Oferta de trabajo con relación y convivencia con 2

El muy cabrón son los que me hacían llamar para que acudiera al despacho, pues le gustaba que se la comiera y después follarme duramente sobre la mesa, dejando la ternura para cuando estuviéramos en la cama con su pareja… uuuffff!!.

Oferta de trabajo con relación y convivencia para dos

Hace años ya de aquello, quizás no más de nueve años, recuerdo bien que ocurrió un año antes de que me casara. Lo que a continuación os voy a contar, ocurrió a raíz de un malentendido con una amiga, amiga que me pidió que la acompañara a comprarse ropa, pues según ella de esos tíos que no solo aguanta que una mujer vaya de tiendas, sino por el buen gusto que tengo a la hora de elegirlas. Amiga que son de esas que dicen… “Si hubieras nacido chica en vez de chico, hubieras sido mí acompañante ideal en las comprar”. Pero bueno continuo, esta tuvo la mala idea de mencionárselo a mi novia, novia que aunque no deja de decir a todos que no es celosa y que se fía de mí, peca como todas de celosa al cien por cien, pues acaba por decirme…

  • “De ti me fio, pero no me fio de las demás, pues tu precisamente no eres de piedra ante una mujer”.

Y eso que nuestra amiga, amiga que es más de ella que mía, solo le comento…

  • “Fui a comprarme algo de ropa interior y no veas la suerte que tienes, pues tiene un gran gusto sobre estas prendas”.

Acabando por asegurarle que no pasó nada, pues estuve firme y como una estatua tras la puerta del probador, asegurándole que yo solo traje las prendas y que en ningún momento llegue a verle como le quedaban. Este hecho motivo en mi novia dudas, dudas que gracias a este altercado me pidiera tiempo para pensar. Dudas que precisamente siendo el inicio del verano, decidid darle espacio y tiempo, deseoso yo precisamente de cambiar de aires y de paso de ciudad. Tras hablarlo, pactando una separación momentánea, aunque teníamos fecha de boda, tiempo que impuso el transcurso del verano. Tiempo que según ella, debíamos de poner en orden nuestros pensamientos y sentimientos, cosa que me dio por bichear de paso ofertas de trabajo, teniendo la suerte entrecomillas de encontrar un trabajo, pero este precisamente no era donde deseaba, pues se encontraba en Alicante.

Tras sopesarlo unos días, finalmente mande mi curriculum a dicha oferta, sinceramente la idea de irme a Alicante no me atraía demasiado, pero el cambio a un lugar alejado y la playita me atrajo. No pensé que me llamarían por mi falta de experiencia, pero en no más de una semana recibí la contestación, citándome en Alicante para una primera entrevista. Entrevista que decidirían si era acto para el puesto o no, tras hacer un viaje pesado de casi seis horas de trayecto, trayecto que encima para mi suerte fue directo en tren desde Sevilla hasta Alicante, pues si hubiera sido en autobús me moriría. Recuerdo que tome el primero a las ocho y cuarenta y cinco de la mañana, llegando a Alicante sobre la una y cuarenta y cinco del mediodía, desplazándome hacia donde tenía la entrevista.

Donde dos caballeros me la hicieron, caballeros que se me presentaron, personas lógicamente implicada y deseaban ver y hablar sin intermediarios, pues como dueños que son de donde iba a trabajar. Dueños que se me presentaron como Eduardo y Jonás, personas que me hicieron saber lo que buscaban, parecían bastante serios, eran dos hombres maduros viendo que uno era de más avanzada edad que el otro. Ante mi poca experiencia me vi fuera, pues aunque me vieron serio, organizado, manitas y alguna que otra cosa, realmente me vi fuera pues mi escasa experiencia de hostelería, solo me salvaba el haber trabajado en un catering y el estado en unos almacenes en logística, teniendo de ambos buenas referencias. Tras finalizar la entrevista, solo me dijeron que ya se pondrían en contacto conmigo, ya sea para una cosa u otra. Mirando la hora y aun sin haber descansado, tome el último tren en dirección a Sevilla, tren que salía a las seis y veinticinco de la tarde y que llegaría a mi casa sobre las doce de la noche.

Pero aunque me vi fuera, no dándome por admitido, recibí a los pocos días recibí la llamada de uno de los dueños, dueño que me hizo saber que estaba admitido, pero claro está, debía de pasar la prueba de los quince días oportunos. No perdí mucho tiempo pues solo tenía cuatro días para incorporarme, decidid pedir en mí trabajo una excelencia por tres meses, excelencia que me aceptaron más gracias a mi amistad y sabiendo lo ocurrido. Aunque tenía tiempo ahora, ya que ese mismo dueño me ofreció alojarme en su casa, cosa que me extraño pero su explicación me despejo todas mis dudas. Pues me hizo saber que para gastarme el dinero en un hotel, motel o cualquier alquiler el tiempo que iba a estar de prueba, dinero que no iba a cobrar durante ese tiempo, me ofrecieron el hospedarme y si era aceptado ya me buscaría otra cosa.

Bueno tras recoger en casa algunas cosas, me despedí de mis seres querido y mi ex, acabe por marcharme el mismo sábado para estar el domingo allí, ya que comenzaba el lunes mi jornada laboral. Aunque realmente no comenzaba a trabajar hasta el martes, pero deseaban que ese mismo lunes me pusieran al día y de paso adaptarme a mi puesto de trabajo. De primera me ubicaron en el restaurante alternando las relaciones públicas con ser metre, puestos que ambos son de cara al público y de paso alternaba con ayudar tras la barra. Pues estos eran dueños de no solo un restaurante, sino de un local de copas y de un hospedaje. Tras las explicaciones y sugerencias, me hicieron todo esto lo tenía separados por zonas, zonas que cada uno llevaba y delegaba en otros. La zona donde iba a estar yo pertenecía a Eduardo, mientras que la zona de la logística y la cocina eran del otro dueño, no siendo este que de Jonás. Pues gracias a su ascendencia cubana era todo un maestro cocinero y gourmet. Bueno, os debo mentar algo que es importante, cuando llegue el sábado a mediodía y me alojaron, me encontré que estos vivían sobre el mismo restaurante, no extrañándome del todo del ofrecimiento. Pero lo que sí me sorprendió, fue el saber que ambos dueños compartían techo no porque no fuera malo, sino porque más tarde me hizo saber precisamente Eduardo uno de los dueños, que ellos mantenían una relación como pareja. Dicho esto, continúo…

Los primeros días estuve súper liado, pues el trabajo era bastante entretenido pero al mismo tiempo duro, debía de llevar muchas cosas, tanto que ni tuve tiempo para poder relacionarme con otras personas, no me refiero a mis compañeros, sino a poder salir y esas cosas. Pues tras finalizar mi jornada laboral, estaba tan cansado que solo me apetecía quedarme a descansar. Tomando una buena ducha, para más tarde quedarme viendo la televisión o leyendo un libro. El trabajo creo recordar que no he mencionado de qué iba, pues no era otro que llevar un restaurante y una sala de copas. Bueno sigo, Pero al tercer día, estando detrás de la barra Eduardo uno de los dueños me rozaba mucho, achaque aquello en un principio a la falta de espacio. Pero cuando no dices nada y lo tomamos a cachondeo, aquello comenzó a ser más frecuente, no siendo ya un simple roce sino a ser un magreo en toda regla, llegándome incluso a echarme en cara que aquellas situaciones me gustaban más que a un niño un caramelo, cosa que tampoco iba a negar.

Pera las situaciones aumentaron, tanto como el grado de estas, pues como aquellas por ejemplo en la cual, me encontraba inclinado intentando coger algún producto o bebida del fondo del tanque. Posición que aprovechaba este último para no solo restregarse, sino hasta darme algún que otro puntazo y notas su erecto miembro. Como se me restriegan o finge cualquier situación para magrearme… mmm!!!, yo no di en ningún momento muestra que me gustaran aquello, pero tampoco hice nada para impedirlo. Y creo que fue aquella misma tarde la que tanto acoso tuvo su fruto. Pues esa misma tarde, tras haber terminado me retire a descansar no sin antes darme una ducha, tras hacerles saber que me iba a duchar, me marche. Entre en el baño y cerré la puerta, no echando pestillo al no haberlo, me desvestí mientras abría el grifo y dejado correr el agua, acabando por meterme en la ducha.

Con el ruido del agua caer sobre mi nuca sobre todo, no escuchas nada y menos piensas que entraría nadie, sobre todo sabiendo bien que me estaba duchando. Siendo precisamente Eduardo en que entro en el baño, sabiendo que estaba dentro de la ducha como he dicho, fingió o al menos eso pensé, cuando comenzó a desvestirse. Yo tras escuchar un ruido me gire y pude ver por primera vez su cuerpo desnudo, bueno desnudo del todo no, pues este se quedó en calzoncillo, calzoncillos algo extraños pues era uno de esos que dejaban sus nalgas desnudas (joder que llevaba unos suspensorios). Tras descubrir que le estaba mirando, me soltó…

  • “Espero que no te incomode mi presencia, como somos hombres no creo que te importe que me haya desnudado, voy a afeitarme haciendo tiempo a que tu acabes de ducharte”.

Lógicamente le hice saber que no me importaba… aunque mentí, pues claro está que me molestaba, pero como hacerle saber a esa persona que me ofreció alojamiento gratis. A esa persona que encima que es mi casero y mi jefe, dueño precisamente de donde trabajo. Ahí fue precisamente donde me fije bien en Eduardo, hombre de metro ochenta y dos centímetro, noventa kilos al menos, cuerpo fornido… cachas para entendernos y velludo. Hombre que a sus cincuenta y seis años, cuyos ojos claros, cabellos grisáceos aunque algo escasos y barba de semanas, no estaba mal. Cuya condición pensé inicialmente que era hetero, pero tras el acoso de las refriega di por hecho que era activo, descubriendo al final que es  versátil.

Mientras acababa de afeitarse, arreglándose la barba, yo me enjuagaba, dándole la espalda más por vergüenza que otra cosa. Fue cuando Eduardo comenzó a entablar una conversación a modo de romper el silencio, deseando que esos momentos de tensión desapareciera, haciéndome saber que debía de verlo más como un compañero que como un jefe. Fue el momento en que abrí la mampara de la ducha para salir y este, comenzó a bajarse esa prenda, mostrándome su miembro erecto… uuuffff!!. Aquella verga de al menos dieciocho centímetros o quizás algunos más, miembro grueso como el bote de la espuma de afeitar, miembro marcado por sus venas y cuyos grandes testículos colgaban. Mis ojos se clavaron en su entrepierna durante unos minutos, mirada que este se dio cuenta y callado me miraba también, pues desnudo me encontraba. Preguntándome con malicia…

  • “Te gusta lo que vez”.

Respondiéndole confundido y perturbado…

  • “Sí”.

Quise retractarme pero era tarde, pues la contestación ya está dicha. Fue en ese preciso momento en que Eduardo se me acerco a mí y sin decirme nada, cogió y rodeo mi miembro con su mano… mmm!!. Comenzando a deslizar su mano por mi tronco con suavidad… ooohhh!!, estando como estaba de caliente debido a mi falta de sexo, no pude decir nada simplemente le deje hacer, mientras me estremecía de placer. Llevado por mi falta de sexo me deje hacer, incluso cuando este mismo me empujo al interior de la ducha, pegando sus labios a los míos e intentar besarme. Labios que rehusé pero no minaron sus deseos, pues poso su boca sobre mi cuello… uuummm!!, deslizando sus cálidos labios desde mi cuello hacia mi hombro y ascendían luego hacia mi oreja, chupando y mordiendo el lóbulo, haciéndome estremecer… mmm!!, no dejando en ningún momento de masturbarme… ooohhh!!.

Sus labios y su lengua, no dejaron de deslizarse desde mi cuello hacia los hombros… uuummm!!, cuya boca besaba y mordía con suavidad e incluso dándome algún que otro muerdo… ooohhh!!, descendió hasta mi pecho y cuyos pezones duros como piedras mordía u succionaba… aaahhh!!. No hubo conversación entre nosotros y menos confesión por mi parte, simplemente me deje llevar más por la necesidad de placer y la falta de sexo… uuuffff!!. Cuando su boca dejo atrás mi ombligo y llego hacia mi ingle, llegue a pensar que me correría, más aun cuando comenzó a lamer mi tronco y genitales… ooohhh!!. En susurros me pregunto…

  • “Si me gustaba”.

Claro está conteste que sí y creo que de la misma forma… susurrando o casi en delirio… aaahhh!!. Este levantando mi miembro, facilitándose la introducción en la boca, cuyo comienzo comenzó por lamer y chupar mi glande… uuuffff!!. Para ir poco a poco metérselo dentro de su boca hasta la mitad… ooohhh!!, mientras sus manos comenzaron por acariciarme las piernas y nalgas… uuummm!!. Dirigiendo su mano derecha en especial a mis nalgas, acariciando con suavidad, magreando mis glúteos, deslizando sus dedos entre estos, presionando con suavidad mi orificio… uuummm!!. Sabiendo de sobra sus intenciones, quizás más aún porque yo lo deseaba más que nada… uuuffff!!. Sintiendo como su dedo corazón entraba dentro de mí… ooohhh!!, ayudándose sobre todo gracias al jabón y llegando a tener su dedo en su totalidad dentro de mí orificio… uuuffff!!, manteniéndolo durante unos minutos dentro de mí… ooohhh!!. Comenzando con un mete saca y tras sacármelo del todo, fueron dos los que me entraron, todo gracias a mi estado de calentura y porque no al jabón… aaahhh!!. Yo no deje de acariciar sus escasos cabellos, no deje de gemir y suspirar, llegando incluso a pellizcarme los pezones… uuummm!!. Este sacándose mi miembro de su boca, me mira y me suelta…

  • “Sabes que cuando vi en la entrevista este culito que tienes, soñé con este momento y gracias a tu culito estas aquí. Fui yo mismo quien convenció a Jonás de tu contratación, sabiendo de sobra que más tarde o temprano, sería mío… mmm!!”.

Se incorpora, quedándose de pie y mirándome, intentando una segunda vez besarme, viendo que no hay resultado, coge y me hace girar, quedándome de frente a los blancos azulejos, mientras él está detrás. Vuelve a besar mi cuello y a descender por mi espalda hasta mis blancas nalgas, no dejando de suspirar de placer, no dejando de estremecerme… aaahhh!!. Sentí como ambas manos separaba mis glúteos, como deslizaba su lengua entre ellos, lamiendo mi orificio… aaahhh!!. Taladrando su lengua con ayuda de sus dedos… ooohhh!!, llegando a tener hasta tres de sus dedos dentro de mí… uuuhhh!!. Llegando a preguntarme…

  • “Te gustaría que cambiásemos los papeles, te prometo que te gustará”.

Respondiéndole…

  • “No se… mmm!!. Creo que aún no estoy preparado, quizás más tarde… uuuffff!!”.

Este volvió a incorporarse, levantándose poco a poco al tiempo que besaba mi piel, erizándomela toda como si fuera su amante, quizás a partir de ese momento lo sería. Sintiendo su fuerte y velludo pecho tras de mí, cuyos fuerte y robustos brazos me rodeaban, buscando uno de ellos mi miembro y comenzar a masturbarlo… uuummm!!. Su rostro se posó sobre mi cuello, cuyos labios besaba mi cuello y me arrancaba un gemido por cada muerdo… ooohhh!!. Buscando por tercera vez mi boca y que en esa ocasión no rechace, dejándole besarme y masturbarme, note como su miembro se alojaba entre mis nalgas, note como su glande presionaba mi orificio y de un empujón me introdujo su glande, gimiendo ambos al mismo tiempo… aaahhh!!. Dándome cuenta en minutos de donde estábamos, soltándole…

  • “No aquí… no, además quiero que te pongas un preservativo… uuummm!!”.

Respondiéndome…

  • “Si tienes razón”.

No dejando de comportarse como un buen amante, no dejando de besarme y acariciarme, acabamos de ducharnos los dos juntos, secarnos un poco y llevarme a mi dormitorio. Donde tras hacerme tumbar sobre mi cama, comenzó de nuevo a besarme y acariciarme, poniéndome tan caliente que me vi comiéndole su polla… mmm!!. Mientras este gemía y más que acariciar mi nuca, aquella mano lo que pretendía era que me la tragara en su totalidad… ooohhh!!, cosa que pude conseguir tras mucha saliva y tiempo… uuuffff!!. Nada más conseguirlo a los pocos minutos me aparto, pues tras colocarse un preservativo adivine sus propósitos, no siendo otros que la de penetrarme… aaahhh!!. Estuvimos gran parte de la noche, no dejando de embestirme en las posturas que le vinieron a la cabeza, mi orificio dolorido se llevó en gran parte los honores y la culpa. No dejándome de decirme…

  • “Como me gustaría hacerlo sin goma… uuuffff!!, como me gustaría preñarte… ooohhh!!”.

Yo claro esta me corrí e incluso en dos ocasiones, llegando una a tragarse en su totalidad tras un sesenta y nueve, mientras la segunda fue mientras me penetraba. Mis piernas sobre sus hombros y el embistiéndome furiosamente, no dejando de retorcerme los pezones, no dejándome que me masturbara pues como bien me decía…

  • “Para eso estoy yo”.

Siendo él quien me masturbo, pues como bien he dicho, fue el quien hizo que lograra mi segunda corrida, corrida que acabo por echar toda sobre mi pecho, corrida que más tarde recogió su boca y en un beso me la hizo saborear… aaahhh!!. Aquella noche y primera nuestra, acabo por quedarse dormido junto a mí, durmió prácticamente encima, sintiendo durante el resto de la noche su verga, ya sea flácida como dura, pues llegue a notar como se empinaba… mmm!!. Esa noche podría jurar que me sentí en momentos observado, no pondría la mano en el fuego al negar que tuvimos compañía, claro esta esté no se unió simplemente se quedó observando. Por la mañana fue Eduardo quien me despertó mediante una mamada, me despertó animándome a darme una ducha con él, cuyo peligro es de sobra el final. En esa ducha me hizo saber que Jonás y él son pareja, pero una pareja seria de relación y convivencia, teniendo él la libertad de mantener otras relaciones, ya que él es versátil pues Jonás es activo. Me aseguro que más tarde quizás Jonás se uniría, pero todo depende de él, asegurándome que tendría mucho más placer que con una mujer, incluso a pesar de un trio con mujeres.

Debo deciros más por aquellos que os extrañéis por mi novia, más las dudas que algunos le entran, debido a la facilidad de la ruptura, debido a la rapidez de olvido de una larga relación. Pues os debo decir que no hubo tal olvido, también deciros que finalmente no hubo ruptura, pero si una separación momentánea, separación que duro dos meses. Donde mi novia me llamaba cada noche, noche en la cual sabía que me podría llamar y hablar, noche en la cual ella suponía que tendría yo intimidad. En sus llamadas hubo de todo, desde el dolor a la separación hasta a lo cuanto me echaba de menos, echaba de menos no solo por la ternura sino debido al sexo. En este respecto y sabiendo ella lo adictivo que soy, me preguntaba como solucionaba precisamente esto, llegando está a sugerir que si habría encontrado sustituta, cosa que negaba y que le decía…

  • “Para eso tengo mis manos, pues una paja a tiempo me saciaba”.

Dejándole claro que además no tenía tiempo. Comenzando está a hacerme saber cómo estaba, me hacía saber que llevaba en esos momentos y lo que hacia sus dedos… mmm!!. Animándome a masturbarme… cosa que hacía, pero la cierta verdad es que practica no llegaba a realizarla yo del todo. Pues desde esa primea noche con Eduardo, deje de dormir con la puerta cerrada, ya que rara fue la noche en la cual tenía compañía. En ese momento como en todos, mientras me masturbaba hablando con mi novia, apareció en la puerta Eduardo. Este me mandaba callar mediante un dedos, quedándose mirando desde el marco de la puerta como me masturbaba… uuummm!!, adentrándose finalmente y dirigiéndose hasta mi cama. Apartando mi mano de mi miembro al tiempo que la rodeaba con la suya… ooohhh!!, sintiendo como esa mano dura se deslizaba por mi tronco… uuuffff!!.

Mi conversación entre cortada por los gemidos y suspiros le hacía saber a mi novia de mi placer, claro está ignorando que tenía compañía. Eduardo sustituía su mano por su boca, boca que me hacía estremecer al tiempo que sus manos, comenzaba a acariciarme o magrear mis nalgas, haciendo hincapié en mi orificio anal, introduciendo sus dedos dentro… aaahhh!!. Finalizando por incorporarse, tomar mis piernas y colocárselas sobre sus hombros, tomar su miembro y colocar su glande en mi orificio anal y presionar… aaahhh!!. Llegando a escuchar a mi novia decirme al oírme…

  • “Ya te estas corriendo, debes de estar muy malito para que te haya venido tan pronto… mmm!!”.

Este me estuvo follando a saco, dándome tanta satisfacción como el placer qué recibía el penetrándome, pero quizás con mayor morbo que placer al saber que al otro lado del auricular estaba mi exnovia… ooohhh!!. También es verdad que aquel momento se hizo de mayor morbo al ver al otro dueño tras la puerta, dueño que como bien os he dicho antes era Jonás, dueño que era la pareja de Eduardo y que estaba mirándonos… ooohhh!!. No pude advertir a Eduardo de su presencia, no pude al mantener a mi novia aun al otro lado del móvil… uuuffff!!. Acabando por venirse Eduardo, quedándose echado junto a mí, mientras ambos descansábamos. Mientras me decía este…

  • “Desde ahora haremos un trio… tú, tu novia y yo, vale”.

Minutos más tarde, acabe por decirle que Jonás estaba en la puerta espiándonos. Ostras… debéis de perdonarme, pues no os he mentado en ningún momento como es él. Jonás es un hombre aún más maduro, cuya edad ronda los sesenta y un años, también de metro ochenta y cuatro centímetros, cuyo peso pasa los cien kilos. Al igual que Eduardo su cuerpo es cachas pero está totalmente rasurado, ojos oscuros, calvo y cien por cien activo. Con fantasías y curiosidades como todos, inclinación hacia las cuerdas, mordazas y claro está el dolor, deseoso de tener un esclavo y que este no fuera Eduardo, para darle dolor.

Os debo confesar otra cosa, no siendo esta otra que la de deciros que fue realmente Eduardo quien provocaba a Jonás a unirse, Eduardo aprovechaba cualquier momento en el cual estábamos solos con él para calentarme, magreándome con descaro e incluso follarme, pues como he dicho… su mayor deseo es que este nos acompañara. Como aquel lunes, digo lunes pues es el día en el cual se tomaban como descanso, lunes que las primeras semanas me tomaba para aprender un poco más, quedándome en la cocina y aprendiendo precisamente con Jonás, pues al ser este el chef era la persona correspondiente. Pero claro está, rara es la vez en que sí estábamos solos sin compañeros por medio que Eduardo no aprovechara el tiempo, comportándose como un chiquillo enamorado o mejor dicho un chico con un juguete nuevo. Ya que como solía decir…

  • “Toda intimidad es poca aquí, debiendo de aprovechar el tiempo que tenemos”.

Pero como he mentado, este tiempo sobre todo era aquel en el cual me encontraba en presencia con Jonás, pues aunque esos momentos era de forma instructiva o laboral. Eduardo aprovechaba la oportunidad para calentar a Jonás, como aquella en la cual me encontraba precisamente en la cocina con él. Estaba aprendiendo a preparar algo tan sencillo como una salsa alioli, salsa que estaba picando los ingredientes cuando apareció Eduardo y tras saludar efusivamente a su compañero sentimental, acabo por acercarse a mí por detrás. El muy cabrón con todo descaro comenzaba a acariciarme el culo, pegándose tanto a mí que notaba con toda claridad su empalme. Simulando al decirme…

  • “Tienes que estar muy atento a lo que haces, debes de echar los condimentos adecuados y molerlos con suavidad. Probándolo de vez en cuando a modo de ver como esta de sal”.

Decir esto y tras introducir su dedo dentro de la taza, lleva estos a su boca e introduciéndoselo, acto seguido hace lo mismo pero sus dedos lo lleva a mi boca, introduciéndome sus dedos y deslizándolo por mis labios mientras lo miro… mmm!!. Serie y apartando sus manos, coloca estas una en mis nalgas mientras la otra la posa sobre mi miembro, llegando yo a decirle…

  • “Uuummm!!, deja… deja, aquí no espérate”.

Cosa que este no me dejaba, magreaba mis nalgas una y otra vez por encima de mi pantalón, mientras su otra mano dejo de magrear mi miembro y ascendió hasta mi vientre… uuummm!!. Eduardo intentaba introducir su mano por dentro de mí pantalón, cosa que finalmente hizo sin llegar a quitarme el cinturón. Cosa que acabo por sacarla por la incomodidad, continuando por acariciar mi espalda y pecho… uuummm!!. Este no dejaba de jugar con mis nalgas y menos aún con mi miembro, no dejaba de cogérmelo por encima de mi pantalón, agarrándomelo y masturbarme… ooohhh!!. Para esos momentos tenía un empalme de cojones, Eduardo dejaba mi miembro para dedicarse en acariciar mi pecho al tiempo que comenzó a besar cuello y lóbulo de oreja… uuummm!!. Jonás por su parte se mostraba impasible, dándonos la espalda en todo momento, no diciendo palabra alguna y menos se movía. Cuando Eduardo intento quitarme la camiseta, le solté…

  • “Espera… uuummm!!, espera… aaahhh!!”.

Cosa que este más que esperar parecía que mis suplicas le ponía aún más, pues llego a introducir una de sus manos por dentro de mi pantalón, llegando a deslizar las yemas de sus dedos por mi glande… ooohhh!!. No recuerdo bien en qué momento se marchó Jonás, pues cuando me moví hacia el fregadero, este ya no estaba, siguiéndome Eduardo y no dejando de acosarme. Llegando hasta el punto de quitarme el cinturón del pantalón, volviéndome a acariciar con una mano el pecho mientras con la otra se dedicaba a alternar miembro con nalgas… uuuffff!!. Yo le volví a decir…

  • “Uuuffff!!... no sigas, vas a lograr que me corra antes de tiempo… uuummm!!”.

Este no solo no siguió, sino que tras desabotonar el botón de mi pantalón y bajar mi cremallera, introdujo su mano dentro y agarro mi miembro… uuummm!!, comenzó a masturbarme. Sacando mi miembro fuera y tras inclinarse le dio un muerdo a mi glande… ooohhh!!, incorporándose comenzó a darme acurrucó… uuummm!!, besando cuello, oreja al tiempo que acariciaba mis nalgas… ooohhh!!. Tirando de mi pantalón y calzoncillos finalmente hasta dejármelos a medio muslos, dejando mi miembro y dedicarse a mis nalgas, magreando mis glúteos y deslizar sus dedos entre estos… ooohhh!!.

Arrodillarse e introducir su rostro entre mis glúteos, deslizando su lengua e introduciéndola en mi orificio anal… uuummm!!. Acabar por descalzarme primero, continuando por tirar hacia debajo de mis pantalones y calzoncillos hasta sacármelos por los pies, levantarse y hacerme sentar primero sobre la encimera para más tarde tumbarme. Continuando por comerme el culo… uuuffff!!, ayudándose primero con uno de sus gruesos dedos… ooohhh!!, dedo que penetraba hasta introducírmelo hasta los nudillos… aaahhh!!, sacándomelo y ser después dos lo que me entraban… uuuhhh!!, mientras lamia y chupaba mi perineo, testículos o mi polla… uuummm!!.

Apartándose y tras colocarse un condón, puso su glande en la entrada de mi orificio anal e introducírmelo, follándome durante un largo tiempo mientras pellizcaba mis pezones… ooohhh!!. Largo tiempo que me parecía a mí, pues cuando me la saco y vi el reloj de la cocina, puedo decir que no llevábamos ni un cuarto de hora. Este tras ayudarme a bajar de la encimera, entre besos y caricias me condujo hacia mi dormitorio, donde tras tumbarme sobre mi cama comenzó nuevamente a excitarme. Acabando por deslizar sus dieciocho centímetro por entre mis nalgas… ooohhh!!, presionar suavemente sintiendo como centímetro a centímetro me va entrando… aaahhh!!... ooohhh!!, momento en que veo a Jonás entrar en el dormitorio y sentarse sobre la cama.

Eduardo suavemente y lentamente retrocede… ooohhh!!, mientras no deja de acariciar mi espalda desde mis hombros hasta mi cintura. Volviendo a presionar e introducir un par de centímetros más… aaahhh!!, disfrutando por cada centímetro que tengo dentro… ooohhh!!, penetrándome despacio sin apenas detenerse… aaahhh!!, hasta tener toda su totalidad dentro… uuuffff!!. Llegándome a dar cuenta y precisamente por la calidez de su textura y calor que transmite… uuuffff!!, que este me estaba penetrando a pelo… ooohhh!!.

Estuvimos follando durante gran parte del día, bueno estuvimos no es la palabra adecuada, sino más bien estuvo, pues el no dejo de penetrarme en varias posturas. Acabando por correrse hasta en tres ocasiones, una dentro de mí preñándome, otra en mi boca y pude saborear sus jugos, y la tercera sobre mi pecho… ooohhh!!. Pero mi pena fue que Jonás no se nos unió, pues aunque en un momento dado a cabo por acercarse a nosotros, momento en que este tras sacársela fuera y masturbarse mientras me acariciaba mis cabellos. Momentos en que alzo la mirada y me quedo pasmado, sí digo pasmado… no siendo de otra manera que al ver su tremenda polla, pues como bien me hizo saber Eduardo… “con esa polla se disfruta si o si”. Ya que esta mediría al menos veintitrés centímetros de longitud por cinco de diámetro. Miembro que no me extraña que Eduardo lo considere como su compañero y que no deja que este con otro, ingrato por su parte, pues este se tira a todo lo que le gusta… mmm!!.

Me quede ese día con las ganas de ser insertado por Jonás, pues como mucho solo pude comerle la polla, no pudiéndome tragar más que la mitad, llevándome más de una bofetada e incluso pellizco… ooohhh!!, acabando este por penetrar allí mismo a Eduardo y al mismo tiempo este me penetraba… aaahhh!!. Quedándome yo solo en la cama descansando, mientras ellos continuaban los dos en la suya, escuchando como follaban esas dos máquinas… uuummm!!. Viendo que me estoy excediendo, dejare el resto y el final para otra ocasión, pero antes de despedirme, os diré que esta confesión ha venido al ver el anuncio que leí hace pocas semanas, anuncio en el cual se podía leer… “Pareja gay de 55 y 66 de Valencia buscan un tercero de entre 40 y 55 años, no importando de cualquier punto del país. Para trabajo en un restaurante, relación y convivencia con los dos”.

Bueno antes de dejaros, os diré que aunque hetero en mí vida privada, os debo confesar que me reconozco que soy toda una puta salida. Dicen que estoy muy bien para mis cuarenta y cuatro años, años que he disfrutado plenamente de mi vida sensual. De metro ochenta y tres centímetro, setenta y ocho kilos, físico normal para nada fibroso… aunque eso me gustaría. Cabellos castaños aunque a día de hoy cada vez más escasos, soy como dicen por ahí… un osito, por la cantidad de vello que tengo.

Mi email (lógicamente todo junto) es… Jhosua 1974 @ Gmail . com