Olivia y Karen II

Ernesto sigue viendo a su prima y su amiga follar entre ellas.

Tras la excitante escena que había presenciado, Ernesto estaba con el líbido por las nubes, deseando que llegase otro momento igual. Al marcharse sus tios, se quedaron a solas en la enorme casa y pudo comprobar como su prima se comía con los ojos a Olivia la cual le lanzaba miradas pícaras de vez en cuando.

—Bueno, me voy a dormir la siesta, no he dormido muy bien así que me tomaré este líquido que me dejará frito en poco tiempo—echó unas gotas del producto en el agua y se la bebió.

Realmente no era más que agua ya que el frasco estaba vacío y lo había rellenado él mismo con agua del grifo. Dio un par de bostezos de mentira mientras subía las escaleras. Ya era de noche y estaba todo a oscuras, dejando un silencio. Para terminar de engañar a las chicas, Ernesto cerró la puerta del cuarto de sus tíos que estaba abierta para hacer como si hubiera sido la suya la que se había cerrado.

Al cabo de unos diez minutos, escuchó ruidos extraños. Se asomó por una de las habitaciones de invitados que daba al jardín con piscina. Al estar en aquella parte, ningún vecino podría verlas ya que era privada del todo. Allí estaban, con una pequeña luz que iluminaba la piscina. Ernesto salió del cuarto, bajó las escaleras en silencio y fue hasta un pequeño cuarto que utilizaban para guardar cajas. Y que por suerte, tenía una ventana a la parte del jardín.

—Shh, tu primo nos puede pillar—Olivia soltaba una risita.

—Se ha tomado eso, es muy fuerte el medicamento, estará muy dormido en su cuarto—dijo ella mientras la besaba.

—Si, tienes razón—siguió con el juego y pronto notó como la mano de la joven le agarró las nalgas por fuera del pantalón antes de introducirse en su interior—¿tanto quieres darme con ese dildo?.

—Puff, no tengo ganas de otra cosa. Ayer nos interrumpieron pero hoy...—se desprendió de su pantaloncito corto dejando a la vista un pene de goma—hoy vas a ver.

Olivia se arrodilló y comenzó a lamerlo para lubricarlo bien. Se lo metió hasta la garganta y realizó una mamada digna de una profesional ante la mirada del chico que ya estaba con su rabo empalmado, se desprendió de su pantalón dejando su polla al aire. Se retiró el prepucio y comenzó a sobarse la polla lentamente, queriendo disfrutar y gozar plenamente del momento. Con la mano libre, masajeaba bien sus huevos.

Olivia de rodillas succionaba la polla, haciendo toda clase de gestos con la cara, pasando su lengua por toda ella sin dejar ni un centímetro de esta sin lamer. Mientras lo hacia, sus manos se colocaban en el culo de Karen quien sintió como sus dedos entraban sin problemas en su ano. La forma de moverlos dentro de ella la hizo gemir levemente. Por su parte, mientras notaba aquello, se acarició las tetas apretando los pezones tras desprenderse de su camiseta. Ni siquiera había llevado sostén o la parte de arriba del bikini aquel día.

—Buff, joder Olivia, deja que te la meta ya—dijo cachonda perdida.

—¿Cómo se piden las cosas?—preguntó con una sonrisa mientras usaba su lengua para mojar la puntita de la polla.

—Por favor—rogaba.

—¿Cómo se me pide a mi?—empezó a usar su mano en la polla, haciendo una gran paja—¿no quieres meterme esta enorme cosa en mi coñito?.

Ernesto podía escuchar absolutamente todo y cada vez se masturbaba más rápido. Su respiración era agitada e iba en aumento. Resoplaba ante el placer que sentía de menear su polla que ya estaba hasta húmeda, sin quitar su sonrisa de la cara.

—Ponte a cuatro patas pedazo de puta, te voy a dar lo tuyo—dijo enrabiada y cachonda.

—Eso esta mejor—antes de levantarse, Karen uso su pene para dar unos azotes al rostro de esta quien solamente sonreía feliz.

Olivia se quedó completamente desnuda, dejando sus pezones, su rosado coño y sus preciosas posaderas a la vista tanto de Karen como Ernesto quien sintió como su polla engordaba algo, estaba tan dura que hasta dolía un poco, pero ese dolor era omitido por el placer. Se sentía tan cerca, que haciendo acopio de su fuerza de voluntad, dejó de masturbarse para alargar la paja un poco más.

Karen aguardo a que su amiga se pusiera a cuatro patas en el suelo, poniendo la posición de perrito y ella, para alegrar más la vista, se agachó de la parte de arriba subiendo su culo un poco y meneando este, invitando a su querida amiga a penetrarla.

—Por fin—dijo su prima con una sonrisa.

Se agachó y movió su pene de goma por todo el culo, pasando este por su coño, sus nalgas y la rajita para aumentar el placer en ella quien dejaba escapar gemidos pidiendo que lo hiciera de una vez. Karen comenzó a dar unos cuantos cachetes a sus preciosas nalgas haciendo gritar a Olivia, pero no eran gritos de dolor, si no de placer. Uno tras otro fueron cayendo. Hasta que finalmente, Karen introdujo su dildo en el culo de esta.

Ernesto vio como Olivia abría la boca al sentir su polla mientras dejaba escapar un gran gemido y salía saliva de su boca. Su pelo cayó sobre su rostro y agachó la cabeza mientras Karen movía sus caderas para follarla.

—Me estás dando por culo ohhh, siii....no pares cariño—decía sintiendo aquel pedazo de polla en su ano, moviéndose por toda su cavidad.

—Sabía que te gustaba, pedazo de perra—le dio unos azotes mucho más fuertes mientras seguía penetrando su culo.

El vaivén era constante, Karen incluso se masturbaba mediante sus tetas mientras le daba lo suyo a su amiga. Olivia lo único que hacia era poner su cara en el suelo, disfrutando de aquella follada tan rica que estaba recibiendo.

Ernesto viendo aquel espectáculo solo pudo masturbarse, sacudiendo bien esta, sin cesar en sus movimientos hasta que finalmente eyaculó tantos chorros que hizo un charco en el suelo. Le dio igual ya que lo había hecho en una sala donde nadie entraba y ya lo limpiaría.

—Joder...ha sido la mejor paja de toda mi vida—pensó mientras se limpiaba con un trapo que encontró y luego hizo lo mismo con el suelo.

Mientras, afuera ambas tuvieron un sexo increíble ante la mirada de este que no perdió detalle de todo lo que pasaba.

Olivia terminó llegando al orgasmo al cabo de unos pocos minutos. Karen sacó su dildo, agarró del pelo a esta y la acercó para que lamiera bien, petición que ella accedió y succionó a duras penas ya que se estaba recuperando del orgasmo. Y ante la mirada de Olivia y Ernesto, Karen apretó su polla y unos grandes chorros blancos salieron de la punta manchando la cara de la joven que abrió la boca recibiendo cada gota.

—Sabor a fresa eh—dijo ella limpiando su boca.

—Si, lo he elegido para ti—contestó antes de soltar una risita.

La joven se desprendió del dildo, agotada de tanto movimiento. Ernesto se subió el pantalón mientras veía como ambas se metían al agua a refrescarse y a besarse de manera apasionada. Deseaba seguir mirando aunque tuviera su polla flácida, era un espectáculo digno de ver.

Riendo, jugando, besándose y abrazándose, las chicas derrochaban su amor en la piscina. Ernesto se cansó al poco de unos minutos, marchándose a su dormitorio. Esa noche durmió pensando en todas y cada una de las geniales vistas de las que había podido gozar.

A la mañana siguiente despertó pronto, tenía unas horribles ganas de mear así que fue al baño grande porque le gustaba mucho más que el pequeño. Al abrir la puerta, se encontró con su prima y Olivia dándose el lote en la ducha. Los tres quedaron en silencio y sorprendidos.

—¡Esto no es lo que parece!—dijo su prima asustada.

—Si, nos estamos duchando juntas...porque...hay que ahorrar agua—intentó excusarse.

—Prima, se que eres lesbiana

—¿Qué?, yo no soy...—temerosa, ni tapaba sus partes.

—Escucha, no le voy a decir nada a tus padres. Tranquilas, que mientras seas feliz, tu primo te apoya—dijo guiñando un ojo.

Ella sonrió y se dio cuenta de que estaba desnuda.

—Bueno, ya me has visto así que tampoco me voy a tapar—dijo siguiendo con la limpieza de su cuerpo.

—Yo voy a mear que no aguanto más—levantó la tapa y dejó a su pene soltar todo. Se sentía en la gloria.

Olivia por su parte no dijo nada más aunque escuchó unos susurros.

—Primo...

—Dime—se dio la vuelta—¿qué ocurre?.

—La tienes...muy grande...—no le quitaba ojo.

—Pues anda que vosotras...menudas tetas y culo tenéis...por no hablar de esa preciosa...—no terminó la frase cuando su polla se alzó impresionando a las chicas.

—¿Qué tal si te unes?—preguntó Olivia cachonda, metiendo dos dedos en su vagina.

—Siendo sincera, estoy tan cachonda que no me importa, ven...todo queda en familia—dijo agarrando las tetas de Olivia y con una sonrisa.

Ernesto al entrar en la ducha, fue besado y manoseado por las chicas quienes llevaban su mano al gran pene de este. Él por su parte no perdió el tiempo e hizo lo mismo, provocando gemidos y placer a sus chicas.

Continuara...

En la siguiente parte, habrá castigo para el ex de Olivia. Un castigo bastante doloroso. Espero que os haya gustado el relato y cómo siempre, os haya sacado algo más que una sonrisa. Y si alguno desea un relato personalizado donde le ocurra algo (ya sea sado, voyerismo, dominación o similar puede pedirmelo sin problemas) y si alguna lectora desea uno también, no solamente chicos jejeje.

Un saludo.