Orgía Anglo-Argentina
Yo y mi colega britanico, nos lo montamos con dos argentinos en su restaurante.
Era un día entre semana a finales de junio casi en pleno verano, aunque aún no había terminado las clases de la universidad.
A la salida de la universidad, Mike un chico inglés que estaba en mi clase de Erasmus, me llamó. Mike y yo no habíamos entablado muchas conversaciones durante el curso. Hablaba un español muy británico aunque aun no lo hablaba correctamente. Me extraño su simpatía. Mike era el típico chico guapo que gustaba a las chicas, y además con esa flema británica. Según había oído muchas de las chicas de mi clase se morían por sus huesos, incluso de cursos superiores.
Andando por los pasillos, me contó que el verano ya no lo pasaría aquí, y que como quedaba poco para terminar su aventura española, me invitaba a comer. Yo acepté sin pensármelo.
Mike y yo cogimos el metro hasta el centro de Madrid. Mike me dijo que conocía un vegetariano cerca de la Gran Vía. Yo le pregunté que sino le gustaba la carne. El me contestó que si pero que otro tipo de carne, en un respetable español. Los dos reímos. El restaurante estaba en un callejón detrás de la Gran Vía. Al llegar yo me fijé que tenía una pegatina con la bandera gay. No me importó en absoluto.
Mientras esperábamos la comida, Mike me dijo que vivía en un piso de la calle Hortaleza con un alemán, y un griego. Y que por cercanía iba mucho a este restaurante regentado por una pareja gay argentina, a parte de que sus compañeros no eran vegetarianos.
Durante la comida hablamos de todo un poco, aunque no sé porque pasaba del tema de chicas cuando hacia referencia a ellas. Empecé a pensar que tal vez le gustasen los hombres. Mientras yo pensaba en esto, vino uno de los camareros a preguntarnos que queríamos de postre. El argentino que nos atendía era un tipo muy guapo de cabellos rubios y pelo corto, cuerpo marcado y se le notaba un gran miembro bajo su pantalón. Me fijé que echaba una miradita cómplice a mi compañero Mike. Yo contesté que me trajese un flan con nata, haciendo como que no había visto esa miradita. El argentino que se llamaba Héctor, me respondió con un ok argentinizado y una sonrisa. Él pidió directamente un café con leche.
Mientras esperaba mi flan, Mike me comentó que siempre que venia a comer, se quedaba con Héctor y Diego Alejandro (que así se llamaba su compañero), fumando unos porros de marihuana, ya que estos cerraban el restaurante para abrir más tarde. Miré a mi alrededor y la gente que estaba comiendo ya se había ido.
Diego Alejandro que hasta ahora no le había visto, traía tres cafés y mi flan. Dieguito era mucho menos guapo que su compañero, al menos a mi me parecía más atractivo Héctor. Moreno y con un aspecto casi de modelo. Tal vez lo haya sido.
Dieguito nos pidió permiso para sentarnos mientras Héctor cerraba el local.
Hablamos de cosas insignificantes durante 15 minutos. Yo me disculpe y pregunté donde estaba el servicio. Mike se prestó a acompañarme, el también quería orinar.
Al sacar mi verga para mear, noté como Mike me la miraba. Mis dudas sobre su sexualidad se esfumaron en ese momento. Mike me lanzó una miradita morbosa y se agachó tras ver que había terminado de mear y empezó a chupármela. Yo no podía creérmelo, el chico con el que pensaba mientras me había pajeado muchísimas veces, me la estaba comiendo enterita.
Mike soltó algunas palabras en inglés que no logré traducir. Sería que no pronunció bien, ya que mi miembro colapsaba sus cuerdas vocales. Mike mientras empezó a bajarme el pantalón de pana y el calzoncillo, dejando a la vista mi culito. Tras la succión con la que había disfrutado le subí hacia mi boca y nos besamos, compartiendo los flujos de mi polla. Mike estaba muy lanzado. Mi polla era bonita y gorda con una medida aproximada de unos 16 centímetros. Parece que a Mike le había encantado mi miembro, ya que después de besarnos volvió a comérmela aun mejor, con lo que estuve a punto de expulsar mis flujos, resistí porque no podía terminar tan rápido.
Le zarandee hacia arriba, y me agaché apresuradamente a comerle su polla que hasta el momento no había visto. Empezé a chupársela por encima del slip de Calvin Klein negro, se notaba algo de dimensiones grandes. Se lo quité rápidamente; no aguantaba más, y empecé a comérmelo hasta dentro, me costaba ya que su polla mediría algo mas que la mía. Hasta ahora no había visto nada igual. Pensé si tal vez los ingleses la tuvieran todos igual. Mientras Mike había aprovechado para quitarse la ropa que le quedaba. Mike tenía cara de satisfacción, sólo le faltaba gemir.
Mike me paró, estaba a punto de correrse, pero él sabía que aún quedaba mucho.
Mike me llevó a uno de los cuartos de baño y apoyado en el wc, empezó a comerme el culo. Hasta ahora no me habían comido el ano, y me preguntaba por qué no, si era una gran satisfacción. Mike mientras se la meneaba, y yo no paraba de disfrutar. Mike me confirmó su gran comida de culo con un cachete en el culo, y seguidamente de un Stop. Me tocaba comérselo, tenía muchas ganas.
Al incorporarme, vi como nos estaban mirando con los pantalones bajados desde la puerta, Diego Alejandro y Héctor, pajeándosela mutuamente.
Me quedé bloqueado, ya que nos habían pillado en pleno polvo en los baños de su restaurante. Hector me dijo que les acompañásemos. Mike al parecer no estaba nada sorprendido. Nos dirigimos hacia una zona cerca de la cocina donde había unas escaleras. Las escaleras comunicaban con una casa en el piso superior. Por las escaleras, Diego me manoseaba el culete. Lo primero que divisé tras subir las escaleras, fue una cama de matrimonio.
Dieguito se tumbó, y me animó a que se la comiese era una polla de tamaño considerable, muy bonita, depilada. Me acerqué y empecé a comérsela lentamente pero con ansia. De reojo vi que mike y Héctor se reían, ya continuación se besaban, mientras juntaban sus miembros. Héctor seguía aún con unos boxer. La polla de Mike estaba rojiza, pero deseosa; la verdad es que las cuatro pollas que nos habíamos juntado eran bastante bonitas, gordas y grandes. Tras comérsela me dijo que me quería follar. Yo acepté estaba a mil. Me la metió poquito a poco, hasta que mi ano cedió y todo fueron gemidos de placer. Héctor se abalanzó a la cama y empezó a chupármela, mientras su compañero me daba estocadas por detrás. Mike se la comía con mucho ánimo a Héctor, ampliando su recorrido hasta el culito argentino. Estaba claro que a Mike le encantaba chupar anos. La polla de Héctor casi no le entraba en la boca. Tras varias estocadas, Héctor cesó de chupármela para relevar a su compañero en mi culito. Su polla era algo mayor, con lo que mi culo sufrió más. Mientras me enculaba, Dieguito se la metía a Mike, y a su vez yo me zampaba la polla inglesa.
Mi dolor ya no era dolor, sino placer con pequeños estallidos de dolor. Precisé a Héctor que parase. El me espetó que se correría dentro, así que aguanté sus precisas estocadas. La polla de Mike volvía a mi boca ya que estábamos frente a frente. A la vez que Héctor me daba más fuerte yo se la comía a Mike más veloz. Hasta que oí al unísono los gemidos de Héctor, Mike y Dieguito, los tres se habían corrido. Mike en mi boca, Héctor en mi culo, y Diego en el ano inglés. La excitación que me produjo esta cadena, hizo que me corriese segundos mas tarde, cuando Mike y yo nos besábamos, compartiendo su leche en nuestras bocas. Dieguito y Héctor se la tocaban y besaban en la esquina de la cama. Tras correrme, Mike me la chupó, me dijo que también quería probar mi leche al igual que yo había probado leche inglesa. Le dije que me había quedado con las ganas de metérsela; me contestó que su idea era terminar con mi lefa en su culo. Le sonreí, y le solté que si todo lo planeaba con antelación. Respondió: Si. Los dos nos reímos. Había caído en una trampa, en una trampa de PLACER. Los dos nos despedimos de Héctor y Diego, tras una ducha por parejas. ¿Qué que ocurrió en la ducha? Je, je. Consegui terminar, con mi polla en el culo de Mike. Lo que Mike planeaba se cumplía.
Esto es lo q me ocurrió este pasado verano, antes de que terminasen las clases. Mike se fue a Manchester. Ahora a menudo, me paso a visitar a Héctor y Diego. Y como es lógico nos lo hemos montado con otros. Pero esto por novedad y sorpresa fue mucho mas excitante, y veridicamente real.
Mike volvió estas navidades. ¿Lo que ocurrió? Eso en la próxima entrega. Ya que la aventura esta más reciente, y me acordaré mejor de los detalles.
R. E. Kinsworf