Orgía
Se prepara una orgía y Mariam, mi pareja, con treinta años y yo, Jaime, treinta y cuatro decidimos no perdérnosla tras haber tenido cada uno relaciones con otra persona. Este relato se publicó ayer pero éste tiene correcciones necesarias.
A través del boca a boca se convocó a una fiesta, no era una fiesta cualquiera, iba a ser una especie de orgía. no podían apuntarse más que parejas del tipo que sea siempre que fuesen heterosexuales, casados, parejas de hecho, novios o parejas formadas por un hombre y una mujer que se juntaban solo para ir a la fiesta, al fin y al cabo no se pedían papeles que certificasen la unión de esas personas y básicamente la idea es que fuéramos pares. El último tipo de pareja no se mencionaba en el boca a boca pero está claro que los había por la única razón de que era posible, mi amigo Javier era uno de ellos, no tenía pareja y no quería dejar pasar la oportunidad y se buscó a una amiga que le apeteció, una tal Consuelo, una chica alta y huesuda con una cara dulce y amable, más tarde supe que con tetas también amables. Yo fui con Mariam, mi pareja con la que llevaba tres años.
En una ocasión, un año antes de la fiesta yo le fui infiel con una chica que conocí que tenía una piel, a mi parecer, preciosa y, me obsesioné con ella incluso delante de Mariam, Mariam trató de evitar que me acostase con ella pero no lo consiguió, no consigo acordarme del nombre de la chica.
Mariam no rompió conmigo pero me anunció que no pararía hasta acostarse con alguien, uno o dos, yo había tomado la delantera y no veía porqué no tomarla ahora ella con dos, uno tras otro, no a la vez, y que me lo avisaría en el momento oportuno, eligió, más tarde, a mi amigo, Luis, que siempre miraba a Miriam con muy buenos ojos, aunque no me lo dijo sino a tiro hecho. Luis es poeta de profesión, se gana más o menos la vida escribiendo poesía o monólogos, teatro... y es una persona muy cariñosa, no físicamente, no da muchos besos a nadie, sino que te llama, mantiene la amistad y es muy detallista. Poco antes de que yo me acostase con la de la piel bonita nos regaló un DVD de música en el que alternaba canciones francesas, que a mí me gustaban mucho, Françoise Hardy, Sylvie Vartan, Marie Laforet..., con canciones de todo tipo, buenas canciones pero con una particularidad, si entresacabas los títulos, entre todos configuraban una declaración de amor. A mi me despertó admiración más que celos porque había que saber mucha música para tamaña filigrana; al DVD le acompañaba la lista de las canciones. Fui yo el que descubrió el detalle de la declaración de amor, al menos el que lo verbalizó.
-Mira, lee los títulos de las canciones que van destinadas a ti. Es una especie de declaración de amor. ¿Habías notado que le gustabas a Luis?
-Bueno, un poco- Me contestó sonriendo, a Mariam le hizo mucha ilusión aunque en ese momento creo que no se le pasó por la cabeza, o sí, pero no se planteó seriamente acostarse con él o se lo planteó y lo desechó. Mariam no era nada mentirosa, si te la hacía te la hacía pero no lo ocultaba. La verdad es que yo tampoco le ocultaba nada, de hecho faltó poco para que me acostase con la de la piel bonita delante de ella, al menos el galanteo si lo tuvo que soportar. Quizás fui un poco bruto de no cortarme porque de quien estaba enamorado era de Mariam, la otra me gustaba, me arrebataba su piel, por tanto no veía porqué ocultarlo, no la amaba realmente, por tanto no era infiel, yo no terminaba de ver nada malo en ello, también creo que es mejor decir la verdad.
El caso es que quedó con Luis sin avisarme pero cuando iba a ser un hecho me envió un mensaje Me recorrió un gran dolor, para amortiguarlo tuve que acudir a la lógica ¿Qué podía contestar? Me lo había ganado a pulso y en principio ella tampoco estaba enamorada de él que yo supiese, si me lo contaba así era un poco para vengarse, también podía ser como juego, tenía sus motivos que no tenían que ser los míos. Me tocaba aplicar con ella la misma norma que había aplicado conmigo y esa norma decía que ella no me fue infiel y por tanto no tenía que sufrir sino al contrario, estar alegre porque ella me amaba y era franca conmigo
No me quiso dar detalles como yo pretendía, cuando vino a casa me abrazó y me contó vaguedades, resúmenes pero a mi me gustarían los pelos y señales, eso sí, muchas, empezó a hablar desde el abrazo y sonriendo.
-Efectivamente, he disfrutado, Luis es muy cariñoso, por cierto, me preguntó por ti, coqueteamos, eso siempre, pero cuando llegó el momento, si no me hubiese empeñado, él no quería ir a la cama, te tiene aprecio, aunque yo le gustase estaba dispuesto a renunciar por no jugártela, aunque las reticencias fueron después de los besos, los besos me los dio sin cuestionarse nada, no entrarían para él en el termino infidelidad. Te voy a decir algo. Nunca me he besado con nadie que bese tan bien, lo hace mejor que tú, y que conste que me gustan tus besos, pero los de él..., en cuanto a lo otro estuvo bien, tocando es encantador, no ha dejado nada sin tocar, pero sobre todo ha disfrutado mucho con mis tetas, y yo con que las tocase, cuando me tocaba las tetas pensé en ti pero no mucho tiempo porque me dejé llevar por el placer y ¿qué más te puedo decir? ah, sí, tiene un pene normalito, como el tuyo, aunque su vello es casi rubio, me gustó cogérselo y sentirlo, desgraciadamente no lo sentí crecer en mi mano, un poco sí porque en el último momento siempre crece un poco más- Eso lo sabría por su relación conmigo porque antes de mí era virgen, también había tocado a un par de tíos y les había hecho una paja que eso también cuenta -pero me gusta sentirlo crecer desde cero, al principio te cabe entero en la mano, luego no, pero creció con los besos y eso que estábamos todavía vestidos, ya lo sentí a plena potencia contra mi abdomen y te digo, lo sentí a pesar de que trataba de ocultarlo, cuando se empinó se echó para atrás, le debía dar vergüenza, pero me dio tiempo de percibirlo, todavía él no sabía que estábamos a punto de follar, yo sí.
Tuve un momento de duda antes de metérmelo, entonces recordé a la chica de la piel bonita, (llamó por su nombre a la chica porque ella si se acordaba pero yo ahora no), entonces pensé
-Una podría pensar- me dijo arrastrándome a la cama -que después de echar un polvo quedas saciada, pero tengo más ganas que nunca, quizás quede algún rastro del semen de Luis ¿te importa?- Yo tenía demasiadas ganas para pensar en eso.
-No quiero mentirte, posiblemente en vez de hacerlo con otro, repita algún día con él o mejor las dos cosas- me dijo ya en la cama y se rió mientras se quitaba con urgencia los pantalones y yo le acariciaba las tetas que tan bien había acariciado Luis, y que eran tan deliciosas como siempre.
Y como suele pasar en los relatos que he leído, fue un polvo apoteósico.
¿Que porqué cuento eso si estaba escribiendo sobre una orgía? porque quiero explicar como empezamos a tener sexo con los prójimos.
Volvamos a la orgía, tuvimos dudas sobre si ir o no, terminamos por ir, no todos los días te invitan a una. Si no vas te arrepentirás toda la vida. Me ponía un poco nervioso pensar que iba a ver a otro u otros con Mariam.
Fuimos cinco parejas, cuatro más Javier, uno de mis mejores amigos y Consuelo, o quizás había alguna pareja falsa más pero creo que no porque los demás no perdieron de vista a sus parejas y sufrieron o disfrutaron con lo que les hacían. La orgía tenía sus reglas que nos explicaron tras beber unas copas en un ambiente neutro pero distendido y por supuesto expectante en el que más o menos cada uno todavía conservaba al lado a su pareja.
A la entrada nos habían pedido a los chicos una especie de prenda que nos identificase. Charo, la dueña de la casa nos llamó la atención y hablo alto.
-Ya sabéis que esto es algo más que una fiesta normal. Tras mucho cavilar hemos pensado empezar con unas reglas. Nos colocaremos en círculo o en cierto sentido, como veréis luego, uno detrás del otro pero cerrando un círculo alternando chico con chica de manera que las parejas no estemos juntas. Yo sacaré una prenda y a su dueño le taparemos los ojos con esta máscara sin abertura para los ojos y tendrá que, a ciegas, desnudar completamente a la persona de su izquierda, una vez desnuda y mientras la desnuda podrá acariciale un poco pero nunca penetrarla o cuando le toque a una chica tampoco podrá hacerse penetrar por él, tendrá cuatro minutos, es poco pero solo eso igual nos llevará más de una hora. Cuando suene el gong se quitará la máscara y se la pasará a la chica que ha desnudado. Hemos pedido prendas de hombre porque tras mucho discutir decidimos que como los chicos están siempre un poco más salidos, les dará algo menos de vergüenza dar comienzo- Nos reímos. -Si nos hemos equivocado pedimos perdón, al fin y al cabo la primera persona desnuda será chica, El sabio Salomón se murió y los demás somos simples mortales. La chica, desnuda, se pondrá la máscara y procederá a desnudar al siguiente y así hasta que estemos todos desnudos. La idea es que nos vayamos conociendo desnudos y calentando un poquito, por favor, si la persona que te desnuda y te toca no es la que más te gusta, sed amables porque todos tenemos corazoncito, luego cada uno hará lo que quiera y ahí eliges tú. Si el que desnuda se entretiene demasiado y vemos que no le va a dar tiempo se lo avisaremos.
Tras el discurso nos recolocamos.
Sacó un prenda y alguien levantó la mano. Era alguien que no conocía, y que llamé Tristán. la chica de su izquierda era Consuelo. Se puso la máscara, un antifaz para dormir, no sé porqué la llamaba máscara y comenzó el tiempo. Fue hacia Consuelo a tientas, ella rió nerviosa y levantó un poco los brazos para dejarse hacer. El tendría unos treinta años, moreno, medio fuerte, ella también de treinta años, alta y delgada, agradable de cara, y muy simpática, más alta ella que él. Palpó un poco por todo y comenzó a buscar los botones, se ve que no era previsor y no la había observado lo suficiente mientras veía. Llevaba un vestido veraniego que le llegaba a la altura del muslo y que se abrochaba a la espalda con cremallera, ella cogió su mano y la dirigió a la cremallera riendo, decía que le hacía cosquillas y abrió la cremallera, cogiendo el vestido por los bajos, comenzó a subirlo, ella sonreía, cuando el vestido llegó a los brazos ella cooperó levantándolos y el vestido salió dejándola en sujetador y bragas, ambos azul celeste, eso no lo veía él, era un conjunto bonito preparado para exhibirlo por tanto no pareció sentir mucho la perdida del vestido e hizo un gesto alegre como celebrando su perdida. El chico que no se llamaba Tristán se colocó de frente palpando y le cogió la barbilla y le besó suavemente los labios, ella le miraba y le dejaba hacer, luego le devolvió el beso y poco a poco se fueron besando en la boca, en ningún momento fue brusco y ella se dejó hacer. El le acarició la cara y puso lo que parecía una sonrisa amable, el antifaz lo enmascaraba, y fue en busca del cierre del sujetador que para su sorpresa no estaba detrás, después de un poco de desconcierto buscó delante y lo encontró procediendo a abrirlo, una vez abierto decidió retirar las copas acariciando las tetas, tenía unas tetas muy blancas con unos pezones grandes, o eran grandes porque estaban erectos, ella buscó con la mirada a Javier que le envió un beso, ella le sonrió y miró al chico como le acariciaba las tetas y ella a su vez le hizo una caricia en la mano, él comenzó a besar primero el canalillo y luego la teta izquierda mientras le acariciaba la derecha, lo hacía con delicadeza y despacio, la mano derecha de él, que estaba libre, se deslizó por su cuerpo y la introdujo en la braga llegando a su sexo tocando, supongo por la localización los labios y el clítoris, ella lanzó un suspiro y respiró hondo, acarició un poco todo el frente y pasó la mano hacia el culo sin sacar la mano, cuando la tuvo en el culo dejó de acariciar la teta y la llevó hasta la otra nalga. Pareció que iba a quitarle las bragas pero cambió de idea y agachándose le levantó con cuidado el pie y le quitó el zapato, con mucha suavidad le subió un poco más el pie y lo acercó a su boca metiéndose el dedo gordo y chupándolo un poco, no mucho porque debió temer por el equilibrio de ella. Lo dejó y Charo le dijo que le quedaba medio minuto. Le quitó el otro zapato sin chupeteo y volvió a por la braga que quitó con los dos dedos índices. Sabiendo que no le quedaba tiempo cuando estaba a la altura del sexo le pasó una lengua por el clítoris... más bien por donde pudo, ella separó las piernas y le acarició la cabeza a él. Cuando se quitó el antifaz miró la desnudez de Consuelo.
-Tienes un cuerpo muy bonito- le dijo, ella le contestó con una sonrisa -Gracias- y cuando se volvió hacia mi cayó en la cuenta de que era yo, que nos conocíamos bastante y que nunca se nos había pasado por la cabeza el sexo, ni siquiera lo había tenido con Javier. Me puso una expresión como diciendo y se puso el antifaz que ya tenía en la mano. Pasó a quitarme la camiseta y tras una ligera duda me abrazó para hacerme sentir el contacto de sus tetas con mi tórax y bajito me dijo mirando sin verme, claro, a los ojos:
-¿Te parece que nos besemos?- como yo sí veía sus labios fui yo el que la besé con un prolongado beso que además de hacerme sentir su lengua me permitía prolongar el abrazo, estaba muy a gusto sintiendo sus tetas, ¡como nos gustan las tetas a los tíos!, nos proporcionan felicidad, pensé que sería difícil no convertirla en mi amante ahora que tenía una pareja bastante abierta con mi adorada Mariam. Mientras nos besábamos metió las manos entre los dos y comenzó a desabrochar los pantalones y la cremallera y metió la mano acariciando mi pene en directo que creció. Yo tenía las manos en su culo desnudo y pasé una a acariciar su sexo, mientras seguíamos besándonos, yo todavía no lo había experimentado pero la falta de visión era un acelerante erótico. Consuelo empezó a mover sus caderas y a emitir sonidos a través de mi boca. Se separó un poco y terminó de quitarme los pantalones y de paso los zapatos, volvió al abrazo y apretó mi culo empujándome contra su sexo mi empinado pene se comprimía contra su abdomen. Yo pasé a acariciarle las tetas, me dio el tiempo justito antes de escuchar el gong.
Deshicimos el abrazo y se quitó el antifaz relevo y me lo entregó y me dijo:
-Me ha gustado.
- ¿Quién lo iba a decir? A mi también.
Me tocaba a mí, tenía delante a una chica que me gustaba, me había colocado ahí precisamente buscando su cercanía dejándola a mi izquierda, me había dado tiempo de mirarla sabiendo que la iba cuanto menos a tocar. Era muy delgada y bajita, parecía que con pocas tetas y con una piel preciosa suave, tersa, tenía una nariz curvada y grande, unos ojos castaños almendrados y unos labios compactos y bien perfilados. En principio supongo que no gustaría a todo el mundo por la nariz, ser pequeñita y pocas tetas, pero de eso trata la vida, una persona que te gusta, gustará a algunos pero afortunadamente no a todos y así no hay demasiada sangre, los otros pugnarán por otras. Me gustaba y la había estudiado para cuando me tocase desvertirla, llevaba una blusa abotonada por delante y pantalones cortos, todo fácil de quitar. Estaba impaciente por desnudarla, era difícil creer que una desconocida que te gustaba tanto se dejase desnudar y tocar por alguien cuyo nombre ignora, pero es lo que tiene una orgía.
Me taparon los ojos y me dieron la salida. Fui hacia ella y tras reconocer su cabeza la cogí entre mis manos y le di un beso en los morros de no menos de cinco segundos. La oí una exclamación tras el beso. Imposible saber si tenía cara de gusto o solo de sorpresa, yo no veía. A continuación desabroché los primeros botones de arriba y saqué la camisa por la cabeza, me pareció más rápido, a continuación rodeé el tórax de Clara, supe que se llamaba así más tarde, y le desabroche el sujetador, soy hábil con los dedos, sabía que tenía el broche detrás por su bulto que vi en la espera. Por cierto, en esa espera noté la mirada de ella cuando ya sabía que sería yo el que la desnudase, le devolví la mirada con una sonrisa que me devolvió. Así el suje cayó en un pispas, desabroché el pantalón y con las manos en las caderas le bajé pantalón y bragas de una vez, por el camino quité los zapatos. Estaba desnuda y tenía tiempo, también podría estar aterrada, estaba yendo muy rápido, pero esperaba que no, al fin y al cabo había venido a una orgía y con su pareja, que de casualidad estaba colocado al lado de Mariam, sería el que ella desnudase. Me situé detrás de Clara, coloque mi mejilla pegada a la suya y le dije muy bajo -Me gustas mucho de verdad- y a continuación y desde detrás le acaricié las tetas tan suave que casi no fue más que ponerle las manos encima y solo la palma de la mano rozaba sus pezones y poco a poco mis dedos acariciaron el resto de la teta, como si me diese miedo tocarla, que es lo que pasaba, efectivamente no tenía casi tetas pero me gustaban, eran suaves y la única palabra que se me ocurre para definir sus pezones es que eran tiernos, no por la edad, tendría cerca de treinta como la mayoría, sino por la textura. En el lapso de un segundo vi mentalmente que Mariam estaba mirando estas caricias. Clara debió percibir que se los tocaba con toda la delicadeza que solo utilizaría con algo para mí precioso, que era exactamente lo que yo sentía, porque soltó un -Oh- casi como si se le acabase de escapar un chorrito de pis. Con mucho cuidado pasé la mano derecha a acariciar su culo que ya conocía mi pene por haberse rozado con él y que tenía ganas de conocer con la mano y percibí una hondonada, cuando ese huequillo ya era amigo mío baje la mano a debajo de su culo y metí con mucho cuidado dos dedos por su vulva que estaba húmeda y comencé a hacerlos entrar y salir con la palma rozando las dos nalgas, al poco pasé delante a hacer lo mismo pero que los dedos pudieran rozar el punto G con la yemas no con las uñas, aunque no tengo muchas porque me las como. Ella se puso a gemir, con la palma izquierda seguía acariciando su pezón ahora pinzándolo suavemente con dos dedos. De repente se contrajo y tuvo varias sacudidas, podría estar a punto de correrse pero sonó la alarma. Fuera de tiempo la abracé para calmarla, pensé equivocado o no que debía hacerlo, solo abracé el tórax, no le junté el sexo, la había excitado y no me había dado tiempo de relajarla con un orgasmo.
Cuando terminó el tiempo me quité el antifaz y al ir a pasarlo me dio un beso en los labios. Ese beso me dejó claro a quien dedicar el segundo tiempo. Lo de Consuelo podría ser más adelante.
Aproveché cuando se giro hacia Carlos para mirarla el culo que era bonito, los demás ya lo habrían hecho, tenía nalgas carnosillas con esa hendidura amiga en la parte externa, al mirar deseé volverlo a tocar.
El desnudeo de Carlos no me interesó especialmente, diré que mientras le desnudaba, Carlos aprovechó para tocarla el bonito culo y las tetas, ella sonrió y le dijo -Soy yo la que toca- y le desabrochó el pantalón y le metió la mano por delante y luego la sacó para tocarle el culo que manoseó y le bajó y quitó los pantalones y se metió el pene en la boca, para quien le interese tenía un pene especialmente largo, pero no estoy seguro que quisiera darle placer, me pareció que le explicaba quien mandaba pero no lo puedo afirmar rotundamente porque se demoró bastante en mirarlo, chuparlo y acariciarlo, incluso hizo una cosa graciosa, lo midió con la palma de la mano, utilizando la distancia del pulgar al dedo pequeño como medida, distancia a la que tuvo que añadir un espacio más. Luego tuvo que terminar desvistiendo a toda prisa. Tras pasar el testigo me volvió a mirar, no a su pareja como suele ser habitual, en este momento puede ser que me sintiese a mi como pareja. Yo así la sentía a ella aunque también sentía a Mariam.
Carlos tenía a Isolda, la mujer de Tristán delante, era su verdadero nombre, el de Tristán es tontería mía porque no se me quedó el verdadero, parecía nerviosa o expectante porque la desnudaran o quizás de que la tocaran o solo nerviosa, así que cuando Carlos se puso el antifaz ella salió al paso, llevaba una camiseta muy bonita y minifalda y parecía tímida porque cuando Carlos le cogió su camiseta y se la quitó ella instintivamente se llevo las manos a las tetas para taparlas y miró a Tristán como para pedirle ayuda pero luego retiró las manos, Carlos no se enteró porque no veía. Tenía unas piernas bonitas y Carlos se debía haber fijado porque se las acarició subiendo la mano por debajo de la falda, luego bajó la falda, tras caer ésta, llegó a los zapatos y los quitó, subió y le quitó las bragas y le besó su sexo que estaba totalmente depilado, ella estaba un poco cohibida pero no le debía desagradar porque con dudas le apretó la cabeza contra el coño, no muy fuerte, como de alguna forma eso era una invitación, Carlos sacó la lengua y le lamió sus desnudos labios y el clítoris, Isolda mantenía las manos empujando su cabeza, él dirigió las manos a su culo y le puso una mano en cada nalga y siguió lamiendo, tenía un culo gordito y debía ser agradable tocárselo, pensé que en la segunda fase debería hacerlo, me sonreí porque pensé que se me acumulaba el trabajo e incluso me dejaba trabajo para otro día. Como le faltaba quitar el sujetador y no parecía acordarse, Charo le recordó que le quedaban 30 segundos y entonces subió a quitarlo y como no había tiempo se apresuró a acariciar las tetas, no se pueden dejar sin caricia cuando tienes libertad para hacerlo y yo sabía que Carlos era un devoto de ellas, pero no el dio tiempo de disfrutarlas mucho. Cuando sonó el gong ella volvió a taparse las tetas pero pareció hacer un esfuerzo de voluntad y las dejó libres.
Llegó el turno de Javier y yo estaba nervioso porque luego Javier desnudaba a Miriam, desconocía el interés que Javier sentía por ella, la trataba muy bien pero parecía pura amistad porque era mi pareja pero a su vez Mariam es muy bonita y es normal que te apetezca tocar a una persona bonita y que además aprecias.
Perdón por el salto, me dejaba a Javier vestido. De todas las maneras no quiero extenderme mucho con él. Isolda es tímida y se comportó como tal. Desnudó a Javier sin muchas filigranas pero hizo todo lo que tenía que hacer, le desvistió y le acarició pene y culo e incluso le abrazó, Javier aprovechó el abrazo para plantar las manos en el culo, lo que a mi me hizo reverdecer el pene.
Y pasamos a Javier, que de algún modo y a pesar de lo que dije antes se había colocado al lado de Mariam como yo lo había hecho de Clara o fue Mariam la que se colocó.
Lo primero que hizo Javier cuando le pasaron el testigo fue llevarse las manos a la cabeza y me miró, yo le alenté a hacer lo que le correspondía, ¡que mejores manos que las de un amigo!. Mariam se dio cuenta de nuestra comunicación. Llevaba una camiseta de tirantes y una falda hasta casi la rodilla. Javier optó por empezar por la falda, bajó la cremallera y enganchó con los dedos falda y bragas y al bajarlos se entretuvo oliendo el coño de Mariam, sonreí porque era original y pensé que debía haberlo hecho con Clara, Mariam también se sonrió pero un poco azorada. Terminó de quitar falda, bragas y zapatos y subió a quitar la camiseta pero antes repitió la jugada y le olió el cuello. Tras la camiseta no había nada así que estaba desnuda completamente. Creo que Javier le habría apetecido mirarla pero tenía antifaz y entonces la abrazó tiernamente y mantuvo el abrazó un buen rato, al comprimir el pene, este se desplazó y asomó oblicuo y erecto entre los cuerpos por el lado que todos veíamos desde el círculo que formábamos. Mariam le devolvió el abrazo comprimiendo el culo que él no comprimía y siguieron abrazados, Mariam supuso que Javier no se atrevía a hacer nada por la amistad asi que le cogió las manos y se las bajó de la cintura al culo que Javier se atrevió a acariciar un poco, como seguía sin hacer casi nada le cogió otra vez la mano derecha y se la dirigió a la vulva pero por detrás, el tocó un poco lo que motivó un nuevo crecimiento de mi pene, pero como no llegaba mucho pasó la mano a delante entre los cuerpos y le acarició la vulva e incluso le metió un dedo por la vagina, a pesar de lo poco que hacían debía estar humedecida porque entró fácil. Mariam me miró pero creo que más que nada porque le hacía gracia la actitud de Javier. Le cogió el pene para animarlo y sonó la campana más que el gong porque sacó a Javier del apuro. Pero como todos, al quitarse el antifaz, miró el desnudo de Mariam. Mariam le cogió la cabeza y le dio un fuerte abrazo de cabeza básicamente y fuera de tiempo le volvió a coger la mano y se la colocó en la teta para que no se quedase con las ganas, me pareció un gesto cariñoso, a la vez deseé haber sido el dueño de esa mano. Vimos incrementar el pene ya crecido de Javier, el pene de Javier era básicamente gordo. Era la primera vez que yo veía a Mariam con un chico en actitud sexual y más que celos me provocó ternura.
Ahora Mariam tenía que denudar al marido de Clara. Era un chico normal, tirando para bajito, como Clara, cuando luego quedó desnudo vimos que era muy fibroso. Recogió el antifaz y fue a por él. Le quitó directamente la camiseta, hacía calor y la ropa de todo el mundo era ligera, luego fue a por los pantalones para ello se colocó detrás y desde ahí le desabrocho el cinturón, botón y cremallera y como casi todos le bajó todo de una vez incluido zapatos. Estaba desnudo. Ella le abrazó por detrás y le acarició un poco muy poco el pecho tocando los pectorales que ella desconocería que existiesen, vestido perdía, y bajó al pene esperando encontrarlo aún pequeño y acertó, lo hizo crecer en el nido de la mano y con las caricias del dedo gordo, ese dedo hizo crecer por lo menos dos penes, el suyo y el mio y supongo que ayudarían las tetas que solo él tenía clavadas en la espalda, una vez crecido le acarició los huevos y pasó dos dedos recorriendo hacia arriba el pene, al llegar arriba le bajó el prepucio y puso el dedo indice en el frenillo haciéndole caricias circulares, en un momento él tuvo una especie de contracción y soltó un suspiro. La que no soltó fue Mariam que se puso a hacerle una paja. Sin parar le dio la vuelta y dirigió el pene hacia su vulva y se estimulo unos diez segundos su clítoris con el glande que tenía una marcada forma de hongo, luego se volvió a colocar detrás abrazándole con el brazo izquierdo por la cintura pegándose a él y masturbándole sin parar. A él no le salvo el gong, le pilló expulsando semen con contracciones de todo el cuerpo. Era el primer orgasmo de la fiesta. Me sentí absurdamente orgulloso de Mariam. Miré a Clara que estaba sonriendo muy atenta. Se dio cuenta que la miraba y se acercó y me besó otra vez los labios, le respondí rozándole un pezón con un dedo.
La pareja de Clara desnudó a Charo, no me extenderé salvo que le hizo un dedo y le chupó clítoris y pezones, no le echó demasiada pasión porque el pobre estaba un poco disminuido sexualmente por la labor de Mariam.
Charo lo hizo a Tristán cerrando el círculo, tengo la impresión que se pasó de tiempo porque nadie lo controlaba, abusó de él, para mutuo placer como habíamos hecho todos, a Charo le pirria el sexo opuesto.
Una vez desnudo todos podíamos hacer lo que quisiéramos. Yo me centré en Clarita.
-Me gustaría hacerlo contigo-
-Coincidimos, a mi contigo- me lo dijo muy seria.
La cogí de la mano, la atraje hacia mi y la besé en los labios con el deseo de besar la boca mientras la apretaba contra mi, a veces nos mirábamos a los ojos con ternura y alegría para seguir besándonos, mi pene estaba en contacto con su abdomen y ella me lo cogió y me lo acarició despacito mientras seguíamos con el beso. En algún momento miré como iba la reunión, para mi sorpresa Mariam estaba con Javier, Javier sentado con las piernas extendidas, Mariam sentada en sus piernas abrazándole con las piernas y con los brazos y él abrazándola a ella y besándose dulcemente, por la postura sus sexos estarían en contacto si no tenía el pene dentro. La visión se depósito en mi estómago. Al lado estaba Carlos con Consuelo, se conocían de antes pero no creo que íntimamente. La pareja de Clara con Isolda lo que demostraba que teníamos gustos parecidos. Clara me llamó la atención.
-Déjales, que se lo pasen lo mejor que puedan, sigue, me gustan tus besos.
-A mi los tuyos y sentir tu desnudez, te comería- volví a besarla mientras le apretaba el culo contra mi pelvis, a la vez se lo cogía y acariciaba, si diésemos nota a las erecciones la mía era de un diez sobre diez, tenía ganas de fundirme con ella, si le tocaba el culo lo disfrutaba mucho pero a la vez estaba deseando tocarla otra parte, aparté la mano derecha de la nalga y la pasé a los hombros y de ahí a la teta volviendo a tratarla como un objeto, más como un ser, muy delicado, nos tumbamos en el suelo porque todos los muebles cómodos estaban cogidos pero pude pillar tres cojines que le coloqué en cabeza, cintura y culo. Dejé de besarla porque solo tenía una boca y la necesitaba para besar sus pezones y darles pequeños lengüetazos, eran unos pezones rojos pero casi transparentes que me entusiasmaban, lo sorbía, le daba pequeños mordiscos, lo chupaba, lo acariciaba y a veces la miraba, ella miraba lo que le hacía al pezón y disfrutaba de mirarlo.
-X-, imposible recordar ese nombre, debo tener algún problema con los nombres,-nunca dedica tanto tiempo a mis pezones- me dijo,-me encantatuatención- Al hablarme me llamó la atención sobre su bocayvolví a por ella pero en vez de besarla me quedé con la boca abierta galanteandoala suya sin llegar a besarla, ella abrió la suyae intentaba besar la mía pero aceptando el juego de no hacerlo pero a veces nos enganchábamos y nos besábamos con pasión o nos mordíamos los labios. Mi pene estaba empapado de secreciones y quise comprobar como estaba ella y acerqué la mano a su vulva y estaba tan mojada como mi pene
-¿Te importaría que bajase a conocer tu sexo?
-Es todo tuyo,te lo cambio porel tuyo.
-Hecho- y le dí la mano como si hubiésemos firmado un acuerdo.Bajé, me entretuve un momento porque Javier estabaclaramentedentro de Mariam,Mariam estaba sentada encima de Javierque estaba tumbado yconel pene dentro, por la posición de ellos se veía claramente que el pene estaba engullidomientras queMariamsubía y bajabacon cara de placer,ellaestabamediode frente, pero no se dio cuenta que miraba, estaba absortamirandola mano izquierdaque acariciabasu teta, la derecha cerca de sus sexos como si hubiese estado hurgando en su clítoris.En definitiva, mi asombro no tenía justificación, estaban haciendo exactamente lo que se viene a hacerauna orgía, follary para eso unomete el pene en el coño de la chica, la extrañeza eraque lo hiciesecon Javier. Tenía que ser cosa de Mariam, parece que le gusta hacerlo con mis amigos.Volví a lo mioy lo primero que hice fue oler ese rincón y olía delicioso, lo que me llevó a besarlo, luegorecorrí con mis labios sus labios mayores, metí mi lenguaen el espacio entre labios y pase mi lengua por todo el valle sindejar nada por recorrer,tenía un coño más bien pequeño,ella por su parte me chupaba el pene, se lo metía en laboca, me lamía el frenillo y volvía a metérselo en la boca hasta donde podía. Yo ya lamía clítorisdesde hacía un ratoyella empezaba a tener contracciones hasta que estalló en un orgasmo dando un grito que paralizó la sala. Hasta alguien aplaudió.
-Métemela por favor,ycorrete dentro, hazloya,por favor-Me di la vuelta y me cogí el pene, pero sumano retiró la mía y dirigió ella la entrada, era una vagina estrecha como correspondía al tamaño de ella y me encantó, la miré a la cara para recrearme en lo que me había hecho escogerla, sus labios, su piel, ella me miraba con la misma intensidad y nos volvimos abesar mientras me movía dentro de ella hasta que el esperma salióa recorrer la vaginamientras ahora gritaba yo y ella se unía a mi en orgasmo y grito.Dirigí mi mano al culo para sentir su culo contraído por el orgasmo.Los dos estábamos sudando y mezclábamos nuestros sudores en el pecho. Al rato mi pene se salió por su cuenta y nos abrazamosfuertepara besamos los labios y nos tumbamos uno a lado del otro con las cabezas juntasy mi brazo bajo su cuello. Al ratito noté que Clara se levantaba, abrí los ojos y estaba su pareja tirando de ella.Me dio pena pero me hice cargo.Un vez de pie se agachóy me volvió a besarlos labios.
-Ha sido precioso, gracias, ojalá podamos repetirotrodía- Su pareja me brindó una sonrisa.
-Gracias a ti, es difícilsentir a alguien como te he sentido yo.- Se fueron a un sofá, se tumbaron y se abrazaron, les miré un rato.
Yobusqué a Mariam y había cambiado de sitio, por el camino vi a Javier con Consuelo y sonreí.Mariam estaba besándose con Carlosrecostada medio encima de ély tenía su polla en la mano. Me empalmé mientras los miraba,Carlos acariciaba su teta,melevantéy pase por su lado y le di un beso en el culo, ambos me miraron algo desconcertados, les sonreí para indicarles que todo estaba bien yCarlos me hizo un gesto de saludo yse volvieron a besar. Entonces recordé a Isolda a la que queríatocar el culo, La vi tumbadaboca abajo y sola, me tumbé a su lado pero con la cabeza a la altura de su mullido culo y dirigí mis labios directamente a su anoseparando las nalgas con mis manosy se lo besé, se volvió y me dirigió una sonrisa, subí y pregunté:
-¿Te puedo abrazar? Se me quedó mirando y después de unos segundos me tendió los brazos y nos abrazamos -Tienes el culo más bonito de la reunión.
-Gracias. ¿Cómo te llamas?
-Jaime.
-Me he quedado sola, mi pareja se ha ido con su verdadera pareja que creo que estaba contigo, parece que hemos intercambiado. ¡Que lio!
- Te estaba buscando, tu culo me impresionó cuando te desnudaba Carlos y te buscaba.
-¿Quieres tocármelo? Hemos venido a tocarnos y si alguien tiene que tocarlo me gustaría que lo hicieses tú, pareces simpático y he visto que eres cariñoso- Y volvió a tumbarse boca abajo ofreciéndome sus nalgas. En vez de ir a por ellas me coloqué a su lado y le besé la mejilla y pasé a besarle el lateral de la teta que era lo único visible de su teta por su postura, Ella se puso de lado y me besó los labios y se apretó a mi cuerpo.
-¿No querías tocarme el culo? Me gustan los besos, ¿Quieres besarme?
-Me gustaría mucho, el culo te lo tocaré luego si me dejas, hay tiempo- y acerqué mi boca a la suya y nos besamos con un beso que se prolongó, me gustaba besarla porque me gustaba y porque le gustaba a ella. Dado que La Providencia me dotó de manos aproveché para tocarle las tetas en su momento desaprovechadas por Carlos y me demoré en ellas, pasado el tiempo del que hablé ella me cogió la mano y la dirigió al culo.
-Creo que lo deseas pero quieres demostrarme que no es lo único.
-Lo deseo pero también me gusta el resto, eres un encanto en todo.- y volvió a besarme mientras yo tocaba su culo, por cierto ella tocaba a su vez el mío, me demoré tocándolo, era muy agradable.
-Pasé a delante y me puse a acariciar el clítoris, parecía que le gustaba porque empezó a removerse y suspirar, al cabo tuvo un pequeño orgasmo y se abrazó a mi.
-¿Te gustaría hacerlo por el culo?- Yo lo había practicado muy poco, no era santo de la devoción de Mariam ni de mis anteriores parejas, la oferta desarrolló mi pene ese plus que decía Mariam.
-Si te apetece lo haría encantado.
-Me apetece.
Recogí un cojín y se lo coloqué debajo y me tumbé encima de ella.
-¿Estás cómoda?
-Sí, gracias. Por favor, ponte mucha saliva.
Me puse mucha saliva.
-Espera- y se dio la vuelta, dirigió su boca a mi pene, me lo chupó y escupió en él abundante saliva y me miró a la cara risueña. VSe volvió a tumbar boca abajo y emboqué mi pene a su ano separando las nalgas con las manos y muy poco a poco fui penetrando, ella se quejó un poco y paré.
-Sigue, a mi siempre me duele un poco pero también me da placer, no te preocupes si me quejo, pero sigue despacito- Escupí otra vez en mi mano y lo puse en el pene en el punto de entrada, ya tenía medio glande dentro y seguí empujando primero entró el glande entero hasta lentamente enterrar todo mi pene en su ano. A partir de ahí fui desenterrándolo muy poco a poco y volviendo a enterrarlo, cada vez se deslizaba mejor, y pase mi mano adelante y comencé a acariciar su clítoris, tenía unos labios abultados y como sabemos sin pelos, mientras, seguía el vaivén cada vez más rápido. Con la piel de mis caderas y parte superior de mis muslos sentía ese mullido culo que había llamado mi atención. Me pasaba como con Clara, mi pene estaba muy prieto en su funda ocasional lo que me daba mucho placer. Con eso, el roce de su piel y sentir su clítoris llegó un momento en que ya no me pude controlar y empezó un nuevo orgasmo con un grito seco, Isolda a la salida de mi esperma me acompañó y empezó a tener contracciones.
-Yo también me corro.- y sus piernas y su cuerpo empezaron a tener actividad propia e incontrolada y el orgasmo fue mayor que el anterior. Me quedé tumbado encima de ella descansando mientras le besaba y mordía la espalda y el cuello.
Miré alrededor y vi que la mayor parte de la gente estaba recogiendo. Mariam estaba vestida, lo mismo Javier y Consuelo y me miraban sin mirarme. Mariam había recuperado mi ropa. Me rasqué la cabeza y me levante dando un pellizquito al culo de Isolda que me recompensó con un beso lanzado al aire, y me vestí. Cuando terminé busqué a Isolda con la mirada y también se estaba vistiendo. Me acerqué y a pesar que tenía a su marido al lado la besé en los labios y el dije:
-Me ha gustado mucho, gracias
-A mi también- y me devolvió el beso y me presentó a su marido y conocí ese nombre que olvidé.
Busqué a Clara y Javier me dijo:
-Se fue, se intentó despedir de ti, pero desistió al verte tan ocupado- Lastima, pensé, me habría gustado tener su número de teléfono, le preguntaría otro día a Carlos.
Fuimos hacia Carlos y Charo, Carlos estaba todavía desnudo, estaba en su casa. Les dimos las gracias, Mariam le besó en los labios y le cogió el pene y lo agitó como si fuese su mano. Carlos rió y nos fuimos. Javier y Consuelo iban cogidos de hombro y cintura. Miré a Mariam que dio una palmada al culo de Javier y se deslizó en mis brazos y me derretí de dicha.