Oficialmente eres mi esclavo - 2a parte

Cada vez más las relaciones en la cama se habían convertido en un ritual de dominación más severo por parte de Lucía a Javi,

Cada vez más las relaciones en la cama se habían convertido en un ritual de dominación más severo por parte de Lucía a Javi, había saboreado aquella noche que tener el control la gustaba, hacer sufrir a Javi y que él no pudiera hacer nada, la llevaba a excitarse a lugares donde nunca había llegado.

Al principio, solo le dominaba cuando estaban follando y ya estaba muy cachonda, era entonces cuando aparecían los bofetones o los mordiscos, y cuando se acercaba al orgasmo le empezaba a escupir, mientras que para Javi, el sexo se había convertido en quedarse tumbado bocarriba quieto, había aprendido durante aquellas semanas que cualquier movimiento, excepto tocarla el culo estaba penado y castigado, igual que hablar sin permiso, todavía recordaba días atrás cuando en plena excitación la había dicho “que guarra eres”, lo que indujo a Lucía en un minuto frenético de durísimos bofetones en su mejilla izquierda, mientras le repetía asertivamente “¿Qué me has llamado?”

Javi no pudo articular palabra, no sabría cuántos bofetones recibió, al octavo había perdido la cuenta porque le alcanzó la oreja y le empezó a pitar. Lucía seguía preguntando ¿Qué le había llamado?, pensó en contestar para aliviar la situación, que le encantaba que fuera una guarra como disculpa, pero pensó a su vez que la paliza en la cara todavía podía ser mayor y dejó que la rabia de ella se calmase sin decir nada.

A Lucía le daba igual la intención con la que Javi lo había dicho, ni se paró a pensarlo, lo aprovecho, solo sabía que tenía que aprender a ser un sumiso y era parte del proceso que se había propuesto para domarlo. Después de esos bofetones se sintió tan pletórica que empezó a follárselo con un movimiento de cintura increíble, para conseguir su orgasmo, y vaya que si lo hizo, quedó exhausta y se durmió encima de él, que no se liberó hasta que Lucia se resbaló definitivamente para quedarse dormida encima de la cama.

Después las dominaciones ya empezaban al comienzo de empezar a calentarse. Hasta ese momento tenéis que saber que Lucía y Javi tenían una relación de pareja bastante normal y ella era bastante dulce con él hasta que llegaban, como decía, a ponerse a tono.

Lucia ya le ordenaba que la quitará la ropa, que se la quitase él y ya no preguntaba si le apetecía “irse a la cama” mientras veían la televisión en el salón, ahora le ordenaba comerla el coño, cosa que Javi por supuesto acataba, ella sabía que aparte de tenerlo bien domado pocas cosas más le gustaban más que su coño, para Javi era una suerte que Lucía le mandase eso, desde la primera vez le había encantado comérselo, aunque ahora la expresión de ella había cambiado, le miraba con una pose de superioridad y satisfacción que parecía que le decía "eso es mi perrito, me encanta que me obedezcas"

Después del sexo dejaban la dominación de lado y volvían a ser una pareja cariñosa con una vida donde disfrutaban de las cosas más normales, como paseos, escapadas de fines de semana y la rutina de la semana de trabajo.

Hasta que Javi recibió un WhatsApp de ella,

¡Buenos días! (emoticonos de besos con corazones) Qué tal estás?,

lo normal de todas las mañanas cuando estaban cada uno en su casa, pero la siguiente línea ponía,

-  Hoy vas a venir a mi casa a las 12 y me vas a comer el coño

  • Ah y no quiero que hables ni preguntes ni nada, cuando te abra la puerta vas a mi habitación te agachas y empiezas a comer

Javi todavía en la cama. se le puso totalmente dura al leerlo imaginándose la escena, se le aceleró el corazón y empezó a pajearse, no pudo parar hasta que se corrió, una de las pajas más rápidas e intensas que recordaba.

Después de ducharse, 20 minutos antes de las 12 salió hacia casa de Lucía, llegó puntual, llamó y un minuto después le abrió la puerta, la vio y la pareció raro escucharla decir "venga pasa", por contra del hola qué tal habitual.

Subieron las escaleras que los llevaba hasta la parte de la casa donde ella y sus padres (que no estaban) vivían.

  • Muy bien, calladitos me gustan más,

le dijo mientras sonreía subiendo las escaleras por detrás de Javi.

Llegaron a la habitación y él se quedó quieto mirándola sin decir nada, hasta que ella corto el silencio,

  • ¿Que? ¿Te vas a quedar ahí parado? Desnúdate entero y agáchate ya sabes a lo que has venido. Lucia empezó a tocarse por encima de su vestido, viendo a Javi desnudarse por su orden,

  • Rápido no tengo toda la mañana para ti

Mientras él se desnudaba, Lucía se quitó el tanga, se subió el vestido y se tumbó en la cama mientras se abría de piernas, lo llevaba totalmente depilado y para sorpresa de Javi ya está totalmente mojado, lo que le hizo pensar que ya había estado tocándose antes de que llegara, lo que le provocó también un empalme instantáneo de nuevo.

Se colocó de rodillas en el suelo al lado de la cama y ella se acercó al borde para ponérselo a mano o más bien a boca. Durante unos minutos Javi se lo estuvo comiendo bajo la atenta mirada de Lucía, que estaba en silencio con los brazos echados por detrás de su cabeza observando con satisfacción. Cuando empezó a llegar el clímax las manos de Lucía se dirigieron al pelo de Javi, se los agarró todo lo fuerte que podía tirando de ellos enterrándole la cara en su coño, un minuto después el orgasmo llegó, cuando ya más que una comida de coño era una follada de cara.

Él con la cara empapada le estuvo comiendo el coño un par de minutos más hasta que ella le dijo,

-  Vale, suficiente, ahora te vistes y te vuelves a tu casa que tengo cosas que hacer.

Javi no se esperaba que siguiese la dominación después del orgasmo y se quejó levemente con un,

-  Pero… ¿Me voy ya?

A lo que ella le respondió,

-  Sí, ¿Alguna queja?

  • Ehh… no.

  • ¡Ah! me parecía que te estabas quejando, hoy has venido a esto y punto.

Lucía se puso a ordenar la habitación y cuando Javi se vistió ella solo le despidió con un “cierra cuando salgas.”

Durante los siguientes días apenas se vieron, a pesar de que en la desescalada había menos restricciones, fueron más cuestiones de carga trabajo.

Eso no detuvo a Lucía.

Antes de irse a la cama solían hablar por WhatsApp, cosas muy rutinarias, que tal les había ido el día, que has cenado,... Una noche Lucía le pregunto,

  • ¿Te vas a masturbar?

  • Seguramente sí que necesito relajarme

  • Ah pues me apunto, podemos calentarnos juntos.

Parecía la Lucía de siempre sin ordenar y el sonrío, pensando que por fin una noche sin tener que ser un sumiso. Cuando empezaron a ponerse a hablar se esfumó ese pensamiento a la primera de cambio,

  • Javi quiero comentarte unas cosas antes de que nos empecemos a tocar.

  • Vale, dime - dijo Javi poniéndose en alerta pensando que iba a sacar otro tema diferente al sexo.

  • A partir de ahora cada vez que te vayas a tocar, me vas a tener que pedir permiso.

  • ¿Siempre?

  • Sí y que no me enteré que te lo haces sin mi consentimiento. Y si a mí no me apetece tocarme cuando me lo pidas, me tendrás que informar de si vas a ver porno, ver fotos (Lucía de vez en cuando le mandaba fotos suyas picantes) o como lo vas a hacer ¿Queda claro?

Javi respondió automáticamente que sí, ya para ese momento, el proceso de doma al que le había sometido golpeándolo, mordiéndolo y tratándolo mal le habían educado en hacerle un buen sumiso y no llevar la contraria, incluso a distancia.

  • Ah y ya veré si te dejo tocarte o no, si te portas bien y me lo pides adecuadamente te dejaré seguramente, aunque no te lo aseguro, me puede apetecer que te aguantes y no te va a quedar otra cosa que joderte ¿Entendido?

  • Sí.

  • Sí ¿Qué?

  • Sí mi diosa.

  • Muy bien, así me gusta. Ahora desnúdate entero, rápido, te sacas una foto y me la mandas para comprobarlo.

Javi lo hizo todo la rápido que pudo y la mandó una foto tumbado en la cama desde el pecho hasta sus pies, con la polla bien izada.

  • Muy bien, me gusta que me mandes fotos y vídeos, si quieres contentarme ya sabes lo que puedes hacer.

Siguió escribiendo,

  • Escucha bien esto que te lo digo muy enserio, a partir de ahora Javi eres mi sumiso en todo momento. Vas a acatar todo lo que yo te diga, cuándo yo te lo diga. No necesito que me respondas porque es una evidencia que vas a ser un buen sumiso y que voy a poder hacer lo que quiera contigo.

Javi no respondió, respiraba fuerte en su cama asumiendo el papel que le tocaba de aquí en adelante en esta relación.

Ahora cógetela y empieza a pajearte, Lucía a su vez empezó a acariciarse su coñito en su cama mientras sonreía a la pantalla del móvil. Tras unos minutos de dirigirle la paja y avisarle de que ni se le ocurriera correrse sin su consentimiento, Javi vio una nueva línea en su móvil

  • Y ahora para oficializar esto, te he dejado una sorpresa en tu habitación en el cajón inferior de tu mesita.

Javi se sorprendió cuando abrió el cajón y vio una caja ¿Cuándo le había dejado eso ahí? La abrió desnudo en su habitación y para su sorpresa se encontró con un vibrador.

  • ¿Te gusta mi regalito?

  • Sí, que bien, podemos usarlo para futuros juegos.

  • No cariño, es para ti. Anda coge el lubricante y métetelo en el culo

Javi se paró a pensar si protestaba, no le gustaba mucho la idea, nunca se había metido ni le habían metido nada por el culo, solo se lo habían comido como mucho, no sabía que responder y estuvo un minuto decidiendo que la podía decir que no la molestara.

  • Venga rápido, no me gusta que me hagas esperar

  • Voy es que nunca me he metido nada,

entonces cogió el lubricante, se lo echó por el culo y puso la cabeza del vibrador sobre su ano, pero estaba tensionado y costaba que entrase.

Lucia le llamo por teléfono impacientada y al descolgar dijo

  • Mira cómo no tengas el vibrador metido en tu culo y me mandes un vídeo en un minuto te expones a un severo castigo .

y colgó sin esperar ninguna réplica, Javi recordó el chupetón/mordisco de unas semanas anteriores que le había amoratado y dolido el pecho durante una semana y media, casi tuvo que ir al hospital del dolor, pero le pudo la vergüenza. Echo una gran cantidad de lubricante, apretó con todas las fuerzas hasta que su culo cedió y el vibrador se metió completamente dentro, cogió el móvil y se grabó para que Lucía lo viese antes de que pasase el minuto.

Lucia lo recibió y en cuanto lo vio se empezó a masturbar frenéticamente, aunque todavía se permitió exigirle otro video dónde se viese como el mismo se follaba el culo, lo recibió al medio minuto, le mando un audio y después se lo puso en bucle, con el que sí llegó al clímax y obtuvo un orgasmo largo e intenso.

Javi con el culo relleno, se pajeaba sin piedad, esto le había pillado desprevenido y a pesar de estar solo, sentía como Lucía se lo estaba follando a él. Vio en la conversación un audio y le dio al play. Se escuchaba a Lucía con una voz de dictadora decir "eres mi puta y lo quiero todo, todo, todo" lo que le llevó a Javi a correrse al instante.

Un último mensaje apareció en su móvil antes de que Lucía se dejase llevar por el sueño…

Ahora sí. Oficialmente eres mi esclavo.