Omar, mi asistente, mi chiquillo

Sin quererlo y aun contra mi voluntad me enamore de mi asistente y no descanse hasta hacerlo mío.

OMAR, MI ASISTENTE, MI CHIQUILLO

Sin quererlo y aun contra mi voluntad me enamore de mi asistente y no descanse hasta hacerlo mío.

Soy una persona madura, laboro en un importante centro de investigación privado en México, soy casado y siempre he sido feliz en mi matrimonio, nunca pensé que me atrajeran los hombres…………………………….. hasta que conocí a un lindo chico llamado Omar.

La historia empieza cuando recibí financiamiento para desarrollar un proyecto de investigación, y entre lo necesario para desarrollar ese proyecto estaba la contratación de un asistente. Así que concurrí a una Universidad a poner un aviso a jóvenes recién egresados de la escuela de veterinaria que se interesen en laborar como asistente de investigación.

Entreviste a varios jóvenes pasantes de veterinaria con ansias de iniciar su vida laboral, ninguna satisfacía mis necesidades de personal técnico, cuando entreviste a Omar, me dije, este chico es el que necesito, pues lo encontré afable, con una gran sonrisa, fácil de palabra, con ansias de trabajar, con ganas de labrar un futuro, con visión de futuro, con amplios conocimientos técnicos y además terriblemente atractivo……..el satisfacerla mis necesidades de un asistente y no imaginaba, en ese momento, que también satisfacerla otro tipo de necesidades.

Omar era alto, fuerte, delgado, moreno claro, con una sonrisa muy linda, de anchos hombros, fuertes brazos, de 22 años de edad, recién egresado de veterinaria, con barba de tres días, ojos negros y labios carnosos, que le daba un aire sensual.

Iniciamos las actividades del proyecto y a menudo salíamos a campo, por necesidades del trabajo comíamos juntos en la calle, algunas veces lo invite a comer a la casa, trabajábamos juntos en la oficina, e incluso nos tomamos alguna cerveza juntos, coincidimos en nuestra gran afición al béisbol y asistimos juntos a algunos partidos de ese deporte y como Omar jugaba béisbol, lo acompañe a sus partidos de béisbol, era buen jugador el chamaco, nos hicimos inseparables e incluso la gente bromeaba que parecía mi hijo de siempre andar juntos.

En lo laboral era un joven dedicado esforzado y siempre estaba dispuesto a colaborar.

Omar tenía una novia a quien quería mucho, misma que me presento como un amigo y su jefe inmediato. La chica me simpatizo de inmediato, aunque sentí raro, algo parecido a los celos al ver la manera tan cariñosa y amorosa con que Omar trataba a la chica, máxime al verlos darse un apasionado beso, por primera vez percibí que sentía por Omar algo mas amistad, aunque aun no me explicaba que era lo que sentía por el.

En los viajes largos que hacíamos, varias veces el se dormía y yo admiraba su apostura varonil, empecé a extrañarlo los fines de semana, extrañaba su voz, sus gestos, sus bromas y solo quería que fuera lunes de nuevo para tenerlo a mi lado.

Mi relación con mi esposa empezó a tener problemas pues en las noches soñaba con el y deseaba que en lugar de mi esposa fuera Omar quien estuviera a mi acostado a mi lado, cuando le hacía el amor a mi esposa deseaba que fuera el que me estuviera haciendo el amor a mi. La atracción que sentía hacía el era ya muy fuerte, que para bajarme el deseo de tenerlo me masturbaba con su nombre en mis labios y su figura en mi mente.

El tiempo trascurrió y con ello mi deseo por Omar aumentaba, solo que no me arriesgaba a comentarle nada por miedo al rechazo, al desprecio y a que se fuera de mi lado. Termine por separarme de mi esposa y empecé a vivir solo.

Creí que nunca me atrevería a decirle a Omar lo que sentía por el, sin embargo sucedió algo que haría que el destino cambiará su rumbo.

La casa de asistencia donde Omar vivía sería cerrada y el tendría que buscar un nuevo lugar para vivir.

Ante esto le propuse que mientras buscara donde vivir podría quedarse en mi casa cosa que a mi me emocionaba pues lo tendría de tiempo completo para mí.

Acudí con el a su antigua casa para recoger sus pertenencias y trasladarlo a mi casa. Así Omar se instalo en mi casa. El solo hecho de tenerlo junto a mí todo el día hacía que prácticamente anduviera todo el tiempo con la verga parada, cosa que cada vez me costaba mas trabajo disimular.

Le asigne su recámara, y le dije que al cabo sería provisional. El chico estaba fascinado y no paraba de agradecerme lo que hacía por el, decía que no hallaba como pagarme los favores, en mi interior pensaba en que yo si sabía como podía pagarme y la verga se me paraba de nuevo.

Sin hablar cada quien asumió su rol en la casa, Omar por sus juventud, el del hombre de la casa, es el que alzaba cosas pesadas, el que arreglaba lo que se echaba a perder, a mí me tocaba estar vigilando la limpieza de la casa, estar al pendiente de la comida, y de repente me di cuenta no solo no me disgustaba, sino que me gustaba. Mi rol era ser la mujer de la casa.

El tener a Omar de tiempo completo conmigo me hacía desearlo intensamente. Máxime cuando no se si sin querer el niño se levantaba la camiseta dejando ver su torso juvenil bien formado con una hilera de vellos que le corrían del pecho al ombligo y se perdían entre su ropa interior, esa escena se me hacía tremendamente sensual y me hacía arder en deseo de recorrer ese caminito con mis labios hasta llegar a su órgano viril y perderme entre su entrepierna.

En ocasiones que retornamos del campo yo venia manejando y Omar se dormía en el asiento del copiloto, y podía admirar su hermoso cuerpo, acercarme a el para aspirar su aroma a macho, su aroma juvenil, ver como su verga se delineaba a través de la ropa, adivinándose de un buen tamaño, casi besar su rostro con barba y bigote de tres días que le daban un aíre tremendamente atractivo. Tenía que contenerme para no agarrarlo a besos, apretarle y acariciarle la verga a través de la ropa. El chamaco era un bombón y estaba seguro que algún día ese bombón sería mío. Un día que retornamos a la ciudad después de tomarnos unas cervezas, Omar se bajo a orinar y yo también, me acomode de modo que pidiera verlo orinar y ¡! Lo vi. ¡! Lo vi orinar su verga era hermosa, morena claro como el resto de su cuerpo, después de orinar se sacudió la verga, le dio un estirón y vi que era grande en estado fláccido y me imagine como era en estado de erección, y con esos pensamientos yo tuve una erección.

En una ocasión creyendo que se encontraba solo en la casa salió del baño desnudo y por vez primera pude admirar su desnudez, su cuerpo elástico y musculoso, el perfecto triángulo que formaba su vello púbico y su verga, ¡oh! Esa verga tan deseada por mi, en reposo se me hacía enorme, calcule que medía en reposo cerca de 13 cm, gorda y unos enormes huevos, también llenos de pelos, la escena era tremendamente excitante para mi, pues el chico me atraía demasiado, trato de cubrirse pero no hayo nada cerca así que yo pude echarme un taco de ojo, - perdón - me dijo- creí que no estabas – no hay bronca le conteste – estás bastantito dotado, ehhh– le dije en tono de broma, pero en serio, disfrutando esa erótica escena – esa imagen de Omar me calentó tanto que subí a mi recámara a masturbarme con su nombre en mis labios e imaginándome esa verga bien parada en mi boca y penetrando mi culito.

Tener a Omar prácticamente las 24 horas a mi lado se convirtió en calvario y placer por un lado disfrutaba al máximo su compañía, sus bromas, fue tanta nuestra confianza que el hacia bromas de mi edad y yo le llamaba mi chiquillo, si Omar a sus 22 años era mi adorado chiquillo, sin embargo también era un sufrimiento tenerlo a mi lado siempre, prácticamente al alcance de mi mano con solo estirar la mano podía tocarlo, acariciarlo, tocar su sexo, si embargo nunca lo hice, lo quería tanto que temía que se fuera de mi lado, que me despreciara, siempre lo tenía a mi lado tan cerca que podía aspirar su aroma corporal juvenil, su aroma me excitaba tanto que incluso se me paraba la verga y me salía liquido preeyaculatorio al tenerlo a mi lado, al tener confianza con el podía tocarlo, tomarlo de los hombros, del brazo e incluso una vez enfermo, y yo lo cuide y le tocaba para tomar su temperatura corporal, el no se imaginaba el deseo que despertaba en mi, varias veces me dijo que veía en mi a su padre, incluso mucha gente que nos veía juntos, y no nos conocía, creía que Omar era mi hijo.

Todas las noches soñaba con el, las 24 horas lo tenia en mi mente, al despertar después de soñar con el tenia que masturbarme para descargar mi deseo por mi chiquillo y no tocarlo y acariciarlo o agarrarlo a besos. Ese chiquillo tenía que ser mío y empecé a pensar la forma de tenerlo sin que el impacto para el fuera tan severo, al saber que su amigo, su jefe, su maestro, casi su padre estuviera enamorado de el y lo deseaba como macho, como hombre.

Omar con su mujer-novia saciaba sus apetitos sexuales y ya en confianza me platicaba de sus cosas con ella, me platicaba cuando y como se la cogía, los días que iba a casa de ella incluso yo le lleve varias veces a su casa, donde solía dormir en ocasiones y al otro día me platicaba que se la cogía bien rico, yo me moría de celos y quería decirle que me cogiera a mi, que el era mío, que lo deseaba, que era mi chiquillo precioso y que deseaba su verga para mi.

En una ocasión Omar y yo nos fuimos de parranda, nos tomamos unas cervezas, el se paso de copas y al regresar e casa en la camioneta de repente se le vinieron los recuerdos de su familia y de su infancia llena de carencias llegaron a el y ya en la borrachera empezó a llorar, recordando sus aprietos para terminar su carrera, yo lo tome de los hombros lo abrace, y consolándolo lo acaricie, pegue sus rostro al mío y entre palabras de consuelo, aspire su aroma a macho, en seguida sentí una erección, y susurrándole - llore mi chiquillo, desahoguese, llora mi amor, mi chiquillo- acerque mis labios a sus oídos y le dije - te quiero-, lo apreté a mi cuerpo, le acaricie el rostro, sentí su barba de tres días, acaricie su fuertes brazos y deslice mi mano, sobándole, su pierna, lentamente hasta llegar a su entrepierna, hasta llegar a sus huevos ¡! Era la primera ocasión que tocaba sus partes intimas ¡!!, el seguía sollozando, mientras yo pude apretarle los huevos, hasta acariciar sus pene fláccido, al tocar su miembro, sentí un descarga eléctrica y mi pene se irguió, ¡!! Le di un apretón a su miembro, mi chiquillo, seguía sollozando y yo consolándolo, mientras mis manos acariciaban sus brazos y su miembro. Solo lo tente un momento más y luego yo le deje, temía que el se diera cuenta de mis intenciones, temía perder sus amistad, y su cariño. Luego seguí hablándole al oído diciéndole palabras de consuelo, hasta que dejo de llorar. Entonce se retiro de mis brazos y seguimos el viaje. El borracho se quedo dormido. Fue rico poder tenerlo en mis brazos y sentir su aroma de chiquillo y de macho. Mi calentura era demasiado que algo tenia que hacer y…………….. lo hice…………………….

Continuarᅅ……….

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