Olvidando 2
Pasan los años y la infidelidad de Karen queda en el olvido, Paulina aparece así como inicia la ardua tarea de hacerla su novia.
Los años pasaron, tuve algunas novias más o menos formales en el transcurso de los años, hasta que me topé con quien sería mi esposa, Paulina. Era una chica adinerada aunque no digamos que millonaria, vivía sola en la villa universitaria pues sus padres pudieron costear que no tenga que compartir gastos con nadie, yo en cambio vivía en una hostal con al menos 20 estudiantes de diferentes carreras con quienes que compartíamos la villa, la cocina, los baños e incluso el cuarto para dormir. Esto lo digo pues en mi dependencia resultaba completamente inútil tratar de llevar chicas, ya que la falta de intimidad resultaba evidente.
Pero también nos dábamos nuestras escapadas, por lo que en una de esas fiestas organizadas conocí a Paulina, desde que la vi me encantó su sencillez y manera de ver la vida sin complicaciones, claro que con el dinero pocas preocupaciones tenía. Al fin de cuentas creo que la química nació pronto entre nosotros puesto que el fin de la noche nos había pillado charlando amenamente en un rincón con una copa de ginebra ella y un vaso de jugo yo, ya que había abandonado completamente cualquier ingesta de alcohol y drogas.
Con Paulina conocí a un grupo enorme de personas, que entre amigos y compañeros de ella formaban una corte de gente que quería mucho a Paulina, ya que a más de ser una persona muy encantadora, siempre se preocupó mucho de todos sus amigos, lo que la hizo muy querida entre ellos. Entre tantos amigos, conocí a su mejor amiga y ex cuñada Natalia, una chica preciosa y muy extrovertida, que rompía el corazón de un chico cada mes y que jamás se la veía lo más mínimo de preocupación al respecto, todo lo contrario a como Paulina era. A mi Natalia me pareció todo lo mundana que puede ser una chica, pero entre su juventud y belleza, tal vez era posible perdonar todos estos defectos.
Después de conocernos, salimos en plan de amigos al menos durante 6 meses, ya que cualquier avance que quería plantear con ella resultaba en un frenazo terrible de su parte, aunque claramente congeniábamos mucho y había mucha química entre nosotros. Más creo que por insistencia de Natalia y mi buena estrella, Paulina llegó a aceptarme como novio, aunque realmente no tenía muchas expectativas de poder continuar con ella ya que era de un estrato social muy diferente al mío.
Lo siento Felipe... - me contestó finalmente, tras mucha insistencia de mi parte - no me siento aún segura de volver a una relación, Gustavo mi antiguo novio prometió volver pronto y no quisiera estropear alguna posibilidad de reconciliarnos... Eres un chico muy bueno y no quiero crearte falsas expectativas...
Pero ya es un año desde cuando terminaron - contesté ya que algo suponía, puesto que alguna de sus amigas también le había dicho que lo olvide - seguro él ya estará ennoviado con alguna otra chica, deberías olvidarlo y dejarlo ir...
No puedo, yo aún que estoy enamorada de él y si aún tengo una posibilidad, pues la conservaré, es posible que vuelva y podamos regresar juntos...
Vamos dame una oportunidad Pauli... - el rogaba yo, mientras ella se mantenía firme en su decisión - Verás que vas a olvidarlo entre mis brazos...
No, no puedo... tal vez después... Tengo que reponerme... No lo se... pero no todavía...
Tras aquella confesión, muchas de nuestras conversaciones terminaron así, ya que tanto yo la buscaba como ella me rechazaba. Eso creo me encaprichó aún más y no deje pasar el agua y me buscaba otra chica más asequible. Más todo eso cambió de manera repentina, cuando una tarde de en una de las tantas invitaciones que le hacía al cine, ella tomo mi brazo y entramos juntos así al salón, en medio de la película y sin mediar palabra, su rostro se acercó al mío y me besó...
Nos besamos durante el resto de la función y salimos abrazados del cine, a partir de ahí mi vida con Paulina fue un completo idilio; al menos un mes más tarde y tras una pequeña cena en su departamento por fin pude tenerla en mis brazos. Unas cuantas copas de vino y muchos halagos me permitieron por primera vez contemplar su cuerpo desnudo y poder sentir el calor de sus muslos enlazándose a mi cadera.
Era una tarde en la que entre nada que hacer nos encontró la noche con varias botellas de vino abiertas y sin tapujos hablando de la vida, el amor y por su puesto el sexo.
... en serio Felipe, yo no he tenido tanta experiencia como tú crees. - refutaba mis argumentos de que ella con lo preciosa que era y el cuerpazo que se manejaba debía haber pasado por la cama de cuantos novios había tenido y si no era así que seguramente era porque sus ex novios eran unos idiotas o unos maricas.
Pues como creerte niña, si en realidad a cualquier hombre se le caería la baba solo con sentirte cerca, ningún tipo podría aguantar ser tu novio sin al menos intentar llevarte a la cama, yo por ejemplo estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano para tolerarlo... jaja
Tonto... pues para tu información apenas y he tenido dos novios verdaderamente formales, claro está que no es que haya perdido el tiempo, pero realmente solo uno fue con quien más me he compenetrado y de quien estuve enamorada tanto tiempo... Junto a él perdí mi virginidad ya hace algún tiempo, pero bueno de eso no pienso decirte nada más, así que no seas curioso... jajaja.
El tan nombrado Gustavo ¿verdad? - pregunte retóricamente ya que sabía muy bien la historia, dando un signo de fastidio con su ex, que aunque no conocía pues algo sentía de rechazo – Así que él fue el afortunado...
Si, con el mismo... pero bueno él se fue y ahora estoy contigo - me dijo como para quitar de mí esos pensamientos de celos, mientras se acercaba y me besaba intensamente - y no tengas celos, él ahora es parte de mi pasado y mi presente ahora es que estamos juntos.
Si pero como no estar celoso si él ha logrado estar más cerca de ti de lo que yo he conseguido hasta ahora... - dije poniendo mi cara de chico con mala suerte, que obviamente nada tenía que sentir al poder ahora estar de novio con aquella bella chica-
Pues puede ser que desde hoy no puedan quedar empate... - me dijo mientras se acercaba aún más a mi cuerpo y me dejaba sentir toda su figura aunque sea a través de la ropa que llevaba. -
Tal vez así ya no sienta celos... -susurré mientras acariciaba con una mano sus piernas desnudas hasta el límite de su falda.
No dijimos nada más y nos fuimos entregando al placer que entre dos cuerpos es posible sentir. Pronto estuvimos sentados en la alfombra de su casa desnudándonos a media luz, poco a poco aunque con gran expectativa nos quitamos la ropa hasta quedar apenas con nuestras prendas interiores. Paulina con un conjunto verde de encaje muy sensual me esperaba recostada en la alfombra mientras ya sin más que mi bóxer enfilaba mis manos a cubrir todo su cuerpo.
¿Que te pasó aqui?... - preguntó apuntando sus manos a una cicatriz justo abajo de mi costilla, de por lo menos un par de centímetros, que con el tiempo denotaba una herida profunda-
Una herida de guerra... de cuando me enlisté en la legión extranjera... - contesté bromeando y tratando de seguir en mi juego-
Bobo... en serio... donde te la hiciste?
En un accidente de bicicleta... me caí y una lata me cortó justo donde está tu dedo...
Pobrecito... - dijo mientras que inmediatamente me besaba aquella zona -
Y por aquí tengo otra... dije yo inmediatamente.
Uy... que mal te ha tratado la vida... -dijo Paulina mientras hacía nuevamente ese amague de consolarme.
Y por aquí tengo la más terrible... -dije mientras retiraba mi bóxer y le mostraba mi verga ya con líquidos preseminales chorreándola.
Paulina ya no dijo nada y únicamente bajó su cabeza hasta mi entrepierna y de un solo bocado comenzó a chuparme de manera delicada aunque con toda la pasión del mundo. Centímetro a centímetro, Paulina fue devorándome hasta que noto como mi cuerpo ya estaba llegando a un punto de no retorno, entonces se separó de mí y me hizo recostar en la alfombra para con un par de movimientos sentarse a horcajadas sobre mí y de esta manera poder ensartarse por sí misma de manera más fácil.
Aaaah - apenas pude gemir, mientras podía ver y sentir el precioso cuerpo de mi novia siendo mío por primera vez- me vas a matar del placer...
Mi novia no me contestó, más me besó mientras continuaba rítmicamente el movimiento de cadera que me estaba haciendo perder el juicio. Unos minutos después cambiamos de posición y ahora fui yo quien se quedó sobre ella, que separando sus piernas y enroscándolas en mi cadera me permitieron sentir lo fuertes y suaves que eran sus muslos el momento que me habría su sexo y su alma.
No duramos mucho más que unos minutos más, cuando un fuerte orgasmo de parte de Paulina me hizo perder toda la concentración que tenía y me dejé llevar al igual que ella hasta el orgasmo casi simultáneamente. No nos movimos de como estábamos, apenas recuperábamos aliento mirándonos uno al otro cuando, una nueva erección venía a sustituir a la que habíamos reventado hace unos minutos...
Mmmm... que tenemos por aquí... - dijo mi novia mientras sentía nuevamente crecer mi verga dentro de su sexo - creo que aún tienes fuerzas...
y muchas ganas de ti... - contesté iniciando nuevamente los embestidas -
Pues no pares... dame todo... hazme tuya...
Y no paramos, durante la noche y la madrugada siguiente estuvimos follando como conejos hasta que el cansancio y el sueño nos invadieron. Al día siguiente al despertarme al medio día y poder escucharla en la cocina de su departamento mientras preparaba algún fiambre para comer, supe que era la mujer con quien quería compartir toda mi vida.
Dos años más tarde y en el mejor restaurante que mi aún pobre presupuesto podía pagar, le propuse matrimonio y ella para alegría mía entre emoción y júbilo aceptó, sellando este compromiso con un beso que aunque después tuve que vivir por ella horas amargas y sinsabores, esa tarde nunca la he podido olvidar.