Oh..! por favor, suave... soy tu suegra (4)

Andres, eres demasiado para mi, no te resisto papito.

POR FAVOR ...SUAVE...SUAVE QUE SOY TU SUEGRA..... 4

ANDRES, ERES DEMASIADO PARA MI, NO TE RESISTO PAPITO.

MARIBEL....

Dos días después, me encontré con Bob y Andrés, cenando en un lugar muy discreto de un selecto sector de la capital, conforme a lo convenido ni Bob, comentó nada de lo nuestro, ni Andrés se identificó como mi yerno, tan sólo como un antiguo compañero de la universidad amigo de mi hija y con algunas pretensiones con su madre. A la hora de los postres y con objeto que ambos muchachos tomaran algún acuerdo de lo que vendría más adelante, los dejé a solas con la intención de pasar al tocador de damas, Allí me felicité por tener a mi lado a dos tipazos de esos que no se les puede negar nada y que yo sabía que ambos buscaban con pasión , el tener el máximo de placer conmigo.

De lo que conversaron los hombres es un secreto que no pude revelar, solo que me sacaron de allí con el objeto de ir a otro lugar a tomarnos los bajativos, cosa a la cual no puse objeción, y aunque el lugar escogido era un exclusivo Motel, me deje llevar cual novata en manos de unos bribonzuelos. Un amplio lugar con sala de estar, música y tragos, para encender nuestras lívidos, bailé con ambos muchachos quienes se mostraban súper encendidos conmigo y yo para no ser menos me contorneaba toda rozando sus ardientes cuerpos hasta que todos quedamos muy calientes. los hombres allí presente me miraban insistentemente y eso también me ponía ardientemente sensual.

Unos minutos después, era de verlo y no creerlo, yo en persona, la misma Maribel, tan señora, tan fiel a su marido, tan virginal e inocente, que su máximo pecado era haber soñado una fantasía de desliz, que no niego me había dejado muy encendida, ahora estaba frente a una hermosa y tremenda realidad. Tenía a mi disposición a dos jóvenes hombres desnudos, asediándome y acosándome con unos hermosos físicos y unos tremendos falos duros y amenazadores, mientras yo, sin mas defensa que mis desnudos atributos con que Dios y mi esfuerzo me mantenían en este mundo, encendía en ellos unos incontrolables deseos de acariciarme y recorrerme toda con sus grandes manazas y con la abierta intención de penetrarme y gozar de mí, sin compasión.

Quien así lo hizo primero fue Bob, a quien sentí intensamente sus vertiginosas clavadas muy dentro de mi, mientras mi buen Andrés se ubicó cerca de mi rostro para que le diera sendas mamadas . Así comencé una noche de infatigable placer con dos imbatibles súper machos que se esmeraban por complacerme y se deleitaban con mis extraordinarios orgasmos.

Fue Andrés quien en su máxima calentura desvirgino mi apretado ano, y aunque al principio casi no lo resistí por el dolor que me producía, vencida todas mis resistencia, fui penetrada por completo por esa parte causándome lentamente un fuerte placer, siendo yo quien pedía ahora a mi yerno no me lo sacara, mientras convertida en verdadero emparedado, tenía a Bob, penetrado vaginalmente, no les cuentos como caí en ese tremendo orgasmo, penetrada , acariciada y besada por ambos hombres, sufrí una verdadera explosión en todo mi desnudo cuerpo y creí desfallecer de tanto gozo, mientras sentía la inundación seminal de ambos machos junto a las convulsiones que por simpatías se apoderaban de nuestros cuerpos.

Para mi fue una experiencia inolvidable, que no dudaría en repetir las veces que me fuera posible ...... Y como no hacerlos ........ si en esos momentos vividos con tanta complicidad, donde hombres extraños a tu marido, te llenan de deseos y ternuras, recorren tu anatomía con sus ansiosas manos queriendo impregnar en ella toda tu aterciopelada piel de mujer y se entregan a ti y te penetran con esas cosas maravillosas y te hacen gozar de tal formas que tú no lo puedes resistir más y caes una y otra vez en unos orgasmos maravillosos en que pareciera se te va la vida al disfrutar intensamente de cada uno . Amigas he sido infiel, este ahora es mi gran pecado, ---- pero creo ha valido la pena.

Pronto más noticias mías.

Maribel.