Olor a sexo,sudor, morbo
Conocí a un adorador de olores que me transportó a morbos insospechados
No hace mucho tiempo conocí y se hizo mi amante un hombre de 51 años. Un hombre atractivo, canoso, bien conservado, de estatura normal. Le conocí en un restaurante de mi ciudad. Un día de diario que fui a comer y estaba sentado al lado mío. Se llama David (el nombre es ficticio). Nos pusimos a charlar y decidimos tomar café juntos.
Quedamos el primer fin de semana que no tenía a mis hijos. Fuimos a cenar a un buen restaurante. Después de una noche divertida me invitó a su casa. Después de algunas copas accedí. Al llegar a su casa, en el mismo ascensor nos besamos. Me besó despacio. Primero me acercó los labios. Se dirigió con su boca a mi cuello y me beso con la boca medio abierta mientras notaba el calor y la humedad de su saliva en mi cuello. Subió a mis labios y nos besamos apasionadamente con lengua.
Al entrar en su casa nos besamos más. Cuando nos dirigíamos a su habitación le dije que nos ducháramos y él me dijo:
Por favor, no. Yo si quieres me ducho pero tú no. Me encanta tu olor y si te duchas lo voy a perder.
Yo como estaba un tanto contenta accedí aunque no es mi costumbre.
Me cogió por los hombros y me dijo que me dejara hacer.
Se agachó y me quitó delicadamente un zapato, acercó mi pie a su cara y me olió profundamente el pie. Los dedos, la planta del pie y comenzó a lamerme los pies a través de las medias. Me senté en la cama y noté un calor extremo en mi pie mientras me le chupaba. Subió a mi cadera y comenzó a bajarme las medias mientras me olía los muslos, la rodilla, los gemelos y los pies. Cogió las medias y se las acercó a la nariz para olerlas. La zona de los pies y de mi vagina.
Me dio mucho morbo y me mojaba más de lo que hasta ahora estaba y estaba mucho. Regresó a los pies y los olió profundamente.
Después de lamerme los pies subió por las piernas y alcanzó las bragas con su nariz. Me olía el coño a través de las bragas.
“Cómo me gusta… Huele a sexo” Yo notaba su nariz contra mi vagina y clítoris y más me mojaba. Me quitó despacio las bragas y las olió de nuevo en su mano.
Me quitó el vestido despacio, el sujetador y comenzó a olerme los pechos, pezones, cuello, hasta el sobaco. Me dijo que entreabriera la boca y me acercó su nariz para olerme la boca.
Después me besó. Yo estaba alucinada. Descendió y clavo su nariz en mi coño. Notaba como olía mi sexo a bocanadas. Después de un buen rato oliéndome todo el coño y el ano, abrió la boca y se metió todo lo que pudo en ella. Yo me retorcía de placer. Me clavó su lengua en la vagina y en el ano.
Se levantó y se desnudó. No estaba depilado, tenía el pecho lleno de vello y cuando se quitó todo pude ver su pene. Erecto, duro, grueso y lleno de venas.
Lo acercó a mi cara y me dijo que lo oliera. Tenía un olor duro, fuerte pero agradable. Se me hacía la boca agua. Me pidió que soltara mi saliva en sus dedos y así lo hice. Se acercó sus dedos a la nariz y los olió. Luego se los metió en la boca.
Qué morbo. Se situó en postura de 69 encima de mí en la cama y nos comimos con ansia. Notaba su polla dura en mi boca, podía notar sus venas a reventar en mi lengua. Mientras me comía salvajemente y justo antes de tener un orgasmo paró. Se dio cuenta. Me preguntó si usaba preservativo. Le dije que no. Me colocó unos cojines para lazarme un poco. Se puso en el borde de la cama y acercó mi cuerpo a él. Me acarició con su polla mi clítoris que chapoteaba de saliva y lubricante natural. Cogió lubricante natural de mi coño y se embadurnó un dedo que me introdujo en el ano. Di un respingo por el dolor y me metió medio dedo. Luego lo sacó y lo olió. Ahora parece raro pero en aquel momento y excitada me encantó.
Acercó de nuevo su polla y me la metió de golpe. Gemí nada más notarla. Se empezó a mover y cogió mis piernas y acercó mis pies a su cara mientras me penetraba. Yo notaba su nariz y boca en mi planta de los pies, la polla en mi vagina y una mano en mi clítoris así que me corrí como una loca, agitándome. Cuando terminé, la sacó. Me la metió en la boca y se corrió dentro al segundo. Noté a borbotones su esperma en mi boca, me llenó la boca de polla y esperma que me iba tragando mientras se la limpiaba. Sabía fuerte. Noté que me quemaba la garganta pero me gustó. La sacó y nos besamos. Quedamos tendidos desnudo en la cama. Al ratito volvimos a follar pero esta vez de un modo más normal.
Con él he llegado a quedar varias veces y una vez pasamos el día en el campo en pleno verano caluroso con calcetines y zapatillas de deporte. Estuvimos paseando todo el día por el campo.
Sudé una barbaridad pero como no paraba de hacer comentarios obscenos sobre mi olor, sobre sexo. Estuve todo el día excitada. Mis bragas chorreaban lubricante y sudor. Mis pies estaban hirviendo. Por la tarde, me sentó, me quitó las zapatillas. Se masturbo con mis zapatillas oliéndolas y con mis calcetines. Estábamos excitadísimos mientras me lamía los pies sudados, arrugados de tanto calor y sudor. Me comió el coño después de haber orinado alguna vez en el campo y no haberme podido limpiar. Así suena perverso pero excitada era todo un morbo. Me olió los sobacos, el coño, el culo, los pies. Después de tener todo el cuerpo ensalivado me penetró. Estábamos tan excitados que al segundo de metérmela nos corrimos juntos. Empecé yo y en medio de mi orgasmo noté como se corría en mi interior.
Ese día me pidió que le regalara las bragas y los calcetines y así lo hoce. Más tarde me confesó que se masturbó varias veces con ellos.
Espero os haya gustado y gracias por todos vuestros mensajes.