Orient express 9
Prosigue el viaje, cada vez mas cerca de Estambul. cada día les acerca mas a sus corazones y a vivir nuevas experiencias. perdiendo miedos y tabús de la época
Su mirada perdida por la ventana observando las montañas cubiertas de árboles verdes, un paisaje frondoso de espesos tonos verdes, abrió la ventana para ventilar el compartimento. Los pensamientos la inundaban la cabeza, no era así, tan liberal tan abierta, era más bien tímida y retraída, temerosa de su cuerpo y sobretodo vergonzosa, en ese viaje el conocer a ese chico la libero de los prejuicios de la sociedad, donde las mujeres debían de servir al placer del hombre y nunca disfrutar, ella estaba disfrutando de placer nunca vividos, nunca imaginados. Tener sexo con una mujer, o estar involucrada en una orgia, menos aún conocer a un amante que la atendiera como a una reina mientras cumplía con creces sus deseos carnales liberados en ese tren. Su mirada cambia de curso del paisaje verdoso a otro más triste, una tormenta se acerca, nubes negras amenazantes de lluvia tapan el sol según el tren avanza, sin previo aviso está lloviendo y contemplando como del cielo fuertes destellos de luz iluminan este, a la vez que una cortina de gotas de agua finas se estampan contra la ventana, de estas surcos de agua resbalan en contra dirección al tren, conformando pequeños arroyos que se extienden en sinuosas estelas hasta acabar perdiéndose de la vista. Con la mirada perdida y fantaseando en lo poco que la queda de viaje, Alicia se olvida del tiempo, tiempo que la recuerda su hambruna con ligueros ruidos en su interior que se confunden con el tañido de los truenos en el cielo, según recupera la realidad se percata que el tren está entrando en una ciudad cerca de las ruinas del castillo de Drácula, aun les faltaban un par de horas más hasta la capital rumana, según entraba veía como el agua de las fuerte tormenta era arrastrada por la calzada a la boca de alcantarilla que hay apenas a unos metros. En ocasiones los ríos que hacía en su recorrido hasta estas eran destruidos por el paso de los caballos o de las ruedas de los vehículos que arrastraban, levantando pequeñas olas que salpican todo lo que está cerca. La gente corre huyendo de la copiosa lluvia y al parecer de lo fría que esta, eso le haca a Alicia reír de la situación, al entrar en la pequeña estación el tren no se detiene, avanza lento pero sin demora haciendo sonar sus sirenas, estas, chocan contra los truenos intentando acallarlos, pero no lo consiguen, en la mente de la joven se imagina como el dios nórdico lanza sus truenos y relámpagos contra el mundo, ver a ese hombre fornido, con su martillo en lo alto, rubio y bien formado la escita, pensar que miembro tendría entre sus poderosas piernas. Según salía de la ciudad el tren volvió a coger ritmo, y avanzo más raudo, Alicia notaba como alguna gota fugaz entraba por la ventana abierta que tenía, dejando entrar un delicioso olor a lluvia y a tierra mojada, ese aroma le gustaba y volvió a perderse en sus pensamientos, haciendo que cerrara los ojos para embriagarse de la fragancia que entraba, cambiando así el aire viciado a sexo que inundaba la estancia. Se perdió rememorando el primer beso de su apuesto amante, de ese hombre que la hizo descubrir la vida que llevaba años perdida por temor, por complejidad, pero que disfrutaría al máximo. Esa imaginación la hizo perderse en sus pensamiento, para ella fueron segundos, un instante a lo sumo pero al abrir los ojos y descubrir la realidad su tren entraba en Bucarest, allí este aminoro, y Alicia corrió las cortinas, pues según se acercaba a la estación y su pereza de vestirse, no deseaba de ser observada desnuda, pero la situación la excitaba. Cuando llego el tren a la estación ella miraba por detrás de las cortinas sin vestirse según se adentraba con fuertes rugidos de los frenos, los vapores de estos subían. A lo lejos veía como venía corriendo una muchacha, mientras un hombre bajaba del tren de enfrente, ella se abrazó a él, sin darse un mero beso. Ella anhelaba el sentimiento que en su interior ardía como una hoguera, en un principio era un juego para ella, un viaje de aventura, pero esas aventuras y vivencias eran superiores a lo esperado, vio como la gente corría en muchos sentidos, como lentamente aparecían y desaparecían de la vista de la joven, la ventana aun mostraba los restos de la lluvia, a pesar de estar a cubierto los truenos no paraban de resonar en las afueras. Según el itinerario del tren esta sería una para más corta. Saliendo el tren al amanecer. Llamaron a su puerta de modo formal, pero sin esperar a que contestaran la abrieron, era Hiriko vestida con un kimono.
- No estas vestida. Esta con voz de sorpresa, pero mirada de lujuria,
- No, no he tenido gana ni necesidad de taparme, ¿por qué lo preguntas? Respondió Alicia intentando recordar
- Solo te lo digo porque hoy voy a un trabajo en un local, este es el fin de mi camino y quería que me acompañarais, Samuel está en llamando a un carruaje para que nos lleve al local.
Las palabras de la joven asiática activaron a Alicia, enseguida saco un baúl de un aramio y saco sugerente corsé negro de encaje, unas medias de rejilla y unos guantes largos. Una falda blanca, que contrataba con el negro. Sus enormes pechos, clamando libertad, del escueto corsé unas botas altas, con un fino tacón, se peinó y arreglo los labios. Ambas amigas salieron de la estación, las dos eran conscientes de que llamaban la atención de todos los hombres, estos las miraban con lujuria deseo, mientras las mujeres las miraban con celos, envidia e alguna también con excitación. Así las dos recorrieron el trayecto entre miradas de todas las índoles, según avanzaban hasta la entrada donde les esperaba Samuel con la puerta del carruaje abierta mojándose, las dos al salir del refugió del tejado del edificio recorrieron con premura la distancia notando como las gotas frías golpeaban sus cuerpos, al entrar en el carruaje las dos se sentaron dando la espalda al cochero, este entró y pudo ver como ambas señoritas se subían sus faldas dejando ver sus sexos al aire, y a sus ojos no escaparon como se iba formando una abultacion en su entrepierna. Al instante los sexos de ambas se contrajeron, y de sus bocas unos leves suspiros lo acompañaron. Según el cochero arreaba a los corceles para llegar a su destino, el tañido de los latigazos hacia mella en la voluntad de las jóvenes de no acariciarse, Hiriko estiro su mano y empezó a acariciar el sexo desnudo de bello de Alicia, esta acariciaba sus senos con los guantes, se le escapó un sonoro gemido que no pudo evitar. Y entones fue cuando sintió que las tetas se le escapan de su sujeción, el contacto de la tela del guante sobre su pezón hizo que se erizara de excitación Samuel enseguida noto una presión en sus pantalones, cuando se desabrocha estos y baja la cremallera para dejar salir su polla, notan como el cochero va reduciendo, los tres se acomodan, para cuando se para bajan del carruaje, entran en un local donde un portero les atiende, a Hiriko la acompaño hasta la parte de atrás, mientras la pareja se acomodan en una mesa donde les sirven unas consumiciones. Lentamente el local se llena de hombres y alguna pareja, Alicia llena de morbo y lujuria manosea por debajo del pantalón a su acompañante, su mano desabrocha en la seguridad de la oscuridad la cremallera del pantalón y saca su dura polla, la acaricia con un dedo, recorriendo su tallo. Un hombre empezó a hablar con un micrófono, las luces se atenuaron más aun dejando la sala en una casi total penumbra, en el escenario una cama redonda y en ella la joven asiática. La pareja se quedó boquiabierta al ver que su recién amiga estaba desnuda de pies en la cama, acariciando su sexo, y sud pezones, Alicia miro a su alrededor y vio que una de las parejas que habían entrado estaba sentada a su lado, la chica estaba comiéndole la polla al hombre mientras este fumaba un cigarrillo y bebía sin perder detalle del escenario. Un grupo de hombres subió, seria unos siete u ocho. El primero se acercó a la joven asiática y sin mediar palabra la empezó a comer una de sus tetas, los otros no tardaron en acercarse, sintiendo como manos desconocidas acariciaban su cuero desnudo, las tetas, la espalda, el vientre, todo su torso, las sentía rudas y calientes, los dedos apretaban los pechos, rodeaban los pezones y, casi inconscientemente, la hicieron gemir, en ese momento se arrodilló para empezar el espectáculo, delante de ella, el paquete del tipo, bajo sus pantalones ajustados, supo que era un pene grande por la silueta que mostraba, y no tardó en comprobarlo. Cuando el tipo descubrió el miembro, la punta, rosada y húmeda, estuvo a punto de chocar contra la cara de Hiriko. El sabor del miembro en su boca le resultó asqueroso, tuvo una náusea, que fue apagada por los movimientos que la mano del tipo comenzó a hacer con su cabeza, el glande entraba hasta casi el final de su boca y salía, después de un par de repeticiones la saco y un hilo de saliva quedó colgando desde el pene hasta los labios, cuando se desprendió, la baba fue a parar a su pecho. Alicia estaba perpleja al ver como todos esos tíos disfrutaban del cuerpo de la joven asiática, ella a su vez estaba pajeando a Samuel, el cual acariciaba una de las tetas de Alicia que se encontraba fuera, la pareja a su lado seguía a lo suyo sin percatarse o importarles lo que ocurriera a su alrededor, Alicia veía como durante unos minutos la polla dura del tío, erecta y palpitante entraba y salía, de la boca de la chica, mientras otro empezaba a comerle el coño por detrás, el resto se masturbaban mientras acariciaban el cuerpo de la joven, poco después la saco, esta estaba repleta de su saliva, chorreando, y durísima, Otro hombre ocupo su puesto, sintió de pronto la punta de un pene en la entrada de su sexo, como presionaba su glande los labios para hacerse paso dentro de ella, la verga entró de golpe, no se detuvo ni un segundo, cuando
- Ohooo, ahaaa, ahaaa, ohooo. Gemía
La joven de al lado empezaba a gemir de la excitación, Alicia no sabía que atender, El tipo gemía sin parar mientras la chica acompañaba su cabeza al ritmo de la mamada, esta también gimoteaba
- Mmmhhmmm, Mmmmm. gemía mientras chupaba,
Sacó la verga de su boca y la vio ensalivada, brillante, Alicia no pudo evitarlo y subiéndose la falda empezó a acariciarse mientras seguía pajeando a Samu, este se acercó a la teta que estaba fuera de su sitio y empezó a lamer su duro pezón, mientras veían como en el escenario Hiriko iba alternando pollas en su boca y su coño. La chica de al lado llevó la mano hacia los huevos y los acarició, calientes, colgantes y peludos, estaban listos para deshacerse de todo el semen que les sobraban.
- Ya llegoo…, ya me vengooo… joderrrr…. Se escuchó en el escenario y el hombre que estaba bombeando en el coño de la joven japonesa se le veía que descargaba en el todo su semen.
Al sacar la polla de su coño empezó a derramarse por sus muslos el espeso líquido , otro no tardo y ocupo su lugar, mientras Alicia no podía más y se puso encima de la polla de Samu, Con la agilidad una felina, se movió bordeando la mesa y se puso sobre él. Se dejó caer lentamente y se penetró a sí misma de un solo envite. Se le escapó un sonoro gemido que no pudo evitar. Y entones fue cuando sintió que las manos de él se aferraban a sus tetas, ahora las dos libres, un dedo recorría su canalillo, la piel sensible entre ambas, después se concentraron en los pezones, la yema del dedo índice rodeándolos fue suficiente para que se agitara y sintiera como inevitablemente se ponían aún más erectos. Las tetas saltaban bamboleándose, según cabalgaba a su amante.
- Ahhha!, ¡siiiii!. Empezó a gemir Alicia al notar como invadía su coño esa polla.
Al mismo tiempo que la penetraba Samuel besaba su cuello, gemía de placer, mientras ella comenzaba a gemir de goce sintiendo su vagina taladrada
Mientras ahora veía a Hiriko con las manos ocupadas y su boca, el hombre que la penetraba la estaba dando tan fuerte que su cabeza no podía impedir el golpear en el pubis del otro hombre haciéndola gritar. Hiriko gemía de, era tal violencia con la que la penetraban que sus tetas se bamboleaban cuando no tenían manos que las sobaban. Alicia empezó oír gemidos de otro lado de la sala
- ¡Ahhhaaa!, ¡siii!, ¡Ahaaa!, ¡Ahaaa!, ¡Ahaaa!, ¡Ahaaa!-
Era otra pareja que estaba follando, él la tenía tumbada sobre la mesa mientras la perforaba el culo, sus frenéticas embestidas debían de estar haciendo estragos en su orificio.
- me vengooo, ahaaa, me vengooo! Le escucho oír al hombre que había parado sus penetraciones.
¡Que tetas!. Escucho decir a Samuel mientras disfrutaba de sus dos preciosas tetas y sus duros pezones
- ¡Ahhaaahaahhahaha!, gritó sin miedo a que la ayer
Hiriko Se convulsionó de placer y su vagina estalló de gozo, sintió como se venía, como su líquido salía disparado con una decidida penetración y mojaba sus muslos desnudos. Alicia por su lado sentía como la polla de su amante, se abría paso hasta su interior, lubricada por sus propios flujos esta entraba y salía sin problemas .
- ¡Ahaaa!, ahaaa!, ¡ohoooo!. comenzó a gemir
Samuel seguía besando su cuello sin dejar de meter y sacar su miembro de dentro de ella, sudoroso incluso al sentir como el cuerpo de Alicia se preparaba para un orgasmo aceptaba todo aquello.
- ¡Siiii!, gimió,
Este al notar como sus músculos se estrechaban estrangulando su polla dentro de ella, se percató que se estaba corriendo, así que aumento la velocidad, se aferró a él y cerró los ojos con fuerza mientras su cuerpo sentía lo que siempre experimentaba cuando la penetraba ese hombre que desde el primer día la había descubierto un mundo de placer y sentimientos, sus piernas se movieron como electrizadas y gimió gustosa, se vino, el orgasmo la invadió de pies a cabeza.
- ¡Ohooo, siii!¡Ohooo, diosssss!. gimió llena de placer,
La mujer e al lado se encontraba de cintura para arriba desnuda, con una mano se ayudaba a masturbar la polla que mamaba, mientras con la otra se autosatisfacía certeramente por los gemidos ahogados que su boca ocupada emitía. Cerraba los labios en torno del tronco de aquella verga, duro y firme, sentía su sabor a sexo y sus palpitaciones, envolvía con la lengua el glande, arrancando al tipo gemidos de placer, tocaba el agujero de este.
- Mmmm. gemía al sentir sus dedos en su clítoris mientras mamaba la polla del hombre
Mientras la joven asiática, Hiriko veía como de su coño u tipo se apartó recién había descargado dentro de ella, a la vez que otro entraba en él, ella seguía mamando aquella dura polla a la vez que tenía que escuchar la mezcla de gemidos y piropos del hombre que iba a terminar en su sexi boca.
- ¡Ahaaa!, nunca me la habían mamado así, eres una diosa...-
Pronto sintió como la verga temblaba, la notó ardiente y como la punta se mojaba, era la venida, que iba a llenarle la boca, lanzó un largo gemido deseando aquel sabor que era el del semen. El semen salió de golpe, sorprendiéndola, intentó tragar y solo pudo adueñarse de un poco.
- Uglglglglugug-, emitió su boca cuando el semen escapó de ella.
Grandes cantidades de esperma cayeron por su barbilla, cuando sacó la de su boca, dejó escapar un suspiro como si tomara aire, tenía toda la boca llena de semen. Mientras Samuel seguía penetrando a Alicia, con rapidez, moviéndola sobre la mesa, Alicia gemía con la cabeza agachada, sus tetas se movían con cada embestida y se sentía en la gloria, mientras la penetraba por la espalda, rodeó sus tetas con las manos, unas tetas turgentes y firmes, con pezones rosados, no muy extendidos por los senos, pero erectos y juguetones
- ¡Ahaaaa gemía, Ahaaa!, ¡gemía aprobando como la penetraba
Con cada penetraba empujaba con fuerza y la hacía sentirse llena, la polla dura de Samuel la completaba, estaba al borde de un segundo orgasmo, pero aun no quería que llegara, sentía la verga llegar hasta casi su útero, al mirar a su lado, vio como la joven chica aceleraba el ritmo, el hombre la sujetaba la cabeza mientras estaba recostado en su asiento con los ojos cerrados. La chica paro, separo su cara y vio como disfrutaba Alicia viendo como le comía la polla al hombre mientras era frutalmente follada, acercó de nuevo su boca y con sus labios le dio un par de besos en el glande y para envolverla con ellos mientras con la lengua la frotaba y la rodeaba, poco a poco se la fue metiendo más y más en su boca hasta habérsela metido toda.
- AAAAHHHH, que bien la comes, sigue así, no se te ocurra parar, continua así, AAAAHHHH- exclamo el hombre a punto de llegar.
La joven hacia el mismo movimiento que las caderas de Alicia, mientras de fondo los gemidos de Hiriko eran constantes mientras la follaban por delante y por detrás, los hombres que habían terminado en ella, o sobre ella habían bajado del escenario y hablaban del evento mientras fumaban o tomaban algo, la chica subía y bajaba muy lentamente , pero cada poco segundos subía la intensidad, mientras tenía la polla dentro de su boca y jugaba con ella con su lengua del joven solo podía gemir y retorcerse de placer.
- no aguanto más me voy a correr- dijo este
El miembro expulsó un potente chorro de semen que recorrió todo su esófago a la vez que. Un nuevo chorro de leche caliente salió e inundó su boca, dulzón, violento y excitante, aquel miembro no dejaba de expulsar leche, el semen se desbordaba por la comisura de sus labios, lo sintió en sus mejillas, para cuando termino, el semen que tenía en a boca lo retuvo, levanto al cabeza se giró y mirando a Alicia la beso con tal pasión que la joven se corrió del placer que sintió. Para cuando terminaron de besarse la joven desconocida se apartó con los labios manchados de semen al igual que Alicia, ambas se habían compartido el semen mientras se besaban y se lo habían tragado,
- AAAAHHHH, AAAAHHHH, AAAAHHHH, como me gusta sentir tú polla dentro de mí, dame más, sigue haciéndome tuya, como estoy gozando, hazlo más fuerte y seguido, cabálgame más fuerte soy toda tuya, AAAAHHHH, AAAAHHHH- Grito Alicia con las manos apoyadas en la mesa y sabedora de que estaba a punto de recibir la leche de su amado.
- ¡Oh!-, gimió, -¡termina adentro!, ¡vente dentro de miiii!
Comenzó a empujar con más fuerza, Alicia sintió como su vagina se le llenaba de la venida de aquel macho, una sensación extraña la sobrevino,
- ¡Ohooo!-, gimió Samuel. eres la mujer más espectacular que he conocido en mi vida-
La choco se retorció casi sin habla, el miembro que la invadía se hinchó de repente y
- ¡Ohooo!, ¡Siii!, ¡me voy a correr!, ¡Siii!, ¡métemela no pares!, gemía de placer, el ultimo orgasmo de esa noche era espectacular.
la obedeció y subió la intensidad y la regularidad no aguanto más y con un último empujón con fuerza y eyaculo dentro de ella, invadiendo su útero de semen caliente y dulce mientras no pudo parar de correrse y follarla, después de terminar de descargar su corrida continuo penetrándola, la continuación de la penetración a pesar de que de su rajita goteaba semen de la primera corrida, Alicia cerró los ojos y, con la boca abierta de placer, continuo gritando, el orgasmo que había sentido venía acompañado de orgasmos nuevos pero igualmente de intensos. Continúo metiéndosela hasta el fondo aguantando como podía sin terminar de descargar sus huevos dentro de ella. El espectáculo del escenario había terminado con Hiriko en la cama llena de semen, por sus orificios, por su cara y Alicia con la mirada perdida mientras Samuel atraía sus caderas hasta su pelvis con sus mano, no tardó en volver a descargar, sus gestos eran de auténtico placer, la verga avanzaba dentro de su vagina abriendo sus paredes de carne, fue rápido, el hombre estaba deseando llenarla de leche calenturienta y ella la quería, la deseaba, quería sentir el semen caliente llenándola por dentro y cuando ocurrió
Sintió un gran chorro que le llenaba el útero, y después otro, rebelde, que se quedaba en el recorrido de su vagina. Después de unos minutos de cortesía para recuperarse, ambos salieron del local y montaron en un coche, para irse al tren, que partiría en unas horas camino a Estambul, los dos amantes estaban exhaustos y esa noche se habían ganado las palabras de amor del otro por su complicidad. Alicia manaba de su coño cantidades ingentes de semen manchando la tapicería de los asientos del carruaje, mientras se arreglaba y colocaba las tetas que no se dio cuenta que las tenía al aire. Al llegar a la estación ambos jóvenes se fueron a su vagón donde el revisor comprobó que podían pasar y que todo estaba correcto, entraron en el compartimento de ella y tumbándose en la cama abrazados se durmieron como si fueran novios