OPERACIÓN DE RODILLA. (completo):

AGRADECERÍA COMENTARIOS. Abrió violentamente la sábana, vimos una rodilla hinchada de color morado, azulada, bordó y no sé que más colores, me llevaron "de raje" a sacar radiografías y otras cosas. El diagnóstico fue terminal, hay que poner una prótesis, sino no va a caminar y jugar al fútbol nunca.

OPERACIÓN DE RODILLA.

La vida me sonría, todo era alegría en mi vivir, estaba jugando al fútbol en un club de los mejores del país, jugaba de 10, y lo hacía muy bien, era un distribuidor de juego, gambeteador, con mucha llegada al gol, se comenzaba a hablar y escribir mucho sobre mí, que es otro Diego, otro Leonel, que lo quieren comprar de España.

Soy Lucas Galardo, 20 años, rubio, de 1,80m, ojos claros, y como todo futbolista con un cuerpo envidiable.

Aunque no sólo juego al fútbol, también estoy en la facultad de medicina estudiando para ser doctor.

Me acuerdo como si fuera hoy el día en que mi padre, el neurocirujano me llevó por primera vez a una práctica de fútbol, tendría cinco años, me dijo muy serio y mirándome a los ojos.

_Lucas, prometé que jamás vas a dejar de estudiar por jugar a la pelota, prometémelo.

Claro que se lo prometí, estaba ansioso por meterme a jugar, después cerca de unas miles de veces me hizo repetir esa promesa, cada vez que me llevaba a una práctica, y no va que ahora de grande juego para el club que es el más contra del que es hincha mi viejo, es como decir que tu padre es del Real Madrid y juegues para el Atlético de Madrid.

Yo jugaba en el club de mi barrio casi todos los domingos,  en la facultad de medicina, (escribo que fue cuando recién estaba ingresado), con 18 años, se armó un campeonato, entre integrantes de la facultad de medicina, la de odontología y la de farmacia.

Un señor me vino a hablar, había visto me manera de jugar, la verdad es que me destacaba muy por encima de los doctores, enfermeros, dentistas y farmacéuticos,  si no quería ir a probarme a un club, de acá cerca, el mejor del país dijo él, River Plate.

_Nooo, dije, si mi viejo se entera que es fanático de Boca Juniors me mata.

Al comentarlo con mi padre, me dijo que él no tenía problemas siempre que cumpliera con mi promesa de no dejar de estudiar.

Y como me quedaba cerca, de paso hacía ejercicio fui a una práctica, me aceptaron enseguida, firmé un compromiso de no sé qué y debuté en la tercera.

Los compañeros que hace como diez años que están matándose en el club en un principio me tenían un poco de bronca, pero como yo suelo ser muy simpático y juego no “comiéndomela”, o sea los hago participar, me comenzaron a querer, cuando fuimos ganando y ganando con mi participación, más todavía.

Mi madre Juana Ribolzi, 42 años, una rubia con un culo y unas tetas infartantes, doctora clínica, lo digo porque mi padre que tiene 45 años lo dice siempre, y mi hermana de 22 años, Ester Galardo, estudiante de farmacia, me venían a ver varias veces cuando jugaba, mi padre no tenía tiempo y no iba a ir a la hinchada de River ja ja.

Con el club se estableció por el acuerdo que se respetarían los horarios de la facultad, ellos no me pagaban casi nada, claro yo no necesitaba, por lo tanto no había mucha obligación, todo marchaba sobre rieles.

Me acuerdo el día en que debuté en primera, creo que había jugado once partidos en tercera, ese día mi madre y mi hermana en la hinchada de River, mi padre en la hinchada contraria.

Ganamos tres a cero, con dos pases gol míos y un gol mío de tiro libre, una actuación impresionante de mi parte.

De ahí en adelante es que digo que se comenzó a escribir y hablar sobre mí, los partidos se fueron sucediendo y mi desempeño  cada vez mejor, me estaban saliendo todas, dije que ya se hablaba que me quería comprar el Real Madrid o el Atlético de Madrid, alguno de los dos, el caso es que a Madrid iría a parar, hasta había averiguado en la Universidad Autónoma de medicina de Madrid (UAM) para continuar mis estudios.

Era un tiro libre desde un costado, en lugar de patearlo, es que venía de la izquierda y yo soy derecho, fui a cabecear, vino muy alto, di un paso hacia atrás e hice una chilena impresionante, la clavé en un ángulo, el problema es que no sé si el defensor central me cabeceó la rodilla o yo le di un rodillazo en la cabeza, cuando caí al suelo, por el dolor me desmayé.

Me lo contaron.

_Se desmayó, la cabeza, la cabeza.

Me sacaron en camilla, directamente al hospital, justo donde trabaja mi padre y mi madre.

Cuando desperté estaban además de mis viejos, unos practicantes.

_Lucas, te hicieron un montón de placas, exámenes, no tenés nada en la cabeza está todo bien me dijo mi viejo.

_Pa, es la rodilla izquierda que me mata del dolor le dije.

Abrió violentamente la sábana y vimos una rodilla hinchada de color morado, azulada, bordó y no sé qué más colores, me llevaron “de raje” a sacar radiografías y otras cosas.

El diagnóstico fue terminal, hay que poner una prótesis, sino no va a caminar y jugar al fútbol nunca más.

A la mierda todas las ilusiones de ser una estrella, de contestar la cantidad de mensajes de chicas queriendo salir conmigo.

Tuve mi primera experiencia sexual cuando tenía 16 años, en el cumpleaños de Roberto, uno que jugaba al fútbol conmigo en el barrio, conocí a Nancy y a Raquel, sus dos hermanas, creo que de 21 y 23 años, toda unas señoritas, como dije era alto ya en ese entonces, mediría 1,70 lo digo porque las chicas además de ser grandes de edad eran de cuerpos exuberantes y altas como yo, nos pusimos a bailar, primero con una, después con la otra, después los tres juntos, era un cumpleaños de lo más concurrido, muchos chicos y chicas, del fútbol, del colegio, amigos del barrio, ahí estaba yo bailando con las hermanas de Roberto, no me dejaron en toda la noche, yo feliz, al principio me frenaba un poco de apretarlas, después se me fue parando la pija y se las refregaba.

Sería como las cuatro de la mañana, algunos ya se iban, Raquel me dice.

_Lucas, llevanos a un hotel, querés.

_Raquel, yo nunca estuve con una mujer, soy virgen, por lo tanto nunca fui a un hotel, plata tengo, si no me alcanza tengo la tarjeta, van a tener que enseñarme.

Me parece que tuvieron un orgasmo  ahí, fue tal el apriete que me dieron que casi no me dejaban respirar, disimuladamente nos fuimos retirando, tomamos un taxi, muy suelta de cuerpo Nancy le dice al taxista.

_Llevanos a un hotel en el que acepten que entremos los tres.

No tardamos mucho, el taxista me miraba por el espejito y sonreía, no sé si por mi cara de pelotudo o la de degenerado desesperado.

Encaró para la administración Nancy, le había dado toda la plata que tenía, aprendí que se paga al salir, igual no me devolvió el efectivo.

_Listo habitación 507 en el quinto piso.

En el ascensor nos besábamos desesperadamente, yo no sabía por dónde meter mano.

Una habitación con un olor a flores, luces tenues, música ambiental, una cama bien grande, un hidromasaje.

La mayoría dice que su primera vez fue un desastre, yo todo lo contrario, parece que entendieron que era mi primera vez, me fueron sacando la ropa muy despacio, me indicaron cómo desnudarlas, sacar ropa y besarlas, claro de la inmensa cantidad de videos porno que había visto, lo sabía casi todo, pero nunca lo había practicado, no es lo mismo, no es lo mismo ver una concha en un video, que tener una a diez centímetros de tu cara, ese olor tan particular, me hicieron chupar concha, morder, lamer, meter lengua, meter dedos, eran unas profesoras universitarias indicándome.

Apenas Raquel me la empezó a chupar acabé al instante, se tragó todo y se reía, menos mal que no se me bajó para nada, seguimos teniendo sexo como dos horas, después fuimos al hidromasaje, yo seguía con la pija parada, ellas por turnos se sentaron sobre mis rodillas enterrándose mi miembro.

Luego de consultarme y saber que se podía pagar con la tarjeta, pidieron una botella de champaña, sanguches triples y alfajores de chocolate, yo no dormí en toda la noche, estaba enloquecido, ellas dormitaban de a ratos, cuando no me tenían sobre ellas metiéndosela.

Hasta pidieron el desayuno en la habitación, cuando bajamos, mi tarjeta sufrió muchísimo, pero yo tenía una sonrisa de oreja a oreja.

Creo que fueron como a los seis meses, todos los sábados a la noche íbamos al mismo hotel, la misma habitación si podíamos y darle a la tarjeta, mi padre me llamó la atención por tantos gastos que tenía, me dijo que le explicara el porqué.

Cuando le conté que me iba con dos chicas, de 21 y 23 años a tener sexo a un hotel, mirándome seriamente me dijo.

_Necesitás más plata.

Pasado un tiempo bastante largo, la novedad ya no era novedad y aunque parezca mentira no me atraía tanto la “obligatoriedad” de los sábados, algo se solucionó cuando Raquel se puso de novia y no quiso más venir con nosotros.

Para variar le propuse a Nancy que fuéramos a pasear los domingos y no tanto ir al hotel, al principio le gustó después también se puso de novia, me quedé más solo que Adán el día de la madre.

Terminé el secundario y tenía que entrar a la universidad, iba a estudiar medicina como mis padres, no es que me obligaban, me gustaba, me gustaba desde chico, siempre me atraía las conversaciones que tenían sobre las operaciones que hacían, yo también quería ser cirujano.

Volví a tener sexo como a los seis meses, cuando ya jugaba en el club, nos encontramos en la cancha para una práctica con el equipo femenino, jugaríamos contra ellas, el director técnico de ellas decía que así practicaban contra un equipo superior, claro nosotros íbamos invictos y ganando los partidos por varios goles, yo destacaba.

En el medio del partido recibí la invitación de Johana, la arquero, cuando íbamos a tirar un córner a nuestro favor, en medio del área me abraza y al oído me dice.

_Vamos a bailar éste sábado, querés.

En una pelota fuera del área, cuando un compañero me la pasaba grité con todas mis fuerzas.

_Siiiii quiero, y se la clavé en el ángulo.

Le pedí el auto a mi viejo, él estaba un poco amargado porque ya no teníamos los encuentros de trío los sábados a la noche, se había compenetrado tanto que tenía que contarle casi con detalles mis salidas con Nancy y Raquel, quiso que me comprometiera a contarle mi salida con el arquero del equipo femenino.

Pasé a buscar a Johana, por su casa, además de ser tan alta como yo tiene unos pechos duros, bien duros, nos son muy grandes pero duros, una cola infartante, un pelo lacio, largo, rubio, unos ojos verdosos y un sonrisa atrapante.

Fuimos a una confitería bailable, un boliche como se le dice, lleno de muchachos y chicas, humo, luces, música que te aturde, y ahí estábamos bailando saltando como electrocutados, pasadas dos horas le dije de ir a un lugar más tranquilo, no tuvo ningún problema, la llevé directamente al hotel en donde hice mis primeras armar sexuales, bueno otro no conocía.

Pedí la habitación 507, me acordé toda la noche de Nancy y Raquel, así fue que le hice de todo, 69, oral, vaginal, anal, cubana, hasta desayunamos tuvimos que salir bastante temprano, ella jugaba a las diez de la mañana.

Con Johana estuve saliendo como cuatro meses, un día me dice que va a probar saliendo con otra chica, que le atrae mucho una compañera, me dejó como un boludo, con la boca abierta, tan buen amante no debo ser, y mirá que le hice de todo ehh.

Después siempre tenía alguna admiradora, más cuando entré a jugar en primera, nos habían informado muchísimo sobre el tema, que teníamos que cuidarnos para no contagiarnos, pero más para no dejar embarazada a ninguna chica, se estaba acostumbrando a quedar embaraza para “engancharte”, yo me ponía doble forro y jamás dejaba tirado mi esperma por cualquier lado ja ja.

Para qué mierda tuve que hacer esa chilena, le di semejante rodillazo en la cabeza al dos que me la rompí.

Tanto mi padre como mi madre consultaron a un sinfín de especialistas, nacionales y del exterior, les mandaban las radiografías, no había nada que hacer, había que poner una prótesis, se consiguió la mejor, la más cara, la más recomendada, si siguen hablando de los beneficios de la prótesis voy a creer que tengo una rodilla biónica, pero fútbol nunca más, puede ser natación o ajedrez ja ja.

En un principio me deprimió bastante la desgracia que tuve, me había hecho muchas novelas pensando en jugar en Madrid y estudiar ahí, mi hermana principalmente y mis padres fueron de mucho apoyo.

Vino a verme Renzo el defensor con el que nos golpeamos, lo digo así para sacarle un poco de presión, más me parece que yo le di un rodillazo en la cabeza, le dije que no había problema son desgracias que pasan, nadie las puede prever, que no es normal que uno salte a hacer una “chilena” a esa altura, se fue un poco más tranquilo.

Se decidió que el doctor que me operaría sería el doctor Marcelo Campos, un profesional muy reconocido, de mucha experiencia.

Cuando estuvo todo hablado, cuando vino la dichosa prótesis de dónde tenía que venir, me operarían un viernes, como tenía un físico de lo más en forma no tenía problemas en hacer nada, me hicieron entrar en una salita, me acompañaba mi viejo, me tuve que desnudar, y ponerme una especie de sunga o bombacha o calzoncillo bien chico, una gorra, unos tapa pies y un camisolín, me subí a una silla de ruedas, vino un camillero a buscarme, con mi viejo fuimos hasta el ascensor, él se quedaba ahí, en adelante estaba solo contra mi fortuna, no quise que participara en la operación, llegamos a una sala, me hicieron subir a una camilla, con esa camilla me llevaron a otra sala, vino un médico, me hizo sentar en la camilla, me dijo que me iba a poner unas inyecciones en la espalda, es la epidural, la que te anestesia, o sea que iba a ser sin anestesia total, parece que voy a sentir cuando me están operando, cómo duele la puta madre, me clavó varios pinchazos, me hicieron acostar, me llevaron al quirófano, la instrumentista preparaba las cosas, me acomodaron mi rodilla hecha mierda en un aparato, alcancé a escuchar al médico que me decía.

_Por lo menos hiciste un golazo con esa chilena, lo vi como cien veces, se nota pat….

Desperté en una sala con una enfermera a mi lado.

_Hola soy Carmen, tu enfermera particular, te voy a cuidar hasta que te vayas, también va a venir Teresa la que va a estar cuando yo me vaya, va a venir en mi remplazo, así que cuando necesités algo no tenés más que pedirlo, lo que necesites, y hablaba y hablaba. Traté de mover la rodilla y sentí una puntada que me dolió como la gran puta.

Soñé que estaba con Nancy, Raquel y Johana en la habitación del hotel.

Cuando me desperté estaban mi madre, mi padre y mi hermana, y otra enfermera debería ser Teresa.

Que todo había salido muy bien, que ahora se basaría todo en la recuperación, en ejercicios, y ver cómo se adapta la prótesis a mi cuerpo.

Estuvieron por un par  de horas, mi hermana me agarraba la mano, cada tanto me besaba la cabeza, el cachete y me apretaba la mano. Se notaba que estaban sufriendo todos por lo que me había pasado.

_Oigan, les dije, no se sientan apenados por lo que me pasó, si iba a dejar de jugar para dedicarme al estudio, se me estaba haciendo difícil las dos cosas y yo siempre quiero ser doctor ante lo demás.

Me miraron no muy convencidos, me dejaron con la compañía de Teresa, una morocha con muy buenas tetas, flaca, con una nariz bastante grande, ojos saltones, sonrisa franca, es soltera sin compromiso me dijo, que estaba para lo que quisiera, me sonó otra vez algo extraño eso, así también me dijo Carmen.

Cada tanto venía y me preguntaba cómo me sentía, que si sentía dolores me aplicaba un calmante por la vía que tenía en la mano, que era algo para que no sintiera tanto dolor, nunca les dije que estaba en tercer año de medicina, que ya había practicado de todo.

Vino la señora que trae la cena, una gordita de lo más simpática, me trajo una tarta de verdura, flan, sopa, y un jugo, me dijo si quería algo que le pidiera.

Cuando se llevaron las cosas de la cena me dormí, me desperté con un empalme impresionante, la tenía re contra parada, a mi lado dormitaba Teresa, quise moverme para un costado y me dio semejante puntada de dolor que largué un quejido que despertó a mi enfermera.

_Qué hacés loco, no te des vuelta sin avisarme, te va a doler, me destapó y vio la semejante carpa que tenía, con esa sunga de mierda no se podía ocultar nada.

_A pero mirá vos cómo está mi paciente preferido, habrá que ponerle remedio a semejante problema, cerró la puerta de la habitación, le puso una silla trabándola, me corrió para un costado la carpa y me la  empezó a chupar, enseguida le acabé, se tragó todo pero no dejó de seguir chupando parece que sabía que no se iba a bajar y que necesitaba de sus mimos, también al rato se tragó todo.

_Ahora sí, podés dormir tranquilo.

Así lo hice, descargado con una buena sonrisa me dormí.

Entre sueños escucho.

_Tenía razón Teresa, vamos a tener que esmerarnos para tener contento a nuestro paciente.

Había despertado otra vez “al palo”, Carmen me la estaba chupando, me hizo acabar tranquilamente, cuando alguien golpeó la puerta ella sacando un poco la boca de mi pija gritó.

_Ya va, enseguida acabamos!!!

Era el desayuno, vino un kinesiólogo, me hizo sentar en la cama, me dolió muchísimo, me hizo poner un pantalón de fútbol por sobre esa sunga que tenía y una remera a la mierda el camisolín.

Unos ejercicios que me dolieron hasta el alma, sin ningún problema para él, me hizo parar y caminar por casi un metro, cómo duele, pero lo soporte, me entusiasmó el resultado.

Así pasé como tres días, con las chupadas de Carmen y Teresa, con las comidas de Yolanda, cada vez más abundantes, con los ejercicios de Néstor el kinesiólogo que me hacían ver las estrellas, me dieron el alta, tendría que seguir con los ejercicios con un kinesiólogo en casa.

Seguí con los ejercicios que me indicaba Pedro mi nuevo kinesiólogo, con ayuda de un bastón ya empecé a caminar, ya no me dolía para nada la operación, fui a visitar a mis ex compañeros del fútbol, me demostraron que les había preocupado mi destino, yo tratando  de mitigar el dolor les dije.

_No se aflijan que igual me iba a retirar para estudiar, no podía seguir jugando con la manga de pataduras que son ustedes, hubo bromas y risas fingidas por todos lados, voy a extrañar el vestuario, la adrenalina que te sube cuando tenés que salir a la cancha,  la sensación de felicidad cuando ganás o metés un gol, me voy a la mierda sino me pongo a llorar.

Aparecí en las clases de la facultad en medio de mis compañeros, todos querían demostrarme su solidaridad, era el ídolo de ellos, porque además de ser su compañero era un ídolo de fútbol, ahora compañero y nada más.

Así está mi vida, de la facultad a casa, y de casa a la facultad.

FIN.

Agradecería comentarios, y si se puede ideas para continuar.