Ojete satisfecho

La follada que a más de uno le gustaría tener día a día.

Apreté mi cara contra su paquete. Notaba la polla dura, caliente, hinchada a través de la tela de aquellos boxers rojos. En la parte del capullo había una ligera mancha de líquido preliminar. Estaba deseando acercar mi lengua a aquella mancha y ver si era capaz de saborear la esencia de su rabo a través de la tela. Pero no estaba preparado para el olor. Un olor fuerte me inundó de lleno en cuanto mi nariz se apretó contra su polla. Fuerte, intenso. Mucho más que el olor de quien lleva más de 24 horas sin ducharse, era el olor de una polla que se había pasado las últimas horas dura, bien cargada, preparada para que una buena boca golosa la devore hasta los huevos y después rellenar un buen ojete hasta preñarlo.

  • Pasa la lengua por la tela, me encanta que jueguen con mi polla antes de comérmela.

No lo dudé. Con aquel olor embriagándome me encontraba a mil. Mi polla se apretó dentro de mis propios calzoncillos, la podía sentir a punto de estallar. No me quedó más remedio que sacar mi lengua y empezar a perfilar su rabo por la tela. Era una auténtica maravilla de rabo duro y grueso que le llegaba hasta la mitad del muslo dentro del boxer. Debían ser entre 17 a 18 cm. Estaba deseando comprobar si me la iba a poder meter entera en la boca. Mi lengua siguió recorriendo la tela, saboreándola y echándole el aliento mientras aplastaba mi cara contra su paquete. Mis manos se abrazaron a sus piernas peludas. Tras un momento miré hacia arriba y le vi con los ojos cerrados, la boca semiabierta, suspirando por mi lengua. Me envalentoné y subí mis manos hasta su culo. No estaba muy duro pero podía agarrar cada nalga con una mano. Empecé a acariciarlo y agarrarlo fuerte, separándolo y atrayéndolo más hacia mi. Empecé a mover mi cara por su polla, quería hacer que se retorciera aun más dentro de la tela. Parece que le gustó porque agarró mi cabeza con fuerza aplastándome aun más contra su polla.

  • Venga, cómetela, que lo estás deseando. Déjame ver qué sabe hacer esa boca.

Sonreí mientras agarraba su boxer desde el culo, bajándolo despacio. Su polla se liberó casi golpeándome en la cara. Ni siquiera me detuve a verla, me lancé contra ella otra vez, notándola en mi cara. Estaba palpitando, caliente y desprendiendo aun más olor que antes. Parecía una droga. Me llenaba por dentro y me aumentaban las ganas de devorarla, de que me follara vivo en aquel mismo instante y siguiera perforándome toda la vida. En aquel momento solo pensaba que mi destino era mantener esa polla dura dentro de mi para siempre. Saqué mi lengua y empecé a lamerle las pelotas. Metí mis brazos entre sus piernas para separarlas un poco y volver a agarrarle el culo. Pasé mi cara por su tronco retorciéndolo mientras mi lengua lamía sus huevos todo lo rápido que podía, quería hacerle saber que no solo estaba disfrutando, estaba desesperado por ponerle duro hasta que no pudiera contener más las ganas de follar y descargar su leche. Quería que gozara conmigo como nunca lo había hecho con nadie. Me meti un huevo en mi boca y tiré un poco de él despacito. Puede que yo fuera el que estuviera de rodillas pero me encanta saber que yo también controlo la situación, que puedo hacer lo que quiera con su cuerpo mientras solo le de placer. Un gemido leve me avisó de que estaba tirando demasiado. Lo solté y empecé a lamer el tronco despacio, besandolo por el tronco de un lado a otro mientras seguía subiendo hasta que por fin alcancé el capullo. Rosado y gordo, me relamí antes de lanzarme a meterlo en mi boca y rodearlo con mi lengua. Bajé despacio con mi lengua por aquel tronco venoso y gordo. Notaba mi boca llenarse, abrirse intentando abarcar ese monstruo que me tenía los últimos 20 minutos duro y mojándome. Por fin noté el capullo llegar al tope de mi garganta, y me di cuenta que mi nariz estaba rozando su pubis, me lamenté en aquel momento e intenté abrir más mi garganta para tragarme toda la polla de una.

  • Ufff.. siiii... la quieres toda en la boca, ¿verdad? Ven, que te voy a ayudar...

Me agarró fuerte de la cabeza empujándome y noté mi garganta contraerse mientras alcanzaba por fin los últimos centímetros de su rabo, aplastándome contra su enterpierna. Aguanté unos segundos antes de empezar a sentir arcadas. Me aparté a la fuerza corriendo, no quería que pasara algo desagradable y que todo el ambiente se fuera a la mierda. Aquella noche iba a tener el culo relleno de una buena polla y me iban a dar la follada de mi vida, nada lo iba a fastidiar. Mientras él suspiraba yo volví a tragarme aquel manjar de rabo hasta la mitad y empecé un mete-saca con mi boca cada vez más rápido. Me la llevaba hacia los lados de mi boca y mi garganta. Quería lamerla por los lados, en el capullo, rodearla con la boca.... Empecé a sentir como mi saliva iba recorriendo su polla, bajando en forma de gotas hasta los huevos que cada vez se encontraban más duros y llenos de leche. Con mi mano los masajeé y recogí algo de la saliva que caía para pajearle la polla mientras tomaba el aire. Las babas me caían por la boca y unos hilos de saliva todavía me conectaban con su polla poniéndonos a los dos a mil. El me acariciaba la cabeza y me pedía que sacara el culo, quería ver como lo meneaba mientras le comía la polla.

  • Joder putita... que bien la comes.... me encanta como tragas mi polla. ¿Te gusta que te azoten el culo? Claro que si... se te nota en la cara. Seguro que ahora mismo harías lo que fuera sabiendo que luego te voy a reventar el ojete con esta polla. Estoy deseando probar ese culazo.

Me animé con esas palabras dejándome llevar y le hice un par de tragadas profundas. Notaba ya la garganta algo dolorida pero él no me apartaba las manos de la cabeza y no podía dejar de tragar. Antes de que me diera cuenta ya tenía el pecho cubierto de babas, pues a veces me agarraba a él apretando su polla contra mi pecho mientras me dedicaba a lamer y chupar con deseo el capullo. De vez en cuando el recogía algo de su precum con los dedos y me lo daba a probar, yo le relamía el dedo y lo tragaba dentro y fuera de mi boca simulando como le estaba comiendo la polla. En esos momentos aprovecahaba para agarrarle el culo y apretarlo contra mí con fuerza. Después de un rato tragando polla como una verdadera puta, mis rodillas no podían más con mi peso. Tuve que levantarme y aproveché para quitarme los boxers y liberar mi propia polla que estaba mojándome a saco desde hacía ya media hora.

  • Ven, ponte contra mi así.

Me dio la vuelta y me abrazó por detrás, noté de inmediato su polla presionando contra mi culo, palpitando entre los dos. Me llevó contra una pared y me empezó a comer el cuello mientras me acariciaba el pecho y la barriga. Su mano se estiró hasta agarrar mi polla y empezó a apretarla con fueraza mientras me hacía una paja lenta. Giré mi cabeza para verle, gimiendo de gusto con los ojos casi en blanco de placer. Mi culo se iba saliendo hacia atrás por su cuenta, casi colocándome en posición para que me follara, y él comenzó a darme ligeros empujones, como si me estuviera embistiendo. En ese momento ambos teníamos la boca abierta, gimiendo, suspirando como si de verdad estuviéramos follando. No lo pudimos evitar y acercamos nuestras bocas. Nos fundimos en un beso mientras mi culo se lanzaba con fuerza hacia su polla. Noté su lengua recorrer mi boca, pasar por mis dientes y envolverse con la mia. Pensé que estaría notando el propio sabor de su polla y eso me encendió aun más. Su polla comenzó a escurrise por mi culo cada vez más fácil, se ve que me estaba inundando con su líquido preseminal. Llevó una mano a mi pecho y comenzó a apretarme un pezón mientras seguíamos fingir que follábamos como dos perracos contra la pared.

  • Eres un puto cabrón... me tienes a mil maricón, ¿cuando vas a darme polla y follarme?

  • Dios que puta estas hecha... llevo queriendo follarte desde que empezaste a tragarte mi rabo con esas ganas. ¿Tanto tiempo llevas sin follar o es por mi?

  • Llevo un par de meses sin follar... necesitaba una buena polla de una puta vez. Pero no me esperaba encontrarme una tan buena. Vamos a la cama y me follas de verdad.

Lo agarré de la polla dándome la vuelta y le besé una última vez antes de irnos a la cama. Me tumbé boca abajo y abrí un poco las piernas mientras me agarraba el culo abiréndomelo para él. Se colocó encima de mi en la cama, podía notar sus piernas velludas rozándose contra las mias. Estaba expectante mirando hacia la pared, esperando notar sus manos, su polla o su lengua en mi culo. Solo quería que llegara de una vez y me hiciera suspirar. Lo que llegó fue un azote. Se escuchó bastante fuerte pero en aquel momento ni siquiera me dolió, solo pensé en que le estaría poniendo la polla más dura de lo que ya estaba y eso bastó para comportarme como un puto sumiso y dejarle hacer. Noté otro azote fuerte en la otra nalga, esta vez gemí fuerte en la habitación pero me contuve en mirar atrás. Por fin lo noté, primero fue su polla contra mi culo, rozándose por toda mi raja, y después fue un escupitajo gordo. Noté como me lo restregó por todo mi culo con su capullo. En un momento me quitó las manos de mi culo y empezó a abrirlo él mismo para meter en medio su gordo falo. Empezó a moverlo como si se estuviera haciendo una cubana con el. Me encantó notar su miembro duro frotándose, pero era mejor oírlo a él gemir mientras se movía contra mi culo y me soltaba algún que otro azote. Empezó a aumentar la velocidad, casi parecía que me fuera a follar en cualquier momento. En un par de veces pude notar su capullo casi entrando en mi ojete, punteándome. Pero de repente se apartó rápido, nervioso. Antes de que pudiera preguntar supe por qué. Su lengua estaba invadiéndome y sus manos me estaban agarrando el culo tan fuerte que sabía que me estaba dejando arañazos. Empezó a comerme el culo como un puto dios. Me metía la lengua dentro de mi culo, penetrándome con ella y moviéndola para todos lados. En más de una vez comenzó a succionar, haciéndome un chupetón en el ojete. Me lamía alrededor y me mordía mientras movía mi culo y lo azotaba, me estaba dejando en la gloria en aquel momento. No podía parar de suspirar cada vez más rápido y gemir como una puta en celo. Cuando me estaba metiendo un par de dedos en el ojete se incorporó,  supe lo que venía.

Su polla se arrastró despacio, sin hacerme daño, asegurándose de que no me iba a reventar tan pronto, que iba a disfrutar de su enorme polla invadiéndome y follándome. Si ya me estaba gustando notar su polla deslizándose tan fácil dentro de mi culo, lo que sentí cuando por fin noté su pelvis contra mi culo, su calor pasando a mi cuerpo y apretándome fuerte rellenando todo mi culo con su polla, era otro nivel. Levanté un poco mi culo y a gritar que me diera polla, que me follara. Tras un par de embestidas despacio comenzó a meter ritmo, y por fin sentí como de verdad me estaba follando. Por encima de nuestros gritos solo se podía escuchar el ruido de sus cojones rebotando contra mi culo cuando me la clavaba hasta el fondo, y el ruido de la cama al chocar contra la pared. Apoyó todo su cuerpo contra el mío y empezó a moverse aun más rápido, taladrándome a un ritmo nuevo en el que aprovechamos para volver a comernos la boca como unos salidos.

  • Tio, sé que es pronto... pero es que con la mamada de antes y el culazo... me voy a correr ya... ¿quieres que te preñe?

  • Si tio... préñame. No me importa. Córrete dentro todo lo que quieras.

No tardó ni dos minutos en meter toda su polla hasta el fondo, mientras me agarraba los labos con los dientes y tiraba de ellos en un morreo que me volvió loco. Sentí en ese momento su polla hinchándose y cómo disparaba trallazos de lefa dentro de mi culo. Supe que me lo estaba dejando bien lleno de leche. Juntamos nuestras frentes sudando, mirándonos. Siguió embistiéndome un poco más, despacio, mientras nos mirábamos y de vez en cuando nos besábamos. Nos acaricaimos la cara y el pecho, agarrándonos con fuerza los pectorales y tirando de nuestras bocas el uno del otro. Aunque se había corrido, su polla seguía dura dentro de mi, rozándome el recto, llenándome y esparciendo su semilla cada vez más adentro de mí. Tras unos minutos así, sacó la polla aun dura y cubierta por restos de lefa, se apartó a un lado para dejarme respirar.

  • Perdona tio... si no tienes prisa... en unos minutos seguimos. A mi me ha encantado, y tu no te has llegado a correr, ¿verdad?

Me di la vuelta en ese momento con mi barriga llena de leche y una gran mancha en la cama. Mientras me llenaba el culo de leche había tenido un orgasmo anal y mi polla había empezado a descargar de la presión y el roce contra la cama. El se rio al verlo.

  • Creo que es la primera vez que veo a alguien correrse sin tocarse....

  • Voy a ir a por algo de papel para limpiar esto. Tu ve descansando, cuando terminemos de limpiar voy a volver a comerte la polla, y luego follamos de nuevo.


Gracias por leerlo. Espero que os haya gustado y que sirva para que más de uno pueda satisfacer a su polla dura. Podéis dejar comentarios o mandármelo directamente al email. Espero que hayáis tenido un buen fin de semana. ¡Hasta la próxima!