Oficial Valentín 20 (El Capítulo Final I)
OFICIAL VALENTÍN 20: EL CAPÍTULO FINAL I. Y finalmente llega el fin de la primera saga.
OFICIAL VALENTÍN - CAPÍTULO 20: EL CAPÍTULO FINAL I
FRENTE DE AGUA DE FILADELFIA
Los oficiales fuera de servicio Miguel Cortez y Jake Valentín condujeron lentamente por la sección desierta de los muelles, buscando algo fuera de lo común. Miguel se aseguró de apagar las luces para ayudar a mantener el elemento sorpresa mientras conducían por las zonas más oscuras del frente cerrado.
“Ellos podrían estar en cualquier lado, si es que de verdad están aquí!” dijo Cortez, conduciendo mientras miraba el camino y los números de los letreros. “De todos modos, puedes llamarla?”
“El número desde el que llamó está bloqueado, y yo no había podido localizarla en semanas! Pero el mensaje decía que algo grande iba a suceder esta noche. Ella quiere alejarse de Tempestad, pero él la trata como si fuera de su propiedad!” dijo Jake, forzando la vista para ver en cada rincón y grieta.
“Para él, ella lo es! No hay proxeneta que quiera ver su dinero huir! Especialmente si él está tan apegado a ella como dijiste que está!” dijo Cortez, después de haber aprendido todo sobre el pasado de Melocotones a través de Jake.
“Ellos comparten una profunda historia juntos. Tempestad parece pensar en ella como su número 1, o como la principal. Me temo que no podrá alejarse de él a menos que ocurra algo drástico.”
“Algo drástico como qué?” preguntó Miguel, preocupado.
“Muerte, o que Tempestad sea arrestado y condenado indefinidamente.” Dijo Jake.
“No será fácil. Los policías han estado tratando de arrestar a Tempestad por años! Pero él tiene un equipo de abogados que parecen encontrar todos los agujeros legales para salvarlo! Incluso se rumorea que tiene lazos con políticos, que nunca lo condenarían incluso si lo sentenciaran.”
“Entonces tal vez no deberíamos arrestarlo…” dijo Jake, mirando a Miguel cuestionablemente.
“Qué quieres decir?” preguntó Miguel, sorprendido por las insinuaciones de Jake. “No querrás que nosotros…”
“Lo dijiste tu mismo, Migue…, Tempestad nunca verá el interior de una prisión! Tiene abogados hábiles y políticos corruptos para asegurar eso! Qué más podemos hacer?”
“Eso es asesinato, Jake! Asesinato predeterminado! Ningún hombre merece morir así! Está mal, hombre!” Razonó Miguel, esperando que Jake volviera a sus sentidos.
“Tempestad Williams no es un hombre! Es un animal! Un perro vicioso, una venenosa serpiente que anda envenenando a la gente con sus drogas contaminadas! Y sus narcotraficantes aterrorizan a los buenos ciudadanos y convierten barrios buenos en infestados guetos de drogas! Si alguien merece ser baleado a sangre fría, es Tempestad Williams!” dijo Jake.
“Pero nosotros somos oficiales de policía, Jake! No andamos ejecutando ciudadanos porque no estamos de acuerdo en como viven! Eso está más allá de nuestro deber!” insistió Miguel, shockeado por toda la conversación. “Mira,… ahí ya está el auto del Capitán! Tal vez él ha visto algo!” dijo Miguel, contento por la distracción. Jake necesitaba calmarse, -pensó Miguel, mientras señalaba al auto de McConnell. Se detuvieron junto al auto del Capitán, luego los 3 hombres salieron de sus autos para intercambiar información privada.
“Alguna noticia de ella desde la última vez que hablamos?” preguntó McConnell, de pie junto a su auto.
“Nada!” Dijo Jake decepcionado. Estaba esperando que McConnell tuviera información y salvara el día milagrosamente de alguna manera, como siempre. Excepto que esta vez las cosas parecían mucho más complicadas.
“Y eso que nosotros condujimos por todo el camino desde el comienzo del Frente hasta abajo a Aramingo!” le informó Miguel, sintiéndose como si estuvieran en una persecución salvaje. “Además de una joven pareja besándose, no había nada fuera de lo común.”
“Sí. Yo hablé con la seguridad del Frente de agua y les dije lo que sospechábamos que ocurriría acá abajo! Están escaneando las cámaras de seguridad y revisando la base de registros para ver si ha habido un atraque no autorizado a lo largo de los muelles en los últimos días! Me llamarán a mi teléfono celular si encuentran algo!” reportó McConnell, poniéndolos al día. Él podía ver la preocupación en el rostro de Jake. Sabía que a Jake todavía le importaba Melocotones y su seguridad. “No te preocupes Jay, no nos vamos a rendir. La encontraremos.” Añadió con sensibilidad, obteniendo una mirada de preocupación inquieta de Miguel. Él podía sentir la conexión entre los 2 hombres sin siquiera que se tocaran y él particularmente no quería ver eso. En ese momento sonó el teléfono celular de McConnell, quién le dio la espalda a los 2 oficiales mientras hablaba con la persona que llamaba en privado.
“No me importa lo que me digas…, al Capitán le gustas!” susurró Miguel, celoso.
“Como un AMIGO!” insistió Jake. “Te lo estoy diciendo Migue, no tienes nada de qué preocuparte!”
“Quién está preocupado?” preguntó Miguel, poniendo sus sentimientos en el maletero. “No estoy preocupado, sólo estoy diciendo lo obvio!”
“Bueno, no es obvio para mí.” Dijo Jake, no queriendo admitir que él también sentía una fuerte admiración por el Capitán. McConnell terminó su llamada telefónica y luego se dirigió hacia los 2 oficiales.
“Era la seguridad del frente de agua, encontraron un barco no registrado atracado en el muelle-81. Los reportes dicen que recientemente se vieron 3 vehículos en esa área. Uno de ellos una limusina, perteneciente al Alcalde Edwards.”
“El Alcalde Edwards? Qué tiene que ver él con todo esto?” preguntó Miguel, sorprendido de que el alcalde de la ciudad estuviese enredado en este desastre.
“Sospecho que Edwards está en el bolsillo trasero de Tempestad y que esa es la razón verdadera por la cual me despidió!” dijo McConnell. “Para cubrir su propio trasero! Se ha estado haciendo el ciego ante los tratos de drogas de Tempestad en el norte de Filadelfia durante demasiado tiempo…, ahora la mierda ha llegado a su propia puerta en la Alcaldía!”
“Entonces si detenemos a Tempestad aquí, también podríamos implicar al alcalde. -Y posiblemente tenga su trabajo de vuelta Capitán!” dijo Jake emocionado.
“Una tarea a la vez, Jay. Primero tenemos que averiguar si Melocotones está allí y saber lo que están haciendo. Si Tempestad está aquí abajo haciendo un trato, de seguro estará completamente armado y aquí sólo somos 3 hombres.”
“Qué pasó con la seguridad?” preguntó Miguel, esperanzado por respaldo.
“Los guardias? Podrían ocasionar más problemas que ayuda si comienzan a disparar a la gente equivocada.” Dijo McConnell, pensativo. “Podría llamar a la Comisaría…, podría pedir un par de favores y conseguir un buen equipo aquí lo antes posible!”
“No se metería en problemas con eso?” preguntó Jake, cauteloso.
“Qué sería la vida sin un poco de riesgo?” preguntó McConnell, abriendo su teléfono. “Oficial Daniels, este es McConnell, comuníqueme con el sargento Hendrix!”
“Hey… McConnell es genial.” Dijo Miguel, viendo al Capitán de manera diferente ahora que no era su jefe.
“Lo sé.” Dijo Jake, mirando a McConnell trabajar.
MUELLE-81
Tempestad, Pooh, Melocotones, Guy, León, Steve y Max estaban a bordo del barco robado para verificar la carga de drogas que tenían a la venta. Tal como lo prometieron, allí habían kilos y kilos de cocaína contaminada en un compartimento oculto en la parte inferior del bote de 15 metros. Steve incluso les ofreció el bote gratis (qué podrían hacer con un bote que los guardacostas estarían buscando de todos modos?). Con apretones de manos cerraron el trato mientras Tempestad y Pooh celebraban con cigarros importados. Le dijeron a Melocotones que entregara el maletín. Ella hizo lo que se le dijo, luego regresó al lado de Tempestad como la buena chica que era.
“Encantado de hacer negocios con ustedes, caballeros.” Sonrió Steve, 100,000.00 dólares más rico. “Si alguna vez nos encontramos con otro envío, les daremos una llamada.”
“Por supuesto que lo harás.” Dijo Pooh, mirando por encima del casco del barco. Él y Tempestad se pusieron de pie para hacer una fortuna con estas drogas contaminadas. Tempestad ya tenía sus laboratorios preparados para juntar la coca contaminada con Sextasy, para vendérsela a adictos desprevenidos tan pronto como volvieran. Y con el alcalde de la ciudad en el bolsillo del narcotraficante, Pooh confiaba en que nada podría interponerse en su camino. Steve y Max se prepararon para salir del bote, pero se detuvieron en el último minuto cuando Tempestad sacó su pistola de detrás de su cintura (que había estado oculta en su larga trinchera de cuero).
“Qué es esto…?” preguntó Steve, nervioso. “Yo… yo pensé que teníamos un trato?”
“Lo teníamos. Dijo Tempestad, apuntando su arma. Un bote de coca, por un maletín de dinero. El trato ya terminó!” añadió Tempestad, apretando el gatillo. La bala golpeó a Steve directamente en el pecho, el maletín salió volando mientras Steve caía de espaldas al suelo.
“Pero qué mierda??” preguntó Pooh, sorprendido por el fuerte sonido. Vio como Steve caía al piso acostado y temblando en el suelo mientras la sangre brotaba de su cuerpo como una fuente de agua roja. Afuera, el resto del grupo escuchó el disparo. Pete y Tom tomaron las armas de sus bolsillos, pero fueron rápidamente abatidos por Jazmín y Zafiro, a quienes ya se les había informado de la emboscada de antemano. Ambos hombres fueron disparados por la espalda con múltiples balas. Ellos cayeron de boca al suelo incluso antes que tuvieran la oportunidad de disparar. Dentro, Max se paró sobre el cuerpo de su socio muerto. Steve había parado de respirar y estaba mirando hacia arriba con ojos fríos de muerto. Max estaba temblando de miedo cuando se dio la vuelta hacia Tempestad.
“Por… por favor… haré cualquier cosa…” rogó, temblando como una hoja.
“Sé que lo harías.” Dijo Tempestad, bajando su arma. “Cuando regresemos, Melocotones depilará todos los pelos de tu cuerpo y te mostrará tu nuevo guardarropa. Serás mi nueva perra blanca! Me traerás mucho dinero una vez que te arreglemos y te demos senos nuevos!”
“Senos?” preguntó Pooh, riéndose para si mismo. Eres un loco, Tempestad! Vas a convertir a este chico blanco en una chica sin su consentimiento? Eso es de locos!”
“Es eso, o esto!” dijo Tempestad, levantando su arma.
“Así que conseguimos las drogas, Y nos quedamos con el dinero! No fue un mal negocio!” sonrió Pooh. “Vamos a empacar esta mierda!” le dijo a sus hombres. Guy agarró su arma, luego caminó hacia la puerta de almacenamiento en las entrañas del bote.
“Tú no vienes?” le preguntó a su mano derecha, León. León dio un paso hacia atrás fuera del camino, luego metió la mano en su bolsillo interior y sacó su arma.
“Está bien…, QUIETOS!” gritó, sacando su arma mientras apuntaba al pequeño grupo de hombres.
“Qué demonios…?” preguntó Guy, mirándolo como si estuviera loco. “Qué mierda es lo que te pasa, hombre?”
“Manos en el aire! Todos están bajo arresto!” gritó León, su frente sudaba profusamente.
“Arrestados?” preguntó Melocotones, mirando frenéticamente a sus alrededores.
“De qué mierda estás hablando?” preguntó Pooh, hablando con su hombre número 1.
“Soy un agente federal trabajando con el FBI! Manos en el aire!” anunció León. Todas las caras quedaron en shock y en ira. “Este es Mitchell…, ENTREN! Repito, ENTREN!” gritó León a su collar.
“Maldito bastardo!” gritó Pooh, sintiéndose engañado. “Confié en tu maldito culo!”
“No te muevas Whinny Davis…” (el verdadero nombre de Pooh) “…o voy a dispararte!” le advirtió el agente Mitchell.
“Entonces DISPARA, hijo de puta! Porque cuando te ponga mis jodidas manos encima, desearías no haber nacido!” gritó Pooh, furioso. Helicópteros se podían escuchar repentinamente sobre sus cabezas, cuando aparecieron con sus luces de búsqueda sobre el cielo de la nada. Afuera, las ‘chicas’ de Tempestad sostenían sus armas, mirando a su alrededor mientras las sirenas sonaban a corta distancia.
“No puede dispararnos a todos al mismo tiempo…” dijo Guy, hablándole a Tempestad y a Pooh mientras se acercaba cada vez más al agente Mitchell.
“Cálalte!” gritó Mitchell, viendo pasar unos preciosos segundos mientras esperaba respaldo. “Pongan sus armas en el piso!”
“Estás loco, si crees que solo vamos a esperar mientras sostienes un arma contra nosotros!” dijo Guy, con sus dedos moviéndose hacia su arma. Mitchell sabía que Guy estaba loco, lo había visto hacer cosas horribles a la gente en nombre del trabajo. Podía ver los ojos vidriosos del hombre mientras él se preparaba para morir esta noche. Tempestad era otro loco. Mitchell sabía que estos pocos segundos eran los más importantes.
“Solo necesito dispararle a UNO de ustedes para demostrarles que no estoy bromeando.” Les informó Mitchell, apuntando directamente a la cabeza de Guy.
“Mierda! No tienes las pelotas!” dijo Guy, caminando hacia adelante. Mitchell tiró del gatillo. La bala golpeó a Guy directamente, pero no antes de que Guy lograra empujarlo contra una pared. Otro disparo resonó en el techo del bote antes de que Guy comenzara a debilitarse por la pérdida de sangre. Guy lentamente se hundió en el suelo mientras se aferraba a Mitchell como apoyo. Mitchell empujó a Guy a un lado mientras intentaba volver a apuntar su arma, pero fue disparado en el hombro por Tempestad. Mitchell dejó caer su arma mientras se agarraba el hombro herido y descansaba contra la pared. Pooh se paró directamente frente a él, mirando al agente Mitchell con nada más que odio en sus ojos.
“Falso hijo de puta! Confié en ti, maldito traidor!” gritó Pooh, apuntando su propia arma a la cabeza de Mitchell. “Puedes besarme el culo, agente!”
“Esto no cambiará nada! Ustedes aún así serán arrestados y procesados!” les prometió Mitchell, tomando su último aliento.
“Pero tú NO estarás cerca para verlo!” dijo Pooh, apretando el gatillo. Vehículos enviados por el FBI se detuvieron en el área, iniciando un gran tiroteo con Tempestad y sus chicas. Balas resonaron en una ráfaga de fuego. El ex capitán de policía McConnell condujo hasta la comisión, con los oficiales Cortez y Valentín muy cerca por detrás. Los 3 hombres saltaron de sus autos, agachándose detrás de sus puertas como escudos.
“Qué está pasando?” preguntó McConnell, gritando por sobre el sonido de los disparos a uno de los agentes.
“Este es un caso del FBI!” dijo el agente más cercano. “Tenemos a un importante distribuidor de droga allí haciendo una compra ilegal con sospechosos que hemos estado siguiendo por semanas!”
“Tenemos a un espectador inocente allí que estamos intentando proteger!” le informó McConnell.
“Allí NO hay espectadores inocentes! Creemos que uno de nuestros agentes acaba de ser ejecutado! Dispararemos a matar!” dijo el agente, mientras otros agentes corrían hacia la puerta. Las balas volaban mientras las voces gritaban sobre el sonido de los disparos. El acero perforaba las carnes, produciendo chorros de sangre y cuerpos cayendo en una mezcla de conmoción y agonía. Cuando el humo finalmente desapareció (solo 6 minutos después de que comenzó), los sospechosos fueron reunidos, maniatados y esposados mientras los cadáveres fueron embolsados. Varios sospechosos fueron baleados, se desconocía el alcance de sus heridas mientras eran trasladados de inmediato a los hospitales del área mientras les leían sus derechos. Poco se les dijo a los oficiales que esperaban parados fuera del área del crimen en espera de alguna palabra.
McConnell, Jake y Miguel se sentaron al margen mientras los agentes limpiaban el lío. Jake se paseaba nerviosamente, un nudo se retorcía en su estómago al pensar lo peor. McConnell se apoyó sobre su automóvil privado mientras observaba a Miguel intentar consolar a su compañero. McConnel podía decir por el lenguaje corporal de Miguel, y por la ternura en sus acciones, que él y Jake eran más que simples compañeros. McConnell pensó que esto era interesante, él nunca habría vinculado a Cortez como del tipo ‘gay’, pero sabía que Jake tenía algo en él que podría cambiar casi a cualquier hombre en un cazador gay. Jake quería lanzarse al área del crimen, para ver por sí mismo que es lo que había pasado. Miguel era lo único que mantenía su atención alejada del caos que pasaba detrás de ellos. Miguel agarró a Jake por el brazo, susurrando palabras de fuerza y aliento en su oído. A medida que zumbaban los vehículos de los agentes y de emergencia, Miguel tomó a Jake entre sus brazos y le plantó sus labios en un beso explosivo. Unos pocos agentes y guardias de seguridad captaron la escena, pero nadie dijo nada mientras se ocupaban en sus asuntos. Jake sabía que era contra la naturaleza de Miguel hacer cualquier tipo de muestra pública de afecto, por lo que sabía que era un gran paso hacer algo como esto frente al capitán McConnell y algunos agentes. Sin embargo, logró mantener a Jake distraído a través de la excitación. Eso fue así, hasta que sacaron las bolsas con los cadáveres.
Miguel se ofreció a identificar los cadáveres, para salvar a Jake del dolor de tener que hacerlo. Él detuvo a los paramédicos que desplegaban el cuerpo de una chica muerta. Miguel abrió el cierre de la bolsa, luego se tomó su tiempo para mirarla. Sacudió su cabeza con incredulidad. Era una pena que alguien tan hermosa muriera tan joven. Al otro lado de la calle, Jake vigilaba de cerca a Miguel. Vio la cara de tristeza en la cara de su amado. Jake sintió un nudo en el estómago. Después de unos cuantos momentos, Miguel volvió a cubrir el rostro de la chica, luego comenzó a caminar de nuevo hacia Jake. McConnell estaba hablando con uno de los agentes del FBI; Carlos Rodríguez, y estaba desprevenido de lo que pasaba con el cuerpo.
“Hemos estado monitoreando las actividades de Tempestad Williams por meses! Finalmente tuvimos un descanso cuando uno de los matones callejeros de Whinny Davis decidió volverse evidencia de estado y testificar contra su jefe.”
“Whinny Davis?” preguntó McConnell, no familiarizado con el nombre.
“Ese es el nombre de otro notorio traficante de drogas que hemos estado investigando. Su nombre callejero es -Pooh.” Dijo Rodríguez. “Como el oso del clásico libro para niños. Uno de sus hombres, Dwayne Wright, también conocido como D-Money… hizo un trato con los agentes después de que lo atraparon con una gran cantidad de drogas durante una parada de rutina.”
“Rutina?” preguntó McConnell, en duda. “Por qué mi oficina no fue contactada mientras el FBI hacia una investigación en mi jurisdicción?” añadió, todavía un poco enojado por no haber sido informado.
“Eso pasó después de que se hizo evidente que ciertos funcionarios de la ciudad estaban involucrados en la investigación también. No estábamos seguros de qué tan profundo estaba esto, o quién era digno de confianza. Estoy seguro de que usted puede entender eso.”
“Por supuesto.” Dijo McConnell, recordando la propia corrupción dentro de su Comisaría. “Entonces qué pasará ahora?”
“Bueno, los arrestaremos y los rastrearemos, y por suerte obtendremos estas drogas venenosas fuera de las calles. Por lo que entiendo capitán McConnell…, puede que usted sea reinstalado en su antiguo puesto muy pronto. Realmente no tengo libertad para darle muchos detalles, pero los negocios del alcalde Edwards también han estado bajo nuestro ojo vigilante…” le informó Rodríguez, trayendo una irónica y agridulce sonrisa en los labios de McConnell. Mientras McConnell y Rodríguez hablaban, Jake observaba a Miguel en silencio caminando hacia él. Antes de que Miguel dijera algo, Jake ya leía las malas noticias en la cara del hombre.
“Yo… lo siento Jay…, ella era étnica. Era Melocotones.” Dijo Miguel tristemente, tocando a Jake en el hombro, dándole un discreto apretón de apoyo. “Ella tenía algún familiar? Hay alguien a quién podamos contactar?” le preguntó, preocupado.
“Ella era sola. La mayoría de su familia está muerta, o no le importaban una mierda.” Dijo Jake, tristemente. “Ella merece un entierro decente, aunque…”
“Nos encargaremos de eso, Jake. Por qué no vas a casa y descansas un poco? No hay nada más que podamos hacer aquí.” Ofreció Miguel, dándole sus condolencias. Mientras Jake caminaba sin rumbo hacia el auto de Cortez, McConnell tomó al oficial latino hacia un lado. “Quédate con él unos días, asegúrate de que descanse mucho.” Le sugirió el capitán, acercando a Cortez para una charla privada. “No estoy seguro de cuán profundamente están ustedes 2 involucrados… pero Jake es un chico especial que merece a alguien que sea paciente y atento. Ten cuidado con sus sentimientos, está muy frágil en este momento.”
“uh…, sí, señor.” Dijo Miguel, algo avergonzado y mortificado de que McConnell supiera que eran más cercanos que compañeros normales. Rápidamente siguió a Jake hasta el auto y arrancó el motor. Pensó sobre lo que dijo McConnell mientras miraba a su compañero sosteniendo sus emociones. Miguel no podía evitar sentirse un poco celoso de que Jake tuviera sentimientos tan fuertes hacia alguien que no fuera él. Agachó su mano y tocó a Jake en la parte superior de su muslo y lo apretó.
“Sé que estás pasando por algunas cosas en este momento, Jake…, pero yo…yo quiero que sepas que estaré aquí para ti. Y que yo…, yo…, yo te amo.” Añadió suavemente, antes de poner el auto en marcha y arrancar. Jake miraba por la ventana del lado de pasajero mientras dejaban toda la destrucción y el caos atrás. Le encantaba escuchar a Miguel declarar sus sentimientos por él por primera vez, pero el momento fue ensombrecido por la muerte prematura de Melocotones. Jake se sentía demasiado entumecido por dentro como para disfrutar a fondo la declaración de Miguel. “Lamento lo de tu amiga.” Dijo Miguel, tratando torpemente de mantener una conversación en curso. “Es una pena que muriera tan joven. Era muy bonita. Me recordó a la actriz, -Jennifer López.”
“López?” preguntó Jake, confundido.
“Sí… nunca lo pensaste?” preguntó Miguel, sorprendido. “Ella era prácticamente su doble. Difícil de creer que fuese realmente un hombre.”
“Ella era negra o blanca?” preguntó Jake, de repente esperanzado.
“Ninguna. Ella parecía latina. Por qué?” preguntó Miguel, acercándose a la principal carretera que conducía de vuelta al corazón de la ciudad.
“Por ninguna razón.” Dijo Jake, animado, mirando hacia atrás por la ventana del pasajero con una sonrisa. Después de un momento o dos, se volvió hacia Miguel y lo tocó suavemente en la parte superior del muslo, y lo apretó. Miguel miró hacia abajo y luego miró a Jake confundido. “Yo también te amo.” Susurró Jake, sintiéndose mejor mientras pasaban por la autopista en dirección a casa.
TERMINAL DE AUTOBUSES
“El siguiente de la fila, por favor?” llamó la agente de pasajes de la empresa Greyhound. Un hombre negro de 1,83 metros vestido discretamente con un pesado suéter negro, abrigo, jeans y sombrero, caminó hacia el mostrador. “Hola, señor. Cómo puedo ayudarlo?” preguntó la chica, amablemente.
“Quiero un boleto a Miami, por favor.” Susurró el hombre, en privado.
“Miami, Florida? Será un viaje de ida y vuelta?” preguntó la chica, tecleando la información.
“Sólo de ida.”
“Nombre del titular del boleto?”
“Walker. Darryl Walker.” Susurró el hombre.
“Y cómo va a pagar, -efectivo, crédito, débito?!
“Efectivo.”
“Está bien. Boleto de ida en nombre de Darryl Walker a Miami Florida. Serían 135.00 dólares, por favor.” El hombre metió la mano en su bolsillo y sacó el dinero exacto. La mujer introdujo la información y luego marcó el boleto. “Tiene algún equipaje que necesite ser etiquetado?”
“Llevo todo el equipaje que necesito.” Dijo el hombre, aferrado a un maletín.
“Bueno. Disfrute su viaje y gracias por viajar en Greyhound.” Sonrió la chica, ya llamando a su próximo cliente. Darryl Walker se dirigió hacia la zona de carga, siguiendo a la multitud por las puertas dobles hasta que llegó hacia su bus. Su corazón latía con emoción por la nueva vida que le esperaba en Miami. Nunca había estado allí antes, pero quería alejarse tanto de Filadelfia y del narcotraficante conocido como Tempestad Williams como sea posible. Le entregó al conductor del autobús su boleto, luego subió a bordo llevando su maletín, en dirección a Miami y a su libertad, -y 100,000,00 dólares más rico.
EPÍLOGO
No mucho después del arresto de Tempestad, se envió una cinta de video de forma anónima a los funcionarios de las noticias de varios canales de la ciudad (por el ex asistente del alcalde -Brian Dunn). En ellas aparecía el alcalde en un obvio actuar sexual lascivo y pervertido, donde aparecía atado a una horda y maltratado por hombres. Una tormenta de controversia explotó cuando los equipos de noticias de cada canal bombardearon la Alcaldía, obligando a Edwards a renunciar a su cargo en desgracia y humillación. Él desapareció de la vista del público, no sin antes ser golpeado por papeles de divorcio de su esposa cuando se hizo público el engaño.
David L. McConnell fue devuelto a su trabajo como el Capitán de la Comisaría-23, y posteriormente fue nominado como candidato a la próxima elección de alcalde, siendo prácticamente el favorito de los contribuyentes.
Jake y Miguel se fueron a vivir juntos, y siguen siendo compañeros tanto dentro como fuera del campo de batalla.
Malik consiguió trabajo como guardia en la penitenciaría estatal, donde él reside con más de 1.500 reclusos diariamente.
Bruce Gardner, Alan Cooper, Jo Justin y Blake fueron juzgados y sentenciados a prisión. Al igual que Tempestad Williams, Pooh, y las ‘chicas’ de Tempestad. Cristofer Gardner pese a ser menor de edad fue juzgado como un adulto por la gravedad de sus crímenes. Él también fue sentenciado a la misma prisión que su padre y de los traficantes que arruinaron su vida. Pronto una nueva droga y un nuevo narcotraficante surgiría, causando caos y violencia en las calles del norte de Filadelfia y provocando el status quo de la selección natural. Hasta entonces, podemos contar con los hombres vestidos de azul, para servir y protegernos nos guste o no!
FIN TEMPORADA 1
(Quisiera agradecer a: yov, LUDAVAGI, monyorke, unam91, alberto2626, Angel Garcia, josade67, morboso, sam2875, chileno90, elbotiija10, RCabo, AloPer, Bagoas, dan y faver, que en algún momento comentaron la historia y a todos los que anónimamente leyeron y valoraron esta saga. Nos vemos pronto en esta o en una próxima historia.)