Olvidarte
Los amores no se olvidan, tan solo trascienden muy lentamente hasta guardarse permanentemente en la memoria del corazón, el dolor que ha sido eliminado a veces parcialmente, nos ayuda siempre a superar esos obstáculos que, nos hacen siempre ser mejores personas.
Tener que soportar la idea de perderte me hace aún más difícil el poder seguirte respirando, pues tu aroma de exquisita naturaleza nunca más la podré sentir tan cerca, entrando tan lenta y suavemente en mi vida, como ya hace largos 10 años.
El deshacer y volver a recomenzar mi vida después de haber vivido contigo toda una eternidad me es más que difícil. Me sería más sencillo contar todas las estrellas que juntas admiramos cada noche desde nuestro cielo dónde el crepúsculo parecía ser siempre el mismo pintado por nuestras manos, como si aquella escena mágica nunca desapareciera.
Me será difícil olvidarte tras haber visto y tocado cada parte de tu cuerpo con tanta alevosía y con el mismo nerviosismo como la primera vez. Ya no bajaran mis manos descontroladas bajo la fina tela de tu vestido, no, ahora se mecerán suavemente disfrutando cada cinta, cada pliegue con cada fina hebra de encaje hasta encontrar tu piel tibia y provocativa que seguramente ya no hallaré jamás. Ahora mis besos ya no correrán fugaces con la marca de fuego en mis labios, no, ahora serán serenos y delicados que pronunciarán tu nombre en medio de la obscuridad para encontrarse nuevamente con aquel silencio amargo de la soledad.
Dime qué debo hacer. ¿Que debo encontrar bajo el polvo de tus recuerdos mancillados en mi memoria? Hallaré la soledad en todas sus formas y colores, bajo el amparo de la esperanza de que quizá algún día regresarás, pero dime ¿dónde queda la promesa de que todo amor regresa? No sé si todavía debo aguardar después de esto o lo más conveniente sea mudarme de ropas, de calzas, incluso hasta de piel y salir al encuentro de una vida nueva.
Que no me olviden las oportunidades que pasan vestidas de gala por las avenidas de la vieja ciudad que tan bien conozco. Que por pasar resguardada bajo el manto de la miseria no me olviden las viejas aventuras que, aunque son muy viejas bien podrían ser parte todavía de mi colección de tesoros. Que no pasé desapercibida la dicha y la esperanza de una vida que quizá tal vez podría volver a comenzar. Porque después de todo ¿qué soy yo?, si no sólo un ser que busca una oportunidad después de haber perdido más de la mitad de todo lo que una vez fue.
Solo busco ampararme bajo el techo de la decidía después de todo lo sucedido, solo busco refugiar mi alma dolida después de la guerra perdida. Busco no un nuevo amor, si no la oportunidad de amar, porque sé que puedo dar todavía mucho más y sé que llegará el día en que mi nuevo amor no merezca ser llamado el primero yo lo atesoraré siempre como si lo fuera, aunque el tuyo se vea ya abrigado bajo el polvo de mis recuerdos.