Orgía en una tarde de verano

Cómo una tarde normal termina convirtiendose en una orgia repleta de excesos con mi prima y una amiga.

Ese verano estaba transcurriendo igual que los anteriores, es decir, estudiar, estudiar y más estudiar las asignaturas que habían quedado para Septiembre y ayudar a mi padre en las típicas chapuzas caseras, como arreglar enchufes, pintar las habitaciones o mover de sitio algunos muebles, labores engorrososas y que resultan aun mas desagradables cuando tienes que oír a tu padre dándote ordenes constantemente.

Pero todo en la vida no todo es fastidiarse y verse obligado a realizar tareas desagradables, sino que a veces la suerte, el destino o como se quiera llamar nos depara situaciones inesperadas que nos dan un pequeño respiro y nos alegran la existencia.

Un día que tenia un rato libre decidí que iría a bañarme a la playa, y casualmente encontré a mi prima Sandra conectada al messenger y finalmente quedamos para ir a darnos un bañito.

Pero no siempre podemos predecir las cosas que van a sucedernos, y esta historia demostrara que tengo razón al afirmar esto.

Sucedió, pues, que mientras preparaba la mochila y cogía el walkman, la toalla y demás bártulos playeros, mi colega Rubén llama por el portero automático y me propone jornada playera regada convenientemente con unos litros.

De ese modo me vi en el aprieto de rechazar la invitación para ir con los colegas porque ya me había comprometido con mi prima, pero uno es un hombre con recursos, así que fui a su casa a buscarla y no la dije nada del cambio de planes.

Espere un cuarto de hora hasta que finalmente bajo a la calle, acompañada de su amiga Cristina, y llegados a este punto debo hacer un paréntesis para describir a este par de chicas.

Mi prima Sandra tiene 17 años, es rubia natural, tiene ojos azules, es algo rellenita sin ser gorda en absoluto, un culito que sin ser excepcional tiene muy buena pinta, pero lo que sin duda vuelve locos a todos los tíos que la conocen son sus enormes tetas, dos grandes glándulas mamarias de gran tamaño, forma, redondez y firmeza muy destacada, lo que unido a la candidez e inocencia naturales que mi prima tiene o aparenta la convierten en un sueño absoluto.

Cristina, por su parte, es unos meses mayor que mi prima y es la típica golfilla calienta braguetas de ligue nuevo cada fin de semana, de pechos aun más grandes si cabe que los de mi prima, aunque no tan bonitos ni firmes, desarrollada precozmente, pues con apenas 12 o 13 años ya apuntaba maneras, tanto en el futuro y definitivo tamaño de sus tetas como en la guarrería de la que haría gala.

Tire al suelo mi cigarrillo y las recrimine que me hubieran tenido esperando tanto tiempo, que para ir a la playa no hace falta prepararse tanto, a lo que ellas reaccionaron con unas sonrisitas condescendientes y una mirada que decía "si no te hiciésemos esperar no seriamos mujeres y tu nunca comprenderás el secreto que se encierra tras eso".

Como ya dije, no las puse al tanto de que venia más gente, así que cuando llegamos a la playa, una playita apartada por unas rocas y un acceso difícil ya nos estaban esperando todos, con la bebida preparada.

Ellas hicieron amago de querer irse, puesto que mis colegas no son la gente que mejor les caiga y éramos seis tíos y ellas solo dos, pero al final se calmaron y se propusieron divertirse.

Nos dimos un bañito en el que todos los tíos aprovecharon para sobar y magrear de forma "accidental" a ambas tías, con la excusa de las aguadillas y demás juegos acuáticos, situaciones que empezaron a calentar al personal mas de lo debido.

Nos pusimos a beber y como nosotros estamos más que acostumbrados y ellas no, enseguida empezaron a perder la timidez y la rigidez y se mostraron mucho mas sueltas, así que los tragos, el calor, el sitio y la conversación subida de tono caldearon el ambiente, hasta que empezaron las preguntas estilo "¿tu la has chupado alguna vez?" o "¿cómo fue tu primera vez?", cuestiones que parecieron ponerlas cachondas, por lo menos tanto como empezábamos a estar todos ya, con sus escuetos bikinis y el contentillo que ya tenían.

De repente, alguien pregunto a Cristina que si una mujer normal seria capaz de hacer lo que hacen las actrices porno, como follar con varios hombres al tiempo y dejarse follar por el culo, a lo que ella respondió que depende de la situación y de las ganas que tenga, pero que ella si seria capaz, a lo que todo empezamos a decirla que fijo que no, que eso era una bravata, que nos lo demostrase, haciéndose un silencio repentino, y cuando parecía que la habíamos cagado y que se marcharían, dijo, sin pestañear, que lo íbamos a comprobar ahora mismo, y que fuésemos preparando esas pollas, algo que hicimos al instante, dejando 6 pollas tiesas o en proceso de estarlo al descubierto.

Mi prima se escandalizó, pero cuando vio que un montón de manos comenzaba a magrear a Cristina y quitarla su ropa de baño, pareció sentir curiosidad por ver hasta donde llegaría la cosa, y cuando vio dos pollas duras ante su cara, pareció dudar, pero comenzó a masturbarlas.

En eso ya tenia Cristina una polla en la boca, mientras pajeaba a otra, Richard magreaba sus tetas y yo la trabajaba el coño.

-Ahora te vas a enterar, puta,- dijo Berto- mientras ponía también su polla en la boca de Cristina y ella succionaba ambos miembros.

Yo flipaba viendo como mi primita se trabajaba aquellos mangos con una destreza inusitada, pero sin tiempo a pensar en mas, viendo bien lubricado aquel coño, empecé a empujar mi glande hacia su interior sin muchas dificultades, aquella golfa estaba bien entrenada.

De forma natural nos organizamos y fuimos follando por turnos, metiéndosela por su coño mientras ella no dejaba de chupar rabos y menear, y Sandra adoptó la función de mamársela a los que quedaban esperando turno, con deleite, a juzgar por su cara.

-Esto no es nada, cualquiera puede follar a varios tíos si se la meten por turnos, vamos a preparar ese culito- dijo Richard-, así que incorporamos a Cristina y ordenamos a mi prima que lubricase su culo, mientras nosotros seguíamos sobando y metiendo nuestras pollas en sus bocas hambrientas.

En pocos minutos su culo merced a sus habiles dedos estaba a punto de caramelo, y Bertito, sin pensárselo fue el más decidido y la penetro analmente con su miembro de mas que considerable tamaño y el resto fuimos esperando pacientemente nuestros turnos, mientras Sandra no daba abasto con tantas pollas ante su cara, y comenzó a hacer unas cubanas de vicio con sus tremendas tetas, hasta que Cristina, ya loca de placer, se corría como la puta que era y bramo pidiendo que no dejaran de follarla ningún agujero, y eso hicimos, una doble penetración en toda regla, como en las películas, pero nos estaba sucediendo a nosotros, en aquella playa y con aquella tía que aun no tenia edad para votar pero que nos estaba estrujando los rabos y ella sola nos estaba agotando a los seis, con una polla en su culo, otra en su coño y una tercera en la boca.

Justo cuando creíamos que ya no podíamos ver nada mas fuerte, aquella puta nos exigió que nos corriéramos en su cara, que no íbamos a dejar sin terminar lo que habíamos empezado.

Aquella orden nos llego en el momento oportuno, puesto que todos andábamos ya muy justitos de agente y era cuestión de segundos que nos corriéramos, así que nos agrupamos alrededor de su rostro, y mi prima se acerco hasta allí juntando su cabeza con la de su amiga, para ver aquella ducha facial inminente desde una posición privilegiada.

No nos hicimos de rogar, y Rubén abrió el fuego, lanzando cuatro potentes chorros que se estrellaron contra su cara sudorosa y el resto hicieron lo mismo, llenando le lefa su jeta con poderosas descargas, a pesar de que la mayoría tenían novias, parecía que llevasen una buena temporada aguantándose, y es que una orgía playera no ocurre siempre, el semen volaba hacia su cara, y la culminaciona la tarde la puse yo, con su cara y pelo cubiertos de semen caliente, con sus ojos cerrados para que no la entrase dentro, me corrí con violencia, rociando su ya repleta de leche cara, unos chorros que la pringaron aun mas y salpicaron a Sandra también, dando por concluida la faena.

-Espero que haya quedado claro que las tías normales podemos hacer lo mismo que se ve en las pelis porno- dijo Cristina, con el semen resbalando desde su cara a sus tetas, relamiéndose con una sonrisa picara y perversa y una mirada lujuriosa en sus ojos.

Recogimos las cosas, las tías se metieron en el agua para limpiarse todos los fluidos – propios y ajenos- que resbalaban por sus cuerpos, nos vestimos, y acordamos no decir a nadie lo que había sucedido en aquella tarde de verano que parecía que no iba a deparar nada especial y al final nos ofreció una orgía auténtica con bukkake incluido en la que los protagonistas éramos nosotros.