Orgía en la Escuela 2

Samuel está a punto de descubrir a su novia en una orgia con sus compañeros del salón, pero esto no impide que las ganas de seguir cogiendo acaben.

La cosa era clara, habría problemas grabes si Samuel encontraba a su novia participando en una orgía con sus amigos. No solo por el hecho de que nos haría bronca, también porque existía la probabilidad de que vaya con la profesora para contarle todo. La cosa estaba jodida.

-No no no, yo me largo de aquí – dijo Lucía mientras se paraba y recogía su falda del suelo. Solo se había quedado con sus zapatos negros y sus medias rojas y largas que llegaban hasta las rodillas. Tal imagen de ella agachándose me gusto, no quería parar de cogérmela. Cuando se agachó, pude ver como su vagina aun seguía húmeda, ella tampoco quería irse, se le notaba.

-No te vas Lucía, el recreo no termina todavía – dije mientras la jalaba del brazo.

-Suéltame, Rubén. Samuel va a venir y no quiero que me encuentre así - dijo Lucía enojada – Lo conozco, le dirá a la miss -.

Esteban, sentado en el inodoro, y aun con el pene erecto, dice: Pero si el ya dejó que te cogiéramos en lo de Karla, no sería sorpresa si te chapa aquí con nosotros. En eso Lucía logra escaparse de mis manos y dice – Ustedes dos sabían que él estaba ebrio, por eso me cogieron. Al día siguiente me reclamó, pero solo por las mamadas, no sabe que cogí con ustedes dos – Dijo Lucía estando ya muy alterada.

Conocía a Samuel lo suficiente para saber que haría un escándalo, vaya chico engreído. Pero en serio no quería que las cosas acabaran así, mucho menos cuando tenía a Lucía, desnuda, en el mismo cuarto yo, con una enorme erección al igual que mis amigos.

-Nadie se va hasta que termine el recreo – dije, y cogí a una de las chicas por el hombre, a la que le dijo a Lucía lo de Samuel, y le dije – Anda, quédate en la entrada del baño y no dejes entrar a Samuel. Dile que es el baño de mujeres y que le dirás a la miss si intenta entrar – mirándola a los ojos. Ella solo asintió con la cabeza, asustada. Los cuatro éramos grandes: Luis, Esteban, Lucía y yo. Ellas apenas medían 1.40.

Estas dos chicas, amigas de Lucía, siempre andaban juntas. Casi que incluso se vestían igual, como si fueran gemelas, pero no lo eran. Las dos llevaban lentes grandes y un moño color negro, tenían la falda muy arriba, lo suficiente para ver gran parte de sus muslos delgados. Bueno… solo de una, que era flaquita y trigueña. La otra tenía los muslos rellenitos, ella era blanquita. Pero sentía alguna vibra entre ellas, como si les hubiera gustado ver a Lucía siendo cogida por los tres, sin mencionar que no dejaban de ver nuestros penes erectos. Obvio les gustaba lo que veían.

-No Pamela, no le hagas caso a este loco – le dijo Lucía a la chica mientras trataba de recoger la camisa.

-Cállate Lucía – dije, medio que alzando la voz. En ese momento, le arrebaté de las manos la falda y se la volví a tirar al suelo. Lucía se quedó callada pero mirándome molesta. – Quisiste que actuara como tu novio, pues bien, hoy yo soy tu novio y Samuel que se mande a la mierda – dije molesto – ve a la puerta y que ese idiota no entre al baño – le ordené a la chica. Ella volvió a asentir con la cabeza y corrió para la puerta, quedándose a esperar a Samuel.

A pesar de que a Lucía le gustaba dar órdenes, en el sexo era todo lo contrario, le gustaba ser la sumisa. De eso me di cuenta cuando Luis y Esteban entraron al baño con nosotros. Ella dejó que se la cogieran en la fiesta de Karla, dejó que le metiera la mano en recreo, dejó que Luis y Esteben se nos unieran y dejó que tome el control de la situación. Esta chica no era más que una sumisa, ahora entiendo porque está con Samuel, porque él la domina. Eso le gusta a Lucía, ser dominada por hombres. Con esa información, valiosa para mí, la tomo de la mano y de la cintura con brusquedad y la empujo para el inodoro, donde aun estaba sentado Esteban. Ella gritaba “no no, ay suéltame Ruben”. Cojo a Esteban de la mano y lo saco del tirón para sentarme en el inodoro, agarrando fuerte a Lucía para que no se escape. La hubiera soltado si en realidad no quería seguir cogiendo, pero hacía el mínimo esfuerzo por zafarse de mis manos. Lucía es una chica fuerte, le eh visto peleando con otras chicas a la salida de la escuela, y en todas las peleas, ella a ganado.

Una vez me siento en el inodoro, con una mano, cojo las muñecas de Lucía, mientras que con la otra mano le abro las piernas para sentarla encima de mí. Se me hizo fácil pues, como les dije antes, ella ponía el mínimo esfuerzo para soltarse, llegando al punto de dejarse llevar.

Para ese momento, Lucía ya había puesto sus manos sobre mis hombros para sostenerse, mientras que yo, con una mano, sostenía su trasero, y con la otra mano agarrando mi pene, aun erecto, para darle golpecitos a su vagina húmeda con este.

-No Rubén – dijo Lucía medio exhalando – Samuel nos va a encontrar, yo lo quiero mucho – dijo Lucía sin dejar de mirar como juego con mi pene y su vagina.

Luis y esteban se habían quedado fuera del gabinete del inodoro, viendo como Lucía y yo jugueteamos un rato. Los dos se agarraban el pene y se lo masajeaban lentamente, viéndonos. Una de las chicas se había quedado tan impactada por el momento, que se quedó parada, viendo todo, en silencio. Esto Luis y Esteban lo notaron, por eso empezaron a sobarse el pene.

Lucía y yo nos habíamos calentado otra vez, tanto que mi pene botaba gotitas de semen. Esto a Lucía le traía loca, como no saben, y por ver mi pene chorreando semen dijo: “Métela rápido, antes de que venga Samuel”. Y eso fue suficiente para mí. Agarré mi pene, y se la fui metiendo lentamente, sin dejar de verla a los ojos. Mi pene resbalaba entrando en su vagina mojadita, se escuchaba como iba entrando de apoco mientras le sostenía el culo. Dos de mis dedos podían alcanzar a tocar su ano, no se si a ella pero a mi me gustaba mucho. Moría de ganas de darle un beso negro a esta morena que me traía loco desde hace años.

Lucía empezó a mover su pelvis de atrás hacia delante, con mi pene dentro, como si se estuviera rosando con alguna almohada entre sus piernas, con sus brazos alrededor de mi cuello, lentamente. Se podía escuchar un sonidito en nuestras partes indicando la gran cantidad de fluido femenino que había, tanto que incluso podía sentir pequeñas gotas bajando por mis bolas.

Noté que Luis y Esteban estaban ojeando a la chica que se había quedado a ver, no pasó mucho para que la miraran con malas intenciones. Luis, sin dejar de tocarse el pene dijo: “Acércateles más para que puedas ver mejor amiga”. La chica seguía sin dar palabra. Esteban dice: “Chica tímida esta JAJAJA, será mejor que le quitemos el miedo ya Luis”. Y sin dejar de sonreír, Esteban la toma de la mano para tratar de meterla al gabinete con nosotros, Lucía y yo. Luis, al ver que la chica se dejaba llevar por Esteban, este la tomó de la cintura, y la metieron al gabinete con nosotros.

Los gabinetes de los inodoros están pensados para que solo una persona esté dentro. Si cuatro personas dentro incomodaban mucho, con cinco era el doble de trabajo. Pero por alguna razón, me gustaba que todos estemos tan juntos, al punto de que podía sentir los pies de la chica a la que metieron. Esta estaba a pocos centímetros atrás de Lucía.

Lucía, al escuchar que los muchachos metieron su amiga con nosotros, giró para verla, con una sonrisa en la cara diciendo: “Ivana, tú no te metas, esto es cosa de grandes, tu estás muy joven para esto (da pequeños gemidos mordiéndose los labios) chicos, no me toquen a la muchacha”.

Los muchachos se encontraban atrás de Ivana, a pocos centímetros, viéndole el cuerpo. Ivana también era una chica atractiva para los ojos todos, incluso para los míos. Era trigueña y delgada, con trasero y senos bien paraditos, sus labios no están tan grandes como los de Lucía, pero si estaban bien rosaditos, con ojazos de chica japonesa, cualquiera se la querría tirar. Lo cual fue este el caso.

-Dale Lucía, enséñale como lo hacen los grandes – dijo Esteban acariciando el pelo lacio de Ivana.

-Cállate jajaja – dijo Lucía aumentando el rozamiento conmigo – Aun estás joven. Solo quédate mirando ¿si Ivana? No toques nada, advertidas estás – dijo Lucía entre risas y jadeos.

-No seas aguafiestas Lucía, dale unas clases – Luis apoyó la idea de Esteban.

Por un instante nos olvidamos de la ira de Samuel llegando al baño, y sin previo aviso, se escucha desde fuera: “No Samuel, no vas a entrar. Están las chicas que se cambian para correr en el patio”. Seguido de un “mentirosa, están ahí dentro” que suponemos fue de Samuel. La discusión nos dejó en silencio, y tal fue el miedo que creí que Samuel entraría por esa puerta.

-Okey Ivana, así es como lo hacen los grandes jajaja – dijo Lucía con la discusión de fondo. Se apoyó sobre mí alzando el culo para que Ivana pudiera ver, como lo hizo con Esteban y Luis. Y empezó a dar centones y a gemir – Así lo hacen los grandes Ivana, ¿te gusta? – dijo Lucía gimiendo.

No podía creer lo que estaba pasando, Lucía enseñando a coger mientras su novio discute afuera, el momento no podía estar mejor. O eso creí yo, hasta que Ivana habló: “¿puedo tocar?” a lo que Lucía respondió “Claro corazón, no tengas vergüenza” dejando de dar centones para que Ivana pudiera tocar el tronco de mi pene, con la cabeza aun dentro de la vagina de Lucía. Sentía como Ivana pasaba su mano por mis bolas, mi pene, incluso pude ver como su mano subía hasta la vagina de Lucía, lo cual hace que Lucía haga cierto sonido de placer con los labios “mmmmmmmmm ¿quieres intentar Ivana?” pregunta Lucía.

Los chicos estaban desesperados por estar en mi lugar, su erección estaba en su punto más alto. No podían quedarse atrás, por eso, Luis empezó a pasar su mano por la cintura de Ivana, mientras que Esteban, siendo más aventado, fue directo a cogerle una teta. Esto hizo que Ivana se estremezca un poco.

-Tranquila Ivana, déjate llevar – dijo Lucía mientras empezaba a darme sentones otra vez, gimiendo y haciendo que el sonido de la humedad en su vagina suena más.

Luis llevó sus labios para el cuello de Ivana, mientras que ella seguía son sus manos en las nalgas de Lucía. Esteban tocaba sus pechos mientras se masturbaba. De un momento a otro, paró, y llevó la mano con la que se masturbaba hacía el trasero de Ivana, mientras que la otra seguía tocando sus pechos. Luis bajó el cierre de su falda, cierre que todos escuchamos bajar, sin dejar de besarle el cuello. La falda de Ivana calló al suelo con rapidez, dejando ver su calzón de niña con adornos de flores por todos lados. Lucía paró de darme centones, se paró para darse vuelta y poder ver a Ivana. Yo abrí mis piernas para que Lucía ponga su enorme culo en mí. Dios, amo a esta mujer. Ver como sus nalgas rebotan sobre mi pelvis, dándole nalgazos, lo mejor del mundo.

Los chicos siguieron manoseando a Ivana, hasta que Lucía le dio un beso de lengua muy intenso mientras era penetrada por mí. Se le hizo fácil por lo que la tenía al frente y, como vuelvo a decir, todos estábamos bien pegaditos por la falta de espacio.

Al terminar de besar a Ivana, Lucía dijo “que rico chapas Ivana, creo que tú serás mi novia ahora” haciendo que todos se rían. En eso, Luis voltea a Ivana, ya que ellos estaban atrás de ella, y le empiezan a quitarle la camisa. Lucía al ver el trasero de Ivana frente a ella, la empezó a nalguear y decir “hoy te vas a portar mal conmigo, no quiero a la niña que le hace caso a su mamá en todo ¿okey Ivana?” haciendo que Ivana de un gemido por cada nalgueada, tratando de ocultarlos.

Esteban, cogió la mano de Ivana y la llevó a su pene. Ella lo empezó a masturbar de manera lenta e inexperta. Luis, la cogió del mentón y le dio un beso de lengua una vez que la tenía frente a ella.

-Todo un romántico Luis – digo, haciendo que Esteban se ría a carcajadas.

-Bueno chicos, a apurar que el recreo se acaba – dijo Lucía. En eso, jala a Esteban hacia ella, empujando a Ivana y Luis hacia la puerta del gabinete, y dice “Ivana, deja de chapar que eso es cosa de niños. Empieza a chupar, así” y se mete todo el pene de Esteban en su boca. Este pone cara de placer, haciendo que mueva un poco su pelvis de atrás a adelante. Lucía hacía sonidos al chupársela a Esteban para Ilustrar bien a Ivana, “Anda, inténtalo con Luis”. Ivana miró a Luis a los ojos, asustada, con sus enormes ojos, estando en ropa interior, pero con las medias y zapatos puestos, y pasó a arrodillarse lentamente.

  • ¡Tienes que dejarme entrar niña! – dijo Samuel.

-Le diré a la profesora si entras y ves a las chicas, están desnudas maldito depravado – Le respondió Pamela, la chica que mandé a obstaculizar la entrada.

  • ¡Está bien, váyanse a la mierda todos entonces! – dijo Samuel, yéndose del lugar con furia y manoteando las paredes.

Pamela esperó hasta que Samuel desapareciera del pasadizo. Una vez se fue, entró al baño para avisarnos que Samuel se había ido, y se llevó con la mayor sorpresa de su vida.

-Chicos, Samuel y se fu… ¡IVANA QUE ESTÁS HACIENDO! – gritó Pamela.

Pamela vio como su amiga hacia arcadas con el pene de Luis, metiéndose todo el pene hasta la garganta. Chupándolo y absorbiendo toda la baba que estaba en el pene de Luis. Cuando Pamela gritó, Ivana se sacó el pene de golpe, dejando tiritas de semen que iban desde sus labios hasta el pene. Sonrió un poco mirando a Pamela y dijo “la tiene más grande que Héctor”. Era su novio…

-Ivana está muy mal, no puedes hacer eso – dijo Pamela – Si nos descubren nos meteremos en una de la que no podremos salir.

-Pero no hay nadie – dijo Ivana con el pene de Luis en su mano.

-Pamela, ven, te lo ordeno – dijo Lucía – has caso niña.

Pamela se acercó lentamente hacía el gabinete del inodoro donde todos estábamos metidos.

-Ivana, muéstrale a Pamela como lo hacen los grandes – le ordenó Lucía.

-Está bien – respondió alegre, y volviendo a chupar el pene de Luis con mucho entusiasmo. Haciendo sus gárgaras y sus arcadas. Esa niña era muy juguetona.

-Dale Pamela, únetenos antes de que acabe el recreo – dijo Esteban.

Pamela se había quedado pasmada desde fuera, viendo como su amiga no era tan inocente después de todo. Se le veía que el morbo que tenía Ivana también lo llevaba ella, tanto que puso sus dos manos entre sus piernas involuntariamente. Esto, Ivana lo vio, dejando de chupársela a Luis, parándose y cogiéndola de la mano mientras dice “es fácil, no tengas miedo, te voy a ayudar igual que el día que nos tocamos por primera vez” y la jaló donde Luis, haciéndola arrodillar frente a su pene. Ivana lo empezó a chupar primero, después de un rato, se lo pasó a Pamela y dijo “es tu turno, abre la boca” y Pamela, con toda su delicadeza, se embutió todo el pene de Luis, imitando a Ivana.

-Suertudo eres oe Luis – dijo Esteban. Ivana escuchó lo que dijo. Se paró y bajó sus bragas, dejándolas en el piso, luego, se arrecostó sobre la pared del gabinete alzando el culo, dejando ver su rajita, y dijo “ven Esteban, no te quedes atrás”. Esteban, sin dudar ni un segundo, fue directo a penetrar a Ivana.

Lucía volteo a mirarme con cara de sorpresa mientras aun seguía dándome sentones. Yo también la miré con cara de sorpresa, era asombroso como Ivana manejó la situación ella sola. Era una caja de sorpresas esa chica.

Esteban al acercarse a Ivana, se agachó un poco y le abrió el trasero para poder ver mejor la rajita de Ivana. Al estar bien posicionado, agarró su pene erecto y venoso, y se la introdujo a Ivana lentamente. Ella ponía cara de placer, abriendo la boca y cerrando los ojos. Tenía sus manos sobre la pared del gabinete, hasta que Esteban le cogió las muñecas y se las puso en la espalda. Pamela paró de chupar el pene Luis para ver con asombro como penetraban a su amiga. Luis también le gustó ver como la penetraban, incitando a Pamela a pararse y quitarse la falda.

-No no, yo no quiero amigo, en serio – dijo Pamela, toda temerosa y avergonzada. Luis se dio cuenta que en realidad quería porque, al igual que Lucía, hacía el mínimo esfuerzo para zafarse de él.

En el jaloneo de Pamela, Luis la coge del rostro y le dice “no tengas miedo, acá todos nos conocemos, nadie le va a decir a nadie”. En ese momento Lucía dice “tranquila Pame (jadeando por los centones) aquí estoy para cuidarte, déjate llevar” y le sonríe junto con Ivana. Esteban seguí dándole duro a Ivana mientras que esta gemía y decía “déjate Pame (gemía con delicadeza) te va a gustar”.

Ante tanta insistencia, Pamela mira a los ojos a Luis y le dice “solo un ratito” y se quita la camisa mientras Luis la baja la falda. Pamela, a comparación de Ivana, llevaba una ropa interior muy sexy. Lencería negra que hacían resaltar la blancura de su piel. Nos sorprendió a todos que llevara esa clase de lencería en sima, en un día normal de escuela, se le veía muy sexy. Ella tenía pechos grandes y enorme trasero, como Lucía. La diferencia es que ella era menor que nosotros y mucho más baja. Y, al igual que Ivana, todos creíamos que era una completa inexperta, pero no. Las dos chicas demostraron tener cierta experiencia en el sexo, para nuestra sorpresa, incluida Lucía que era su amiga.

Pamela hizo lo mismo, se dejó los zapatos con las medias rojas hasta las rosillas, bajándose las bragas negras por sus rellenitas piernas y dándose vuelta para agachase, metiendo la cabeza dentro del gabinete. Luis se puso atrás de ella, listo para penetrarla, no sin antes lubricar primero. Pamela escupió en su mano para luego llevarla a su vagina y así humedecerla. Esto hizo que Luis me mirara eh hiciera una expresión de sorpresa.

Pamela, al terminar de humedecerse, volteó a ver a Luis estando agachada y dijo “métela”, y Luis la agarra de la cintura y le inserta su pene en un solo movimiento. Esto hace que Pamela grite, medio que gimiendo. Luis comenzó con el mete seca, haciendo sonar las enormes nalgas de Pamela.

Ahora todos estábamos cogiendo juntos, en el baño de la escuela. Yo con mi amiga, novia de mi mejor amigo, y mis otros amigos con chicas que apenas conocemos, pero que son más calientes de lo que esperábamos. Los gemidos, las nalgueadas, los jadeos, y los “pla pla pla” del mete saca que le hacíamos a las chicas. Un momento memorable.

Hubo un momento en que Luis y Esteban les quitaron el brasier a las chicas, dejándolas completamente desnudas. En eso, veo las enorme y deliciosas tentas de Pamela, colgando y moviéndose de atrás a adelante por la penetrada de Luis, y digo “gente, cambio de pareja” haciendo que todos sonrieran.

-Míralo al juguetón. Se acaba el recreo amigo” – dijo Ivana mientras Esteban sacaba su pene de su vagina.

-No importa no importa Iva, acá tenemos que compartir, ¿SI O NO MUCHACHOS? – digo alzando la voz con gracia, haciendo que los muchachos apoyen mi idea entre risa.

-Mocosos morbosos – dijo Lucía mientras se paraba y se agachaba frente a Esteban. Ivana pasó donde Luis, y Pamela se vino conmigo. Se que Ivana quería venir conmigo primero, pero no podía aguantar las ganas de chupar los senos de Pamelas. Y así estuvimos en lo que quedaba de recreo.  Cogiendo, intercambiando parejas, riendo y jadeando.

Hubo un momento en el que volvimos a cambiar de pareja. Ahora yo estaba con Ivana, Esteban con Pamela, y Luis con Lucía. Entonces, Ivana y Pamelas se quedaron frente a frente, eso hizo que se den un marreo muy intenso y provocativo. Luis, decidió acostarse en el suelo, poniendo la cabeza entre las piernas de Esteban y Pamelas.

-Oe que haces enfermo – dijo Esteban.

-La mejor vista mi loco – respondió Luis. Desde ahí, él podía ver como Esteban penetraba a Pamela, y yo como penetraba a Ivana – uffff que ricas vistas tengo, ¿Qué dices Lucía? – preguntó con gracia.

-Pues también lo veo desde aquí, la mejor vista – dijo Lucía estando sentada en Luis, dando centones duros y gimiendo como nunca.

Me doy cuenta de que Luis estaba viendo todo, y aprovecho para coger las piernas de Ivana y alzarlas. Esto hace que Ivana recueste su espalda en mí mientras dice “ahhhh si si, así, ábreme”. Yo aumento el mete saca y digo “¿Qué tal estas vistas Luis?” haciendo que ría y diga “no pares no pares”. Tanto intenso fue el momento que Ivana se corrió, soltando un último gemido de placer, con sus manos contra las paredes del gabinete. Yo no paraba de mover mi pelvis rápidamente. Esto hizo que el fluido de Ivana bajara con rapidez, pasando por mi pene y mis bolas. Tal sensación hizo que me venga, soltando tres corridas de semen. La primera dentro de Ivana, que aún seguía con las piernas arriba, y las otras dos por encima de su vagina. Al correrme, solté un jadeo estruendoso, después recordé que todo esto comenzó con Lucía, quien se encontraba cogiendo con Luis en el suelo. Entonces, me paro junto con Ivana, haciendo a un lado a Pamela y Esteban. Ellos toman nuestro lugar en el inodoro, y nosotros tomamos su lugar. Puse a Ivana encima de Luis, volteada, para que Lucía viera el trasero de Ivana. Ella abrió las piernas para no pisar a Luis y este quedó abajo, viendo su vagina llena de mi semen.

-Lucía, esto termina contigo – digo, y agacho a Ivana haciendo que alce el trasero y se vea su rajita. Lucía vio claramente lo que quería hacer, a lo cual ella solo sonrió. Me agacho junto a Lucía, mientras esta era cogida por Luis, y le digo “chupa el coño de Ivana amor, así como lo hago yo” y me acerco al trasero de Ivana y le doy el beso negro de mi vida. Ivana gimió al sentir mi lengua pasando por su ano y su vagina. Lucía dijo “yo también quiero” y se metió conmigo a chupar el coño y el ano de Ivana, sin dejar de darle sentones a Luis.

Luis, vio como Lucía y yo chupábamos las partes de Ivana. Esto solo lo calentó más, y alzó el cuerpo para llevar su boca al coño de Ivana. Ahora éramos tres lo que chupábamos, metiendo nuestras caras y sacando la lengua para limpiar mi semen de las partes de Ivana. Ella no para de gemir ni de saborear sus labios rosados.

A la par que chupábamos, Luis empezó a mover su pelvis más rápido junto con Esteban, quien estaba en el inodoro con Pamela. En eso, el timbre suena, dando alerta al fin del recreo. Esto apuró a los muchachos con su mete saca, querían correrse ya.

-No no no, nos tenemos que ir ahhhh ahhh – dijo Pamela, pero eso no impidió que los muchachos se vengan al mismo tiempo, dando un jadeo enorme y parando, corriéndose dentro de Lucia y Pamela.

Yo estaba que me cambiaba lo más rápido posible junto con Ivana. No parábamos de darnos miraditas constantes mientras sonreíamos. Mientras Ivana y yo ya teníamos la camisa puesta, los otros cuatro apenas se paraban.

-Nos van a reñir por llegar tarde Ivana, no te vuelvo a seguir en tus juegos – dijo Pamela mientras se cambiaba apurada.

Todos salimos abrochando nuestras camisas, y subiendo los cierres de las faldas y pantalones, casi corriendo al salón. Al final de pasillo nos teníamos que separar de las dos niñas pues, los muchachos y Lucía estudiábamos en el mismo salón. En el momento de separar caminos, volteo hacia Ivana y pregunto “oye, ¿Cómo te busco? ¿tienes Whatsapp?” a lo que ella sonríe mirándome a los ojos con sus enormes ojos y dice “dile a Lucía que te de mi número, esperaré tu mensaje”. Instantáneamente, Pamela, la jala del brazo mientras limpiaba sus lentes diciendo “corre pendeja, que llegamos tarde” y se echaron a correr para su salón. Ivana en lo que corría giraba para verme constantemente.

Lucia y los muchachos fuimos al salón a toda prisa, haciendo bulla al correr. Una vez llegamos al salón, vimos que aun el profesor no llegaba, por suerte. Buscamos nuestros asientos para descansar. Estábamos muy cansado y muy sudorosos por la orgía en el baño. Todos nos preguntaban “¿Dónde estuvieron? Los buscamos por todo el colegio”. No todos nos vieron entrando al baño, por suerte, otra vez.

Al fondo del salón pude visualizar a Samuel, enfurecido y de brazos cruzados. Me dio risa.

A la salida, quedamos con los muchachos para no contarles a nadie, a lo cual ellos juraron guardar silencio. En eso, Lucía suelta “vamos a mi casa, les invitaré el almuerzo” a lo cual nosotros aceptamos, sin tener idea que estaría sola hasta la noche que llegaran sus padres del trabajo. Ya saben cómo terminamos el día.

La historia no termina aquí, después de ese día hubieron muchas más orgias. Siempre quedábamos los fines de semana para hacerlas, ya sea en la casa de alguno de ellos o juntando dinero para alquilar un cuarto de hotel. Lucía siempre llevaba a sus dos amigas. Hubo veces en las que ellas llevaban a otras amigas, haciendo lo mismo nosotros, llevando a un par de amigos. No olvidaré el día en que Pame llevó a sus dos primitas recién entradas en la secundaria, totalmente inexpertas, pero super calientes, no le temían a nada. Tampoco olvidaré el cumpleaños de Lucía, vaya fiesta. Todos sus primos, amigos de infancia y amigos del colegio (de otros salones) en una mega orgía con ella sola como sumisa, toda la noche hasta que saliera el sol. Y así, largas horas cogiendo, hermosos y deliciosos momentos, pero esas son historias para luego.