Oneiroi, The Dreams Keepers I: ¿Si pudieses?

¿Si pudieses tener a quien quisieras en sueños? ¿Hacer lo que quisieras con él? ¿Aceptarías? La lujuria es un pecado pero todos tenemos una parte oscura

Bueno, muchas gracias por saber esperar, pero primero vayamos por partes:

1º Como dije en su día no iba a dejar de escribir, tranquilos que no soy de esos que desaparecen sin decir nada, siempre daré la cara porque creo que os lo mereceis. Si he estado desaparecido esta semana ha sido por la ingente cantidad de examenes, trabajos y obligaciones de la Universidad

2º Hielo en las venas, despues de pensarlo mucho he decidido desplazarla a verano, la historia es demasiado compleja como para no consumirme una parte sustancial de mi tiempo y de momento hasta que no acabe el curso no tendré tiempo. La saga por tanto esta en suspensión NO CANCELADA, quiero que quede meridianamente claro, solo necesito mas tiempo libre para poder llevarla

3º El titulo de esta nueva saga es Oneiroi The Dreams Keepers, esta en inglés simplemente porque los anglosajones tienen una mejor capacidad para contraer los titulos que en español y TR deja un espacio limitado para los titulos, asi que la saga la llamare Oneiroi DK o simplemente Oneiroi

4º Sí, es una saga de fantasía, aunque si especificamos mas será una saga de Fantasía oscura hiperreal (lo de hiperreal es por la realidad superpuesta basada en nuestro mundo real no porque sea hiperrealista)

5º ¿Porque fantasía? ¿Y porque de nuevo multinarración? La respuesta a ambas es el tiempo, las sagas fantásticas son mas plásticas y no tan exigentes como una del estilo de HV (no significa que no vaya a ser igual de riguroso me refiero a la coherencia de fondo) y permiten una mayor polivalencia y la multinarración al menos en mi caso me hace mucho mas facil escribir porque no quema tanto los arcos argumentales

Creo que he respondido a todo pero me he podido olvidar de algo, sois libres de interpelarme en los comentarios o a través del correo: rofacalemaxim@hotmail.com

Por cierto ya he respondido todos los correos que me habeis mandado, siento profundamente si a alguno respondí con un mes de retraso, nunca es mi intención haceros pensar que paso de vosotros

Sin mas disfrutad de la nueva saga y su primer capitulo

P.D: Espero que TR no me destroce el formato de la cita dandole a todo un justificado :/

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¿Si pudieses tener a quien quisieras en sueños? ¿Hacer lo que quisieras con él? ¿Aceptarías? La lujuria es un pecado pero todos tenemos una parte oscura

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"La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella"

---- Oscar Wilde ----

Craig

Corría pero no tenía sentido y lo sabía, mi cerebro lo entendía pero mi cuerpo parecía negarse a enterarse. Las piernas seguían funcionando y la adrenalina seguía entrando por litros en mi sangre, volviéndome loco el corazón. El suelo a mis pies se resquebrajaba a cada paso como si fuera hielo fino y todo el paisaje se volvía borroso y cambiante.

Baje la vista, sencillas telas desgarradas de lo que había sido un traje me arropaban y los rastros de sangre e icor salpicaban mi cuerpo. La pistola negra de mi mano era pesada y fría, congelándome el brazo hasta el codo.

Había sido estúpido y lo sabía

Un ruido atronador hizo temblar el suelo haciendo que perdiera el equilibrio y finalmente mi cuerpo se frenó en seco al caer a plomo. Me di la vuelta para ponerme boca arriba, a pesar de la carrera mi respiración era normal pero era incapaz de moverme, cansado mas allá de lo puramente físico y mental. Clave mi vista en el cielo fragmentado, viendo como la luz y la oscuridad volvían enfermizos todos los colores con los que se tintaban.

Y finalmente me alcanzó, parándose delante de mí. Por un segundo su forma fue difusa y tenebrosa, debería cerrar los ojos y no verlo porque sabía lo que vendría después pero como siempre me fue imposible; al segundo siguiente Jonas Brooks se alzaba frente a mí, cada rasgo marcado a fuego en mi mente: la boca carnosa, el pelo negro corto, la piel morena y tersa, la mirada amable y tierna, el cuerpo perfecto tapado solo por unos pantalones de traje y una camisa blanca abierta. Me miró como si verme fuera lo único que le hiciera feliz.

Se acercó un par de pasos y luego lentamente se agachó hacia mí, sus ojos almendrados eran dulces y cálidos, todo su cuerpo conforme se inclinaba despedía un calor sedante. Pronto la escasa tela que nos cubría fue la única barrera entre nosotros, notaba el tacto de acero de cada musculo. Jonas sonrió con amabilidad y dulzura.

-¿Qué te pasa amor?- dijo con voz tranquila- No tengas miedo, nunca te haría daño vida mía- su mano se apoyó al lado de mi cabeza, alzándole levemente por encima de mí-

-No eres Jonas…No eres humano-

Jonas me miro sorprendido pero pronto su mirada evolucionó hacia el tierno paternalismo que me enamoraba de él. Su otra mano cogió la mía y alzándola la coloco sobre su pecho, era amplio pero sobretodo cálido y contra mi palma sentía los latidos fuertes de su corazón, la piel tersa de su pectoral invitaba a que mi mano paseara por su torso como había hecho miles de veces. A que explorara un cuerpo que para mí no tenía ningún secreto

-¿No ves que lo soy?- sonrió mas inclinándose hacia mí, sus labios carnosos se posaron sobre los míos, dejando un beso que fue como ambrosía- Te amo tanto…Quiero hacerte mío y que tú me hagas tuyo-

Entrecerré los ojos, sus palabras me golpeaban directamente en el corazón, como si de una novela barata se tratase ese afecto tan dulce y empalagoso calmaba las heridas que durante años me habían surcado la piel. Jonas se movió sobre mí, desprendiéndose de la camisa y abriéndose la bragueta, pronto note la presión de una polla recta, firme y dura. No la veía pero sabía que tendría un aspecto perfecto y lozano, invitando a que la palpara, chupara y dejara que se alojara en mi interior para después ser yo quien coronara sus glúteos perfectos con mi bandera.

La mano de la pistola se movió sin embargo, intentando con un último esfuerzo resistirme, pero Jonas me cogió de la muñeca, inmovilizándome con dulzura pero firmeza.

-No, amor, por favor déjame hacerte feliz-

Abrí los ojos totalmente de nuevo, sosteniéndole la mirada

-No debería haber aceptado-

Jonas sonrió amorosamente, rompiendo los jirones que eran mis pantalones con una facilidad pasmosa

-Los pecados se pagan- dijo simplemente

Después todo fue placer… Horas… años...siglos… De un placer a mitad de camino entre la dulzura más empalagosa y la pasión más animal

Pero finalmente todo se abrió a un vacio negro. Absorbido, asimilado por mi propia lujuria egoísta

Finalmente había muerto

¿?¿?¿?

-Era demasiado débil-

-Lo sé- respondí- Pero tan torturado por si mismo que tenía esperanzas en que funcionara-

-¿Buscarás uno nuevo?-

No respondí, simplemente me desvanecí de esa pesadilla antes de que colapsara

El éter salió a recibirme como vieja amante conocida. Por un segundo todo el plano se extendió ante mí, como un complicado tablero tetradimensional; lleno de puntitos de luz y de torbellinos disformes. Cerca de donde estaba pronto desapareció el punto de luz que me había acompañado, a diferencia de mí él salió disparado, arrastrándose por las corrientes y sin apenas control de su velocidad.

A mi espalda, si es que en la inmaterialidad absoluta podía existir un concepto tan mundano como detrás o delante, la pesadilla comenzó a colapsar, volviendo inestables sus ya de por si resquebrajados bordes y comenzando su progresivamente rápida implosión. No me hacía falta mirar pues era capaz de ver en todas las direcciones posibles, cinco luces se alzaron de la pesadilla igual que la anterior, pasando a velocidad de vértigo por las corrientes sin control ni concierto.

Odiaba tener que cambiar de dimensión pero extendí la mano para abrir la brecha, pronto el éter llenó el agujero y me deje arrastrar por la succión. Saliendo a una noche estrellada a kilómetros de distancia en el cielo.

Era como ver un sol directamente, todo lleno de una luz que dejaría ciego a cualquiera. De entre toda esa maraña seleccione un único punto, no era el más inestable ni el más próximo a lo que había sido el anterior. Pero tenía mucho potencial y lo más importante, estaba lleno de frustración.

Lentamente comencé a descender a la ciudad.

-------------Sala Apolo . Barcelona --------------

Guillem

Me sentí invisible, como si en realidad no estuviera allí. El golpe como siempre fue doloroso y casi preferí que hubiese sido físico y no emocional, a mi espalda una mano intento reconfortarme colocándose en mi hombro pero me libre de ella con un movimiento seco. Oí una voz hablándome, seguramente transmitiendo un mensaje de apoyo y comprensión que yo no quería, por suerte la música atronadora ahogó cualquier otro insidioso sonido.

Me forcé a mirar porque en el fondo el sadismo era la salida irónicamente menos dolorosa, así mi mente no tendría tiempo de elucubrar

Eloy la estaba besando y de la peor forma posible. Deseaba que fuera brutal, pasional, puro fuego; eso al menos se podría justificar por el alcohol, las hormonas y el calor del momento pero en cambio era lento, cuidadoso, como si estuviera sujetando una figurita de cristal… Odiaba que fuera tan jodidamente caballeroso siempre y odiaba que ella recorriera su piel bajo su camisa.

Se les veía felices, apreté la copa en mi mano y sentí como el plástico comenzaba a ceder. No era justo, el mundo no era justo.

Me moví entre la marea de gente deseando escapar, me zafe de nuevo de esa mano amiga que buscaba mi consuelo y sin mirar atrás me alce hasta una de las plataformas de la discoteca. Allí el ruido era menor pero las vibraciones resonaban con mayor fuerza, me apoyé en la pared con la mano y vacié mi resquebrajada copa con un solo giro de muñeca. Luego la deje caer al suelo y la pisé

Respire hondo varias veces sintiendo punzadas dolorosas en la palma de mi mano, seguramente me había clavado alguno de los bordes de la copa a medio romper. Una mano en mi hombro me hizo girarme e iba a arremeter con toda mi ira pensando que me iba a ofrecer compresión cuando la sonriente cara de Fran me recibió, se le veía bastante emocionado y antes de que pudiera pararle me confesó la noticia

-Tío Eloy se está liando con Carlota-

Ni tuve fuerzas para fingir sorpresa, simplemente asentí pero Fran vivía en su propio mundo de telenovela adolescente de Disney Chanel y creyó necesario señalarme el lugar exacto donde estaban. Yo deseé partirle la cara y a duras penas logre contenerme, en su lugar di un golpe disimulado a la pared

-Necesito aire- respondí, Fran me miro y asintió, luego se volvió a meter en la marea de gente para encontrar a otro desinformado al que poder desinteresadamente informar

Me baje de un pequeño salto de la plataforma y a empujones conseguí salir. Me giré para ver a la gente buscando caras conocidas pero tras no reconocer a nadie deje que me pusieran el sello para poder salir del vestíbulo.

El aire me hizo bien en parte, por desgracia me despejó la cabeza lo suficiente como para poder recordar la escena.

Era normal , me decía a mí mismo, El tío bueno del curso y la tía buena de un curso por debajoLey de vida ¿no?

No, no, no y no… No era justo, yo era su amigo, yo le conocía desde los diez años, yo me había metido al equipo de natación por él y yo era quien siempre estaba ahí cuando lo necesitara ¿Por qué no lo veía? ¿Por qué no me veía? ¿Acaso era invisible? Apreté los dientes. Odiaba que ser gay no fuera por elección, no solo porque podría elegir no serlo si no sobretodo porque Eloy podría elegir serlo… Y darse cuenta de que yo estaba allí…Para él…Por él…Siempre.

Intenté cálmame y la mejor forma fue andar, las calles de Barcelona eran tranquilizadores a esa hora, había gente pero no la suficiente como para sentir agobio, solo una sensación de compañía distante. Mis pasos me llevaron lejos de la discoteca y pronto la calles semi desiertas dieron paso a las calles secundarias de pueblo fantasma.

Me apoyé en la pared deseando llorar. Era una sensación estúpida e inmadura lo sabía y no era por el hecho de que se hubiera liado con otra en mi cara si no porque mañana, en los vestuarios, tendría que soportar su cuerpo desnudo a escaso medio metro de mí, recordando la historia y oyendo los comentarios de mis compañeros, sus preguntas y las dolorosas respuesta de Eloy… Y después el se acercaría a mí, cuando todo hubiera pasado y se quitaría su coraza para confesarme todas las dudas y miedos que le asolaban, todos los problemas que solo era capaz de contarme a mí porque yo era su confidente… Y tendría que asentir ante sus palabras, imperturbable, y luego darle mi consejo maduro y taimado que le consolaría y que me recompensaría con un apretón en la rodilla desnuda o una palmada en el hombro.

Esa era mi vida, mentira tras mentira tras mentira

Expulsé el aire entrecortadamente. Deseaba a Eloy, deseaba poder tenerle con una fuerza que incluso me asustaba, quería sus labios, su cuerpo, sus caricias, su mirada… El calor que desprendía, todo sin excepción. Solo para mí

Pero era imposible, después de siete años ya toda esperanza se había convertido en polvo. Quería volver a cuando tenía diez para poder controlarme, poder dar marcha atrás a mis sentimientos… O al menos querría volver para poder de nuevo tener esperanza, de que en alguna acampada de verano el podría buscarme a mí, de que me diera una señal, de que existiera la posibilidad… De nuestro primer beso

Comencé a andar de nuevo para volver a la discoteca, tampoco convenía pasar mucho tiempo fuera o me entraría el bajón y echaría a perder la noche. Caminaba lentamente, con la cabeza gacha, sin mucho interés en mirar hacia delante en la calle vacía. Entonces escuche risas, en circunstancias normales hubiera seguido mi camino pero había reconocido una de ellas como la de Eloy. Mire hacia delante y allí los vi, caminando derechos hacia mí de la mano, era demasiado tarde para evitar el encuentro y Eloy era demasiado sociable como para evitar el saludo

-Guillem tío ¿Qué haces por aquí?-

-Ey pareja- saludé yo fingiendo estar normal

Eloy sonrió tranquilamente, Carlota a su lado miro al suelo un poco avergonzada. Ella no me interesaba y Eloy se veía resplandeciente, tenía un poco de sudor por las sienes de piel blanca pero sus límpidos ojos azules se veían radiantes, sonreía genuinamente feliz. Tenía el pelo rubio anaranjado revuelto seguramente no por el mismo, la camisa estaba más abierta de lo que recordaba… Sonreía aunque dolía, Eloy basculó el peso, la estrella de natación miró detrás de mí

-¿Estabas solo?-

-Sí, demasiado calor ahí dentro, necesitaba despejarme- comenté lentamente, Eloy hinchó el pecho tensando la camisa y yo tragué saliva

-Eso sí que es verdad, por eso hemos salido nosotros-

-Y por la intimidad- comente mas venenosamente de lo que pretendía, Eloy se lo tomó a broma y me guió el ojo- Bueno os dejo, no os perdáis mucho-

Eloy se rió y Carlota se despidió amablemente, comencé a andar justo para ver por el rabillo del ojo como Eloy le pasaba un brazo por los hombros. Sabía lo que harían, buscaban un portal tranquilo, no para follar, Eloy era demasiado caballeroso y parecía que Carlota lo suficientemente sensata como para no planteárselo, buscarían lugar más tranquilo para rienda suelta a los besos y las manos.

Apreté los dientes pero me obligue a destensar la mandíbula. En la puerta me encontré a gente de mi clase, seguramente habrían salido aprovechando que Eloy, el cabeza de grupo, lo había hecho. Algunos estaba con chicas y las chicas estaban con chicos, todos hablando tranquilamente y con un par de copas escondidas de las que bebían disimuladamente. Por suerte el excitable e inmaduro Fran no estaba allí, pero sí que estaba Gonzalo, Gon para mi, que era el única que sabía todo lo que estaba pasando, no me gustaría tener que cruzar una mirada con él que dijera más cosas de las que quería oír.

Intenté pasar desapercibido aunque seguramente Gon me habría visto pero habría decidido que no era el mejor momento para acercarme. Ya dentro de la discoteca fui directo a la barra y me gaste el resto de tickets que tenía y unos cuantos euros más en bebidas que fui ingiriendo en el resto de noche. Un par de chicas se me insinuaron y como siempre ningún chico se me acercó, suspire lamentando no poder devolverle el golpe al universo liándome con algún chico, pero era el pan de cada día, si no parecías gay no eras gay para el mundo… Invisible

No volví a ver a Eloy ni a Carlota, seguramente las escenas del portal habían sido demasiado intensas y Eloy habría propuesto pasar la noche en su casa sola. Me deprimí a la altura de la quinta copa y para la séptima ya estaba envuelto en la típica espiral de imaginación. Gon por suerte se hizo cargo de mí, sacándome fuera y llevándome a casa por las desiertas calles, íbamos con más gente de camino al bus mientras el amanecer lamía el irregular horizonte de edificios. Fran estaba allí comentando la jugada de Eloy con más gente y Gon me obligó a avanzar mas rápido para alejarnos de las voces, no me dijo nada y yo agradecí que no lo hiciera

Deseaba quedarme solo en mi regodeo insano… Las figuras de Carlota y Eloy se fundían en mi mente, ambos desnudos y con los cuerpos por finas capas de sudor mientras las luces jugaban con sus cuerpos en movimiento… Pronto el cuerpo de Carlota se fue desvaneciendo para dejar paso solo al de Eloy, bajo un foco de luz, moviéndose en el teatro de mi mente, acariciando su cuerpo, bailando al compás de la música de mi cabeza, girando y flotando por el aire de mi embotada mente.

Cuando me quise dar cuenta estaba apoyado en el hombro de Gon, sentado en el autobús y a merced del sueño

Fue de agradecer que mi mente decidiera seguir con el pase pornográfico privado de Eloy. Yo seguía sentado, pero ahora estaba en una solitaria butaca contemplando el cuerpo de mi amigo, su cuerpo para mi perfecto, su sonrisa sociable, sus ojos ambles y picaros con el ligero brillo de chico malo, sentía palpitar el corazón en mi cabeza.

Le había visto desnudo miles de veces y eso daba alas a mi imaginación, lo que se escondía entre sus piernas no tenía misterios para mí y no había censura posible, vi como como una torre de marfil y como comenzó a acercarse cada vez más y más. Yo en el fondo sentía una sensación agridulce, dejando de lado el torbellino de sentimientos de culpa y deseo, fundada en la experiencia de que era un sueño y que nunca podría tocarle más de un segundo antes de que mi mente fuera incapaz de recrear sensaciones físicas reales.

Pero Eloy se siguió acercando con su baile erótico, sujetando ahora una pequeña botella de lo que parecía un líquido rojo como la granadina. Alzó la botella para beber de ella, flexionando a propósito su brazo, sus labios se mancharon pronto del líquido rojo aunque se lo bebió casi todo, una pequeña gota escapó de la comisura de sus labios resbalando hasta su babilla y goteando sobre el pectoral derecho. El corazón en mi cabeza palpitó mas fuerte cuando esa gota obstinada llegó a su pezón erecto y mojó la punta, volviéndola increíblemente apetecible.

- Pero no puedo tocarle- resonó mi voz interior por mi cabeza

-¿Y si pudieses?-

Mire a Eloy sorprendido ¿Habría hablado él? Pero no parecía posible porque nunca había hablado en mis sueños calientes, seguía sujetando firmemente la botella y de nuevo había vuelto a su baile sexual, ahora estimulándose a sí mismo para empalmarse mientras de vez en cuando daba un trago a la botella y seguía follandome con la mirada. Me gire pero no había nadie, volví a mirar al escenario donde estaba mi amigo y ahora al lado de él una forma se configuró de la nada

Era un hombre de mediana edad y mirada altiva, llevaba un cuidado traje negro de tres piezas, con la camisa blanca y la corbata color burdeos como sus zapatos y el pañuelo de su bolsillo, le parecía colgar la cadena de un reloj de uno de ellos. Llevaba el pelo cuidadosamente peinado hacia un lado como un caballero, su nariz era recta pero afilada, volviendo severo su rostro de hombre joven.

-¿Y si pudieses?- repitió de nuevo, como vio que no respondía se giro hacia Eloy, extendió su mano para pasear la mano por su pecho, Eloy le miro mordiéndose el labio y cogiendo la mano del extraño ayudó a pasearla por su amplio pecho desnudo. El hombre estaba ahora de espaldas a mí de tal modo que era incapaz de ver su expresión, Eloy se acercó a él con movimientos voluptuosos y supe que quería besar el hombre. Pero cuando ya estaban pegados el hombre poniendo la mano delicadamente en su cuello le paró, torció la cabeza para mirarme sin decir nada y Eloy pareció entender.

Con los mismos prohibidos movimientos se acercó a mí, llegando al borde del escenario y comenzando a caminar por el aire descendiendo una imaginaria escalera. Todo su cuerpo relucía y parecía tan real que hasta hacía daño, era capaz de percibir su piel erizada allí donde las gotas de líquido rosado habían dejado rastro, incluso su respiración… Sus ojos estaban clavados en mi, prometiéndome que en cuanto llegara compartiría conmigo ese fuego que le inflamaba desde dentro. Era tan real que me daban ganas de levantarme a su encuentro pero sabía que todo sería una ilusión

Eloy se quedó a medio metro y salvó la distancia de un paso. Me miró y extendió su mano para acariciarme el rostro, yo cerré los ojos torturado, sabiendo que solo notaría como mucho una corriente de aire acariciarme. Pero abrí los ojos al comprobar un tacto cálido y que conocía muy bien… No podía comprenderlo, Eloy me estaba acariciando el rostro y paseando la yema de su pulgar por mis labios entreabiertos.

Parpadeé e inmediatamente levanté mi mano para tocarle, Eloy estaba parado delante de mí comiéndome con los ojos, esperando con cara de niño bueno a que le diera su recompensa. Mi mano se posó en su estomago, plano, duro y marcado bajo la piel… Iba a mover mi mano sin acabar de creérmelo cuando algo me agarró la muñeca, al alzar la vista vi al hombre, taimado pero firme, contemplando con interés. Eloy parecía ajeno a todo y seguía acariciándome el lateral de la cara, tentándome a seguir.

-¿Quieres?- me preguntó el hombre- ¿Quieres tenerle?-

Yo trague saliva sintiendo como el corazón me iba a salir por la boca

-Quiero-

El hombre no dijo nada solo miró a Eloy que de nuevo alzó la botella para beber, como las anteriores veces un par de gotas resbalaron de sus labios hasta su barbilla para caer sobre su pecho.

-Bebe- me dijo mientras Eloy me tendía la botella

Yo la aparté y alzándome sobre la butaca deje que mi lengua capturara las dos gotas que rodaban por su pectoral. El hombre no dijo nada, pero me seguía sujetando de la muñeca. Ascendí por el pecho de Eloy saboreando ese rastro tan sabroso de azúcar, alcohol y sudor, subí por su pectoral hasta su cuello y desde allí seguí hasta su mandíbula, continuando el riachuelo rojo hasta sus labios.

Dude solo un microsegundo pero pronto todos mis deseos frustrados y esperanzas cantadas al vacio se impusieron, lo necesitaba, lo quería… Le bese con pasión y ansia recorriendo el interior de su boca con la lengua para capturar cualquier resto de la bebida, Eloy me abrazó y me pegó a su corpulento cuerpo para profundizar en el beso

Era un sueño hecho realidad

-Has aceptado- me dijo la voz

Y de repente el sueño explotó

-Guillem…Guillem…Despierta Guillem-

Yo me revolví como si me estuvieran atacando y abrí los ojos desconcertado

-Ya hemos llegado- me dijo Gon

-Joder tío, menudo momento has elegido para despertarme-

-¿Un buen sueño?-

-De los mejores que he tenido en mi vida-

-Pues venga borracho rápido a la cama a ver si lo recuperas-

Yo fui a responder cuando me di cuenta de que me encontraba despejado. Ni sueño, ni cansancio, ni ningún rastro de desorientación por parte del alcohol. Fui a comentárselo a Gon cuando este me levantó a la fuerza, nos estaban empujando la gente que quería salir del autobús.

Yo fruncí el ceño pero la gente no me dio tiempo a pensar, pronto estuvimos en la acera despidiéndonos con la mano del par de amigos que se habían quedado dentro para hacer un par de paradas más. Gon y yo nos despedimos de la gente conocida con la que habíamos bajado y luego empezamos a caminar hacia nuestras casas por el tramo de recorrido que compartíamos.

-Si quieres te puedes venir a mi casa a dormir si vas muy mal, mi madre seguramente estará despierta pero ya sabes que no le dirá nada a tus padres- se ofreció mi mejor amigo

-No no si de hecho estoy muy bien… Despejadísimo- respondí

Gon me miró sin llegar a creerse que no fuera una excusa para quedarme a solas con la depresión con la que había subido al bus, pero decidió que estaba demasiado cansado para discutir. Se despidió de mi delante de mi portal y siguió caminando hacia su casa, en cuanto me quede solo me apoye contra la pared. Me pase la mano por la cara para asegurarme que estaba tan despejado como creía y comencé a pensar en el sueño; joder había sido súper caliente y tan vívido… Recordé lo que había dicho Gon de volver a coger el sueño y me metí las manos en los bolsillos con rapidez, si era cierto necesitaba llegar a casa cuanto antes y acostarme, era algo estúpido y vano pero había sido el mejor sueño de mi vida y necesitaba volver a él

Atravesé corriendo mi portal hasta el ascensor y cuando este tardó demasiado tiempo en llegar mis piernas me obligaron a subir corriendo las escaleras. Cuando llegué a la puerta de mi casa luche con la cerradura, poseído de un ansia por dormir y volver a coger ese sueño antes de que se esfumara. Tras un par de intentos furiosos la llave acabó girando y entre en mi casa desierta, ya entraba una luz tenue de la ventana que daba a los los objetos una apariencia bidimensional, como de foto antigua. Fui a mi habitación todo lo rápido que pude sin hacer ningún ruido, desabrochándome la camisa y los pantalones.

En mi habitación me quite los zapatos, y lance tanto el pantalón como la camisa sobre mi mesa de estudio llena de papeles. Me sumergí entre las mantas y me quede mirando al techo mientras controlaba mi respiración. Seguía estando despejado y cuando temía que me sería imposible dormir por la excitación el sueño me sorprendió, en apenas dos segundos ya dormía plácidamente

De nuevo estaba sentado en la butaca del teatro vacío, el foco seguía sobre el escenario pero no había ni rastro de Eloy. Me levanté decepcionado pero a la vez impresionado de que tuviera este control en el sueño, parecía uno de aquellos escasos sueños lucidos que tenía a lo largo del año pero siempre se centraban en vivir escenas cotidianas de mi vida.

Vi una figura sentada en el borde del escenario y al acercarme un tenue foco iluminó a un Eloy pensativo. Llevaba unos vaporosos pantalones negros de seda y con los codos apoyados en las rodillas miraba hacia la infinita oscuridad del lateral del patio de butacas. Yo me acerqué bordeando el escenario, parecía que estaba cerca a simple vista pero me costó más de lo que creía llegar. Al hacerlo Eloy se giro apesumbrado ante el nuevo visitante y al verme alzó las cejas sorprendido mientras sonreía.

-¡Guillem!- dijo con su voz fuerte mientras se bajaba de un salto y venía hacia mí- Ya pensaba que no vendrías, desapareciste sin más- siguió sin ocultar un leve tono de preocupación- No quería ni pensar que te había pasado algo-

Yo trague saliva, Eloy siempre había sido un chico afectuoso pero nunca había llegado a tal punto de preocuparse por mí, eso me conmovió en cierta forma, tocaba una fibra sensible dentro de mí. Nos paramos un segundo uno delante del otro, yo estaba vestido con la misma ropa con la que había ido de fiesta y Eloy medio en pelotas, su amplio pecho ya no tenía restos del líquido y tampoco parecía haber rastro de la botella.

Eloy salvo de una zancada pequeña la distancia entre ambos y me cogió del hombro con una mano. Éramos igual de altos aunque desde pequeños yo siempre le había sacado algunos centímetros que Eloy había acabado por recortar este año. Me miró con sus límpidos ojos azules.

-No te vuelvas a ir sin avisar o si lo haces luego llámame o algo para que no me preocupe ¿vale?- me dijo mirando fijamente a los ojos, entonces su mirada se dulcificó y me acercó a él con la mano de mi hombro, cogiendo mi rostro con la otra me besó, yo abrí los ojos por la sorpresa tanto del beso como por la realidad que estaba viviendo; era capaz de sentir todo, tanto la textura de los labios de Eloy, como el palpitar de su corazón y el calor que irradiaba su mano, era capaz de sentir su aliento contra el mío y los movimientos de su lengua para enroscarse con la mía, Eloy se pegó a mí y yo fui capaz de notar contra mí como sus músculos y tendones actuaban para generar ese movimiento, exactamente como si estuviera pasando de verdad. Eloy se apartó de mi apartándome mi pelo oscuro de la frente- ¿Estás bien? No has respondido al beso…- sus ojos azules brillaron como lo hacían cuando de pequeño pedía disculpas sinceras, rasgo que había conservado hasta ahora y que conocía muy bien- Siento si te he parecido posesivo pero es que… Estaba muy preocupado Guillem-

Yo seguía en shock y Eloy al ver que no reaccionaba me cogió la mano y la subió hasta la altura de su boca para besar cuidadosamente mi palma y luego ponerla contra su mejilla, igual que le había visto hacer cuando discutía con, según él, el amor de su vida, Laura, su ex novia.

-Por favor perdóname-

Yo finalmente reaccione, mis sentidos estaban a pleno rendimiento sin creerse todas las sensaciones tan reales que les estaban llegando

-Te perdono-

Eloy sonrió feliz y de nuevo se inclinó para besarme, esta vez cerré los ojos y le respondí al beso. Eloy me estrechó entre sus brazos y yo coloque mis manos en su cintura, haciendo círculos con los pulgares en su cadera y disfrutando del inició de su duro estómago, Eloy suspiro contra mi boca y se separó

-Para que ya sabes que me derrito cuando me haces eso- me dijo sonriendo

-¿Cuándo te hago esto?- pregunte sorprendido repitiendo el movimiento, Eloy se estiro de gusto contra mí

-Para- me dijo riéndose entre dientes- Que yo también se jugar a eso-

Me había liado con algún chico en mi vida, todos ellos conocidos a través de alguna red social de gays, nada más que encuentros esporádicos y cuando mi cuerpo o mi corazón pedían compartir lecho y caricias con otro ser humano; de esas experiencias había sabido que los lóbulos de las orejas eran mi punto débil, nunca se lo había dicho a nadie que no fuera uno de esos chicos sin nombre con los que había estado pero Eloy sin titubear fue derecho a mi oreja, capturando con sus labios el lóbulo izquierdo y comenzando a manejarlo. Yo literalmente me derretí entre sus brazos que tuvieron que sujetarme cuando, tanto por placer como por sorpresa, me fallaron las piernas.

Eloy me abrazó y dejó mi oído en paz

-¿Ves como yo también se?- sentí como me besaba el cuello

-¿Cómo sabías lo de mis orejas?- pregunté yo mirando al patio de butacas por encima de su redondeado hombro

-¿Cómo que como lo sé? Pues desde siempre… Desde que te lo hice la primera vez y fallaron las rodillas- se rió haciendo que las ondas pasaran de su pecho al mío- Aun me acuerdo del golpe que te diste-

Yo sabía a ciencia cierta que eso no había pasado pero sería mentirme a mí mismo si no admitiera que alguna vez me había imaginado a Eloy haciéndomelo… Así que esto sí que era en definitiva un sueño…Pero tan real que no era posible

Eloy se separó de mí

-Antes te fuiste en el mejor momento- dijo besándome en la mejilla, me cogió de la cintura y me sentó en el borde del escenario- He perdido el ritmo pero si me ayudas a recuperarlo te acabo el baile –

El se subió de un salto en seco imposible de un metro para subirse al escenario, el no pareció sorprenderse y yo tampoco dije nada, sabiendo como sabía que esto era un sueño. Eloy se colocó bajo el foco, esperándome y con la mirada de brillo pícaro. Cuando llegué a su lado me cogió las manos y me colocó delante de él. Nos acercamos y luego Eloy curvó un poco su espalda hacia  atrás de tal modo que su pecho se definió mas al recibir mejor la luz cenital, creando un perfil de sombras en algunos puntos. Me colocó las manos en la cintura y comenzó a moverse

Eloy siempre había bailado muy bien, a diferencia de mí, según él era como nadar pero en la pista de baile, yo que llevaba los mismos años que él haciendo natación aun no había logrado comprenderlo del todo. Como durante el sueño Eloy pareció transformarse, adoptando una personalidad que nunca antes le había visto peor que guardaba los suficientes puntos en común con su forma de ser general que no me parecía extraño que se comportara así en la intimidad de la vida real.

En el baile era juguetón, pícaro y sobretodo lascivo. Su mirada intensa adoptaba un aire penetrante y turbador, transmitía sus aparentemente sinceras ganas de comerme a besos, de quitarme la ropa y no parar hasta el clímax, hablando en plata, me estaba follando con los ojos. El baile parecía seguir un ritmo que aunque no sonaba los dos parecíamos saber exactamente su cadencia

Los botones de mi camisa volaron entre sus dedos y los míos y pronto quede en igualdad de condiciones con él. Eloy me paseó la mano por el pecho, pegándose a mí para besarme traicioneramente

-Me encanta el cuerpo que tienes- me dijo

Yo sonreí socarrón recordando todas aquellas veces en el vestuario o los entrenamientos en los que me había fingido quejar de no poder tener el proporcionalmente musculado cuerpo de Eloy para poder sobarle sin miedo; y siempre Eloy me respondía lo mismo: que lo suyo era más genética que trabajo, que si pudiera estaría encantado con mi cuerpo mas atlético que el suyo… Y sin embargo en las competiciones, en las pistas de baile o en las fiestas en las calas no era yo, con mi cuerpo atlético, el que atraía las miradas si no el Miguel Ángel al que el destino había “condenado” con su genética.

-Que va Eloy- la voz me tembló al decir su nombre- Tu estas tribueno…Yo soy del montón-

-Y aún así- sonrió- Tu eres el que me tienes comiendo de la palma de la mano y no al revés-

La seguridad de su voz contribuía a desorientar a mi mente, creyendo que era verdad lo que estaba pasando. Todo lo que Eloy hacía o decía destilaba una veracidad aplastante. Se separó de mi un par de pasos y con movimientos de cadera provocativos comenzó a quitarse el pantalón por un lado, su cadera de gladiador, estrecha en comparación con la amplitud de sus hombros, pronto quedó totalmente al aire dejando entrever el inició de una prometedora entrepierna. Eloy se mordió el labio inferior y me miro sonriendo así, esperaba que le siguiera el juego.

Le imité intentando ser igual de provocativo pero quedándome en el intento, aun así Eloy me contemplaba con una dulzura y una excitación que me dejaba claro que le parecía lo más sexy del mundo. Era fácil dejarse llevar por el sueño al fin y al cabo era lo que siempre había deseado más que nada en el planeta.

Cuando llegó el momento de bajarse el pantalón decidí subir la apuesta y quitármelos del todo, Eloy alzó el ceño sorprendido pero enseguida me igualó, haciendo que su vaporoso pantalón desapareciera por el borde del escenario. Durante unos segundos nos contemplamos el uno al otro desnudos, no había ningún misterio para los dos pero la oportunidad de oro que se me presentaba para estudiar con detenimiento la anatomía de mi amigo no fue desaprovechada, debí de ponerle tanto empeño que Eloy acabó regañándome.

-Esto no es un museo… Se puede tocar- se rió

Yo me acerque un par de pasos y Eloy los otros dos, esta vez fui yo el que le besé a él y me correspondió pegándome a su cuerpo. Nuestras pollas flácidas se acariciaron y los dos nos estremecimos cuando las sensibles zonas recibieron la caricia, sus labios eran un refugio que parecía no cansarme de visitar y su estilo al besar era lento y dulce pero con un trazo juguetón. Entonces Eloy comenzó a moverse de nuevo al compás de nuestro ritmo imaginario

Yo me dejé llevar, apoyándome en su hombro. Era tan relajante y cada célula de mi cuerpo deseaba tanto todo lo que estaba pasando que me parecía impensable separarme, ni si quiera para explorar ese cuerpo que había visto miles de veces salir chorreando del agua o entre los ríos de jabón y espuma de la ducha. Le besé el cuello

-No te me duermas ¿eh?-

Yo parpadeé sorprendido

-Ni de coña me dormiría-

Eloy se rió separándome de él

-Siéntate-

Antes de que pudiera preguntar donde Eloy ya me había empujado suavemente lejos de él, sorprendentemente caí en una mullida cama y cuando mire a mi alrededor desconcertado me di cuenta de que no estábamos en el escenario del teatro si no en la habitación de Eloy, exacta hasta en el último detalle. La ropa ordenada de forma monacal y pulcra, las novelas compartiendo las estanterías con los trofeos de natación, las fotos y los posters e incluso por la ventana se veía el nido de pájaros del árbol del parque que tenía al lado. Todo tan milimétricamente exacto que costaba creer que no era real

Y delante de mi Eloy desnudo moviéndose lentamente, empalmándose a escasos centímetros de mi cara y con los ojos ardiendo de deseo a duras penas controlado. Su baile se volvía más fluido a fin de que el bamboleo de su polla fuera seductor, me hipnotizaba como las flautas de los encantadores de serpientes hacían con las cobras. Era en todos los sentidos estándar, aunque quizá un poco más larga, recta sin torcerse y de grosor medio, y la piel bajaba dejando a la vista una piel rosácea apagada. Nunca le había visto empalmado pero por todo lo verás que parecía el sueño no me cabía duda de que así era en la vida real.

Se la cogí, era increíblemente tersa al tacto. Eloy se acercó más a mí, forzando levemente la entrada de mi boca. Yo la abrí y aloje su polla; ahora me tocaba a mí llevar el ritmo. Eloy había dejado de bailar y ahora suspiraba delante de mí mientras se la chupaba. Me esforcé al máximo poniendo en juego todos los escasos conocimientos que tenía en comparación a los que debía tener Eloy en que le hicieran mamadas.

No sé si estuve brillante o inspirado porque tenía poco con lo que compararme pero Eloy pronto comenzó a gemir por lo bajo y a pellizcarse los pezones y acariciarse el torso. Le estaba poniendo tantas ganas como si fuera el examen más importante de mi vida y al parecer estaba aprobando con nota

-Joder Guillem…Que bueno eres…Si…me encanta sigue-

Yo comencé a masajear sus muslos y a acariciarle las piernas y Eloy hundió una mano en mi pelo, no para llevar el ritmo, si no para acariciarme a la vez que se acariciaba él. Al parecer no era de los que marcaba el ritmo y eso en cierta forma no me extrañó. Su polla entraba en mi boca de forma lenta pero constante, era como lamer una piruleta y mis lametones eran profundos a fin de llegar a la parte más dulce del interior, mis labios ejercían una presión que iba en aumento conforme Eloy la sacaba de mi boca para acabar siempre con una especie de beso por oclusión en punta, algo que hacía que a Eloy las piernas le amenazaran con fallar.

-Dios Guillem no sé como consigues hacerlo siempre pero...- suspiró- Ya me voy a correr, cada vez te aguanto menos- se rió

Yo no dije nada, solo me aparte esperando que como los otros chicos con los que había estado o se animara a chupármela o (lo que solía suceder con más frecuencia) comenzara a masturbarse delante de mí como un mono. Pero Eloy se inclinó, haciéndome alzar el rostro y comenzó a tumbarme en la cama, yo me dejé hacer y cuando nuestras caras estuvieron a la misma altura comenzó a besarme. Su polla parecía estar a punto de reventar y de vez en cuando se la menaba pero parecía tener más interés en besarme.

Al tumbarme él lo hizo encima de mí, cubriéndome con su cuerpo, me colocó con las piernas estiradas y para mi sorpresa acomodó su polla entre mis muslos.

-Me encantan tus piernas Guillem ya sé que te lo digo muchas veces pero nunca me canso de decírtelo… Tienes los mejores muslos que he visto nunca-

Eloy comenzó a besarme y acto seguido empezó a moverse encima de mí, friccionando su polla contra mis muslos. Yo estaba alucinado pero el tener a Eloy encima de mí besándome, con su cuerpo tan pegado al mío, era un bálsamo para todas mis preocupaciones. Mi propia polla comenzó a rozarse contra el duro estomago de los dos y cuando la coloque totalmente en paralelo Eloy me brindó una paja de película con el fregadero que parecía tener por estómago, la excitación me estimuló mas rápido que el cuerpo de Eloy y pronto yo también amenacé con correrme. Eloy solo sonrió contra mis labios y siguió besándome mientras hacía más profundos los movimientos

Yo moví mis manos por los nudosos músculos de su espalda, desciendo por sus costados hasta sus glúteos modélicos. Los apreté con fuerza para hacer más contundente sus movimientos. Eloy colocó sus dos brazos flexionados a ambos lados de mi cabeza y con sus bíceps flexionados al máximo y mirándome directamente a los ojos siguió con los movimientos, con mi ayuda ambos gemíamos en la sístole y suspirábamos de placer en la diástole, era imposible imaginar mas placer y era imposible alguien con quien no quisiera compartirlo más

En los últimos momentos del baile que habíamos iniciado los dos ya gemíamos sin pudor y cuando nos corrimos ambos tensamos nuestros cuerpos al máximo. Mientras aún se convulsionaban nuestras pollas reclame la boca de Eloy agarrándole del cuello y él se ofreció gustoso a besarme. Cuando todo acabó los dos respirábamos agitadamente

-Te quiero con toda mi vida Guillem… Lo eres todo para mí-

Yo cerré los ojos mientras Eloy se tumbaba del todo encima de mí y escondía su cara en mi cuello para dejarme besos sueltos, hundí una mano en el pelo de su nuca.

-Te quiero Eloy-

Por un segundo los dos cerramos los ojos en la cama, a punto de dormirnos

Al segundo siguiente los abrí y solo estaba yo contemplando el techo de mi habitación de día

El corazón parecía a punto de salírseme del pecho, me senté sobre la cama. Ya debía ser por lo menos la hora de comer

Contemplé mi polla alzando la sabana y sonreí como un niño con un juguete nuevo, me la cogí mientras recordaba todos los detalles del sueño. Mi sonrisa se hizo más grande todavía, había sido el mejor sueño de mi vida.

Eloy

Me desperté de golpe y empapado en sudor. Me senté sobre la cama pensando que había sufrido una pesadilla, pero un segundo de reflexión me dejó claro que había tenido un sueño caliente…Muy caliente a juzgar por latidos de mi corazón en la cabeza

De hecho justo en este momento sentía unas ganas terribles de follar. Me pasé una mano por la cara para tranquilizarme, era incapaz de recordar el sueño, solo podía recordar la increíble lujuria que me había embriagado dentro de él… Una jodida pena no acordarme aunque quizá mejor, no quería que fuera otro sueño con Laura en donde la suplicaba que no me dejara y ella parecía no atender a razones.

Suspiré… ¿Y ahora quien me quitaba las ganas?

Entonces me di cuenta de que había otro cuerpo durmiendo a mi lado…Ostia si, Carlota. Se había despertado por mi brusca forma de incorporarme y ahora parpadeaba desconcertada… Quizá había soñado con ella, a lo mejor recordando la noche pasada. No era muy probable solo nos habíamos liado en el portal y luego la había llevado a mi casa para un par de 69, una cubana y un par de dedos. Me había negado cuando ella sacó un condón de su bolso de fiesta, pensando que era demasiado joven para eso y que sería un cabrón acostándome con ella la primera noche

Pero ahora tenía tantas ganas de follar… Y ella la verdad no estaba nada mal

-¿Qué pasa?- preguntó estirándose completamente desnuda sobre mi cama

-Pues que…- empecé mientras calmaba los latidos de mi corazón y me estiraba hacia mi mesilla de noche para coger el condón que había dejado ella allí-…creo que me he pensado mejor tu oferta-

Carlota tardó un segundo en reaccionar y luego alzó las cejas sorprendida. Minutos después ya estaba poniendo a prueba los muelles de mi cama con ella y un par de polvos después de nuevo me tumbe en la cama, con ella apoyada, agotada y encantada por todo lo vivido. Yo suspire tranquilo, ya se me habían ido las ganas de follar.

¿?¿?¿?

-¿Servirá?- me volvió a preguntar mi acompañante

Yo me encogí de hombros

-Tengo esperanzas en que sí, tiene el equilibrio perfecto de inestabilidad y potencial… No se consumirá tan rápido-

-¿Y si lo hace?-

Yo me giré para alejarme del enorme cristal que ocupaba el salón de mi palacio

-Morirá y volveremos a empezar… Pero esta vez vigílale de cerca, es el candidato más prometedor que tenemos y no quiero que se entrometan demasiado los Oneiroi -


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