Oportunidad concedida

La oportunidad que pedía le llega a Marlene.

No tenía mucho de haber cumplido sus 15 años Marlene, y tenía poco más de un mes que había decidido llevar otra vida. Aun dudaba que pudiera hacerlo, pues su instinto estaba completamente despierto. Tuvo muchas pruebas, algunas caricias, pero no se había entregado a nadie por completo.

Trataba de sumergirse en sus estudios, ningún chico la atraía, pues cualquiera se le acercaba solo para conseguir sexo, como mencioné mas arriba, con alguno tuvo unas cuantas caricias, pero ya no pasó de ahí.

Estaban los preparativos para el 10 de mayo, y a unos cuantos pasos de la escuela donde estudiaba, unos militares estaban haciendo unas labores. Un día, un grupo de 3 se le acercó a Marlene, Paty y otra amiga de ellas. Estas dos últimas en seguida se entusiasmaron, tanto por la edad de ellos, que eran ya más grandes y por su porte, les impactó el uniforme. Marlene no pudo evitar sentirse atraída, pero podía mas su conciencia, por lo cual, al paso de los días y acostumbrarse a verlos siempre a la salida, se negó cuando estos hombres les hicieron esa invitación a salir por la tarde. Además que trataba de no mostrarse tan alegre como sus amigas.

Sabía en que terminaría esa primera salida, y se lo comprobó Paty al contárselo al otro día en la escuela, no se arrepintió de no haber ido, aunque no pudo evitar sentir un poco de curiosidad.

Dos días antes del festival del 10 de mayo, al salir de la escuela, las dos amigas de Marlene se fueron con sus parejas, y el tercero, se le acercó a platicar con ella, se ofreció a llevarla a su casa y ella aceptó.

Nunca había disfrutado de esa forma la compañía de un muchacho, le invitó un refresco, le cargó la mochila, en fin, todo un caballero. Supo que se llamaba Xavier y tenía 25 años, 10 más que ella. El le coqueteaba sutilmente y ella solo se reía, como nunca lo había hecho. Al llegar a su casa, entro a dejar sus cosas y salió a seguir platicando un rato mas con Xavier, hasta que después de una hora mas o menos, el se tuvo que despedir, lo hizo dándole un beso en la mejilla y dejándola en la puerta de su casa observándolo como se marchaba.

Al verlo desaparecer por la calle, Marlene no pudo más que sonreír recordando las ocurrencias de Xavier y meterse a su casa.

Ese día fue distinto, lo pasó con una sonrisa de oreja a oreja, si bien ya lo conocía, esta ocasión había sido diferente, se había sentido importante para alguien.

Al irse a acostar, cerró sus ojos y pensó en el, como nunca lo había hecho con nadie, se acordaba de ese rato a su lado y sonreía, y así durmió. Era la primera vez que se acostaba pensando en algún hombre y no se masturbaba ni se tocaba.

Al otro día no le platicó nada a nadie, quiso quedarse esos momentos solo para ella. Solo aparentaba prestar atención cuando Paty le platicaba de sus momentos candentes al lado de su amante en turno, igual lo hacía cuando se acercaba su otra amiga.

A la salida, lo mismo del día anterior, sus amigas se fueron en parejas y Xavier se apresuró a acompañarla a su casa, no sin antes regalarle un chocolate. Otra vez momentos muy gratos y divertidos.

Vino después el pequeño festival organizado en su escuela, al cual su madre asistió. Le dio su regalo y se fue junto con ella a casa, pues ese día no hubo clases. Al salir, vio a esa persona que en dos días la había hecho sentir más importante que cualquier otro hombre en toda su vida. Lo saludó del otro lado de la calle solo agitando su mano y con una sonrisa, el hizo lo mismo. Y se fue, sintiendo un poco de nostalgia, pues ese día no pasaría esos momentos a su lado. Su madre solo la vio y le dio una advertencia debido a la edad de Xavier.

Al siguiente día, estuvo platicando con Paty, no aguantó más y le habló de esas mariposas en el estómago que sentía, su amiga la envidió, pues a veces compartía sus sentimientos sobre la vida que llevaban, pero al parecer Paty aun no se había sentido como lo había hecho Marlene. A la salida al repetir la misma acción de los días pasados, Paty no pudo evitar sonreír al ver a su amiga tan contenta al recibir en esta ocasión una paleta de regala y después cada quien tomar su camino.

Era el tercer día que hacían esto, y sintió mucha tristeza Marlene al reparar en que se atravesaba el fin de semana. Xavier pareció leer sus pensamientos y la invitó al otro día a dar una vuelta, invitación que sin vacilar aceptó Marlene.

Paso mañana a las 3 por ti mi niña

Si Xavo, te espero, se puntual

Yo siempre

Bueno

Y se despidieron con un abrazo y un beso en la mejilla.

Fue una tarde eterna, donde Marlene se apresuró a hacer su tarea y adelantar parte de sus labores.

Al otro día se levantó temprano para terminar sus deberes y poder salir a su cita sin problema alguno, solo bajo las advertencias de su madre.

Fueron a comer, y después entraron al cine. Apenas había empezado la película, cuando ella se recargó en su hombro, el pasó su brazo por la espalda de Marlene y ella se acomodó bien bajo su brazo, tomando con su mano la de el. Su respiración estaba agitada, debido a los nervios y la emoción. Pasaron unos minutos cuando volteó a verlo, le sonrió y el le correspondió acercándose y rozando sus labios con los suyos. Ella solo cerró sus ojos y disfrutó de esa caricia, su estómago se agitaba demasiado, nunca la habían besado así, con esa ternura, fueron segundos mágicos. Cuando terminó ese beso, abrió sus ojos y comprobó al encontrarse con los de el, que todo era real, que no era un sueño, ahora ella lo besó a el durante unos segundos, se acurrucó mas en el y el la abrazó como protegiéndola y siguieron viendo la película. En el transcurso, intercambiaron algunos besos suaves y seguían viendo la película, mientras ella podía sentir como el se deleitaba con el aroma de sus cabellos.

Salieron del cine tomados de la mano y fueron a comprar un helado, para después buscar asiento en una banca de un parque. Compartieron el helado y el se le declaró.

se que es mucha la diferencia de edades, pero me gustas mucho Marlene

Ella contestó que si y lo sellaron con un beso. Fueron después a un lugar de juegos de video y estuvieron divirtiéndose hasta que anocheció. Llegado este momento, el la fue a dejar a su casa. En el camino, ella por un momento estuvo apunto de decirle que la llevara adonde el quisiera, pero decidió que no quería echar a perder esto que estaba viviendo y se quedó callada, también reparó en que era la primera vez en el tiempo de convivencia que llevaban que pensaba en sexo con Xavier, no pudo evitar sentir su brazo fuerte y admirarlo y llegaron a su mente imágenes de el con el torso desnudo, pero en seguida las quitó, pues sabía que esto era lo que había pedido muchas veces y no quería acelerar las cosas.

Iban llegando a casa de Marlene, cuando antes de dar la vuelta para entrar a su calle, Xavier la detuvo y cobijado por la oscuridad de la noche la abrazó por la cintura, a lo cual ella lo abrazó por el cuello y se fundieron en un apasionado beso, el primero de esa forma. El cubrió la boca de ella con la suya y se apoderó de ella, invadiéndola con su lengua, encontrándose la de ambos y jugueteando, fue un beso largo, en el que solo tomaron respiro para cambiar sus cabezas de lado, mientras el la abrazaba fuertemente, apretando los pechos de ella contra su pecho. La respiración de Marlene se agitó, al igual que la de el y sintió su entrepierna calentarse, era un beso lleno de pasión, pero a la vez de ternura y de amor. Fue largo, mas largo que sus primeros besos, momentos en los que Marlene se sintió en otro mundo. Se fueron separando poco a poco y otra vez en la mente de Marlene pasó el decirle que la llevara a otro lugar, pero nuevamente se detuvo. Solo se abrazó a el y se recargó en su pecho, mientras Xavier la cobijaba entre sus brazos. Estuvo apunto de decirle Marlene lo que pensaba, pero solo dejó salir algo que por primera vez lo decía de corazón.

te quiero mucho

yo también te quiero mucho mi niña

Le dio un tierno beso y se fueron caminando de la mano hacia su destino.

Afuera de la casa de Marlene, quedaron en verse el día lunes, pues al día siguiente, Xavier tenía que realizar varias labores, y también le dijo que el martes era el último día que estaría fuera de su escuela, pero que la iría a ver por las tardes a su casa y siempre que pudiera iría por ella a la escuela. Marlene sintió un poco de tristeza y el pesimismo la invadió, pensando que todo eso se acabaría ya.

Se despidieron y ella entró a su casa. Saludó, cenó y se fue a acostar, pensando en lo que había sido ese día, el mejor de su vida sin dudarlo, solo quitaría lo último que habían platicado, eso de que ya no lo vería a la salida de la escuela. Pensó que quizá lo había aburrido, que si no había hecho mal en no pedirle que la llevara a otro lado, y por primera vez en su cama, vinieron esas imágenes donde el la poseía, se acarició pensando en ello, pero no quiso seguir después de unos momentos, pensando nuevamente en que no quería echarlo todo a perder, y también razonando en que debía creer en el, pues si el quería otra cosa, desde un principio de lo hubiera propuesto.

El día siguiente lo pasó pensando todo el tiempo en Xavier, y por la tarde recibió una sorpresa, pues el la llamó por teléfono, fue media hora que estuvieron platicando y al colgar, estaba con una gran sonrisa en su cara. Preparó sus cosas y antes de acostarse, hizo otra cosa más que no acostumbraba, escribirle una carta de amor a alguien, expresándole todo lo que sentía en esos momentos. Se fue a acostar y nuevamente se quedó dormida con una lucha contra ella misma, alternando sus pensamientos entre todo lo vivido, con imágenes de ambos haciendo el amor.

Los siguientes dos días, fueron otra vez maravillosos para ella, solo empañado uno de ellos por los comentarios de unos compañeros de ella con los cuales se había metido, que de lejos le empezaron a gritar algunas cosas. Le dieron ganas de llorar de coraje, pero el la tranquilizó diciéndole que no les hiciera caso. En ambos días, el la había recibido con algún detalle habitual y ella en cada uno, le había regalado una carta. Se daban besos suaves, y en algún momento, uno de esos besos que tantas sensaciones la hacían sentir.

El día martes, sabiendo que ya no lo iba a ver del diario, estuvo nuevamente apunto de pedirle que la llevara a otro lado, pero nuevamente se detuvo, pensando en que el no se lo había pedido y recordando que se iba a dar su lugar y no quería echarlo todo a perder, pues su deseo se estaba cumpliendo, esa oportunidad que había pedido tantas veces.

Pasaron dos días, cuando Marlene recibió por la tarde una llamada de Xavier, avisándole que iría a verla. Ella se apuró en todo lo que debía hacer y estuvo lista para cuando el llegó por ella. Salió y se subió a su carro y fueron a dar una vuelta y tomar un refresco. Al regresar, el se detuvo unas calles antes de llegar a su casa y comenzaron a besarse dentro del carro, ella se dejó llevar y disfrutó de las caricias que el le daba. Tampoco la habían acariciado así con tanta ternura, sentía sus manos en su espalda, en sus piernas y después de varios minutos, el comenzó a acariciar sus pechos por encima de la ropa, mientras le besaba el cuello. Ella se abandonaba a esas caricias y solo pasaba sus manos por los cabellos de el. No eran caricias desesperadas ni que solo buscaban un fin desde un principio, ella lo notaba, no eran como tantas caricias que había recibido, estas tenían un sentimiento de por medio, y las disfrutaba, tanto estaba embelesada con esas nuevas sensaciones, por que no decirlo, hasta esa nueva excitación que sentía, tan distinta a otras mas que había sentido, que se espantó al sentir las manos de el tratando de meterse por debajo de su blusa, saltó un poco y el lo percibió apartándose de ella y pidiéndole disculpas.

no te preocupes amor, es solo que

no digas nada mi niña, disculpa

discúlpame tu amor, es solo

ya mi niña, todo a su tiempo, todo a su tiempo

Se volvieron a besar y después de tranquilizarse, la fue a dejar a su casa, a la cual, Marlene entró con mucha excitación, la cual pudo disimular muy bien. Esa noche no aguantó más y tuvo que meterse al baño a acariciarse y masturbarse, para tener ese primer orgasmo pensando en su amado.

Estuvieron viéndose así, alternadamente, un día si, un día no, o había veces que el solo iba por ella a la escuela y la dejaba en su casa. A veces llegaban nuevamente a esas caricias, pero ella se detenía, o el daba marcha atrás.

A Paty, le platicaba todo lo que pasaba, lo que sentía y las dos se emocionaban, aunque su amiga no terminaba de creerle que aun no se había acostado con el, aun así le manifestaba su envidia por todo lo que estaba sintiendo, pero a la vez le expresaba su gusto de verla tan feliz.

Un buen día, algo que terminó por desarmarla, fue que Xavier le dijo que quería festejar con ella su primer mes de novios, no creyó que el se fuera a acordar, pero un día antes de ese día, el le mencionó que se las había arreglado y tendría el día siguiente libre, que si la podía ver desde temprano, pues quería pasar todo el día con ella, a lo cual Marlene aceptó de inmediato. Buscó a su amiga Paty y le pidió que la cubriera al día siguiente, a lo cual ella aceptó. Al llegar a su casa, dijo que tendría que hacer un trabajo al otro día y llegaría tarde.

A la mañana siguiente, tal como habían acordado, Xavier la estaba esperando una calle después de la escuela, la recibió con una flor y una tarjeta al subir al carro, ella le entregó una carta y una manualidad que le había hecho. Se dieron un beso y se fueron.

Se la llevó a un parque y fueron a desayunar, para después entrar a los juegos de video y divertirse un buen rato ahí. Estaba Marlene en un juego de pistolas, cuando el la abrazó por detrás.

mi amor, te quiero llevar a mi casa, quiero que este día sea especial

amor… dijo ella estremeciéndose al sentir su respiración en su oído… llévame adonde quieras… soltó inmediatamente el juego y se fundieron en un beso.

Salieron abrazados y se dirigieron al carro de el.

estás segura mi niña?

Si amor

Se besaron nuevamente y el echó a andar. El camino fue silencioso, solo intercambiaban miradas y sonrisas y en algún alto un beso. El trayecto era corto, pero se les hizo muy largo. Hasta que por fin llegaron a una unidad habitacional y bajaron del carro, para introducirse en un pequeño edificio y subir de la mano al primer piso. Ahí, entraron a un pequeño departamento, donde había una pequeña salita, con espacio apenas para un sillón, un mueble con una televisión y un estéreo, y en seguida, el pequeño comedor. Todo estaba muy bien arreglado, era agradable el lugar. Ella se sentó mientras el iba a la cocina que estaba al fondo y regresaba con dos vasos con agua. Los puso en la pequeña mesa de centro y se sentó a su lado y la besó con mucha pasión, provocando que enseguida se estremeciera Marlene por completo.

El se levantó y le tendió la mano para levantarla, cuando estuvo Marlene de pie, Xavier la cargó en sus brazos haciéndola gritar y reírse, sentía excitación, alegría, nervios y mucho deseo. La llevó cargando a la pequeña habitación, donde al fondo se veía un tocador, y al voltear, estaba ahí la cama, impecablemente tendida y en medio de ella una flor y una nota. El la bajó y Marlene se dirigió a la cama, tomó la nota y la leyó

GRACIAS POR ESTE MES MI NIÑA, TE ADORO

gracias a ti amor… le dijo ella volteando a verlo y lanzándose a sus brazos

El la comenzó a besar y a acariciar por encima de la ropa, primero toda su espalda y después bajó sus manos suavemente por sus nalgas. Marlene estaba abandonada a esas caricias. Se separaron un poco, y Xavier empezó a desabotonar la blusa de Marlene, mientras ella se dejaba hacer. Al sacarle la blusa, el con sus manos hizo que se diera la vuelta y le diera la espalda, se le repegó por detrás y pasó sus manos hacia delante acariciando sus pechos por encima del sostén. Sus respiraciones eran agitadas, se separó un poco de ella y desabrochó su prenda, ayudándole ella a terminar de quitarla. Volteó ella nuevamente y quedaron de frente, Marlene sintió un poco de pena, algo que hacía mucho no sentía al mostrarse desnuda ante alguien, por lo que lo abrazó y se repegó a el, buscando sus labios. Se besaron mientras el bajaba sus manos y buscaba el broche de la falda de Marlene en la parte de atrás, la desabrochó y simplemente dejó que la falda cayera. Se separaron otro poco nuevamente y el sacó su playera, dejando ante Marlene ese torso bien formado gracias al ejercicio, moreno, tal y como lo había imaginado en tantas ocasiones ya. Se dieron otro suave beso y se volvieron a separar, solo para que Xavier desabrochara su pantalón y empezara a bajarlo, quitando primero con sus pies su calzado, y ayudándose con estos, terminó de sacar su pantalón. Se sentaron los dos en la cama, frente a frente y se besaron otra vez, acariciando Xavier los cabellos de Marlene, bajando por su mejilla, su hombro y llegando a sus pechos, tomando primero uno en su mano suavemente y luego el otro, ella acariciaba su espalda y su hombro, fueron unos pocos momentos, y después la hizo recostarse, se paró frente a ella, quien trataba de cubrir sus pechos con uno de sus brazos. El terminó de desnudarse y se mostró por completo frente a ella, quien admiraba ese cuerpo bien formado, moreno, con su miembro a mitad de camino hacia la erección. Xavier se hincó y sacó las calcetas de Marlene, para empezar a besar sus pies, sus pantorrillas, sus rodillas, llegando a sus muslos, subiendo lentamente, rozando con sus labios por la parte interna, hasta que llegó donde estaba esa prenda blanca, que estorbaba, la tomó por la parte de arriba y tiró hacia abajo, dejando descubierta esa vagina rosada, mojada y dilatada ya en esos momentos. Terminó de sacar la panty húmeda de Marlene y comenzó a saborear su néctar, cubriendo con su boca ese manantial, del cual corrían muchos jugos, Marlene no podía mas, su excitación era demasiada y su cuerpo se arqueaba al recibir las caricias de Xavier, su respiración era agitada y solo gemía, con sus manos acariciaba los cabellos de su amante, quien no cesaba de prodigarle caricias con su lengua. Apenas llevó un dedo a esa vagina y Marlene no resistió más y empezó a sentir esa descarga de sensaciones, provocando que sus jugos salieran aun más. Su cuerpo se arqueó por completo y se empezó a contraer por dentro. Xavier se deleitó con esas arqueadas y disfrutó escuchando esos gemidos y jadeos de placer, con su lengua recogía todos los jugos que emanaban de esa cueva y su dedo simplemente lo metió lo mas adentro que pudo. Apenas sintió el cuerpo de Marlene tranquilizarse un poco y sus manos aflojarse sobre sus cabellos y comenzó a subir besándola toda, hasta llegar a sus pechos, donde se entretuvo un poco, alternándose para besarlos. Llegó a su boca y se fundieron en un largo beso, el cual fue acompañado por esa penetración que se iba dando poco a poco, pareciendo que se ponían de acuerdo, pues mientras la lengua de Xavier invadía la boca de Marlene, su virilidad iba haciendo lo mismo en la intimidad de ella, a lo cual ella solo arqueaba sus caderas para irlo recibiendo. Otra cosa también nueva para ella, el recibir esa penetración plagada de pasión, mezclada con tanta ternura, no podía creer lo que estaba viviendo y se aferraba con sus manos a Xavier, como para que no se le fuera a escapar. No era como lo había imaginado, estaba lejos de haber imaginado algo así, era la primera vez que no solo era instinto, que también había sentimientos ahí.

Xavier la estaba haciendo sentir toda una mujer, la poseía con ternura, pero a la vez en cada embestida le mostraba quien era el hombre ahí, no la descuidaba, no era solo meter y sacar, se preocupaba por ella, la besaba una y otra vez, en la boca, en las mejillas, el cuello, sus pechos, mientras ella recorría su espalda con sus manos, bajando hasta sus nalgas y volviendo a subir hasta sus cabellos, regresando a sus hombros y aferrándose con sus uñas a ellos, clavándolas en esos momentos en que el la taladraba con fuerza.

Era una entrega como en una montaña rusa, donde había momentos de calma y momentos donde iban a toda velocidad. Las piernas de Marlene tenían abrazado a Xavier por la cintura, para que no se fuera de ahí.

Marlene jadeaba, gritaba, indicándole que estaba a punto, a lo cual el respondía con movimientos mas fuertes

ahhhhhhhhh mmmmmmmmmm!!!!!!!!!!!!!! Ahhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!! Siiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!! Asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Llegó ese segundo orgasmo de esa mañana, empapada en sudor, mezclándose con el de el, sus caderas se movían hacia las de el, todo en medio de una descarga eléctrica dentro de su cuerpo. El había tomado las manos de ella, entrelazándolas, y a mitad de ese orgasmo, el de el, en medio de las contracciones que Marlene sentía, llegó esa calidez del néctar de Xavier a inundarla. Cuantas sensaciones en un solo momento, no estaban esos pensamientos de "que puta soy", ahora eran de "soy una mujer", y como después de toda tempestad vino la calma, poco a poco, pero llegó.

ah!!!!! Te amo Xavier

ahhhh yo también te amo mi niña

Se veían a los ojos y se besaban, mientras el comenzaba a salirse poco a poco de ella, debido a la dureza que comenzaba a perder. Se acostó boca arriba y ella se recostó en su pecho, la abrazó y así se quedaron largo tiempo, disfrutando de toda esa calma, disfrutando de sus cuerpos sudorosos, de sus respiraciones que se iban calmando.

La oportunidad de Marlene había sido concedida, y ahora mas que nunca daba gracias de no haber precipitado las cosas ni de echarlas a perder.

Fue un día mágico, como lo habían sido todos los días al lado de Xavier. Fue un día donde supo lo que era hacer el amor, lo cual repitieron dos veces más.

En el transcurso del día, ella intentó hablar en un momento sobre su virginidad, pero el no la dejó, diciéndole que solo le importaba el presente. El cual disfrutaron por completo.