Orgía en el Paraiso

Un amigo vivía en un terreno bardeado en la ciudad de Toluca lo llamabamos el Paraiso, lleno de árboles, alcohol, chicas y... bueno descubranlo ustedes mismos.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 4

La "Mi primera y única orgía"…en el paraíso

Hola amigos, este es mi cuarto relato, esto sucedió apenas cumplidos los 18 años, querrán saber que es o mejor dicho era el "Paraíso", bien un amigo estudiante también nuestro vivía en un terreno bastante grande y lleno de árboles frutales y al fondo sólo un par de habitaciones y un baño, en donde el vivía y allí se desarrollaban fiestas bastante fuertes, de las cuales yo no tenía conocimiento hasta ese día, pues bien llegué a la fiesta con mi botellita vodka de regalo y la fiesta comenzó como todas, trago, baile y uno que otro piropo a las chicas, por cierto en la fiesta estábamos siete hombres y ocho mujeres, algunos los conocía de la escuela a otros tanto no los había visto, pues bien, la característica de este terreno es que a pesar de estar dentro de la ciudad sus bardas eran muy, muy grandes, casi de cinco metros y desde el punto que tu quisieras del terreno no se veía construcción alguna, desde donde pudieran observar los de afuera. (cosa que comprobé después).

Serían como las tres de la tarde cuando Magda, una chica morenita muy guapa se levanto e inició un baile por demás cachondo, y que me tenía con cara de menso, cuando zafó los botones de su blusa y medio la abría, pensé que estaba vacilando hasta que se la desabrocho y mostró a los concurrentes sus hermosos pechos dentro de su brasier negro de encajito, volteé a ver sorprendido a Carlos un amigo de la escuela, que me dijo – Ojalá y te toque, esta ya veras, te va a exprimir como limón - yo no salía del asombro cuando Alejandro, el dueño de la casa gritó, bueno zánganos esto ya es el paraíso, y comenzaron a volar prendas por todos lados, excepto las mías y las de Ginés una chica que al igual que yo estaba asombrada, desde luego yo no quitaba la vista de Magda, Lucrecia, Juana, Jennifer, Elena, Gina y Patricia que eran una niñas riquísimas, todas entre los 19 y 23 añitos, volaban faldas blusas y sostenes, hasta quedar en panty’s solamente, había tangas, bikinis y hasta chones de algodoncito y mis cuates Pedro, Alejandro, Ricardo, Carlos, Esteban y Mario ya estaban en pelotas.

Pronto Patricia se acercó a Ginés y le decía algo al oído y ella negaba con la cabeza evidentemente ya un poco tomadilla, fue hasta que Pedro llegó desde atrás y comenzó a abrazarla y besarle la nuca, en un santiamén la morenita se contoneaba mientras Paty le iba quitándole la ropa y Pedro le agasajaba los pechos eso se veía cachondísimo, hasta que Carlos me dijo - si te atarugas te quedas solito-, cuando vi que las chicas corrían por entre los árboles y los demás hombres las perseguían, desde luego las más solicitadas eran Magda y Juana un par de morenas que estaban buenísimas y eran casi perfectas, hasta bonitas eran, mientras volteaba hacia donde estaban Paty y Pedro que le estaban dando una chupada de senos a Ginés que sólo se retorcía y gemía como loca ya encueradita y si que estaba rica la chica.

Así que de pronto vi pasar a Gina, una chica castañita (de todo castaña), con poco pechito pero una nalgas que como dicen aca en mi pueblo, hasta aplaudía al correr, volteé la vista y cuando Ricardo sujetaba a jennifer por la cintura y ésta sin más ni más le respondió con un beso calientísimo, así que alcancé a Gina y la sujete también por la cintura, ella respondió y me dijo me tienes, me beso y pronto se hizo de mi pene que ya estaba hasta goteando, yo me hice pronto de las nalgas de ella que estaban duritas y pase mi mano a su coñito castaño bastante peludito y, sorpresa ella estaba ya bien mojada cuando sentí su vaginita, ella se agacho poco a poco besándome las tetillas y pronto estaba chupandome el palo, vaya clase de mamada, nunca me lo habían hecho así (bueno lo había hecho sólo cuatro veces), Gina era toda una experta, yo cerraba los ojos mientras la piernas me temblaban y en un vistazo vi a Ricardo comiéndole el coñito a Jennifer que hacia brincar sus nalgas y tetas al sentirse chupada, Esteban ya se estaba cogiendo a Juana desde atrás y ésta de rodillas tenía la cara clavada en el pasto, Carlos alcanzó a Magda que ya brincaba clavada sobre su pene y sus tetas subían y bajaban, y agitaba su melena de lado a lado, Alejandro por su lado estaba encima de Elena dándole una cogida barbara, Lucrecia le daba una mamada a Mario y este le clavaba el dedo en las nalgas y Patricia y Pedro se encargaban de Gines que gemía y se meneaba como loquita, de pronto Pedro grito –"estreno"- ya acomodado entre las piernas de Ginés y todos acudieron a donde estaba los tres, y Gina tomándome de la mano me jalo hacia el grupo.

Ginés era virgen, ella le decía que ya no quería por que estaban todos presentes, total que patricia siguió besando sus tetas y pronto se incorporó Esteban besándola y tocándola y así casi todos comenzaron a tocarla entre las piernas el culito, las tetas le pasaban el pene por la cara y la boca y pedro se encargaba de su coñito, pronto se relajo y asintió, todos nos sentamos de frente a las piernas abiertas de Ginés que respiraba profundo y Paty la abrasaba y besaba, pronto Pedro presentó su miembro a la entrada de su cuevita y vaya si éste tenía un pene tremendo, envidia de cualquier macho, comenzó a introducirlo poco a poco y vimos como ese coñito virgen se abría para dar paso a semejante ariete, Lucrecia de incorporó y animaba a Ginés de pronto puf el miembro de Pedro se fue hasta el fondo, quedándose quieto cuando Ginés pego un gritito de dolor y brincaba sobre el pasto, un hilillo de sangre comenzó a escurrir entre las nalgas de Ginés (la única vez que vi un desvirgamiento como espectador, eso es maravilloso en realidad), y luego empezó el bombeo lento y suave hasta comenzar a aumentar, para entonces ya la chica volvía a menear la cadera a ritmo, pronto se acopló y los aplausos no se hicieron esperar, yo ya estaba bien caliente y viendo como Gina estaba acostada en el pasto boca a bajo me subí sobre ella y colé mi pene hasta su entrada metiéndola como buen torero de una libre estocada, no me costo mucho trabajo, ya que estaba super mojada y solo se limitó a decirme, así lindo, y el resto de los concurrentes volvio a sus tareas, era un gemidero entre ayes y mmmm y ahggs, vamos esto era un delirio, Gina clavo las uñas en el pasto y grito – Me vengo – y con solo decir eso yo descargue mi leche en su panochita, se levanto de rodillas y meneo su culo ayudándome a vaciarme.

Me beso en la boca y se levanto tomo una manguera y se enjuagó su panochita, yo estaba viendo como Pedro después de venirse en Ginés, pronto la agarró contra Patricia que estaba más caliente que una boyler y Gina levantaba a Gines y la llevaba a enjuagarse las piernas cuando desde atrás de ellas llegaron Esteban y Carlos a tocarlas en fin sería difícil mencionar las combinaciones que se hicieron, eso si todos tuvimos la oportunidad de hecharnos un palito con Ginés, ese sábado fue tremendo, yo cogí con Gina, Ginés que ya tenía su panochita colorada y Magda que me dio una cogida tremenda. En fin ha sido la única orgía en que he participado. Y fue maravilloso ojalá y pudiera hacerlo nuevamente. Con esto me despido amigos, hasta la próxima.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 5

El tiro por la culata...

Hola amigos, permítanme ponerlos en antecedente, tendría solamente seis meses de casado y tenía entonces 19 años, cuando un concuño (esposo de mi cuñada) nos invito a su casa a pasar un rato, yo no me había percatado realmente de sus intenciones, hasta días después, pero en fin, en esa ocasión después de comer, estuvimos bebiendo, y él nos daba copa tras copa, salud y salud.. decía, como era de esperarse ya estábamos entonados mi esposa, mi cuñada, su esposo y yo, las mujeres ya estaban bastante tomadas, cuando a Jaime (así lo llamaré) se le ocurrió jugar a los cartas apostando las prendas, y la verdad no le costo mucho trabajo convencernos, pues ya estábamos tomados.

Así después de tres botellas de ron comenzó la jugada, pronto estábamos todos encuerados, mi mujer que en ese tiempo era delgadita con tetas pequeñas pero muy buen trasero, levantadito y redondo, mi cuñada era más llenita, bastante pecho, y cadera, pero la verdad no tenia volumen mejor dicho planona, sin embargo se veía bien, pero eso si con una mata de pelo púbico tremendo, al paso de los minutos iniciaron los toqueteos, entre parejas, y de pronto a Jaime "se le ocurrió" de pronto que podíamos hacer un intercambio "sin penetrar a las chicas" y pues aceptamos.

Sin embargo ya la borrachera había hecho mella tanto en mi esposa como en Jaime, que al ritmo que quería traernos terminó por emborracharse el primero, así que cuando yo me encargaba de chuparle la panochita a mi cuñada y la hacía gemir, volteé la cabeza para ver que sucedía con mi mujer y Jaime, vaya este se quedo dormido junto con mi mujer con su teta en la boca, hasta allí llegó, sin embargo mi cuñada, borrachita y todo estaba bastante caliente, y por supuesto no la iba a dejar así, le estuve mamando y masajeado las tetas y chupando y dedeando la vagina, que prontamente mojo mi mano en una especial venida, aproveche para colarme frente a su cara y presentarle mi pene, que ni tarda ni perezosa engulló con buen manejo, un rato de buena chupada y me separe para abrir sus piernas robustas, y mientras decía que no (sin hacer mucho por evitarlo) le metía el miembro hasta la raíz, y comencé a bombearla, ella enlazo sus piernas alrededor mío y me besaba como loquita, vaya que se sentía rico su humedo agujero mojando mis pelos y los suyos, toda una zorra mi cuñada cuando sentí otra vez una venida de ella cuando apretaba mi cintura con sus piernas y bufaba, aproveche entonces para levantar sus piernas a mis hombros y sacarle el pene para ponérselo en la entrada del culo, diciéndome que no lo había hecho aún por allí, trato de quitarse, pero la tranquilicé y comencé a darele pequeños picotazos en el anito, y pronto se relajó, entonces di un emujón suave y cole un pedacito de pene en su interior, ella dio un brinquito y yo me detuve, me dijo – sigue – y empujé otro poco y otro poco hasta que la metí por completo, mi cuñada se retorcía en una mezcla de placer y dolor y por fin me vacié dentro de su apretado culito.

Luego nos quedamos dormidos, por la mañana nos bañamos cada quien con su pareja, y comentando que no debíamos haberlo hecho, y de pronto mi cuñada la emprendió contra su marido diciéndole que eso ya lo tenía planeado desde hacía tiempo y que se le antojaba mi mujer, y que aprovechando la borrachera el pretendió tirarse a mi mujer, dando a cambio a la suya, sin embargo ni siquiera alcanzó a tocarle algo más a mi mujer que la teta que le babeo durante toda la noche y desde luego mi cuñada no comento de la cogida que no pusimos ella y yo. Todo quedo en paz y prometimos no contarle a nadie, sin embargo él si lo hizo y esto provocó otro encuentro con otra de mis cuñadas, historia que les contaré en mi próximo relato.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 6

Con otra de mis cuñadas...

Hola nuevamente, en mi relato anterior les conté como unos de mis concuños me tendió una trampa fallida para follarse a mi mujer, y después de prometer no contar lo sucedido, {el si le contó a otro concuño y éste último quiso hacer su intento, pues bien, un día fuimos a su casa y al calor de las copas insinuaba que sería bueno tener algún tipo de intercambio y aunque no lo tomábamos muy en cuenta por estar tomados, insistía e insistía, total que su mujer se molestó e hizo una escena y se calmo todo, como en su casa no había mas que una habitación, allí se quedaron todos los chiquillos y ellos y nosotros en la sala, estaba con mi mujer dormida en el sillón y yo casi dormido cuando escuche murmullos y abrí los ojos, Emilio que así se llama el esposo de mi cuñada Rosita, le decía algo y ella movía la cabeza en desapruebo.

La luz estaba apagada y pronto él masajeaba a su esposa y la calentaba, ella por su parte duro muy poco en su rechazo y levanto su falda mientras el le metía mano y se bajaba el pantalón para sacar su miembro, poquito después se la cogía en la orilla del sillón, a los pocos minutos se levanto y fue por mi. El regreso y volvía a metérsela a su mujer mientras me invitaba a tocarla, y así lo hice, comencé a besar sus tetas después de sacárselas de la blusa, ella era delgadita pero muy rica, buena cadera aunque no mucha nalguita.

Acerque mi palo a su boca y ella tímida comenzaba a chuparlo, él la levanto y le pidió que se la chupara a el también y yo me acomodé detrás de ella y se lo introduje, así la tuvimos un rato, hasta que el pensó en una doble penetración y bueno la jale y la senté en mi palo y el se la metió por detrás, cogiendo un buen rato y escuchando como gemía y se movía Rosita descontrolada, hasta que nos vaciamos dentro de ella dejándola desmanejada sobre mi y él sobre ella, así nos quedamos dormidos. A la mañana siguiente Emilio me confeso su estrategia de encularse a mi mujer después de lo que mi otro concuño le contó, sin embargo también me dijo que ya cuando teníamos a su mujer clavada de esa forma, se le olvidó por completo la mía, que desde luego ni se enteró de lo que le sucedió a su hermana. Que por cierto lo hicimos en otra ocasión y esta vez me toco a mi darle por el culito. No hubo otras veces pero quedará grabado en mi mente para siempre.

Me despido hasta la próxima ocasión.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 7

Mis compañeritas en la zapatería...no. 1 (Yolanda)

Hola este el primero de tres relatos de la zapatería donde tuve varios encuentros sexuales.

Hace unos años conseguí un trabajo en una tienda que vendía tenis deportivos, pues bien, en está cadena de tiendas yo me encargaba de hacer inventario a las tiendas, y yo era el único hombre además del dueño que trabajaba allí, en está cadena tuve la oportunidad de merendarme a tres chicas, una de ellas una cajerita muy linda bajita, blanca con pechitos mediano muy duritos, un trasero regular pero firme y además era guapita de unos 19 o 20 añitos.

Ese día en especial todos los compañeros ya habían salido del local y yo me quede con ella terminando su corte de caja, pues bien cuando lo terminó ella fue a conectar la alarma del local que estaba en el piso superior la acompañe y al verla subir por la escalera no pude evitar ver sus piernas debajo de la corta falda blanca que tenía puesta, y eso no fue todo cuando se estiró a conectar la alarma levanto una pierna y me dejo ver su pantaleta del mismo color, no pude evitar decirle que se le veían muy bien y ella me reclamó que la hubiera visto, la calme diciéndole que solo vi el filo de su panty.

Ella era una canijilla y me dijo guiñándome el ojo que si quería verla completa, por supuesto que dije que sí inmediatamente, ella se quedo desconcertada, no pensó que le dijera que si, y yo mismo procedí a levantarle la falda, ella se hecho para atrás y me preguntó que hacía, le dije que hacía lo que ella me había invitado a hacer, y la tome por la cintura y la bese ella intentó rechazarme pero no afloje y ella cooperó, devolviendo el beso, yo apresurado tome nuevamente su falda y la levante para meter mi mano en su panochita sobre su calzoncito, ella inmediatamente abrió un poco sus piernas, continué con el manoseo hasta que sentí su panty húmeda y la oía respirar entrecortado, con la otra mano me hice cargo de su blusa color rojo y desabroche sus botones para presenciar la belleza de sus pechitos, los cuales liberé inmediatamente de su encierro en el bra, aparecieron un par de pezoncitos color canela de mediano tamaño.

Comencé con unos suaves chupetoncitos en sus aureolas y ella me jalaba de la nuca gimiendo y moviendo los senos, alce completamente su falda y me arrodillé frente a ella levante una de sus piernas y la coloqué sobre uno de los sillones de atención a clientes, separé el pliegue de su calzoncito tipo bikini y comencé a darle lengua en su panochita de pocos cabellitos pero eso si lacios y largos que se le arremolinaban en su pubis abultadito, su rajadita era pequeña y rosadita, su clítoris apenas asomaba entre sus labios, pronto creció ante el embate de mi lengua.

Luego me levante y la senté en el mismo sillón, ella saco mi pene del pantalón y lo tomo con sus manos e inició con una mamada rica, besaba mi cabeza, luego a lo largo del palo y se lo introducía en la pequeña boca aprisionándolo de una manera tan sutil que temí vaciarme en su boca, estuvo así por unos minutos. Luego la levante y la despoje de su pantaletita, la senté de nuevo en el sillón abriendo sus piernas y yo colocándome de rodillas frente a ella tome mi pene y se lo presenté en la entradita mojada, solo presione un poquito y me palo se deslizó hasta el fondo, vaya rico que apretaba esta criatura en cuanto lo sintió dentro de ella, inició un meneo de cadera que pronto sincronizamos a buen ritmo y de pronto la tenía prácticamente recostada sobre el sillón.

La levante y di vuelta arrodillándola sobre el mismo sillón presentándome su trasero y comencé a coger su panochita desde atrás dando un festín visual con su anito color sepia, el cual comencé a jugar con los dedos, ella gemía y se retorcía en una inminente llegada de su orgasmo, la sentí relajarse y casi de inmediato me vacié en su panochita en una llegada máxima.

Terminando nos sentamos un momento en los sillones, y nos dimos un beso, después de este encuentro tuvimos uno más en un hotel e hicimos de todo, pero la verdad este encuentro fue rico por lo improvisto de la situación.

No volví a saber de ella, por que al poco tiempo renunció a la empresa, pero en ésta zapatería tuve la oportunidad de hacerlo con otras dos empleadas, en otras dos sucursales de la cadena. Me despido de ustedes esperando le haya gustado este relato, nos vemos en próxima ocasión.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 8

Mis compañeritas en la zapatería...no. 2 (Noemí)

Hola este el segundo de tres relatos de la zapatería donde tuve varios encuentros sexuales.

Como les conté en mi relato anterior hace unos años conseguí un trabajo en una tienda que vendía tenis deportivos, pues bien, en está cadena de tiendas yo me encargaba de hacer inventario a las tiendas, y yo era el único hombre además del dueño que trabajaba allí, en está cadena tuve la oportunidad de merendarme a tres chicas, la segunda de mis victimas fue una de las dependientas del mostrador, una chica morenita de cabello rizado delgada y con senos pequeños, poco trasero pero paradito y solamente contaba con 17 añitos, aunque no me gusta parecer como si fuera un suertudo en mi vida he tenido la oportunidad de estrenar a cuatro chicas, contando a mi mujer (que fue la segunda) y esta niña era la tercera en mi haber.

Pues bien, me encontraba en otra de las tiendas de la cadena, y después de unos días comencé a tratar a esta morenita, entonces yo contaba con 24 o 25 años. Y ya saben, la cortejé y pronto la hice mi "novia" eso fue a los tres días, la acompañaba a su transporte no sin antes echarnos una pequeña tanda de besos y caricias, al principio de noviecitos santos, pasando una semana ya tocaba yo el contorno de sus senitos tiernos y la dejaba ir notablemente exitada.

El día del suceso, me encontraba yo en el último pasillo de la bodega haciendo inventario, y el cual mantenía cerrado con un carrito que no permitía el paso y de hecho nadie entraba mientras este se realizaba, en fin que de pronto estando yo distraído sentí una mano recorriendo de arriba abajo por mi espalda, era ella mi "noviecita", pronto me puse de pie y comenzamos con un faje ligero, ella estaba en la hora de su comida y al parecer no había mucho movimiento de ventas y por lo tanto casi ninguna visita a las bodegas.

Hasta ese día solo había tocado el contorno de sus senitos, pero esta vez fui mas allá, inicie tocándoselos suavemente y ella respondía con pequeños gemiditos, yo besaba su boca, oídos y cuello, pronto levante la sudadera de su pant’s deportivo asomando un bra chiquito de encaje el cual pronto fue desabrochado al frente y dejo ver un par de pechitos con aureolas color café claro, los bese y ella se retorcía y decía bajito que me detuviera, pero por supuesto que no lo hice.

Pronto me hice de su traserito sobre el pantalón y en un descuido metí mi mano por el resorte masajeando su redondez pequeña pero firme, luego las manos ya estaban dentro de su calzoncito azul cielo que ella defendía cerrando las piernas cuando intenté bajarlos, pero pronto aflojó su defensa, de pronto ya la tenía con los pantaloncitos en las rodillas y yo dándole dedito a su vaginita, por cierto con una matita de pelos ensortijados muy negros y tupidos la voltee hacia la pared y baje su pantalón hasta los tobillos haciendo que abriera las piernas y comencé a chuparle las nalguitas, su culito y su vaginita, ella misma levantaba el traserito en un inminente hecho de exitación, iba del anito a la vagina y viceversa, me puse de pie y baje mi pantalón sacando mi ya bien parado miembro, tome su mano y la coloque en mi palo, ella decía que no pero su mano recorría mi pene de raíz a cabeza, mientras yo daba dedo a su vaginita muy, muy húmeda, me recargue sobre ella y apoye mi miembro en su entradita, ella insistía en decir que no pero levantaba su traserito.

Cuando inicié la penetración y tenía ya la cabecita dentro me dijo que era virgen, eso me calentó a un más y la abracé calmándola y comencé a empujar suave pero firme, pronto sentí el rompimiento y la humedad de su himen ella ahogó su grito tapándose la boca mientras se retorcía, me detuve unos segundos hasta sentirla relajada, e inicié un va y viene suave que pronto ella respondió con gemidos de gusto, y aventando la cabeza cuando cobramos velocidad sentí su orgasmo y pronto yo tendría el mío, sacando mi pene de su prisión y vaciándome sobre sus nalguitas, y ensuciando su calzoncito en una manchita roja, ella lloró un rato, pero la convencí que no habíamos hecho nada malo, pronto se calmo y me la estuve cogiendo con ella cerca de dos meses, casi cada tercer día nos dábamos un buen entre, le enseñé de todo y ella era una buena alumna hasta que salió de la empresa y no la volví a ver. Pero ella quedará en mi recuerdo para siempre.

Me despido de ustedes esperando le haya gustado, hasta luego.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 9

Mis compañeritas en la zapatería...no. 3 (Alicia)

Hola este el tercero de tres relatos de la zapatería donde tuve varios encuentros sexuales.

Como les conté en mi relato anterior hace unos años conseguí un trabajo en una tienda que vendía tenis deportivos, pues bien, en está cadena de tiendas yo me encargaba de hacer inventario a las tiendas, y yo era el único hombre además del dueño que trabajaba allí, en está cadena tuve la oportunidad de merendarme a tres chicas, la Tercera de ellas fue la secretaria del dueño, una chica morena alta de cabello lacio delgada pero con buenos senos, buen trasero y de solo 19 añitos, aunque ella eras de corta edad ya era casada tendría unos seis o siete meses, y por lo que averigüe platicando con ella su marido le encantaba andar de vago, así es que no me fue difícil conseguirla, ya saben rollos como: tu te mereces otra cosa..., si yo fuera te hubiera conocido antes... , pues bueno, no tarde más que cuatro días en convencer a esta linda morena, porque además era bonita.

Ese día en especial el dueño del local le solicitó una información referente a impuestos y por lo cual tuvimos que quedarnos a trabajar muy tarde, ella llamó a su esposo pero aquel ni sus luces, así que comenzamos a trabajar, y entre charla y charla ella confeso que su marido no le daba abasto suficiente, que siempre andaba de parranda y pues tuve que consolarla, inicié con acercarme y decirle lo bien que se veía. Ella por demás desconcentrada no hallaba que decirme y sólo murmuraba cuándo comencé a tocarle los hombros y el cuello, me coloque detrás de ella en la silla de su escritorio y noté como comenzaba a estremecerse así que no desaproveche la ocasión, el masaje que le estaba dando surtía efecto y aproveche para acercarle mi miembro a la espalda, primero hizo el intento de quitarse pero pronto comenzó a sentir mi ya erecto pene, me agache e inicié con besos pequeños en el cuello, esperando algún rechazo y disculparme, pero no, no hizo ningún movimiento de rechazo pero si soltó un pequeño gemidito apenas perceptible, continué con el cuello y mis manos ya estaban acariciando sus brazos y en un instante sus senos por encima de la blusa color rosita, por cierto ese día ella llevaba un conjunto de saco y falda corta aunque no mucho, color melón, no tenía puesto el saco así que me dedique a sobárle las a lo que ella contesto con un beso apasionado, estaba colorada del rostro y respiraba agitadamente, pronto me hice de sus botones y la blusa quedo abierta de par en par, mostrando unos buenos senos forraditos con un bra rosita de encaje, ni tardo ni perezoso la levante y la senté sobre su escritorio colocándome entre sus piernas y sacando sus senos del sostén, una aureola rosadita y pequeña en ese par de redondos senos la hacia verse como una chiquilla y apure en lamidas y mordiditas que la hicieron recostarse sobre su escritorio, baje por su vientre y me encontré con su falda a medio subir y que mostraba sus lindas piernas sin medias y a su panty de encaje con piernita francesa también de color rosado y que aprisionaban un mechón de pelillos bastante abultados pero eso si, recortaditos de las orillas.

Hábilmente recorrí su panty a un lado y comencé a darle lengua sobre el clítoris mientras acariciaba su entradita con los dedos, no tardó casi nada en empapármelos y comenzar con un brincoteo de cadera me levante y baje mi pantalón sacando mi miembro que ya estaba babeando de exitación, ella me decía metelo con voz entrecortada y pues, se lo empuje suavemente, ella era estrechita y gemía y hacía gestos de placer que casi me hacen llegar con solo verla disfrutar, la estuve bombeando una rato hasta que ella enrolló sus piernas a mi cintura y apretaba en un inminente orgasmo, acompañado de hayes, gemidos y brincoteos, yo apreté también sintiendo sus contracciones, no deje que se recuperará y la baje del escritorio, la voltee y la agache sobre él, haciendo que abriera sus piernitas largas, alcé su falda e hice su panty a un lado, volví a meterle el miembro que estaba a punto de explotar, quedamos en una posición tan exacta que ella de inmediato me decía –así, así- y vaya que se sentía rico el deslizar mi miembro dentro de su cavidad, había un rose inexplicable, y yo que sentía que ya venía inicie un bombeo lento pero firme y fui aumentando la velocidad, cuando note otra vez su llegada, esta vez si no aguante y vacié mi carga dentro de su vaginita, la cual ayudándome con ese tipo de contracciones me vació por completo, me desplomé sobre su espalda besándosela, minutos después ella rompía en llanto por lo que habíamos hecho, y traté inútilmente de calmarla, terminamos el trabajo sin dirigirnos la palabra y nos despedimos, el marido ya estaba en la puerta del local esperándola lo salude y ella se despidió de mi con un ... "buenas noches que le vaya bien", y yo hice lo mismo, desde ese día nuestra relación ya no fue igual, ella me evitaba y yo me conformaba con verla y ver de vez en cuando sus piernas al subir la escalera de la oficina, después yo salí de trabajar de esa tienda y no volví a saber de ninguna de las chicas que allí trabajaban, pero que quedarán en mi memoria para siempre.

Bueno amigos espero les haya gustado esta trilogía en la tienda de zapatos. Nos vemos en el próximo relato.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 10

Una fiesta, una noche de copas, utilizando los mejores trucos de seducción, y me toco cenar gato en lugar de liebre...

Hola amigos, otra vez yo, no me malinterpreten al referirme a gato no me toco "machin", no lo que sucede es que en la oficina en que trabajo actualmente y en de tantas fiestas, una chavita llamada Nelly 18 añitos, riquísima, delgadita pero bien formadita, caderita, nalguita, tetas pequeñas pero bien redonditas, bonita y muy pero muy sensual. Ese día en comento, se celebraba una fiesta de fin de año y dos que tres compañeros ya estaban apuntando con sus rifles a la presa, por supuesto yo no me quedaba atrás, está oficina se caracteriza precisamente por el número de cazadores que habemos, "todos profesionales" (aja), pues bien Nelly se dio inmediatamente cuenta de los propósitos de "Estos cochinos" (yo no he?), y entre copa y copa terminamos en otro bar, allí corrió alcohol de miedo de pronto ella me dice, a mi casa no llegó así vamos donde quieras, inmediatamente me dispuse a llevarla a un hotel y de pronto...... ¡Noooooooooo!... se nos pega la Sra. Rosita 55 años, bien borracha, despeinada medio gorda y llorando por que no traía las llaves de su casa y en ella no había nadie, jurando y jurando que no intervendría Nelly aceptó llevarla con nosotros, al fin y al cabo "íbamos a dormir"... casi lloro de la pena, pero en fin, pensé algo habrá de pasar...

Llegando al hotel Rosita se presentó como mi mamá (pueden creerlo?), y pronto estábamos instalados en una confortable habitación con cama "queen size", la doña estaba durmiéndose y yo tratando de convencer a Nelly, pero me advertía de la presencia de la señora, yo no aflojaba y entre beso y beso ya tenía a la chica con el vestido desabrochado al frente (por cierto como 15 botones) y ya me enseñaba su conjuntito de bra y bikini con dibujitos de Taz, y que empezaban a mostrar el inicio de sus pezoncitos color caramelo y un mechoncito castaño por encima de su bikini, que desafortunadamente estaban resguardados por una espantosa pantimedia que obstaculizaba mi labor, aunque ella comenzaba a exitarse y yo ya tenía mi pene de fuera, esta chiquita no se me escaparía tan fácilmente, estaba ya por amancer y yo no lograba sacar nada de la chica cuando la Rosita despertó y preguntando que hacíamos me espantó a la niña que ya tenía una tetita de fuera y mis manos dentro del bikini una agarrándole la nalga y otra sus pelillos que solo sentí, me acercaba a la meta de su entradita cuando se levantó y me quedé viendo como se vestía y como comenzaba a entrar el sol por entre las cotinas, ella se despidió de nosotros con una sonrisa y un beso en la mejilla y salió de la habitación.

Vaya frustración y dolor de testículos que me estaba dando (yo creo que hasta diarrea me vino), me quede desolado en la orilla de la cama viendo escapar a la presa más codiciada del edificio y se fue así en un zas, pero esto no se quedaría así, ¡no señor!, voltee hacia donde la gorda, que medio reaccionaba y comencé a desnudarla mientras le agasajaba las tetotas flácidas, y entre ¡no por favor que soy casada! Y ¡síguele papi hazme tuya", lagrimas y risas y lo que se les ocurra, la encuere todita, desde luego no me iba a quedar así me saque el pito y se lo puse en la boca y entre ¡nos! De su parte bien que me lo estaba chupando y se lo metía hasta dentro, luego que lo tenía ya bien parado, la voltee boca abajo y al mirar su pucha grande y flacida, coloqué un par de almohadas bajo su vientre, no metería mi pito en esa vagina guanga ¡no! está gorda tendría que pagar así que sin más le coloqué el miembro en el anito y zas de un emujón media estocada, ella brincaba y trataba de zafarse pero no la dejaría con mi peso encima, empuje y empuje hasta sentir todo mi palo dentro de ella que gritaba mordiendo la almohada, cuando la sentí relajada inicié mi vaivén en su no muy apretado culo, y otra vez entre hayes descargué toda mi furia contra la viejilla metiche y en un rato splash mi descarga dentro de su ano, la verdad ni siquiera espere que ella tuviera un orgasmo y que no se quedaría con las ganas de hacérmelo saber, a lo que respondí que no era eso lo que yo buscaba.

Así es amigos esta mujer también estará en mi memoria para siempre, desafortunadamente a esta si la veo y aunque me avienta guiños de ojos, yo me hago buey y paso como si nada. Y como este chusco relato también a los cogedores nos pasa cazando presas.

Me despido de ustedes hasta el próximo relato, este si estará bueno lo verán, y mi recomendación... "aguas con los gatos que se mezclan con las liebres".

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 11

Chepina (mi amante), Ma. Luisa (su hermana), Juanita (su hija),

A Josefina la conocí en uno de mis anteriores empleos, ella era secretaria y tenía un cuerpo espectacular para sus 37 años, para los amigos de México les pido imaginen el cuerpo y el rostro de la actriz de los 60’s María Victoria, para los que no la conocen, les diré que era una chica morena bajita, de pechos redondos, cintura muy breve y un trasero precioso redondo y con muy buena cadera, ella era divorciada y tuve una relación con ella por casi un año, no ahondaré mucho con ella porque los encuentros sexuales que tuvimos fueron de lo más normal. Además de que no era muy buena en la cama y ya saben después de una noche de copas concluimos en la camita, la verdad es que era muy fácil de conseguir, aunque era rico ver sus nalgas rebotar a cada embestida.

De su hermana si tengo también poco que contar ella en realidad casi nunca aceptaba a los novios de su hermana, María Luisa tenia 28 añitos, soltera con un cuerpo delgado y con tetas y trasero normales, nada fuera de lo común, con ella tuve tres encuentros sexuales, el primero después de que fuimos a bailar y tomar unos tragos y yo me quedé ese día en casa de Chepina, quien bastante tomada junto a mi dormíamos en su recamara cuándo Luisa entró metida solamente en una playera sin mangas, cortita color azul cielo con ositos, y una tanguita del mismo color, cuando sentí ya estaba ella encargándose de mi palo con su boquita, así es que con la emoción de que su hermana despertará y nos hiciera un tango nos aventamos un palito rico. En otra ocasión me la tiraría detrás del refrigerador.

Pero el relato que me atañe en sí, es el día que su hija juanita se me entregó. La niña de apenas 16 añitos pero con la herencia de su madre en cuanto a cuerpo, y yo creo que en la facilidad de conseguir también me dio una grata mañana de sábado. Ese día en particular quede con su madre de vernos en una calle del centro, pero llegué muy tarde debido al tránsito, ya no la encontré y me dirigí a su casa en el estado de México, y tampoco la alcancé, tenía escasos 1º minutos de haber salido, esto lo supe por su hija.

Así es que decidí no moverme para que pudiéramos encontrarnos, yo no había visto a juanita nunca con otros ojos, pero ese día su forma de vestir me llamó mucho la atención y me percaté de su bello cuerpo, como dije heredó a la madre. Un leotardo azul marino y un pantalón de mezclilla realzaban su cuerpecito virginal, iba y venía, de la sala a la cocina, subía y bajaba, en fin toda una pasarela, cuando se paro frente a mí diciéndome: - ¿te parezco bonita? -, de pronto no supe que decir y solo conteste que era realmente hermosa: - ¿mi mamá hace el amor rico contigo? – fue su segunda pregunta, y me quedé con los ojos abiertos, creo que moví la cabeza en forma de aceptación. Su tercera pregunta a escasos 15 cm de mi cara fue: - ¿son bonitos mi senos? – y levantándolos con sus manos me los puso casi en la cara, mi contestación fue un jaloncito al leotardo sacando uno de ellos, le dije – preciosos-.

La tome por la cintura y la atraje hacía mi, poniendo cerca de mi boca un pechito con una aureola rosada apenas saliendo un pezoncito claro y que toque con la nariz, que suavidad, procedía chupar suavecito esa aureolita y mientras ella cerraba los ojos y se tensaba, yo descubría el otro pechito y dejaba su leotardo en la cintura, tomaba y besaba ambos pechitos al mismo tiempo mientras veía que la niña tenía sus ojos cerrados y movía la cabeza de lado a lado. Inicié con su jeans desabotonándolo y bajándolo desde atrás recorriendo la redondez de su trasero, pronto lo zafé de sus pies y quite por completo su leotardo, dejándola solo con sus tenis, calcetitas blancas al tobillo y un panty de algodoncito blanco, de por si ya tenía el pene q reventar y cuando vi eso la senté en el sillón y abrí sus piernas dándome un gusto de chupar su vaginita por encima del calzoncito y verla retorcerse en el sillón, me hice del borde del panty y deslice hacía abajo dejándome ver un pubis idéntico al de su madre, bastante peludo y negro. Pensé que me haría algún rechazo pero no, la chica estaba ya en su primer orgasmo y aun no había sido penetrada, le di lengua un rato más y me puse de pie, sacando mi pene de la prisión de mis calzones, ella abrió los ojos y aunque no se soy de pene grande ella lo miraba asombrada, era su primer pene en contacto jale sus manos y se las puse sobre él, ella lo jalaba y trataba de acariciar torpemente le sujete la nuca y le acerque el pene a la boca le pedí que sacara su lengüita y pase mi cabeza colorada a todo lo largo, de plano no se le daba el don de la chupada así que decidí no perder más tiempo, la voltee sobre el respaldo del sillón y comencé a chupar otra vez su vaginita yendo hasta su anito rozadito y mojándolo muy bien, vino a mi cabeza la idea de si era virgen, yo pensaba que sí, pero temí preguntarle y que de pronto reaccionara, así es que metí poco a poco mi dedo medio en su anito y ella arqueaba su cuerpo.

Rápidamente me estire hasta la cocina y sustraje el aceite de cocina, que estaba en la mesita vacié un poco en mi mano y se lo unte en el anito y en la vagina, pronto vi dilatado su anito mientras ella tenía otro orgasmo, caliente la niña, yo por mi parte estaba que reventaba, tome mi pene y si más perdida de tiempo comencé a introducirlo en su anito despacito sacaba y metia y ella daba pequeños brinquitos y quejidos, respirando hondo pero aguantaba el embate, pronto sentí como succionaba mi cabecita y ella se contraía haciendo gestos de placer, y sonriendo así es que al notar sus primeros movimientos de cadera reinicié el embate hasta tener mi pene todo dentro de ella mientras la veía retorserce y tapándose la boca con la mano, vaya sensación de gusto al sentir como sus paredes apretaban mi miembro, yo comenzaba a sentir mi inminente llegada así que detuve mi penetración y saque el miembro me limpie con su calzoncito y apunte a mi nuevo blanco, el agujerito anhelado depositando mi cabeza en la entrada y esperando la respuesta, ella solo movía las nalgas en circulo y empuje suave, metiendo la puntita en su vagina, ella suspiro y sonrió por su hombro, sentí claramente como su sellito cedía ante el enemigo ella se arqueó e intento zafarse, pero yo la detuve y abrace, respiraba hondo y se retraía, pasaron unos segundos y al sentir su relajamiento empuje de nuevo esta vez hasta adentro y volví a detenerme, ella solo dijo, ya e inicié mi embate, ahora con más fuerza y velocidad, sabía que no me quedaba mucho tiempo pues la exitación era mucha de pronto sentí mis jugos expulsados con gran fuerza dentro de esa hermosa vaginita que goteaba un hilito coloradito por un lado empuje mi pene hasta dentro para sentir mis últimos estragos cuando sentí otra vez los movimientos de su vaginita en un orgasmo que la hizo gritar.

Nos vestimos, tomamos un refresco y esperamos a su mamá que llegó 20 minutos después, a la niña me la cogí varias veces más y en ocasiones después de la mamá seguía la hija, pero todo terminó un día que la hermana salió a acompañarme a la puerta y se le ocurrió darme una mamada en la puerta cuando Josefina salió y se armo el alboroto, desde luego no volví a esa casa y no supe en que terminó todo y como en la canción de la Martina ni por la silla volví.

Y bueno este relato curioso pero verídico se los dejo a su consideración, y me despido nuevamente esperando que hayan disfrutado de este momento. Me despido y hasta la próxima.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 12

Con la Chica de Limpieza de donde trabajo...nadie sabe para quien trabaja

Maribel tenía en ese tiempo 17 añitos solamente y yo ya tenía 34, era una chica bajita de estatura pero con bonito cuerpo, guapita, y con un par de tetas bastante grandecitas para su edad. Ella hacia el servicio de limpieza en la oficina, y constantemente la chuleaba, la verdad sin ningún interés en especial.

Un día se realizó una fiesta de fin de año y ella se encontraba en una mesa con sus compañeros de labor, me dirigía al baño cuando me saludo y pidió que saliera a bailar con ella, asentí y cuando estábamos en la pista note que estaba un poco mareada y se me ocurrió decirle que era guapa y cosas como esas, de pronto me plantó un beso a media pista, lo cual me ponía en aprietos pues todos sabían que yo era casado.

Total que observe que en su mesa le daban de beber, seguramente la estaban preparando los canijos, así que me dije ahora es cuando, le propuse llevarla a su casa pues se veía indispuesta, dejando a sus compañeros atónitos, y ya en la calle comencé a seducirla, y pronto me dijo que se sentía muy mareada y que no podía llegar así a su casa, la convencí de ir a un hotel para que descansará, y allí la estuve besando y acariciando hasta que note como se calentaba, pronto le agarré las tetas y se las saque del bra, pezones chiquitos y canelitos a lo que ella respondía despeinándome y gimiendo.

Desabroche su pantalón y comence a bajarlo y tocarle el conejito por encima de su panty de algodón, eso me calentó más ya que ella me decía que parara pero no hacía el intento por alejarme, pronto la tuve encueradita en la cama y chupaba su coñito, ella rebotaba en el colchón me puse de rodillas frente a ella y le presente mi arma y comencé a metérselo en su vaginita estrecha, ella gemía y sentí como apretaba mi palo, eso me emocionó, yo pensé que era virgen pero ella solo dijo, "sigue" (después me contaría que uno se sus tíos fue quien la estrenó y le enseñó a coger), y pues seguí, riquísima chica me estaba comiendo de pronto se tensó y gritaba más fuerte, estaba teniendo un orgasmo, después de sus sacudidas me salí y la puse en cuatro, tome otra vez mi pito y se lo volví a introducir desde atrás, su coñito se veía rico así como su culito que por mala suerte no pude disfrutar, la bombee con suavidad hasta que sentí su segundo orgasmo casi al mismo tiempo que yo me venía dentro de ella, se espantó pero la tranquilicé ya que yo ya estoy operado, y no puedo tener más hijos, esa noche lo hicimos dos veces más, y como digo no se me hizo darle por el chiquito. Sin embargo me la estuve comiendo dos meses más hasta que su compañía de limpieza dejo de trabajar para el lugar donde trabajo. Y no he vuelto a saber de ella. Pero quedará en mi memoria para siempre. Y con esto me despido y hasta la próxima.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 12 bis

El doble cornudo. Será superstición o no pero la secuencia espera un poco, más vale.

Este relato creo yo, es el más difícil de escribir, ya que lo hago en la oficina y precisamente trata de la Ex novia de un compañero de trabajo. Ellos tenían planeado casarse y de pronto él ya tenía otro compromiso en puerta, con Gloria, que le llamaré así por obvias razones Hernando que también llamaré así tenían un hijo y entre promesas de matrimonio él se caso de plano con otra chica Juliana, que también llamaré así, lo chistoso es que Juliana mientras hacía su servicio social en la oficina me la faje un varias veces hasta el grado de besarle las tetas y darle un par de dedazos en su coñito aunque nunca pude hacerla mía, fregada chamaca siempre me dejaba a medias. Pues bien una vez que le iba yo a contar de mis hazañas al cornudo en comento, me platicó muy entusiasmado que se casaría con la chiquilla calienta chiles, y pues tuve que callar.

Días después, recibí una llamada, era Gloria, que hasta ese momento yo no conocía y únicamente sabía de su existencia por las pocas charla que tuve con Hernando, y me citó en un bar para charlar, aunque nunca me presto de intermediario o cupido quizá la curiosidad me hizo ir al encuentro. Ese día como a las seis de la tarde llegó Gloria: 30 años, morenita, delgada, cero vientre pechos grandes, cadera ancha aunque con poco trasero, piernas largas y muy guapa, iba con su cara triste, la invité a sentarse, y en seis tequilas me contó toda la historia. la invite otras copas más en un barcillo que frecuentaba y sin más ni más se me ocurrió besarla, pensé que me llevaría una bofetada pero por el contrario su respuesta fue pasional.

Ese día ella llevaba un conjunto de falda corta y saquito color verde pistache, medias y una blusa color beige. Y mientras ella me decía de lo informada que estaba de mi y de mi fama de conquistador y que confirmaba en ese instante yo ya tenía una mano en sus piernas, y que entre beso y beso iban subiendo hasta el cintillo de sus medias. Pronto se levanto indignada pero no dijo nada, pague la cuenta y salimos del bar.

En la esquina mientras decía que no volví a besarla y tocar sus pechos sobre la blusa y entre frases de eso no está bien y gemidos la convencí y terminamos en un hotel, pronto la tenía a mi merced sobre la cama mientras besaba su cuello y levantaba su falda corta hasta hacer aparecer una tanguita negra de encaje con un moño rojo al frente y solo dos cintitas cruzando sus nalgas, pronto di cuenta de su saquito y blusa dejando ver un sostén chiquito en color negro y plata aprisionando un buen par de senos, y que pronto estaría al descubierto.

Mostrándome un par de pezones achocolatados y redonditos, los cuales devoré con gran gusto haciendo a la chica gemir y rebotar en el colchón. Baje por su vientre hasta su tanga y metí mis dedos por debajo del elástico sintiendo su boquita vaginal chiquita y perfumada, la verdad yo esperaba una puchita con mas muestras de batalla, pero esta se veía bonita con un mechoncito de pelo encima que la hacía ver juvenil y que devoré también con gusto y saboreando de verdad ella descontrolada abría las piernas y gemía suavecito, eso me exitó muchísimo y pronto me levante sacando mi arma de la funda ella al verlo tomo dos almohadas y las colocó debajo de sus nalgas, haciendo que la escena me exitára aún más y haciendo que mi pene escurriera (después me enteraría que llevaba varias semanas sin su dotación de carne), y procedía a penetrarla, vaya ricura de apretón que daba la mujer, la bombee apenas unas cinco veces y explotó en un orgasmo ruidoso y revolcado, volví a bombear un rato más y mientras me apretaba con sus piernas unos instantes más volvió a explotar, vaya que si tenía hambre la chica, la gire apenas de lado y levante su pierna penetrándola esta vez más profundo y el solo ver sus tetas bamboleándose y las nalgas rebotando me hicieron venir en un explosivo orgasmo que ella acompañó con su tercero.

Me desplome a su lado exhausto besándola y abrasándola, de pronto se levanto, fue al baño y se abalanzo sobre mi pene y con gran maestría lo volvió a levantar, digo con maestría por que los amigos como yo de 39 años no tenemos esa condición de cuando eras unos chiquillos calenturientos, así es que pronto mi pene estaba erecto nuevamente. Volví a penetrarla esta vez desde atrás en una cogida ruidosita ya que ella estaba empapada de jugos y sintiéndola venir de nuevo, esta vez se recosto de una forma que me exitó y siguiendo su técnica inicial de las almohadas yo tome dos también y las coloque bajo su vientre haciendo levantar ese culito y reinicié la penetración de esa forma el roce de carnes era exquisito y con sus mismos jugos me dedique a embadurnar el anito que no tenía la menor idea de dejarlo ir vivo, y ella ni siquiera hizo el intento por salvarlo.

Ya lubricado el objetivo apunte mi ariete y presione con firmeza sintiendo como cedían las paredes plegaditas del enemigo, entre gemidos dolorosos y placenteros bombee un rato sintiendo como mis chorros inundaban ese culito tierno.

Al amanecer volvimos a coger, y no lo había hecho así desde que tenía unos 20 años tres en una noche, claro al otro día el pene me dolía también como nunca pero pasamos una noche inolvidable. Tiempo después en una platica con el cornudo me platicaba que debido a muchas circunstancias el no la atendía como se debía y que ella era muy caliente y no se llenaba y que quizá la pobre sufriría de lo mismo aunque me contó que ella lo ha rechazado varias veces, desde luego no puedo decirle que tiene toda la razón, que hasta la fecha ella sigue igual de caliente y riquísima, pero esta vez si esta bien atendida y que al menos por un buen tiempo no le hará falta.

Y estos han sido todos mis relatos de encuentros sexuales, y espero pronto escribir un poco más me despido de ustedes y hasta la próxima amigos.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 14

Masturbación en el microbús...

Un noche de regreso a casa subí a un transporte y me acomodé en el último asiento, una señora traía varias bolsas y yo me acomedía ayudarla, así que tome dos bolsas y me las puse en medio de las piernas. Pronto el transporte se fue llenando y me percate que una chica no muy bonita pero de piernas bonitas y buena cadera estaba siendo empujada hacía atrás entre manoseada y manoseada, total que la chica quedó con su conejito exactamente a la altura de mis manos, yo me hice como que no me había dado cuenta, pero no podía quitar mis ojos de ese par de labiecitos vaginales que se marcaban en el pantalón color beige de likra bastante pegadito, mmm se veía riquísimo, y la chica entre empujones y empujones iba a dar constantemente a mis manos rosando con su puchita me dedos, pronto el transporte quedo tan llenó que ella irremediablemente quedo encima de mis manos y en unos minutos y con el movimiento del transporte y medios movimientos de mis manos que brincaban de una labiecito al otro note como la chica meneaba ligeramente la cadera de un lado a otro, primero pensé que era por la mano de un chavo que constantemente le tocaba las nalgas pero el movimiento comenzo a ser circulatorio y de repente se montaba en mis manos.

Volteé hacía arriba y vi que la chica traía los ojos cerrados y una ligera sonrisa se notaba en su boca, un poco temeroso alargue uno de mis dedos y toque suavecito su vaginita la chica de pronto se detuvo y yo me quede frío, levante la mirada y ella solo respiraba pero no abría los ojos, y comenzó de nuevo con el meneo de cintura, alargue otro dedo y voltee la mano esta vez llegaba un poco mas adentro de su entrepierna y de vez en vez tocaba sus labiecitos, al ver que ella respondía inicié con un pequeño toque buscando sus partes sensibles e iba de adelante hacía atrás en su entrepierna y ella abrió un poquitín sus piernitas, de plano deposite mi mano en su panochita por encima y note un ligero humedecimiento en el pantaloncito de la chica, yo daba apretoncitos a sus suaves labios vaginales y daba movimientos circulares a mis dedos, levante de nuevo la vista y la chica tomaba aire por la boca ligeramente coloradita de su cara.

Entre los movimientos de mis dedos note perfectamente los bordes de su panty, los cuales de vez en vez daba jaloncitos moviéndolos de un lado a otro provocando pequeños roces de su panty en la vaginita que la hacía dar pequeños brinquitos, su entrepierna estaba totalmente húmeda se notaba que estaba empapada en sus jugos y llegué a sentir el bultito de su pelambrerita por encima del pantalón, se notaba que tenía bastante pelito, de pronto note como sus piernas apretaban mi mano y me espante tratando de sacarla rápidamente, no me fue posible y entre en nerviosismo, pero solo era que la chica estaba teniendo un orgasmo tremendo se mordía los labios y respiraba entrecortado, poco a poco aflojo sus piernitas y yo pude entonces liberara mis mojados dedos, ella abrió los ojos y volteo hacía otro lado como si nada, calles adelante ella se acercó a la puerta, toco el timbre y volteo hacía mi y me sonrió guiñándome el ojo. Casi de inmediato la señora se levantó y dándome las gracias por la ayuda me dio la mano que sin querer le compartí de los juguitos de la chica a lo que respondió con un ligero gesto de desagrado, pensando quizá que me sudaba la mano pero yo sabía perfectamente lo que era.

Y pues a la chica no la he vuelto a ver, me gustaría encontrarla de nuevo y quizá tratar de invitarla para aventarnos un polvazo como dicen los amigos españoles, y esto es todo por hoy, espero encontrarlos la próxima vez.

Las mujeres de mi vida – Tong-po

Relato no. 15

Mi primer doble...

Una tarde fui a echarme una copitas y saliendo como a eso de las tres de la mañana y caminando en la noche me tope con el esposo de una compañera de trabajo que ya conocía hace algún tiempo que por cierto también había ido a tomarse lo suyo y la verdad ya estaba bien cuete. Así que le dije que yo lo llevaba a su casa, que no le fuera a pasar algo, en fin.. accedió y lo lleve a su casa allá por el aeropuerto.

Bueno llegamos a su casa y al despedirme el insistió en que nos tomáramos un trago más, trate de rehusarme pero al fin gano el. Estábamos en la sala de su departamento tomando el mentado trago cuando salió de su esposa en bata de dormir (compañera mía) y nos dijo – fregados si andan juntos – le explique rápidamente lo sucedido, y bueno se calmó y se sentó con nosotros y se tomaba también una copa, no me había yo fijado en ella hasta que se puso de pie nuevamente y pude notar que debajo de su bata que se le había desabrochado y que traía un camisoncito bastante sensualito a la rodilla y su esposo más allá que pa’cá, solo sonreía y me decía –está buena mi vieja no? – no supe que decir solo sonreí y continuamos bebiendo entre risas, la verdad es que sí estaba muy rica la condenada, ella es alta y a pesar de tener ya dos hijas, con un excelente cuerpo, un par de senos bien puestos medianos y bien redonditos, ni que decir de su buen trasero la verdad es que muchos la lujuriábamos en la chamba y a ella le encantaba que la piropearan, siempre hacíamos el comentario que debía ser muy calienta, constantemente después de un piropo ella decía que un día no nos la acabaríamos (entre bromas); en fin, de pronto el marido jalo la bata y dejo ver el cuerpo de su esposa detrás del camisón semitransparente, me quede con la boca abierta al ver su bikini blanco bien marcado en el camisón y sus senos sin sostén que permitían ver un par de pezones grandes y bien redonditos que al principio estaban normales pero en el acto se levantaron un par de chuponcitos.

El marido entre risotadas la jalo hacía él besándola y tumbándola en el sillón en que estaba sentado, ella al caer abrió las piernas dejándome ver claramente su calzoncito que apenas cubría sus nalgas y medio volteo a verme apenada, yo hice el intento de levantarme para retirarme pero el marido me dijo – n’hombre, no te vayas – insistí pero de pronto jalo mi mano pensé que para despedirse de mi pero no, el muy canijo me jalo hasta que mi mano se posó en el trasero de su mujer diciéndome – ¿a poco no te habían dado ganas de tocarle las nalgas a mi vieja?, ¿verdad que está durita todavía? – y verdaderamente estaba muy durita y rica. Yo apenado me regresé al sillón y ella luchaba con él por zafarse pero de pronto la volteo frente a mi tomándola de los senos y masajeándoselos, acto que la hizo gemir y decirle a él – estate quieto, no empieces – él le levantó el camisón y metió su mano dentro del calzón de ella y al levantarlo me dejó ver la parte de la pelambrera que se escapaba por los bordes laterales de éste.

Me pare de volada para dirigirme a la puerta, la verdad es que estaba sacado de honda entre irme y quedarme a ver, es una sensación deliciosa realmente, de pronto él ya tenia el camisón por encima de sus senos, mientras le daba dedo a la vagina, busque otra vez la puerta yo ya no sabía, si irme o quedarme, pues ella empezó a gemir más fuerte y abría las piernas y se meneaba a cada dedazo, pronto desistí y me volví a sentar, observando como se fajaban mientras yo continuaba con mi bebida, ella pronto se volteo y comenzó a besar a su marido como si yo no estuviera allí. Yo por mi parte ya tenía el palo a mil y ella acariciaba el de su marido por encima del pantalón y que pronto liberó, el por su parte con el camisón de ella levantado trataba de bajarle la pantaleta a su mujer luchando infructuosamente y no se que pasó, pero yo acomedido me levanté, y tomando los bordes superiores de su panty se los bajé a media pierna, luego reaccioné y me volví a sentar, vaya espectáculo de "culo" me estaba dando Lulú con un par de nalgas bien formaditas y que debido a los movimientos que hacía ella con las caricias de su marido, me permitían ver su vagina bastante carnosita y su anito color café que se asomaba en cada movimiento de pierna, de pronto alce la vista y Carlos su marido me estaba viendo, no supe que decir y me levante pensaba en salir de allí, pero el con un gesto me hizo la señal de entrar al ataque, cuando reaccione ella ya había bajado el pantalón de su marido y le estaba dando una mamada espectacular, allí comprobé lo que siempre especulábamos en el trabajo " que era una caliente", me acerque un tanto nervioso de no haber entendido bien la señal y deposite una mano en el trasero de Lulú ahora desnudo, y él me vio, sonrió y se recostó en el sillón para disfrutar de lo que le hacían, al ver esto, me hinqué detrás de ella y comencé a darle dedo en su entrada recorriendo desde el clítoris hasta el anito, y ella comenzaba a bufar acerque mi lengua y mientras la daba dedo le chupaba su carnosa vagina dándole pequeños mordiscos y metiendo mi lengua, ella antes de que metiera mi lengua ya era una sopa, terminé por quitarle el panty y después de un par de minutos el marido hizo la señal de cambio y ella ni tarda ni perezosa se volteo y me dirigió una mirada y una sonrisa pícara y bajándome el pantalón saco mi palo bien parado y comenzó a chuparlo, la verdad ya un par de veces había tenido sueños eróticos con ella, pero nada que ver, realmente era una fantástica mamadora, recorría mi palo desde la raíz hasta la cabecita, la rodeaba con la lengua y se lo metía a la boca, dando chuponcitos y pequeñas mordiditas, que por poco me hacía venir, mientras el marido ya la tenía ensartada desde atrás y ella gemía desde mi lugar podía ver como rebotaban sus nalgas a cada embate de Carlos, y el chapoteo que se escuchaba debido a lo mojada que ella estaba me dieron ganas de cambiar, a lo que me imagino el marido intuyó y volvió a jalarla, esta vez la recostó sobre la alfombra y desde atrás de su cabeza le metió el miembro en la boca mientras yo abría sus piernas y disfrutaba de su peludo sexo, húmedo y enrojecido por la reciente penetración mientras ella se hacía cargo de chupar a el palo de su marido yo apunté el mío a su entrada y lo metí hasta el fondo, sentir por fin ese agujero caliente y resbaloso fue riquísimo todavía apretaba bien la condenada y a cada embate mío ella levantaba la cadera haciendo la penetración mas profunda, estábamos ya encarrerados cuando Carlos nuevamente hizo el movimiento y ella se levantó y me empujo al suelo esta vez yo estaba boca arriba y ella presta se sentó en mi miembro de un solo golpe, comenzó a mover la cadera en círculos frotando sus pelillos con los míos mientras yo me hacía cargo de sus hermosos y aún firmes senos amasándolos, luego se movió de atrás a adelante y otra vez en círculos y con un grito y al ver su rostro colorado supe que había tenido su primer orgasmo se agacho hacía mi y me abrazó fuerte, apretando sus piernas, hasta que se relajó y comenzó otra vez se sentó de nuevo y ahora dando sentones en mi miembro, subía y bajaba cuando el marido la recostó de nuevo sobre mi y se acomodó detrás de ella, me emocioné pues nunca lo había yo hecho en esa forma y apuntando su palo se lo empujó suavemente en el anito, y ella dio un brinco y volteándome a ver con un rostro mezcla de dolor y placer me beso apasionadamente (la verdad me saque de honda pues yo sabía que ella acababa de tener un miembro en la boca), pero pronto respondí con la pasión se te olvida pues, mientras lo iba metiendo Carlos sentía como su miembro tocaba el mío apenas separado por las paredes de la vagina y el culo de Lulú, sinceramente ese roce y saber a una mujer doblemente ensartada es fascinante, pronto Carlos la tuvo completamente dentro de ella que daba gritos ahogados, difícil fue el comenzar a movernos al principio no dábamos el ritmo, un par de veces mi miembro se salió de su prisión y otras dos veces el de Carlos hasta que ella alcanzó el compás que debíamos llevar simplemente delicioso ese movimiento, y al cabo de unos minutos nuevamente Lulú se venía en su segundo orgasmo gritando y moviéndose como una serpiente en círculos, de arriba abajo, de lado a lado, de adelante a atrás, en fin un movimiento debido a las contracciones que ella tenía me hicieron vaciar mi carga en su panochita ya de por sí hecha un lago la agarre de la cadera con una mano y con la otra le acariciaba las tetas, disparando mi semen hasta el fondo, la verdad fue riquísimo, comencé a besar sus senos mientras ella seguía gritando pues Carlos aún no se venía y continuaba bombeándola hasta que al fin el se levantó y parándose frente a ella y levantándola le metió el miembro en la boca y se vino dentro de ella que casi ahogan a Lulú, resbalando unos hilillos de leche por la comisura de su boca, supongo que debió haber tragado algo del semen de su marido.

Total que después de asearnos nos vestimos y seguimos en la fiesta comentando el asunto, ellos me hicieron saber que esa había sido una de sus fantasías y que sólo lo habían charlado, pero coincidentemente yo me cruce y dadas las circunstancias de alcohol y calentura se animaron a hacerlo, yo por mi parte le comenté que igualmente esa era mi primera vez en una doble penetración. En fin seguimos con la copa y Carlos terminó por quedarse dormido ya casi al amanecer cuando nos dimos cuenta Lulú y yo, le hice un guiño y me levante, aprovechando la calentura volví a tomarla esta vez yo solo y desde luego no desaproveche la oportunidad de darle también por el culo pero esta vez yo si se lo llene de lechita.

Al despedirme en la mañana después del desayuno, quedamos en volver a realizar el evento, sin embargo no se ha podido realizar por una u otra razón, sin embargo yo si he podido disfrutar de Lulú unas cuatro veces más (se supone que el marido no sabe), una de ellas en la oficina de mi jefe.

Bueno es todo por esta vez, espero le haya gustado este relato y nos vemos en el próximo.