Orgia en la calita (9: El Gang Bang de Estrella)
Estrella se deja vencer por el deseo y no duda en protagonizar un Gang Bang con los cuatro chicos de la pandilla
Volví a apretar a Aurora contra mí cogiéndola fuertemente desde las caderas sin dejar de mirar a mi mujer. Ella, después de que Jorge le limpiara la cara con la lengua, se acercó a la mesa para coger su copa. Nos miró a todos y, al encontrar a Toño y a Estrella que estaban pendientes de la situación pero en un segundo plano les dijo:
-¿Y vosotros qué? ¿Aún estáis así? -.
No supieron responder. A pesar de que estaban totalmente metidos en la situación y habían estado observando a Natalia y a Lucía durante su particular escena de sexo, lo cierto es que ambos aún parecían estar algo cortados, como si no terminaran de encajar en lo que estaba empezando a pasar en la playa.
Toño estaba detrás de Estrella, abrazándola por debajo de sus brazos y cruzando las manos sobre su tripa. Estaba tan pegado a su novia que imaginé que se debía a que no quería mostrar la erección que, sin lugar a dudas, estaba disfrutando de ver el rollo lésbico que se acababan de montar delante de sus narices mi mujer y Lucía. El resto de espectadores, entre quienes me incluyo, estábamos disfrutando ya de la sexualidad del momento de una u otra manera pero ellos dos, de pie e inmóviles, parecía que no.
Fue un momento violento en el que, por un momento, pensé que la cosa se podía estropear a pesar de que teníamos constancia de que Toño y Estrella no eran novatos en esto del sexo en grupo tal y como había quedado bien claro con la historia del ascensor. Así que era necesario encontrar un detonante para que ellos también se desinhibieran antes de que mis temores se convirtieran en realidad.
-Toño -comenzó a decir mi mujer -¿Por qué te escondes detrás de Estrella? -.
Natalia acababa de dar en el clavo. Pensó que lo hacía por el mismo motivo que yo pensaba y empezó a atacar por ahí. Se acercó a ellos y, posando su mano sobre el hombro de Estrella, la invitó a que se separara de su novio para ver si su sospecha era fundada.
-Natalia que se me van las manos -le dijo Toño.
-Pues haz un buen uso de ellas y desnuda primero a tu novia Si quiere, claro-.
Todos miramos a Estrella esperando una reacción positiva de su parte y, después de unos segundos en los que nos miró a todos con gesto de burlona pensativa, finalmente habló.
-¡Que se lo trabaje! Y, si quiere desnudarme, que lo haga con la boca -.
¡Sí! Pensé. Me gusta la idea Estrella sonrió a Toño y se quedó de pie esperando a que su chico tomara la iniciativa. Natalia, por su parte, se retiró de ellos volviendo hacia la mesa y se acomodó en una de las sillas de frente a la pareja para convertirse en espectadora. Nacho se quedó donde estaba y Jorge levantó la cámara de fotos de nuevo. Aurora y yo seguíamos en el agua. La tenía aún penetrada y no dejaba de acariciarle el clítoris aunque, a decir verdad, tenía unas ganas locas de que me cabalgara como una posesa y me follara allí mismo. Pero ella parecía preferir continuar así, sintiendo mi polla en su interior, unos dedos masturbándola y otra mano dibujando ochos sobre sus erizados pezones.
Toño puso las manos sobre los hombros de Estrella y empezó a besarle el cuello. Primero un lado, luego el otro y, por último, le besó la nuca como preámbulo de su siguiente paso: empezar a desatar el bikini por arriba. Y le fue bastante bien porque el cordón estaba anudado con una moña doble y sólo tuvo que tirar de uno de los extremos para deshacerla. Luego cogió cada uno de los cordones para echarlos, por encima de los hombros, hacia delante y que así cayeran, finalmente, por su propio peso tirando de la tela que cubría las tetas de Estrella.
No cayeron del todo. El otro nudo sujetaba con relativa fuerza la tela y los ansiados pezones de Estrella aún se escondían bajo el estampado del bikini. Toño bajó besando la espalda de su chica desde la nuca hasta el segundo nudo y comenzó a desatarlo. Éste parecía resistirse más porque, conforme empezaron a pasar los segundos, se me estaban empezando a hacer eternos. Toño parecía no poder desatarlo y volvió a subir dando besos hacia la nuca de Estrella para susurrarle algo que no escuché al oído. Afortunadamente, enseguida me enteré de qué le había dicho.
-Chicos -empezó a decir Estrella -¿Podéis ayudar a Toño? -.
¡Encantado! Pensé. Y de pensarlo me volví a clavar en Aurora, manteniéndola apretada contra mí durante unos segundos, para después salir de su interior con la intención de salir también del agua. Aurora gimió suavemente, mientras disfrutaba también de mi clavada, y me acarició la polla a la par de hacer el ademán de salir también del agua. Empezamos a andar y, mientras que yo me dirigía hacia donde estaba Estrella, Aurora colocó otra silla junto a la de Natalia y se sentó también a disfrutar del espectáculo. Por otro lado, no hace falta decir que Nacho también se acercó a Estrella mientras que Jorge era incapaz de soltar la cámara.
-¡Anda! ¡Trae y tira!...Natalia se la quitó de las manos.
Jorge se quitó el bañador y, antes de venir, se acercó a Lucía (que continuaba tirada en la toalla reponiéndose de los orgasmos anteriores) para darle un beso. Ella se incorporó y ya se quedó sentada para vernos mientras que, nosotros cuatro, nos fuimos situando alrededor de Estrella.
Me situé en la espalda de Estrella. Toño no había tenido suerte con el nudo y pensé que tal vez a mí se me diera mejor que a él. Apreté la boca contra los cordones y, poco a poco, conseguí ir sacando uno de ellos del nudo. Nacho y Jorge se habían situado bajo las axilas de Estrella y mordían, cada uno, las piezas que le cubrían las tetas. En cuanto yo soltara el nudo, bastaría que ellos abrieran la boca para que el bikini se cayera al suelo.
Toño besaba el canalillo de su novia, pasando la lengua de teta a teta, mientras que yo continuaba teniendo suerte con el nudo. Por fin lo desaté y comencé a besar la espalda de estrella por encima del mismo. Cuando los chicos se dieron cuenta, empezaron a agacharse sin soltar el bikini. Finalmente Toño metió la lengua en busca de los pezones de Estrella y la prenda cayó al suelo. Los tres comenzaron a besarle las tetas mientras que yo comenzaba a descender por su espalda con la lengua pegada a la columna. Y no me detuve hasta que superé con la barbilla la braguita del bikini y mi lengua alcanzó los hoyuelos del final de la espalda.
Jorge y Nacho no tardaron mucho en llegar también a la braguita. Bajaron besando los costados de Estrella y mordieron enseguida la tela conforme la sintieron en la cara. No se detuvieron y continuaron hacia abajo tirando de ella. Inmediatamente me uní a su trabajo y mordí la braguita por detrás para tirar también de ella. Les ayudé hasta que superamos las caderas de Estrella. Entonces, ellos continuaron hasta soltarla en las rodillas mientras que yo aproveché para colar mi nariz por entre los cachetes de Estrella para lamerle la raja del culo desde abajo hasta arriba hasta llegar de nuevo a los hoyuelos.
Continué poniéndome de pie y repetí la operación entre las nalgas de Estrella primero con dos dedos y después con la polla. Ella es más bajita que yo y, cuando estuve totalmente de pie, mi polla se quedaba por encima de los hoyuelos. ¡Qué buena está también Estrella! Al levantarme y verla desde arriba, veía por primera vez sus tetas y, desde mi perspectiva, eran perfectas: grandes y firmes. Tenía los pezones totalmente de punta y las aureolas, pequeñitas, de un tono levemente más oscuro que el resto de la piel. Su culo era redondito y duro, tal un vez un poco pequeño para mi gusto pero, al fin y al cabo, excitante como los de las animadoras.
Los chicos también se fueron levantando y, estando todos de pie, comenzamos a magrearla por todo el cuerpo mezclando nuestras manos sobre su piel tanto por delante como por detrás. Estrella extendió las manos y comenzó a acariciarnos a los cuatro las pollas. Las cogía, las apretaba y las sacudía un poco antes de soltarlas para coger la siguiente. A la vez se iba girando para besarnos a todos en la boca.
Sujetándose en mi polla y en la de Toño, Estrella se fue poniendo de cuclillas mientras miraba fijamente la polla de Nacho, que le quedaba enfrente. Jorge, a espaldas de Estrella, comenzó a meneársela mientras ella terminaba de agacharse. Estrella soltó a Toño y se cogió a la polla de Jorge para dejarse caer y meterse la de Nacho en la boca lentamente. Comenzó a chuparla y a pajearnos a nosotros mientras miraba a su novio que empezó a masturbarse.
A continuación fue la mía la que se metió en la boca. ¡Dios! ¡Qué buena mamada me hizo! Me la chupó con suavidad, entreteniéndose en juguetear con la lengua por el glande para, por sorpresa, pegar los labios por todo el capullo y absorber con fuerza. Así estuvo durante unos segundos hasta que, finalmente, se despidió de ella y comenzó a comerse la de Jorge.
Después de terminar la ronda por las cuatro pollas, fue repitiendo con ellas aleatoriamente o con la boca o con las manos. Estábamos todos lanzados, disfrutando de aquel gang bang en total plenitud. Tarde o temprano empezarían a llegar las corridas y, efectivamente, así paso.
Estrella estaba comiéndose la polla de Nacho cuando éste se la sacó de la boca y le apuntó a las tetas. Apenas tuvo que darse una última sacudida pues, con el tiempo justo de sujetarla para apuntar, comenzó a soltar un impresionante lefazo que dio de lleno en el blanco. Jorge y yo nos corrimos a continuación. Ella nos ayudaba con sus manos a pajearnos y, casi a la vez, comenzamos a salpicarle la cara. ¡Qué orgasmazo! Después de la tensión que llevaba toda la noche no me extrañó nada que mi eyaculación fuera tan prominente y el orgasmo me dejara tan agotado. Tenía que tomar aire.
Estrella se dedicó por fin, y en exclusiva, a la polla de Toño. Se la metió en la boca y comenzó a sobarle los huevos mientras chupaba con un ritmo casi frenético. Toño comenzó a arquear las rodillas y, en seguida, le vimos venir. Empezó a correrse y Estrella no se sacó la polla de la boca. Continuó chupando y chupando hasta que los gemidos de Toño comenzaron a pasar a fuertes respiraciones para recuperar el aliento. Nos había dejado exhaustos a los cuatro ¡Qué buena!
Mientras nos comenzábamos a recomponer miré por primera vez al resto de las chicas a ver qué hacían. Y, al parecer, se lo estaban pasando de vicio con el espectáculo. Lucia, en la toalla, tenía las piernas abiertas y estaba tocándose. De hecho no se había detenido y nos continuaba mirando. Natalia estaba también abierta de piernas en su silla, con la cámara de fotos en una mano y un chirifú en la otra. Y, por último, Aurora seguía también sentada junto a Natalia pero le tenía una pierna echada sobre la suya y estaba masturbando a ambas. Una mano en su coño y la otra en el de mi mujer.
-¿Entretenidas, no? les dije refiriéndome, por un lado, al espectáculo y, por otro, a cómo estaban ellas.
-Nos lo estamos pasando de puta madre me contestó satisfecha Natalia.