Olvidando 10
Paulina aún tiene cuentas que saldar y mucho más Gustavo, pero todo tiene un principio y este será como todo empiece.
Sus palabras llenaban mi mente, pero mi corazón aun mandaba en la parca relación que manteníamos con Paulina. Aun la amaba, aunque ella se había olvidado de mí, pero como siempre en el corazón no se manda.
Karen de su parte percibió mi duda e hizo una jugada magistral, comenzó a succionar mi verga maravillosamente, hasta que la tuvo cercana al orgasmo. Mientras por otra parte Juan se había inmerso entre las carnes húmedas y tiernas de mi ex, lamiendo con ansia tanto su concha como su culo, estaba calentándola, preparándola.
Pronto llegaría el momento en que la penetraría, claro está siempre que yo no le indique lo contrario. Ese era el trato, la había engatusado hasta hacerle suponer que estaba atendiendo a su primer cliente y cuando todo estuviera armado sería yo quien la folle, pero no contaba con Karen y su intención de hacerme olvidar a mi ex.
Karen había iniciado nuevamente una profunda y húmeda mamada, con la cual buscaba retenerme y hacerme presenciar como Juan iba a follarse a Paulina, yo de mi parte tenía otro plan; pero sus palabras me hicieron reflexionar en mi mente más que su lengua en mi verga, así que finalmente decidí.
Tomé a Karen de sus cabellos y la alcé hasta que sus ojos se quedaron mirando a los míos, pronto pude ver como pensaba que había perdido su chance y que la dejaría para ir a follarme a Paulina, pero para su sorpresa lo que hice fue voltearla contra la mesa que estaba al costado de la habitación y levantar su vestido hasta descubrir su sexo húmedo y expectante.
Al fin tomé una decisión, debía dejar ir a Paulina, y esa era una forma de bajarla del pedestal en la que yo siempre la había tenido y ponerla en el sitio que siempre había merecido. El de una puta que al final se entrega por dinero a cualquier fulano.
Cuando enfilé mi verga justo a la entrada de la concha de Karen, Juan ya se había colocado un condón y me hacía la señal de que estaba a punto de follarse a Paulina, por lo que si quería actuar ese era el momento; pero de mi parte no hice más que hundir mi verga en la jugosa concha Karen, mientras veía por la pantalla como Paulina era penetrada por Juan que ya después de esperar un minuto de esperar mi señal me indicó que se la iba a meter. Podía sentir como una mezcla de placer y dolor invadía mi cuerpo, una sensación que no olvidaría durante mucho tiempo, ver como Juan penetraba a Paulina sin misericordia me hacía sentir en forma.
Así mi amor... haz conmigo lo que quieras... - decía Karen mientras observaba a Paulina siendo penetrada con la misma saña con la que ella misma estaba siendo tomada - Soy tuya mi amor...
Bombeé con una fuerza que no pensaba que tenía, follé con toda la fuerza que la rabia me producía ver a la persona que amaba tomada por un desconocido a petición de un aprendiz de proxeneta que la había involucrado en esta aventura. Pero otra parte me hizo libre, me liberó del amor que sentía por ella y de la obsesión que sentía por vengarme.
Miré como Juan tomaba del pelo a Paulina, como la follaba fuertemente entre alaridos de ella y obviamente exclamaciones de placer que claramente no eran fingidas. Ella estaba disfrutando ser una puta, y yo estaba dispuesto a disfrutar con una, cuál era la diferencia ahora; la próxima vez la vería a los ojos, sin trampas y sin miramientos.
Un amague me hizo notar como Juan había enfilado su verga hacia el culito, pero Paulina le indicaba que ella no quería, que por allí y que no quería que la penetrara. Juan miró a la cámara para confirmar que iba a partirle el culo a mi ex, pero mediante un interruptor prendí una luz dentro de la habitación que servía de aviso de alarma y que en caso de las chicas era para que sepan que entraríamos a ayudarlas, pero en este caso la idea fue clara, no debía sodomizarla.
Juan una vez entendido el mensaje, enfiló la verga nuevamente a la concha de mi ex, volviendo a arrancar de su garganta todos los gemidos que demostraban su satisfacción y placer. De mi parte en cambio, no iba a desaprovechar la oportunidad.
Escupe... - le dije a Karen mientras ponía mi mano a la altura de su boca, ella entendió la intención y depositó una buena cantidad de saliva en mi mano - yo si no te voy a perdonar...
No lo hagas... dámelo todo...- dijo mientras untaba su culo con su propia saliva y enfilaba mi verga para poseerla por esa ruta.
Presioné firmemente y sentí como mi verga se hundía suavemente en su carne tibia y latente. No era el primero en poseerla por atrás, pero a partir de ahora sería el único.
¿Este culo es mío?...
Si mi amor... solo tuyo...
No lo vas a entregar a nadie más... de ahora en adelante será solo mío... Entendiste...
Con cada palabra asentaba firmemente mi verga en su culo, que a cada empuje era aprisionado por unos fuertes músculos que Karen seguramente había trabajado en muchos otros hombres anteriormente y que ahora era yo quien los disfrutaría.
Esa cálida guarida y el placer de recalcar que Karen sería de ahora en adelante solo mi puta, me llevaron a un orgasmo casi instantáneo, pudiendo depositar toda mi leche dentro del culo de esta mujer que tanto me había dado. A quien no sabía si amaba, pero que seguro un lugar en mi corazón lo tenía asegurado.
Juan de su parte había colocado a Paulina a horcajadas encima suyo y repasaba todo su cuerpo con sus ansiosas manos, ella de su parte estaba disfrutando tremendamente hasta que pude verla como en un orgasmo muy intenso caía rendida de frente a su amante, la venda de sus ojos había caído, pero su entrega y pasión se habían mantenido a cien.
Mientras me recuperaba del fuerte orgasmo que había tenido, Paulina era colocada en una cama boca abajo, mientras Juan se situaba encima suyo, tras haber acomodado su cadera con una almohada dispuesta para tal propósito. Comenzó a penetrarla nuevamente mientras que con una mano sujetaba su cabeza contra el colchón, esa posición hizo que en pocas embestidas también tengan un nuevo orgasmo que llenó de semen el condón que Juan usaba así como la entrepierna de Paulina que se inundó de sus fluidos.
Juan como cualquier putero profesional, lanzó unos billetes sobre la cama, se vistió y salió sin mirar atrás, no le importaba nada, para el solo era una puta que se había follado gratis, pero para mí era el inicio de un nuevo mundo, donde ya Paulina no sería más un fantasma en mi vida.
Pronto nos incorporamos y vi como Lorena entraba en la habitación que había estado Paulina, de mi parte ya no me interesaba lo que sucedería allí, por lo que finalmente apague el televisor y salí abrazado a Karen.
Durante esa misma noche pensaba que todo iba viento en popa, algunos planes de mi revancha con Paulina parecían ya no importar, ahora creo estaba más enfocado en seguir adelante que mirar atrás más una noticia trastocó todos los planes aunque creo mejoró algunos otros.
Jefe - me comunicaba uno de mis lacayos - me avisaron que Pepe ha salido de prisión y está buscando quien mató a su hermano Mario... Creo que deberemos prepararnos porque seguro vendrá por acá...
Pepe era un matón profesional, vivía de atracos y robos pero más por diversión que por nada ya que la venta de drogas y prostitución era un negocio que estaba a cargo de su difunto hermano Mario, a quien con todo placer me había despachado hacía unos meses. Ahora todo se complicaba, pero increíblemente no me sentía desalentado, sentía ganas de vivir y la emoción de seguir adelante, aunque graves peligros pudieran presentarse, era algo que debía tener presente y el tipo era peligroso y seguro la muerte de su hermano era algo que no olvidaría.