Odisea: El novio de Ana (Parte 1)
El novio de mi amiga. Su polla. Mi culo. Unas cervezas de más. ¿Qué podría salir mal...?
Es mi primer relato y espero que os guste. Se aceptan opiniones, consejos y críticas. La historia que voy a contar está dividida en varias partes y está basada en hechos reales. Es impresionante las cosas que le pueden pasar a uno...
Me llamo Mario. Tengo 21 años y vivo en Madrid. De siempre me han dicho que soy guapete y que llamo la atención. Mido 1'80, voy rapado y tengo bastante barba. No voy al gimnasio pero hago mucho ejercicio y aunque no tengo abdominales tengo las piernas y brazos algo trabajados. Físicamente soy casi un "osito intimidante" pero nadie diría que me gusta sentir una polla dentro de mi culo más que a un tonto un lápiz. Siempre he sido pasivo desde que supe que sentía más placer con los orgamos secos anales que con la eyaculación en sí.
La historia comienza hace unos meses. Estaba terminando de convalidar Bachillerato con un buen amigo: Alex. Alex es el novio de Ana, una de mis mejores amigas. Jamás hubiese hecho esto a propósito, pero la ocasión simplemente se presentó y aproveché mi oportunidad. Un día tras uno de los exámenes, Alex y yo decidimos salir a celebrarlo bebiendo cerveza. Bebimos bastante hasta la noche y como sus padres se encontraban de puente me invitó a casa a tomar la última. Tenemos mucha confianza y hemos hablado siempre de temas íntimos, desde los tíos que me tiro a sus movidas con Ana. Alex no es el típico chico super guapo a primera vista, pero es atractivo. Va al gimnasio y aunque no está muy tocho, sus brazos son para lamerlos hasta la axila. Tiene poca barba, pero es bastante peludo como yo, aunque ambos nos solemos rasurar o depilar algunas zonas. Entre bromas, alguna vez le he visto algún huevo o ha presumido de tener un polla grande marcando con la mano su paquete en los calzoncillos. Era el novio de mi amiga, así que no estaba disponible para mí entonces, además de ser supuestamente heterosexual, pero habían caído bastantes pajas fantaseando con él y con su polla preñándome de leche mientras nos comíamos la boca.
Entramos en su casa y me ofreció beber la última. Yo ya iba algo afectado y él tampoco es que fuese bien precisamente. Bebiendo y charlando, salió el tema sexual. Le dije que llevaba algún tiempo de sequía porque no me atraían mucho los de Grindr.
A: Joder, tienes que estar con la polla echando humo entonces.
M: No creas tío jajaja. Si además yo siento más placer en el culo, porque siento orgasmos alucinantes pero pocas veces me corro como tal.
A: Hala, pues no tenía ni idea de eso.
M: Y con Ana, ¿qué tal la cosa?
A: Pues lo de siempre, seguimos follando bastante porque ya nos conoces Mario, somos un par conejos jajajaja.
Tras esto se produjo un silencio un poco incómodo y al ver que ambos estábamos afectados por el alcohol, le dije de poner la tele para rellenar esos silencios. Buscando entre canales me paro en el de porno. En ese momento salía una chica abriendo la boca para comerse la leche de una polla bastante gorda. Era el final del vídeo. Alex se río y siguió bebiendo cerveza. El siguiente vídeo me sorprendió: dos chicos y una chica empezaban a morrearse entre los tres. Alex debió notar mi sorpresa, porque me quité las zapatillas para estar más cómodo. La escena seguía, ahora con los chicos pajeándose mutuamente. Desde que empezó, Alex no dijo palabra. Solo observaba y bebía. Yo decidí lanzarme.
M: Oye tío, me está poniendo mazo esto... ¿te importa si me masturbo mientras en plan como hacéis los "machitos heteros"? — dije con tono gracioso para suavizar el ambiente.
A: Jajaja claro tío. Hay confianza.
En ese momento decidí levantarme y dejar caer los pantalones al suelo, mientras haciendo como que los quitaba de los pies, me eché hacia delante, dejando mi agujero bastante abierto. Noté al instante la mirada de Alex, que algo cortado volvió a mirar la tele.
M: Puff, gracias Alex, es que no sé si te iba a molestar que lo hiciese.
A: Tranquilo, somos amigos y estas cosas son normales.
M: Si también quieres puedes hacerlo, eh. Esta es tu casa y por ese bulto del pantalón dudo que no lo estés deseando jajaja — el bulto de su bragueta era enorme y yo estaba empezando a perder un poco los papeles de lo caliente que era la situación.
Alex se río, dejó la cerveza en la mesa e hizo lo mismo, se quitó el pantalón y los calzoncillos. Cuando vi su polla, me quedé en blanco. Un rabo de 20 cm, con el glande rosado y medio cubierto por el prepucio, bastante gordo y ligeramente apuntando a la izquierda. Se sentó de nuevo pero esta vez lo hizo a mi lado. Seguimos mirando el vídeo. Ahora la chica le estaba comiendo el culo a uno de los tíos mientras este le chupaba el rabo y los huevos al otro. Noté cómo Alex disfrutaba de su paja con los ojos cerrados. Subía y bajaba la mano lentamente dejando entrever unas gotas de líquido preseminal. La situación era demasiado para mí, así que mientras seguía con los ojos cerrados me metí su polla en la boca. Alex pegó un bote sobresaltado, pero yo no dejé de comer. Le miré a los ojos y no dijo nada, salvo un suspiro. Se dejó caer al sofá con su pedazo trozo de carne metido en mi garganta. Yo estaba en la gloria, lamiendo cada palmo de ese manjar babeante, pajeando el tronco mientras pasaba la lengua por el glande... Era como un sueño. Ana tenía mucha suerte porque aquella polla era una delicia. Subía y bajaba con mi boca subcionando ese sabor tan deseable. Alex gemía cada vez más, y para mi sorpresa no dejaba de mirarme así que aprovechaba para mirarle de vuelta mientras lamía desde la base hasta la punta, viendo su cara de alucine.
La situación era cada vez mejor y le quité la camiseta para que se quedara totalmente desnudo. Pude comprobar lo mucho que me excitaba en general: un pecho sin definir del todo pero algo marcado y con bastante vello que nacía desde el centro y bajaba con una línea algo prominente de vello negro hacia su polla, bajo la cual volvía a crecer más corto en sus huevos. Sus piernas eran también bastantes peludas y un vello algo espeso le cubría el culo, cosa que me encantaba. Me quedé unos segundos contemplando semejante cuerpazo, pero en seguida Alex dirigió con su mano mi cabeza de vuelta a comer de su pollón. Tras unos minutos de gemidos (por parte de ambos, porque me gusta mucho gemir mientras tengo una polla en la boca) y de saliva lubricante, necesitaba más y probé a ir a más, ya que estábamos los dos muy cachondos.
M: Alex, necesito que me folles. ¿Te has follado alguna vez un culo?
A: Pff nunca... y es algo que tengo pendiente porque Ana jamás me deja intentarlo... pero no sé Mario, somos amigos y ella es mi novia...
M: Venga Alex, ella no tiene por qué enterarse y esto es solo sexo, estamos duros como piedras y yo tengo el culo ardiendo — dije mientras le ponía ojos de zorrita y sacaba la lengua a pasear por su glande — es que necesito que me la metas hasta el fondo.
Alex no necesitó mayor excusa y me incorporó para quitarme la camiseta y darme un cachete en las nalgas. Se río y dijo que a ver qué tal estaba mi agujero. Me recosté sobre el sofá de espaldas, y abrí mis piernas lentamente, como si mi ojete fuese un tesoro del Amazonas. Le dije que primero me hiciese algún dedo, y aunque algo dubitativo, metió despacio el índice en mi ojete. Acto seguido, se impresionó y abrió los ojos al ver lo dilatado que ya lo tenía y decidió meter un segundo, mientras se pajeaba su pollón que estaba más duro que una roca y babeante de preseminal. No voy a presumir, pero desde que comencé a tener sexo supe que mi agujero era un túnel fácil de penetrar casi sin lubricante. Le pregunté si tenía condones. Alex como pudo fue un poco dando tumbos hasta un cajón de su habitación.
A: Joder, no me quedan.
M: Alex, yo estoy limpio...
Alex me miró con cara entre sorpresa y vicio.
A: Con Ana siempre uso condón porque no quiere tomarse la píldora jajaja así que... — dijo mientras se manoseaba el rabo y lo situaba en posición para meterme todo ese trozo de carne.
Alex se acercó a mi ojete, miró su polla y al instante soltó un chorro de saliva que esparció por mi agujero y otro en su capullo. Ojalá ese momento no hubiese acabado nunca. Sentía cómo mi culo se abría, tragando poco a poco ese pollón.
M: Alex... fóllame... necesito sentirte dentro...
A: Oh, joder... Dios... qué prieto lo tienes... es muy calentito...
Alex me estaba follando lentamente y yo lo disfrutaba como nunca. Metía su polla hasta el fondo y luego la sacaba para volver a repetir este movimiento. Le pedí que me diese más fuerte. Esa follada desató mis instintos y le cogí de la cabeza para besarle. Supongo que fue la cerveza y el calentón del momento, porque pude sentir su lengua casi al fondo de mi boca. En ese salón solo se escuchaban nuestros gemidos y los huevos de Alex golpeando mis nalgas. Quise dominar a ese macho que me estaba dando tanto placer así que le dije que se sentase normal y yo procedí a hacer lo mismo encima de su rabo. Le puse las manos en mis caderas y bajé despacio metiendo toda su polla dentro de mí mientras sus ojos se ponían en blanco. Supe que no duraría mucho porque cada vez gemía con más intensidad, así que me apoyé en su pecho sintiendo su vello tan varonil y dejé que mis caderas le cabalgasen su pollón. A los dos minutos me dijo que se iba a correr, pero yo quería sentirlo todo, así que aumenté la velocidad y Alex estalló en mi culo. Sentí una cascada de leche calentita por dentro. Con su rabó todavía entre mis nalgas me pajeé hasta que mi leche acabó en esos pelos de su pecho que acto seguido lamí. Alex no daba crédito y era normal, porque debió pensar que todo había sido un sueño, pero aún así no dejaba de mirarme entre suspiros mientras lamía su pecho. Al fin liberé su polla y le pregunté si podía ducharme, a lo que me asintió. mi cabeza daba muchas vueltas mientras sentía caer gotas del semen de Alex de mi agujero. Me había follado a un amigo "heterosexual", al novio de mi amiga y se había corrido dentro.
Pero aquí no iba a acabar la historia. La segunda parte en camino... ¡Espero que este comienzo os haya gustado!