Oficial Valentín 10 (La Gran Batalla)
Finalmente se desata la gran guerra entre los líderes de los oficiales corruptos, los narcotraficantes de Tempestad y las fuerzas especiales de la policía, cobrando varias vidas en el transcurso...¿Saldrá vivo Jake de todo esto?
OFICIAL VALENTÍN – CAPÍTULO 10: LA GRAN BATALLA
*ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS DE EXTREMA VIOLENCIA, AL QUE NO LE GUSTEN LOS RELATOS FUERTES, ES MEJOR QUE NO SIGA LEYENDO ESTE CAPÍTULO.
El teléfono sonó en el departamento de Jake Valentín. Él y su nueva novia (Melocotones) se encontraban durmiendo pacíficamente en los brazos del otro, cuando de repente y de golpe se despertaron. “Aló…?” respondió Jake atontado, mientras Melocotones descansaba su cabeza sobre su pecho.
“Jake, soy McConnell! Está cayendo! Nos dirigimos al sitio de Tempestad en estos momentos!” gritó el capitán, desde su automóvil mientras aceleraba por las calles del norte de Filadelfia. Jake se levantó de un salto, sorprendiendo a Melocotones.
“AHORA, señor?” preguntó Jake, sosteniendo el teléfono cerca de su oído. “Sí, señor! Ya voy en camino!” finalizó, dejando el teléfono mientras saltaba de la cama.
“A dónde vas?” preguntó Melocotones, mirando a Jake colocándose sus jeans y sus blancas zapatillas deportivas.
“Era el capitán! Encontraron a Gardner! Está cayendo AHORA!” dijo él, corriendo.
“Entonces por qué TÚ tienes que ir? Estás fuera de servicio!” dijo Melocotones, queriendo que él regresara a la cama.
“Melocotones…, TENGO que ir! Tengo que ver esto! Tú sabes lo que Gardner me hizo!” dijo él, colocándose una polera y agarrando su arma de fuego y su escudo.
“Entonces yo también voy a ir!” dijo Melocotones, tirando las mantas de la cama para revelar su cuerpo desnudo.
“No bebé, eso no es necesario!” dijo Jake, manteniéndola en la cama.
“Pero quiero ir!” dijo ella, insistente.
“Me preocuparé menos si sé que estás aquí!” dijo Jake, besándola en la frente. “Ahora a dormir! Te llamaré cuando todo esto haya terminado!” añadió, saliendo corriendo por la puerta.
EN OGONTZ Y DRUMMING
Gardner y Whitmen eran como 2 policías de elite, mientras barrían con todos los hombres de Tempestad como si los otros fueran unos tiradores principiantes. Había cuerpos tirados por todas partes. Afortunadamente, Rashad había muerto apenas llegó al lugar de Tempestad, ya que Gardner y Whitmen tomaron a otro rehén para sacarle información, los oficiales se tomaron su tiempo para darle torturas anales. Los 2 oficiales se turnaron para follar al negro joven traficante de drogas, cuando terminaron de correrse le empujaron otros objetos por el conducto anal para arruinarlo completamente. El traficante les dijo toda la información que necesitaban saber cuándo finalmente le enterraron el largo cañón de un rifle en su culo sangrante, amenazandolo con disparar en cualquier momento. Mientras Gardner subió a revisar los pisos de más arriba, Whitmen fue a los pisos de más abajo, alimentado con odio por lo que le habían hecho a su esposa. Todavía podía ver la cinta de video claramente en su mente cuando los hombres de Tempestad la violaron repetidamente, sus grandes pollas negras dilataban su pobre coño rosa hasta que liberaban todas sus cargas adentro. Él haría que todos ellos pagaran por violar a su familia. Por cada narcotraficante que mataba, se sentía un poco más vengado. Durante un enfrentamiento en el sótano de la fortaleza con 6 distribuidores de drogas, Whitmen arrojó una granada de mano, explotando el pasillo y matando efectivamente a cada uno de ellos. Mientras caminaba a través de los trozos de cuerpo esparcidos en el piso, vio a Tempestad moviéndose en el otro extremo del pasillo.
“Bruce! Lo veo! Repito, lo veo! Tempestad está al nivel del sótano!” gritó en su micrófono mientras comenzaba la persecución.
“Te leo, Doug! Estoy en camino!” gritó Gardner, corriendo por el salón principal. Whitmen disparó por delante de sí mismo, tratando de matar o herir a Tempestad para acortar la persecución. Pero Tempestad seguía desapareciendo detrás de las puertas y de las entradas. Whitmen siguió disparando varios tiros más, casi golpeando a Tempestad varias veces, antes de que éste desapareciera en el subsuelo en donde tenía su “calabozo”. Whitmen lo siguió con precaución. Ya que sólo estaban él y Gardner, era libre para disparar a todo lo que se moviera y no tener que preocuparse de matar a otro oficial o algún civil inocente. Escuchó una puerta abrirse y cerrarse varios metros más allá alrededor de una esquina y rápidamente corrió para alcanzarla. Llegó hasta la puerta con sus manos apretadas alrededor de su revolver mientras alcanzaba la perilla. Decidió abrirla rápidamente para sorprender a quién sea que estuviera del otro lado, pero se sorprendió al no encontrar a Tempestad ni a ninguno de sus hombres, sino que en cambio encontró a un gorila negro de 2 metros de altura parado frente a él con rabia!
“AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!” gritó cuando el gorila lo agarró y lo lanzó en la habitación como una muñeca de trapo. Whitmen se golpeó contra la pared, el aire de sus pulmones se salió instantáneamente cuando cayó aturdido al piso. Antes que pudiera recuperarse, el gorila le desgarró la ropa y parte de su piel, las uñas le arañaban a través de su piel como papel higiénico mojado. Whitmen buscó por su arma caída, pero fue tirado lejos de su alcance mientras era volteado sobre su estómago y comenzado a ser follado por el enorme falo de 33 centímetros de la criatura! Los ojos de Whitmen se salían de sus cuencas mientras su ano era reventado por el enorme falo del animal erecto. Tempestad tenía ese mono para experimentar con sus drogas y en ese momento estaba completamente drogado con la nueva droga callejera ‘Sextasy’ (una droga que ponía a las personas bajo una locura sexual), por lo que el mono siempre estaba drogado y caliente. Whitman no tenía ninguna chance contra la bestia, mientras su agujero era destrozado y follado en profundidad.
Sangre comenzaba a dispararse por todos lados, mientras el gorila aferraba sus fuertes brazos en la cintura de Whitmen y lo follaba. Whitmen dejó de gritar con cada zambullida de la polla del monstruo que lo atravesaba cada vez más profundamente hasta el colon y los intestinos, hasta desgarrarle las tripas y destrozar su bazo. Whitmen ya estaba sentenciado a la muerte por sangrado y por trauma cuando fue empujado al entrar en la habitación, mucho antes que la bestia entrara dentro de él. Cuando Gardner por fin llegó al subsuelo del sótano, Tempestad y el simio ya se habían ido y Whitmen fue encontrado desnudo y muerto en el piso, su culo roto por la mitad en un charco de sangre roja y semen viscoso y blanco escapando de sus desgarradas entrañas. Gardner vomitó ante la vista de su amigo de tanto tiempo. Pero rápidamente se recuperó cuando escuchó en su radio de policía que decían que los oficiales tenía la calle acorralada en ambos extremos y estaban arrestando a los narcotraficantes y reuniendo los cadáveres.
MIENTRAS TANTO AFUERA…
…la policía estaba haciendo barricadas fuera de la calle, los francotiradores fueron arrestados y otros tantos perseguidos por helicópteros de la policía. La policía llevaba equipos antidisturbios con escudos, cascos y chalecos antibalas. McConnell llegó y ordenó que aseguraran el camino para que los bomberos pudieran conectar sus mangueras. Por el momento el fuego estaba fuera de control, extendiéndose a otros 4 edificios. Los camiones de bomberos rodearon la calle por ambos extremos. Se apresuraron a ensamblar las mangueras antes de que todo el bloque fuera destruido. Uno de los bomberos atornilló el extremo de una de las mangueras a un grifo, justo cuando lo encendió, un narcotraficante le disparó por la espalda a través de las ventanas. La policía abrió fuego contra el pistolero, matándolo con varios disparos. El bombero fue llevado a un lugar seguro y atendido por los trabajadores de rescate. Los otros bomberos continuaron dosificando las llamas con sus mangueras, tratando de obtener algo de control, mientras McConnell y su equipo entraron a buscar sobrevivientes. Malik (con su brazo en un cabestrillo) fue asignado como guardia en control de las multitudes. Él tenía que asegurarse que nadie (incluidos los medios de prensa) se acercara demasiado a la escena del crimen. Jake llegó en su jeep y luego se abrió paso caminando entre la multitud. Malik lo detuvo en seco, hasta que vio al blanco oficial mostrar su placa.
“Dónde está McConnell?” le preguntó, mirando hacia abajo de la cuadra al gigante resplandor.
“Él está adentro!” dijo Malik, deseando estar allí dentro con él. Jake sacó su arma.
“Encontraron a Gardner?” preguntó Jake, esperando que lo hubiesen hecho.
“No estoy seguro! No he escuchado nada desde que entraron!” respondió Malik.
“Voy a entrar también!” informó Jake, corriendo hacia el otro lado de la calle.
“Espera!” gritó Malik, siguiéndolo detrás. Los 2 oficiales corrieron hacia la entrada más cercana, la casa tenía 5 puertas debajo de la casa principal, Tempestad tenía túneles que las conectaban a todas ellas hacia el sótano. Los oficiales se abrieron paso a través de la vivienda, pisando cuerpos y pasando por las habitaciones. El humo llenaba los pasillos, cortándoles la visual y haciéndolos respirar con dificultad. De pronto el primer piso se derrumbó y las llamas alcanzaron la sala de drogas, causando una gran explosión que hizo que temblaran los cimientos del edificio y explotara hacia afuera, lanzando ladrillos, vidrios y madera como lluvia hacia los bomberos y el equipo de rescate que se encontraban trabajando en la calle. La multitud de espectadores y medios de comunicación gritaron aterrorizados mientras el suelo temblaba y sus oídos se aturdían por el ruido. Los cadáveres de los traficantes que se encontraban dentro del edificio en llamas fueron soplados hacia la calle, sus muertos cuerpos mutilados volaban de rama en rama.
Adentro, los oficiales Jake Valentín y Malik Jones fueron arrojados hacia otra habitación, donde lentamente volvieron en sí. Malik en lo primero que pensó fue en el capitán! Corrió de regreso hacia dónde se iban dirigiendo, pero fue detenido por el intenso calor y el humo! Jake se levantó, empujando los escombros que habían caído sobre su cuerpo, mientras se tambaleaba para ponerse de pie. Vio a Malik tratando de desafiar las llamas y lo agarró para llevarlo a una distancia segura.
“No puedes entrar ahí! Te vas a matar!” dijo Jake.
“David…!” gritó Malik, temiendo haber perdido a otra persona importante en su vida.
“El capitán está a salvo!” le aseguró Jake, esperanzado. Él miro hacia dentro de las llamas justo cuando un bombero comenzó a mojarlos con un torrente de agua. “O eso espero!”
EN EL SÓTANO…
McConnell y su tropa fueron los más cercanos a la explosión. Sobrevivieron con una sola víctima, ya que prácticamente fueron enterrados bajo los 5 pisos de la construcción. McConnell fue el primero en recuperarse, seguido por otros 7 hombres de su unidad. A través del espeso humo y calor, podían escuchar a uno de sus hombres gritar como si le estuvieran arrancando la vida del cuerpo. McConnell y varios otros se hicieron paso entre los caídos restos, para encontrar al oficial Mucullan siendo violado analmente de forma brutal por un enorme mono negro.
“SANTO DIOS!” gritó Jackson, apenas creyendo lo que sus ojos veían, mientras el trasero de Mucullan se partía en el enorme falo del monstruo!
“No se queden sólo ahí parados, disparen!!” ordenó McConnell, apuntando su arma a la criatura. Él lanzó 3 disparos en el hombro de la bestia, pero las balas parecían darle más poder. El monstruo de 2 metros lanzó a un lado el cuerpo inerte de Mucullan y se lanzó hacia los oficiales que disparaban. Jackson, McConnell, Lewis y Cortez, fueron arrojados al suelo de un solo golpe. Jackson fue agarrado por la bestia (sus huesos se podían escuchar crujiendo como ramas mientras el gorila le rasgaba la ropa). Él gritó cuando rápidamente fue girado boca abajo y atravesado por primera vez en su seco agujero.
"AAAAAAHHHHHHH!!!" gritó, sintiendo su interior perforado. El simio lanzó otro grito triunfador mientras tomaba a otra víctima con su destreza. Pero antes que pudiera comenzar a bombear (lo que aseguraría una muerte segura para Jackson) fue atacado con un bombardeo de balazos. Entonces dejó caer el cuerpo de Jackson, desalojando su culo para desviar la lluvia de metal. Para ser una bestia de 2 metros, era extremadamente ágil y rápido. Saltó hacia adelante y se estrelló contra los oficiales con toda su fuerza, inmovilizando al capitán McConnell hacia el suelo. De cerca, McConnell podía oler el hedor desagradable del animal, por el aroma de los cuerpos en descomposición que perfumaban su pelaje lanoso. McConnell sintió que su ropa era desgarrada de su cuerpo. Vio la enorme polla de la criatura buscando enterrarse en sus entrañas. McConnell apuntó su arma hacia el pecho del monstruo y dejó volar una serie de disparos. Al menos 10 disparos alcanzaron a la criatura en el blanco, pero aun así seguía atacando agresivamente (extasiado con la droga de Tempestad ‘Sextasy’). La pistola de McConnell sonó con un ‘clic’ cuando vació todas sus balas. Sintió que el final estaba cerca cuando la polla del mono tocó su seco ano. Justo cuando estaba a punto de sumergirse en sus lugares más profundos, un rocío de balas golpeó al monstruo varias veces en la cara y en el pecho. Kong (el simio) tropezó hacia atrás, luego cayó de espaldas con sangre brotando de su cara y de su pecho destrozado, -su cerebro desparramándose hacia un lado de su cabeza. McConnell se dio la vuelta para encontrar a Jake y Malik parados en el pasillo, ambos sosteniendo humeantes revólveres.
“Está bien, capitán?” preguntó Jake, corriendo hacia el lado del capitán. El corazón de McConnell estaba en su garganta mientras lo ayudaban a ponerse de pie. Lo que quedaba de su ropa cayó al suelo, revelando su apretado y definido cuerpo musculoso y su polla colgante. Los ojos de Jake se posaron en ella mientras ayudaba a su superior a ponerse de pie.
“Yo… estoy bien…” respondió McConnell, en shock. “Preocúpense por Jackson!” dijo él, apuntando en dirección al oficial caído. Malik se mantenía de pie paralizado cuando McConnell tropezó hacia él. Malik lo atrapó entre sus brazos, su corazón latiendo a mil por hora al pensar en la posible muerte del capitán. Sin pensar en el otro oficial, envolvió sus brazos alrededor del capitán en un espectáculo de felicidad. McConnell le devolvió el abrazo, sosteniendo a Malik con fuerza. Después de un minuto completo, rompieron el abrazo y comenzaron a atender a los otros oficiales.
“Cómo está Jackson?” preguntó el capitán, corriendo hacia un lado del oficial. “Está vivo?”
“Apenas…” dijo Cortez, tratando de detener el sangrado proveniente del enorme agujero en el culo de Jackson. McConnell agarró una radio policial…
“Necesitamos atención médica inmediata en el sótano inferior- AHORA!”
“Alguna señal de Gardner, Whitmen, o Tempestad?” preguntó Jake, preguntándose si ellos habían sido asesinados durante la explosión.
“Nada, creo que se escaparon!” respondió McConnell, tristemente.
EN SNYDER’S DRIVE
Un taxi se detuvo frente al edificio de apartamentos de Melocotones, ella le dijo al conductor que esperara mientras planeaba subir las escaleras a toda prisa para tomar algunos artículos necesarios de su hogar. “Melocotones…” llamó alguien al otro lado de la calle. Melocotones levantó la vista para ver a su vieja amiga y compañera drag-queen (Mercedes) corriendo hacia ella.
“Esa no es mi peluca de Janet Jackson de ‘así es el amor’?” preguntó Melocotones, reconociendo inmediatamente sus cosas.
“oh…, bueno…, la puerta se quedó abierta después que el Exterminador y su amigo se metieron para matarte a ti y a tu novio blanco! Sabía que querrías que cuidara tus cosas por el tiempo que estuvieras fuera!” sonrió Mercedes, honestamente creyendo que Melocotones nunca más volvería.
“Lo que sea, perra! Solo vine a recoger algo de ropa.” Dijo Melocotones, dándose la vuelta en dirección hacia su apartamento. “Qué mierda pasó aquí?” preguntó, mirando a todos los vidrios rotos en la calle principal y las cintas policiales debajo de la entrada. Levantó la vista hacia el último piso y notó una ventana rota.
“Oh, ese fue el Exterminador, también!” dijo Mercedes, una puertorriqueña de 1,68 metros, con el bronceado, caderas, culo y rostro de Jennifer López. “Él vino hasta aquí, disparando a todos en su camino! Mató a Pookie, Lo-Lo, Jace, Roy'el..., luego tomó a Rashad como rehén, - DESPUÉS lo folló por el culo en el último piso en esa ventana al frente de todos!”
“Folló por el culo a Rashad?” preguntó Melocotones, atónita. Rashad y los otros hombres pertenecientes al séquito de Tempestad no eran sumisos, Melocotones los había visto hacer cosas horribles a la gente a lo largo de los años. Para que Gardner haya entrado y los haya matarlos a todos, para luego follar a uno de ellos en su propio territorio…, tenía que ser un MALDITO hijo de puta!
“Tendrías que haberlo escuchado…,” se rio Mercedes. “… él estaba gritando y llorando como una perra! Incluso ni yo grité tanto cuando el Exterminador y sus amigos cerdos me follaron por primera vez!”
“Tú sabes que los hombres hetero no pueden tomar polla tan fácil!” le recordó Melocotones. “Rashad estaba acostumbrado a dar, no a recibir!”
“Sí, puede ser. Supiste lo que pasó con la casa de drogas de Tempestad?” preguntó Mercedes, siguiendo a Melocotones por las escaleras. Había más cinta adhesiva amarilla de policías adentro, así como también contornos dibujados en tiza de los hombres de Tempestad en las escaleras y en el pasillo.
“No. Qué?” respondió Melocotones, tratando de entrar y salir lo más rápido posible.
“Está en llamas!” dijo Mercedes. “Algo explotó y toda la casa se convirtió en humo! Escuché a los policías por todas partes!”
“Dónde está Tempestad?” preguntó Melocotones, poniendo su llave en la puerta.
“Justo aquí.” Dijo Tempestad, abriendo dramáticamente la puerta. Melocotones y Mercedes casi gritaron de miedo. Entonces notaron que Tempestad estaba sangrando, mientras la sangre goteaba de su brazo sobre la vieja alfombra de Melocotones.
EN OGONTZ Y DUMMING
El oficial Jackson fue llevado en ambulancia al hospital más cercano para una cirugía de emergencia con escolta policial. Otros cuerpos eran excavados entre los escombros mientras se realizaban los arrestos. El departamento de bomberos estaba comenzando a mantener el fuego bajo control, cuando el capitán McConnell fue llamado para que reconociera uno de los cuerpos. Él, Malik y Jake se tomaron un momento en el inmenso caos y caminaron hacia la línea de unos 15 cadáveres que recubrían la acera bajo sábanas manchadas de rojo. McConnell se puso en cuclillas al lado del cuerpo en cuestión y volteó la cubierta de la cara. “Es Whitmen.” Confirmó.
“Cómo murió?” preguntó Malik, curioso.
“Él estaba en el subnivel dejado del sótano. Al parecer él fue…, partido en sus interiores!” según el oficial que lo encontró. “Su trasero parecía… como si hubiese explotado…”
“Igual que Carl…” dijo Jake, refiriéndose a un encubierto oficial que fue encontrado muerto frente a un lago hace un tiempo atrás.
“Obviamente fue hecho por el mismo gorila que atacó a Jackson.” Dijo McConnell, re-cubriendo el rostro de Whitmen. “Eso significa que tenemos un enlace directo entre Thompson (el oficial muerto en el lago) y Tempestad Williams. El gorila era SUYO, fue encontrado en su propiedad! Todos lo que tenemos que hacer ahora es encontrarlo y podemos acusarlo por el asesinato de Carl!”
“Tenemos que encontrarlo antes que Bruce lo haga.” Dijo Jake, sabiendo lo despiadado que Gardner era.
“Si tenemos suerte, se matarán entre ellos.” Dijo Malik, mirando la fila de jóvenes negros muertos.
“A dónde podrían ir?” preguntó McConnell. “La ciudad entera los está buscando a ambos!”
“Pueden haber otros oficiales en la fuerza que están en sus círculos.” Les recordó Jake.
“Oh… estoy haciendo una COMPLETA Investigación Interna sobre eso, Jake. Créeme!” dijo McConnell. “Sin embargo, en este momento, mantengamos esto entre NOSOTROS! No sabemos qué tan profunda está la corrupción, ni cuánta gente estará involucrada!” Malik y Jake estuvieron de acuerdo, con el nombre del alcalde mencionado como uno de los visitantes frecuentes de la fortaleza de Tempestad, quién sabía qué tan alto estaba esta conspiración? “Mira Jake, está Melocotones segura?” preguntó McConnell, preocupado por el paradero de la travesti en el caso de que la necesitara como futura testigo.
“Ella está bien…, señor.” Dijo Jake, incómodo. “Yo… yo la dejé en MI departamento.”
“Bien. Cuándo fue la última vez que hablaste con ella?” preguntó McConnell.
“uh…, no he hablado con ella desde que llegué aquí, señor.” respondió Jake.
“Llámala.” Dijo McConnell, entregándole a Jake su teléfono celular. “Dile que estarás fuera por un tiempo. Asegúrate de que esté bien…” insistió el capitán.
“Sí, señor.” Dijo Jake, aceptando el celular.
“Quién es Melocotones?” susurró Malik, hacia el Capitán.
“Después te cuento.” Jake llamó, pero el teléfono sonó y sonó hasta que respondió la máquina grabadora.
“Ella no responde.” Dijo Jake, preocupado. Él y McConnell se quedaron mirando entre sí por lo que parecía una eternidad.
“Anda!” dijo McConnell, permitiendo que Jake saliera de la escena del crimen para ir a ver a Melocotones en persona. “Estaremos justo detrás de ti lo antes posible!”
EN SNYDER´S DRIVE
"Aaahhhh..., mierda perra! Qué mierda estás haciendo?” gritó Tempestad, estremeciéndose por el dolor.
“Quédate quieto!” gritó Melocotones, tratando de limpiar la herida de bala de Tempestad con un antiséptico antes de cerrarla con una aguja e hilo. “Sino lo LIMPIO primero, podría infectarse!” explicó ella. Tempestad se calmó, mientras veía a Melocotones frotar una toalla húmeda sobre su herida, limpiando los restos de sangre y suciedad.
“Recuerdas cómo solías limpiar mis heridas de bala cuando éramos más jóvenes?” preguntó él, sintiendo nostalgia. “Cuchillazos en el vientre, heridas de bala…, recuerdas esa vez que me enterraron una palanca?”
“El momento más destacado de mi vida.” Dijo Melocotones sarcásticamente, concentrada en su trabajo.
“Solíamos ser muy unidos.” Sonrió él, recordando los calurosos momentos que habían vivido juntos. “Qué nos pasó?”
“Tú te volviste millonario y yo me volví mayor.” Dijo ella, concentrándose en la primera sutura. “Quédate quieto.”
“Tú eras mi mejor perra, sabes eso cierto?” preguntó él, sintiendo la aguja atravesarle la piel. “Todavía lo eres.” Añadió, mirando a Mercedes que estaba sentada en el otro lado de la pequeña habitación. Tempestad miró a su alrededor y observó bien el lugar monótono de Melocotones. “Que mierda de hoyo!” dijo él, extrañando las comodidades de su propio apartamento privado, dentro de su edificio de drogas en llamas. “Por qué no golpeaste mi puerta antes? Podría haberte instalado en un lugar mucho mejor que este!”
“Me gusta aquí…” mintió Melocotones, habiendo escuchado las promesas de Tempestad antes. “…es acogedor.”
“Para un ANIMAL, tal vez!” dijo Tempestad. “Pero MI chica debería estar viviendo en lo alto de la moda, no en un barrio bajo como este lugar!”
“Este es TU edificio, Tempestad.” Melocotones le recordó que él era llamado ‘el rey de los barrios bajos’. “Además…, yo no soy TU chica desde hace mucho tiempo!”
“SIEMPRE serás MI chica!” dijo Tempestad, agarrando el rostro de Melocotones con su mano libre. Ellos se miraron a los ojos por un minuto, cuando Melocotones agarró la muñeca de Tempestad.
“Sólo déjame terminar de coserte.” Dijo ella. Tempestad soltó su agarre de mala gana, perimiéndole continuar. 30 minutos después, ella vendó su brazo con un paño limpio y cinta adhesiva. “Realmente deberías dejar que un médico te vea eso…” dijo ella, conociendo que él no lo haría. “… aunque sólo sea una hendidura de carne, aún puede ser peligroso.”
“Naah…” dijo Tempestad, mirando el trabajo del vendaje en el espejo. “…lo hiciste bien! El hospital me reportaría a la policía! Y yo no puedo caer en esa mierda, -ya lo sabes!”
“Entonces hacia dónde vas a ir?” preguntó Melocotones, preparada para regresar con Jake. “Escuché que tu fortaleza se destruyó.”
“Sí…, gracias a esos malditos policías y ese doble idiota alcalde!” dijo Tempestad, mirando su reflejo en el espejo. Se dio la vuelta, frente a su anfitriona. “Sabes que puedo recuperarme y reconstruir mi mierda…, soy el maldito Tempestad Williams!” se jactó, dándose un impulso de confianza. “Pero NECESITO ocuparme de unas cosas primero! Como saber en dónde está ese puto Exterminador! Él aún no lo sabe, pero es un hombre muerto!” Melocotones no respondió. Ella había visto a Tempestad en esta situación antes, -un montón de veces de hecho. ÉL era un ataque al corazón esperando suceder. Lo que ella realmente quería era tomar sus cosas e irse, pero sabía que Tempestad iba a querer saber a dónde iba, -éste era su lugar después de todo. Ella no podía decir simplemente que se iba a ir a vivir con su blanco novio policía al otro lado de la ciudad, Tempestad los mataría a ambos.
“Necesitas descansar un poco, para que puedas sanar.” Le sugirió Melocotones, esperando que Tempestad tuviera otro lugar al que pudiera ir.
“Descansaré cuando esté muerto!” dijo Tempestad, una frase que Melocotones conocía bien. Cuántas veces Tempestad había vuelto a su primera casa juntos, lleno de sangre en sus manos y con toda su ropa manchada? Cuantas veces lo había visto golpear a un pobre tipo con sus propias manos hasta la muerte, o matar a algún rival por un simple comentario pasajero? Tempestad era un hombre peligroso. Peor aún, era un hombre peligroso sin conciencia ni alma, -lo que lo hacía capaz de cualquier cosa! Melocotones sabía que alejarse en estos momentos de su mundo significaba una muerte segura y ella aún no estaba lista para morir.
“Bueno…, yo sólo vine a cambiarme de ropa…” dijo ella, acercándose a su armario lleno. “…tengo que volver a trabajar.”
“A la mierda el trabajo!” dijo Tempestad. “Ven aquí!”
De mala gana, ella abandonó su misión y caminó hacia donde él estaba parado. Podía ver el bulto en sus pantalones que ya comenzaba a sobresalir en su entrepierna. “No quiero que trabajes en las calles ahora mismo. Te quiero aquí, conmigo.” le ordenó suavemente, sacándole una de las tetas desde la parte superior de su vestido. Melocotones no luchó, ella sabía que no debía negarse a Tempestad. Ella era su propiedad, para hacer lo que él quisiera. Ella simplemente se quedó allí sin emociones mientras él le liberaba una teta, luego se inclinó para chupar el pezón. Después de unos segundos, Tempestad llamó a Mercedes, quién se había mantenido sentada en silencio mientras ellos mantenían la conversación. Él se sentó en una silla cercana y les ordenó a las 2 ‘chicas’ que follaran. Sin ninguna duda Mercedes extendió su mano y comenzó a acariciar a Melocotones. Melocotones medía 1,83 metros, delgada, de piel color marrón oscuro, con una gorda polla de 23 centímetros. Mercedes medía 1,68 metros, pequeña, piel latina y con una polla de 15 centímetros. Ella empujó a Melocotones sobre la cama y comenzó a besar y lamer todo su cuerpo. Ella y Melocotones habían actuado juntas antes en diversas ocasiones, para policías, clientes, hombres de Tempestad, políticos, -lo que sea. Esta vez sin embargo, a Melocotones le gustaba. Ella y Mercedes siempre tuvieron una rivalidad de amigas/odio/amigas, con Melocotones siendo la experimentada con 26 años y Mercedes siendo la sangre nueva con tal solo 18 años. Ella podría ser joven, pero ya tenía también mucha experiencia.
Melocotones no estaba tan emocionada de tener que metérsela a Mercedes, especialmente después de prometer su devoción hacia Jake. Ella y Mercedes tenían una relación tolerable en el mejor de los casos. Ella sabía que Mercedes quería su reputación, su respeto y su lista de clientes. Melocotones había existido por más de 10 años y se había hecho un nombre en las calles como una ‘diva’ que conocía su mierda. Ella era discreta, privada y sabía cómo y cuándo cerrar la boca! Todos atributos que Mercedes aún tenía que mejorar. Melocotones finalmente perforó a la joven, golpeando su pelvis contra el culo de Mercedes.
Tempestad se cansó de sólo mirar, su polla necesitaba algo de esa acción anal que estaba presenciando. Se levantó de su asiento y cruzó hacia la cama. Melocotones sintió las manos en su culo mientras follaba y luego su lengua perforar su relajado agujero. Ella no se había acostado con Tempestad en años, no desde que la había abandonado en Snyder´s Drive, después que su Imperio comenzaba a convertirse en grandes ganancias. Ella se convirtió en una papa pequeña mientras él subía y expandía sus ventas y casas de drogas en el norte de Filadelfia. Tempestad nunca iba a la ‘sección de trabajo’ de las chicas, en donde trabajaban sus prostitutas, en cambio enviaba a sus hombres de mano derecha (como Demetrio) a hacer su trabajo sucio mientras crecía su flujo de dinero. Las chicas más jóvenes tomaron el lugar que tenía Melocotones a su vida y en su cama, chicas como Jazmín o Zafiro quienes tenían sólo 18 y 19 años respectivamente. Bebés en comparación, pero de su propiedad después de todo.
Después de una larga sesión de sexo, Melocotones quería volver a ‘casa’ con su hombre, en vez de estar entre estas 2 personas que no podrían importarle menos! Mercedes era una pequeña perra mocosa que quería su lugar y en lo que respecta a Melocotones ella podía quedárselo! Tempestad era sólo un loco hijo de puta! Su mundo entero estaba distorsionado, desde el momento de su nacimiento. Sin ser criado con amor de madre lo dejó loco y errático. Melocotones solía pensar que eso lo hacía intrigante, ahora ella sabía que él estaba en camino hacia ninguna parte.
“Saca tu culo a la calle y anda a hacerme dinero!” le dijo Tempestad a Mercedes duramente. Mercedes saltó de la cama obedientemente y se fue sin decir una palabra. Melocotones fue al baño y luego se acercó a su armario para un cambio rápido de ropa. “A dónde vas?” le preguntó él, acostado debajo de las sábanas. Ella lo miró y se detuvo.
“A trabajar.” Dijo ella, esperando que esa mentira le sirviera para escapar de regreso con Jake.
“Acaso te dije que volvieras a trabajar? Ven aquí!” le dijo él, volteando las cubiertas para hacerle espacio. Melocotones dejó caer su nuevo vestuario al piso y caminó en silencio a la cama y luego entró. Él levantó las mantas sobre ellos, acurrucándose detrás de ella, su gorda polla hurgando entre sus cálidas nalgas. “Quiero que te quedes a mi lado mientras reconstruyo toda mi mierda!” le susurró mientras recostaba su cabeza junto a la de ella. Ella transfirió su visión sobre el bastón negro de Tempestad que descansaba sobre la pared al otro lado de la habitación en una esquina, un molde de oro de su polla curva de 24 centímetros actuaba como el mango del bastón. “Solo espera…piensan que han visto lo último de mí, pero no saben que tengo todavía mucho que mostrar!”
CONTINUARÁ…