Oda a tu treintena de sexos...

Oda a mi reina sensual…, a mi muñequita deseada..., a esta mujer que altera mis sentidos..., a Mia Sara.

Oda a tu treintena de sexos...

Oda a mi reina sensual…, a mi muñequita deseada..., a  esta mujer que altera mis sentidos..., a Mia Sara.

Tu amantísimo manchego no es poeta y no aspira a hacer rimar estrofas y ha vulnerado las habituales normas literarias denominando como oda a un simple conjunto de pensamientos amorosos dedicados a ti, o más concretamente a tu cuerpo..., o más concisamente a tu treintena de sexos...

Creo que solo me faltaba saber de tu cara, y no teniendo prisa para ello, disfruto segundo a segundo de tus detalles de todo tipo hacia mí, aunque hace unos segundos he disfrutados de una decena de fotos parciales de aquella falta.

Esas hebritas plateadas que acompañaban a tus lóbulos, por cierto preciosos..., han sido una auténtica delicia para mis ojos, las contaré en sueños y las besaré una a una cuando el destino lo dicte... Esa madurez que atestiguan es la que deseo...

Sexo romántico, tierno, amoroso, morboso y poético en la madurez sin prisa, pero sin pausa...

Amo todo en ti…

Me preguntas sobre mi amor y solo puedo decirte que quizás no sea amor al uso, pero es un tipo de amor que me place y me sienta bien.

Un amor que anhela reciprocidad para siempre.

Todos los días leo con deseo tu correspondencia pues me llena de gozo, a veces de excitación y las menos de nostalgia de creer haber perdido tantos años mirando tantos árboles en ese bosque frugal del sexo, que me han impedido dedicarme  a la búsqueda del grial sagrado… TU.

Volvamos a tus numerosos sexos…

Me gustaría lamer todos ellos uno a uno…, dedicando una hora individual a cada oquedad sensual de tu cuerpo en esa deseada primera cita..., que obviamente y según tus/mis cuentas habré de necesitar más de un día.

¿Sabías de la existencia en tu cuerpo de más de treinta sexos o huequitos para el placer?

Según cuentas..., treinta y cuatro.

Te los iré detallando en esta oda o canto a tu sensualidad única..., mi madura universal.

Sabes de una de mis aficiones:

Cuando vi tus manos fue lo primero que desee…, lamer tus pequeños chochitos…, esas oquedades entre los dedos que me encantaría disfrutar una tras otra, las dieciséis…, cuatro en cada mano y cuatro en cada pie…, que aún no había visto con detalle y desde hace unos minutos he resuelto.

Disfrutaría de horas de hipnotizante lamida, dejando que mi sexo sufriese sin confesión, esperando que mi doctora sexual hiciese explotar mi/su semen en su boca…, devorando mi trozo duro de carne sin prisa…, aunque luego debería de compartir... ¿Cierto?

Necesito sentirte en la distancia y gracias a tus fotos de cada una de las partes de tu cuerpo que me vas mandando poquito a poquito para hacer que el deseo se engrandezca instantánea a instantánea a cual más reveladora…, voy asentando posos de lujuria localizada…

Primero fueron aquellos pechos desnudos en la oscuridad sin apenas luz que yo disfrute como disfrutaré cuando te los devore en verdad…, y que cada noche devoran tus manos y boca por delegación… (Ya les pediré la rendición de cuentas)

Luego aquella foto de cuerpo sin mucho detalle con tu cara tapada expresamente por discreción en donde solo se apreciaban aquellas enormes manos “ásperas” que te dieron tanto placer…, de aquel ángel de ébano que por delegación también te amo y amaste…

Las fotos de tus nobles manos maduras que besé en la distancia disfrutando de esas lujuriosas uniones, me hicieron acostumbrarme a ti.

Babeo desde entonces por esas intersecciones para mí..., lujuriosas.

Babea mi sexo al repasar no solo esas imágenes físicas sino las imágenes mentales al repasar esas escenas de amor y sexo que me vas repasando de tu azarosa vida.

Bendigo el haberte conocido, aunque hubiese anhelado haberlo hecho antes..., mucho antes.

Sobrepasan el siglo nuestros números juntos..., ciento ocho..., pero hasta la segunda centena aún hay tiempo de amarse... ¿Lo querras?

Siento al respirar que tú acompasas mi ritmo…

Esos pies pequeños con esas zapatillas tan lindas, quizá infantiles..., aunque delicioas me embarcaron en redescubrir de nuevos tus muslos…, hoy maduros y entonces juveniles cuando disfrutaban de aquellos primeros contactos de huéspedes necesitados de tu carne caliente y seguramente carentes de soledad.

Por cierto... ¡Qué muslos!

La foto que ayer me mandaste con ese noble escote del que me fije en ese lunar tan céntrico, me ha hecho desear una vez más tus lujuriosos pechos y especialmente esos pezones que se hacen notar turgentes…, uno más que el otro.

En el centro de ellos, fabricaste una vez un huequito de placer para alguien especial que te cantaba y te hacía reír…

Otra oquedad…

Si sumamos más…,  como tus axilas, para mi sensuales, aunque aún desconocidas…, tus pliegues de orejas tan cercanos a esa nuca que la otra noche deseabas que te besase…, más en todo tu rostro un sinfín de oscuras pequeñas cuevas de disfrute además de la consabida boca…, como tus orificios nasales, tus oquedades visuales y alrededores  en donde disfrutar de muchas sensaciones sensuales…, parpados, cejas, pestañas, zona de tus sensuales y únicas orejitas de placer…, preciosas y únicas... Van llegando a la treintena o más… ¿Verdad?

En las intersecciones de piernas y brazos..., si..., las corvas...,  cuando estos miembros se semicierran o semiabren, según se mire o diga…, quedan unas zonas…, cuatro que son delicia para mi sexo cuando es comprimida por ellas…, que también deseo lamer, sexualizar... y lubricar después para lamer…

Solo quedaría sumar tus sexos principales...

Esa boca de labios pequeños pero certeros sin duda cuando te toque hacerme sexo oral...

Tu cuevita, a veces muy utilizada y olvidada de sexo según dices últimamente...

Y el principal..., al que dedicaré mi boca todo un día..., en la segunda jornada de sexo…

Cuenta mi amor…, cuantos innumerables sexos quiero probar en ti…

Quizás más de treinta…, si cuentas…

Has contado..., treinta y cuatro...

Me fio sin porfiar..., yo lo que quiero es probarlos..., mi diosa..., mi Mia Sara...

Gracias por esas ultimas reseñas graficas de rostro, manos sensuales y piececitos lindos...

Tu amantísimo también te deja esta parodia de oda a tu treintena de sexos…, deseándote un fin de semana de orgasmos privilegiados que tengan su espejo tras el mar…

Una última cosa antes de terminar..., eses sabor de anoche..., por favor descríbelo..., ya que quiero compartirlo a pesar de la distancia, imaginándolo en mis papilas gustativas...

Anoche debido a una previa excitación que ya comprenderás..., mi semen entro en boca de mi costillita Marga..., como presumo que desearas leer cuando publiqué de inmediato..., aún en mi cabeza...

En el primero y último de los espasmos tú eras la diana..., no así te confieso en los intermedios..., que fueron para Mae y Luci...

De Mae la tudelana puedes ir conociendo ya...

De Luci la mejicana..., podrás leer en breve, ya que el corundo de su marido ha pactado mi relato, sobornándome con fotos de su grandísima puta....

Todo es querer sincerarme..., ya que mi mente varió varias veces de imágenes en aquellos segundos maravillosos.

Te lo dije en privado…, y te lo hago llegar en público…, ese es mi deseo, con el nombre..., como no podía ser menos de: Oda a tu treintena de sexos…

Aló mi amor, hasta la próxima comunicación que deseo lo antes posible, a pesar de haberla leído por duplicado hace escasos minutos.

Tu dependiente enamorado de ultramar.

PEPOTECR.