Orgullos de mi madre II

El relato de como por fin el hijo toma el mando

Mi padre por fin se marchaba de viaje. Estaba tan nervios esperando el momento que aquella noche no pude pegar ojo. Su vuelo salía a las 9 de la mañana así que a las 6, mi madre ya estaba en pie para prepararle el desayuno y empezar con las tareas para adelantar por si acaso mi padre le pedía que le acompañase al aeropuerto. Era poco probable pero no quería despertar su ira en el último momento. Desde mi cama la oía y solo de imaginarla con su camisón cubierto con una fina bata y nada más me puse caliente. Abrí un poco la puerta de mi dormitorio para poder scuchar mejor. Mi padre llegó a la cocina.

-Adela el café, ya! – le gritó

-Toma impaciente, ya está, no quería que se te enfriase…

-A mí, no me repliques pedazo de puta.

AL oír aquello mis sentidos se aguzaron. Miré el reloj. Mi padre iba justo de tiempo pero aquella contestación era premonición de jaleo. No me equivoqué.

-Pero si yo no te he dicho nada…-oí decir a mi madre tímidamente.

-Me tienes hasta los cojones

Y entonces sonó el zaaaaaas del bofetón seguido de la queja lastimera de mi madre. Supe lo que iba a suceder así que me arriesgué y salí de la cama con sigilo hasta el salón desde donde un espejo de pared estratégicamente colocado permitía ver el reflejo de lo que pasaba en la cocina.

Mi madre estaba con la cara apoyada en la mesa de la cocina agarrándose con las manos a los bordes. La bata y el camisón levantados dejaban ver la piel blanca de tremendo culo.  Mi padre  con los pantalones bajados, la tenía agarrada del pelo , tirando fuerte , de tal manera que la obligaba a tirar el cuello hacia atrás de manera que se adivinaba dolorosa. La follaba con violencia al tiempo que le pellizcaba de forma salvaje las nalgas. La cara de dolor de mi madre era evidente. Se mordía el labio para no gritar y sin embargo… había algo en sus ojos, un brillo que denotaba placer en aquello.

Con un violento espasmo, mi padre anunció su corrida, Se quedó lo justo. Sacó su miembro ya fláccido y se lo limpio con el camisón de mi madre que se quedó allí inmóvil sobre la mesa de la cocina. Me apresuré a volver a mi habitación. Había visto lo suficiente.

UN par de horas más tarde, me levanté y me dirigí a la cocina a desayunar. Mamá estaba allí como cualquier otro día como si aquella violación marital que había sufrido no hubiese sucedido nunca.

Estaba preciosa. Ya se había vestido para salir a la compra. Una falda negra a medio muslo con las piernas desnudas y una sencilla camisa blanca de hilo que a contraluz dejaba intuir el sujetador negro que a duras penas podía contener aquellos dos maravillosos  y maduros pechos. Peinada con una sencilla cola de caballo que recogía su lisa melena negra intentando. Los labios carnosos ligeramente coloreados con un discreto carmín rojo pálido y un poco de sombra de maquillaje. Como siempre, me fijé en sus preciosas manos  de dedos largos y gruesos, uñas recortadas y manicura perfecta de color granate. Aunque se puiera aquel horrible chaquetón por encima, a duras penas conseguía disimular aquellas rotundas formas de hembra cachonda. Recuerdo haber pensado:

  • lo normal sería que la follase todo el que se la cruce, ese cuerpo va pidiendo sexo a gritos.- Sentía mi polla luchando por salir de mi pijama , y aun así… me contuve . tenía que esperar al momento .

-salgo a la compra cariño, ¿Quieres que te traiga alguna cosa?

La repasé de arriba abajo, comiéndomela con los ojos. Una mirada de evidente lascivia que no pasó inadvertida para ella y que la incomodó de forma evidente aunque no dijo nada.

-Sí, Mamá , trae una botella de vino blanco .Que sea seco y bueno . No seas rácana lo pagaré yo.

-¿Celebramos algo?-me dijo con tono entre curioso y temeroso

-Sí, pero será una sorpresa. No tardes. Y dándole un beso en la mejilla me fui a la ducha.

El día transcurrió sin incidentes, aunque me tuve que masturbar dos veces pensando en el cuerpo de mi madre para contener mi deseo. Y por fin legó la noche.

-Bueno , me vas a contar que es lo que celebramos- me dijo mamá mientras me servía la cena.

Yo, descorchaba la botella con  lentitud mientras volvía a repasar el cuerpo de mi madre con mis ojos, con la deliberada intención de ponerla nerviosa y surgió efecto , puesto que derramó parte de la crema fría . Acostumbrada a las violentas reacciones de mi padre , rápidamente se puso a intentar arreglar aquello.

-Que torpe soy  hijo, perdona , enseguida cambio el mantel…

-Tranquila mamá, yo no soy el cabronazo de mi padre, no voy a darte una ostia ni voy a violarte solo porque se te caiga la sopa.

Se giró repentinamente. En ese instante se dio cuenta de que yo sabía mucho más de lo que debería o quizás fue el darse cuenta de cómo había remarcado la palabra SOLO.

Instintivamente, quizás por instinto de protección después de tantos años conviviendo con una bestia, se fue alejando despacio de mí. Retrocediendo lentamente hasta que su culazo topó con la encimera de la cocina.

Puse mis manos a cada lado de su cintura, rodeando su cuerpo, atrapándola allí.

-¿Qué haces hijo? , déjame salir, que he de recoger lo que he manchado

-Shhhh, tú no te mueves de donde estás hasta que yo te lo diga, ¿de acuerdo mamá?, yo no soy el animal de tu marido, pero hazme caso. NO me hagas cabrear porque puedo ser el mismo demonio.

Sentí como mi madre temblaba. En aquel instante no hubiese podido decir si era por el temor o por la excitación que recorría su maduro cuerpo al darse cuenta de que su hijo, se había hecho mayor , que aquel niño que mamaba desesperadamente de su pechos , se había convertido en un macho adulto y que volvía a desear sus pezones, pero de otra forma . Esa sensación en ella me excitó más aun si cabe.

No era tonta, sabía que no tenía nada que hacer , así que bajó los brazos.

Allí estábamos los dos de pie en la cocina el uno frente  al otro. Madre frente a hijo.

Sonreí mientras mis manos muy despacio iban desabrochando uno a uno los botones de su camisa . Separé ambos lados para dejar al descubierto aquel mismo sujetador negro que había intuido por la mañana.  De encaje con aros y cierre por delante. Me relamí de gusto ante la visión.

-bonito sujetador mamá, las bragas ¿van a juego? Dije mientas pasaba el dedo índice suavemente por el contorno

-Sssiiiii, dijo entrecortadamente, lo compré en las rebajas , yo…

-NO te excuses madre, una hembra como tú ha  de llevar lencería elegante , solucionaremos eso no te preocupes. Ahora , sácatelos,ya!

Con manos inseguras, mamá desabrocho el sujetador y lo dejó caer al suelo. Por fin sus maravillosos pechos maduros eran míos. Caían por su peso de piel blanca y tersa algunas  venas azuladas se marcaban en los laterales donde por tendencia desbordaban. Los palpé desde los lados, los, los, acariciándolos con las yemas de mis dedos y no tardé en ver como aun sin decir ni una palabra, sus pezones, duros como piedras hablaban por ella. Sonreí.

-Menuda hembra cachonda estás hecha mamá. No puedes esconderlo. Toda la vida te lo he notado en la cara y ahora tu cuerpo te delata-dije metiendo la mano por debajo de la falda. Separó los muslos y ella misma se arremangó la falda, seguía en silencio, pero no cabía duda de que había aceptado la situación. Pasé un dedo por el lateral de la goma de aquellas sencillas bragas negras de mercadillo y metí la palma de la mano. Sentía la enorme cantidad de vello cosquilleando en mis dedos y de repente pude sentir la humedad de su coño.

Mamá se apoyaba con las manos en la encimera. Nos mirábamos. Y entonces mi dedo con suma facilidad se introdujo en su sex. Los ojos de mi madre se cerraron  y lanzó  un profundo suspiro. Mi dedo se paseaba arriba y abajo entrando y saliendo, buscando su clítoris y volviendo a entrar en su húmeda cueva. El segundo dedo entró suave al tiempo que aceleraba el ritmo. Los jadeos de mamá se hicieron a más profundos más seguidos. Al meter el tercer dedo, dio un respingo, una mueca de dolor momentánea pero enseguida su cuerpo se adaptó .entraba y salía de su sexo con toda facilidad mientras con la otra mano apretaba uno de sus pechos al aumentar el ritmo de mi mano aumentaba la presión en su teta, podía ver mis dedos marcados en su piel. Entonces el cuarto dedo intentó entrar en su coño. Mamá lanzó un grito de dolor, al cual yo respondí agarrando su pezón y pellizcándolo con fuerza e introduciendo ya la mano completa en la obertura de su dilatado coño.

Me miraba sorprendida. – ¿Es la primera vez que te meten la mano entera dentro, mami? –Respiraba agitadamente mientas mi mano empujaba y se movía en círculos para poder abrir más aun su sexo, intentando encontrar su límite –Contesta! Le grité al tiempo que tiraba de su pezón enrojecido.

-Sí, sí, nunca antes…

-¿Te gusta? , se que te duele, lo sé, pero la pregunta es ¿Estas gozando madre?.

Sus caderas se movían en movimientos circulares, buscando el mejor acomodo posible de mi puño en sus entrañas y con sus manos me rodeo el cuello y me besó en la boca. Era la primera vez que sentía aquellos labios en los míos.

-sí hijo, sí, no pares no pares dame más , que placer mas grande, siento que me voy a partir en dos …

Sentí de repente un flujo mucho más cálido de lo que estaba notando .MI madre estaba a un pasito del orgasmo, pero como yo bien sabía por toda mi observación, si quería que mi madre se corriese, iba a necesitar el estímulo del dolor.

Me saqué la polla del pantalón y sin dejar pasar ni un segundo, la hundí de un solo golpe en aquella humedad ardiente que era el chocho de mamá.

-Ay que rico, ay mi niño, que me está follando- me decía mientras sentía sus uñas en mi espalda

Mi polla embestía su sexo como un ariete. Golpes secos y profundos mientras con la mano le agarraba de la barbilla y le lamia la cara

-Voy a correrme dentro de ti madre, pero hoy tú también te vas a correr, así que quiero, Te ordeno que me digas, lo que necesitas para llegar, ¡Dímelo! Le grite al tiempo  que le daba una bofetada. –Jadeaba muy fuerte cuando le di otro bofetón.

-Dolor, mi niño, tu mami necesita dolor!! Gritó casi como una loca mientras sus manos se aferraban a mis nalgas.

Le agarré los pechos con tanta fuerza que no pudo evitar que le saltasen las lágrimas , al tiempo que mi polla se movía frenéticamente dentro y afuera dentro y afuera cada vez más y más rápido, más y más fuerte

-Así , así , m.as más ay mi niño así ay como te follas a mamá ay que me corro ay mi niño que me corroooooo

Sentí un espasmo por toda la columna cuando una oleada de semen se derramó en el interior de mi madre. Ni siquiera me di cuenta de lo muchísimo que estaba estirando sus pezones cuando sentí mi polla rodeada de un caldo viscosa y ardiente. La corrida de mi madre fue monumental.

Nos quedamos así abrazados, inmóviles respirando entrecortadamente por el esfuerzo. Nos miramos y sonreímos. Sellamos nuestra nueva relación con un beso en el que nuestra saliva se mezclo con el sabor de nuestros jugos.

-Madre partir de hoy las cosas en esta casa han cambiado. Ahora mando yo , ya sabes a quien debes obedecer y complacer.

-Sí mi vida soy feliz. Lo era, su cara resplandecía sonrojada y más aun cuando comprobó que mi verga al salir de su coño , volvía de nuevo a estar erecta dispuesta para u segundo asalto.