Oficial Valentín 12 (El Nuevo Compañero)

CAPÍTULO 12: EL NUEVO COMPAÑERO. Después de todos los incidentes ocurridos con El Exterminador, a Jake se le asigna un nuevo compañero de trabajo.

OFICIAL VALENTÍN – CAPÍTULO 12: EL NUEVO COMPAÑERO

En el Hospital de la Universidad de Pensilvania de Filadelfia, autos de la policía escoltaban una ambulancia hasta la entrada de emergencia. El oficial Bruce Gardner fue sacado por la parte trasera de la ambulancia en una camilla, esposado y llevado rápidamente a la sección de cirugía para sacarle una bala de su abdomen. El Capitán David L. McConnell y los oficiales Malik Jones y Jake Valentín se detuvieron en otro auto y se apresuraron para asegurar el área. Bruce Gardner todavía era considerado un sospechoso muy peligroso, por lo que McConnell tenía oficiales armados para que vigilaran la sala de operaciones en caso de que se recuperara e intentara escapar. Mientras estaban ahí, Jake y McConnell fueron revisados por lesiones menores de cortes y abrasiones por los ataques que sufrieron por la lucha con Gardner. Los medios de prensa invadieron el hospital, debido a la balacera que había ocurrido anteriormente entre los policías y los narcotraficantes. Fuera del hospital, el alcalde Edwards emitía una conferencia de prensa sobre el incidente.

“Nos complace informar que se han realizado algunos arrestos importantes de algunos criminales muy peligrosos, en relación con el tiroteo en Ogontz y Drumming a comienzos de anoche. Tempestad Williams y su cartel han sido derribados por el Capitán McConnell de la Comisaría 23 y su Unidad Encubierta de Drogas, autorizada por él mismo, el Comisionado Bradley y el Gobernador Arnold. Hubo algunas muertes que ocurrieron durante este enfrentamiento, resultando en la caída de algunos de nuestros queridos compañeros oficiales, cuyos nombres están siendo actualmente confirmados, hasta que hayamos notificado a sus familias. Por otra parte varios oficiales deshonestos han sido involucrados en el escándalo de esta corrupción que involucra a los traficantes de drogas. Estos oficiales han sido arrestados y serán juzgados en una investigación que está llevando a cabo Asuntos Internos. No se harán más comentarios hasta que hayamos revisado todos los datos de este incidente. Gracias.” Declaró el alcalde Edwards, de 1,83 metros de estatura, 73 kilos, de raza negra, piel marrón claro, bigote negro grueso y cabello negro ondulado con canas en los lados. Rápidamente se abrió paso entre la multitud de periodistas y espectadores, con su séquito de hombres, incluido Brian Dunn, su ejecutivo asistente. Ellos eludieron las preguntas,  luego desaparecieron dentro de la negra limusina del alcalde que estaba estacionada en la acera. El conductor cerró las puertas, luego tomo asiento al volante y despegó, dejando una ráfaga de cuestionados periodistas y camarógrafos detrás.


EN EL HOSPITAL UNIVERSITARIO

El aire era denso, mientras las tensiones aumentaban en la sala de espera de la unidad quirúrgica. Los oficiales Jackson y Gardner estaban en los quirófanos por procedimientos de emergencia. Gardner estaba por una herida de bala en su torso, que había sido disparada por el oficial Malik Jones durante una pelea, mientras que Jackson estaba por una operación de reconstitución intestinal, después de ser agredido por un Gorila africano de 2 metros, que había estado drogado con la droga sexual llamada ‘Sextasy’. De ambos oficiales, Jackson estaba en el estado más crítico, ya que había perdido mucha sangre y había quedado con daños internos severos por el ataque. Gardner estaba actualmente bajo arresto al momento de la cirugía, por delitos impropios de un oficial de policía. Después de la cirugía, fue llevado detenido en dónde permanecería hospitalizado hasta que pudiera ser trasladado a un lugar con instalaciones más seguras.

Mientras tanto, el silencio entre los oficiales Jones, Valentín y el Capitán McConnell era ensordecedor! Todos estaban pensando profundamente en los eventos que los hicieron llegar hasta donde estaban. Jake apenas podía mirar a McConnell a los ojos, debido a todo lo que había ocurrido, pero lo que más le avergonzaba es que se había corrido sin siquiera tocarse, mientras era follado por el oficial de 50 años. A él todavía le resultaba difícil de creer que Gardner (su ex compañero) lo haya atado a su propia cama y haya forzado a que el Capitán lo follara a punta de pistola, haciendo que el Capitán soltara una gran carga dentro de su culo, mientras él mismo se había corrido con el sólo estímulo de su agujero, sin necesiadad de tocarse el paquete. McConnell estaba profundamente avergonzado de haber sido puesto en la posición de tener que follar a uno de sus subordinados. McConnell era profesional y sentía que había perdido su imagen, al ser puesto en una posición en la que debería haber estado mejor entrenado para salir. Se sentía totalmente humillado por haber tenido que follar a Valentín, aunque trataba de convencerse de que no había tenido elección en el asunto, ya que Gardner seguramente lo habría matado en el lugar. Malik (el amante joven de McConnell) también se encontraba sentado, mudo ante la situación. Él entró cuando McConnell y Valentín estaba íntimamente conectados por verga y culo. Vio el orgasmo sin manos de Jake esparcirse por todo su pecho y estómago, mientras SU novio (el Capitán McConnell) lo follaba con sus muñecas esposadas a la espalda. Él incluso había escuchado el inconfundible gemido de McConnell mientras liberaba su orgasmo dentro del culo de Jake. Él sabía que la follada había sido forzada, que no significaba NADA…, pero no podía evitar la sensación de celos cruzando a través de sus venas. Qué cambios producía esto en la relación de McConnell y Jake ahora que habían tenido relaciones sexuales (forzadas o no)? En qué nivel lo dejaba a él mismo con McConnell en el abanico de citas? Eran novios? Monógamos? Seguían siendo una pareja?  Los pensamientos de Malik fueron interrumpidos cuando su colega de policía, el oficial Cortez, se cansó de esperar en silencio.

“Oye…, alguna palabra sobre el progreso de Jackson?” preguntó Cortez, un oficial hispano de 31 años, que llevaba 1 año siendo el compañero de Jackson antes del incidente.

“Nada.” Respondió McConnell, sentado en la sala de espera con más de una docena de otros oficiales. “El personal quirúrgico dijo que pasarán HORAS antes de que puedan reconstruir su colon…”

“Incluso así, él va a necesitar múltiples cirugías para completar el trabajo...” Añadió Malik, con simpatía. “Él estará fuera por mucho tiempo.”

“Mierda…” dijo el oficial Lewis, que había estado allí cuando Jackson fue atacado. “…viste el trasero de Jackson? Estaba hecho trizas, hombre! Su culo ya no tenía un agujero…, tenía un  TREMENDO AGUJERO! Un maldito camión podría haber entrado ahí sin problemas!”

“Al menos está vivo…” dijo otro oficial, -Peterson.”…pobres Whitmen y Mucullan, ser follados por el culo hasta la muerte! Cómo diablos le explicaremos eso a sus familias, que sus esposos o sus padres fueron follados hasta morir?”

“Y por un Gorila…” gritó uno de los otros oficiales que escuchaban a distancia. “Por un maldito Gorila! Quién mantiene a un caliente Gorila dentro de su casa? Eso es enfermo, retorcido, quién mierda hace eso?  Cómo se supone que sabríamos que él estaba ahí?” preguntó el oficial, consumido por la culpa de las lesiones sobre Jackson. Otro oficial se acercó para calmarlo.

“Sólo centrémonos en rezar para que Jackson salga sano y salvo de esta cirugía, está bien? agregó McConnell, tratando de elevar la moral. “Nos preocuparemos sobre todo lo demás después!” Justo en ese momento, la esposa y la familia del oficial Jackson entraron por el otro extremo. Todos los oficiales se detuvieron para mirar, mientras ella hablaba con una enfermera del miembro de personal, para después  dirigirse hacia ellos. Todos sabían el horror que significaba enfrentar a un familiar de un policial caído, - y nadie quería ser el que tuviera que contarles el destino de su ser querido. Como Capitán de la Comisaría para la que trabajaba Jackson, recaía en el deber de McConnell darle las noticias a la esposa y a la familia. Respirando hondo, McConnell se levantó de su asiento para dirigirse a Nicole Jackson y contarle lo que estaba pasando con la vida de su esposo, de su ataque desafortunado y de sus heridas graves, cuando de repente fue detenido por Cortez.

“Déjeme a mi decirle a ella, Capitán.” Dijo Cortez, solemnemente. “Yo soy el más cercano a él y a su familia…, él querría que YO hablara con ellos.”

“Está bien.” Dijo McConnell, feliz de pasarle la pelota. Vio a Cortez caminar lentamente por el pasillo hasta encontrarse con Nicole Jackson a mitad de camino. Todos los oficiales los vieron hablando en voz baja por un momento, luego vieron a Nicole lanzar lágrimas mientras Cortez la abrazaba y consolaba.

“Si todo está bien aquí, Capitán…, me gustaría ir a chequear que pasó con Melocotones…, me gustaría cerciorarme de que está bien?” preguntó el oficial Jake Valentín, recibiendo un asentimiento de McConnell, quién no podía ver al oficial de 21 años a los ojos. Jake se dio vuelta hacia Malik, que estaba cerca, “Llámame…, si llegan a decir algo sobre Jackson… o sobre Gardner!”

“Bueno.” Estuvo de acuerdo Malik. Jake salió corriendo rápidamente, todavía preocupado por el paradero de Melocotones. Esperaba y rezaba para que ella estuviera bien. Esperaba que ella hubiera salido del departamento simplemente para ir a buscar algo de ropa mientras se quedaba unos días en el departamento de Jake. Pero con la aparición repentina de Garnder, Jake no podía estar muy seguro que él no hubiese tenido nada que ver con la desaparición de su nueva novia. Y preguntarle a Gardner estaba fuera de discusión, ya que Gardner había estado inconsciente y perdiendo sangre desde el disparo!

“Señor… podemos, uh…, podemos hablar por un momento, Capitán? En privado?” preguntó Malik, tratando de no contar su historia de amor secreta con McConnell delante de los otros oficiales. McConnell siguió a Malik en silencio al otro lado del pasillo, lejos de los otros oficiales que esperaban en el área y lejos de la señora Jackson y de Cortez. “Estás bien?” le preguntó Malik, una vez que tuvo al Capitán en una distancia segura.

“Eh?” respondió McConnell, perdido en sus pensamientos.

“Estás bien?” repitió Malik, preocupado. “Ya sabes…, por lo de la mañana.” Le dijo, provocando una mirada en blanco de McConnell. “Ya sabes…, por lo que pasó entre TÚ y el oficial Jake y Gardner –hace unas horas en el departamento de Jake?” le recordó Malik, con McConnell aún sin saber hacia dónde iba. ”Él estaba…, violándote, David…!” le susurró, mirando hacia alrededor para asegurarse que nadie estaba mirando. “Estás bien?”

“Lo que pasé con Gardner palidece en comparación con lo que está sucediendo actualmente con Jackson…,” respondió McConnell, descartando las preocupaciones de Malik. “Lo que sea que me haya pasado en el departamento de Jake, - me ocuparé de eso más tarde…, en MIS PROPIOS términos. En estos momentos…, tengo a 2 oficiales en cirugía. Uno; un hombre bueno, el otro, un mal policía, -y ambos luchando por sus vidas. Afuera tengo a la prensa, al alcalde, al ayuntamiento, al gobernador y a las familias de todos los muertos en el tiroteo de Ogontz y Drumming, buscando respuestas en mí sobre cosas que aún ni siquiera tengo respuestas. Así que mi pequeño…, incidente hoy en el departamento de Jake, tendrá que esperar hasta que haya tenido más tiempo para procesarlo. Discúlpame.” Dijo McConnell, caminando de regreso hacia la sala de espera y dejando atrás a un aturdido Malik sin palabras.


El sábado (fin de semana), generalmente significa d-e-s-c-a-n-s-o  para la mayoría de las personas que trabajaban en una semana laboral normal de 9 a 5, pero para los miembros de la Comisaría 23, era sólo el sexto día de una larga semana de trabajo. El Capitán de Policía David L. McConnell fue contactado y se le dijo que ambos oficiales Jackson y Gardner habían salido bien de sus cirugías. Jackson estaba en cuidados intensivos bajo estrecha observación por haber sido brutalmente violado por un Gorila, mientras Gardner estaba bajo vigilancia policial en recuperación, después que una bala se había disparado en su estómago. Él fue trasladado a una habitación segura en donde estaba bajo vigilancia constante.

McConnell visitó a Jackson y a su familia. El oficial de 30 años había recuperado la conciencia, pero estaba muy atontado debido a los medicamentos. La familia estaba indignada, pero aliviada por la recuperación. McConnell los consolaba tanto como era posible, asegurándole a la esposa que “el departamento protege a los suyos”, asegurándole que sus necesidades médicas y las compensaciones económicas estaban cubiertas.

McConnell visitó a Gardner, quién no había dado declaración hasta hablar con su abogado. La visita fue breve, pero intensa, ya que McConnell cuestionó al veterano oficial sobre sus tratos y sus cohortes con los traficantes de drogas. Se fue sabiendo que hablar con Gardner sería inútil. Pero como ex amigos en el departamento, sentía que era necesario ver al hombre cara a cara, antes de enfrentar a los medios de comunicación y al sistema judicial. Asuntos internos haría una investigación criminal completa y exhaustiva sobre los cargos presentados contra Gardner, Whitmen, Cooper, Justin y Blake.

Después de su parada en el hospital (evitando a los reporteros en el proceso), McConnell condujo hacia el edificio en donde vivía Jake Valentín, para pegarle una inesperada visita. Tocó la puerta en el piso 12. Mientras esperaba, su mente volvió a la noche en que él y Jake fueron detenidos a punta de pistola por Gardner y obligados a hacer una performance sexual. Un segundo después, la puerta se abrió salvajemente. “Melocotones?” llamó el oficial Valentín, antes de reconocer quién estaba en la puerta. Cuando vio a McConnell parado ahí, comenzó a sentir a su subconsciente dicirle que estaba sólo en boxers.

“Jake!  Yo, uh…, supongo que debería haber llamado primero.” Dijo McConnell, con sus ojos vagando sobre el impresionante físico semi desnudo de Jake.

“Oh, uh…, está bien Capitán. Por favor…, entre!” le ofreció Jake, deseando haberse puesto un par de pantalones. McConnell entró, mirando a su alrededor en silencio.

“Ya encontraste a Melocotones?” le preguntó, escaneando el departamento.

“No, señor. No todavía.” Respondió Jake, cerrando la puerta. “Hice una parada en su apartamento, pero no habían rastros de ella en ninguna parte.”

“Qué crees que significa eso?” respondió McConnell, preocupado. “Preguntaste alrededor? Alguien la había visto?”

“No, nadie vio nada. O…, por lo menos eso es lo que me dijeron.” Dijo Jake, sonando perdido.

“hmm…, la gente generalmente puede oler a un policía a metros de distancia y si piensan que está buscando causar problemas,  pueden ser reacios a hablar contigo.” Dijo McConnell, habiendo trabajado en las calles por más de 20 años, antes de haber sido ascendido a Capitán. “Todavía tengo algunas conexiones callejeras en juego, veré que puedo hacer para encontrarla.” Le ofreció, sintiendo las preocupaciones de Jake. “No te preocupes, estoy seguro que aparecerá en alguna parte.”

“Gracias, señor! Yo… estaba perdido en cuánto a lo que debería hacer a continuación.” Dijo Jake aliviado.

“Bueno, después de todo lo que hemos pasado juntos Jake, creí que te sentirías lo suficientemente cómodo conmigo para venir a mi ante cualquier cosa! Especialmente en lo que se refiere a tu…, amiga.” Dijo McConnell, sinceramente. Jake se sonrojó, sabiendo que el ‘despues de todo’ de McConnell se refería tal vez al sexo que fueron obligados a hacer juntos. Bajó su cabeza tímidamente, sintiendo su polla comenzar a engrosarse al recordar el viril cuerpo desnudo de McConnell sobre la parte superior del de él. Avergonzado por su creciente erección, caminó rápidamente por delante del Capitán en un intento por ocultar su paquete. “Estás SEGURO de que estás bien, Jake? Has pasado por muchas cosas en las últimas semanas.”

“Estoy bien, señor.” Dijo Jake, con una falsa y débil sonrisa.

“Estás seguro? Si lo deseas, puedo dejarte unos días fuera, con sueldo.” Dijó  McConnell.

“Estoy seguro, señor.” Aseguró Jake. “Si no trabajo, me volveré loco!”

“Ya te escuché.” Se rio McConnell, habiendo escuchado a Malik decir lo mismo hace poco. “Qué te parece si te programo algunas sesiones con el psicólogo de la Comisaría? Podría programarte algunas sesiones privadas. Te sorprendería lo bien que hace para la salud mental hablar sobre estas cosas.”

“Sí… me gustaría, señor. Gracias.” Dijo Jake, esperando que un psicólogo le ayudara a adaptarse a su nuevo estado sexual. “Y usted, señor? Cómo está? Está bien con lo que Bruce nos hizo hacer?” preguntó Jake.

“No estoy de acuerdo con nada de lo que el oficial Gardner nos hizo hacer de ninguna manera! Pero… pero estoy tratando de llevarlo.” Dijo McConnell. “Tengo problemas para aceptar lo que hicimos, pero sé que no teníamos otra opción. No tengo dudas de que Gardner nos habría matado si no hubiéramos hecho lo que nos decía. Siento que no haya habido manera de poder detenerlo antes de ir demasiado lejos. Antes de que…”

“Está bien, señor. No estuvo mal, realmente no me importó el sexo…, uh…, quiero decir, la violación, uh…, quiero decir…, a lo lejos que llegó, no estuvo mal…, quiero decir fue un poco…”

“Sé lo que quieres decir, novato.” Rio McConnell, perdonándole a Jake su mayor vergüenza. Los 2 hombres se sonrojaron cuando se dieron cuenta de las implicaciones que hizo Jake al decir inconcientemente que tal vez había disfrutado el sexo con McConnell. Jake suspiró aliviado mientras McConnell lo miraba detenidamente. “Sé que fuiste atacado por el oficial Cooper en los túneles de Bridge Street, éste…, éste fue el segundo ataque que sufriste en las manos de ellos?” preguntó McConnell, curioso.

“No.” admitió Jake nervioso, preguntándose cómo lo vería  McConnell cómo hombre y como oficial cuando supiera cuantas veces se habían aprovechado de él.  “Bruce me…, había violado antes, cuando me dejó a morir en el sótano de una de las casas de Tempestad Williams para que sus hombres acabaran conmigo.” Recordó Jake, con dolor. “Sí… si no fuera porque Melocotones me reconoció en la parte trasera del auto de un narcotraficante… lo más probable es que no estaría hablando ahora con usted en este momento.” Dijo él, emocionado, tratando de mantener sus sentimientos bajo control.

“Entonces, uh…, Melocotones significa mucho para ti, eh?” preguntó McConnell, viendo la carga emocional en los hombros de Jake.

“Sí, señor. Significa mucho.” Respondió Jake, sinceramente.

“Entonces, la encontraremos.  No te preocupes.” Prometió McConnell. Jake tomó un respiro profundo cuando McConnell volvió a cambiar el tema hacia el trabajo. “Te, uh…, te he asignado un nuevo compañero…” le dijo, permitiéndole a Jake tomarse un momento para reponerse. “…el oficial Miguel Cortez. Él era…, el antiguo compañero de Jackson antes de… el accidente (con el Gorila).  Los junté a ustedes 2 porque ambos se encuentran actualmente sin compañero y creo que harán una gran dupla.” Añadió McConnell, captando toda la atención de Jake. “Pero si me equivoco, siéntete libre de hacérmelo saber, no te despacharé tan rápido como la última vez. Está bien?”

“Está bien, señor.” Sonrió Jake. McConnell se dio vuelta en dirección a la puerta.

“La noche te espera, novato. Es mejor que descanses un poco.”

“Sí, señor.”


EN LA COMISARÍA

Jake Valentín entró a los camarines hacia su casillero. No pudo evitar sentir las frías miradas de sus compañeros oficiales que lo miraban con descontento, o por el rabillo de sus ojos mientras pasaban por el lado de él haciendo hora para ingresar a sus turnos. Gardner y sus amigos (los oficiales: Whitmen, Cooper, Blake y Justin) eran muy apreciados por la mayoría del departamento. Una vez que se corrió la voz del incidente que los involucraba, la mezcla de emociones llenaron la Comisaría, dejando a Jake como un ‘creador de problemas’ por llevar la mayor parte de esto a la luz pública. El jurado aún no sabía cuántos policías de la fuerzas estaban corruptos como Gardner y su tripulación. La Comisión del Gran Jurado investigaría el departamento, y cuestionaría a todos los oficiales que trabajaban en la Comisaría. Eso dejaba a muchos oficiales nerviosos, todos ellos culpando a Jake por ser un soplón. X rojas, con lápiz labial, estaban marcadas sobre su nombre en su casillero y abajo de él estaba escrita la palabra ‘soplón’! Jake no tenía idea quién había hecho esto, ya que parecía haber una gran lista de sospechosos que estaban enojados con él. Él simplemente se desnudó y se puso su uniforme mientras esperaba su turno.

El oficial hispano de 31 años, Miguel Cortez, entró después de pasar casi cada hora despierto en el hospital, cuidando de su compañero y de la familia de éste. Una vez que se supo que iba a estar bien, la señora Jackson insistió en que Cortez fuera a casa, ya que desesperadamente necesitaba dormir un poco, antes de que comenzara su turno de noche. Cortez caminó hasta su casillero en el otro lado de los camarines. Jake pensó que su aspecto parecía muerto para el mundo, sospechando que había dormido poco o nada. Él mantuvo un ojo en Cortez mientras el oficial hispano se quitaba la ropa interior antes de ponerse su uniforme. Jake no pudo evitar admirar el físico de Cortez; piernas peludas, cintura delgada, anchos hombros y un rostro con unas atractivas facciones puertorriqueñas. Su lenguaje corporal y sus gestos, exudaban testosterona y atractivo sexual. Cortez era sexy y él lo sabía. Desafortunadamente, Cortez no parecía compartir la misma admiración por Jake.

“uh…, hola Cortez. Yo, uh…, sólo quería venir a decirte que estoy honrado de ser tu compañero ‘reemplazante’ hasta que el oficial Jackson se recupere de sus heridas.” Dijo Jake cortésmente, mientras caminaba hacia el lado de Cortez en los camarines. Cortez no le respondió, simplemente siguió vistiéndose, ignorando completamente a su nuevo compañero hasta que terminó de ponerse su uniforme. Luego se dio vuelta hacia Jake, con el ceño fruncido y hostil.

“He escuchado sobre ti y tu compañero racista…” le dijo, mirando a Jake directamente a los ojos. “…ustedes piensan que pueden lanzar toda su mierda por aquí. Chicos blancos con insignias! Como si las leyes y las reglas no aplicaran en ustedes!”

“Espera ahí…, ese no fui yo! Yo soy el que expuso a Bruce y a los otros…” se defendió  Jake.

“Escuché sobre eso también, gringo. Así que eres un soplón además de ser racista?” preguntó Cortez.

“No soy ninguno de esos!” se defendió Jake, herido por su actitud. “Gardner, Whitmen y Cooper trataron de matarme, todo porque yo sabía mucho sobre como ellos operaban en las calles. Qué se supone que tenía que hacer? Tenía que defenderme!”

“Los policías vigilan las espaldas de los otros policías! Nadie más va a estar ahí por nosotros, - nadie más que NOSOTROS! No nos acusamos el uno al otro, por NINGUNA razón!” dijo Cortez, alejándose. Jake lo agarró por el brazo.

“Entonces que hubieras hecho TÚ  en mi situación, sólo sonreír y dejarlo ir? Dejar que te torturaran hasta que finalmente decidieran matarte?” preguntó Jake.

“Yo hubiese peleado de vuelta, como un hombre real se supone que haría.” Respondió Cortez, arrebatando su brazo.

“Entonces ASÍ es como quieres comenzar nuestro compañerismo? Atacándonos el uno al otro? Preguntó Jake, no entendiendo la hostilidad.

“Sí…,” respondió Cortez. “…hasta que me demuestres que eres una persona en la que se puede confiar. Hasta entonces, sólo serás un pasajero en mi patrulla.” Dijo el oficial hispano, alejándose. Jake miró a otro oficial que había estado escuchando mientras se cambiaba de ropa en su casillero. Miró a Jake con una sonrisa irónica, luego cerró la puerta de su casillero y se alejó también. Jake sabía que volver a las Fuerzas sería difícil, pero no sabía que ÉL sería considerado ahora el enemigo.


El viaje en auto con los oficiales Jake Valentín y su nuevo compañero Miguel  Cortez estaba bastante callado. Los 2 hombres dijeron muy poco mientras mantenían sus ojos centrados en el área que patrullaban y sus oídos en la radio de policía. Jake se sentía incómodo sentado con un hombre que básicamente había admitido que no lo respetaba por reportar las travesuras criminales de sus compañeros oficiales. Eso le hizo a Jake preguntarse si Cortez y el resto de los oficiales en el departamento estaban corrompidos? Jake era un policía nuevo en la fuerza y completamente nuevo en la Comisaría cuando fue emparejado con Gardner y su feliz grupo de matones. Él no conocía a Cortez y a los otros oficiales muy bien. De hecho dentro de la Comisaría se sentía como un extraño, como una oveja blanca en una familia de ovejas negras. Ellos evitaron el contacto visual mientras Jake sondeaba las calles por cualquier distracción que le impidiera hablar con su compañero. Cortez obviamente estaba haciendo lo mismo, ya que cuando llegó una llamada a la radio, él la tomó de inmediato! “Oficiales Cortez y Valentín respondiendo!” dijo al despachador mientras encendía las luces y las sirenas y ponía el auto a toda velocidad.

La llamada era por un accidente automovilístico múltiple. Otro equipo de policías ya estaba allí cuando llegaron los oficiales Cortez y Valentín. El equipo estaba escoltando a las víctimas heridas del accidente de tránsito, ya que un incendio había estallado en uno de los automóviles, dejando el potencial peligro de una explosión inminente.

“Falta alguien?” preguntó Cortez, saliendo de su patrulla.

“Hay una mujer en el auto que se está quemando! Creo que está inconsciente!” gritó un oficial, que se encontraba llevando a alguien hacia una distancia segura. Cortez corrió hacia el auto en llamas que se había volcado boja abajo en la carretera. Se agachó de manos y rodillas y miró por la ventana. Bastante seguro vio a una mujer todavía inconsciente atada a su asiento. Cortez entró al auto para sacarla. Jake corrió, nervioso por la inminente explosión mientras intentaba apagar las llamas con un extintor del maletero de la patrulla. Las llamas estaban calientes y podía escuchar el metal doblándose cuando el calor hizo que el tanque de gasolina se doblara.

“Está a punto de explotar!” le gritó a su compañero, arrojando el vacío extintor hacia un lado.

“Yo… estoy casi…la tengo…!” gruñó Cortez, tirando del cinturón de seguridad que la mantenía en su lugar. Tiró y tiró hasta que finalmente lo escuchó cortarse. Cortez tiró a la mujer por la ventana lateral con la ayuda de Jake, ambos la agarraron de un brazo mientras la llevaban a un lugar seguro. Cuando apenas caminaron 15 metros, el auto explotó, lanzando una bola de fuego y metales al aire. Los espectadores gritaron y corrieron para refugiarse mientras Jake, Cortez y la víctima femenina cayeron todos al suelo.

Jake cubrió su cabeza mientras una lluvia de partes de piezas automovilísticas se estrellaba contra el área alrededor de ellos. Sus oídos sonaban mientras trataba de recuperar la compostura. Miró a los alrededores para encontrar a su compañero y vio a Cortez ocupado en darle a la víctima primeros auxilios. Jake vio desde el piso como Cortez le daba a la mujer respiración boca a boca, luego usó sus manos para bombear su corazón. Después de varios intentos, la mujer se despertó, tosiendo y ahogándose en el aire mientras Cortez se inclinaba sobre ella protectoramente.

“Está bien, señora…?” preguntó Cortez, dándole palmaditas en la espalda mientras ella volvía en sí.

“M…mi…mi bebé! Dónde está mi bebé?” gritó la mujer, viendo a su auto envuelto completamente en llamas. “Él estaba en el asiento de atrás! Dónde está??!!” Cortez miró furioso hacia el fuego, sintiendo que se le revolvía el estómago con la sola idea del bebé atado en el asiento trasero del vehículo, quemándose vivo!

Después…, llegaron camiones de bomberos y ambulancias para detener el fuego y ayudar a los heridos. La mujer víctima fue cargada en una ambulancia y llevada a un hospital del área, angustiada por la muerte de su bebé. Jake vio mientras la ambulancia se cerró, luego prendió sus sirenas mientras se alejaban con la mujer para darle tratamiento médico. Jake decidió buscar a Cortez, que se había mantenido sentado en la acera cuando descubrió que había dejado un bebé atrás. Cortez no quería hablar. De hecho, sólo quería quedarse en su propia miseria y enojo. Jake trató de recordarle que había salvado una vida, pero eso era sólo una pequeña consolación. Todo en lo que Cortez podía pensar era en la pequeña vida que no tuvo la oportunidad de crecer.

Esa noche después de su turno, Cortez condujo a su bar favorito para emborracharse y olvidar lo que había pasado esa noche. Se tomó trago tras trago, ignorando las advertencias del barman sobre que iba a estar demasiado borracho para manejar. Una mujer coqueteó con Cortez en el bar. Ella era linda, con cabello rubio y  grandes tetas y Cortez sospechó que con una vagina aún más grande! Estaba a punto de arrastrar a la mujer a su casa con él para follarla, cuando fue interrumpido por su nuevo compañero –Jake.

“Qué mierda estás haciendo TÚ aquí?” suspiró, habiendo visto suficiente de Jake por un día.

“Sabía que ibas a venir aquí para emborracharte!” dijo Jake, habiendo escuchado de las intenciones de Cortez en los camarines del trabajo. “Voy a llevarte a casa!”

“Jódete!” gritó Cortez, demasiado borracho para darse cuenta que estaba haciendo una escena. “Quiero un poco de vagina esta noche!” añadió, tambaleándose hacia donde la mujer estaba sentada. Ella sonrió, lista para escuchar su intervención y aceptar su oferta de acompañarlo a su casa. “Quieres follar?” le preguntó sin rodeos, accidentalmente escupiendo en su cara. “Vi que me estabas mirando, quieres ir a mi casa y chuparme la verga, perra?” Insultada, la mujer apartó la cabeza de él. Esto enfureció a Cortez, mientras le crecía una erección al mirarle el escote. “PERRA!” le grito, agarrándole la blusa, haciendo que sus tetas quedaran en el aire. La mujer gritó, tratando de liberarse. El barman se apresuró y agarró el brazo de Cortez para sacar a la mujer. Jake agarró los hombros de Cortez y lo empujó hacia atrás. Cortez liberó a la mujer (quién volvió a meterse las tetas en la blusa), luego empujó a Jake fuera de él. “Quítate de mí, maldito maricón!” le gritó, inclinándose hacia un lado mientras intentaba mantenerse erguido. Miró a Jake, luego al barman y luego a los clientes que sentados lo observaban para ver su próximo movimiento y luego a la mujer que comenzó todo esto. “Jódete, perra! Quién quiere tu concha de todos modos??” le soltó, irrespetuosamente.

“Vamos, Miguel…, déjame conducirte hasta tu casa.” Le ofreció Jake, con calma. Cortez lo miró extrañamente, luego se tambaleó hacia adelante.

“Bueno…, vamos entonces!” dijo, abriéndose camino hacia la puerta. El viaje al departamento de Cortez fue aventurero. Cortez maldijo, se quejó y amenazó con vomitar mientras recostaba la cabeza en el asiento. Jake detuvo el auto una o dos veces por falsas alarmas. Una vez que llegaron al departamento de Cortez, Jake lo ayudó a salir del auto y subir las escaleras. Cortez sacó sus llaves y buscó por la cerradura hasta que finalmente abrió la puerta. La empujó y entró, sin molestarse en encender las luces.

“Estás bien?” preguntó Jake, preocupado.

“Vete a la mierda!” gritó Cortez, no estaba de humor para escuchar la voz de Jake.

“No es tu culpa lo que le pasó al niño!” insistió Jake, tratando de que Cortez se sintiera mejor. “Nadie sabía que el bebé estaba ahí! No teníamos manera de saber cuántos ocupantes tenía el vehículo en ese momento!”

“Estaba justo ahí en el auto con su madre! Tendría que haber chequeado el asiento de atrás!” gritó Cortez.

“Era una situación peligrosa! Cada segundo contaba! Hiciste lo que podías hacer en el poco tiempo que tuviste para hacerlo! Tú SALVASTE la vida de esa mujer!” le recordó Jake.

“Creí haberte dicho que TE FUERAS A LA MIERDA!” gritó Cortez, no queriendo escuchar razones.

“No necesitas estar sólo en estos momentos!” insistió Jake.

“Lo que yo necesito es una concha! Contrarrestó Cortez. “Entonces, a menos que tengas un coño metido entre las piernas, es mejor que te vayas a la mierda y me dejes solo! Estás arruinando mi borrachera! Dijo Cortez, dejándose caer en su sofá. Cuando Jake se negó a irse, Cortez decidió tratar, físicamente, de sacarlo de su lugar. Él y Jake lucharon, tropezando con los muebles y rodando por el suelo cuando cayeron. Jake trató de envolver su brazo en el cuello de Cortez para inmovilizarlo y evitar lastimarlo, mientras Cortez trataba de rasgar los pantalones de Jake. Jake no se dio cuenta de lo que estaba pasando hasta que sintió que sus pantalones y su ropa interior eran rasgados en el sector de su trasero. Antes que se diera cuenta, la parte trasera de sus jeans y sus boxers se rasgó, dejando al descubierto todo su culo, mientras Cortez le empujaba las rodillas contra el pecho para exponer su agujero.  Una vez que el culo quedó expuesto, Cortez se desabrochó los pantalones. Durante la transición que le tomó desabrocharse el cinturón, Jake permaneció en silencio, paralizado mientras miraba hacia arriba y esperaba su destino.

Sus ojos se clavaron en las manos de Cortez mientras jugueteaban con la cremallera y la desbrochaban. Cortez abrió sus pantalones, revelando su dura erección con forma de plátano de 19 centímetros sin circuncidar. El agujero de Jake tembló ante la idea de ser tapado. Vio a Cortez escupir en su mano, luego masajear la saliva sobre la cabeza de su polla. Empujó las piernas de Jake hacia adelante y luego presionó la cabeza de su polla en el agujero. Jake se preparó ante la inminente entrada. Jadeó cuando sintió que la polla abría su ano y luego se metía lentamente hacia adentro. Cortez estaba borracho de calentura. No le importaba el género del agujero que estaba al final de su polla, siempre y cuando estuviera caliente y apretado! Hundió sus caderas hacia adelante, conduciendo la parte restante de su polla en las profundidades humeantes de Jake.

Jake sintió que Cortez presionó el peso de su cuerpo sobre la parte posterior de sus muslos, aplastando sus rodillas contra su pecho. Cortez era muy agresivo mientras sujetaba al policía en el suelo y lo follaba con borracha pasión. Jake podría haber luchado de vuelta, pero en cambio optó por ceder mientras era tomado por otro oficial. Miró hacia arriba al atractivo rostro puertorriqueño de Cortez, mientras él embestía salvajemente hacia adelante y hacia atrás dentro de él. Jake metió sus manos dentro de sus rotos pantalones y comenzó a masturbarse, tomando su erección en su mano. Cortez no se dio cuenta de este movimiento, ya que mantuvo los ojos completamente cerrados durante toda la cogida. Todos sus sentidos estaban concentrados, en la increíble sensación que rodeaba su polla mientras se movía hacia adelante y hacia atrás. Embestía salvajemente, follando a ciegas, sin pensar en el culo debajo de él. Cortez era un hombre soltero, un hombre heterosexual sin una mujer real en su vida. Él tenía muchas citas, se follaba a muchas chicas, pero no hacía promesas. Él a menudo admiraba a su antiguo compañero Terrence Jackson, por su sentido del amor y la familia. Jackson tenía una esposa y 4 hijos. Amaba a su familia y hablaba de ellos a menudo. Incluso trató de convencer a Cortez de encontrar a UNA mujer, para que se estableciera y criara familia. Pero a Cortez no le gustaba una vagina por mucho tiempo. Le gustaba la variedad, ninguna mujer podía mantener su atención el suficiente tiempo como para que le propusiera matrimonio.

Él se sumergió en el culo de Jake con rápidos empujones poco profundos, bombeando hacia adelante y hacia atrás rápidamente mientras el agujero se aferraba a su polla como una banda. El agujero estaba apretado alrededor de su polla, succionándolo suavemente mientras presionaba hacia adelante y hacia atrás. Respiración pesada, jadeos y leves gemidos siguieron mientras los 2 oficiales follaban con placer. Jake pajeaba su polla salvajemente, disfrutando el constante bombeo en su trasero, mientras Cortez lo follaba con toda su polla. Jake lanzó un géiser de esperma sobre sí mismo, disparando un chorro de esperma como perdigones de una ametralladora. Se retorció en el piso alfombrado mientras Cortez continuaba follando dentro de él, con duros golpes a través de su orgasmo. Cortez continuó golpeando el culo debajo de él, sintiéndolo muy apretado y con espasmos, hasta que liberó su propia reprimida carga dentro de él. Se vino con un gruñido fuerte, empujando su polla hasta los huesos, mientras disparaba un océano de semen en el receptivo fondo debajo de él.

Jake sintió el diluvio de semen entrar en él, llenando su estómago con descuidado semen.  Cuando Cortez estaba terminando de correrse, la sacó y se dejó caer en el sofá del lado, -con sus pantalones todavía abiertos, mientras su coja polla continuaba drenándose sobre su muslo desnudo. En cuestión de minutos, se quedó dormido. Jake se levantó del piso, sus pantalones se cayeron hacia la alfombra, en pedazos alrededor de sus tobillos. Jake vio a Cortez dormir mientras se limpiaba el semen que había caído en el estómago de su polera. Le sacó las zapatillas y los pantalones a Cortez y los dejó en el reposabrazos del sofá. Luego tomó prestados unos shorts deportivos del dormitorio y cerrando la puerta principal se fue. Esperando que mañana la situación no fuera demasiado incómoda, cuando tuvieran que verse de nuevo en el trabajo completamente sobrios.

CONTINUARÁ…