Oficial Valentín 5 (Inesperada Alianza)
CAPÍTULO 5: INESPERADA ALIANZA. Jake se encuentra con un antiguo personaje que al parecer lo mantendrá a salvo de su muerte.
OFICIAL VALENTÍN – CAPÍTULO 5: INESPERADA ALIANZA
Un delirante Jake yacía desnudo en el piso de un oscuro sótano en un abandonado dúplex de narcotraficantes, dopado con la ilegal droga callejera Sextasy, que según los informes convierte a los usuarios en demonios sexuales. No tenía idea cuánto tiempo había estado en ese oscuro sótano (iluminado sólo por su caída linterna). Él había sido dejado ahí por su pareja, su compañero de policía, - que lo drogó y lo violó sin misericordia y luego lo dejó ahí. Jake nunca había experimentado algo tan abrumadoramente poderoso en su vida. No estaba seguro si era el sexo o las drogas, pero su polla estaba dura y en extrema necesidad de atención. Se acarició la polla, solo y desnudo en el piso del sótano. Su mente seguía pensando en la polla de Gardner embistiendo su trasero virgen. Con un dedo curioso se agachó para tocar su culo mojado y adolorido. Su dedo se hundió fácilmente, ayudado por la dilatación y el esperma dejado por su compañero.
“Qué es lo que tenemos aquí…??” Escuchó que decía de repente una voz en la oscuridad. Jake saltó de susto y buscó por su arma guardada en su desechado uniforme. Agarrando la linterna, la apuntó entre la oscuridad.
“Por aquí, chico blanco.” Dijo una voz. Jake apuntó encontrándose a un joven negro parado en la habitación con él. Jake apuntó con su arma, sus manos temblaban por el efecto de las drogas, pero el chico parecía inexpresivo. Otro apareció detrás de él, luego otro.
“Es un policía.” Dijo uno.
“Es un policía DESNUDO, con una erección.” Corrigió otro chico.
“Qué mierda está haciendo aquí?”
“Tal vez… buscando una gran polla negra!” respondió otro hombre, agarrando su entrepierna. “Alguno de ustedes alguna vez ha tenido coño de policía? Es el mejor! Tuve un poco en prisión, un guardia que solía follar cuando estaba ahí… hasta que lo despidieron!”
“No me importaría tener algo de vagina de policía blanco para mí mismo!” dijo otro. Los hombres se movieron acercándose. El arma y la linterna de Jake temblaban de manera independiente. Ninguno de ellos llevaba armas, en cambio de eso ellos lo tentaban con sus bultos. Los ojos de Jake se abrieron cuando se dio cuenta de los tesoros que habían debajo de las cremalleras de los pantalones. Todavía estaba bajo los efectos de la droga y el sexo era lo más importante en su mente. Uno de los hombres se acercó a él y desabrochó sus jeans.
“Quieres algo de esto?” preguntó, sacando una gorda polla negra semi dura. Jake instantáneamente bajó su arma mientras el hombre se acercaba. Agarró a Jake del pelo y lo empujó hacia su entrepierna. Jake sintió el gordo tronco chocando contra la superficie de su boca. “Lámela, perra! Cómetela, es tuya!” Manteniéndose con sus rodillas y sus manos en el suelo, Jake comenzó a besar el pene del hombre, sintiéndola crecer frente a sus propios ojos. Pero en esta posición, su redondo y firme trasero sobresalía hacia lo alto a la vista del resto de los hombres. Uno de ellos se arrodilló detrás de Jake y comenzó a tocar su cálido agujero mojado.
“Maldición… está mierda está lista!” dijo, agarrando su propia erección para enterrarla en el trasero del recién follado policía caliente.
“Déjenlo en paz!” dijo una voz oscura y poderosa. Jake no estaba seguro de quién había hablado, pero los hombres al instante se hicieron a un lado, para su consternación. Buscó con su cara la larga polla negra que ya se había alejado de su alcance, entonces apareció otro hombre. A diferencia de los demás, éste vestía ropa de diseñador muy cara y caminaba con un bastón negro. Sin que nadie le dijera nada, Jake sabía que éste era el infame Tempestad Williams. “Estúpidos, están tan caliente por tener vagina gratis, que no se dan cuenta de una trampa cuando ven una! Piensan que este policía simplemente se le ocurrió sentarse aquí, borracho con mis drogas?! Esta es cosa del Exterminador!”
“Pero eso no tiene ningún sentido! Por qué un cerdo querría quemar a otro?”
“Quién sabe. Tal vez él sabe algo o vio algo que se supone no debía, así que lo drogaron y lo trajeron aquí para que NOSOTROS termináramos su sucio trabajo. Matar a otro policía. Con eso nadie sabría siquiera que ELLOS estuvieron involucrados.” Razonó Tempestad, mirando la forma desnuda de Jake.
“Entonces qué es lo que haremos con él?” preguntó Demetrio, una de las manos derechas de Tempestad. Tempestad pensó por un momento.
“Lo esconderemos… al menos hasta que descubramos qué es lo que sabe.”
La vida como una prostituta no era un trabajo fácil, implicaba estar varias horas de pie (de espaldas y de rodillas) en tacones de aguja de 13 centímetros. Y para un negro drag-queen de 1,83 metros y pies de 33 centímetros, no era una tarea fácil. Melocotones (también conocido como Darryl Walker) caminaba casualmente por su tramo habitual en Snyder’s Drive, vestida con una minifalda, una funda y una peluca blanca muy parecida a Halle Berry en la película de los X-Men. Soplaba besos falsos y saludaba coquetamente a los transeúntes, esperando a que alguien se detenga para darle a sus pies un descanso. Estaba a punto de prender un cigarrillo cuando un conocido auto se estacionó.
“Demetrio!” chilló ella, corriendo hacia el auto.
“Qué pasa chica? Estás haciendo dinero para Tempestad?” preguntó él, bajando el sonido de la música de su auto.
“Sabes que sí. Acaso no soy yo su mejor chica?” bromeó Melocotones, lamiendo por completo sus labios rojos color rubí de manera lasciva.
“Qué tal una muestra?” dijo Demetrio, Melocotones sabía que esa no era precisamente una pregunta mientras él tocaba el bulto de sus pantalones. Sin dudarlo Melocotones se metió dentro del auto. Ella ya lo había servido antes, de hecho a ella le encantaba servirlo a él. Era parte de los beneficios adicionales de los hombres de Tempestad, ellos podían acosar libremente a cualquier ‘perra’ que trabajará para él. Melocotones había dejado que Demetrio se la metiera hasta la garganta en más de una ocasión. Ella conocía su reputación, sabía que era un vicioso traficante de drogas y un asesino a sangre fría para su jefe. Aun así él siempre fue amable con ella y la trató como una dama. Nunca la insultó, ni le levantó la voz y siempre la saludaba con una sonrisa brillante, una palabra amable y una polla dura para que la chupara. Se acomodó en el asiento delantero al lado de Demetrio mientras él se desajustaba los pantalones para liberar su verga. Tan pronto cuando su polla golpeó el aire, ella se agachó y la tomó en su boca, chupando y lamiendo como si fuese un sabroso caramelo duro. A Demetrio siempre le gustó Melocotones (a pesar de su naturaleza de hombre) porque ella conocía su mierda. De todas las chicas que trabajaban para Tempestad (travestis o mujeres), Melocotones era por lejos la que daba mejores mamones. Ella ponía TODOS sus esfuerzos en eso, mostrando su entusiasmo y manteniendo a sus clientes regresando por más. Ella sabía cómo trabajar su feminidad para hacer que los hombres se sintieran más masculinos y apreciados. Muchos se le habían ofrecido para que dejara las calles, queriendo instalarla en un departamento privado como una ‘mujer de casa’, olvidando que ella era un hombre. Pero Melocotones siempre declinaba, amando más su independencia.
“Diablos bebé, eres la mejor chupando polla…” susurró Demetrio, un guapo pandillero negro de 20 años con una gorda polla de 20 centímetros de largo que necesitaba mucha atención. Melocotones estaba acostumbrada a comérsela a él hasta la garganta en promedio una o dos veces por semana. Ella sabía que en la realidad eso iba a ser lo más cercano a tener una relación ´real’ con él. Demetrio tenía una novia en casa, una REAL. Como la mayoría de los pandilleros que trabajaban para Tempestad, él se consideraba a sí mismo heterosexual. Él nunca dejaría a su mujer por un hombre, ni siquiera por uno tan sexualmente cargado como Melocotones. Todo lo que quería de ella era una buena mamada rápida cuando la necesitara, y a Melocotones ciertamente no le importaba dársela.
“Qué fue eso…?” preguntó ella, deslizando la polla erecta de entre sus labios y levantando la cabeza de su regazo para mirar alrededor, con curiosidad.
“Qué fue qué?” preguntó Demetrio, empujándole la cabeza hacia abajo de vuelta a su entrepierna.
“Yo…yo pensé que escuché…algo…” murmuró mientras la cabeza de la verga le llenaba la boca una vez más. Un momento después ella estaba chupando vigorosamente cuando sintió el sonido otra vez. Rápidamente volvió a levantar la cabeza.
“Qué?” preguntó Demetrio, frustrado.
“ESO! Qué es ese sonido?” preguntó ella, sacudiendo su largo cabello blanco fuera de su cara en un dramático movimiento.
“Oh, ESO. Eso es solo un policía imbécil que tengo en el asiento de atrás, Tempestad me pidió que me hiciera cargo de él.” Respondió Demetrio, con indiferencia.
“POLICÍA?” repitió Melocotones, mirando hacia el piso del asiento trasero donde Jake Valentín yacía en todo su esplendor hermosamente desnudo.
“Qué hay de malo con él?” preguntó ella, notando su extraña apariencia. “Lo drogaste?”
“Nah, lo encontramos de esa forma en uno de nuestros antiguos sitios. Ya estaba drogado, desnudo y alguien se lo había follado.”
“En serio? Dijo Melocotones, dándole al hombre blanco una segunda mirada. “Yo lo conozco! Él trabaja para el Exterminador! Ese es su compañero!”
“Lo suponía.” Dijo Demetrio. “Tempestad estaba seguro que era cosa del Exterminador. Él quiere que lo esconda hasta que descubramos qué es lo que sabe.”
“Dónde lo vas a esconder?” preguntó Melocotones.
“No sé. Lo dejaré en una de las casas de narcotráfico. Lo mantendré drogado hasta que Tempestad tenga lo que quiera.”
“Puedo quedármelo?”
“Qué?” se rio Demetrio, pensando que era una broma.
“Siempre quise un niño blanco cuando era una pequeña niña, pero mis padres nunca me dejaron tener uno.” Bromeó ella. “Puedo quedármelo? Porfi? Cuidaré muy bien de él hasta que Tempestad lo quiera ver.”
“APUESTO a que lo harías.” Sonrió Demetrio.
“Porfi? Rogó Melocotones, besando a Demetrio en la mejilla. “Porfi?” repitió, acurrucándose en su cuello. “Porfi?”
“Eres una perra loca!” se rio Demetrio. “Está bien, este es el acuerdo… si me chupas la polla REALMENTE BIEN y te bebes la corrida como es usual, podría dejar que te lo quedes. Qué tal eso?”
“Pensé que me tendrías una tarea más difícil.” Dijo Melocotones, ya ansiosa esperando que el traficante de drogas se corriera luego. Ella regreso su cabeza hacia la entrepierna y se tragó la polla de un solo golpe. Demetrio reclinó el asiento de su automóvil, cerró los ojos y disfrutó de lo que consideró la mejor mamada de la cuadra.
Atormentado por los recuerdos más recientes, Jake Valentín despertó de un torturado sueño en estado de shock al descubrir que estaba atado desnudo, boca arriba, piernas separadas en la cama de alguien, con los brazos y las piernas encadenadas a las barandillas de una cama de hierro lo que le impedía moverse. Trató en vano de escapar de los amarres que lo mantenían en su lugar, tirando de ellos hasta que sus músculos comenzaron a hincharse y a doler al no lograr nada con sus esfuerzos. Inmediatamente recordó lo que le había pasado, recordó cómo sus hermanos policías lo atacaron y lo dejaron desnudo y abandonado en un edificio en ruinas. La vergüenza y humillación instantáneamente regresaron cuando recordó que su compañero Bruce Gardner lo violó y sodomizó antes de dejarlo a su muerte. Después de eso, todo lo demás fue borroso. Pero era obvio que aún seguía siendo prisionero de alguien, la pregunta era de quién y qué pretendían hacerle.
Echó un rápido vistazo a la habitación en la que estaba prisionero. Era una pobre y descuidada habitación con agujeros en el techo y paredes que necesitaban reparación. La cama en la que estaba amarrado era una cama de hierro de la antigua usanza, con rieles antiguos y resortes de hierro en espiral, del tipo que hacía mucho ruido cuando alguien rebotaba sobre ella. A los pies de la cama había una cómoda alta y de estilo antiguo, algunos cajones estaban abiertos y Jake podía ver un conjunto de ropa de mujer colgando por los bordes. Frente a él había un tocador con largo original de un gran espejo ovalado. Pelucas y varios cientos de dólares en maquillaje desordenaban la parte superior del tocador junto con imágenes enmarcadas que Jake no pudo distinguir. Una lámpara de metal vestida con una pura bufanda negra, iluminaba la tenue habitación, una cómoda silla y un pequeño televisor de 13 pulgadas sobre un viejo y desvanecido soporte completaron el conjunto. Jake imaginó que estaba encerrado en la casa de la película ‘Qué pasó con Baby Jane?’. En ese momento oyó que se abría la puerta de la habitación y entró un alto hombre negro vestido sólo con una túnica de plumas color rosa puro. Su caminata era elegante mientras se acercaba al tocador y comenzaba a revisar los cajones. Jake lo observó en silencio por un momento mientras el hombre se colocaba loción en sus suaves y largas piernas, después usó una maquina eléctrica sobre ellas después de haber salido de una obvia ducha.
Darryl Walker (alias Melocotones) creció en las calles del suroeste de Filadelfia en El Desarrollo de los Proyectos Tasker. Allí vio a 2 de sus 3 hermanos asesinados con violencia relacionada a las pandillas. Su temor creció cuando su padre fue a la cárcel, dejando a su madre en la máxima pobreza. Darryl a los 9 años vio cómo su madre trabajaba sin cesar por 2 pesos y comenzó a buscar formas de hacer dinero con los muchachos del barrio. Pronto tuvo una muy mala reputación en el vecindario. Gay desde su nacimiento, decidió un día probar ropa de mujer y descubrió que lo pasaba mejor como mujer que como hombre. Como mujer, era abordada por hombres en automóviles, ofreciendo pagarle por los servicios que ella ya disfrutaba. Darryl pensó que eso era mucho más fácil que trabajar todo el día para ganar una miseria como lo hacía su madre, así que a eso se dedicó. Luego conoció a Tempestad, y el resto fue como llaman ellos, historia.
“Dónde estoy?” preguntó Jake, incapaz de mantenerse callado por más tiempo.
“Oh, así que finalmente despertaste.” Dijo el hombre en una suave voz femenina mientras giraba su silla para mirar hacia la cama. “Estás en un lugar seguro, no es eso todo lo que importa?”
“Yo…yo soy un oficial de policía…” le advirtió Jake, esperando que esa información asustara al hombre y lo incitara a dejarlo ir. “…retenerme contra mi voluntad es un delito federal. Si me liberas ahora, sin embargo, estaré dispuesto a salir de aquí y olvidar que todo esto sucedió.”
“Aww, no es eso dulce?” Pero no puedo hacer eso oficial Jake. Ya ves, la policía está tratando de matarte, entonces Tempestad te dejó aquí, en mi lugar, para guardarte con seguridad. Ahora, no querrás que Tempestad se enfurezca conmigo, no es así?” sonrió el hombre.
“Por qué aquí? Por qué contigo?” preguntó Jake, mirando alrededor de la habitación. “Quién eres tú?”
“Oh, no me recuerdas.” Se sonrojó el hombre, dándole la espalda a Jake. “Nos conocimos una vez, nos presentó tu compañero Bruce. Te la chupé en uno de los callejones de Snyder’s Drive.” La mente de Jake retrocedió a la noche de su primer patrullaje, cuando su compañero le tendió una trampa para que una falsa mujer le diera una mamada. Jake se volvió rojo como la remolacha de vergüenza ahora que estaba cara a cara con el hombre que le había chupado la polla.
“Tal vez me recuerdes mejor con ESTO!” dijo el hombre, poniéndose una de sus extravagantes pelucas.
“Melocotones…” susurró Jake.
“Oh, SÍ me recuerdas!” dijo encantada Melocotones.
“Sí! Sí! Te recuerdo” dijo estremecido Jake. “Mira, TIENES que soltarme! Soy un policía! No puedes mantenerme amarrado así! Esto es ilegal, puedes tener muchos problemas!”
“Pero es por tu propio bien, cariño. Si el Exterminador descubre que sigues vivo y que Tempestad no te mató, él y sus amigos policías te estarán buscando.” Razonó Melocotones. “Al menos aquí estás a salvo.”
“Puedo cuidarme solo, Melocotones.” Dijo Jake.
“Melocotones puede cuidarte mejor.” Sonrió el hombre.
“Lo digo en serio!” gritó Jake. “Esto es secuestro!”
“Oh, sólo relájate guapo. Estás en buenas manos.” Dijo Melocotones, estirando sus manos para masajear la erección de Jake. El cuerpo de Jake saltó ante el inesperado contacto.
“No, no lo hagas…” él prácticamente susurró, consciente de que todavía mantenía una erección. Probablemente se debía a los efectos de las drogas que aún circulaban en su sistema. Melocotones continuó acariciando su erección, acariciándola suavemente mientras veía al joven oficial retorcerse de placer. Ella pronto se compadeció de él y tomó su miembro de 18 centímetros dentro de su talentosa boca. “Oh mi Dios…” gimió Jake cuando Melocotones la tomó completamente hasta su garganta sin nauseas. Melocotones sintió la verga del oficial flexionarse en su boca mientras ella lentamente subía sus sensuales labios hacia la cabeza, la clara polla rosa salió de su boca como un corcho.
“Quieres que pare?” preguntó ella, sabiendo que él no quería que lo hiciera mientras ella continuaba lamiendo la cabeza con su lengua como de serpiente. Jake bajó la mirada hacia su polla que se balanceaba justo delante de la cara de ella. Observó que Melocotones se la metía dentro de su boca otra vez, tragándosela por completo. No pudo evitar gemir mientras ella lamía la superficie de la erección con su lengua durante todo el recorrido. Entonces ella soltó su polla una vez más. “Si quieres que pare, lo haré.” Mintió ella.
“No, no lo hagas…” susurró Jake, repitiendo su último comentario.
“Que no haga qué?” preguntó Melocotones. “Que no la chupe?”
“No, que no pares. Chúpala… por favor! Chúpala como lo hiciste antes. Haz que me corra!” rogaba Jake.
“Estás seguro?” lo tentó Melocotones.
“Sí! Tu boca me está volviendo loco! Chúpamela!” gimió.
“Pero mi boca no es mi mejor atractivo.” Sonrió Melocotones, de pie junto a la cama. Jake vio que la mujer dejó caer su bata al suelo, revelando su larga figura esbelta, sus senos pequeños y firmes y sus redondas nalgas femeninas. Pero lo que asustó más a Jake fue la larga y gorda polla negra que colgaba entre sus piernas. Observó prácticamente petrificado mientras Melocotones comenzó a lubricar su agujero para follar.
“Melocotones, por favor… no hagas esto! Yo no soy gay!” rogó él mientras ella se posicionaba sobre la cama para cabalgarlo.
“Yo tampoco lo soy, cariño. Soy una mujer de pleno derecho!” declaró Melocotones, mientras bajaba lentamente sobre la erección erguida de Jake. Jake sintió la cabeza de su polla chucando contra los labios del agujero de Melocotones. Contuvo el aliento y cerró los ojos mientras ella bajaba sobre su paquete, tomando completamente toda su erección en su autoproclamado ‘coño’. Jake gimió de placer/frustración mientras Melocotones se enterraba encima de él, revolviendo la polla dentro de su culo.
Jake movió su cabeza de un lado a otro, tratando en vano de bloquear el intenso placer que se arrastraba por su cuerpo. No pudo recordar la última vez que tuvo relaciones sexuales. Fue hace meses atrás con su novia Kelly, e incluso no fue nada parecido al intenso sentimiento que estaba experimentando ahora. Por un lado, el sexo con Kelly siempre fue mecánico, ella era como un robot en la cama. Y en segundo lugar, NUNCA lo hicieron sin condón. Ahora la polla de Jake estaba desnuda dentro del buen usado culo-vagina de Melocotones, experimentando la natural sensación de su primera relación sexual sin protección con otra persona. Y su mente (y su polla) explotó en felicidad prematura.
"UUHHHHH!!!" gritó Jake, perdiendo su carga instantáneamente. Melocotones lo sintió manguereando en su interior.
“Wow! Alguien necesitaba eso!” bromeó ella. Jake contuvo el aliento, recuperando el control de su mente ahora que ya había tenido su orgasmo.
“Si vas a violar mis derechos humanos y violar mi pene con tu agujero, lo menos que puedes hacer es colocar un condón para protegerme.” Dijo él con frialdad. Melocotones apretó su coño de hombre alrededor de su pene, estrujándolo. Todavía estaba duro como roca, a pesar de haber acabado recién dentro de su culo.
“Esta es MI follada, oficial. Lo haremos a MI manera.” Dijo ella mientras comenzaba a rebotar arriba y abajo en su pene. “Además, no tengo miedo de quedar embarazada.”
Jake era incapaz de detener todo lo que estaba sucediendo (una vez más). Todo lo que podía hacer era quedarse allí, mientras Melocotones montaba su polla como una experta vaquera, golpeando sus gordas nalgas en su entrepierna una y otra vez mientras su pene subía por su recto como un torpedo. Él escucho los gemidos y jadeos de ella mientras follaba encima de él, ella cerraba los ojos y tiraba su cabello hacia atrás mientras saltaba arriba y abajo en su polla parada. Jake observó los artificiales pechos rebotar mientras se movía. Los duros pezones parado prácticamente rogando ser chupados y acariciados. Sus ojos comenzaron a arden de lujuria mientras comenzaba a excitarse más allá de su control. Melocotones notó el cambio en las acciones de Jake cuando él comenzó a empujar sus caderas para encontrarse con ella. Ella miró abajo hacia sus ojos. Él la miró de vuelta con la misma intensidad. Ambos hombres gruñeron mientras sus cuerpos aceleraron el paso. Sonidos de embestidas llenaban la habitación mientras sus cuerpos se encontraban repetidamente. Melocotones fue la primera en cortar el silencio con una serie de altos gemidos.
"UH, OH, OH, UH, UH, UH, UH, UH..!"
Jake miró mientras Melocotones lo montaba. Ella se inclinó hacia adelante para tocar con sus cuidadas manos el musculoso torso sudado de Jake como apoyo, quedando con sus senos aún más cerca de la cara de él. Instintivamente Jake se lamió los labios y levantó su cabeza para lamer las tetas que rebotaban frente a su rostro. De todas las mujeres con las que Jake tuvo relaciones sexuales a lo largo de los años, no pudo recordar a ninguna tan agresiva y tan talentosa sexualmente como Melocotones. Su feminidad exudaba a través de la rudeza del sexo sin protección. Jake no podía pensar en ninguna otra mujer de su pasado que pudiera compararse con el deseo sexual de Melocotones, a pesar de la hinchada polla de toro de 24 centímetros que golpeaba contra el atlético estómago de Jake y amenazaba con bañar su ombligo con esperma en cualquier momento.
“Desátame.” Dijo Jake, encontrándose con Melocotones en cada embestida.
“No…” jadeó ella, poco dispuesta a dejar su pene. Se follaba a sí misma encima de él, golpeando su trasero dentro de la dura y parada erección. Jake la vio follándose a sí misma y se sentía impotente de no poder ayudarla. Él quería tomar el control, quería mostrarle a ella lo que él podía hacer.
“Desátame!” insistió con firmeza, loco de lujuria.
“No! Tratarás de escapar.” Rechazó Melocotones.
“No, no lo haré…! Sólo quiero… quiero tener mis manos libres para tocarte!” admitió Jake con sinceridad. “Quiero quedar encima de ti!”
“Está bien.” Sonrió Melocotones, aún sentada en la erección de Jake se estiró para desatar los pies de Jake y luego se estiró por encima de la cabeza de él para desatar sus muñecas. Una vez que las muñecas de Jake estuvieron libres las envolvió alrededor de la cintura de Melocotones y rápidamente la hizo rodar para dejarla de espaldas y él sobre ella. Jake separó las largas piernas cafés de la mujer, apuntando su mojada polla hacia los dilatados labios anales y empujando hacia adentro. Ambos hombres gimieron al unísono.
“Fóllame! Fóllame, Jake! Toma mi vagina!” gimió Melocotones, alentándole a él a tomar el control. Habían pasado meses desde que ella había sentido un vínculo sexual con otro ser humano y habían pasado años desde que sintió el calor a fierro que se sentía de tener relaciones sexuales sin protección.
Jake siguió adelante con una serie de empujes, construyendo un ritmo contante mientras comenzaba a martillar el coño de Melocotones. Ella estaba excitada por la lujuriosa masculinidad de Jake mientras él la tomaba como una mujer, chupando sus paradas tetas e incluso besándola lujuriosamente en los labios. Ella estaba tan excitada con sus atenciones, que comenzó a correrse sobre los dos sin siquiera tocarse. Jake vio la gorda polla de 24 centímetros explotar semen blanco entre los dos pero aún así continuó trabajando sobre ella, - los labios anales de ella se contraían violentamente alrededor de su erección. En cuestión de minutos se unió a ella, disparando su segunda carga de semen a fierro dentro de su espasmódico ano.
"UUHHHHHH!!" gimió Jake. Derrumbándose sobre ella. Melocotones envolvió sus brazos alrededor de la ancha espalda de Jake, acariciando la parte posterior de su cuello mientras la palpitante polla continuaba vaciando lo último de su carga dentro de su concha. Ella se preocupó ahora que él estaba libre y podía escapar, pero decidió preocuparse por eso más tarde. Por ahora, simplemente disfrutaría en el atardecer sexual.
CONTINUARÁ…