Oficial Valentín 21 (La traición a Justin)
OFICIAL VALENTÍN 21: El joven oficial Jo Justin es traicionado por sus amigos policiales dentro de su primer día en prisión.
OFICIAL VALENTÍN – CAPÍTULO 21: LA TRAICIÓN A JUSTIN
La Penitenciaría Piedmont tenía un antiguo apodo de prisión de principios de siglo llamado “El HOYO”, ubicada en las afueras de Filadelfia, en la sección Valley Forge de Pensilvania, fue construida para albergar hasta 500 reclusos condenados. Hoy alberga cerca de 1500, casi 3 veces su población prevista. La sobrepoblación significaba que habían 2, 3 o más internos por celda, las que se habían construido para albergar solo a uno. Las tuberías eran viejas y oxidadas, las paredes se desmoronaban, los cimientos estaban corroídos y la moral baja. Los reclusos y los oficiales se quejaban de las condiciones, pero las quejas se perdían ante la junta directiva. Los políticos se miraban la línea de los bolsillos en vez de hacer las reparaciones para los reclusos. A nadie le importaba si los delincuentes condenados se quedaban de las condiciones de vida ‘injustas’. Ellos estaban encarcelados como castigo, no por comodidad. La mayoría de los contribuyentes los veían como animales que necesitaban ser encerrados para mantenerlos alejados de las calles. Ellos eran olvidados y vistos como indeseados miembros de la sociedad. Lo que sea que pasara con ellos tras las rejas era porque se lo merecían! El Director de la Prisión; Dennis Ellis (de 52 años, de 109 kilos fuertes, piel color chocolate negro, cabeza calva, cuello grueso, labios gruesos, nariz ancha…) se encontraba sentado detrás de su gran escritorio de oficina, frente a montones y montones de fichas de trabajo, de nombres, abogados, quejas, archivos, etc. Suspiró mientras arrojaba unos papeles a un lado que necesitaban su atención inmediata. Decidió dejar el trabajo de lado y en vez de eso concentrarse en el masaje que estaba recibiendo debajo de la mesa. Se recostó en su silla de cuero con respaldo alto y miró al interno arrodillado entre sus piernas, chupando de todo corazón su enorme y grueso pene negro de 20 centímetros.
El interno; Rocky Parker (condenado por homicidio involuntario), era un hombre de 33 años pronto a obtener la libertad condicional. Ellis le consiguió el cómodo trabajo de ‘asistente personal’ ya que Rocky cumplía con todas las condiciones del prisionero modelo. Rocky (un ex cerrajero) se aseguró de mantenerse alejado de los problemas; de las peleas, de los malos informes, de los enemigos, de todo. Él pasaba su tiempo en prisión tranquilamente lejos de todos, la mayor parte del día se lo pasaba en su trabajo en prisión o levantando pesas. Rocky era un hombre pacífico, tranquilo y hacía siempre lo que se le pedía. Cuando el Director Ellis decidió darle una oportunidad al hombre para que trabajara en su oficina a tiempo parcial, Rocky fue sacado de la lavandería (donde trabajaba dentro de la prisión) y puesto en la oficina fresca y aire acondicionada de Ellis. Desde la primera entrada, Ellis le describió la carga de trabajo a Rocky de la siguiente manera; “Ya tengo una excelente secretaria que satisface mis necesidades importantes, todo lo que necesito de ti es una mamada ocasional! Si no crees que puedas con eso, volverás tan rápido hacia esa sofocante lavandería de mierda otra vez, antes de que puedas incluso recordar el nombre de tu papá! Nos estamos entendiendo?” “uh…, s, s, sí, señor!” dijo Rocky, perdido en las palabras y en las posibilidades.
“Bien. Ahora pon tu trasero debajo de ese escritorio y ponte a trabajar!” ordenó Ellis. Desde ese momento, Rocky ha estado yendo a la oficina de Ellis para chupar su gran polla negra con regularidad. Ahora le quedaba poco para su libertad condicional, y con la influencia de Ellis en el tablero, Rocky sentía que tenía la oportunidad de comenzar una nueva vida esta vez. Actualmente estaba encorvado debajo del escritorio del Director Ellis, chupando con sus masculinos labios arriba y abajo a lo largo de la virilidad negra púrpura del gran hombre. Había estado en el trabajo de chupársela a Ellis desde hace meses, y ya sabía muy bien lo que más le gustaba al hombre. Él tragaba la gruesa carne de 20 centímetros del hombre hasta que sus labios se acurrucaban en la ingle de Ellis, mientras toda la longitud de la polla del hombre se alojaba profundamente en su garganta como una cuña. Rocky aprendió desde el principio que a Ellis le gustaba su verga enterrada en garganta profunda y también le gustaba que se tragaran su semen. Si su ‘asistente’ se negaba, podía ser fácilmente reemplazado por otro recluso que lo haría. Las primeras veces que Rocky se comió las cargas de Ellis, se sintió usado y barato. Había logrado vivir toda su sentencia en prisión sin tener que ‘trabajar’ a los reclusos, y ahora estaba chupando polla sólo para mantener su cómodo trabajo. En la prisión no había trabajo más fácil que chupársela al Director una o dos veces al día cuando lo necesitara, en lugar de romperse la espalda en la lavandería o trabajar en la sala de prensa de la prisión, estampando placas. Todos los presos sabían en lo que consistía el trabajo de ‘asistente’, y aunque la mayoría de los hombres en prisión se cortarían el brazo derecho antes de admitir que alguna vez se permitirían ser puestos en una posición donde tendrían que chupar la polla de otro hombre sin estar en circunstancias de vida o muerte, muchos otros secretamente deseaban tener el trabajo ya que el asistente del director podía descansar durante horas en la oficina con aire acondicionado mientras esperaba ser utilizado, podían comer golosinas, fumar cigarrillos gratis y obtener beneficios que el interno ordinario no conocía, y ADEMÁS se pagaba por el servicio de ‘asistente’. Un suave trabajo comparado con cualquier otro dentro de la prisión. Pero ahora, después de haber chupado cientos de las erecciones de Ellis y haber tragado toneladas de su semen, Rocky encontraba el trabajo tan fácil como cualquier otra hora de espera en el trabajo. Un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer para sobrevivir. “Sí…, chupa esa verga interno! Muéstrame los talentos que has aprendido en tu estancia aquí!” Rocky movía la cabeza hacia arriba y hacia abajo, permitiendo que sus resbaladizos labios se deslizaran sobre la superficie lisa de la polla del director. Mamar ya no era cuestionable para él, cumplía con su deber, sabiendo que pronto saldría de prisión como un hombre libre. Tomó en su puño las pelotas del director mientras movía sus labios en ida y vuelta. Después de casi 20 minutos de sólido servicio labial, finalmente sintió la polla del director comenzar a latir y reaccionar a su constante succión. Podía sentir los inicios de líquido pre-seminal mientras se acercaba más y más a derramarle la carga. Rocky sabía que el final estaba cerca cuando el director Ellis lo agarró por detrás de su cabeza y lo forzó a caer completamente sobre su polla. Rocky gagueó levemente cuando la polla palpitó, luego estalló una ráfaga de semen caliente en la parte posterior de su garganta y dentro de su estómago. Ellis suspiró aliviado mientras se encontraba enterrado en la garganta del recluso, dándole su última alimentación de proteínas. “ahhhh, síííííí…” sonrió Ellis, reclinándose en su asiento. Rocky continuó amamantándose de su polla, chupando las últimas gotas de semen de la cabeza mientras limpiaba toda la longitud a fondo. “Bien… ahora te puedes ir.” -ordenó Ellis. Rocky dejó de chupar y quitó su boca. Se puso de pie mientras el director guardaba su carne y volvía a abrocharse los pantalones. Cuando estuvo seguro de que Ellis estaba presentable, Rocky abrió la puerta y se fue mientras Ellis volvía a su papeleo laboral.
La raza era un tema importante para todos los prisioneros varones de la Penitenciaría Piedmont. Con casi 1500 presos (un 70% de ellos Afroamericanos) era difícil mantener el orden, -añadiendo además que la cárcel estaba llena de viejos prejuicios y de estereotipos anticuados, haciendo que tuviera todos los ingredientes para una virtual olla a presión.
En la sociedad Bruce Gardner de 42 años era un oficial de la ley, un policía con más de 20 años de servicio activo, -pero que el sistema judicial y un largo juicio lo había nombrado como el residente más nuevo de la Penitenciaría Piedmont. Gardner, justo a sus 3 compañeros que se habían vuelto corruptos; (Alan Cooper, Joseph Justin y Donald Blake de la Comisaría-23) -aprendieron rápidamente que estaban entre las minorías dentro de la cárcel. Aquí, ELLOS eran la minoría. Sabían que la única forma de garantizar su seguridad en número era unirse a otros hombres blancos en una muestra de unidad. Pero la mayoría de los blancos encerrados en prisión eran motoqueros, drogadictos, golpeadores de esposas, ladrones, asesinos, secuestradores, cabezas rapadas, y otros abusadores, no eran del tipo que desearan codearse con ex oficiales de la ley. Gardner y sus hombres estaban atrapados entre la espada y la pared.
“No tengo que decirte lo decepcionante que es esto…, ver a oficiales de la ley tras las rejas! Tú se supone que deberías ser un ejemplo para la sociedad, no AÑADIR más drama y mierda sobre las calles de nuestra ciudad!” -gritó el director de 52 años -Dennis Ellis, mientras se sentaba detrás de su amplio escritorio en su despacho. El ex oficial Bruce Gardner se encontraba tranquilamente sentado, sus expresiones faciales mostraban su descontento por el negro oficial que estaba sentado detrás de su escritorio juzgándolo. “Sé todo sobre tus actividades como oficial de policía…” añadió Ellis, mirando los expedientes de Gardner. “…eras toda una potencia en las calles, eh Exterminador? ASÍ es como te llamaban, no? El Exterminador? Como el imparable cyborg de la película de 1984? Debes haber sido un patea culos, eh?”
“Tienes mi papeleo frente a ti, sabes que no estaría aquí si no fuese así!” -respondió Gardner, arrogante. Ellis sonrió.
“También sé que tu culo de cerdo es el de un policía racista…, jodiendo a los negros y a otras minorías en las calles mientras usabas tu insignia como escudo, para detenerlos de golpear tu cobarde culo blanco como corresponde!” -resopló Ellis. “Entonces crees que por ser blanco eres mejor que los demás? Estoy en lo correcto?” -preguntó Ellis. Cuando Gardner no respondió, Ellis continuó leyendo su ficha personal. “De acuerdo con tus antecedentes, tienes muchas quejas de afroamericanos que afirman que tienes un perfil racista y que utilizaste fuerza excesiva contra ellos. Parece que no te gustan mucho las minorías, verdad?”
“Hay algún punto en esta entrevista?” preguntó Gardner, cansado de los análisis.
“Bueno…, estaba muy consciente de quién eras incluso antes de que pusieras un pie en mi cárcel. Pensé que era necesario darte la bienvenida personalmente a mi prisión, e informarte que aquí…, tu superioridad blanca no salvará a tu culo del latido que sentirá cuando estés rodeado de minorías negras!” -sonrió Ellis, triunfante. “Bienvenido a Piedmont!”
“Hijo de puta!!” gritó Gardner, una vez que estuvo a una distancia segura de la oficina de Ellis.
“Qué pasó? Qué quería?” preguntó Cooper, de pie junto a la entrada de la prisión, regresando desde la sección de oficinas de la Penitenciaría.
“Nada! Sólo quería regodearse con su autoridad negra!” -dijo Gardner, agitado.
“Nos va a dar protección?” preguntó Cooper, ansioso. Recién estaban ingresando a prisión, pero sabían que sólo era cuestión de tiempo antes de que los reclusos hicieran sus movimientos. “Los policías detrás de las rejas son prácticamente una sentencia de muerte! No vamos a sobrevivir ni una semana dentro de este hoyo de mierda con todos esos negros y latinos caminando alrededor pensando que son dueños del lugar!”
“Ellis no está interesado en nuestra protección!” -le informó Gardner a través de sus apretados dientes. “Nos está sirviendo prácticamente en bandeja! Él QUIERE que los negros nos jodan!”
“Mierda! Qué vamos a hacer?” preguntó Cooper, angustiado. “No podemos pelear contra la prisión entera!”
“Vamos a hacer lo único que podemos hacer…” razonó Gardner, empujando a Cooper hacia un corredor más apartado. “Nos asociaremos con los cabezas rapadas!”
“Esos nazis locos? Son cañones sueltos, hombre! No confío en ellos! Nos van a joden en la primera oportunidad que tengan!” -se quejó Cooper.
“Puede que tengamos que hacer un sacrificio para ponernos en la buena con ellos…” -pensó Gardner.
“Un sacrificio? Quién? Qué?” preguntó Cooper, esperando que no fuera él.
“Uno de los gemelos…” dijo Gardner, refiriéndose a la dupla Blake y Justin. “Si de todos modos vamos a caer…, tenemos que jugar todas las cartas que tengamos!” insistió. Cooper estaba rápidamente a bordo de la idea, tratando de salvar su propio pellejo.
“Cuál de los dos?” preguntó con curiosidad.
“Justin, por supuesto.”
Bruce Gardner y sus secuaces; Cooper, Blake y Justin, caminaron hacia la celda de los chicos Arios. 2 miembros Arios estaban haciendo guardia en la entrada de la celda, para alejar a los indeseables que no pertenecían a ella.
“Estoy aquí para ver a Sargento.” -dijo Gardner, de pie frente a los 2 arios que tenían una gran cantidad de tatuajes satánicos arriba y abajo de sus brazos, cuellos, pechos y espaldas.
“Tienes una cita?” preguntó uno de los guardias arios.
“Tengo una propuesta que le gustaría escuchar.” -respondió Gardner.
“Lo dudo.” – contestó el ario. “Vete de aquí. Nadie ve a Sargento a menos que tenga una cita.”
“Bueno…, ya lo escucharon muchachos…” dijo Gardner, volviéndose hacia sus compañeros oficiales. “…supongo que no entraremos hasta que tengamos una cita.”
“Y cómo haremos eso?” preguntó Cooper, con una mueca.
“Supongo que tendremos que golpear!” -respondió Gardner, golpeando su puño derecho contra la mandíbula de un ario. El tipo cayó de espaldas contra el suelo, su boca y su nariz ya comenzaban a sangrar antes de que tocara el suelo. El segundo ario trató de defender su puesto, pero fue rápidamente golpeado por Cooper, quién simplemente lo pateó con fuerza en la ingle. El ario cayó de rodillas, la pelea rápidamente lo dejo inconsciente. Cuando Gardner y sus hombres entraron, fueron rápidamente contrarrestados por un ejercito de cabezas rapadas listos para defender su territorio.
“Esperen!” gritó una vieja voz crujiente sobre los gritos y las amenazas. Todos se congelaron, y luego se hicieron hacia un lado cuando un hombre mayor (de aproximadamente 60 años) caminaba a través de la masa de cuerpos blancos. “Qué quieres?”
“Tú eres Sargento?” preguntó Gardner, sorprendido por la edad del hombre. “Mi nombre es Bruce Gardner, yo soy…”
“Sé quién mierda eres, cerdo! Qué mierda estás haciendo en MI territorio?” gritó el hombre.
“Bueno…me gustaría discutir eso contigo -en privado.” -respondió Gardner. Sargento miró a Gardner y a sus amigos policías de forma divertida, luego hizo a un lado a sus seguidores.
“Déjenlos pasar. Pero busquen si tienen armas o fierros…, no confío en los cerdos!” ordenó, antes de caminar hacia adentro de su bloque.
Bruce Gardner y sus amigos (ex policías -todos); Cooper, Blake y Justin, -caminaron por el bloque de celdas que albergaba al clan de la nación aria. Hombres blancos con las cabezas rapadas los siguieron por los pasillos, mirándolos desde las pasarelas de arriba, mientras avanzaban hacia el interior de la celda de su líder, un prisionero de por vida de 60 años apodado el Sargento.
“Expongan su negocio, cerdos…, están apestando todo el lugar!” dijo Sargento, sentándose en una mesa de recreo en donde jugaban cartas. Gardner y sus chicos se detuvieron frente a la mesa de Sargento.
“Pensé que íbamos a hablar en privado?” preguntó Gardner, mirando a su alrededor a todas las caras tatuadas mirándolos con enojo.
“Qué piensas? Que soy estúpido? ESTO es lo más privado que vas a conseguir!” los atrapó Sargento, tirando el naipe que tenía en su mano. “Tal vez en las calles, cerdos, ustedes dicen lo que sucede y lo que se hace… pero aquí, sus culos no pesan nada! Ahora declara tu negocio, o vete a la mierda de mi bloque!”
“Queremos unirnos a ustedes chicos.” -dijo Gardner, haciendo lo que se le dijo. Sargento y sus chicos se rieron a carcajadas, divertidos.
“Qué te hace pensar que queremos policías apestosos en nuestro grupo?” preguntó Sargento.
“Podríamos ser un gran aporte para usted.” -le informó Gardner.
“Cómo?” preguntó Sargento, curioso.
“Tenemos conexiones con guardias, -así como también con fuentes externas…”
“Ya tenemos conexiones con guardias. Qué, crees que hemos estado aquí por años sentados chupándonos nuestros pulgares mientras esperábamos tu culo? Qué más podrías ofrecernos que aún no tengamos?” Gardner miró al oficial Cooper…
“Nosotros todavía tenemos conexiones con oficiales externos, policías que conocemos por años. Ellos pueden conseguir lo que quieres hacia adentro de la prisión, drogas, dinero, mujeres, armas, lo que sea!” -prometió Gardner.
“Gran alarde.” -dijo Sargento, recostándose en su silla.
“Podemos hacerlo.” -insistió Gardner.
“Más te vale que sí…, o no vivirás más allá del primer mes!” -prometió Sargento.
“No estás pensando en dejarlos entrar, cierto Sargento?” preguntó Serpiente, uno de los arios que resguardaban la entrada del bloque y que fue golpeado por Gardner y Cooper.
“Me estás cuestionando?” preguntó Sargento, mirando a Serpiente con los ojos rojos.
“No, Sargento…, pero…, cómo podemos confiar en ellos?” -razonó Serpiente, de 37 años, del tipo motorista antiguo, con tatuajes, piercings y una fibrosa cola de caballo.
“Porque ellos odian a los negros y a los hispanos tanto como los odiamos nosotros!” -le informó Sargento. “Ellos TIENEN que…” dijo, dándose la vuelta hacia los ex oficiales. “…no hay otro grupo aquí al que se puedan unir! Ellos nos NECESITAN, por protección. No estoy en lo correcto, muchachos?” preguntó Sargento. Miró sobre Gardner y sus hombres. Sabía de los problemas de ellos en el exterior, todos lo sabían por lo que informaron las noticias cuando fueron sentenciados a Piedmont. Muchos de los reclusos (particularmente los negros) estaban esperando por ellos. No tanto por ser policías convictos, sino que porque los negros habían oído hablar del perfil racial de Gardner y de las golpizas que les daba a los negros durante las paradas de rutinas de automóvil. Varios de los arrestados estaban en Piedmont ahora, esperando tener una reunión con los blancos oficiales. Sargento sabía que sería difícil mantener a Gardner y su tripulación a salvo (si es que de hecho tenían la intención de hacerlo). Por el momento no estaba seguro de lo que quería. Seguramente los policías no durarían mucho en ‘El Hoyo’, alguien los atacaría eventualmente (ya sea los negros, los latinos o los mismos arios -eso era irrelevante). Sargento pensó que si Gardner y sus hombres eran asesinados, AL MENOS él podría beneficiarse de obtener sus contactos. “Si nosotros decidiéramos confiar en ustedes y dejarlos entrar en nuestras filas…, qué piensan hacer por nosotros, cómo muestra de buena fe?”
“Buena fe?” preguntó Cooper.
“Definitivamente.” -respondió Sargento. “Ustedes son policías. Qué nos asegura que ustedes no planearán jodernos más tarde?”
“Tenemos una ofrenda…” ofreció Gardner, para la sorpresa de Blake y Justin.
“Qué podría ser eso?” preguntó Sargento, con curiosidad. Gardner señaló al oficial Justin.
“Él!” dijo Gardner, haciendo que la mandíbula de Justin se cayera por la sorpresa. “Él es tuyo. Un regalo de nosotros, de buena fe. Puedes hacer lo que quieras con él.”
“Bruce…!” gritó Justin, mirando nervioso a su alrededor.
“Cuál es el trato aquí, Bruce?” preguntó Blake, desconociendo el plan. Sargento miró a Justin, pudo ver a varios de sus chicos mirando el culo y los labios del oficial.
“Está bien… trato hecho.” -dijo Sargento, haciéndole señales a sus hombres. “Llévenselo…, hagan que valga la pena!” Manos agarraron al oficial Justin. Justin y Blake se defendieron, pero Gardner y Cooper agarraron al joven oficial y lo empujaron hacia la multitud de hombres que lo arrastraron hacia una de las celdas cercanas. Se podían escuchar los gritos de ayuda de Justin difuminándose a medida que se alejaba. “Nadie vendrá por ti, niño! Tu culo es nuestro!” se rio Sargento, volviéndose hacia Gardner.
“Ahora qué?” preguntó Gardner, escuchando los sonidos de la voz de Justin desvanecerse.
“Vuelve a tu bloque…, serán transferidos aquí en nuestro bloque en pocos días.” -dijo Sargento, despidiendo a los hombres. Gardner, Cooper y Blake dejaron el bloque de celdas, -Gardner y Cooper pensaron que habían hecho un progreso increíble, pero Blake se sentía totalmente al revés.
“Qué mierda fue eso?” preguntó, agarrando a Gardner del brazo después de que salieran del bloque ario. “Le hiciste una trampa a Justin, hijo de puta!” le gritó, golpeando a Gardner en la cara. Cooper rápidamente agarró a Blake por los brazos desde atrás. Gardner se tocó la mandíbula, chequeando si sus labios tenían sangre.
“Era necesario!” insistió Gardner, ordenando a Cooper que soltara a Blake. “NECESITAMOS a los arios si es que queremos sobrevivir aquí! Justin era el más débil del grupo! Nos hubiese traicionado de inmediato! No tenía los cojones!”
“Él era nuestro AMIGO!” gritó Blake. “No le das la espalda a tus amigos ni los dejas solos!”
“No lo entiendes, niño! Esto no es como unirse para guardar un secreto de nuestros superiores! Esto es VIDA o MUERTE! NECESITAMOS a los cabezas rapadas, o sino vamos a estar constantemente con otros internos en prisión queriendo enterrar un cuchillo en nuestras espaldas! Al menos con los cabezas rapadas, tenemos aliados!”
“Aliados mi culo! Están allí ahora mismo matando a Justin! Lo escuchaste gritando allí? Probablemente en estos momentos esté muerto!”
“O desearía estarlo…” se rio Cooper.
“Qué se supone que significa eso?” preguntó Blake, enojado.
“Sus gemidos sonaban más a que probablemente tenía su hoyo lleno de vergas!” bromeó Cooper. Blake se calló, pensando en Justin siendo follado. De todos los oficiales en su círculo (Gardner, Valentín, Whitmen y Cooper), Justin era el más cercano a Blake, -además el más cercano en edad. Blake se sentía como una total mierda, sabiendo que habían sacrificado a Justin por su propia seguridad.
“Hicimos lo que TENÍAMOS que hacer, Blake. Madura y acéptalo! Esto es la prisión, no una guardería!” dijo Gardner, alejándose mientras sostenía su palpitante mandíbula.
“Escucha a Gardner, niño…, trata de no tomártelo como algo personal.” Ofreció Cooper, sin simpatía.
“Claro…” aceptó Blake, sarcásticamente. “…hasta que decida volverse contra nosotros!”
Dentro del Bloque Ario, Justin fue despojado de su uniforme de prisión y fue forzado a ir dentro de las duchas en donde lo hicieron inclinarse y lo llenaron con un enema incluso antes de que Gardner y sus amigos dejaran el bloque de celdas. El agua llenó su recto, hinchando sus intestinos hasta que sintió que estallaría como un globo de agua. Cuando ya no pudo tomar más, el agua brotó de su culo como un tapón de fuego, el contenido salió como lava al desagüe cuando luego ásperos dedos se metieron dentro de su culo. Justin luchó de vuelta, tratando de alejar a la multitud de cabezas rapadas y motoqueros tatuados que lo molestaban. Ellos le tiraron el cabello, le golpearon la nariz, cuando una rígida polla dura se metió dentro de su boca. Los dedos dentro de su culo fueron sacados y rápidamente fueron reemplazados por una dura verga. En todos estos años siendo oficial de policía, siguiendo a Gardner y a sus amigos deshonestos en registros ilegales de desnudos y folladas forzadas en carreteras y callejones oscuros, esta era la primera vez que Joseph Justin era el que estaba recibiendo polla.
Gritó cuando la polla atravesó su ardiente y apretado esfínter, la polla en su boca cortaba todo el sonido mientras se hacía paso hasta su garganta. Manos torcían sus bolas, tiraban con fuerza de su flácida polla, mientras sus pezones torturados eran pellizcados, estirados y retorcidos hasta que los dejaron con un color rojo brillante y adoloridos. Justin intentó morder la polla en su boca, pero fue rápidamente golpeado en la cabeza y espalda hasta que sintió náuseas. Fue forzado a quedar tirado en el piso de la ducha mientras era follado por delante y por detrás simultáneamente. En esa posición las manos en sus pezones fueron reemplazadas rápidamente por rudas bocas de dos cabezas rapadas. Después de que la primera polla estalló en su ano ya no virgen, otra polla rápidamente tomó su lugar, embistiendo de un empuje todo el camino hasta su intestino. La polla en su boca fue sacada y se corrió sobre toda su cara. Otra polla tomó su lugar, frotándose contra el interior de sus mejillas mientras su boca era follada salvajemente.
Justin se vio forzado a recordar una de las muchas veces que él y sus compinches policías forzaron a un sospechoso a ‘detenerse’. Fue durante una parada de rutina cuando el oficial Gardner notó que un hombre negro estaba recibiendo una mamada de una chica blanca en su auto. Gardner se sintió ofendido por su unión y obligó físicamente al hombre negro a que lo acompañara a él y a su entonces compañero (el oficial Jake Valentín) hacia un lugar debajo de un puente donde llamó a sus amigos policías para que lo respaldaran. Los oficiales Douglas Whitmen, Alan Cooper, Justin y Donald Blake se presentaron para mostrarle al automovilista el error de su camino. En efecto, se tunaron para follarle la boca y llenarlo con sus cargas. Justin pensó que esta experiencia era una forma irónica de ‘karma’ por las cosas malas que había hecho como oficial. Ahora él sabía lo que era ser follado contra su voluntad, teniendo su libertad despojada junto con su virilidad mientras su cuerpo era invadido por duras pollas.
"BLLLUUURRRRRRRHHHH...!!" se ahogó Justin, vomitando sobre la polla que tenía en su garganta.
"ewww..., la perra vomitó en mí!” se quejó el dueño de la polla, sacándosela. La dura verga goteaba el contenido maloliente que una vez estuvo dentro del estómago de Justin. El dueño abofeteó a Justin con fuerza en la cara, haciendo que su cabeza girara antes de meter su dura polla de vuelta a su boca. “Límpiala, idiota!” le ordenó, embistiéndola de nuevo dentro de su garganta. Justin podía saborear el fuerte sabor de su propio vómito mientras era forzado a tragarse toda la polla. Otra verga se corrió dentro de su culo. La sintió que se sacudía dentro de él mientras el dueño agarraba sus caderas dolorosamente. ÉL golpeó a Justin en las nalgas mientras se venía, luego sacó su polla para darle paso al siguiente follador. El siguiente hombre dio un paso al frente y embistió su polla hacia adentro, enterrando toda su verga hasta el hueso. Justin sintió su agujero lleno de semen estirarse para acomodarse a la gruesa polla, el duro pene se hundía en sus entrañas, lo que significaba que comenzaba una larga sesión de sexo mientras más y más blancos purasangres se apilaban en el área de ducha, sus duras pollas tatuadas esperaban por algo nuevo y apretado para pegar duro y correrse dentro.
“Es un policía!” “ODIO a los malditos policías!” “Eso folla al cerdo!” “Hazlo chillar!” “Viola su culo!” -gritaban los hombres mientras seguían turnándose en su cuerpo. Cada vez que Justin sentía la necesidad de luchar, era golpeado de nuevo a la sumisión. Sin sus amigos que lo respaldaran, el oficial Jo Justin era solo otro convicto fácil, su interior rápidamente quedó cubierto con las babosas cargas de sus atacantes.
Pasaron varias horas antes de que finalmente fuera liberado por sus captores. Justin regresó tambaleándose a través del bloque de celdas, ajeno a todas las miradas que recibió de los presos que tomaban nota de las líneas de semen sobre su rostro y sobre su mojado cabello castaño claro. Se dirigió a su celda, ignorando a Gardner y a sus títeres mientras entraba a la celda y simplemente se derrumbó sobre su cama.
“Justin…” -gritó Blake, sintiéndose extremadamente culpable mientras miraba a su amigo caer, lleno de semen mojado y agotado. “…yo no sabía, hombre…, Bruce no me dijo lo que iba a hacer…”
“Guárdatelo, Blake…” -susurró Justin, no queriendo escuchar excusas. Su garganta estaba en carne viva por beber semen, su agujero estaba dañado profundamente y su cuerpo le dolía por todos los golpes que recibió. Luego cerró sus ojos, contemplando su futuro.
Durante meses los medios de comunicación giraron en torno a las acusaciones de corrupción del departamento de policía, de policías corruptos, de tratos de drogas ilegales, de un alcalde corrupto con un escándalo sexual gay y de un solitario narcotraficante llamado Tempestad Williams. Tempestad fue capturado por el FBI después de una redada encubierta y fue enviado a la prisión estatal después de un largo juicio. Durante su espera para ser extraditado, Tempestad les dijo a los periodistas que fue ‘tocado por Dios’ y que no le tenía miedo a las ‘leyes de los hombres’. Esto alimentó rápidamente a la prensa amarillista que pronto lo convirtió en una celebridad. La extradición de Tempestad a prisión fue muy esperada, pero nadie esperaba más su llegada que el director de la prisión -Dennis Ellis.
Ellis se encontraba sentado detrás de su escritorio, mirando los informes de las noticias en vivo sobre Tempestad siendo escoltado a la Penitenciaría de Piedmont. Ellis apretó sus labios mientras miraba las imágenes que desde un helicóptero mostraban a cientos de miles de transeúntes, mientras la escolta de Tempestad conducía lentamente por la ruta-1 a través de Valley Forge. Debajo de la mesa, sirviéndose una polla de 20 centímetros, se encontraba Rocky Parker de 33 años, un hombre casado condenado por homicidio involuntario por asesinar al amante de su esposa con el dentado borde de un jarrón roto. La esposa de Rocky estaba tan angustiada con lo que había sucedido, que le había prometido quedarse a su lado y esperarlo hasta que saliera libre de prisión. Esto había pasado hace casi 10 años. Ahora la libertad condicional de Rocky llegaría pronto, y podría volver a ver a su esposa y a su pequeño hijo.
Rocky estaba en medio de sus pensamientos felices mientras sacudía su cabeza en la entrepierna del director Ellis. Tomó el grueso pene de 20 centímetros entre sus labios metiéndola dentro de su garganta una y otra vez. Había estado mamando desde que entró a la oficina de Ellis hace unos 25 minutos atrás. Ellis no era de correrse rápido, le encantaba tener su polla mamada, y Rocky había aprendido bien a cómo complacerlo a través de los años. Rocky se tragó la polla dura de Ellis hasta chocar con las peludas pelotas negras. A Ellis le encantaba tener su carne tragada, le encantaba sentir su pene apretado en el interior aterciopelado de una garganta de hombre. Ellis prefería a las mujeres, pero no le importaba follar la boca caliente de alguien del mismo sexo cuando se diera la oportunidad. La mente del director Ellis, retrocedió hace 30 años atrás, cuando se unió a la fuerza policial como un oficial novato. En ese tiempo era mucho más difícil para los negros unirse a la fuerza, los policías blancos se sentían ofendidos y no querían viajar con oficiales negros. Ellis recordó momentos en que su casillero personal era saqueado o pintado con spray con lemas racistas. Ellis recibió una paliza mental en esos tiempos, más de una vez pensó en dejar la Fuerza, pero cuando hablaba sobre el tema siempre era alejado de esa idea por otro oficial novato de ese entonces llamado -David McConnell. McConnell era una mezcla de sangres, un mulato con una madre blanca y un padre negro. Al igual que Ellis, él lo tuvo difícil, pero no tanto como Ellis que era de piel más oscura -los blancos siempre trataban a los negros de piel más clara mejor que a los negros de piel más oscura que recibían el trato más desagradable. Ellis y McConnell se convirtieron en buenos amigos en la Fuerza, cubriéndose las espaldas e incluso pasando el rato juntos siempre y cuando las obligaciones familiares lo permitieran. Su fuerte amistad se disipó cuando Ellis dejó la fuerza policial para trabajar en la institución correccional, mientras McConnell continuó hasta convertirse en el Capitán de la fuerza policial.
Rocky sabía por la rigidez en las piernas del director Ellis, y por el grueso latido de su potente polla, que Ellis estaba muy cerca de correrse. Rocky movió sus labios hacia arriba y hacia abajo por la gruesa columna de carne humana, cubriendo la longitud con la suave caricia de su boca. A través de los años había aprendido a darle al director Ellis la mamada que él amaba. La esposa de Ellis se negaba a trabajar la verga dura de Ellis durante mucho tiempo, no estaba dispuesta a hacer lo necesario para hacer correrse a su esposo, pero Rocky Parker (el asistente oral de confianza del Director Ellis) hacía lo que fuese necesario. Trabajaba sobre la erección de Ellis, moviendo su cabeza hacia arriba y hacia abajo mientras su boca y su garganta se llenaban con la masa de carne humana una y otra vez, -su húmeda y espesa saliva goteaba por los lados de la polla resbaladiza para terminar empapando los vellos y las pelotas de la entrepierna.
Ellis sintió que sus pelotas comenzaban a sobrecalentarse mientras su polla latía con vida propia. Se aflojó la corbata alrededor de su cuello cuando su respiración se aceleró. Gotas de sudor exudaban sobre su frente mientras se recostaba en su silla de cuero y abría más las piernas. La boca de Rocky se movía hábilmente de arriba abajo en la longitud del apéndice en expansión de Ellis, su lengua bailaba a lo largo del vientre del tubo de semen, haciendo cosquillas en la superficie lisa cuando la polla de Ellis comenzó a sacudirse y a saltar dentro de su boca.
“Trágatelo convicto!” gimió Ellis, empujando la parte posterior de la cabeza de Rocky hacia abajo hasta que sus masculinoss labios se envolvieron cómodamente alrededor de la base de su verga. Ellis echó su cabeza hacia atrás gimiendo en voz alta mientras su polla emitía varios largos disparos de semen salado directamente en la garganta del recluso. Rocky tragó saliva mientras el semen se derramaba por su garganta e iba directamente hacia su estómago. Ellis aplastó la cabeza del hombre sobre su entrepierna, agitando su herramienta en erupción alrededor de su convulsionada garganta. Luego aflojó su agarre en la cabeza de Rocky, lo que le permitió a Rocky arrastrar lentamente los labios alrededor de la gruesa herramienta pulsante. Chupó lentamente la cabeza, sintiendo los últimos chorros del orgasmo rezumbar en su lengua. Él se los tragó rápidamente, saboreando el compuesto de líquido salino. Después de unos minutos de recuperación, Ellis dejó que Rocky quitara su boca y se pusiera de pie. “Estás libre por el día.” -dijo Ellis con indiferencia, mientras guardaba su polla y arreglaba su corbata. Rocky ajustó su abultada entrepierna, tratando de ocultar su erección. Era obvio que chuparle la polla a Ellis todo este tiempo finalmente lo había afectado de una forma que no había visto venir. Rocky se dio la vuelta y salió de la oficina de Ellis, despidiéndose de la secretaria de la prisión con el gusto del semen del director impregnando su boca.
Era el día de mudanza para el grupo de hombres de la tripulación del oficial Gardner, los hombres se movían en camino al bloque de celdas arias en donde debían ser protegidos (al menos en nombre) del resto de la población carcelaria. Las celdas fueron despejas y reorganizadas para que Gardner, Cooper y Blake puedieran compartir una celda. Justin fue asignado como compañero de celda de Serpiente, uno de los líderes del sector ario. Él se aseguró de que el culo de Justin tuviera mucha acción antes y después de que se ‘apagaran las luces’. Justin (junto con Gardner, Cooper y Blake) eran oficiales policías en las calles. A la mayoría de los arios no les gustaban los policías ni tenerlos cerca, pero follar a un ex policía por el culo era algo que incluso el que mas odiaba a los cerdos dentro del grupo no se podía resistir. En algún momento del día para asegurar la cooperación total de Justin, le empujaron polvo de cocaína por la nariz durante las violaciones, haciéndolo volverse loco por vergas. Fue durante ese momento cuando el culo de Justin se abría más, permitiéndole tomar múltiples folladas en sucesiones rápidas. En la medianoche de su primer día en su nueva celda de prisión fue follado en ambos extremos por sus compañeros de celda. Incluso mientras dormía, su boca y su culo estaban constantemente en uso, -un relleno apropiado para un cerdo.
La mañana después de su primera noche oficial en su nueva celda, Blake y Cooper fueron a las duchas, donde encontraron a Justin siendo follado por ambos lados por un grupo de calientes arios. Ellos se encontraban en círculo alrededor del ex oficial, alimentándolo con vergas en ambos extremos. Blake le dio la espalda, incapaz de ver a su amigo reducido a nada más que un pedazo de carne de baja vida para follar. Cooper en cambio, miraba con todos sus ojos mientras acariciaba su creciente erección mañanera.
Justin tomaba polla en ambos extremos, tragando verga mientras su culo soportaba duras embestidas. Sus dolorosos gruñidos se emitían a través del área de ducha cada vez que una larga polla lo atravesaba demasiado profundo. Los hombres se reunían a su alrededor, tirando de su suave polla y de sus pelotas colgantes, dos bocas de rudos motoqueros se encontraban en cada suave pectoral, succionando con fuerza, mordisqueando salvajemente y estirando con los dientes lo más lejos que podían las puntas de sus claros pezones masculinos para alargarlos lo máximo que pudieran, una vez ya alargados podían fantasear que eran los de una mujer y se los podían meter nuevamente dentro de la boca succionando fuerte con los ojos cerrados con el sólo propósito de sacarles leche. La garganta de Justin era follada repetidamente mientras polla tras polla penetraba su boca, turnándose en él como personas en una puerta giratoria. Los 2 chicos que actualmente se turnaban en su trasero estaban embistiendo descuidadamente, tratando de hacer que gritara de dolor. Pero Justin estaba tan drogado que no sentía mucho de lo que estaba pasando en ese momento. Apenas podía moverse mientras todo esto ocurría. Cuando una polla se corría, era reemplazada rápidamente por otra, follando sus calientes agujeros y dejando sus propias esencias reproductoras dentro de él.
“Oye…, algunos de ustedes mierdas quieren algo de este cerdo follador?” preguntó uno de los arios, ofreciendo el culo de Justin a sus viejos amigos.
“Mierda sí!!” -respondió Cooper, cruzando hacia el otro lado de las duchas.
“Alan…!” llamó Blake, agarrando a Cooper por el brazo.
“Qué?” preguntó Cooper, su verga ya estaba completamente erecta.
“Ese es Justin, hombre! Nuestro amigo!” -le recordó Blake.
“ERA nuestro amigo!” corrigió Cooper. “Un culo es un culo hombre! En cuánto tiempo más crees que vas a follar una vagina real? Vamos a estar aquí por AÑOS hombre! Es mejor que folles cuando puedas!”
“Yo entiendo eso! No estoy diciendo que no podamos tomar el culo de alguien…, pero Justin no es un imbécil sin nombre que acabamos de conocer, -él era nuestro compañero! Otro policía, como nosotros!” -explicó Blake.
“Esa vida ya terminó, muchacho! Ya no somos policías, ni vamos nunca más a serlo de nuevo! Si quieres sobrevivir en este hoyo del infierno, es mejor que comiences a elegir en que lado quieres estar, porque esa nave en la que estas navegando se hundió hace mucho tiempo!” -le sugirió Cooper, siguiendo la dirección de su erección. Los arios le hicieron un lugar, dándole una visión clara del blanco y follado culo de Justin. Podía ver fácilmente el agujero rojo como la remolacha soltando corrientes de esperma de los hinchados labios anales mientras apuntaba su polla hacia el agujero de semen y empujó hacia adentro. Justin ya ignoraba por completo quién se lo estaba follando. Apenas estaba consciente de nada mientras su cuerpo era follado en 2 diferentes direcciones al mismo tiempo. Cooper agarró las caderas de su ex amigo y comenzó a follar su trasero salvajemente, sintiendo las cargas residuales de los arios que se corrieron antes que él.
Cooper vio como la cabeza de Justin estaba sostenida, mientras el chico que se follaba su cara se corría dentro de su garganta con fuertes gruidos. Cooper sintió a Justin ahogarse por la abundante carga que se disparaba directamente dentro de su estómago. Eso lo hizo follar más fuerte el culo de su amigo, sintiendo la deslizante pared anal masajear su polla mientras pasaba fácilmente sin resistencia.
“Mira esa mierda…” dijo uno de los arios, viendo a Cooper follar a Justin. “…un cerdo follándose a otro cerdo! No es eso una mierda?”
“Es como ver a 2 lesbianas follar! Esa mierda no está bien!” -dijo otro.
“Realmente asqueroso como ustedes traicionaron a su cerdo compañero!” añadió otro ario. Cooper ignoró a todos los hombres mientras seguía follando. El culo de Justin estaba lleno de semen, y se sentía ultra resbaladizo mientras follaba hacia adelante y hacia atrás. Cooper sospechaba que no tardaría mucho en correrse, ya que realmente no había sentido los labios o culo de otra persona desde su arresto hace unos meses atrás antes del juicio. Los arios se reunieron alrededor mientras follaba más fuerte contra el culo del policía. Los arios se dieron cuenta del cuerpo bien trabajado de Cooper mientras éste se tiraba encima de Justin.
“Cómo podemos confiar en ellos si se pasan traicionando?”
“No podemos, -un cerdo siempre será un cerdo!”
“Este pequeño cerdito tiene un buen culo…” dijo el último ario, estirando las manos y acariciando las nalgas de Cooper. Cooper quitó las mano lejos, pero nunca dejó de follar. Otra mano torció uno de sus pezones erectos, esa mano también fue empujada lejos. Un duro puño golpeó a Cooper sobre la mandíbula, enviando su gemido al suelo cuando su erección salió de golpe del culo de Justin. Blake corrió en ayuda de Cooper, pero fue rápidamente interceptado por 2 arios. Una pelea estalló cuando Cooper y Blake trataron de defenderse. Cooper estaba siendo puesto en una vulnerable posición en el piso por varios arios, mientras Blake estaba mantenido a raya. Cooper trató de luchar mientras su cabeza y sus brazos eran sostenidos con fuerza y su culo puesto en posición vulnerable a ataques. Uno de los hombres arios tiró de las mejillas de su culo hacia los lados, dejando al descubierto su desnudo agujero. Otro ario deslizó un trozo de jabón por la raja, preparándola para follar. El chico detrás de Cooper acarició por completo su erección, luego se preparó para entrar cuando Bruce Gardner de repente y de manera inesperada entró a las duchas justo a tiempo. Él agarró a uno de los arios por el pelo y lo apartó de la espalda de Cooper justo cuando estaba a punto de penetrarlo con su erección. El cuerpo de Gardner golpeó al ario contra el piso frío y húmedo, luego pateó a otro ario en el estómago mientras levantaba sus puños para pelear esperando que los guardias aparecieran para terminar la confrontación.
“Está bien, todos, divídanse! Divídanse, muévanse, antes de arrestarlos a todos ustedes al confinamiento solitario!” ordenó el guardia, manteniendo el control en caso que necesitara golpear alguna cabezas duras. Los hombres se movieron hacia los lados opuestos del cuarto de baño, con miradas de odio y referencias cruzadas para recordarse que esto no había terminado. Justin fue arrastrado fuera de la celda por los arios mientras Gardner, Cooper y Blake buscaban ayuda mutua.
“Tenemos que cuidarnos nuestras espaldas. Nunca hay que darle la espalda a ninguno de estos cabezas rapadas hijos de puta!” -dijo Gardner.
“Esta fue SU idea!” gritó Blake. “Él quería follar a Justin con esos idiotas! Y casi nos matan a los dos en el proceso!”
“Tienes que mantener el control de esa tonta polla tuya!” -soltó Gardner, golpeando a Cooper con una bofetada.
“Mierda hombre, mi verga estaba dura! Y ellos me estaban ofreciendo un culo para follar!” se quejó Cooper. “Por qué ellos pueden divertirse tanto follando? Justin era NUESTRO en primer lugar! NOSOTROS deberíamos ser los que llenemos ese culo, no ellos!”
“Tenemos otra agenda en marcha! No te dejes atrapar por toda esta mierda, encontrarás un chuchillo enterrado en tu espalda antes de que te des cuenta!” -le recordó Gardner.
“Te escuché, te escuché!” -dijo Cooper, volviendo a sus sentidos, su polla estaba completamente flácida ahora. “Pero necesito vaciar mis pelotas, hombre…no puedo durar mucho tiempo sin que me drenen las pelotas!”
“Veré que puedo arreglar para ti. Hasta entonces, no hagas ninguna estupidez!” -le ordenó Gardner. “No vamos a ir a ningún lado si no somo precavidos, -entendieron?”
CONTINUARÁ…