras en el microondas y sirviendo te caliente.

-Te voy a contratar como mi sirvienta-

Bromee al sentarme a la mesa

-Estoy a tus servicios preciosa-

Me  guiño un ojo y se sentó a un lado para observarme comer.

-¿tú no comes nada?-

Le pregunte dándole un buen bocado al puré de papas

-Claro que si-

-¿y qué comes?-

Reflexiono unos instantes con una media sonrisa pero luego negó con la cabeza

-¿Tan desagradable es?-

Pregunte al ver que no me respondía

-Para mí es una delicia para los humanos no tanto-

-¿animales vivos?-

-no-

-¿Humanos?-

-NO-

Dijo con una risotada estruendosa que sacudió todo su cuerpo

-¿Entonces?-

-Que te parece si te lo digo después de que comas-

-Está bien-

Termine de comer más rápido de lo acostumbrado, debía sentirme llena pero aun tenía hambre, revise el refrigerador y encontré carne cruda, la boca se me hiso agua pero me contuve.

-Eso es lo que como-

Vidrios estaba tras de mi observando el contenido del refrigerador sobre mi hombro

-Si deseas puedes comértelo-

-naaa, se que tu lo deseas más que yo-

-Quizás después-

-No te avergüences, ya sabes, es por la infección, además estas conmigo-

Y ahora que lo mencionaba, mirándolo sentado en la silla de mi pequeña cocina, vestido con unos vaqueros y una chaqueta oscura, el cabello largo y negro, una cara apuesta y sonriente, parecía imposible que su naturaleza fuera diabólica, quizás la creencia popular que se tenía sobre esas criaturas estaba errónea porque observándolo reír y bromear parecía imposible pensar en que Vidrios fuera malo

-Eres un demonio-

Le dije como si recién me diera cuenta de este hecho, Vidrios rio con ganas apoyándose contra el respaldo de la silla

-Que tal descubrimiento-

Bromeo aun riendo

-A lo que me refiero es que cuando uno piensa en un demonio se imagina una bestia asquerosa, malvada, algo con cuernos y cola larga-

Los ojos de Vidrios me observaron con intensidad, la mueca divertida se vio sustituida por una de seriedad absoluta

-No te engañes preciosa, soy todo lo que se piensa de los demonios, la única diferencia es que soy esclavo de Shadow y si no me porto bien recibo un castigo-

-¿Eres su esclavo?-

Pregunte escandalizada

-No te sorprendas, Shadow me pillo haciendo algo malo eh hiso justicia encarcelándome y poniéndome como esclavo, aun que a decir verdad lo prefiero, la otra opción habría sido mi eliminación-

-Quieres decir ¿tu muerte?-

El asintió

-¿Qué hiciste?-

Vidrios se quedo en silencio, sus ojos negros se volvieron tan oscuros como pozos sin fondo

-Prefiero no hablar de eso-

Dijo finalmente poniéndose de pie y saliendo de la cocina, tome mi taza de té y lo seguí, el tomo asiento en el sillón estirándose por completo

-Vamos quiero saber-

Le presione mientras me sentaba a su lado con las piernas cruzadas, Vidrios curvo los labios en una sonrisa tan maléfica que me aleje involuntariamente, abrió los ojos y me miro de una manera que asustaría a cualquiera, la tasa tembló ligeramente en mis manos

-No te dejes engañar Tiff, puedo ser muy malo si me lo propongo y no creo que quieras saber a qué tipo de cosas me refiero-

Asustada por ese cambio tan repentino que me recordó la criatura que en realidad era la tasa vibro tanto en mis manos que resbalo a mis piernas derramando el liquido caliente

-Mierda-

Grite intentando limpiar el té caliente que me quemaba la piel, Vidrios apareció con un paño de la cocina y se encargo de secar el liquido

-Lo siento no quise asustarte-

Esto lo dijo sin mirarme y con un tono de sincero arrepentimiento

-No te preocupes, es solo que, por la manera como eres conmigo es fácil olvidar tu verdadera naturaleza-

-Listo-

Dijo poniendo a un lado el secador y observándome

-Sera mejor que duermas, hoy has tenido muchas emociones-

Su rostro volvía a ser el mismo que yo conocía, amable pero con un toque de lujuria y diversión

-Si estoy muy cansada-

Fui a la habitación pero antes de entrar lo mire sobre el hombro

-No hace falta que entres al medallón, prefiero que te quedes aquí-

El sonrió y asintió haciendo una venia pronunciada

-Como usted desee mi lady-

-Buenas noches Vidrios-

-Buenas noches Tiff-


La palabras de Tifian daban vueltas en la cabeza de Vidrios, “por la manera como eres conmigo es fácil olvidar tu verdadera naturaleza”, el, un demonio de la lujuria se había domesticado, o mejor dicho lo habían domesticado, no es que tuviera otra opción, era eso o la muerte, y para ser sinceros Shadow no había sido tan malo con él, y ahora agradecía mas que nunca ser su esclavo, de no haber sido así, jamás hubiera conocido a Tiffani, ella se veía como una humana cualquiera pero en realidad no se daba cuenta del poder que podía llegar a tener sobre todo aquel que le rodeaba, y no era solo con su aspecto físico, que vamos, el la había visto completamente desnuda y era sumamente deseable, no, no solo era eso, también estaba su dulzura, su bondad, para ella todos eran iguales, demonios, ángeles, humanos, lo que sea, ella se daba igual para todos.

Sonriendo en la oscuridad un ruido llamo su atención, puso todos los sentidos alerta en busca de algún peligro, pero todo estaba calmo a un kilometro a la redonda, de pronto Tiffani salió de su habitación, solo vestía una ligera camiseta y bragas.

-¿Está todo bien Tiff?-

Pregunto Vidrios poniéndose de pie preocupado, pero ella no respondió se quedo de pie en medio de la oscuridad sin decir palabra alguna, sus ojos estaban abiertos pero parecían no enfocarse en nada en especial

-¿Tiff?-

Susurro acercándose despacio para no asustarla, en ese momento Tifian pareció darse cuenta de Vidrios y le sonrió, pero había algo en su rostro, algo que no estaba bien.

-¿Te duele algo?-

-Ssssi-

Susurro ella siseando como una víbora

-¿Qué pasa?-

No se atrevió a tocarla, algo le decía que era mejor permanecer alejado, pero Tiffani avanzó  despacio, meneando las caderas y haciendo rebotar ligeramente los senos.

-Eres un demonio de la lujuria verdad-

Dijo acariciando el pecho de Vidrios

-Lo soy-

Respondió este tragando saliva

-Y te recargas de energía con los orgasmos humanos ¿cierto?-

-Si…si-

Tartamudeo el tan nervioso que casi cae al suelo al intentar retroceder un paso para alejarse de esas manos que lo tocaban

-Entonces demonio de la lujuria por qué no haces lo que se supone que deberías hacer-

Tiffani tomo su camiseta y se la quito por encima de la cabeza, luego con movimientos rápidos se despojo de las bragas quedando completamente desnuda.

-¿Hablas enserio?-

El miembro del demonio se lleno de sangre poniéndose duro y tieso

-Nunca estado más segura en mi vida-

Tiffani avanzó provocadora hacia él, sus manos le recorrieron el pecho hasta llegar a las solapas de la chaqueta, sus dedos vagaron hacia el interior donde toco la piel del demonio, este se erizó al sentirse el contacto cálido de ella.

-Quiero que me hagas lo mismo que les hiciste a esas prostitutas-

-Tiffani no, yo…

-Shhhh, no digas nada, solo follame-

Tiffani termino de cubrir el espacio que los separa y ondulo sus caderas contra las de él, lo fue empujando con su cuerpo hasta llegar al sofá donde sin poder negarse Vidrios se dejo caer, con rapidez ella se acomodo sobre el

-Te siento grande entre mis piernas, me gusta-

Se relamió los labios y beso el cuello del demonio mientras su pelvis se frotaba contra la polla de Vidrios

-Quiero que me folles demonio, follame-

Le dijo al oído metiendo la lengua.

Perdiendo el control Vidrios la tomo por los brazos y la levanto para acomodarla bajo de él, le abrió las piernas y se desabrocho los vaqueros, la erección amoratada latió dolorosamente al salir de su encierro, la humedad de ella y su olor le embriago los sentidos

-Siiii, hazlo, métela, hazlo-

Vidrios tomo con una mano el enorme miembro que ahora empezaba a cambiar, Unas pequeñas escamas de piel lo cubrieron, el glande creció dos veces su tamaño.

-Delicioso-

Elogió ella mirando la polla, elevo sus caderas en el aire provocándolo, con un resoplido de excitación Vidrios oriento su descomunal miembro a la entrada de Tiffani y la dejo ahí tentativamente.

-¿Estas segura?-

-Si-

Vidrios emitió un bramido de satisfacción y se preparo para embestirla

Continuara…