Oscuras relaciones (1)

...un dedo se deslizo por el costado de la braga hasta llegar a mi hendidura, no grite ni pelee, quería guardar mis fuerzas...

-Hola mi amor-

Un silbido lujurioso seguido por una palmada seca. Tenia ya un año trabajando en este bar y no era la primera ves que un borracho se pasaba de listo pero aun así, no me acostumbraba. la bandeja que tenia cargada de botellas vacías se meció peligrosamente sobre mi mano. Estaba de pésimo humor y esta noche no lo iba a tolerar, me volví hacia el risueño tipo lista para ponerle de sombrero la bandeja entera pero Franklin se acerco presuroso con su bate de béisbol, me dio una mirada significativa del tipo "yo me encargo de esto" y me hizo un gesto con la cabeza. con un bufido me aleje de la escena. luego de unos minutos luego de que Franklin los invitara a retirase de manera educada, el grupo de borrachos dejo el local

-Tiff-

Me llamo mi jefe caminando a la parte trasera de la barra donde estaba su oficina. en realidad era un cuarto casi del mismo tamaño que mi armario, pequeño y oloroso.

-¿Por que no me has dejado encargarme de ese hijo de...

-Son clientes regulares amor-

Como detestaba que me llamara amor, bombón, o muñeca.

-Lo se pero esa no es escusa para que se valla tan tranquilo luego de darme una buena calada-

Franklin ahogo una risa

-No es gracioso Franklin estoy harta-

Le dije cruzándome de brazos, mi rostro trataba de parecer fiero pero siendo una chica de metro sesenta, delgada, rubia y llamándome tiffani no podía tratar de aparentar ferocidad. Franklin hizo el amague de acercarme a el pero me aleje, no es que me moleste que me abrace, pero estaba cabreada

-Oh vamos bombón no es para tanto-

-Veamos si no te parece para tanto si es a ti al que te masajean las nalgas un par de veces a la semana-

Ofendida salí de la oficina rumbo al baño. Me mire al espejo que estaba empotrado sobre el lavabo, un rostro delgado, casi ratonil, me observaba

-¿Estas bien?-

Era Joe un muchacho de diecinueve años ayudante de la cocina. su rubio cobrizo y ojos pardos amables, su voz suave y pausada me relajaban, era como el hermano que siempre había deseado.

-Si, ahora lo estoy-

Le respondí sonriendo. El me devolvió el gesto y me apretó ligeramente el hombro

-Si quieres la próxima ves que vengan les escupo en las hamburguesas-

Ambos reímos

-No seria mala idea-

Le dije tomando su mano que me acariciaba el hombro. Ambos salimos del baño sonrientes y Franklin nos miro con recelo. Me importaba muy poco si pensaba que tenia una aventura con Joe.

A las tres de la mañana los últimos parroquianos salieron del bar, algunos ebrios en su totalidad otros no tanto. Me dispuse a limpiar mis mesas y dejar todo mas o menos preparado para mañana. Esta noche me había tocado trabajar solo a mi, la otra mesera, Darla, se había reportado enferma. Joe salio de la cocina y me ayudo con los platos y vasos que se lavarían al día siguiente

-¿Quieres que te acompañe a la parada?-

Se ofreció Franklin sin mirarme, era su manera de hacer las paces por lo que había sucedido. yo aun no estaba de mal humor.

-No-

Le dije cortante mientras me ponía la cazadora y tomaba mi bolso.Inicie mi caminata habitual, solo me separaban cuatro calles de la parada de autobuses. Normalmente este era un barrio tranquilo, si no te metías con nadie nadie se metía contigo, pero siempre habían sus excepciones, quizas algún drogadicto podía salir de uno de los callejones y arrancharte el bolso. Camine con paso firme sin mirar a los lados, la mayoría ya me conocía así que no era como al principio que me decían obscenidades. Ya solo faltaban dos calles, podía ver la parada, la gente juntándose y el bus llegando, empecé a correr para alcanzarlo, pero mis pasos fueron frenados de golpe, un empujón me lanzo contra la pared de un callejón, aturdida por el golpe, mire alrededor buscando al culpable. Tres tipos vestidos con pantalones anchos y gorras torcidas se relamían mientras se agarraban la entre pierna.

-Por favor-

Suplique quitandome el bolso y poniéndolo frente a mi, como una ofrenda

-Oh cariño no queremos tu dinero-

La carcajada de los tres hombres me erizo los bellos de la nuca, un frió que nada tenia que ver con el ambiente me recorrió el cuerpo, las piernas se me volvieron gelatina. Temí preguntar que querían por que en el fondo sabia la respuesta. Las pocas clases de defensa personal que recordaba no me hiban a bastar para defenderme de los tres. Sus cuerpos se veían anchos y enormes, aunque podría ser efecto de la ropa tres tallas mas que usaban. Trate de cubrirme el pecho con la cazadora.

-La vamos a pasar muy bien-

Los tipos empezaron a avansar cerrándome el paso, a lo lejos vi a la gente subiéndose al bus. Si gritaba nadie vendría ayudarme, pero tenia que intentarlo, llene mis pulmones de oxigeno y cuando sentí una mano tratar de abrirme la cazadora grite a todo pulmón

-!Auxilio!-

Los tipos se miraron unos segundos sorprendidos por el arrebato pero enseguida uno se encargo de callarme con un puñete, el sabor salado y caliente de mi sangre me inundo la boca, escupi el liquido y quizas un diente.

-Ahora vas a saber lo que es gritar con ganas perra-

Amenazo uno acercandose a toda velocidad, sus manos asquerosas y callosas me tomaron por los brazos y me arrastraron a lo profundo del callejón. Me revolvi tratando de liberarme, podía sentir el labio hinchandose pero la adrenalina me impedía sentir dolor, uno me tomo por el trasero y me empujo mientras me lo manoseaba, otro iba palpando mis senos a la volada mientras era arrastrada. Solloce impotente jaloneando. Un colchón sucio y viejo estaba tirado a unos metros.

-Ahí-

Señalo el que me tocaba los senos. El que me sujetaba los brazos asintió y de un jalón me soltó contra el colchón. Apestaba a orines y basura, estaba húmedo y mohoso. caí con las piernas abiertas que al instante junte, intente ponerme de pie pero uno de ellos se me abalanzo poniendo todo su peso contra mi cuerpo, su aliento apestaba y su lengua rasposa me lamió la mejilla desde el cuello hasta la sien, tuve que aguantar el impulso de vomitar. Pateé con desaparición sin saber bien a que o quien, pero al instante un par de manos me sujetaron los tobillos, aun me quedaban las manos libres así que las empecé a mover frenetica contra el que tenia encima y logre arañarle la cara, tres marcas rojizas se dibujaron en su rostro, este gruño y me lanzo otro puñete que me dejo viendo estrellas, por unos segundos deje de moverme y lo aprovecharon para inmovilizarme las manos, el que había estado encima de mi, se alejo un poco y saco un cuchillo, el metal resplandeció bajo las luces del poste que nos iluminaba. Ante mi, paso mi vida entera, mi madre que había muerto hacia mucho, mi abuelito que esperaba mi visita cada domingo, Lucy mi mejor y única amiga. La sangre me corría por la cara, nublandome parcialmente la vista, lo mejor habría sido no mirar, pero no lo podía evitar, me asustaba mas no saber exactamente lo que me haría. así vi como el afilado cuchillo bajaba por mi abdomen que se contrajo al contacto, siguió bajando hasta el comienzo del pantalón, metió el filo por dentro de la tela, el metal estaba frió, poco a poco rasgo la tela, hasta dejar expuestas las bragas negras al estilo de abuelita que usaba por comodidad. Termino de rasgar la prenda con un jalón y mi piel color miel se eriso por el frió de la noche

-Que suave-

Admiro el tipo acariciándome la porción de muslo desnuda

-Apurate que todos queremos-

-No me jodas vale-

Le dijo al otro amenazandolo con el cuchillo

-Te voy hacer chillar como cerdito-

Me miro relamiéndose los labios.un dedo se deslizo por el costado de la braga hasta llegar a mi hendidura, no grite ni pelee, quería guardar mis fuerzas. El contacto de mi piel privada lo enloqueció, jaloneo mi pantalón hasta casi dejarme desnuda, "solo un poco mas", me dije a mi misma armándome de valor, lo patearía en el momento preciso, el tomo el pantalón y lo deslizo hasta casi los tobillos, era una tela dura y no era fácil romperla así que me lo tenia que quitar por las piernas. "ya casi" calcule que cuando estuviera a la altura de mis pies y el otro me soltara lo podría patear en la cara. Estaba a punto de llevar a cabo mi plan, cuando un ruido los hizo mirar hacia arriba.

-¿Que fue eso?-

Pregunto el que me sostenía de los brazos, todos nos paralizamos

-No es nada-

Respondió el que me desvestía, estaba mas concentrado en mi que en lo que se sernia sobre nosotros. Un sudor frió perlo mi frente, no era miedo de mi atacante, era un miedo mas visceral, era terror, es que ellos no lo podían sentir, algo se acercaba, algo malo, algo mucho peor que esos violadores

-!Cuidado!-

Grite por inercia, al instante una sombra callo detrás de los tipos, trate de mirar alzando la cabeza pero se me hacia imposible por el ángulo

-!Largate es nuestra!-

Grito el que estaba a mis pies aun sosteniendome, la figura no se inmuto por la advertencia y avanzó calmadamente o eso parecía por que sus pisadas no emitían sonido

-!No escuchaste, largate!-

El del cuchillo levanto la hoja afilada en dirección a la figura. Algo en mis entrañas me advirtió que esa pequeña arma era un juguete para niños en comparacion con eso. La figura se hizo un borrón en la negrura

-Es un fantasma-

Dijo temblando el que hasta hace unos momentos me sostenía los brazos, me había soltado para persignarse.

-!Sujetala!-

Ordeno el del cuchillo sin hacerle mucho caso a lo que había pasado, sus ansias por poseerme eran mas fuertes que su juicio. Pero el tipo no me sujeto. un sonido como de tela siendo agitada por el viento barrio nuestras cabezas, todos se agacharon a la ves

-!Pero que mier...

El tipo con el arma salio volando por el aire y callo de espaldas casi a la entrada del callejón, los otros se miraron entre si y empezaron a correr, pero algo los detuvo, la figura apareció de la nada, los sostuvo por el cuello y los levanto como si fueran dos plumas, los gritos de los hombres fueron ahogados por un sonido de hueso rompiéndose, ambos cayeron inertes contra el suelo, el otro tipo aun se movía. La figura avanzó hasta la entrada del callejón y tomo al hombre por los cabellos levantandolo, los pies rosaban el suelo, el hombre gimió de dolor.

-Ahora vas a saber lo que es gritar perra-

Dijo la figura sombría imitando la voz amenazante que había usado el hombre contra mi. El tipo trato de gritar, pero el hombre lo acerco a su cara, parecía como si le estuviera dando un beso, no podría precisarlo por la distancia y la oscuridad, luego de unos segundos el hombre dejo de moverse y callo junto con sus amigos en el suelo. La figura levanto el rostro al cielo, por unos instantes pareció que rezaba o algo así, empecé a temblar y a tratar de cubrirme con lo que tenia a la mano. La sombra se acercaba cada ves mas, gritar no me ayudaria, ya estaba comprobado, solo lo mire, apreciando su altura y anchura, estaba cubierto por una especia de capa que le cubría parcialmente el rostro. Levante una mano hacia el, suplicante

-No por favor-

Le dije antes de que todo se volviera negro


El dolor en la cara fue lo que me despertó, fui tomando conciencia de los sonidos y olores que me rodeaban, olia fresco, a aire puro, hacia frió, y estaba húmedo, un rayo ilumino el lugar y fue lo que me termino de despertar, abrí los ojos de par en par mirando a todos lados, sobre mi cabeza había una enorme campana, era un campanario, a lo lejos las luces de la ciudad se des-dibujaban por la lluvia. Tirite de frió y trate de sentarme.

-Cubrete con esto-

Dijo una voz profunda tras de mi, trate de voltearme pero el dolor de mi cuerpo me lo hizo imposible, mi cazadora callo sobre mis piernas desnudas y me cubrí lo mejor que pude

-¿Quien eres?-

Los dientes me castañeaban de frió. El hombre camino hasta quedar en mi campo de visión, pero manteniéndose alejado

-¿Te sientes mejor?-

Dijo finalmente sin darme cara

-Me duele todo pero fuera de eso estoy mejor-

-Esperaremos unos minutos hasta que la lluvia pase y nos iremos-

Me anuncio, sin responder lo que le había preguntado

-¿Quien eres?-

Insistí, poniéndome de pie no sin esfuerzo. Me mareé y trastabille, lo resbaloso del lugar no ayudaba, mire atrás y vi el abismo, metros y metros nos separaban del suelo. Una mano firme me aferro de la cintura, lanze mi cuerpo contra mi salvador y me aferre a sus ropas sollozando como una niña. Al instante me soltó pero no se alejo. Yo permaneci cogida a el llorando

-Lo siento-

Le dije entre lágrimas y suspiros

-Es que esta noche a sido..

.

No podria describirla, fatal le quedaba chica. El hombre permanecio inmóvil frente a mi, como esperando que el ataque de histeria acabase,poco a poco se me fueron secando las lágrimas y la lluvia amaino.

-Podemos irnos-

Dijo el hombre alejándose de mi y recogiendo mi cazadora, me la puso sobre los hombros, una pierna del pantalón estaba totalmente rota, solo quedaban jirones de tela, el al darse cuenta se quito la capa

-Ponte esto-

Me ordeno echándomela encima, si a el le quedaba larga y eso que era muy alto yo la arrastraba. Lo mire y por fin pude apreciarlo, la palabra hermoso es poco en comparacion con lo que era el, la piel tan tersa y pálida, los pómulos anguloso al igual que el mentón, el cabello que debía ser de alguna tonalidad marrón pero se veía oscuro por lo húmedo que estaba, y los ojos, de un verde solido, como si fueran dos piedras preciosas, me quede sin aliento.

-Vamos-

Me dijo saliendo por una puerta, lo seguí pero al instante retrocedí. una escalera en espiral descendía hasta el suelo, me dio vértigo y al instante me mareé

-No podre hacerlo-

Estaba hiper ventilando, le tengo terror a las alturas.

-Te ayudare-

Su mano salio en busca de la mía, la mire unos segundos indecisa, pero era eso o quedarme a vivir en aquella torre, y a todo esto por que me había traído aquí, es que estaba loco, mejor hubiera sido un hospital o su casa. Despacio, paso a paso logramos llegar al final de las escaleras, suspire aliviada cuando mis pies tocaron tierra firme. Salimos a un lugar enorme de techos abovedados, era un iglesia, algunas paredes estaban destruidas, la imagenes de santos rotas o caídas, la suciedad amontonada por todos lados, solo había una iglesia abandonada en el pueblo y era la que estaba a unas manzanas de mi casa. Salimos a la húmeda noche, aun caían algunas gotas del cielo y les di la bienvenida alzando la cara y abriendo la boca, el agua de lluvia es la mejor.

-¿Que haces?-

Pregunto confundido

-Tomando lluvia-

Le respondí como si fuera lo mas normal

-Mi casa es por allá-

Le dije mirando hacia la esquina, pero al girarme el ya no estaba, mire a todos lados, inclusive volví a entrar en la iglesia, pero nada, había desaparecido.


Luego de un largo baño, un café caliente, y un cigarrillo (solo fumo en casos especiales), me tumbe en la cama. miles de preguntas daban vueltas en mi mente, y curiosamente no estaba traumatizada ni en shock por la casi violación, aunque aun podía sentir las manos del bastardo recorriendo mi pierna, pero eso era lo de menos. Si no fuera por la capa que colgaba de la silla frente a mi cama, pensaría que todo había sido producto de mi imaginación, pero no lo era, aquel hombre me había salvado, y había matado a esos tipos, claro que los había matado, de eso estaba segura. Mire unos segundos mas la capa antes de caer dormida.

La noche estaba lenta (gracias a dios), por que mis reflejos no andaban nada bien, mi mente estaba ausente y mas de una ves rompí un vaso, Franklin al verme llegar con los moretones palideció, solo le dije que me robaron y que por tratar de defenderme me golpearon pero nada mas, no quería darle los detalles escabrosos ni tampoco contarle sobre el extraño salvador. Estaba llevando un pedido grande a la mesa cinco, cuando al girarme, estaba "el" en una de mis mesas, tenia el menú frente a la cara y fingía leerlo, me frote los ojos con una mano y mire al resto de la gente para sersiorame que otros lo podían ver, Darla paso en ese momento a mi lado y la pare tomándola del brazo alejandola de las mesas

-Darla puedes ver a ese hombre sentado en la mesa cuatro-

Le pregunte susurrandole al oído. Ella miro a la mesa y sus ojos se agrandaron

-Claro que lo veo- en un acto reflejo propio de ella se acomodo el pelo y saco pecho- que tal tipo-

Dijo casi babeando

-¿Quieres que lo atienda?-

Me pregunto, mas bien me suplico, pero yo negué, ella se fue algo decepcionada pero sin dejar de ver en dirección a la mesa. Tome aire y me acerque

-¿Has venido por tu capa?-

Le pregunte malhumorada, me fastidiaba que se hubiera ido así dejandome sola sin una puta explicacion. El levanto la mirada del menú, su cabello no era marrón como pensaba si no de un rubio oscuro con destellos de plateado, (¿se hacia rayitos?), sus ojos seguían siendo de ese verde solido e impenetrable, sus facciones como cinceladas por un escultor experto, los hombros anchos y fuertes, recordé lo que se sentía estar entre sus brazos, si seguía así empresaria a balbucear.

-Eh venido por ti-

Respondió finalmente con esa voz profunda.

-¿Por mi?-

Le pregunte tratando de sonar indiferente

-Necesito hablar contigo-

Dijo en voz baja mientras observaba a la gente de las otras mesas

-Salgo en dos horas-

Me gire dándole la espalda pero el me tomo por el codo haciendome girar nuevamente, el apretón era demasiado fuerte

-Me haces daño-

Le previne mirando la mano que me sujetaba

-Necesito hablar contigo ahora-

Era una orden, a pesar que susurraba su voz era fría y autoritaria, como si estuviera acostumbrado a dar ordenes y que la gente las cumpliera, salvador o no, a mi no me iba a tratar como le diera la gana. jale con fuerza el brazo y la gente nos miro por el jaleo, el tipo se dio cuenta que estaba llamando la atención y se sentó despacio sin dejar de mirarme a los ojos.

-Dos horas-

Dijo y se volvió a concentrar en el menú.

-Si te vas a quedar acá tienes que ordenar algo-

Estaba siendo grosera lo admito pero su manera de tratarme me había sacado de mis casillas. el no me miro pero señalo un platillo del menú

-Traeme eso-

Otra ves aquel tono de autoridad. Me acerque con deliberada lentitud sobre su mesa, el pareció confuso mirando como me acercaba, puse mi rostro a centímetros del suyo.

-No me gusta que nadie me de ordenes, yo no soy esclava de nadie, ¿entendido?-

Me aleje sin esperar una respuesta. Franklin me observaba desde la barra

-Tiffani unas palabras-

Señalo su oficina con una gesto de cabeza y desapareció tras la puerta. mierda, ahora que había echo.

-¿Que pasa?-

-Conoces al tipo-

Me pregunto agarrándose las caderas con ambas manos. estuve a punto de decirle que ese no era su maldito problema pero me contuve. respire uno y conté mentalmente hasta diez

-Tiffani-

-Si lo conozco-

-¿Es...es tu novio?-

En la mirada de Franklin había algo raro ¿celos?

-no, no lo es-

Me quede de pie esperando alguna reprimenda o algo, normalmente me llamaba acá por mi carácter

-¿Algo mas?-

Le pregunte imitando su postura

-No-

Dos horas después, tomaba mis cosas del locker, sabia que el hombre me estaba esperando afuera, así que me demore mas de lo normal, para que aprendiera. Salí junto con Darla, ella me contaba algo referente a una fiesta el sábado pero yo no le prestaba mucha atención, de pronto ella se paralizo mirando hacia afuera.

-Que bombón por dios-

Dijo entre suspiros y abanicandose con una mano como si le hubiera dado repentinamente calor

(calentura mejor dicho). Al verme incomoda me observo sorprendida

-¿Te espera a ti?-

Me pregunto en un tono que no me gusto

-Si-

Fue todo lo que le respondi alejandome. El me esperaba con las manos metidas dentro de los vaqueros roidos que usaba, una camisa a cuadros rojos y blancos en las mismas condiciones, y para completar el look de vaquero las infaltables botas sucias y algo viejas

-¿No hay capas esta noche?-

Le pregunte sarcastica

-No-

Respondio tomandome del brazo y alejandome de las luces de la calle

-!Ey!-

Trate de soltarme pero su mano se atenaso contra mi brazo, eso hiba a dejar un moreton

-¿Le has contado algo de lo que paso anoche a alguien?-

Su respiracion estaba acelerada como si hubiera corrido kilometros, no pude verle la expresion, los arboles cubrian la iluminacion. No respondi al instante

-No-

Respondi luego de unos minutos

-Ahora si me disculpas-

Estaba por darme la vuelta pero me volvio a tomar por el brazo

-Ese es un mal habito ¿sabias?-

Le dije poniendo mala cara, pero no se intimido, ja, como si yo pudiera intimidar a alguien

-Es mejor que no se lo cuentes a nadie-

Parecia una amenaza, ¿lo era?

-¿Me estas amenasando?-

-No, solo que prefiero que quede entre los dos lo que sucedio anoche...yo...yo perdi los estrivos, no debi...

Pero corto su explicacion, ambas manos le colgaban a los lados y estaban cerradas en fuertes puños

Camine un par de pasos rodeandolo hasta quedar frente a el, su mirada era fria y sin un atisvo de arrepentimiento por lo que habia echo.Se dio cuenta que lo estaba observando y me miro, una ceja se le arqueo ligeramente

-¿No parece asustarte estar a solas con un asesino?-

Relajo las manos pero no la postura

-Me salvaste, ellos obtuvieron lo que se merecian-

Me encogi de hombros como si fuera la explicacion mas logica

-Eran seres humanos nada justifica matarlos sin piedad-

Su mirada era como una maquina de rayos x, buscando alguna falla en mi esqueleto o mi cabeza

-Esos...no pueden ser considerados seres humanos-

Los recuerdos de la noche pasada aun estaban muy frescos al igual que todas las heridas de mi cuerpo

-¿Entonces no diras nada?-

Cruzo los brazos frente al pecho, y la camisa literalmente crujio al ser jalada, eran gruesos y los musculos se marcaban por debajo de la tela

-No dire nada-

El parecio satisfecho con mi respuesta, dio media vuelta y se alejo

-Al menos me puedes decir tu nombre-

Le grite

-Gabriel-

-Gracias Gabriel...ya sabes por salvarme-

El dejo de caminar unos segundos pero no volteo, solo also la mano y se despidio agitando dos dedos al aire


Todo el camino hasta casa fui pensando en ese misterioso hombre, tan ensimismada estaba en mis pensamientos que casi perdi mi parada. lo que el habia echo estaba mal y el lo sabia, asesinar de esa manera a sangre fria, debia ser una especie de soldado o algo asi, ¿quisas un ninja? por la manera como habia aparecido de la nada en el callejon, me rei ante mi estupides, los ninjas no existen tonta. tome mi bolso y rebusque las llaves, mientras avansaba una extraña sensacion me recorrio la espina dorsal, una especie de electricidad, las manos se me bañaron en sudor y el corazon se me acelero, mire al pasillo y no habia nada, ni un alma, no era de extrañarse que estuviera paranoica despues de lo de anoche, llegue a mi puerta y tome las llaves, estaba a punto de abrir cuando la sangre se me congelo, habia alguien atras de mi, voltee despacio. Un hombre encapuchado me observaba con las manos cojidas a la altura de su abdomen

-Hola-

Saludo con una sonrisa deslumbrante, pero algo hiba mal, muy mal, la escasa luz del pasadiso alumbro su tes, palida, los labios llenos, demasiado para un hombre, y colmillos !¿COLMILLOS?!

-!AHHHHHHH...

Continuara