Olvidando los prejuicios y aprendiendo a... 2

Continuan las aventuras de Sonia y Javier, donde viven nuevas y excitantes experiencias.

OLVIDANDO LOS PREJUICIOS Y APRENDIENDO A DISFRUTAR (II)

Después de la extraña y excitante experiencia vivida Javier y Sonia fueron conducidos por sus anfitriones a una gran sala en la que había un gran jacuzzi burbujeante de aromatizada agua templada donde se sumergieron descansando de su encuentro con los animales, aun sus cuerpos sentían las ardientes penetraciones a las que los perros les habían sometido y de ellos se filtraba semen de los mismos que escurrían por sus piernas.

El baño les relajó totalmente a la vez que les limpió de los restos que salían y sentían como se escapaban de ellos, el cosquilleo que les producía unido al ambiente les hizo excitarse parecía mentira que hubiera ocurrido el anterior encuentro, era el comienzo, ¿pero? que nuevas experiencias se iban a encontrar, de lo que estaban seguros es que "todo" les parecería ya mas normal, fuera lo que fuera.

Sonia estaba preciosa, el agua le había hecho enrojecer su cuerpo, los preciosos y magníficos pechos flotaban en la superficie de la piscina apuntando con los hinchados pezones hacia el frente como pidiendo atención. Todavía no había hecho el amor y desde que se conocieron ese fue su mayor anhelo, sus ojos se encontraron y sus labios se acercaron, Javier la beso tiernamente bajando a continuación sus labios por el cuello hasta los pezones que esperaban ansiosos la caricias, parecía imposible que pudieran crecer, pero la verdad es que cada vez eran mayores, las manos de Sonia no se quedaron quietas y bajando por el pecho de Javier deslizó los dedos hasta el pene que poco a poco empezó nuevamente a despertar con las caricias, sintiendo curiosidad, uno dedo se introdujo en su interior, al instante el pene creció en su mano, mientras Javier había bajado la mano y acariciaba la vagina de Sonia deslizándose desde el clítoris hasta el ano, masajeando y entrando dentro de su intimidad, ambas eran calidas y acogedoras, por fin iban a poder disfrutar de ellos mismos como habían soñado tantas veces, Javier le pidió que se pusiera en el borde de jacuzzi y que abriera las piernas, su vagina era preciosa, parecía una bella flor sonrosada con los estambres madurados e hinchados listos para polinizar cualquier otra flor, era preciosa, sus labios vaginales se abrían demandando atención, Javier les atendió acercando la lengua a la entrada y titilando el clítoris, al instante una descarga eléctrica recorrió todo el cuerpo de Sonia, de su vulva destilaba el néctar que manaba de sus entrañas, él se aprestó para libar de esa bella flor, el sabor de su intimidad era delicioso, la lengua entraba en ella y bajaba desde este lugar hasta el anillo del ano que se abría y cerraba al contacto con la misma.

Después de unos minutos de caricias el cuerpo de Sonia se convulsionó en un fuerte orgasmo que le recorrió todo el cuerpo, estaba preciosa con todo el cuerpo vibrando de placer. Javier que también estaba excitado se introdujo en ella, la suavidad con que le recibió era alucinante la lubrificación de la vagina y la suavidad de la misma hacían que el aguante de Javier sufriera severamente al sentir el candor del abrazo, suavemente se deslizó una y otra vez dentro de ella, no queriendo llegar todavía, le hizo darse la vuelta y arrodillándose detrás de ella le lamió el rosado anillo del ano, su cara expresaba placer , a la vez un dedo se introducía en ella, poco a poco introdujo dos dedos y posteriormente fue su pene el que se abrió camino en su interior, el anillo del ano le presionaba y cada envite era un sensación maravillosa, ambos se buscaban y se separaban una y otra vez disfrutando de tan deseado momento, sus bocas se encontraron y las manos de Javier amasaron los bellos pecho y apretaron los enhiestos pezones que hicieron subir la temperatura del encuentro hasta cimas placenteras del orgasmo que se desató en ambos notando Sonia como el calido semen de Javier la llenaba, una y otra vez sentía las sacudidas que le daba y una y otra vez el orgasmo la arrastraba como un torbellino.

Después de este encuentro y de volverse a meter en el jacuzzi, se dieron una jabonosa ducha acariciándose mutuamente.

Posteriormente les asignaron una gran habitación donde en el centro una gran cama les esperaba, les aconsejaron que descansaran unas horas, pues después de la cena tendría lugar una pequeña fiesta de homenaje por parte de los anfitriones a sus invitados.

Despertaron frescos y despejados sobre las nueve de la noche, hambrientos, después de degustar una ligera cena, se acercaron a un gran salón donde les esperaban los demás invitados, en total había doce personas repartidas por la estancia charlado y tomando copas, Raúl y Laura, sus anfitriones, les fueron presentando uno a uno, había siete chicas y cinco chicos ambos de edades entre veinticinco y cincuenta años, todos parecían amables y distendidos, en apariencia muy agradables. Después de las presentaciones y de charlar un rato con cada uno de ellos, Laura comentó que podía empezar la diversión.

Como por arte de magia aparecieron sus cuatro amigos de la mañana, que directamente fueron a saludarles arrimando los hocicos, moviendo el rabo y lamiéndoles las manos y piernas, ellos se agacharon para acariciarlos.

Los animales fueron saludando uno a uno a todos los invitados oliéndoles en la entrepierna, al acabar la ronda, a los tres machos les había aparecido una punta roja en su penes, los tres se volvieron hacia la hembra e intentaron montarla, al instante se produjo un altercado en el que el macho dominante dejo una vez más prevalecer su potencia desplazando al pastor alemán y al otro labrador, la perra una vez concluida la disputa se dejó enlazar por el labrador dominante que después de lamerle la vulva, la montó insertándose en ella de un fuerte golpe, la perra se quedó al instante parada con la lengua fuera gozando de las idas y venidas que le estaba proporcionando su dueño, le había enterrado de golpe todo el pene, la bola empezó a aparecer y después de unos minutos de entrar y salir la embistió si cabe con más fuerza insertándosela de golpe, al momento la perra empezó un débil quejido de placer al sentir como se hinchaba en su interior, se estaba corriendo, después de unos minutos pasó una pata por encima de ella quedándose pagados culo con culo durante diez minutos.

Mientras tanto el pastor alemán no se había quedado inactivo, acercándose al otro labrador le estaba sodomizando con fuertes golpes, éste, se dejaba hacer y su pene colgaba en toda su longitud bajo su vientre, lo estaba disfrutando el muy cabrocente.

La imagen de los animales copulando no dejo inertes a los invitados, en un abrir y cerrar de ojos todos se habían desnudado y empezaban a formar parejas de lo mas variopinto, había dos chicas besándose y metiéndose mano descaradamente, uno se había arrodillado tras otra chica y le lamía el ojete, a su vez otro se había puesto tras él y le estaba abriendo el esfínter y empezaba a empujar para sodomizarlo, Raúl se acercó al labrador que estaba siendo sodomizado y agachándose entre sus patas, le empezó a chupar el pene del que salía continuamente líquido que se estaba tragando con gran placer, tenía un gran pene rojo de unos 25 cm. que a Raúl le costaba meter en su boca en toda su longitud, el perro le miraba agradecido y en el momento que el pastor alemán acabó dentro de él, él le llenó la garganta a Raúl bebiéndose éste todo lo que pudo escurriéndole el resto por las mejillas.

Laura por su parte estaba chupándole los pechos a una morena de cuerpo escultural mientras ésta le metía dos dedos en la vagina a Laura, acariciando con otro de ellos el clítoris que se veía hinchado en la parte superior de la vagina.

Todos estaban encima de todos, las parejas se sucedían formando todas las imágenes posibles.

Laura se acercó a Javier y le tocó la mejilla. Quédate quieto le dijo. Tenía los ojos fijos en él, sabía que podía confiar en ella, apoyándole los brazos en sus hombros hasta que volvió a besarle, poco a poco supo que aquello iba a ser diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado. Aquella mujer era poesía, ella empezó a desvestirle, le desabrochó la camisa y se la quitó, tenía buen cuerpo, ella retrocedió y le contempló, se puso a acariciarle los hombros, el pecho, la espalda, el estómago, el pubis, los glúteos, suave y amorosamente. Él extendió una mano para tocarla.

Ella se arrodilló ante él y le desató los zapatos. Levantando cada pie pasó los labios por los pies metiendo la lengua entre cada uno de ellos, se metió en la boca y chupó con deleite los pulgares, bajó la cremallera y deslizó los pantalones y calzoncillos hacia el suelo, ya estaba desnudo, ella se encargó de coger el pene y sobándole suavemente se lo llevó a los calidos labios, su lengua era tan dulce que pensó que iba a morirse de la excitación, ella le chupó cada centímetro de piel y absorbiendo el prepucio lo tragó con glotonería, acariciando los testículos e introduciendo un dedo en el agujero trasero masajeando lentamente, la excitación de Javier era muy grande y que pronto se vaciaría en ella, intensifico la caricia e introdujo un segundo dedo dentro de él, ya no pudo más y la tensión se transformó en un potente orgasmo que le inundo la boca de semen caliente, grandes sacudidas le llegaron hasta la garganta y degustando lo fue tragando poco a poco.

El quiso devolverle el favor y sus labios la besaron por todas partes, empezó a volverla loca, le chupó los pezones que cada vez, aumentaban de tamaño, los dedos jugaban con la suave humedad de su entrepierna y, arrodillándose ante ella, separándole los labios posó su boca en su hambrienta vagina que destilaba esencia femenina que la recorrían los muslos, después de introducir un dedo en su intimidad y otros en el ano, se centró en el clítoris absorbió, mordió y chupó hasta que una fuerte corriente descarga la recorrió desde el cerebro hasta su sexo, derramándose en la boca de Javier. Mientras a su espalda la joven morena que había estado con Laura le lamía el anillo del ano, metiendo un dedo dentro de él, un instante después sintió que algo grande, largo y caliente se habría paso en su esfínter, no era un dedo, miró hacia atrás y vio que la morena lo estaba sodomizando, era un travestido con un cuerpo de mujer precioso, el placer volvió a él y dejándola hacer y disfrutando esperó hasta que ella se descargó dentro de él dando una fuerte nalgada y notando como el semen caliente le llenaba los intestinos. Posteriormente, Lidia como se llamaba el travestido, sacándola del ano de Javier se la puso en los labios para que probara el sabor de su semen, él tímidamente la tomo con sus labios y la degustó unos instantes.

Después permanecieron abrazados unos instantes.

Sonia mientras tanto, miró al perro que fue sodomizado, vio su gran miembro lo quería dentro de ella se colocó a cuatro patas con su precioso culito para arriba, su vagina destilaba litros de néctar, los brillantes jugos se deslizaban por sus piernas, ayudó al perro a entrar dentro de ella, este impaciente y con un ágil movimiento subió encima de ella, en el acto puso la punta dentro, y rápidamente se metió en el interior de la vagina. Era muy grande, y estaba caliente, el perro comenzó a follarla lo más rápido que podía, entraba y salida empujando como un amante deseoso de satisfacerse, a cada embestida, Sonia aumentaba su placer, gemía sintiendo ese gran pene dentro de ella, éste cada vez era mayor, la llenaba en su totalidad, nunca había sentido esa sensación, animada por el acto, instintivamente su cuerpo buscaba una y otra vez cada embestida empujando su bello trasero hacia el encuentro. El perro le lamía la espalda, la saliva goteaba por ella, era caliente, el animal le agradecía su complacencia y suavemente la abrazaba los costados mientras se clavaba profundamente una y otra vez en ella, a ella no parecía importarle, estaba embriagada por la pasión, no podía creer que estuviera siendo otra vez follada por un perro, se notaba llena y sentía como entraba y salía con fuerza el miembro del animal.

El perro le daba fuerte, seguía follándola, sin parar, dentro fuera, una y otra vez.

Aguantaba con placer las embestidas, llegó un momento en el que estaba empezando a crecer su miembro dentro de ella, la bola del miembro del perro que la tenía pillada, disfrutaba con el follado, su cara expresaba placer, el perro estaba moviendo la bola dentro de la vagina penetraba a mi Sonia, empezó a gemir cada vez más, estaba a punto de correrse, gimiendo también de placer, de pronto, soltó un gemido de placer, había recibido el primer chorro del semen caliente en su vagina, el perro se corría dentro de ella, a ella le gustaba ese semen caliente dentro. Después de unos quince minutos de quedar pegados, la bola se deshinchó y el perro pudo salir de ella, gran cantidad de semen de perro salió de su coño, corriendo por sus piernas, las cuales quedaron bañadas de la leche

Sonia vio al labrador dominante, acercándose a él, lo primero que hizo el animal fue acercarse a su vagina a olfatear los flujos, le acarició el lomo y acercó su mano a esa tremenda verga, nunca había tenido tan cerca una cosa tan grande como esa y mientras lo pajeaba seguía creciendo, parecía no parar nunca, se puso de cuatro patas y el la monto era un experto, me la metió en un abrir y cerrar de ojos. Era una maquina para el placer lo hacia con una velocidad impresionante, métemela toda quiero que me folles toda da la noche él no paraba de bombear sobre su vagina con su enorme verga en un momento sentía que la partían por la mitad le metió su enorme bola en el momento de eyacular, que placer que le estaba dando, ella estaba gritando de placer, al rato el perro se dio media vuelta y levanto una pata quedando culo con culo, ella aunque había tenido varios orgasmos sabía que todavía le quedaban unos minutos de disfrutar por lo que se acariciaba el clítoris teniendo nuevos orgasmos, después de un buen rato, con un sonido parecido al descorchar una botella de cava, la bola salió el vació quedó en ella, la vagina estaba completamente dilatada y de ella salían litros de liquido blanquecino que bajaron por las piernas.

Javier que estaba viendo todo esto deseó ser penetrado por uno de los animales. ¿Se atrevería a probar el sabor del semen? ¿Cómo se sentiría al ser sodomizado por uno de aquellos miembros?

Esto será, si os interesa en un próximo relato.

Espero que el relato haya sido de vuestro agrado, si me animáis, seguiré narrando las historias de Javier y Sonia y lo que ocurrió en los sucesivos días en el cortijo sevillano, se quedaron en la fiesta con los demás invitados.

Todavía ocurrieron muchas mas cosas interesantes que contar.

Si estáis interesados/as en este apasionante tema, os gusta y/o lo practicáis y queréis compartirlo podéis contactar conmigo en mi correo electrónico: javier1858@hotmail.com