Orphen al verlo por primera vez (III)

La historia continua...

AL PRIMER VISTAZO (III).

Nuestro amigo se desespera, Magic no le contesta las llamadas desde su ultimo encuentro....

Estuve algunos días solo, sin sa-ber nada de Magic. Ninguna de mis llamadas había sido contes-tada desde mi último encuentro con él y la soledad estaba ha-ciendo estragos en mi paciencia; no podía hacer nada, mas que pensar en él, en los dulces ge-midos que emitía a causa de la excitación, como se sonrojaban sus mejillas mientras lo penetraba y como contraía los dedos de los pies al sentir mis labios en sus genitales... Todas estas eran co-sas que sólo yo conocía, y era precisamente lo que más me ha-cía extrañarlo.

Tan sólo habían bastado dos encuentros íntimos para que yo sintiera la necesidad de su cuerpo junto del mío, de su calor, su sudor, su saliva, su per-fume... Estos recuerdos me pro-vocaban placer de solo rememo-rarlos. No me resistí a llamarlo nuevamente, no sabía lo que le diría, aún no lo había pensado, solo sé que estaba dispuesto a ser honesto y revelarle mi deseo, que sentía arder dentro de mí, y que me haría arder a mi también si no se lo compartía. Justo en el mo-mento en que iba a tomar la bo-cina del teléfono, este sonó, asus-tándome un poco, pero lo con-testé rápidamente.

Fué como si Magic hubiera escuchado mis pensamientos, era él quien me es-taba llamando, lo supe aún antes de que hablara, pues conocía su respiración y la pausa de su voz, que me volvía tan loco como cualquier otra cosa de él. Hola maestro - dijo - Y yo le respondí - hola - He estado pensando en tí, y quisiera que nos vieramos nue-vamente - me dijo, con algo de inseguridad - . Está bien - res-pondí - El me pidió que fuera nuevamente a su casa, pues ahí podriamos estar tranquilos, y yo obviamente acepté su invitación y me dispuse a partir hacia su casa. Cuando toqué a su puerta, me abrió inmediatamente, y me pidió que pasara. Nos dirigimos a su habitación. Sin vacilación alguna me dijo que me recostara en la cama y yo lo hice al instante, el se recostó a un lado mío y me dijo - Maestro, quisiera darte una sor-presa pero para eso necesito que hagas lo que yo te pida, sin preguntar por qué, solo hazlo para hacer de esto algo tan mara-villoso como lo que tu hiciste conmigo -.

No lo sé, quizás fué lo misterioso de sus palabras lo que aumentaron mi excitación, solo sé que sin pensarlo dos veces me mostré de acuerdo a su petición. Rapidamente Magic se levantó de la cama y se dirigió hacia una ca-jonera, de donde extrajo unas es-posas como las que usan los po-licías, y me las mostró sonriendo un poco. Para que es eso eh? -pregunté- y el me dijo - Ya lo verás-. Se subió de nuevo a la ca-ma y tomo mis manos, las movió hacia la cabecera y cuidadosa-mente me esposo con las manos juntas a uno de los barrotes de la cabecera de la cama.

Después de hacer esto, se recosté encima de mi y me dijo - Voy a hacerte gozar como nunca mi amor -. la dulzura de sus palabras me en-cendió aún más, pero lo que me hizo estallar fue el apasionado beso que le sucedió a sus pala-bras. Entre los besos que nos dá-bamos, tambien me acariciaba con sus manos y frotaba su cuer-po contra el mío. En una efímera pausa alcancé a preguntarle entre dientes - ¿que me vas hacer? - y el me contestó - Lo que yo quiera -. Estas palabras se repitiron mil veces en mi mente, mientras me imaginaba cómo sería en esta ocasión. De repente Magic tomó un pañuelo, me lo acercó a la ca-ra, y comenzó a vendarme los ojos con él, y me dijo mientras lo hacía - esto lo hará mucho mejor -.

Justo en el momento en que me ví en tinieblas, sentí una insegu-ridad que recorrió todo mi cuer-po, como un río de fuego por mis venas, ahora no sabría en abso-luto lo que pasaría, estaba a mer-ced de mi compañero. Esta inse-guridad desapareció cuando co-mencé a sentir que Magic desa-botonaba mi camisa, besando lo que quedaba descubierto tras a-brir cada botón... mi cuello, lue-go mis tetillas, las que mordis-queaba suavemente, mis pecto-rales, mi abdomen y mi ombligo, y se detuvo justo antes de llegar al pantalón. Acariciaba con am-bas manos mi torax jalando con sus labios los vellos que cubrían mi pecho. Comenzó a desabro-char mi pantalón y se encontro con mis calzoncillos verdes, de-bajo de los cuales estaba mi to-talmente erecto pene. Magic me acarició y besó por arriba de los calzoncillos y de pronto sentí có-mo la punta de mi miembro salió por un lado, como exigiendo es-timulación. Ël la besó y lamió con su lengua mientras trataba de despojarme de mis calzoncillos y mi pantalón al mismo tiempo: cuando finalmente lo logró, acer-có sus manos y su cara a mi pene, lo supe pues alcanzaba a sentir el caluroso aliento de su respira-ción, tomo mi pene con ambas manos y comenzó a masturbarme con mucha suavidad, mientras be-saba la parte superior de la ca-beza. Yo me movía de arriba a abajo tratando de complacerme, pero el me detenía y me decía - despacio cariño, tenemos toda la noche -.

Repentinamente se le-vantó y de rodillas dirigió su pene a mi cara colocando sus piernas cada una a un lado de mi pecho, casi llegando a mis axilas. Sentí como movía su pene pasandolo por encima de mi cara, frotandolo contra mis mejillas, mi frente, mi cuello. Yo trataba de apoderarme de el con mi boca pero Magic no me lo permitía. Por fin, puso su tronco justo en mis labios, y yo lo lamía como podía, lo besaba de-sesperadamente, como exhortan-do por tenerlo todo dentro de mi boca, deseando probar nueva-mente ese sabor, ligeramente sa-lado que tenía su blanco y limpio miembro. Unos minutos después puso la punta en mis labios y no me resistí, a abrir totalmente mi boca. Magic pasó la cabeza con mis labios y al fin lo introdujo lentamente. Yo lo chupaba lo más que podía aunque no cabía com-pletamente en mi boca. Despues de un momento de saborear esa delicia, repentinamente extrajo su pene de mi boca y luego sentí sus labios en los míos. Lo besé de-sesperadamente, y ansioso le pe-dí, mas bien le rogué - Deseo tenerte nuevamente, deseo pene-trarte, tu orificio se ha vuelto co-mo el único refugio de mi pasión -. Sentí como lentamente Magic retrocedía de rodillas, aún cada una a un costado mío, hasta que-dar sentado sobre mi miembro, pero sin tenerlo dentro.

Así co-menzó a mover el trasero con li-geros movimientos circulares, que iban auumentando de veloci-dad; esto provocó que le rogara que se lo introdujera, pues yo tenía ambas manos esposadas a la cama. Al decir yo esto, el se de-tuvo, y me dijo - hoy no me ten-drás, ¿sabes?, hoy yo te haré mío, te tomaré las veces que desee, hasta el cansancio - En ese acercó su boca a mi oído y me susurró - esta vez yo seré el macho y tu se-rás mi hembra - En ese momentó quedé perplejo, inmovilizado, sin saber qué hacer. Magic me be-saba nuevamente bajando por mi pecho, y yo no podía reaccionar. Nunca me habían penetrado, nun-ca había sentido el deseo, pero ahora no sabía lo que sucedía. Tal vez pude decirle que no hi-ciera eso, y si no me escuchaba podría luchar con mis piernas, pues sólo tenía esposadas las ma-nos, y quizás así evitaría que po-seyera mi virgen culito pero extrañamente no lo hice. Me de-jaba llevar por sus besos, sus ca-ricias... y me di cuenta de que lo deseaba, quería tenerlo dentro, quería sentirme mujer, su mujer. Entonces nada me importó, des-pejaría mi mente de prejuicios y me dejaría llevar y dejaría que me amara ahora a su manera. En ese momento sentí su boca en mi miembro nuevamente.

Mientras me besaba ahí, tomó mis piermas y las puso por arriba de sus hom-bros. Luego sus besos dejaron mi pene, y fueron hacia mis testí-culos, y luego más abajo. Empujó mis piernas hasta que mis rodillas tocaron mi pecho y comenzó a besarme en el esfinter. Lamía mi trasero, una nalga, luego otra, me introducía su lengua y esto me hizo gritar de placer, luego, ya que tenía el culo muy bien lu-bricado, introdujo un dedo, el cual introducía y extraía lenta-mente, esto me produjo un placer inimaginable. No sabía que era lo más excitante: el hecho de que me estimulara con sus dedos y su lengua, o saber que lo hacía para abrir paso a su majestuoso pene. Gabriel se incorporó y se puso de rodillas enfrente de mi trasero, mis piernas estaban sobre sus hombros y parecía estar todo listo para la función. Sentí como su miembro paseaba por todo mi tra-sero, y en uno de esos intentos lo colocó en mi entrada, yo me hice de valor para recibir la arremetida y el me dijo - pidemelo -. Y yo interrumpido del extasis pregunté - ¿que cosa?- Y Magic dijo - pi-deme que te posea - Yo me quedé callado y el insistió - pídemelo o me voy a ir ¿quieres eso? - Y yo le dije - no, no te vayas -. Enton-ces pídemelo - respondió - y Yo como poseído comencé a decir - tómame, hazme tuyo, derrama tu leche en mí, quiero ser tuyo - Y De repente Magic me penetró de una sola estocada, yo gemí de do-lor, o de placer, no sabría expli-carlo pero Magic prosiguió fre-nético.

Comenzó a recargarse so-bre mí, llegando hasta tocar su boca con la mía, esta vez sus mo-vimientos eran bastante más ve-loces, y me besaba, en el acto, presionando con su pecho mis piernas, pero sin dejar de tocar mi trasero. Así estuvimos durante al-gunos minutos, no podría decir exactamente cuantos, pero me pa-recieron muchos.

Después de un momento, le dije - Correte dentro de mi - y el aceleró aún más sus movimientos hasta que pude sen-tir una lubricación gloriosa, Todo mi trasero se hallaba inundado en un líquido blanco y jabonoso, que hacía más dulces y placenteras. Le pedí que no parara, que si-guiera. Él hizo todo lo que pudo, pero al fin se tuvo que detener, en ese momento, cayó rendido sobre mí, yo abrí como pude las piernas para que él quedara recostado en mi pecho, y finalmente así que-damos dormidos exageradamente cansados, quizás esperando soñar con nuestro próximo encuentro...

Quiero aprovechar este espacio para saludar a todos los lectores de mis relatos y también para asegurarles que habrá más pos-teriormente, para aquellos que les agradó... Bye... Gracias...