Oliver
Oliver es un amigo, hasta la fecha hetero con el que vivi un par de aventuras
Al inicio de la relación de Álvaro y Elena yo entre en una espiral terrible de alcoholismo, me había puesto patas arriba mi vida para nada, dejaron de gustarme las mujeres para gustarme los hombres y el tío que había provocado esto se negaba a reconocer su realidad y pasaba de mi, y yo como tonto me había quedado totalmente colado por él.
Mi amigo Oliver es una persona bastante observadora, con quien acabe sincerándome de lo sucedido y de lo que me pasaba, su apoyo fue fundamental para mí y siempre estaré agradecido.
Un sábado tras una noche de fiesta comenzamos a retirarnos, yo marche en la misma dirección de Oliver pues mi coche estaba a medio camino de la zona de fiesta y la casa de mi amigo, cuando llegamos al coche:
Yo: Ey tío, venga sube y te acerco, que no veas como rasca el frio
Oliver: ¿Seguro? Yo encantado, que estoy helado
Se subió al coche y nos pusimos en marcha, en apenas 3 minutos estábamos parados en doble fila bajo la comunidad donde el vivía, entonces el aprovecho.
Oliver: ¡Oye Ander! ¿Te puedo preguntar una cosa?
Yo: Si, venga dispara
Oliver: ¿Qué sucede entre tú y Álvaro?
Yo: Nada, tiene novia y evidentemente queda más con ella y menos conmigo
Pero Oliver que de tonto no tiene un pelo, continuo insistiendo en el tema y yo seguía dando largas, pero de pronto.
Oliver: Mira, yo porque nos ha presentado a Elena, pero hasta hace poco estaba convencido de que era gay.
Yo: ¿Y eso por? Nunca me lo he preguntado
Oliver: Pues muchas veces en la disco, estamos rodeados de tías y le miras a él y siempre está mirando a algún tío.
Yo: ¡Joder! Pues nunca me he fijado
Oliver: ¡Ya! Y nunca te has fijado en cómo te mira, te trata y demás cosas tampoco ¿verdad?
Yo: -Sospechando que algo se olía o sabia- Se directo, porque si dices eso es por algo
Oliver: ¿Qué habéis tenido? Porque algo ha pasado de fijo
Entonces mis ojos ya se ponen llorosos y le cuento parte de lo sucedido, suprimiendo nuestros encuentros y contándole de tema sexual solo los momentos de paja y reconociéndole que estoy totalmente colado por él.
Oliver: Mira Ander, entre el bajón que te ha entrado y que has bebido algo, ¿Qué te parece si te quedas en casa?
Yo: No se, no quiero molestar
Oliver: Tranquilo, mis padres no están y a mi hermano no le importara
Acepte su propuesta, así que estacionamos el vehículo en condiciones y nos fuimos para su casa. Durante el camino Oliver no dejaba de hacerme preguntas sobre mis encuentros con Álvaro, ¿Te gusto? ¿Disfrutaste mucho? ¿Cómo se le ve desnudo? (Curiosidad porque como dije en el anterior relato, siempre fue muy pudoroso) ¿Tiene bello ahí? ¿Cómo la tiene? ¿Tiene aguante?
Yo: Uff Oliver, cuanta pregunta, pareces una metralleta. ¿No son un poco extrañas esas preguntas? ¿Qué pasa que también te mola?
Oliver: ¡No, qué va!, es simple curiosidad, las novias le duran poco y algún motivo debe haber.
Yo: Bueno su cuerpo es bonito, bello rasurado, polla normal y … bueno, un poco precoz
Una vez el ascensor llego a la 6º piso salimos y fuimos hacia su puerta, entramos, dejo una nota al hermano de que durmiera en su habitación ya que él y yo dormiríamos en la del hermano al tener dos camas.
Comenzó a desnudarse y mis ojos no podían retirar la mirada de lo que estaba viendo, mi amigo Oliver, del que siempre habían dicho las chicas que era el más guapo del grupo, se estaba desnudo en mi frente, y en esta ocasión no era como esas veces en las que no prestaba atención, no, esta vez no perdía detalle de todo lo que veía. Se descalzo, se quitó el jersey y comenzó a desabrochar la camisa, tenía un cuerpo perfecto, unos abdominales bien marcados, se quitó la camisa y esos bíceps que parecían que iban a reventar me hipnotizaron, su cuerpo estaba depilado y eso me gusto, él se dio un poco de cuenta:
Oliver: ¿Qué pasa, que te mola lo que ves?
Yo: No, no, pero nunca me había fijado en lo que entrenas
Oliver: ¿Cómo qué no?¿Qué pasa que no estoy bueno para ti?
Yo: -sonrojado no atinaba palabra- Bueno … es que … no se …
Oliver: -riéndose- Tranquilo, solo bromeaba
Fue un alivio para mí oír esas palabras, pero no sé, no terminaba de creérmelas. Comenzó a desatarse el pantalón, lo hacía poco a poco, al igual que el quitarse, tenía la total sensación de que me estaba provocando, llevaba unos bóxer muy ajustados y se intuía un buen arma, me pregunte a mí mismo si esa zona también estaría totalmente depilada. Comencé a desnudarme un poco avergonzado, pues aunque yo no estaba de mal ver (1,75, 69kg, el cuerpo un poco definido, moreno y ojos miel (tipo a los de Ana de Armas)), poco tenía que hacer ante aquel adonis de 1,80, unos 75 kg, moreno de ojos verde esmeralda y todo mazado. Entonces nos metimos en las camas y charlamos un rato, y decidi ser yo quien provocara un poco:
Yo: Oliver, hay algo que no te conte
Oliver: ¿El qué?
Yo: Bueno, pues Álvaro y yo realmente pasamos de las pajas, hubo mamadas y sexo, de hecho a Elena nos la presento a las pocas se manas de que yo me lo follara.
Oliver se puso curioso y me pidió que le contara alguna de esas historias. No me hice de rogar, mi objetivo era que el deseara lo mismo que yo, estaba cachondo, tenía ganas de sexo y tenía en la cama de al lado a un tío perfecto. Cuando acabo de contarle mi último encuentro con Álvaro, me tiro su bóxer cayendo este en mi cara.
Yo: ¡Cabron! ¿Qué haces?
Oliver: Mi hermano aún no ha llegado y mira como me has puesto.
En ese momento encendió la luz y se destapo, estaba alucinando, primero por la situación de tener ante mi a Oliver y tenerle en esas condiciones. Pero alucine más con lo que escondía entre esas piernas, un rabo perfecto, bonito y con su glande rosadito, en esos momento le eche a ojo unos 22 cm (pero en una ocasión se midió y eran casi 24) y comprobado su polla era más gorda que un vaso de tubo, eras descomunal. Me entraron ganas de lanzarme de cabeza a por él, pero no dejaba de pensar, hasta esa fecha nunca había comido un rabo de esas dimensiones y me entro un poco de temor.
Oliver: Ey veo que el tuyo está creciendo, creo que deberías quitarte el bóxer y así me dejar ver que voy a cenar esta noche.
Yo: Dios mío, me tienes to burro -y me quite el gayumbo-
En esos momentos el dice:
Oliver: Vaya no está nada mal, pero si pasamos de mamar, ve con cuidado que nunca me han follado
Estaba alucinando, mi amigo buenorro ya estaba dando por hecho que íbamos a llegar más allá, pero más alucinante me pareció que quisiera que me le follara. Me acerque a él, le tire sobre la cama, me puse de rodillas, le agarre el pollón y comenzamos a jugar. No podía parar de sobar con una de mis manos sus enormes huevos, mientras mi boca se centraba en su magestuoso nabo, comencé lamiéndole desde los huevos hasta su capullo, jugué un rato con mi lengua en su rosado glande y en su agujerito, comencé a zamparme esa gran barra de carne que no me cabía en la boca, mis comisuras sufrían y mi garganta notaba que su espacio era invadido, me llego alguna que otra arcada pero no podía parar de chupar y succionar, mientras miraba a Oliver y le veía que sus ojos estaban locos, en ocasiones casi en blanco, y cuanto más gemidos soltaba más ritmo yo daba.
Oliver: ¡Fóllame! Quiero que me partas al medio
Sin mediar palabra no lo dude, me saque su rabo de la boca y me puso de pie ante él, le metí mi polla en su boca y después de unos minutos mamando le dije que se pusiera a cuatro patas sobre la cama, se pare sus nalgas y comencé a jugar con su ojete, acariciándolo, rozándolo con mi capullo y dándole algún que otro lengüetazo, finalmente le escupí en el ojete y comencé a meterle un dedo, estuve un rato metiendo y sacando, a medida que aumentaban sus gemidos de placer yo aumentaba el ritmo, le metí un segundo dedo y seguí jugando, decide mover en círculo mis dedos dentro de su culo, algo que disfruto como una autentica perra.
Saque mis dedos, vi que su culito ya estaba algo dilatado, me puse en posición y se la clave de una estocada, le salió un grito de dolor que intento contener, pero yo no pare. Seguí penetrándole como su no hubiera mañana, la situación era mía y yo marcaba el ritmo, aumentando la velocidad y fuerza de las envestidas, ya que me ponía muy cachondo ver a mi amigo más macho, de cuatro patas siendo mío.
Oliver: Ooooh si, sigue así, sigue, dámelo todo
Le cambie de posición, le puse boca riba subí sus piernas en mis hombros y seguí fallándolo, acelere más el ritmo, ya estaba que no aguantaba más y sus cara de zorra viciosa me estaba volviendo loco, me puse sobre él y comencé a comerle la boca, disminuyendo un poco el ritmo, no quería que se terminara tan pronto. De pronto Oliver se susurró al oído:
Oliver: Dame más duro y deja mi culito relleno de tu lecho
Esas palabras fueron clave, deje de besarlo, me levante y comencé a embestirle con fuertes golpes de pelvis pero lentos, a medida de sus gemidos aumentaban yo iba más rápido, comenzó a masturbarse y al poco tiempo comencé a notar contracciones en su culo, algo que me hizo terminar, solté un gran gemido y mi polla comenzó a soltar chorros de esperma dentro del culo de mi amigo buenorro, y de pronto sin terminar yo de soltar todo mi semen, veo como del pollón de Oliver comienzan a salir abundante disparos de lefa, saliendo como 9 o 10 disparos.
Me dejo caer exhausto sobre él y el comienza a besar mi cuello:
Oliver: Aun no ha llegado mi hermano, creo que nos da tiempo a ducharnos
Yo: ¿Juntos?
Oliver: Solo si una vez más, me haces tuyo
Una vez nos duchamos, nos fuimos a dormir. Al día siguiente al despertar tomamos café y cuando me iba a ir:
Oliver: La próxima vez, tú serás mío
Yo: -sonriendo- Si me lo hubieras pedido, hubiera sido tuyo hoy mismo.
La continuación de la historia, en el próximo relato.