Orgias en mi casa
Mi madre disfruta de todos los empleados de la casa mientras mi padre no está.
A mis 16 años descubrí en casa, cosas que jamás habría imaginado. Mis padres tienen mucho dinero y vivíamos a las afueras de la ciudad (no quiero dar datos) en una casa grande con un gran jardín amurallado. Mi padre pasaba casi todo el día fuera de casa. Teníamos un montón de empleados. El jardinero, una empleada de hogar, dos cocineros, dos cuidadores de animales, pues teníamos perros y caballos en la parte trasera del jardín, y el mayordomo, todos elegidos y contratados por mi madre.
El verano era aburridísimo. Me pasaba el día en la piscina sin nada que hacer pero a partir de ese día, después de lo que ví, todo sería distinto. Mi madre por tenía 38 años. Era más o menos normal, cómo toda mujer a esa edad. Mide 1.60 es morena, tiene las tetas grandes y siempre va muy bien arreglada.
Ese día salía yo de la piscina con mi toalla y me dirigía a la puerta trasera de la casa. Entonces unos gritos me llamaron la atención. Me acerqué a la ventana baja de la biblioteca que da al jardín, me subí a un banco para llegar a la ventana y... ¡no podía creer lo que estaba viendo!. Mi madre estaba casi desnuda, las bragas tiradas por el sillón, con la falda levantada, y sobre el sillón con las piernas totalmente abiertas, entre ellas la cara del mayordomo que debía de estar comiéndoselo bien por los gritos que daba mi madre. Después el mayordomo se levantó y se bajó los pantalones y los calzoncillos. Se sacó toda la polla dura y mi madre se levantó como hambrienta y se metió media verga en la boca. Se agarró al culo del mayordomo con las dos manos y se tragaba toda la polla. Yo no sabía que hacer. Estaba paralizado por la situación pero estaba terriblemente excitado. Luego de mamar por un rato, el mayordomo la apartó. Ella se subió al sillón poniendo las rodillas sobre este y los pies en una mesa que esta enfrente dándole la espalda. El mayordomo se puso entre sus piernas, la empujó un poco para que empinara el culo, se escupió en la verga, apuntó y se la clavó de un golpe. Mi madre pegó un grito y después hablaba pero como la ventana estaba cerrada no entendía lo que decía. El mayordomo la daba fuerte sin parar y ella ponía gran cara de gusto y se metía una mano por debajo para tocarse. Para mi asombro, el mayordomo se subió al sillón y la jodía mas fuerte desde encima, me fijé que ¡la estaba enculando!, no era por el coño, sino por su culo, y le metía todo. Luego de un rato la levantó sin sacársela y se sentó él en el sillón y mi madre encima, sentada de culo, seguía cabalgando. Siguió por un rato hasta que él la levantó muy deprisa la puso a cuatro patas y se puso a follarla el culo como un loco hasta que gimiendo fuerte se corrió con toda la verga clavada en el culito de mi madre. Luego la sacó y mi mamá la estuvo chupando un rato hasta que quedó toda flácida. Luego el mayordomo se vistió y se marchó a seguir su trabajo como si nada.
A partir de ese día me pasaba espiando a mi madre todo el tiempo. Además puse unas cámaras escondidas en algunas habitaciones que mi madre frecuentaba como: la cocina, su habitación o la biblioteca. Las quitaba cada día antes de que al limpiar las habitaciones se descubriera y luego las volvía a poner.
Unos días después de ese incidente volví a llevarme otra sorpresa. Al poco de irse mi padre en la mañana y pensando que yo también lo había hecho, mi madre fue a la cocina y mandó que los cocineros la subieran el desayuno a la cama. Yo antes de que mi madre subiera, corrí y puse dos cámaras en el armario de al lado de la cama, y otro en el mueble, debajo del espejo enfrente de la cama. El desayuno se alargó como dos horas y media. Y cuando mi madre su fue a duchar aproveché para quitar las cámaras y ver las cintas en mi habitación. Esto es lo que ocurrió:
Mi madre llegó a la habitación, sacó un pinta labios de un cajón y se pinto. Luego se puso un camisón como para dormir pero se quitó el sujetador y las braguitas y se metió a la cama. Llegaron los cocineros con una bandeja con una vaso vacío, pan tostado y mantequilla. Mi madre los dijo: "¿Dónde me traéis la leche?". Y ellos se agarraron los huevos y ella dijo: "muy bien pues quiero que me la deis toda". Entonces se metieron a la cama con ella y empezaron a desnudarse mientras la besaban, metiéndola toda la lengua. Cuando estaban sólo en calzoncillos la quitaron el camisón y la dejaron desnuda. Uno se metió entre sus piernas y le comía el chochito, por cierto depilado, el otro ya se había sacado el calzoncillo y mi madre le mamaba la polla agarrada a su culo. Cuando este la tenía bien tiesa, mi mamá dijo: "méteme esto rápido, que lo necesito dentro."
Entonces mi madre se puso a lo ancho de la cama con las piernas abiertas, uno se puso entre ellas y le metió la picha en el chichi. El otro se puso en el otro lado para que mi madre se la chupara. Esta dejó la cabeza colgando al borde de la cama y dijo: "anda fóllame la boca".
El otro la metió el rabo en la boca y la sacaba y la metía produciendo un ruido en la garganta cada vez que la metía. Y al cabo de un rato de la boca de mamá escurrían muchas babas y saliva que no podía controlar. La metía toda la polla en la boca, incluso a veces parte de los huevos. Y mi madre tragaba sin rechistar, emitiendo gemidos de placer. Luego, uno se tumbó en la cama boca arriba y mi madre lo montó metiéndose la polla en su coño y se la chupaba al otro que la agarraba una teta. Entonces mi madre dijo: "necesito una polla en el culo". El hombre saltó y se puso a la espalda, mi madre se tumbó sobre el pecho del otro hombre dejando alto su culo y por ahí se la clavó sin mucha dificultad. Al principio emitía gritos de dolor pero luego se convirtieron en gritos tremendos de placer. Después de darle durante un rato cambiaron mi madre se sentó dándole la espalda a uno y se clavó la polla en el coño y el otro por delante probó a entrarlo por la misma entrada.
Con dificultad entró y empezaron a moverse. Mi madre empezó a gritar como loca entonces y el que la daba por delante dijo: "me viene, me viene", se la sacó y mi madre cogiendo el vaso se lo puso pegado a la cabeza de la verga y allí descargó toda la espesa leche. Dejó el vaso, se levantó y se puso a cuatro patas en la cama, el otro se puso detrás de ella y la ensartó por el culo todo el falo. Ella decía: "dame duro, fuerte, venga marica" y él la daba como si se la quisiera sacar por la boca. Unos terribles envistes, mi madre saltaba de la cama y se pegaba con la cabeza en el cabecero mientras gemían como animales. Luego la sacó rápido y repitieron lo del vaso. Mi mamá dijo: "uy creo que voy a necesitar mucha más leche". Llamó por el telefonillo al mayordomo que llegó en 2 minutos y se desnudo rápido.
Empezó a chuparle la polla mientras pajeaba a los otros con las manos. Cuando la tenía dura le dijo que se sentara en la cama y ella dándole la espalda y agachándose un poco, cogió con la mano izquierda la verga la apuntó a su ano y se sentó en ella de un golpe a la vez que pegaba un grito: "AAAAAhhhhhhhhhh" pero se la clavó con las piernas estiradas. Yo no me explico como puede meterse todo ese trozo de carne en su culo. Y se agachó hacia delante. El mayordomo la tomó de los cachetes del culo y la subía y la bajaba. Era toda una follada brutal.
Subía y bajaba de un golpe clavándosela hasta la empuñadura. Luego se tumbó el mayordomo en la cama, mi madre se sentó en su polla clavándosela en el culo con las piernas estiradas a la altura de la cabeza del mayordomo. Se echó para adelante y un cocinero también la taladró el agujero posterior. La daban duro dos vergas en su culo y ella se moría de placer gritando como loca. Casi a la vez se la quitaron de encima y eyacularon en el vaso gran cantidad de leche sobretodo el mayordomo. Al otro cocinero se la mamó tragándose toda la polla un rato hasta que también se vino en el vaso. Entonces mi madre cogió la bandeja y la llevó a su cama. Mojó el pan tostado en la "leche" y se lo comió y luego se bebió todo el vaso de un trago y lo lavó con su lengua tragándose toda esa espesa lefa.
Continuará...