Orgasmo anal de Año Nuevo
Mientras los fuegos artificiales explotaban arriba de nuestras cabezas yo explotaba en un éxtasis anal que jamás había sentido. Una vez más mi culo se llenaba de leche caliente...
Decidí este año pasar las fiestas en el hermoso puerto de Valparaíso para así presenciar uno de los espectáculos pirotécnicos más lindos del mundo.
John, un amigo gringo asentado por trabajo en aquella ciudad, me había invitado a cenar a su lujoso departamento con vista al mar.
Yo estaba vestida completamente de chica. Llevaba puesta una peluca pelirroja de cabellos lisos, los ojos delineados negros, labios rosados con mucho brillo y un collar de perlas que me había regalado a mi llegada.
El color rojo de mi cabellera se complementaba con el vestido negro largo de una pieza y mis tacos altos de punta fina.
Abajo de las telas llevaba un corpiño amarillo y entre las piernas traía un hilo dental del mismo color porque dicen que da buena suerte llevar amarillo para año nuevo.
Se suponía que estaríamos solamente en su piso y veríamos los fuegos por el balcón. Ya quedaba poco para el año nuevo y afuera se sentía la gente en ánimos de festejos y bocinazos de vehículos. Nosotros estábamos sentados en uno de los sillones del living besándonos cuando en ese instante John se detiene y con su acento de gringo me dice: ¿quieres hacer algo loco esta noche?
Yo lo miraba con rostro dubitativo.
Primero dime y después te digo si sí o si no - le respondí.
Vamos a la azotea del edificio, hagámoslo arriba - me dijo mirándome con sus ojos verdes y rostro motivador.
¿Estás loco? De seguro hay gente allá arriba y no quiero que me vean vestido así! - lloriquié.
¡Pero si te ves muy linda! Además no habrá nadie porque yo soy propietario de aquel sector. Yo tener la llave mira - y sacó de sus bolsillos una pequeña llave plateada.
Sonreí de oreja a oreja.
Al cabo de unos minutos estaba sobre unos cojines completamente desnuda (en realidad todavía llevaba el collar) en el edificio más alto del puerto chupándole su blanca verga. Ya no me quedaba mucho brillo de lápiz de tanto succionar aquella pija. Parte del color había coloreado las venas de la verga de mi amigo tornándose un color rosado a la piel de su prepucio.
La sensación de ver el cielo negro y sentir la brisa marina me hacían sentir como que estaba volando en las nubes.
John me toma de la cintura y me gira poniéndome en cuatro patas. Yo sabía lo que se venía así que levanté levemente mi culito para compensar el ángulo de penetración entre su miembro y mi agujero.
Y así comenzó la verdadera diversión.
Mis gemidos se mezclaban con los gritos de la gente y el agujero de mi culo se dilataba más y más haciendo mejorar la sensación de manera increíble.
Luego John se acostó de espaldas y apuntó con una de sus manos su verga llena de caca y me dijo:
Quiero que te comas toda esa caca y luego te sientes en mi dick.
Esa noche era su esclava y me emocionó que tuviera tanta confianza conmigo pidiéndome tantas cosas sucias.
Chupé cada exceso de caca y líquido que tenía en los contornos de su verga y nuevamente comencé a gozar ahora yo arriba de él.
John me hacía brincar tan alto que casi toda su verga salía y volvía a entrar con gran presión en mi agujero rosado.
Era la pelirroja más sucia jamás conocida.
Cuando en un instante se escucho un gran grito de la multitud:
Cinco
Cuatro
Tres
Dos
Uno
¡Feliz Año Nuevo!
Y mis ojos ven en cielo los fuegos artificiales explotando por todos los lados. John acabando en mi culo y yo sintiendo espamos de placer en todo el vientre y el ano. Grité y después comencé a reirme, mientras el semen se salía de mi culo.
Sentía la sensación que podía tocar los colores en cada explosión pero no podía diferenciar si eran de verdad o eran parte de mi orgasmo anal.
Abracé y besé a John y le dije feliz año nuevo.
Pensé en aquel instante que mi ropia interior amarilla me habían dado la buena suerte para pasar aquel hermoso año nuevo.
¡Felices Fiestas! FIN
Escríbeme a blustarx3@gmail.com o sígueme en twitter para que sepas cuando publicaré una nueva historia en @KellyBluCD
¡BESOS!