Oficial Valentín 9 (La calma antes de la tormenta)

CAPÍTULO 9: LA CALMA ANTES DE LA TORMENTA. Llega el día después de todos los acontecimientos ocurridos con la denuncia, pero antes de que se avecine una gran batalla.

OFICIAL VALENTÍN 9 – LA CALMA ANTES DE LA TORMENTA

Una ambulancia llegó por la herida de bala en el hombro del oficial Blake, mientras otra llegó por los oficiales Cooper y Valentín. Blake fue esposado y llevado a un hospital cerrado, bajo la escolta de la policía de Filadelfia. Cooper fue arrestado también y llevado al hospital por un (no grave) disparo debajo de la parte posterior de su cabeza. El oficial Jo Justin fue llevado esposado a la Comisaría, donde él y sus amigos serían sentenciados por cargos de conspiración de narcotráfico, extorsión e intento de asesinato. El oficial Jake Valentín rechazó atención médica, él y el Capitán McConnell regresaron a la Comisaría en el auto personal del Capitán.

“Señor…” dijo Jake, después de un viaje en silencio durante varios minutos. “…yo, uh… espero que todo esto que pasó no afecte mi posición como policía, señor.”

“Qué quieres decir, oficial?” preguntó McConnell, siguiendo a la patrulla que llevaba a Justin.

“Quiero decir sobre lo que vio que Cooper me estaba haciendo en los túneles, señor. Y… y sobre Melocotones.” Dijo Jake, avergonzado. McConnell sonrió.

“Oh. ESO.” Dijo él mientras mantenía sus ojos en el camino. “En cuanto a la violación… eso podría quedar como un secreto entre nosotros dos.”  Ofreció el Capitán. “Y sobre lo que concierne a Melocotones… bueno, lo que hagas en tus horas libres es asunto tuyo, hijo.” Añadió, pensando en su propio tiempo libre con el oficial Malik Jones.

“Gracias Señor!” suspiró Jake, sintiendo que se liberaba de un peso sobre sus hombros.

“Ahora qué tal si me cuentas lo que sabes sobre Gardner y Whitmen  y ese aparente PACTO que hicieron?”

“Hasta donde puedo decirle señor, ellos han estado en guerra con los traficantes de drogas y contrabandistas por años. Cuando Tempestad Williams salió con esta nueva droga ‘Sextasy’, intentaron saltar sobre sus hombres para llegar a él. Incluso detuvieron a su hermano ilegalmente y lo agredieron sexualmente debajo de ese puente”.

“Y tú viste eso con tus propios ojos?” preguntó McConnell.

“Sí, señor.” Admitió Jake.

“Por qué no viniste a mi contándome todo esto antes, oficial?” preguntó McConnell, incapaz de creer que todo esto estaba sucediendo en SU Comisaría, justo debajo de su nariz.

“Lo intenté señor… pero ellos me dejaron muy claro que usted no me creería sobre ellos. ELLOS tenían años de experiencia, y yo simplemente era el nuevo novato! Además… no sabía que tan corrupta estaba la cosa,- no estaba ni completamente seguro que podía confiar en usted… señor.” McConnell no respondió, sabía que algo raro estaba pasando en el momento en que Jake entró a su oficina solicitando un cambio de compañero, pero no indagó más allá. Sólo lo dejó pasar, pensando que eran sólo pequeños problemas de compañerismo. No podía culpar al oficial por no confiar en él, después de todo él le había dado el liderazgo a Gardner y Whitmen como los policías TOP, debido a que eran los que más arrestos hacían!

“Dime qué es lo que sabes! Quiero saberlo TODO!” ordenó McConnell. “Dónde está Gardner ahora?”

“No lo sé, señor. Los escuché decir algo sobre que él iba a tener un encuentro con Tempestad, mientras estaba encerrado en el maletero. Pero conociéndolos a los dos, podría asegurarle que no  será una reunión amistosa.” Respondió Jake.

“Sabes en dónde?” preguntó McConnell.

“No, señor. Pero los escuché decir que Tempestad tenía retenido al hijo de Bruce como rehén y que Bruce iba a tener que comprárselo si lo quería en una pieza de vuelta.”

“Mi Dios! Tenemos que averiguar dónde será esa reunión, antes que se maten entre ellos!”


El oficial de policía Bruce Gardner condujo a su desnudo hijo menor de edad de 18 años, inducido en drogas, hacia su hogar donde los esperaba su esposa. Lidia Gardner los recibió afuera de su casa con una manta y un rio de lágrimas. Ella ayudó a su hijo a salir del auto y entrar a casa, llenándolo de besos en su sucio rostro.  Bruce Gardner estaba fuera de sí, la ira llenaba su corazón mientras amor llenaba el de su esposa. Ella estaba agradecida de tener a su hijo con vida y en una pieza, mientras Bruce deseaba la sangre del hombre que lo puso en peligro. Regresó a su patrulla y comenzó a conducir rápidamente sin decirle ninguna palabra a su esposa. Revisó su arma buscando municiones mientras llamaba al oficial Whitmen a la Comisaría a través de su teléfono celular. Whitmen había estado tratando de comunicarse con su compañero Alan Cooper y con los oficiales Justin y Blake, pero ninguno contestaba sus teléfonos celulares.

“Bruce, dónde estás?” preguntó Whitmen, frustrado sin saber el paradero de ninguno.

“Reúne a los chicos! Vamos a ir tras ese PUTO de Tempestad! Esto se termina esta noche!” ordenó Gardner.

“No puedo comunicarme con los demás!” le informó Whitmen. “No están respondiendo sus teléfonos!”

“No importa, ya estoy en camino a Snyder’s Drive! Descubriré dónde vive ese negro hijo de puta, si es necesario mataré a cada prostituta y a cada traficante que se ponga en el camino!” gritó Gardner, emocionalmente. Whitmen sintió su dolor, no hace mucho tiempo atrás él pasó por lo mismo cuando su esposa fue secuestrada y violada.

“Nos vemos allí!” dijo Whitmen, saliendo corriendo por la parte trasera de la Comisaría y entrando a su patrulla. Mientras en la entrada del frente, el Capitán McConnell entraba con el oficial Valentín y un esposado Justin.

“Señor…? Dijo la oficial Daniels, saliendo desde atrás de su escritorio.

“Arresta a Justin, asegúrate que tenga una celda individual para él solo.” Ordenó McConnell, para la sorpresa de Daniels. ”Y averigua dónde están Whitmen y Gardner!” añadió, llevando a Jake hacia su oficina.

“JAKE!” gritó Melocotones, contenta, corriendo a sus brazos tan pronto como él entró en la habitación.

“Melocotones… quiero agradecerte por todo lo que -HHMMMPPHHH...!!" dijo Jake, su frase se cortó cuando Melocotones le plantó sus gruesos labios pintados en un profundo beso de alma. Él intentó alejarse, pero Melocotones cerró sus manos en su cabello, manteniéndolo cautivo. Los ojos de Jake se movieron hacia McConnell, quién simplemente sonrió para sí mismo, mientras cerraba y aseguraba la puerta de su oficina y cerraba las persianas para mantener privacidad. “Melocotones… POR FAVOR!!” dijo Jake, finalmente rompiendo el beso.

“Oh Jake, estaba tan preocupada por ti! No sabía si te volvería a ver de nuevo! No con VIDA –por lo menos!” respondió Melocotones, honestamente.

“SÍ, bueno… estoy BIEN. Gracias a ti y al Capitán!” dijo Jake, sosteniéndola con los brazos extendidos.

“En realidad, si no fuera por Melocotones y sus poderes de persuasión…, nosotros probablemente nunca hubiésemos sabido lo que estaba pasando.” Dijo McConnell, caminando para estrecharle la mano a ella. “Gracias.” Añadió él, agarrando su mano de manicurista firmemente. “Hace cuanto tiempo que ustedes…uh…se conocen…a uh, como pareja?”

“Hace sólo unos pocos días.” Sonrió Melocotones, parada orgullosa al lado de Jake. “Fue amor a primera vista!” prosiguió, recordando su primer encuentro, cuando ella le mamó la polla en el callejón, bajo las órdenes de Gardner.

“En realidad señor,  realmente NO somos una pareja.” Dijo Jake en voz baja, obteniendo una mirada fría de Melocotones.

“Entonces QUÉ SOMOS?” preguntó la dama, furiosa chupándose los blancos dientes perlados.

“Melocotones, por favor…”  susurró Jake. “…podemos discutir esto después?” Melocotones suspiró, luego se cruzó de brazos mientras se sentaba y cruzaba sus largas y deliciosas piernas. McConnell se pudo dar cuenta que Jake estaba avergonzado, pero que estaba tratando de disimularlo mientras estaba hablando. Justo entonces el teléfono del Capitán sonó. Era el despacho de policía llamando, indicando mediante una localización computarizada, la ubicación de los vehículos de los oficiales Gardner y Whitmen.

“Snyder’s Drive? Ahí es donde yo vivo!” dijo Melocotones. Qué estarán haciendo allí?”

“Buscando a alguien que sepa dónde vive Tempestad, tal vez?” respondió Jake, mirando hacia McConnell.

“Oh, eso puedo decirlo yo.” Dijo Melocotones. “Yo solía ser una de las chicas de su rebaño. Él vive en una vieja casa en Ogontz y Drumming. Es una fortaleza! Completamente armada! Tempe a menudo hablaba y alardeaba que esa había sido su primera casa de drogas exitosa. Como si nos importara una mierda! Gardner nunca llegará ahí!  Está fuera de los límites de todos, menos para los traficantes de drogas!”

“Oh en serio?” preguntó McConnell.


EN SNYDER’S DRIVE

Disparos se escucharon como truenos cuando 3 traficantes que trabajaban para Tempestad cayeron muertos en la escalera del edificio en donde vivía Melocotones. El oficial Gardner (mejor conocido como El Exterminador, por razones obvias) persiguió al último sospechoso (Rashad) hasta el quinto piso junto a su compañero en crimen (el oficial Whitmen), acorralando al distribuidor de drogas de 22 años en una de las habitaciones que usaban para la prostitución.

“Qué mierda es lo que quieren??” gritó Rashad sin ningún ingenio, mientras Gardner lo aporreaba con una seguidilla de golpes con su bastón nocturno. “Esto… esto no es personal, hombre…! Dijo Rashad, intentando hacerlo razonar, tratando de cubrir su cabeza, mientras era golpeado en su espalda, costillas y piernas. “…Yo… yo no sabía que era tu HIJO!!” mintió.

“DÓNDE ESTÁ TEMPESTAD??!!” exigió Gardner, entre golpes. Al principio Rashad se negó a contestar, sabiendo que la muerte sería el menor de sus problemas si es que terminaba traicionando a Tempestad. Pero Gardner tenía algo mucho peor que la muerte bajo su manga. Arrastró al joven afroamericano herido y sangrante hacia la ventana, y colgó la mitad de la parte superior y su torso sobre el borde de la ventana irregular, mientras rasgaba los pantalones del chico y rápidamente le metió la gruesa y palpitante polla dura de marfil de 23 centímetros en el culo del joven traficante, en un aterrador y horrible empuje.  Los gritos de Rashad podían escucharse por los blocks que estaban alrededor a medida que Gardner lo taladraba sin ninguna piedad. Pensó en su propio hijo mientras martillaba el estrecho agujero y la gorda nalga del chico negro hasta que el torso por completo colgaba flácido del cristal de la ventana, con los pies en puntas en el suelo mientras su trasero era follado como una vagina por primera vez en su joven vida. El dolor era insoportable. Rashad había follado por su parte traseros masculinos (y femeninos) en su carrera de traficante, pero no sabía el dolor que algunos drogadictos habían tenido que sufrir para lograr obtener algo de sus drogas. Se sentía como si su agujero hubiese sido arrancado desde adentro de su cuerpo hacia afuera. Cada vez que Gardner echaba sus caderas hacia atrás, sentía a la gran polla blanca retroceder en sus entrañas, haciéndolo sentir como si lo estuvieran matando. Luego el oficial tiraba sus caderas hacia adelante, conduciendo todo el largo de su herramienta de marfil, en el culo marrón oscuro, con toda su fuerza. Rashad no sabía cuánto tiempo más podría soportar este tipo inusual de dolor y tortura, mientras una pequeña multitud de prostitutas y drogadictos se reunían debajo de la ventana para verlo ser violado y verlo perder su virilidad.

“Dónde está él???!!” repitió Gardner cada 10 embestidas, para darle a Rashad algo sobre lo que pensar.

“AAAHHHH…yo…yo no puedo decírtelo hombre…! Tempestad me MATARÍA!” gritó Rashad.

“Yo lo haré!” lo amenazó Gardner. “Si es que no me dices en dónde encontrar a ese chupa polla hijo de puta, antes de que acabe dentro de tu hoyo negro… te tiraré de cabeza desde la ventana y te mataré antes que él!” Rashad miró hacia abajo. Estaba a 5 pisos del suelo, no había manera de sobrevivir de una caída de cabeza desde esa altura. Gritó por ayuda, pero ninguno de los espectadores se movió. Algunas de las prostitutas interrumpieron, burlándose de él mientras la polla de Gardner lo atravesaba rápido y duro. Rashad aún no se decidía a traicionar a Tempestad contando su paradero, cuando de repente sintió la polla del oficial Gardner hundirse profundamente hasta las bolas y luego comenzó a latir y escupir caliente y espeso semen en su agujero destrozado  y devastado.

“Se acabó el tiempo, idiota!” le advirtió Gardner, arrancando su chorreante polla del adolorido agujero y empujado a Rashad más allá de la ventana.

“ÉL ESTÁ EN OGONTZ Y DRUMMING, hombre!! Ogontz y Drumming! Es una fortaleza! Es dueño de todo el bloque!” gritó Rashad, lágrimas cayendo sobre su rostro como gotas de lluvia. Gardner lo empujó de vuelta a la habitación y lo tiró al suelo. Rashad cayó sobre su adolorido culo, mirando hacia arriba al jefe de policía blanco y su gruesa polla colgando. Rashad sintió que se le revolvía el estómago cuando vio la cabeza de la polla del oficial cubierta de sangre y de su propia mierda.

“Tú me LLEVARÁS allí!” insistió Gardner, agarrando a Rashad hasta dejarlo de rodillas. “Tan pronto como termines de limpiar mi polla con tu boca!” le dijo, empujando su polla llena de mierda entre los labios del joven de 22 años. Rashad se tambaleó ante el sabor de su propio agujero sucio. Sintió a Gardner agarrarle la cabeza mientras lo follaba con su polla semidura dentro y fuera de su boca. Una vez que el oficial estuvo satisfecho con la limpieza de su polla, la agarró y la volvió a meter en sus pantalones, luego arrastró a Rashad fuera de la habitación, quien se vio obligado a caminar con los pantalones abajo en sus tobillos y con el culo sangrando y goteando semen.


Una patrulla policial apareció en la casa del oficial Gardner, solo para darse cuenta que la familia estaba desaparecida. Bruce había ordenado a su esposa e hijos que empacaran inmediatamente sus cosas y se mudaran hacia la casa de la hermana de Lidia, en Colorado. En la casa de Whitmen, su esposa e hijos informaron que no habían escuchado del oficial Douglas Whitmen hace días. No tenían idea de su paradero y no podían ayudar a la policía a encontrarlo. Ambos carros policiales fueron encontrados vacíos (gracias al sistema gps de la computadora policial), estacionados frente al edificio de departamentos donde vivía Melocotones.

El capitán McConnell interrogó al oficial Justin durante horas, tratando de obtener información sobre el próximo movimiento de los oficiales Gardner y Whitmen. Pero después de una agobiante sesión, McConnell llegó a la conclusión de que Justin o era muy bueno engañando o no sabía mucho sobre nada! Era obvio que Justin era simplemente un seguidor de los planes de Gardner y Whitmen, y no tenía mucha información. Lo mismo pensó sobre los oficiales Blake y Cooper, quienes estaban bajo arresto en el hospital local. McConnell iba a asegurarse de que todos ellos fueran acusados de conspiración, intimidación, soborno, obstrucción, conducta desordenada de un oficial, extorsión, manipulación, intento de asesinato e incluso asesinato si es que podía encontrar evidencia que demostrara que Whitmen y Gardner tenían algo que ver con la muerte de los traficantes de Tempestad que encontraron en el edificio de prostitución.

“La prensa va a hacer un FESTÍN con todo esto!” se preocupó McConnell, aumentando la tensión de su dolor de cabeza mientras golpeaba de una pared de ladrillo hacia otra, dentro de una habitación en dónde se encontraba reunido con la Unidad Encubierta de la policía. Inmediatamente pensó en Malik (un oficial que estaba dado de baja por enfermedad en el departamento de McConnell) y deseó que hubiese estado ahora con él. “Hay alguna forma de que podamos entrar en la fortaleza de Tempestad, con la menor cantidad de sangre posible?”, le preguntó a su unidad encubierta, de la cual Malik también era parte.

“Vio la película ‘New Jack City’ señor?” respondió el oficial Cortez. “No hay manera de entrar ahí sin dejar muertos, señor!”

“Tempestad tiene las cuadras de esa manzana, fortificada con docenas de felices narcotraficantes y ex convictos entrenados para disparar antes cualquier extraño! Gardner y Whitmen serían completos idiotas para acercarse a esa fortaleza por sí mismos!” dijo Jackson, otro oficial.

“No olvidemos que estamos hablando de 2 de los mejores oficiales de la fuerza! Con más de 40 años de entrenamiento combinado entre ellos dos! Ellos saben todo sobre el trabajo encubierto y sobre penetrar fuerzas enemigas! No los subestimemos hasta que los tengamos encerrados de forma segura en sus celdas!” informó McConnell, respetuosamente.

“Qué pasa con el concejal Howards?” preguntó el oficial Smits, obteniendo las miradas de la habitación. “Lo han visto entrar y salir de la fortaleza de Tempestad durante meses! Si hay que entrar, él es el boleto!”

“Está bien…” pensó McConnell, mirando al oficial Jake Valentín. Vamos a recoger al concejal para interrogarlo. Pero lo haremos de manera discreta, no necesitamos que los medios de comunicación se enteren sobre esto antes de que tengamos algo concreto que informar! Entendido?” El pequeño ejército de oficiales encubiertos se levantó y se disolvió para hacer su trabajo en sus tareas asignadas.  Una vez que la habitación se despejó, McConnell le dijo al oficial Valentín que lo siguiera.

“Cómo te sientes, oficial?” le preguntó, preocupado.

“Estoy… bien, señor!” dijo Jake, tímidamente. McConnell sabía mucho sobre la vida privada de Jake (con Melocotones), lo suficiente como para hacer que Jake se sintiera extremadamente incómodo cerca de su oficial mayor. Jake sabía la visión que tenían los policías sobre la homosexualidad en el departamento, después de todo, su padre y su abuelo eran oficiales, -había vivido toda su vida escuchándolos hablar pestes sobre los oficiales que eran demasiado ´delicados´. Jake sabía que McConnell era de la vieja escuela y ahora estaba esperando que le pidiera su renuncia.

“Mira, por qué no te tomas un tiempo… tomas un descanso y llevas a Melocotones a casa? Ella parece que ha pasado por bastante estos últimos días.” Dijo McConnell, mirando a través de las persianas de la ventana de la oficina de la sala de escuadrones.

“uh… sí señor, gracias señor.” Dijo Jake, respirando más calmadamente. Salió de la oficina de McConnell sintiéndose incómodo. Se acercó a Melocotones (quién estaba recostada en una silla con la cabeza apoyada en uno de los brazos –dormida) y la despertó. “Estás lista para irte?” le preguntó en voz baja, tratando de mantener un perfil bajo en el resto de la habitación.

“Pensé que nunca lo preguntarías!” dijo Melocotones, saltando. Ella ya había tenido bastante dosis de policía y de su Comisaría con olor a cerdo. Siguió a Jake hacia el estacionamiento de empleados en la parte trasera del edificio. McConnell los vio salir mirando por la ventana, sus ojos recorrían el cuerpo musculoso de Jake mientras desaparecía de la vista. Cansado y frustrado tuvo que volver a pensar en los acontecimientos que ahora enfrentaba su departamento, se sentó en su escritorio y frotó el espacio entre sus ojos en donde se formaba la mayoría de sus dolores de cabeza.

“Señor…?” llamó alguien desde la puerta. McConnell pensó que era uno de los oficiales que había olvidado algo en la habitación, levantó la vista y vio a Malik.

“Mal…” dijo suavemente, levantándose de su escritorio. “…qué estás haciendo aquí? Deberías estar en casa, descansando!”

“Ya descansé lo suficiente, señor. Quiero volver a trabajar!” anunció Malik, con su brazo derecho todavía enyesado.

“Sabes que eso está fuera de discusión, Malik.” Dijo McConnell, cerrando la puerta detrás de Malik por el bien de su privacidad. “Todavía te estás recuperando de tu herida de bala, hijo…”

“Entonces métame como ayudante de patrulla! O detrás de un escritorio! Algo que no sea estar en cama aburrido!” se quejó Malik.

“De eso se trata la licencia por enfermedad, Malik! Es necesario asegurarse de que descanses lo suficiente!”

“Si no hago algo pronto… me volveré LOCO!” se quejó el oficial de 25 años.

“Por qué no te vas a casa unos días y visitas a tus padres? Eso puede hacer que dejes de pensar en el trabajo.” Le sugirió McConnell.

“Mis padres están muertos, señor.” Dijo  Malik, entristecido.

“Oh, lo siento…” dijo McCconnell, regañándose a sí mismo por no saberlo. Luego cerró las persianas de su oficina y agarró a Malik entre sus brazos. Malik no se resistió, permitiendo que McConnell lo besara mientras envolvía sus brazos en su compacta figura, mientras lo atraía. McConnell sentó a Malik en el borde de su escritorio, luego volvió a asegurarse que la puerta estuviese con pestillo antes de regresar. Se paró entre las piernas separadas de Malik y comenzó a besarlo nuevamente. Malik chupó la lengua del hombre mayor, sintiendo sus bigotes cosquillear en la parte lisa de su labio superior. Podía sentir que el paquete de McConnell comenzaba a endurecerse mientras golpeaba contra él. Malik se agachó un poco, con cuidado y con su mano sana comenzó a desabrochar los pantalones de su capitán.

“No aquí, Malik…” le advirtió el capitán, mirando alrededor para asegurarse de que por ninguna forma algún oficial pudiese espiarlos y verlos. Malik ignoró la orden de McConnell y logró liberar su erección. McConnell gimió suavemente, sabiendo que debería tener más control pero no quería al mismo tiempo que se detuviera. Malik se levantó, se desabrochó los pantalones y los dejó caer al suelo. Luego se los sacó como también sus boxers, luego se sentó en la misma posición en la que estaba antes. McConnel envolvió su enorme mano alrededor de la dura polla de Malik, y se preparó rápidamente para bajar, pero Malik lo detuvo. Levantó sus piernas y deslizó su trasero hasta el borde del escritorio, luego escupió sobre sus dedos y lubricó su propio agujero. “Malik… esto puede esperar…?” Malik agarró la polla del capitán y la apuntó hacia su ojete. McConnell cerró sus ojos mientras se hundía lentamente dentro del culo del joven oficial. “uhhh… esto está mal, no podemos hacer esto aquí…” gimió McConnell, sintiendo su polla rodeada por el apretado agujero de Malik. Malik envolvió su brazo bueno alrededor de la cintura del capitán, y empujó sus caderas contra él, -enterrando la polla del hombre completamente adentro.

Malik realmente necesitaba esta distracción, acostado en el departamento del capitán mirando el mundo pasar lo hacía sentirse que quedaba obsoleto demasiado rápido. Necesitaba algo para despejar su mente hacia otras cosas. Malik le quitó la corbata al capitán y comenzó a desabrochar su camisa y enterró su cara en el peludo pecho del hombre. McConnell descansó ambas manos sobre el escritorio a cada lado de las caderas de Malik, mientras lo follaba lentamente por el culo mientras Malik le chupaba los duros pezones erectos. McConnell sabía que si los atrapaban, significaba el fin de su carrera tal cual como la conocía. Pero por alguna extraña razón, no podía resistirse a Malik y sus sexuales demandas. Malik envolvió sus piernas alrededor de la cintura del capitán y lo sostuvo fuertemente mientras McConnell comenzaba a moverse más rápido. Ambos hombres lanzaban sofocantes gemidos, tratando de que el ruido fuera de la puerta de la sala de escuadrones fuera más alto que el de ellos. McConnell sintió los dientes de Malik hundirse en sus pezones, haciendo que mordiera sus labios inferiores en un masculino gemido. Malik sintió las caderas de McConnell moviéndose más rápido y comenzando a jadear más fuerte por los impactos. McConnell alejó la cabeza de su pecho y  besó a Malik cariñosamente. Malik echó su cabeza hacia atrás, pajeándose lentamente con su brazo bueno. McConnell pasó sus manos arriba y abajo de los extendidos muslos ligeramente peludos de Malik, mientras lo miraba risueñamente a los ojos. “Cámbiate a mi departamento, permanentemente!” le solicitó McConnell, queriendo mantener a salvo a Malik de todo y de todos. Malik no respondió, en cambio se corrió sobre su estómago y pecho, empapando su camisa de semen. McConnell vio la escena y folló más fuerte. Su polla se movía hacia adelante y hacia atrás en el agujero estrechamente contraído de Malik. En cuestión de minutos, estaba llenando el interior del joven oficial con una gran cantidad de esperma.

Los 2 hombres se abrazaron, todavía conectados por sus partes privadas mientras contenían sus respiraciones. Cuando McConnel finalmente se retiró, Malik saltó del escritorio y comenzó a ponerse sus boxers y sus pantalones. Su camiseta esta arruinada con manchas de semen, así que simplemente se subió la cremallera de la chaqueta para cubrirla. “Vas a darme una respuesta?” preguntó McConnell, limpiándose la polla con un pañuelo, antes de devolverla a sus pantalones y cerrar su cremallera. Observó el lenguaje corporal de Malik mientras el oficial lo ignoraba. “Malik…”

“Me va a volver a poner en servicio… señor?” preguntó Malik, abrochándose el cinturón. McConnell miró a Malik con cansancio. Durante un completo minuto se sintió en un estancamiento.

“Sí, estás de vuelta en servicio.” Respondió McConnell, abrochándose la camisa.

“Entonces sí, me mudaré contigo.” Respondió Malik, caminando hacia la puerta.

“Pero estarás de guardia…” gritó McConnell, mientras Malik alcanzaba la perilla de la puerta. “…hasta que tu brazo se cure.” Malik no respondió mientras dejaba la oficina.


Jake llevó a Melocotones a su departamento en el sur de Filadelfia. Después de una ducha en la comisaría y un cambio de ropa (que tenía en el casillero de su trabajo) se sintió como un hombre nuevo. Estaba contento de que su auto aún se mantuviera estacionado en el estacionamiento de su trabajo, cuando el capitán decidió dejarlo fuera de servicio por la noche. Jake sabía que los oficiales Gardner y Whitmen aún no habían sido arrestados, por lo que creía que no era seguro para Melocotones llevarla a su departamento en el norte de Filadelfia. Condujo hasta llegar al estacionamiento de su edificio y se estacionó en su lugar designado. Melocotones se había quedado dormida durante el relajante paseo y Jake odió tener que despertarla. Ella se veía tan tranquila sentada ahí con la cabeza ladeada hacia su dirección. Jake le apartó suavemente los cabellos de su peluca que se encontraban en su frente, justo cuando ella se despertó.

“Ya llegamos?” susurró, casi como un sueño.

“Sí, vivo en el piso 12.” Dijo Jake.  Melocotones bostezó y se estiró, luego agarró la manilla de la puerta. Tomaron el ascensor hasta el piso 12. Melocotones todavía llevaba su vestido de verano, sus sandalias y su peluca china, cuando salieron del ascensor y caminaron por el pasillo hacia el departamento de Jake. La inquilina que vivía al lado salió justo cuando Jake estaba colocando la llave en la puerta de su departamento. La blanca mujer mayor se quedó allí en estado de shock mientras miraba a Jake y a la amazona negra de 1,83 metros de estatura detrás de él. “Hola señora Magson.” Dijo Jake, nervioso mientras abría la puerta. La boca de la mujer se cayó cuando Melocotones lo abrazó por detrás y descansó su cabeza detrás de uno de los hombros de Jake, mientras miraba a la mujer sonriéndole. Jake rápidamente entró al departamento antes de que Melocotones fuese a decirle a la mujer algún insulto o algo embarazoso.

“Lindo lugar…” dijo Melocotones, mirando alrededor del departamento de 2 habitaciones. “Linda vista también…” añadió, mirando hacia afuera de los ventanales del balcón, dónde se podía ver todo el cielo de la ciudad a una distancia medianamente cercana. Jake echó un vistazo rápido alrededor del departamento asegurándose de que todo estuviera seguro. Una vez seguro, comenzó a relajarse.

“El baño está allí si quieres bañarte. Hay toallas, jabones y paños de lavado en los armarios interiores.”

“Gracias cariño.” Sonrió Melocotones.

“Tienes hambre?” Creo que puedo tener algunas cenas embazadas de ‘Hombre Hambriento’ en el congelador!” dijo Jake, dirigiéndose hacia la cocina. Melocotones se dirigió hacia el baño y comenzó a desvestirse.  Abrió la ducha y ajustó la temperatura antes de quitarse la peluca y entrar. El agua caliente se sentía como una terapia de masaje para su adolorido cuerpo! Todo lo que tuvo que correr como si fuera una chica de Los Ángeles de Charlie era para chicas blancas! Las chicas negras no hacían toda esa mierda de karate por un hombre que nunca habían visto ni follado!

Mientras tanto, Jake estaba ocupado en la cocina, calentando la comida y preparando una ensalada. Miró en los armarios y encontró una botella de vino que había estado guardando para una cena romántica con su novia Kelly, pero al parecer esos días ya habían terminado. No podía imaginarla con ganas de seguir en una relación con él, ahora que había descubierto que él y Melocotones habían tenido sexo! Todavía podía escuchar su voz gritando en sus oídos cuando ella se enteró de todo. “Te follaste a una ZORRA travesti gay! Me pones ENFERMA!” Jake estaba pensando en eso cuando Melocotones entró, vestida con una bata blanca de felpa que Kelly siempre usaba cuando lo visitaba, y con una toalla blanca envuelta alrededor de su cabeza como un turbante.

“Algo definitivamente huele bien.” Dijo ella, parada en la puerta.

“Encontré una cena de lasaña e hice una ensalada fresca. Me sorprende que las hojas no se marchitaran en el refrigerador.” Dijo él, poniendo la sartén caliente sobre la mesa. Melocotones entró y tomó la botella de vino mientras leía la etiqueta.

“Vino también? Eres tan romántico.” Dijo feliz Melocotones de manera seductora.

“Mira Melocotones…” dijo Jake, tratando de botar algo que tenía guardado dentro de su pecho. “…yo no soy lo que tú crees que soy.”

“Y qué es lo que yo creo, cariño?” respondió ella, sacando el corcho de la botella para verterla en 2 copas.

“Yo no soy gay! Yo tengo una nov… yo TENÍA una novia…” corrigió.

“Y ESO te hace heterosexual?” rio Melocotones. “Más de la mitad de los hombres a los que me follo tienen esposas y novias. De hecho, incluso yo en un momento de mi vida tuve una!” rio ella.

“TÚ?” preguntó Jake, pareciendo asombrado. Melocotones puso su mano en su cadera.

“Preguntas como si eso fuera imposible! No sabes a TODAS las niñas que estaban detrás de mí en la secundaria! Yo era un niño lindo!”

“Apuesto a que sí!” se rio Jake, recibiendo una palmada en el hombro.

“Lo digo en serio!” insistió ella. “Estaba pasando por una etapa de confusión en aquel momento!”

“En aquel momento?” bromeó Jake.

“Sí, en AQUEL momento! Ahora sé con toda seguridad quién soy! Soy la Reina Melocotones! Una Diva Extraordinaria! Y cariño, es mejor que sepas que soy una FIERA!” se proclamó ella con un chasquido de sus dedos. Jake tenía que admitir que ella era completamente extraordinaria de todas maneras! Si no fuera por ella, él en estos momentos estaría muerto!

“Entonces como llegaste a conocer a Tempestad?” preguntó Jake, cuchareando 2 colmadas porciones de lasaña y dejándola en 2 platos que tenían ensalada. Melocotones sonrió mientras se sentaba y comenzaba a recordar.

“Tenía 18 años, él me vio trabajando frente a uno de clubes del pueblo. Él ya era un traficante de drogas, pero no era tan importante como lo es ahora, pero yo aún así podía notar desde aquel entonces que tenía gran potencial. Él era malvado, enojón y sentía que el mundo le debía algo por el sólo hecho de vivir en él. Me llevó esa noche a su horrible apartamento y me folló como loco. Después de eso me puso a hacer dinero y se convirtió en mi proxeneta/amante. Yo fui su primera chica! Después de mi vinieron todas las demás! Y entonces su Imperio. Ahora ni siquiera recuerda mi nombre!”

“Lo amabas?” preguntó Jake, totalmente metido en la historia.

“Lo hice… o por lo menos fue lo más cercano al sentimiento de amor que 2 personas como él y yo pueden experimentar en las calles.” Dijo Melocotones. “Éramos jóvenes…, qué sabíamos sobre el amor? Ambos veníamos de duros pasados! Ninguno de nosotros alguna vez supimos lo que era el verdadero amor. Para mi era una polla dura y una pila de dinero! Para él, era poder y control!  Éramos un inminente choque de trenes!”

“Es una pena. Todos deberíamos experimentar lo que es el verdadero amor.” Dijo Jake, tomando un bocado de pasta.

“Sabes lo que es el amor real, Jake?” preguntó Melocotones. “Estoy seguro que piensas que es lo que tenías con tu novia – o como sea que se llame! Pero ella te mostró amor real cuando llamó a la policía y te pateó el trasero?” Jake no dijo nada, notando el sarcasmo en el tono de Melocotones. Él sabía el historial familiar de Melocotones. Sabía sobre su padre en prisión y sus hermanos asesinados en violencia callejera. Sabía que Melocotones había pasado duros momentos en su vida. Ella merecía algo de felicidad. Él esperaba que ella la encontrara pronto. Después de cenar, Jake puso los platos sucios en la máquina de lavar, luego le mostró a la señorita Melocotones su habitación (la habitación de invitados que estaba al otro lado del pasillo). Melocotones miró hacia adentro, luego miró a Jake perpleja.

“Y dónde dormirás TÚ?” preguntó ella con una duda en su cabeza.

“En mi habitación.” Señaló él, inocentemente.

“Por qué no podemos dormir juntos?” preguntó Melocotones.

“Porque ya te lo dije…, yo no soy así!” le recordó Jake.

“Lo has estado HACIENDO desde que te conocí! Por qué el cambio ahora?” argumentó Melocotones.

“Mira…” dijo Jake, tratando de mantener tranquila la tensión entre ellos. “…ya te lo dije, las circunstancias eran diferentes entonces. Yo estaba lleno de drogas!  Estábamos luchando por nuestras vidas…”

“Y eso hace alguna diferencia?” Ahora que no tienes que andarte escondiendo entre los callejones, ya no quieres follarme más?”

“Melocotones, no hagas esto más raro de lo que ya es…” suplicó Jake.

“Raro? Dijo Melocotones, insultada. “Oh, no te preocupes cariño! No lo haré! De hecho, puedes despedirte de mi natural culo negro en la mañana!” dijo ella, mientras cerraba de un empujón la puerta de la habitación frente a su cara.

“Melocotones…” llamó Jake, frente a la puerta cerrada. Se quedó allí parado por un momento, notando los daños de su frágil relación, entonces encorvó sus hombros y entró en su propia habitación y cerró la puerta. Jake se puso a dormir casi de inmediato, soñando con los últimos días y lo que había pasado en ellos. Su último sueño era con los camioneros que lo habían violado en el motel! Gimió en sus sueños mientras los recordaba follándolo una y otra vez en su golpeado culo, cada camionero disparando su carga dentro del culo devastado de Jake.  Estaba en la niebla de un posible sueño húmedo, cuando sintió a Melocotones colarse en su cama detrás de él. “Melocotones…qué…?” jadeó mientras de despertaba.

“Shhh…” lo hizo callar Melocotones, frotando lubricante entre las nalgas de Jake. Antes que él pudiera protestar, ella deslizó la cabeza de su polla hasta su agujero y empujó hacia adentro. Jake sintió la gran polla empujándose dentro de su cuerpo y arqueó su trasero contra ella, permitiéndole hundirse completamente de manera lenta.

“UHHH…” gimió, su ano la mantenía agarrada con fuerza mientras ella se movía hacia dentro de él. Sintió los pechos de Melocotones en su espalda mientras ella envolvía sus brazos en su musculoso torso y lo ponía en posición de cucharita. “No podemos estar haciendo esto…” dijo él, su propia polla ya estaba dura y goteando por el sueño.

“Cállate y disfrútalo!” le instruyó Melocotones, dándolo vuelta, dejándolo de estómago. Jake la sintió sobre él y separó sus gruesas piernas para darle a ella un mejor espacio para moverse. Melocotones se presionó contra su espalda, besándole la parte detrás del cuello y los anchos hombros mientras deslizaba su polla hacia adelante y hacia atrás salvajemente. Jake gimió suavemente, amando la forma en que la polla se sentía dentro de él. Apoyó su barbilla en la almohada que se encontraba debajo de él, mientras ella ponía la cabeza al lado de la suya y le susurró suavemente al oído. “Quiero ser tu chica, Jake.” le decía ella suave y eróticamente, lamiendo su oreja y chupándole el lóbulo. “Yo quiero estar así contigo por el resto de mi vida! Déjame ser tu mujer! Yo te haré feliz! Te lo juro!”

Jake gimió, escuchando la propuesta de Melocotones mientras ella lo follaba. Era difícil resistirse a ella de la manera en que ella golpeaba su mundo. A Jake le gustaban las mujeres, pero tenía que admitir que una mujer nunca iba a poder follarlo como un hombre lo haría. Melocotones parecía ser el puente entre los 2 mundos. Ella miraba, actuaba y caminaba como una mujer, pero follaba como un hombre. Ella era dura y agresiva cuando era activa en la cama y suave y femenina cuando era pasiva. Kelly (su última novia) no tenía ninguna de las gracias de Melocotones. Su único problema era, cómo el mundo los vería como una pareja? Por su puesto que Melocotones podía pasar cómo una mujer real para el resto de américa (si ella realmente lo intentaba, vistiendo y actuando femeninamente), pero ellos aun así seguirían siendo una pareja interracial. El mundo no era tolerante y abierto como ellos. Una pareja de distintos colores podía tener muchos problemas en las calles durante las noches. Jake no estaba seguro de estar dispuesto a ponerse a sí mismo en peligro innecesario.

Melocotones percibió sus dudas y aceleró el ritmo de sus embestidas, mientras comenzó a chocar sus caderas en el trasero de Jake más repetidamente. Ella condujo su gran polla a través de su apretado recto de manera constante, embistiéndolo dura y profundamente. Jake levantó su trasero más alto, dándole un mejor objetivo para golpear. Melocotones continuó repitiendo su propuesta en su oído, golpeando todos los puntos sensibles de Jake, mientras montaba su trasero como una campeona vaquera! Después de casi 20 minutos de fuertes embestidas, ella lo tenía prácticamente rogándole ser su hombre! Ella giró la cabeza hacia un lado, luego le robó un profundo beso en sus labios jadeantes, mientras ella lo perforaba duro por otros 10 minutos. Jake sabía que ella estaba a punto de correrse cuando sintió que los pezones se tensaban contra su espalda. La verga se hinchó en su recto mientras ella perdía el control de las embestidas. Melocotones gritó en voz alta como una mujer mientras el semen se disparaba de su pene y llenaba los intestinos de Jake con una carga humeante de su cremosa leche. Jake sintió que su colon se llenaba con el calor de su orgasmo, cuando ella rápidamente se la sacó y dio vuelta a Jake dejándolo de espaldas. Ella apuntó la polla de Jake hacia arriba y luego deslizó su coño anal engrasado previamente, sentándose sobre él, su coño masculino envolvió la polla del oficial hasta el hueso!

Jake apenas pudo recuperar el aliento cuando Melocotones comenzó a cabalgarlo, ella jorobaba su propio culo hacia arriba y hacia abajo a lo largo de la polla, mientras forzaba a que entrara completamente en ella. “Oh Jake…! Lloró ella, tocándole las costillas como soporte. Jake le agarró la cadera y observó cómo sus senos de copa A rebotaban ante sus ojos. Él podía sentir la carga de ella comenzando a escapar de su dilatado ano, cuando sus propias bolas se contrajeron y su polla comenzaba a disparar su esperma dentro del apretado conducto anal! Jake jadeó y se sacudió mientras su carga se disparaba. Después de un intenso clímax, Melocotones se inclinó hacia adelante y lo besó apasionadamente. Jake le devolvió el beso, envolviendola y abrazándola con fuerza mientras le chupaba la lengua. “Entonces…” dijo ella, rompiendo el beso después de varios minutos. “…esto quiere decir que somos oficialmente una pareja?”

“Con UNA condición” dijo Jake, mirando arriba hacia sus ojos.

“Cuál?” preguntó Melocotones, nerviosa.

“Tienes que dejar de prostituirte!”

“Pero…”

“Sin peros! Insistió Jake, seriamente. “Yo soy un POLICÍA! No puedo tener a una mujer prostituta como novia!” Melocotones lo pensó por un minuto. Prostituirse era el único trabajo que ella sabía hacer. Nunca había trabajado fuera de eso ni un solo día! Jake realmente pensaba que ella podía trabajar como camarera, o peor aún, como una dueña de casa? Ella era de la CALLE, pensaba y pensaba. Si la amaban, tenían que aceptar quién era ella. Y lo que ella era, era una travesti negra de 1,83 metros! Luego miró hacia abajo a los ojos de Jake. Él la estaba mirando de vuelta, su rostro estaba inseguro mientras ella reflexionaba sobre su demanda. Él se veía tan asustado y sexy al mismo tiempo. Ella pensó que si él estaba dispuesto a arriesgarse, entonces ella también!

“Está bien.” Dijo ella, simplemente.

“Está bien?” preguntó Jake, inseguro.

“Sí, maldita sea! Dije que ESTÁ BIEN! Dejaré de prostituirme por TI” dijo ella dejándolo en claro.

“Por NOSOTROS!” corrigió Jake, tirando de ella hacia sus brazos para besarla una vez más.


EN OGONTZ Y DRUMMING

Rashad Davis nunca había estado más asustado en su vida, mientras conducía su Rover hacia la zona que comúnmente era conocida como “El Boulevard de Tempestad” (la calle donde se encontraba la fortaleza de drogas). Se detuvo en la esquina del bloque, donde fue recibido por 2 pandilleros negros que vigilaban ese punto. Ellos eran traficantes de drogas del barrio, así como también eran vigilantes que denunciaban todos los autos no autorizados y personas de aspecto sospechoso que circulaban. Las personas de la zona sabían que no debían acercase al Boulevard de Tempestad, al menos que anduvieran buscando drogas o problemas. Personas que accidentalmente deambularon por el camino, rápidamente aprendieron a no hacerlo dos veces.

“Qué tal, Rashad?” dijo uno de los traficantes, caminando hacia el carro de Rashad.

“Ey…” dijo Rashad, nervioso. Había gotas de sudor formándose en su frente mientras agarraba el volante con fuerza. “Es…es… está Tempestad adentro?”, preguntó, tratando malamente de sonar normal.

“Sí. Por qué?” preguntó el chico, sospechando mientras miraba el coche para ver si Rashad estaba solo. Después de todo, Tempestad había dado órdenes claras de “cubrir las entradas” y “buscar policías…”.

“Nada hombre!” Yo... yo sólo quiero hablar con él sobre…uh…solo quiero contarle sobre mi…eh…”  De repente una manta en el asiento de atrás se dio vuelta y apareció el oficial  Gardner (El Exterminador!) vestido de negro y sosteniendo un arma. Él apuntó la pistola hacia el preguntón narcotraficante que estaba parado frente a la ventana trasera y disparó. El distribuidor de drogas no vio venir la bala cuando le atravesó la cara. Cayendo inmediatamente muerto al suelo, mientras Gardner se dio la vuelta y apuntó al otro chico. El segundo traficando de drogas vio a Gardner y se echó a correr. Gardner lo paró con 2 disparos en la espalda! Cayendo al suelo boca abajo.

“Eh,eh,eh,eh,eh,eh…eh…eh hombre!” gritó Rashad, cubriendo su cabeza mientras los balazos sonaban. Gardner lo agarró del cuello y lo apretó.

“Todo lo que tenías que hacer era llevarnos hacia la entrada trasera! Pero ni siquiera pudiste hacer ESO, negro estúpido!” escupió Gardner, disparando otro tiro directamente detrás de la cabeza de Rashad. Sus sesos salpicaron por todo el destrozado parabrisas. Gardner sabía que los otros traficantes tenían que haber escuchado los disparos y tendrían que estar corriendo en estos momentos. Empujó el cuerpo de Rashad hacia un lado y tomó su lugar en el volante.  Puso el auto en marcha, luego lo apunto directamente hacia la entrada de la fortaleza de Temestad. Francotiradores desde los tejados disparaban contra el Rover mientras conducía a toda velocidad por la calle y se estrellaba contra el frente de la entrada del edificio con un fuerte estruendo de metal. Algunas de las tropas terrestres, caminaron cuidadosamente hacia el automóvil para ver si el conductor había sido herido (sin saber que Gardner se había bajado del vehículo apenas lo puso en marcha), entonces el auto explotó repentinamente (por el detonador) en una explosión de fuego. 4 traficantes fueron asesinados instantáneamente, mientras varios edificios cercanos comenzaron a incendiarse.

Tempestad escuchó la explosión y saltó de la cama (con Jazmín y Zafiro a cada uno de sus lados). Los 3 corrieron hacia la ventana, sólo para darse cuenta que el edificio estaba envuelto en llamas! Las 2 chicas comenzaron a gritar en pánico mientras corrían en círculo aturdidas. Tempestad calmadamente se vistió y llamó por celular a su nueva mano derecha (el reemplazante de Demetrio, que había sido uno de los tantos traficantes asesinados en el ataque al edificio de Melocotones) por respuestas. “Qué mierda es lo que está pasando? Preguntó, poniéndose los zapatos.

“Estamos bajo ataque!” Gritó una voz en pánico desde el otro lado del teléfono.

“Por quién?” preguntó Tempestad, buscando su arma.

“No lo sé! No he visto a nadie au… uuhhgggg!!" gritó el traficante antes que la comunicación se cortara. Tempestad empujó a las ‘chicas’ fuera de su camino y corrió hacia su planificada ruta de escape. Afuera, las balas volaban como en una zona de guerra. Había ventanas destrozadas,  cemento perforado, cuerpos reventados…, mientras el fuego se extendía rápidamente de una casa a otra.

De vuelta en la Comisaría, McConnell fue notificado de los balazos que estaban ocurriendo en Ogontz y Drumming. El departamento de bomberos también fue notificado y pronto los policías y los bomberos estaban en camino, liderados por McConnell y un equipo de sus mejores fuerzas especiales.

CONTINUARÁ…