¿Orgía o clase de sexo?: El comienzo

Como una clase de saxofón se convirtió en una clase de sexología y una orgía.

A mis diez y ocho añitos, llevaba muchos años estudiando música, pero sólo unos pocos meses estudiando saxo en aquella academia; siempre me había gustado la música, y en concreto el estilo de la profesora de Saxo me estaba encantando. Veía la música y el saxo en concreto, como algo que nos aporta serenidad y apoyo en la vida. Para que os hagáis una idea, llevaba un mes y no había manera de afinar en condiciones ciertas notas. Pues bien, me mandó a pasear por la playa, descalzo por la orilla, con unos cascos y una música muy concreta. "Céntrate en lo que estás y aíslate de los problemas" me dijo. Pues bien, la siguiente clase fue un éxito y desde ese momento ni una nota desafinada.

Sonia, la profesora, tenía unos 25 años, era bajita y regordeta, pero muy resultona, además tenía la costumbre de vestir "apretada", hasta el punto que personalmente era capaz de adivinar el tipo de ropa interior que llevaba cada día, unos días tanga, otros días braguitas, unos días sujetador... otros días sin él. Sobre decir que me ponía supercachondo el día que sabía que venía sin sujetador y se acercaba a corregirme alguna postura de dedos o a ponerme derecho para que no tocara inclinado o a marcarme el ritmo... y yo ¡¡¡¡pensando en marcarle el ritmo, por supuesto!!!!

Las clases eran individuales, y un día a la semana nos juntábamos para tocar en grupos. Esos días se hacía parte de terapia de conjunto, no estábamos todo el día tocando y hablábamos mucho de nuestro problemas, cosas que se nos ocurrían, noticias de todo tipo...

Esta historia, que ya os adelanto afectó mucho a mi juventud, fue precisamente uno de esos días. Hacía un día horrible, mucho frío, mucha lluvia, daba miedo salir a la calle. Tenía uno de esos ensayos (como le llamábamos) y la verdad es que cuando hacía tan malo solía hacer pira (como casi todos), pero ese día me pudo la responsabilidad y aunque tarde me propuse llegar.

Cuando llegué a la academia bajé directamente al sotanillo donde ensayábamos y sin llamar a la puerta entré tratando de meter el menor ruido posible, no quería interrumpir, y puedo asegurar que interrupí.

Sentadas en el suelo estaban Sonia (la profa que ya conocéis), María y Susana. Estaban las tres en una especie de círculo, María y Susana estaban sin más ropa encima de la cintura que el sujetador. Me quedé parado en la puerta, sorprendido, hubo un momento de sorpresa, ellas cogieron sus camisas para ponérselas y Sonia las interrumpió.

  • Quietas, ¿no decíamos hace un rato que estar en sujetador es como cuando váis a la playa en vikini? Además nos viene bien que haya venido Sergio, así tenemos una opinión masculina a vuestro dilema.

Mientras dejaba la chaqueta y el paraguas, me acostumbraba a la situación, se les pasaba el rubor a Maria y Susana y me sentaba para completar el círculo, Sonia me explicó que habían empezado a hablar de un complejo que tenían las dos, una pensaba que tenía poca delantera y la otra se quejaba justo de todo lo contrario.

Me voy a tomar unos segundos para describirlas, Susana, metro setenta, pelo castaño, ojos negros, tirando a rellenita, buenas caderas y unas tetas perfectas en mi opinión, según ella tenía poca delantera para su cuerpo. María, pelirroja, la niña de mis ojos desde que comencé a estudiar allí, metro cincuenta, delgadita, cadera de esas que enloquecen a cualquiera y un canalillo que acostumbraba a enseñar y dejaba a la imaginación el tamaño de su bien colocada delantera, según ella tenía mucha delantera para su cuerpo.

  • Necesitamos una opinión masculina, así que nos vendrás muy bien ¿y tú qué opinas? - Pedazo compromiso

  • Hombre, pues no se, se supone que lo importante no es el tamaño, creo que tienen que estar bien puestas, un pecho muy grande, pero caído no tiene mucha gracias ¿no?

Estoy seguro que después de decir eso me puse más que colorado, pero Sonia me cortó la situación en seguida

  • Tienes razón, vamos a hacer una prueba, chicas, ¿os fiáis de mi?

  • Claro

  • Por supuesto

  • Pues bien, Diego, siéntate en la mesa

Se levantó conmigo, fue al cajón de su mesa, sacó un pañuelo y me vendó los ojos

  • Primero, quede claro que lo que pase en esta clase pasa aquí y no sale de aquí, vamos, que no vale contárselo a los amigotes ¿estamos todos de acuerdo?

Tras las correspondientes afirmaciones

  • Vamos a hacer una prueba para ver lo que importan las tetas y lo que os marcan, así, con los ojos vendados, vamos a dejar a Diego que os toque las tetas, a ver si reconoce quién es quien. Chicas, ni un ruido para no darle pistas

No hubo quejas, Sonia me cogió las manos, me las puso en unas tetas durante un momento, tenía claro que eran las de Susana, poco después me las puso en otras tetas que claramente eran las de María. Silencio absoluto durante el tacto y lo único que noté además de los pechos que había tocado, fue una erección que ya había comenzado hacía rato y que se acrecentó cuando comencé a sobar las tetas de mis compañeras de clase.

  • No te quites la venda, ¿Quién es quién? - Preguntó Sonia

  • Pues fácil, la primera era Susana y la segunda era María

Algún murmullo de sorpresa por parte de las aludidas

  • ¿Y cómo lo has sabido?

  • Pues aunque al tacto no habría sabido distinguirlas María lleva un sujetador de encaje y Susana uno liso, así que tenía alguna pista para acertar

Murmullos de decepción y un poco de silencio y Sonia continuo

  • Chico listo... vale, pues vamos a hacer otra prueba. Chicas, quitaos el sujetador, vamos a repetir el experimento

Tras algún pequeño pero y unos cuchicheos que no pude entender Sonia se acercó y me dijo, esta vez lo vas a tener más difícil, ni un ruido hasta que yo vuelva a hablar.

Me puso las manos con las palmas hacia arriba, me dijo que sólo podría tocar tetas, que no fuera hacia el cuerpo y que no me iba a sujetar las manos esta vez, en unos segundos tuve un par de tetas que ciertamente ganaban mucho sin sujetador, esta vez noté los pezones que ya estaban duros, pero se endurecieron al tacto; poco después el segundo par de tetas, imposible distinguir, estas igual tenían los pezones algo más pequeños, pero no era fácil distinguir... la sorpresa vino cuando un poco después pude sobar otro par de tetas, concluí que Sonia había optado por ser parte del experimento.

  • No te quites la venda. ¿Quién es quién?, y, como puedes suponer yo también estoy en la apuesta

  • Pues sinceramente ahora no soy capaz de dar ni un pronóstico, las primeras son algo más firmes, las segundas un poco más grandes y las terceras más suaves al tacto, vamos, que si tengo que elegir ¿me puedo quedar con las tres?

  • No se trata de elegir, sino de que adivines quién es quién - risas generales de fondo - Venga, ya te puedes quitar el pañuelo,

Esperaba verlas en topless, pero no fue así, se habían puesto el sujetador otra vez, fuimos al rincón otra vez y nos sentamos y no pude reprimirme

  • ¿Y puedo saber quién era quién?

  • ¿Se lo digo chicas? ¿o le dejamos con la intriga?

  • Que se quede con la duda - dijo María

Sonia nos miró a los tres un momento y continuo hablando:

  • Llegados a este punto os diré que os veo muy novatos en temas sexuales, personalmente me considero más formadora que profesora de saxo, así que puestos a que aprendáis cosas ¿os fiáis de mi para una clase de sexo?

Nos miramos los tres y asentimos, personalmente estaba alucinando, aquello podría acabar de cualquier manera, teniendo en cuenta que ya había sobado tres pares de tetas, lo calentito que estaba el tema y el pedazo erección que llevaba encima... lo que estaba claro es que no volvería a mirarlas de la misma manera y supongo que ellas a mi tampoco.

  • Tendréis que prometerme tres cosas, la primera es que, como hemos dicho, todo lo que pase aquí se quedará aquí. La segunda es que no vale rajarse, lo que se empieza debe acabarse. La tercera es que yo mando, así que se hace lo que yo diga. ¿De acuerdo?

Otra vez asentimos los tres tras un cruce de miradas, supongo que cruce de miradas y mentes calenturientas.

Sonia se levantó y fue a por un bloque de post-it y un boligrafo y volvió a sentarse

  • Lo primero va a ser ir empatando esto de la ropa, Diego, fuera esa camisa, queremos ver abdominales.

Me quité la camisa y la camiseta, quedándome sólo con los vaqueros, no es que yo sea un gran gimnasta, pero mis horas de futbito y natación habían surtido su efecto y estaba bien musculado.

  • ¡¡¡¡Vaya con el delgaducho!!!!, nunca me imaginé que tenías tantos músculos - Dijo Susana

Sonia sonrió ligeramente y continuó con la clase:

  • Voy a ir escribiendo una serie de roles y los vamos a repartir entre todos, luego los sorteamos

  • Primer papel anatomía masculina, segundo papel anatomía femenina, tercer papel puntos sensibles del chico, cuarto papel puntos sensibles de la chica, quinto papel masturbación masculina, sexto papel masturbación femenina, séptimo papel ... - dudo un momento - la penetración, octavo papel ... - volvió a dudar - sexo anal.

  • ¿Se os ocurre algo más?

Nadie dijo nada, mis ojos se me salían de las órbitas, María y Susana tenían una cara de sorpresa y otra cara de miedo. ¿En qué estaba pensando Sonia?. Procedió al reparto de roles.

  • Veamos, los de Diego van a ser fáciles, te toca el de anatomía masculina, el de puntos sensibles del chico, el de masturbación masculina.

  • A voleo y sin pensar, Susana anatomía femenina, María puntos sensibles de la chica, Susana, masturbación femenina

  • Me quedan sin repartir la penetración y el sexo anal.... Diego, para tí la penetración, nos vas a hacer falta, Susana el sexo anal...

Se quedó un momento pensando, nosotros también sobre lo que iba a pasar

  • Como María tendría un rol de menos voy a poner otro que voy a llamar "bisexualidad", le pondremos el número seis y medio.

  • ¿Empezamos? Esta será la última oportunidad para que os rajéis o continuemos hasta el final, os puedo asegurar que si hacemos todo lo que acabo de planear aprenderéis muchas cosas, lo váis a pasar muy bien (yo también) y queréis repetir, de hecho supongo que lo haréis pero ya sin mi. ¿Seguís todos conmigo?

Tres asentimientos nerviosos.

  • Bien, pues el número 1 creo recordar que era anatomía masculina, así que para empezar Diego, queremos verte desnudo, estas chicas tienen que ver un cuerpo de verdad. ¿Alguna de las dos ha visto un tío en pelotas?

  • No - dijo Susana directamente

  • ¿Vale en la tele o en la playa? - dijo María

  • No, digo a estar con un tío en pelotas en la misma habitación y sólo para tí.

Dos negativas.

  • Bien, lo suponía, igual que supongo que don Diego ha visto mucho porno, pero carne poca

Afirmación por mi parte.

Me levanté, me quité los zapatos, los calcetines, los pantalones y tras un momento de respiro (por un segundo creo que pensé en rajarme... ¡¡¡¡no!!!!) me quité los calzoncillos y las deje verme totalmente empalmado.

  • Túmbate aquí, anda - Dijo Sonia soriendo y señalando una colchoneta que había cerca.

  • Bueno chicas, observen ustedes un chico en estado de excitación, la verdad es que debía esperármelo, pero me ha sorprendido un poco, es más novato de lo que yo pensaba. Podéis acercaros, no muerde (de momento) - risas

María y Susana se acercaron y miraron con curiosidad, desde luego sus miradas se entraban en mi pene erecto, Sonia siguió con la clase.

  • Nos centraremos en lo que os importa y veo que miráis con interés - sonrisita por parte de las tres

  • ¿puedo tocar? - Me dijo

  • Claro, ¿no has dicho que se hace lo que tu digas? - seguía tumbado, excitado y con sensación de estar en una revisión médica.

  • Tienes razón, se me olvidaba que no tengo que pedir permiso. Bien chicas, esto es un pene, eso que tanto placer es capaz de darnos, si su propietario lo sabe utilizar - risas por su parte, callada nerviosa por respuesta por parte de ellas

Continuó agarrando sin tapujos mi miembro:

  • Este es el prepucio, como veréis cubre el glande, que es la parte superior del pene, esta es la parte que les "quitan" a los chicos si les hacen la circuncisión - sin mucho miramiento me echó hacia atrás el prepucio dejando mi glande brillante a la luz.

  • Aunque lo veremos luego, podéis comprobar por la cara de Diego, que sólo esto ya le ha gustado - ¡¡¡la jodimos!!! mi profesora de saxo me está utilizando para enseñar a dos de mis compañeras como es un pene... volvio a poner el prepucio en su sitio

  • Este es el cuerpo del pene, cuando hablamos eso de que el tamaño no importa estamos hablando del grosor y de la longitud de esta parte. Mi más sinceramente opinión es que el tamaño importa, pero saber utilizarlo importa más todavía. Una poya grande mál utilizada no da placer, una poya pequeña bien utilizada os puede llevar al orgasmo muchas veces.

  • Me gustaría que lo viérais en modo reposo para que supiérais como crece cuando un chico se excita, el caso es que crece mucho, de hecho ahora mismo estoy segura que no está lo más grande y duro que puede, luego lo veréis - me sorprendió, estaba yo megaexcitado y al límite, pero empezaba a creerme todo lo que decía.

  • Estos son los testículos, vamos, los huevos, aquí el colega, chico de poco pelo ¿te depilas, por cierto?

  • No

  • Pues los tienes bien bonitos. Normalmente los que no se depilan son un horror, mucho pelo, que además pincha y raspa ahí donde suponéis. - Risas otra vez, el ambiente se estaba calmando y volviendo a la vez familiar y erótico.

  • ¿Alguna pregunta chicas?

  • Has hablado de tamaño... ¿y este?, según tu experiencia, ¿es grande? ¿es pequeño? ¿grueso? - pregunta lógica por parte de Susana que me dejó preocupado esperando la respuesta

  • Pues os diré una cosa, contestaré más adelante, pero pinta bien, tiende a grande y a grueso, he visto muchos, os lo puedo asegurar, pero pocos más grandes que este. Más preguntas.

  • ¿Los chicos os la comparáis en el vestuario? - que me preguntara María a mi me sorprendió

  • Pues no, estar empalmado delante de los amigos es de maricas - Contesté - como mucho alguna vez hablamos de tamaño, pero no mas.

  • Sois medio tontos - dijo Sonia - la bisexualidad es lo más normal de la naturaleza, luego te lo demuestro, eres capaz de compartir toda tu vida con tu cuadrilla, deportes, juergas... ¿pero no eres capaz de compartir momentos íntimos con un amigo especial?, la palabra marica debería desaparecer del diccionario.

  • Si no hay más preguntas pasamos de rol ¿algo más chicas?

Tras un poco de silencio

  • Pues bien, pasamos al siguiente, tu Diego, no te vistas, de aquí en adelante nos iremos desnudando todos - había dicho nos, así que la vería a ella también en pelotas - Susana, tu turno, ya sabes que te toca hacer.

Me levanté y me senté junto a María, que miraba disimuladamente mi pene, estaba más cerca suyo que antes y supongo que tenía mejor vista. Susana se levantó, se puso de pie sobre la colchoneta, se quitó brúscamente el sujetador

  • Decidídamente sois unos pardillos sexuales ¿no podéis poner un poco de encanto? qué menos que un baile sexy - Dijo Sonia

Susana paró, se olvidó de los prejuicios y comenzó a contonear las caderas, se paseo ante nosotros subiendo y agachándose y levantándose, dio varias vueltas enseñándonos el trasero, se soltó el pantalón y lo dejó caer mientras levantaba los brazos y bamboleaba las tetas, se sacó los pantalones, se quitó graciosamente los calcetines y dándonos la espalda se bajó las bragas. Pude ver perfectamente ese redondo culo y entreveer el chocho, se dio la vuelta y pude ver un coñéte peludo, se sentó para tumbarse abriendo las piernas para que vieramos bien y acabó en la misma postura en la que había estado yo minutos antes. Sonia tomó la palabra.

  • Bueno, aquí tenéis un cuerpo femenino de buen ver... y mejor mirar ¿verdad Diego?

  • Empecemos por los pechos, esto son unos pechos que alguien ha calificado hace un rato de "firmes", ¿puedo tocar?

  • Claro, aquí se hace lo que tú mandas - Dijo Susana

  • Bien, vamos aprendiendo, eso me da cierta confianza, sigamos - dijo poniendo la mano sobre la teta de Susana

  • Decían en mi pueblo un refrán: "teta que mano no cubre no es teta sino ubre", como veréis, la amiga Susana tiene unas buenas tetas, o yo la mano pequeña

  • Una característica que tu Diego, como buen hombre, deberías buscar, es que respondan a las caricias, como tu poya, pero en el pezón. - Se mojó un labio en la lengua y lo pasó sobre el pezón

  • Como veréis se ha puesto duro, es un fenómeno semejante a tu erección, pero más suave y puede que hasta haga daño a la propietaria del pezón, también al aureola se pone "erecta", hablando de ureolas - Se volvió a María y trazó un círculo sobre las suyas - veréis que hay de varios tamaños y tipos de reacción - mojo otra vez su dedo - pezón grande, ureola grande y pezón pequeño, ureola pequeña en otro, eso si, ambos se ponen bien duros cuando los acaricias un poco.

Volvió al cuerpo tumbado de Susana y se centró en su pubis.

  • ¿No te has depilado nunca verdad?

  • Pues no - Contestó Susana

  • Hoy es un buen día, aunque el pelo en el coño pueda parecer que te haga mayor no hay nada mas anti-higiénico y anti-erótico. Esperadme un minuto

Nos dejó solos, nos miramos, bueno yo las miré un momento, luego me deleite con traquilidad en toda la carne que me rodeaba. María rompió el silencio con una duda:

  • ¿Creéis que esto que estamos haciendo está bien?

Susana le aclaró la duda

  • Yo creo que no está mal y que lo hago hoy o no lo haré nunca, sólo ver a Diego en pelotas ya me supone un punto a favor - me guiñó un ojo

  • Pues pensar que Sonia aparezca por ahí con algo para depilarte el coño ya es un punto a favor para mi - le devolví el guiñido.

  • ¿Tú crees que ha ido a por eso? - la voz de Susana sonó como dudosa, yo creo que no lo había pensado

En ese momento volvió Sonia, traía una botella de agua, una especie de palangana y una caja de metal.

  • Ya tengo lo que necesitamos, para ahora y para dentro de un rato.

  • Para que le déis vueltas a la imaginación os diré que he traido, maquinilla, agua y espuma para afeitar a quien haga falta, he traido un anillo vibrador para luego ponerselo a Diego, un vibrador para que jugemos con él un rato y un vibrador chiquitin para cuando lleguemos a la parte del "sexo anal", ¿os gusta?

Nos callamos los tres, teniendo en cuenta lo novatos que éramos y todo lo que nos había soltado... yo tenía mil imágenes en la cabeza que iban y venían a la velocidad del rayo: Sonia depilando a las chicas, cualquiera de las tres metiéndose el vibrador, mi poya con ese vibrador puesto y poco después follándome a alguna de ellas, alguna masturbándose y metiéndose el vibrador pequeño por el culo... buff, me pone cachondo solo recordar esos segundos

  • Supondré que si ya que no decís nada.

  • Ven Susana, síentate en esa silla - puso una toalla sobre la silla, Susana se sentó

  • Más al borde, por favor y ábreme las piernas, que necesito sitio

Continuará...