Orgía Familiar (03)
Mi cuñado regresa a la casa y se encuentra con mi hermano y su mujer desnudos en la cocina... la orgía continúa, ahora somos 4.
Orgía Familiar 03
Bueno Lala, me parece que ya no te duele la cabeza, ¿verdad?
No ya se me quitó el dolor le respondí a Juanca, que me veía con ojos deseosos.
Bueno, entonces no te molestará participar dijo Lucía.
En ese momento alguien tocó el timbre, y como era la única vestida allí, fui a atender, era Arturo. Este me saludó y se dirigió a la cocina, preguntándome que cómo me sentía estaba cuando vio a su cuñado y a su esposa que estaban de pié, aun desnudos. Yo tomé asiendo junto a la puerta.
Hola Arturo dijeron poniéndose rojos como tomates.
¡Ustedes no pierden el tiempo! exclamó con una mirada de falso enojo a su esposa, como diciéndole "egoísta". .
¡Y ahorita mi hermanita iba a probar la carne de su hermanito por primera vez! agregó Lucía.
Me puse de pié lentamente, e igualmente despacio me acerqué al grupo y comencé a despojarme de mi ropa. Primero la playera blanca que llevaba, dejándoles a la vista mi bonito par de senos morenos, cubiertos por un sujetador rosa de encajes que pronto se vio en el suelo junto a la blusa. Luego me bajé el pantalón, ¡qué culo el mío!, suave, liso y también moreno, gordito y bien parado como el de Kike. Me quedé con una tanga al estilo del sujetador, me veía realmente hermosa.
Arturo y mis hermanos seguían mis movimientos con la mirada y en silencio, Juanca no podía pronunciar palabra alguna. El no esperaba aquella demostración, de hecho, nunca creyó poder verme desnuda a pesar de su vida licenciosa y algo desordenada. Y lo de aquella noche, superaba con creces cualquier expectativa que hubiera tenido.
Me senté en el sofá, roja como un tomate, con las piernas estiradas y cruzadas, con un vientre apenas medio abultado, mostrando mi sexo, con su vello cuidadosa y elegantemente cortado, cerrado como el de una virgen a pesar de ser tan puta como ellos y de haber dado a luz a 2 hijos ya. Juanca solo me veía, se notaba que se estaba aguantando las ansias de tomarme.
Bueno, pues hermanito dije ¿qué te parece el cuerpo de tu hermanita? ¿verdad que estoy mejor que la Nena?
- no pudo articular palabra, tan solo se me quedaba mirando con gesto de tonto.
Buena, estás más chichuda que yo, también pero más culona, ¡cuernos! se defendió Lucía.
Mi amada es un soberano culazo. dijo Arturo en defensa de su mujer.
Ya dueña de la situación, me arrodillé en medio de las piernas de mi hermano y comencé a acariciarle los muslos, despacio, hasta llegar a su sexo. Arturo tomó asiento a su lado, apretándolo con su cuerpo y besándole suavemente el cuello, el ya se había desnudado.
En menos de un minutos, ya todo estaba armado, yo le mamaba la verga a Juanca lo mejor que podía y Lucía estaba degustado la de su esposo. Mi hermano se agachó un poco y se puso a manipular mis senos, estrujándolos suavemente, pellizcándoles los pezones y estirándolos un poco, me encantaba. Aquella era una sensación nueva y excitante para mi, pues además de que estábamos a punto de coger con mi hermano, lo íbamos a hacer en la casa que me vio crecer, aquella casa en la que ni siquiera se nos permitía correr y hacer ruido cuando papá estaba, mucho menos llevar algún amigo o novio. Aquello iba a ser una especie de revancha simbólica.
Mi hermoso busto moreno, de mediano a grande, era manipulado libremente por sus calientes manos, que le pellizcaban los pezones y los ponían duritos. En cierto momento hizo que me levantara un poco y se puso a lamerme los pechos. ¡Qué sensación aquella!, mi hermano lamiéndome y chupándole los senos, y a mi lado mi cuñado con su hermosa verga metida dentro de la cálida y húmeda gruta oral de mi hermana mayor, su esposa, quien se hallaba en medio de sus rodillas abiertas, masturbándose ella sola.
Aquella hermosa boquita de mi hermana se deslizaba lenta y suavemente por todo lo largo del miembro de su marido, jugando con la lengua en el glande y en los testículos cuando bajaba hasta allí. Luego cambiaba el ritmo y lo aceleraba, convirtiendo los suaves chupetones en succiones fuertes y apasionadas hasta que sentía que Arturo ya estaba cerca del orgasmo, entonces volvía al ritmo inicial. Se notaba la basta experiencia de que gozaba.
Juan Carlos me subió sobre la mesa, y pronto su cabeza estaba buceando entre los mojados pliegues de mi intimidad, lamiendo todo cuanto podía y succionando fuerte sobre mi clítoris. "No tengo mucha experiencia chupando mujeres" me dijo, pero de todas maneras lo hacía muy bien.
Luego de 10 minutos, en los que nuestros orgasmos fueron negados sistemáticamente con ningún otro motivo más que joder (¡por lo menos Juanca si lo hacía por eso!) decidimos cambiar. Ahora éramos Arturo y yo los que les chupábamos los sexos a ellos, mientras los 2 se acariciaban y besaban. Juanca pasaba sus manos sobre los senos de nuestra hermana, jaloneándole suavemente los aros de sus pezones, apretándolos un poco mientras ella lamía su cuello y mordisqueaba los lóbulos de sus oídos.
Mientras tanto Arturo y yo mamábamos con esmero. ¡Cómo nos gusta chupar sexos húmedos! Incluso nos pusimos a imitarnos y luego a chupar y lamer al mismo ritmo y con la misma técnica solo por diversión. Claro que nuestra diversión, era la diversión al cuadrado de los otros 2, que respiraban aceleradamente y gemían mientras sus miembros nadaban en nuestro mar de saliva. Claro, no los dejamos alcanzar el clímax tampoco.
El miembro de Juanca me sabía a semen, por su reciente acabada. El de Lucía también, pues estaba lleno del semen de mi hermano claro que eso no molestaba a su marido, el cual, muy aficionado a su sabor, se bebía feliz cada gota que lograba sacarle a la calenturienta de Lucía.
Les propongo que hagamos algo. dijo Juanca.
¿Qué cosa? respondió Kike con la boca llena de su semen y de fluidos de la Nena.
Ya van a ver "Ya van a ver ", ¡aquello era que yo me convirtiera en la funda de carne para sus 2 talegas! claro, yo no me quejé
Me senté sobre el pene gordo y largo de Arturo, por atrás me penetró Juanca y por adelante Lucía se abría la vulva para que se la lamiera. Mis 2 agujeros por donde una verga puede entrar quedaron completamente llenos, y mi boca ocupada lamiendo y chupando un conejito sudoroso y chorreante. Así, me vi siendo cogida con fuerza, zarandeada por delante y por detrás, mientras la tierna pero fuerte mano de mi hermana me jalaba con fuerza la cabeza para poderse meter toda mi lengua.
Estaba loca de placer, me vergueaban por todos los lados y ángulos posibles, con una perfecta coordinación, pues cuando Kike iba saliendo, Juanca iba entrando en mi. Al mismo tiempo yo movía la cabeza para poder lamer a Lucía con mayor profundidad. Así me llevaron a 2 ricos orgasmos.
Me dejaron tirada en el suelo, abierta de piernas, sudada y jadeante, mientras ellos formaban un trencito. Lucía se puso al frente, sentada sobre la mesa y abrazando al goloso de nuestro hermano que la penetraba con fuerza. Detrás de el, Arturo le daba con todo. Je, je, dicen que en un trencito goza más el segundo, pues no solo da y recibe verga, sino que además puede hacerle la paja al de adelante, je, je, je.
Ya un poco más recuperada, me acerqué gateando desde atrás, llegando hasta donde estaba mi cuñado y metiendo la cara en medio de sus 2 carnosas nalgas. Le lamí por todo lo largo de su raja, mientras le acariciaba los huevos y le metía uno o 2 dedos entre el ano. El enloqueció, sus golpes de caderas se hicieron cada vez más fuertes y descontrolados, precipitando la acabada de mi esposo que, barrenado por ese imponente pene de 18 cm, grueso y anillado en el glande, inundó la intimidad de mi hermana, la cual quedó llena de semen por segunda vez. Este se dejó caer en el suelo.
Sin dejar de cogerme a mi cuñado con las manos, lo llevé hasta un sillón en donde este se colocó boca arriba con las piernas abiertas y las rodillas flexionadas en el aire, separándolas para mi. Lucía, a punto de acabar, se sentó sobre su falo dándole la espalda y ensartándose a través de su ano, de manera que yo, mientras le metía 2, 3 y hasta 4 dedos entre el culo a Arturo, le mamaba la pusa a ella. Así, ambos alcanzaron el orgasmo pocos minutos después, el dentro del ano de su insaciables mujer, y ella dentro de mi boca, llenándomela del semen de nuestro hermano y de sus flujos, me lo tragué todo muy golosamente.
Los 4 quedamos sentados sobre el piso, sudorosos, Juanca me besaba para que le compartiera el semen que había obtenido.
¡Qué rico! ¡Ojalá así sean todas las reuniones familiares! dijo Juanca.
¡Ojalá! respondimos los otros 3 en coro.
Entonces el timbre de la casa sonó, y todos, como jovencitos que luchan porque sus padres no los pesquen mirando pornografía, nos pusimos de pié y corrimos hacia los cuartos. Apenas logramos sacar de la cocina nuestras ropas. Una vez presentables, nos reunimos en la habitación de Juanca y comenzamos a bromear.
¡Todos ustedes son una mierda! ¡Yo también tenía ganas y me dejaron afuera! ¡Lala, estoy molesto con vos! protestó infantilmente Arturo.
¿Y yo por qué?
¡Porque me fui por irte a comprar medicinas y ahora veo que solo te estabas haciendo!
¡No me estaba haciendo! pero con lo que vi que hicieron Lucía y Juan Carlos se me quitó el dolor de cabeza.
¡Mi hermanito empezó! se defendió Lucy como una niña pequeña.
¡Ay no! dijo Juanca ¡Qué buena orgía la que se armó!
Así terminó aquella noche. Cuando vi la hora, me extrañó mucho que Kike aun no regresase, y cuando me comenzaba a preocupa, apareció por la puerta, pálido, sudorosos, molido, deshidratado, oloroso a sudor, a perfume de mujer y a semen en resumen, Felicia lo había hecho pedacitos.
Nos contó que se lo había cogido 3 veces, cada una de ellas de no menos de 45 minutos. Y yo, claro, estaba histérica y como la gran puta. Kike y Juan Carlos me oyeron, les dije de todo, hasta de qué se iban a morir. Y Arturo y Lucía mejor no se metieron, Lucy sabía bien que, aunque siempre ando con un buen carácter, cuando me enojo, me enojo y no hay fuerza en la tierra que me calme.
Pero bueno, se me pasó y continuamos con nuestras vidas. Claro, ahora con un nuevo miembro en nuestra pervertida y calenturienta vida, mi hermano Juan Carlos y su alter ego Felicia también. Gracias por su atención, besos y abrazos.
Fin.
Garganta de Cuero. (Pueden compartir conmigo sus fantasías y comentarios, escribiéndome a mi correo electrónico, gracias).