Oficial Valentín 8 (La Denuncia)

CAPÍTULO 8: Finalmente Jake y Melocotones van a hacer la denuncia a la Comisaría.

OFICIAL VALENTÍN – CAPÍTULO 8: LA DENUNCIA

¿Cuántas horas habían pasado? Ninguno de los dos lo sabía. La cama estaba empapada de sudor. Sus cuerpos estaban cubiertos de restos de transpiración y semen. Sus labios estaban pegados mientras sus lenguas se batían dentro de las bocas del otro. Jake jadeaba, respirando con fuerza mientras enterraba la parte posterior de su cabeza en la almohada. Melocotones estaba encima de él, con las gruesas piernas de Jake abiertas entre su esbelto cuerpo, mientras enterraba y bombeaba su negra polla negra de 23 centímetros adelante y hacia atrás en su receptivo culo.

“Fóllame…uhhh! Fóllame…” gemía Jake, amando la forma en que se sentía la polla de ella dentro de él. Melocotones no era extraña en follar hombres heterosexuales por el culo. Siendo un travesti de 1,83 mts. y con una polla gorda de 23 cms., casi 2/3 de sus clientes se inclinaban para recibir su gran polla penetrar sus apretados culos masculinos. La mayoría eran heterosexuales casados, con hijos e hipotecas, otros sabía que eran homosexuales de closet o bisexuales, pero todos con un deseo de ser follados por el culo. Algunos elegían a los travestis porque eso todavía les daba la ilusión de estar con una mujer (era más fácil recibir placer anal si el hombre que te penetraba se parecía más a una mujer), mientras otros se excitaban al ser dominados por alguien que pareciera una verdadera mujer. Cualquiera que fuera la razón, Melocotones mantenía un buen uso de su grueso miembro de 23 cms., con el que había sido bendecida. Y actualmente lo estaba usando para llevar a Jake al quinto cielo.

Jake aún no podía creer lo bien que se sentía su trasero. Melocotones lo había estado follando por el culo desde el momento en que había vuelto al motel. Jake no le contó nada sobre la violación que había sufrido (del encargado del motel y los dos grandes corpulentos camioneros), ya que ambos estaban perdidos en una feliz lujuria. Él rompió el beso de alma que compartían y comenzó a mirar a los ojos de Melocotones mientras acariciaba su propia polla dura. Melocotones se colocó en posición de “flexiones” y continuó conduciendo su polla directamente a través del agujero del joven oficial. La polla de Jake comenzó a chorrear esperma caliente por todo su estómago.

“Dios, esta es la tercera vez consecutiva!” jadeó Melocotones, martillando su polla dentro de él con fuerza. Jake lloraba y jadeaba suavemente mientras ella incrementaba la velocidad. Jake sintió que la polla de Melocotones se volvía más rígida y más gruesa mientras ella la enterró dentro hasta  el fondo.

“Me voy a correr…! Anunció ella, tirando su cabello hacia atrás, mientras los músculos tonificados de su delgada figura comenzaban a marcarse y abultarse. Jake miró hacia abajo, entre sus piernas para ver la larga y gorda polla esconderse dentro de él, luego sintió la espesa carga de semen verterse dentro de su canal anal como el estallido de una represa. Melocotones gritó de alegría mientras se corría dentro del culo de su novio. Jake aceptó la carga de Melocotones, tirando de la cabeza de ella hasta que otra vez quedaron en un apasionado beso con lengua como calientes adolescentes.

“Te amo.” Susurró Melocotones, colapsando sobre Jake mientras su polla continuaba bombeando y exudando las últimas de sus cargas dentro de las entrañas de él. Jake silenciosamente envolvió sus brazos alrededor de su espalda, quedando pecho contra pecho mientras acurrucaba cariñosamente su cara en su cuello.

“Tenemos que movernos pronto. No podemos quedarnos en un mismo lugar por mucho tiempo.” Advirtió Jake suavemente.

“Lo sé.” Respondió Melocotones, sacando su polla y rodando sobre su espalda. Jake observó la gran polla negra y gorda que acababa de estar enterrada en su conducto anal y sintió un deseo abrumador por probarla. Pero Melocotones fue demasiado rápida al salirse de la cama. “Qué es lo que vamos a hacer ahora?” preguntó ella, estirando sus brazos sobre su cabeza y dándole a Jake una gran vista de su cuerpo. El cuerpo de Melocotones estaba en un constante contraste de sí mismo. Si lo veías como hombre, su cuerpo tenía mucha feminidad, caderas con curvas, glúteos gordos, piel suave y tamaño de copa A de implantes quirúrgicos, haciéndolo ver y parecer menos varonil, - si lo veías como mujer, su delgado y esbelto cuerpo tenía más tono muscular que la mayoría de las mujeres. Ella era una extraña mezcla de ambos sexos, lo que hacía que su atractivo sexual fuera más llamativo.

“Yo…yo no lo sé.” Admitió Jake. “No contamos con la policía, no contamos con el comisionado, no contamos con Kelly. Tengo que encontrar a alguien en el departamento de policía que escuche mi defensa y me crea. Pero no puedo arriesgarme a ir hacia la Comisaría y encontrarme con Bruce y los demás chicos.”

“OH! Tengo que decirte lo que Mercedes me contó antes!” recordó Melocotones, que se había distraído cuando Jake la empujó hacia la cama y le ofreció su culo ‘virgen’. “Ella me contó que el Exterminador descubrió que Tempestad convirtió a su hijo en un prostituto y ahora lo está vendiendo por dinero!” La boca de Jake se cayó de incredulidad. Él había conocido al hijo de Gardner en la cena que tuvo en su casa. “Y ahora la única forma que tiene el Exterminador para recuperar a su hijo, es COMPRÁNDOSELO a Tempestad!”

“Estás bromeando!”

“Nop. Se supone que están haciendo los planes para encontrarse en algún lugar esta noche para hacer el intercambio. El hijo de Gardner por dinero.”

“Esta podría ser la oportunidad que necesito!” pensó Jake en voz alta. “Con Bruce y los demás distraídos, podría ser capaz de entrar a la Comisaría y hablar con el Capitán McConnell! Estoy seguro que ÉL podría ser capaz de ayudarme después de decirle todo lo que ellos han estado haciendo!”

“Pero eso no es un poco peligroso, Jake?” Quiero decir, no tienes idea cuántos policías están del lado del Exterminador.” Le recordó Melocotones.

“Bueno, no puedo simplemente caminar por ahí… tendré que ponerme un disfraz. Algo para no ser reconocido por los policías y así poder entrar a la oficina del Capitán.”

“Sabes que te ayudaría en todo lo que pueda.” Ofreció Melocotones, sinceramente. Jake la miró a la cara y sonrió, luego sus ojos se posaron como hipnotizados en su polla, Jake se salió de la cama y se puso inmediatamente de rodillas frente a ella. Tomó el pene de Melocotones en su mano, y lo vio crecer y ensancharse. Actuando por instinto, se inclinó hacia adelante y tomó la gorda polla entre sus labios. Melocotones gimió, viendo a su hombre chupar su polla. Ella se agachó y suavemente acarició su rostro y su cabello mientras él mamaba novatamente. Jake se divertía mientras pasaba sus labios haca arriba y hacia debajo, acariciando los lados de la polla, lamiendo y humedeciéndola bien con su saliva antes de llevarla de vuelta a su boca para chupar como si fuese un enorme choco panda. Balanceaba su cabeza de un lado a otro, tratando de tomar tanta polla como pudiese sin ahogarse hasta la muerte. Melocotones sabía que Jake era un novato en lo que se trataba de sexo oral masculino, pero su entusiasmo por complacerla era suficiente para que su polla comenzara a gotear abundante líquido pre seminal en la punta. Jake podía saborear la crema salada, pero eso sólo lo hacía ponerse hambriento por más.

Jake movía su cabeza hacia adelante y hacia atrás con el pene duro en su boca, sintiendo que llenaba su boca a su máxima capacidad, antes de retirar todo el tronco dejando solo la cabeza adentro. Luego se dedicaba a chupar la cabeza durante algunos minutos para obtener el sabor del semen y después volvía a meterse otra vez lo máximo de polla que podía (aproximadamente la mitad) dentro de su boca. Melocotones se la sacó y comenzó a golpearle la cara con ella, dejando tatuajes de saliva mojada cuando su polla golpeaba sus mejillas.

“La quieres?” preguntó ella, poniéndosela en su boca pero negándole la entrada.

“Sí! Sí, la quiero!” respondió Jake, pajeando su propia erección mientras se mantenía de rodillas.

“Déjame escuchar que ruegas por ella!” jugueteó Melocotones, agitando su pene hacia arriba y hacia abajo ominosamente. Los ojos de Jake estaban pegados en ella.

“Puedo chuparte la polla?” preguntó él, sin quitarle los ojos de encima. “Puedo, por favor, metérmela de nuevo en la boca?” susurró.

“Por qué?” preguntó Melocotones. “Quieres mi corrida?”

“SÍ!” gritó Jake abriendo mucho la boca. Melocotones pensó que se parecía a esos pajaritos que vio una vez en un programa de naturaleza donde los pollitos abrían grande sus bocas para que su madre los alimentara con su primer gusano. Queriendo alimentar a Jake de manera similar, empujó su polla hacia adentro, empujándola entre sus rosados labios, metiéndola bien adentro hacia la parte trasera de su boca. Jake se atragantó cuando la cabeza de la polla chocó con el inicio de su garganta, pero Melocotones tenía un truco bajo la manga. Agarró a Jake de la cabeza, le inclinó la cabeza unos grados hacia abajo y luego enterró el resto de su polla en su novata garganta. Melocotones bombeó sobre el rostro enrojecido de Jake, sus labios se encontraban sellados sobre la ingle de ella mientras la erección de 23 centímetros se encontraba completamente enterrada en la garganta de Jake. Justo cuando él comenzó a entrar en pánico, ella se la sacó. Jake se sintió aliviado y muy excitado cuando el gordo pene negro emergió desde su garganta, brillando con su saliva. Tragó saliva y luego separó sus labios de nuevo. Melocotones repitió esta acción una y otra vez, penetrando la garganta de Jake con cada embestida hasta que sintió su pendiente orgasmo alcanzar el clímax. Rápidamente sacó su pene de los labios de Jake, y comenzó a pajearse profusamente. Jake vio la mano de manicurista bien trabajada de Melocotones moviéndose hacia arriba y hacia abajo, mirando luego hacia arriba a su cara para ver si estaba a punto de correrse. Cuando vio que sus ojos se le daban vuelta, se inclinó hacia adelante y abrió su boca.

"UUUHHHH, OOOHHHH..." gimió Melocotones. El pene comenzó a correrse, salpicando rayas de semen a través del atractivo rostro de Jake y contra su boca. Jake trató de dirigir la corrida directamente hacia su boca, pero los dos primeros chorros cayeron sobre sus mejillas y el resto de ellos contra su lengua.  Jake rápidamente se tragó el semen y luego abrió su boca por más. Melocotones se seguía pajeando, disparando más chorros dentro de su boca antes de retirar su mano. Jake la reemplazó con su boca, determinado a obtener hasta la última gota. Él se pajeaba su propia polla ferozmente hasta que Melocotones se dio cuenta que ÉL estaba a punto de correrse. Ella lo hizo levantarse del suelo y luego se arrodilló frente a él. Rápidamente tomó su polla de 18 centímetros dentro de su boca, tomándola desde la raíz, completamente dentro de su garganta de manera experta. Una fracción de segundos después, Jake descargó su última carga, disparando semen caliente directamente en la garganta de ella y dentro de su vientre.


Jake y Melocotones se encontraban camuflados detrás de un auto estacionado mientras observaban a los oficiales Gardner y Whitmen  discutiendo en el estacionamiento de policía. Luego Gardner se metió dentro de su patrulla y se fue. Whitmen lo siguió en su patrulla, sin su compañero Cooper. Jake estaba tratando de descubrir que quería decir todo esto. Dónde estaban Cooper, Blake y Justin? Se dio la vuelta quedando de espalda contra el auto que estaba usando de escondite y se puso a pensar.

“Cuál es el plan?” susurró Melocotones, agachándose a su lado.

“No lo sé todavía.” Respondió Jake, pensando mucho.

“Vamos a entrar?” preguntó Melocotones, mirando por si habían más policías.

“Yo… no lo sé, todavía.” Respondió Jake.

“Nos vamos a quedar aquí toda la noche?” preguntó Melocotones, ya cansada de escapar.

“Por qué no te CALLAS y me dejas PENSAR?” gritó Jake.  Entonces se le ocurrió una idea. “Tienes algún cambio?”

“Cambio?” preguntó Melocotones, aún enojada porque le había gritado.

“Sí, cambio!” Para el teléfono público!” respondió Jake. Melocotones puso los ojos blancos, luego de mala gana buscó en su sostén para sacar un par de monedas sueltas. Se lo entregó a Jake, quién, luego,  agachado pagaba un teléfono público que había a sólo unos metros de distancia.

“Comisaría 23, habla la oficial Daniels, en qué puedo ayudarle?” dijo una voz al otro lado del teléfono. ‘Daniels?’ – pensó Jake, él estaba al tanto de que había una mujer oficial, pero no la conocía muy bien. No podía arriesgarse a decirle quién era, en caso de que ella estuviera involucrada como uno de los secuaces de Gardner.

“Estoy buscando al oficial Alan Cooper. Está por casualidad?” preguntó Jake, disfrazando su voz.

“No. El oficial Cooper está de patrulla. Quiere dejarle un mensaje?”

“Y los oficiales Blake y Justin? Están disponibles?” preguntó él.

“No. Los oficiales Blake y Justin están actualmente fuera del edificio también. Puedo enviarlos hacia usted si la llamada es importante.” Ofreció Daniels.

“No. No, gracias, los llamaré a sus celulares.” Dijo Jake, colgando.

“A qué se debió todo eso?” preguntó Melocotones, curiosa.

“Tenía que averiguar si alguno de los malos policías se encontraban en el edificio! Ahora estoy seguro que la costa está despejada!” dijo Jake, finalmente sintiendo que algo estaba a favor de su camino.

“Entonces que vas a hacer? Caminar hacia adentro?” preguntó Melocotones.

“Exactamente.” Dijo Jake, levantándose para quitar el polvo de su ropa. Se alegró de que Melocotones le haya comprado nueva vestimenta.  Caminar dentro de la Comisaría de policía vestido con un enterito apretado color blanco piel, hubiese sido demasiado visible para cualquiera. “Quédate aquí.” Le ordenó Jake, cruzando la calle corriendo. Jake se agachó junto a la entrada de la comisaría, luego corrió hacia el estacionamiento trasero de vehículos y entró por la parte de atrás. Se agachó detrás de los autos y las paredes cuando vio a algunos agentes caminar y luego se dirigió al vestuario. Su llave de casillero estaba en su uniforme perdido, por lo que tendría que romper la cerradura para abrirlo y obtener las llaves de su casa y de su auto. Justo cuando se dio la vuelta para buscar algo lo suficientemente duro para romper la cerradura, quedó cara a cara con el oficial  Cooper. Antes de que Jake pudiera reaccionar, Cooper lo golpeó en la cara, golpeándolo de regreso contra los casilleros. Continuó con otro golpe hacia su estómago, doblando a Jake por el dolor, luego lo coronó en la parte posterior de la cabeza con un golpe de codo. Jake chocó contra el banco del vestuario y luego contra el piso. Para terminar con él, Cooper lo pateó hasta que dejó de moverse.

“Yo… este es Cooper, tengo a Jake!” dijo por su teléfono celular mientras se agachaba sobre el inconsciente oficial.

“Estamos en camino!” informó Justin, mientras él y Blake comenzaban a moverse, ellos se encontraban vigilando el edificio del departamento de Jake, en caso de que hubiese aparecido por ahí. Copper agarró el pelo de Jake a mano llena y le levantó la cabeza del suelo de baldosa.

“Creíste que ibas a alejar tu trasero de mí, cierto?” le dijo al dormido policía. “Pero ESTA vez, voy a disfrutar embistiendo mi verga en tu culo…” sonrió sádicamente. “…antes de que te mate!”


El sol comenzaba a salir mientras Melocotones esperaba y esperaba nerviosamente el regreso de Jake. Caminaba de un lado a otro sobre la calle de la Comisaría hasta que vio el carro policial de los oficiales Blake y Justin entrando por la calle y girando hacia el estacionamiento de la estación de policía. Ella supo entonces que Jake estaba en problemas! Mirando hacia el estacionamiento, vio a un tipo grande (al oficial Cooper) cargando una gran bolsa de lona sobre su hombro. Justin abrió el maletero de su patrulla, y Cooper arrojó la bolsa (que obviamente contenía el cuerpo de Jake) adentro. Entonces Justin cerró de golpe el maletero y todos los oficiales se subieron a la patrulla y se fueron. Melocotones los miraba a todos riendo y sonriendo mientras condujeron por frente de ella, pasando desapercibida.

“Oh mierda! Maldita sea! Qué hago!” se preguntó ella en pánico. Entonces caminó hacia el otro lado de la calle hacia la Comisaría. “AYUDA! AYUDA! Mi novio ha sido secuestrado!!” gritó enloquecida. Todos los oficiales (y criminales) dentro del edificio se dieron vuelta en dirección a sus gritos.

“Cálmese… señora…? Señorita…? Señor…? Dijo la oficial Daniels, saliendo de su escritorio de información. Ella miró a Melocotones hacia arriba y hacia abajo sospechosamente mientras se acercaba a ella con precaución. “Qué sucede?”

“Demetrio me dio a este chico para que lo vigilara para un amigo suyo y nos metimos en esto a lo grande pero luego descubrí que estos hombres lo perseguían y entraron en mi apartamento e intentaron matarnos pero escapamos y tomamos el bus hacia los suburbios  donde dijo que su antigua novia podía ayudarnos pero la perra no lo hizo y tuvimos que correr entonces fuimos a ese motel  para escondernos y llamé a mi amiga Mercedes para que nos diera algo de dinero para que pudiéramos venir hacia la ciudad pero estos tipos lo encontraron y ahora SE LO LLEVARON!!!”  gritó Melocotones, sin tomar nada de aire.

“Qué?” preguntó la oficial Daniels, nublada. “Qué hombre? Quién se lo llevó?  En qué clase de problema está él?”

“Necesito hablar con tu Capitán!” gritó Melocotones, histérica.

“El Capitán no está aquí en estos momentos, eh… señorita.” Dijo Daniels, con calma agarrando el brazo de Melocotones. “Por qué no vienes a mi escritorio y así podemos llenar un formulario de quejas?” Melocotones arrebató su brazo de la oficial.

“No tengo tiempo de llenar un formulario! La vida de mi novio está en peligro, perra!”

“Cuidado, cuidado… cuide su tono, caballero!” le advirtió Daniels, colocando su mano sobre su cadera por su arma.

“Quiero hablar con el Capitán!” demandó Melocotones, negándose a calmarse. “Tráeme al maldito Capitán, o voy a destruir esta comisaría!!” Justo en ese momento, dos oficiales que acababan de llegar se colocaron detrás de Melocotones y la derribaron al suelo. La oficial Daniels se sacó las esposas de la cadera y se apresuró a apresarla mientras Melocotones luchaba por liberarse, gritando y maldiciendo como una persona loca.

“Qué está pasando aquí?” preguntó el Capitán McConnell, justo cuando la oficial Daniels sacaba su bastón de noche y estaba a punto de golpear la cabeza de Melocotones.

“Nada señor! Tenemos todo bajo control!” dijo Daniels, envainando su garrote mientras esposaba las manos de Melocotones detrás de su espalda. Una vez asegurada, los 3 oficiales pelearon para ponerla de pie.

“Quiero hablar con el Capitán!  Dónde está el Capitán?” No pueden hacerme esto! Yo pago sus putos sueldos!” gritaba Melocotones mientras la movían.

“Espera!” dijo McConnell, caminando hacia ella. “Acerca de qué quieres hablar con el Capitán?”

“Mi novio… Jake Valentín, está en problemas!”


Dentro de la oficina del Capitán McConnell…

“Cálmese señorita, respire profundo…” dijo el Capitán McConnell, entregándole a Melocotones un vaso con agua para beber, mientras tomaba asiento detrás de su escritorio y la miraba con desconcierto. “Ahora, tomémoslo desde el principio. Quién es usted?”

“Mi nombre es Melocotones!  Yo soy un hombre pros…a, uh una femenina travesti! Yo conozco al oficial Jake! Él ha sido secuestrado por algunos de sus oficiales!”

“MIS oficiales?” repitió McConnell, poniéndose las gafas. “Qué quieres decir?”

“QUIERO DECIR que ellos se lo llevaron sin su consentimiento y probablemente lo están matando en estos momentos mientras estamos hablando!”

“Eso no tiene ningún sentido! De qué oficiales me estás hablando?” preguntó McConnell.

“El Exterminador!”

“Quién?”

“Ya sabes… el oficial  Gardner y sus amigos policiales!” aclaró Melocotones.

“Debe estar equivocada…uh, señorita. El oficial Gardner es un policía veterano con más de 20 años en las fuerzas!  Él ha sido condecorado por su valentía en la línea de…”

“Me importa una mierda si ha sido decorado en morado y encaje! Él es un policía corrupto! Jake iba a contarle sobre él y sus amigos, pero ellos lo golpearon con un puñetazo!” gritó Melocotones.

“Estás segura acerca de esto?” preguntó McConnell, de repente tomándola en serio luego de recordar la solicitud de Jake por un cambio de compañero hace un tiempo atrás.

“Positivo! Tiene que descubrir hacia donde esos bastardos se llevaron a mi hombre! Los vi meterlo en la parte trasera de su carro policial antes de que usted legara aquí!”

“Qué oficiales?” preguntó McConnell, levantando el teléfono.

“uh… creo que Jake dijo que se llamaban… Bieber y Drake!”

“Quieres decir Justin y Blake!”

“Lo que sea!” dijo Melocotones dando vuelta los ojos, molesta.

“Despachador!” gritó McConnell hacia el receptor del teléfono. “Dame una ubicación computarizada de Justin y Blake!” El despachador al otro lado de la línea puso el número del auto de Justin y Blake en la computadora y apareció un mapa de la ciudad. Un punto rojo indicaba la ubicación precisa. McConnell recibió la información y agarró la chaqueta que estaba en el respaldo de su silla.

“A dónde va?” preguntó Melocotones, mirándolo salir corriendo de su oficina.

EN OTRA PARTE…

Jake fue sacado de la parte trasera del carro policial y fue arrojado bruscamente hacia el suelo. Gimió de dolor cuando su cabeza golpeó el piso. Cooper lo sacó de la bolsa de lona, una tremenda sonrisa se deslizó a través de su rostro cuando el objeto de sus sueños húmedos se hizo visible.  Jake salió de la bolsa balanceándose y  lanzó un golpe hacia la parte superior de la mandíbula de Cooper, luego lo pateó dolorosamente en la rótula. Cooper gimió de dolor mientras Jake intentó ponerse de pie y correr hacia él, pero Blake lo paró en seco.

“Apágate Jake!” le gritó, apuntándolo con su revólver. Jake se detuvo y se dio la vuelta. “Por qué no pudiste seguir simplemente con el programa? Nada de esto tendría que estar pasado!”

“Qué programa? Ser prejuicioso? Estafar a traficantes de drogas? Hacer contragolpes? Eso no es trabajo policial!” dijo Jake, dándose cuenta de dónde estaba (en el apartado lugar debajo del puente donde Gardner y sus amigos violaron a Joseph Williams – el hermano de Tempestad).

“No debiste haberte vuelto contra nosotros!” dijo Blake, enojado.

“Entonces qué vas a hacer? Vas a dispararme?” preguntó Jake, mirando por el cañón del arma de Blake.

“No antes de que te FOLLEMOS!” dijo Cooper, golpeando a Jake en la parte trasera de la cabeza. Jake cayó boca abajo en el suelo. Cooper se puso encima de él incluso antes de que el aire pudiese salir de sus pulmones. “Maricón!” le gritó, ignorando el dolor de su rodilla mientras tiraba de los pantalones de Jake. Jake trató de alejarse, arañando la tierra y la grava mientras sus pantalones eran arrancados de su cuerpo. “No es un lindo culo?!” preguntó Cooper, lamiendo sus labios cuando aparecieron a la vista los dos grandes melones de carne humana. Su polla ya estaba dura, desde el instante en que había dejado inconsciente a Jake en la Comisaría.  Él había estado esperando por mucho tiempo hundir su polla dentro de los panes americanos de Jake. Se sacó la verga erecta del uniforme y se subió a la espalda de Jake. Jake gritó cuando la polla se hizo camino a través de su ano seco y se alojó en lo profundo de los cálidos confines de sus entrañas.

“Vamos, Al… olvida esta mierda!” se quejó Justin, poniéndose nervioso al segundo.

“Sí, Al… sólo dispárale y terminemos con esto!” añadió Blake.

“A la mierda con eso! Esta pequeña mierda ha estado caminando como si su mierda no tuviese olor! Ahora tengo la oportunidad de meterme dentro de su culo y mostrarle como realmente huele! Y no voy a perder esta vez!” respondió Cooper, chocando contra el culo súper carnoso de Jake con golpes profundos y duros. Jake podía sentir cada embestida que el enloquecido hombre lanzaba contra su desnudo trasero. Sin el lubricante adecuado, el pene de 18 centímetros de Cooper dolía mucho más que la gruesa barra negra de 23 centímetros de Melocotones.  Cooper golpeaba salvajemente dentro del musculoso oficial, su polla dura como el acero atravesaba el apretado anillo rojo como un puño, mientras golpeaba su camino hacia el recto sin parar.

“Esto es una mierda!” dijo Justin, caminando de regreso a la patrulla.

“A dónde vas?” preguntó Blake, todavía sosteniendo su arma.

“Estoy FUERA de esto! Esta mierda es de locos! Cooper está loco de lujuria por Jake, eso le está nublando el juicio!”

“Estamos TODOS juntos en es to!” le recordó Blake. “No puedes simplemente irte!”

Cooper estaba tan excitado de estar finalmente dentro del atractivo Jake, que comenzó a correrse prematuramente. Jake sintió el grande cuerpo del tipo comenzar a agitarse y sacudirse encima de él cuando entró en convulsiones, los gruñidos de Cooper lo transformaron en un animal mientras aullaba y gritaba. Caliente semen inundó el recto de Jake como una inundación de agua. Luego Jake creyó oír sirenas por un minuto… pero entonces levantó la cabeza para darse cuenta que no era su iaginación.

“Qué mierda es eso?” preguntó Justin, saltando hacia afuera de la patrulla.

“Suena como sirenas!” dijo Blake, mirando hacia la entrada. De repente, diversos carros policiales llegaron a la vista con sus luces y sirenas encendidas.

“Hey…! HEY Cooper! Levántate! Apúrate!” gritó Blake, corriendo hacia la parte de atrás de la patrulla. Cooper estaba en medio de un intenso orgasmo. Él era el único que no había escuchado el sonido de las sirenas acercándose. Finalmente las escuchó acercarse cuando terminó su orgasmo.

“Qué mierda está pasando?” preguntó saliendo del culo de Jake y poniéndose de pie.

“Salgamos de aquí!” sugirió Justin.

“Y qué pasa con  Jake? No podemos dejarlo…” Cooper miró hacia abajo para encontrar que Jake se había ido. Se dio la vuelta y lo vio casi arrastrándose (sin pantalones) en dirección opuesta, hacia la entrada de los túneles subterráneos. “Este pequeño hijo de puta… se está escapando!” gritó Cooper, corriendo tras de él. McConnell detuvo su auto en seco, luego se colocó detrás de las puertas del carro y apuntó su arma a los dos oficiales.

“Suelten sus armas!  Manos en el aire!” gritó. Los otros vehículos lo siguieron, deteniéndose detrás de él y haciendo lo mismo.

“Tenemos a un sospechoso criminal suelto en los túneles, Capitán!” gritó Blake, tratando de salvar lo que quedaba de su carrera.

“SÉ lo que estás haciendo Blake! Suelta el arma, AHORA!” ordenó el Capitán.

“Qué hacemos ahora?” preguntó Justin, con miedo de ir a la cárcel. Blake no respondió, pensó en su futuro y eso no incluía la prisión. Apuntó su arma hacia el Capitán y comenzó a disparar. McConnell se agachó detrás de la puerta cuando la primera bala rompió su parabrisas. Se paró y disparó de vuelta, baleando a Blake en el hombro. Sangre salpicaba como pintura de una lata de aerosol. Justin levantó sus manos instantáneamente mientras veía a su compañero caer de rodillas,- dejando caer su arma. McConnell  y los otros oficiales se acercaron rápidamente.

“Abajo! Abajo!” gritó McConnell , sosteniendo su arma hacia adelante. Justin se dejó caer rápidamente, colocando sus manos sobre su cabeza. McConnell corrió pasándolo, yendo a Blake que era el más peligroso. Pateó el arma que se encontraba al frente del oficial sangrante, luego lo empujó boca abajo en la tierra. Los otros oficiales tomaron el arma de Justin, luego lo esposaron y lo arrestaron hacia el carro policial. “Llamen una ambulancia!” ordenó McConnell, corriendo hacia los túneles al pie del puente.

Los túneles de Bridge Street generalmente estaban cerrados al público. Ellos habían sido usados como ejes de mantenimiento para los trabajadores del puente durante la construcción a principios de siglo. Pero ahora en tiempos modernos, los matones y vagabundos habían descubierto las vallas encadenadas y las puertas de madera que los habían mantenido ocultos por décadas. Ahora el Capitán McConnell se encontraba desafiando las profundidades de los oscuros túneles, en su primera aventura armada en años desde que se convirtió en Capitán. Su corazón latía en kilómetros por minuto con emoción mientras la adrenalina corría por su sistema. Podía sentir que su cuerpo comenzaba a sudar a pesar de la frescura de los túneles. Caminó en silencio, cautelosamente tomándose su tiempo para no ser escuchado. Estuvo ahí sólo 5 minutos antes de escuchar los sonidos de alguien gritando, sonidos que se transformaron en gruñidos fuertes que resonaban a través de los túneles, en estéreo. McConnell se acercó con cuidado, su arma preparada mientras rodeaba la esquina para encontrar al oficial Alan Cooper agrediendo sexualmente al novato oficial Jake Valentín. Cooper tenía al joven oficial de espalda, su revolver colocado en la boca de Jake mientras yacía entre sus piernas, follándolo por el culo tanto tiempo que McConnell no podía recordar.

Jake miró a la cara de Cooper. Se dio cuenta que el oficial tenía cara de loco, - de realmente loco mientras presionaba la pierna izquierda de Jake contra su pecho para una acción más profunda. El revolver se sentía como un fierro frío en su boca, sus labios se encontraban envueltos alrededor del cañón como si fuera una polla de acero, preparada para disparar en cualquier momento. Cooper amaba el miedo en los ojos de Jake, eso sólo lo hacía follar al oficial más duro mientras luchaba por mantener el dedo sujeto en el gatillo sin disparar accidentalmente (al menos no hasta que haya terminado de follar). Él gemía y gruñía cada vez que su polla perforaba el culo del joven policía, amando la forma en que el agujero de Jake se amoldaba a los contornos de su polla. Él SABÍA que Jake sería un buen polvo, lo sabía desde la primera vez que vio al guapo y físicamente bien construido policía entrar en el vestuario. Lo sabía cada vez que observaba a Jake enjabonarse en las duchas, su culo perfectamente formado lo volvía loco de lujuria y lo dejaba con una potente erección cada vez que lo veía en escena. Ahora estaba enterrado hasta las pelotas en el culo apretado y jugoso del oficial, y era sólo cuestión de minutos antes que disparara dentro del hoyo de Jake otra vez, - su dedo temblaba en el gatillo mientras su cuerpo comenzaba a temblar con otro temprano orgasmo.

“Oh sí! Oh mierda! Te tengo ahora, perra! Seee! Tengo este rico agujero!  Qué tienes que decir ahora? Eh? No puedo escucharte, perra! No puedes hablar con tu boca llena, eh? Sigue chupando la polla de acero, puta!  Está a punto de dispararse tan pronto como lo haré yo!” lo atormentaba Cooper. Una media docena más de bombeos y su orgasmo ya estaba en él. Los ojos de Jake se abrieron cuando sintió la polla de Cooper ensancharse. La sintió latir y luego sintió que disparaba gruesos chorros de semen dentro de sus entrañas.

"AAARRRHHHHH SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!” gritó Cooper. Jake cerró sus ojos, sabiendo que otra explosión estaba a punto de ocurrir, una que seguramente no estaría consiente para ver.  Entonces de repente… Cooper cayó hacia adelante, - inconsciente. Jake abrió los ojos sorprendido cuando sintió el peso muerto del cuerpo de Cooper caer sobre él como un saco de cemento. Levantó la vista para encontrar al Capitán McConnell parado sobre ellos, su arma se volvió hacia atrás para revelar el mango brillante con sangre fresca sobre ella.

“Estás bien, hijo?” pregunto McConnell, inclinándose sobre el inconsciente oficial. Demasiado avergonzado para hablar, Jake sólo puedo asentir con la cabeza. McConnell le ayudó a dar vuelta a Cooper para sacarlo de encima de él y quedara de espaldas. La flácida polla de Cooper salió del agujero de Jake. Por una fracción de segundo McConnell tuvo una clara vista del recién follado agujero de Jake, antes de ayudar al aturdido oficial a ponerse de pie.

“Cómo… cómo me encontró?” preguntó Jake con curiosidad, tratando de cubrirse con sus manos.

“Una histérica mujer bombardeó la Comisaría, gritando que su novio había sido secuestrado.”  Explicó McConnell. “Ella fue muy convincente. Conoces a alguien llamada… Melocotones?”

Jake sintió que su corazón se congelaba.

CONTINUARÁ…