Orient express 6

Después de leer un párrafo del libro, nuestra protagonista descubre que su mente le juega malas, peo sensuales experiencias

Al entrar en mi cripta vi como mi amado Dr. John Seward, Sir Arthur Holmwood y Quincey Morris, mientras hoy al muy amado profesor, Van Helsing.

-        Ohhhh, has sido contaminada por la sangre de Drácula, y por eso no moriste y ese motivo es el que nos trae a los cuatro aquí. Decía el profesor Van Helsing saliendo de detrás de una columna sujetando una vela con una mano, mientras la otra protegía la llama

Al verme entrar los cuatro hombres se quedaron perplejos, sus miradas reaccionaron al ver mi torso desnudo, dejando ver mis voluminosas tetas que encumbraban unos pezones duros, sus paquetes reaccionaron y los cuatro

-        ¿Y la estaca la tenéis entre los pantalones? Dijo la joven vampiresa

Me quedé quieta  mientras ellos avanzaban hacia mí, al llegar a mi altura Sir Arthur y el profesor, mis pechos fueron el blanco de ellos mientras el joven doctor y el alto americano, Quincey sobaban mis nalgas por encima de la fina tela, note como la agarraban y de un fuerte movimiento se desgarro dejando al descubierta mi pálida piel.  Unos dedos se adentraban explorando la zona entre mis muslos, desde atrás el fornido yanqui  me sujetó ambos brazos y los puso en mi espalda, acto que sin dudo aprovecho Arthur para empezar a acariciar mi suave conejo depilado. Los otros no lo desaprovecharon y el joven doctor proseguía acariciando mis nalgas, mientras  el ávido profesor,  Van Helsing mamana de mis tetas y  chupaba los pezones, Arthur  comenzaba a jugar con mi clítoris e introducir las yemas en el interior de mi vagina el profesor fue el primero en desnudarse, acto que al verlo le siguieron los otros, al  posar delante mía los cuatro sementales con sus pollas tiesas, me senté en mi  loa de granito, y apenas se empezaron a acariciar  sus herramientas erectas instintivamente abrí mis piernas invitándoles a acercarse. Todos cayeron sobre mí. Una cantidad de manos se abalanzaron sobre mi cuerpo. Sentí muchísimos dedos explorando mi vagina, acariciando mis senos y mi piel en general. De pronto alguien me toma del pelo con fuerza, era  Van Helsing,  que se había puesto  a mi lado. Volteó mi cara y choqué de frente con su enorme y gorda polla. Era un grueso, venoso y algo curvo.

-        abre la boca a le. Me dijo

-        que esta es la manera de limpiar tu alma. Prosiguió mientras mis labios abarcaban el glande de esa suculenta pollo

-        uffffff , cuántas veces te imaginé chupándomela así mmm.  dijo mi buen doctor soltado uno de mis pezones de su boca

En eso sentí una boca comerse mi coño entero,  era Quincey,  que se chupeteaba mis jugos agarrándose de mis muslos y jugando con su lengua en mi clítoris. Me lo mordía y yo levantaba mis caderas para intentar facilitar  ese proceso de placer que ya me tenía toda mojada.  El buen doctor  tomó una de mis manos y la puso sobre su polla. Empecé a masturbarle  con fuerza, mientras mi buen Arthur se deleitaba con mis senos y pezones, entonces agarre la polla de Van Helsing con la mano y la solté masturbándole, y me metí la del doctor John en la boca y la empecé a lamer, a saborear cuando note la presencia de un glande en la entrada de mi vagina,  cuando quise reaccionar ya tenía su pene dentro mío. era tan grueso que me dolió

-        ahhhhhh, despacio, ahhhhhh, no seas tosco, ahhhhhh, estoy fuera de práctica, hummmmm, tienes la polla  muy gorda. Es lo que atine a decir  sin saber cuál era el primero en penetrarme

Grité de placer y sufrimiento, a pesar de que ya estaba tan lubricada y mojada. Me agarró de las caderas y me la clavó aún más adentro. Con fuerza empezó a embestirme sin piedad aquello acabo con toda mi resistencia  metía y sacaba su larga polla de mí, poco a poco, disfrutando de mi estrecho coño, yo notaba como  mis labios se abrían y se cerraban a medida que aquella polla entraba y salía dilatándome el coño, Quincey  se tomó su buen tiempo en darme aquel tratamiento, y yo estaba en la gloria,  él sabía cómo mantenerme encendida pero sin que llegara a correrme, ya nada me importaba, solo quería disfrutar de aquello. iba aumentado el ritmo de su follada y yo empecé a notar como me llegaba el primer orgasmo, pero él también lo noto y súbitamente dejo de follarme y saco la polla de mi coño, yo notaba como el coño me palpitaba como buscando aquella polla que me estaba reventando, entonces vi cómo le apartaban y venía a mi boca, su polla era deliciosa, el sabor salado de su liquido preseminal en la mezcla de mis flujos  y nota como el profesor con su gruesa polla entraba dentro de mí me salto al primer orgasmo

-        AAAHHH, AAAHHH, profesor como me estás haciéndome gozar, como hacía mucho tiempo que nadie me hacía gozar, joder que aguante tienes para ser un viejo, AAAHHH, AHHH. Le dije al viejo

-        me corro, me corro. Dije

Este me la metía  con fuerza, agarrado a mi caderas me follaba con ganas,  metiéndomela y sachándomela con rapidez,  tan rápidas embestidas en el coño, una polla en cada mano y otra en la boca, esta última recibía el tacto de mis colmillos que la raspaban, de mi lengua que la saboreaba mientras irrumpía en mi boca y salía. De repente uno de los hombres que le hacia la paja, no sabía en ese momento cual soltó mi mano, cuando ocurrió eso y aparto al pobre profesor y me la metió en el coño, note que era Arthur, el cual la metía y sacaba hasta el fondo, despacio pero con contundencia hubiera gemido de no tener la polla de Quincey en mi boca.

-        Me corro joder, me cooooorrrrroooo. Dijo el nombre descargando al poco tiempo de metérmela en lo más profundo de mi coño

Dejando su sitio otra vez al profesor Van Helsing, Arthur se apartó sentándose en el suelo descansando, mi coño rezumaba una gran cantidad de su líquido, con cada mete y saca del buen profesor salía más de mi interior. Así  me saque ambas pollas de mi cuerpo, tumbando a Quincey en el suelo, y me senté sobre su dura polla, aquella la fue metiendo dentro de su coño lentamente, despacio hasta que ya no hubo más que meter, después de eso, acerco sus labios al cuello del hombre y sin que nadie se percatara le clavo los colmillos alimentándose lentamente del hombre, sin matarlo. Gemía como una poseída hasta que en una de las veces que me elevaba sobre semejante polla note como el doctor se acercaba a mi ano, su glande se posicionaba en mi esfínter,  colocó el pene en la entrada y empujó. No cedía, volvió a empujar y tampoco cedía así que con más fuerzas lo volvió a intentar y ahora sí que el  glande entró pero con suavidad. Luego embistió y la polla entró, sentí un placer al notar las dos pollas dentro de mí que aparte mis labios del cuello de Quincey, de mis labios goteaba sangre de su cuello, el calor que sentía dentro de mí, que se propagaba a mis  entrañas. Ese calor fue subiendo hasta que se convirtió en un placer indescriptible. El doctor puso entonces la polla en mis labios y no lo dude, mientras mis labios follaban esa polla, mis dos orificios eran también follados, así que hambrienta como me sentía, clave los dientes en la base de la polla del doctor, y según se la sacaba la sangre salía de la herida, y desaparecía en mi boca al metérmela dentro y degustaba esa sangre con matices fuertes a hierro,  el profesor sin percatarse de lo que le estaba haciendo no tardo en correrse abundantemente en su boca, en la cual lo joven saboreo la mezcla de la sangre y el semen salado. El viejo hombre se retiró dejando al doctor fallándome el culo y al aguerrido vaquero el coño, delante mía vi como el viejo caía sentándose de culo con la polla sucia de su semen y de la sangre.

-        tienes unas tetas estupendas me las voy a comer. me dijo el vaquero según subía su cabeza para hacerlo

Su lengua salió de su boca  para lamer mis pezones coloco su cara entre mis pechos jugando con ellos, se oía como los succionaba, me estaba gustando mucho.

-        Joder John, vaya tetas que tiene, me encantan.  Prosiguió el vaquero desnudo salvo su sombrero

-        DISFRUTA COMPAÑERO cómele esas tetas tan grandes y preciosas que tiene, luego las probare yo. Respondió el profesor John

Me estaban dando una buena ración de pollas los dos, en este momento deje de moverme para que ellos se sincronizarán y se acoplaran y así lo hicieron rápidamente, una entraba y la otra salía y cada vez a más velocidad:

-        Ohhhhhhhhh……que..buenooooo…..sientoooooo. las dossssssss….dentro de miiiiiiiiii, una por delante y otra por detrás…….

-        ¿No te gustaría tener otra en el coño también? Aparte de las que sientes dentro de los dos orificios. Le dijo en el oído el profesor mientras apretaba mis caderas

-        Ohhhhhhh…….Si respondí y cerré los ojos

-        cuanto placeeerrrr ohhh siiii ¿Te gusta ser follada por dos pollas a la vezzzzz?me pregunto mi seductora cena americana

-        Siiiiiiiii, es lo que más placer me hace sentiiiiiir… es increíbleeeeeeeee

Empecé a jadear y suspirar con fuerza, ya era inevitable, no podía controlarme y gritaba más de la cuenta, mi cuerpo disfrutaba como nunca de la doble penetración con la que esos dos hombres me estaban deleitando.

-        ¡!SIENTO EL MÁXIMOOOOOO PLACEEEEER!!

Notaba como gozaban mis amantes follándome por delante y por detrás, también jadeaban, me sentía satisfecha de oírlos, yo estaba al límite y me vinieron una serie de orgasmos seguidos, terminaba uno y empezaba otro:

-        ¡!No hago mas que correeeeermeeeeeeeee!! ¡!Me teneis entregadaaaaaa!! !!Me vais a destrozar hijos de putaaa!!

-        Correteeee, correteeee, me encanta oírte cada vez que te viene unoooooo.me dijo John

Sentía a cada embestida como mi coño , se humedecía, más caliente en cada penetración,  era para mí una sensación nueva, sentir como su polla bailaba dentro de mí, humedecida cachonda, hambrienta y veía como las arterias palpitaban en su cuerpo, como la aorta me llamaba, le volví a clavar los colmillos y  chupaba y chupaba su sangre, mientras sentía como me llenaban el coño y el ano, sentir esas pollas dentro de mí me excitaba, pero lo que más me excitaba era alimentarme mientras me daban ese placer. Allí nadie hablaba, no hacía falta, nos entendíamos muy bien, solo gemíamos y gritábamos de gusto. Notaba como me llenaba de su leche por  detrás, el profesor soltó un bufido a la vez que sentí el primer chorro de semen cayendo dentro de mi recto. Lo peor de todo fue sentir a mi buen amado Arthur levantándome de la garganta de Quincey con una estaca en el corazón, mis reflejos se activaron cuando mi mano derecha extendió la garra y se aferró al corazón dentro de su pecho, sentía como lo oprimía y latía en mi presa, la cara del caballero ingles era una expresión de dolor y de sorpresa, pero al retirar la mano de su pecho cayo inerte mientras me acercaba el corazón a mi boca y lo mordía llenándome la boca de tibia y sabrosa sangre caliente. Después de eso cogí al pobre doctor y según se levantaba débil por la pérdida de sangre le rompí el cuello de una manera brutal haciendo un chasquido sus vertebras en mis mano, después fui a por John, el joven aun le colgaba de su polla semen, el arrodillado en el suelo busco el cuchillo de Quincey y sin darle tiempo le mordí brutalmente el cuello desde atrás, mi mordisco le desgarro todo el cuello al retirar mi cabeza hacia atrás, cayó al suelo en un charco de sangre.

-        Que desperdicio de cena. Dije mirando toda esa sangre desparramada en el suelo.

Mire al suelo y vi como el joven vaquero se arrastraba a por el gran cuchillo, me puse de cuclillas a su altura, de mis orificios, tanto el anal como del coño manaba semen, y todo mi mentón era rojo oscuro de la sangre que le había manchado.

-        aun quiero  otro orgasmo mas Ufffffff, y me lo vas a dar tu vaquero le dije tumbándolo boca arriba,

Enarbolando el cuchillo torpemente me vi reflejado en su lomo

Un grito ahogado me despertó viéndome reflejada en el lomo del cuchillo, me percate que todo había sido un sueño y que me encontraba en la cama del hotel donde aún yacía dormida Hiriko, a mi lado e Samuel en la silla.