Orgia en el caribe 2
Ernesto y Elena viven nuevas sensaciones al continuar su aventura en un club de empresarios a los que les gusta las orgías.
Durante el día disfrutamos de un buen desayuno todo pagado por Luigi, fuimos a la playa nos divertimos nadamos y luego a almorzar, luego al cuarto del hotel a descansar hasta las siete y media de la noche, completamente relajados, nos duchamos, nos cambiamos y fuimos al hall del hotel a esperar a Luigi, a los 15 minutos llegó y nos llevó en un taxi a un restaurante típico del lugar donde cenamos platos a base de mariscos y pescados, bebimos tragos exóticos, que nos devolvieron las fuerzas y ganas de tener sexo, al memos a mi si me dieron muchas ganas, porque me puse alegrona y muy cachonda. Conversamos de diferentes cosas, Luigi y yo nos fuimos conociendo mas entrando en confianza, Yo le daba indicios que mi esposa y yo éramos de mente abierta, todo para que se manifieste abiertamente ante mi, y poco a poco fue dando resultado. Luego de terminar nuestros tragos y estar nuevamente a tono, Luigi nos dijo:
- Bueno amigos los voy a llevar a una disco para bailar pero lo particular de estos lugares es la gente liberal que asiste,…espero no te moleste Ernesto?
- No te preocupes Luigi, somos también de mente amplia… verdad cariño? Respondí mirando Elena con cara de burlón
- Cierto Luigi, no te preocupes lo que queremos es divertirnos….contestó Elena
- Bueno entonces, pongámonos en camino
A una sola voz todos……SALUD!!!...dijimos alzando nuestras copas.
Rumbo a la disco los tres nos sentamos en el asiento de atrás del taxi, Elena en medio de los dos, riendo y conversando, atrevidamente puso una mano en la pierna de Luigi y la otra en mi pierna, eso me gusto y ya me iba excitando Luigi se quedó mudo por unos segundos pero después al ver que yo no decía nada siguió la conversación, recorrimos la autopista paralela a las playas, durante 20 minutos aproximadamente, luego entramos en dirección a la playa por lo menos otros 8 o 10 minutos, hasta que llegamos a nuestro destino, bajamos y entramos al lugar por cierto muy discreto, pasamos la entrada principal y luego otra puerta de donde se escuchaba música muy alegre, llegamos nos situamos en una mesa pedimos algo de beber, algunas parejas se acercaron a nuestra mesa a saludar a Luigi, el nos presentaba y saludaban a Elena como una vieja amiga todos la besaban y abrazaban, ella me decía muy discretamente que las conocía del sauna, con razón me saludaban efusivamente, -con toda la leche que le echaron encima-, pero bueno, empezamos a bailar al principio Elena y yo, luego Luigi con ella, y luego aquellos que me habían presentado formamos un gran grupo de baile que por cierto las mujeres estaban buenísimas, aunque maduras pero deliciosas y liberales, Luigi y Elena me miraban cuando aquellas mujeres me colocaban el culo y se sobaban muy sensualmente y ninguno de sus esposos o parejas lo tomaban a mal así es que con un gesto cómplice le indique a mi esposa que incitara a Luigi.
Fue entonces que Elena se puso de espaldas a él y empezó el juego, los demás aplaudían los movimientos que ella le hacía a Luigi mientras que yo disfrutaba de las caderas que tenía entre mis manos, seguimos durante largos minutos con los bailes, Elena bailaba hasta con dos en un intercambio de manoseo erótico, de rato en rato cruzábamos miradas, hasta que me fui a sentar aun sofá con la mujer que bailaba para besarla y sobarle las tetas, ella calentona como estaba se arrodilló para sacarme la verga y chupármela con desesperación, Luigi me miraba de lejos y levantaba su copa en señal de satisfacción, Elena al verme desde donde bailaba muy eróticamente abrazó a una de sus parejas de baile, luego al otro y así se desató la pasión, yo me imaginaba que esto iba a acabar en orgía, pero mas me excitaba el echo de verla a mi esposa coger con otros.
Y así fue, en un momento ya cuando la situación se había encendido donde todos se abrazaban, besaban, manoseaban las luces cambiaron de color y bajaron su intensidad, la mujer que me la chupaba me dijo quítate la ropa al mismo tiempo que ella se la quitaba, quedándonos desnudos, se puso en cuatro y le comencé a meter mi verga al mismo tiempo que otro hombre igualmente desnudo y con una gran verga gruesa y larga se la daba por la boca, miré a mi esposa y estaba entre dos hombres y una mujer, hacia un 69 con la mujer mientras que Luigi se la metía y otro le daba la verga por la boca, los ruidos de chupadas, gemidos y suspiros se escuchaban por toda la sala, yo miraba como se turnaban para coger a mi esposa en diferentes poses y era delicioso verla y oírla gemir de placer, yo imitaba todo lo que hacían los demás y me cogí a las esposas o parejas de otros inclusive un hombre me mamó la verga tan deliciosamente que no objete el que lo haga, no podía sorprenderme de nada así es que así continuamos hasta que me sacaron toda la leche dos polvos por lo menos, después de acabar me acerque al grupito de Elena que por cierto la tenían en una doble penetración, sus gritos se sentían por toda la sala terminaban en su concha y en su culo y otros dos tomaban los lugares de los que acababan, la hicieron venir muchas veces.
Al terminar todos nos sentamos y seguimos bebiendo, el olor a semen y emisiones vaginales, se mezclaba con el aroma de los licores, Luigi se sentó conmigo y Elena y me felicitó por la faena y por la esposita que tengo, lo cual yo agradecí desde lo mas profundo de mi corazón. Pero ahí no terminaba la diversión, me dijo que ya se había hecho una costumbre entre los integrantes del grupo proponer a la nueva integrante para un espectáculo, yo me excité y comenzaron a volverme la s fuerzas, mi verga comenzaba a reaccionar parándose poco a poco, Elena no se imaginaba que podría ser, bailar desnuda posar, etc. Pero fue algo mas que eso, vino uno de los hombres del grupo y la llevó al centro de la sala, a su vez pusieron un mueble de forma ondulada sin espaldar, de cuero y de color rojo, apagaron las luces, todo quedó oscuro por unos segundos, se encendieron las luces que alumbraban el centro de la sala donde ella estaba parada y atrás de ella se encontraban dos jóvenes morochos de pelo largo corpulentos y con músculos por todo el cuerpo, espaldas anchas, pectorales que se movían por si solos, sus piernas parecían robles, Elena mide 1.64 mts. y les llegaba a la altura del pecho con las justas, los jóvenes medirían 1.95 mts. Aproximadamente, tenían puesto una truza que parecía piel de leopardo, muy ceñida al cuerpo, lo cual les resaltaba un gran bulto entre las piernas, al ver esto la gente aplaudió, las mujeres le gritaban .-suertuda-. .-te cambio de lugar-. Y mi esposa con un dedo en la boca los miraba y sonreía un poco confundida, el espectáculo comenzó, uno de los jóvenes inclinándose un poco la tomó entre sus brazos y la besó, luego la soltó y el otro la cogió y besó también, la echaron en el mueble con una pierna en cada lado, lo que dejaba expuesta su hermosa conchita depilada, .-que por cierto por esa noche dejaría de ser conchita-. Uno de ellos levantó abriendo sus piernas y metió su cabeza para darle lenguazos como si fuera una animal salvaje botando abundante saliva sobre su vagina y culo, el otro le besaba las tetas como un oso que le chupa las ubres a su madre, se escuchaban lenguazos y chupadas salvajes, y los gemidos de Elena que acariciaba la espalda de uno de ellos, así estuvieron largo rato ante la mirada silenciosa del público presente, solo en esos primeros momentos los dos machos le arrancaron a Elena varios orgasmos, yo miraba alrededor y veía como los hombres se hacían una paja al igual que las mujeres se masturbaban con las piernas abiertas, gozando del espectáculo, luego los dos jóvenes se levantaron de sus posiciones y dando frente al publico se arrancaron la truza que llevaban puesta, dejando libre sus grandes, gruesas y cabezonas vergas, en es momento se escucho en el público un OOOOOHHHHHH, como si fuera una barra deportiva. Cada verga mediría por lo menos unos 25 cms., de largo y unos 5 cms. de diámetro.
La magnitud de las vergas provocó expresiones de miedo y deseo, la escena se tornó en una especie de sacrificio humano, Elena aún no había visto el tamaño de esas vergas, cuando los dos jóvenes se voltearon ella se cubrió la boca en un gesto de susto pero sin dejar de mirarlas, se sentó y ellos se colocaron a ambos lados de ella, cogió con temor una de las vergas, con las dos manos la palpó, la pajeo lentamente sin dejarla de mirar, quizás media con la vista el tamaño e imaginaba introduciéndola en su conchita, con la punta de la lengua la tocó en la cabeza delicadamente, quizás con el afán de dominarla, la besó con ternura, luego poco a poco entreabrió sus labios y fue probando la punta, y poco a poco fue abriendo mas su boca para intentar chupar la inmensa cabeza, luego, dejó aquella verga para voltear y probar la otra, la cual ya estaba erecta como una espada, la pajeó, le dio besitos para tranquilizarla y la chupó con mas firmeza, y así estuvo chupando y pajeando aquellas vergas, durante varios minutos, al mismo tiempo besaba los testículos que las adornaban se los metía en la boca un por uno provocando la máxima erección en ambos jóvenes, después de un largo, ya un poco cansada de chuparlas, los dos jóvenes se echaron en el mueble los dos en la misma posición, ella se montó en un de ellos y fue acercando su conchita a la punta de la verga y la fue introduciendo lentamente, .- las mujeres del público la alentaban gritándole tu puedes.- y todos a la vez comenzaron a animarla diciendo a una sola voz: si se puede!!, si se puede!!, si se puede!!.- Elena tomó valor y se sentó mas decididamente hasta que llegó hasta la mitad de la verga, mientras se inclinaba hacia adelante y apoyada en el pecho del joven y con los ojos cerrados empezó a realizar movimientos cuidadosos de arriba abajo ayudad por las fuertes manos del joven que la sostenía de las nalgas para evitar que por cansancio se clavara involuntariamente, así siguió hasta que agarró ritmo, se le notaba que cada vez mas se arrechaba por el placer infundido por ese tremendo tronco, se vino rápidamente dos veces seguidas, el publicó ovacionó sus venidas, y ella seguía con su movimiento y con los ojos cerrados quizás concentrada en su tarea de poder comerse toda esa verga, sudaba a chorros era comprensible por la magnitud de su esfuerzo, ya tenía adentro tres cuartos de la verga, cuando pidió un descanso, se levantó muy despacio y al ponerse de pie puso un pie en el suelo y el otro lo junto despacio cerrando sus piernas temblorosas, un caballero le llevo un refresco helado y otro le llevó una jarra de agua que le echó en el cuerpo, una mujer ayudó a secarle la cara y parte del cuerpo, le dio un beso en la boca y le dijo: .- suerte.
Luego el publico gritando le pedía .- la otra!!, la otra!!, la otra-., entonces ella le hizo una seña al otro joven para que se levantara y ella se echo boca arriba, el joven levanto sus piernas dejando ver el coño de mi mujer ya bastante irritado y mojado, el apuntó su verga y metió con mas facilidad su verga ya que su amigo ya le había anchado el camino del placer así que empezó a moverse de adelante hacia atrás, arrancado gritos de placer a mi esposa, lo hacia con cuidado sabía hasta donde había entrado su amigo, así es que no empujaba del todo pero si lo hacia rápidamente como una maquina, luego de varios minutos bombeando, mi mujer se vino en un múltiple orgasmo soltando un chorro de orines que parecía una pileta, el publico volvió a ovacionarla,
Los dos jóvenes y mi esposa estaban ya desenfrenados, aumentaron el ritmo del coito, la concha ya lubricada de mi esposa facilitó las penetraciones siguientes, los dos se turnaron para darle piernas al hombro ella seguía arrojando chorros a doquier, luego el desenfreno de mi esposa aumentó, quería comerse aquellas descomunales vergas por el culo, .-yo pensé estará borracha o poseída.-, la única pose que la creo capaz de hacer eso es sentándose sobre cada una de ellas, otro caballero del publico le llevo un pote de vaselina los jóvenes untaron sus dedos los fueron introduciendo uno, dos, tres hasta cuatro dedos en el culo, Elena hizo echar nuevamente a los dos jóvenes en le mueble y se subió sobre uno de ellos dando cara al publico, con su mano dirigió el pene hacia su anito y ella se fue sentando sobre el, primero hizo pequeños movimientos tentatorios, rápidos y cortos para ir dilatando su agujero, con gran maestría y motivada por su arrechura su anito fue cediendo y devorando la cabeza la cual le arrancó lagrimas de placer, respiraba por la boca a veces soplaba como si eso la ayudara a soportar el dolor, de rato en rato el otro joven le secaba el sudor de la frente y el rostro relajándola con besos luego que el glande pasó el anillo anal su ano sintió cierto alivio y el resto de la verga entro fácilmente hasta el fondo cerrando los ojos orinándose en el mueble y con los ojos llenos de lagrimas se comió hasta el ultimo centímetro de verga, 25 cms de verga por e de grosor, todos dieron vivas y aplaudieron, entonces ella comenzó a moverse de arriba hacia abajo rápidamente, su ano dilatado completamente ya no ofrecía resistencia sino placer, con gran facilidad su ano se clavaba en esa enrome estaca, luego saltó de su posición, para ponerse en cuatro y sin mas aviso el otro joven abriéndole las nalgas colocó la verga en la entrada de su ano que mostraba un camino oscuro pero ancho, se la metió fácilmente y empezó a bombearla, de solo ver a mi esposa en esa pose me lleno los huevos de leche otra vez, luego de unos minutos y alternándose el culo de Elena, los jóvenes ya daban muestras de que el final se acercaba, le hizo una seña al joven para que le saque la verga y ella se quedó en cuatro entonces los chicos se pusieron al costado y cada uno abrió una nalga mostrando el enorme anillo anal de mi esposa después de la cogida, el cual mostraba el interior de su intestino rojo y mojado, el publico se enardeció y gritaban .- Elena..! Elena! Elena!, yo quise llorar de la emoción al escuchar tal ovación me sentí un ganador, todos se me acercaban para felicitarme, me invitaban tragos por aquí por allá, bueno y para terminar, los jóvenes se hicieron una paja para culminar su orgasmo, cuando estuvieron a punto le echaron la leche en la boca cara y pechos, mi esposa se relamía y frotaba la leche en su cuerpo. Todos dieron un aplauso final, los jóvenes se despidieron de mi esposa y todos se le acercaron para felicitarla, besos cachondos y abrazos, terminaron con esta reunión.
Nos duchamos, secamos y retornamos con Luigi al hotel, el cual nos dio un maletín diciéndonos:
- esto es de parte del club, ya son miembros y así les dan la bienvenida.
Llegando al hotel nosotros bajamos y Luigi se fue con el mismo taxi y quedamos en vernos al día siguiente.
Llegamos a nuestro cuarto, y sin esperar nada abrimos el maletín y la sorpresa fue tan grande que nos quedamos mudos, eran puros billetes de cien dólares, el maletín estaba hasta el tope de ellos y una tarjeta que decía: “gracias por hacernos pasar gratos momentos de placer, eres única”. P.D.: vuelvan pronto. Firmado “El club de los dorados”.
Nos quedamos callados unos segundos y luego nos abrazamos de la emoción, yo pensaba, gracias por tener a la mujer tan arrecha, gracias gracias, yes yes.
Así terminó nuestro día, nos quedamos dormidos, pensando que podría suceder el día siguiente.