Oda a las mujeres

Un homenaje a las mujeres por parte del otro sexo.

ODA A LAS MUJERES

Una mujer ataviada con bufanda

Que se empacha en un restaurante

Nunca llama la atención,

Pero una que lleva tanga

Y se agacha a por una moneda

La acapara mogollón aunque sea del montón

Les aseguro que yo no digo

Que, bien mirado,

No provoque lujuria, una tía con abrigo

Pero una mujer mostrando escote,

no hay soltero, separado o casado

Ni, por descontado, adolescente que no lo note

El espejo es el aliado

De la belleza exterior

Mas yo estoy contrariado

Pues de la belleza interior

Ningún espejo se ha inventado

Aunque por otro lado, mejor

En un matrimonio

No hay mejor alianza

Que tener una mujer

—ustedes me van a entender—

que aunque sea una arpía

mantenga a raya la balanza

Para erradicar la xenofobia

Para eliminar el racismo

No hay mejor receta

Que sobarle a una negra una teta

Y con lo de abajo lo mismo

¡Es como estar en la Gloria!

Una mujer desnuda

Es la mayor tentación,

Crea una fiel afición

Y hace que la gente se quede muda

Y aunque haya quien diga que mirar es sucio

Es más apaciguador que leer a Confucio

Nada como una mujer con un vestido ajustado

Marcando la forma de los pechos

Exhibiendo el contorno de sus caderas

Lectores, se lo digo de veras

Que me quiten todos mis derechos

Pero no su salvaje y bello visionado

Una mujer en cueros

Es la prisión de los sentidos

Es la eclosión de los latidos

Es la máxima expresión del eros

Es ser elegido de los primeros

Es como por demonios estar poseídos

Una mujer sin ropa

Es como escalar una cima

Cuyo objetivo es tenerla encima

Es como llegar a una nevada cumbre

Y luego arrimarse a la lumbre

Es amor a quemarropa

Una mujer, que en ir mostrando

su anatomía se empeña:

no es ninguna tontería

es mi única enseña

Lo demás es ir tirando:

Simple pasatiempo, pura fruslería

Una mujer que te permite gozosa

Hacerle en el cuerpo alguna cosa

En verdad que siempre es hermosa

Y si te deja pegarle un tiento

A fe que no hay mejor invento

Lo demás es perder el tiempo

El más respetable escudo:

es un muslo desnudo

La más universal bandera:

una buena pechera.

No hay nada más ilustre:

Que un cuerpo al que con aceite hayan dado lustre

Mi más sincero interés

Y mi más firme intención

Consiste en dejar a una mujer

De la cabeza a los pies

Suplicando por compasión

Que no la mate de placer

No hay mejor fruto

No hay bocado más suculento

No hay manjar más soberano

Que a una tía meterle mano

Apretujarla a un compás lento

Y entregarle su tributo

Insista con sutil dulzura

O porfíe con vehemencia

Hasta dar con la estrategia

Que venza su reticencia

Y al fin se despoje de su textil armadura

Ya sea en el suelo o sobre una cama regia

Le usarán de perchero o de mechero

También de bolsa de agua caliente

Pero ciertamente merece la pena

No importa lo que diga la gente decente

Hágase un favor: métase una tía en vena

Que en sus prioridades sea lo primero

Si un verano consigue que una turista le agasaje

Extendiéndole por la espalda pomada

Pero eluda con usted tener un romance

No es que sea un gran bagaje

Por algo se empieza, no es fácil capturar una pieza

Pero por supuesto que es mejor que nada

Seguro que no ha sido su peor trance

Ni su día de mayor tristeza

No piense en ningún inconveniente

Ni se preocupe por la edad

Acérquese sin ojeriza a una tía maciza

Sólo tenga presente su cuerpo caliente

Además de su proverbial suavidad

Y procure entrar pronto en liza

Créame: No hace falta viajar a Niza

Ni siquiera veranear en Ibiza

Traspase esa invisible raya de tiza

Impuesta por la doble moral

De algún viejo carcamal

Que le niega el pan y la sal

Si no sabe con quien tiene alguna posibilidad

Mantenga cierto cachondeo con todas

Y deje en dique seco la decencia

Averigüe sus gustos, alguna debilidad

No es momento de planificar bodas

Deje el asunto un poco en manos de la providencia

Si una pava le ha abandonado

Dejándole amargado y en la cuneta tirado

No le dé tanta importancia

Porque es nula la ganancia

E inútil el derrotismo

De torturarse uno mismo

Yo no digo que ligar sea sencillo

Pero no todas pretenden calzarse un anillo

No se sienta como un pillo

Y evite pagar a una ramera

Extranjera, exuberante y artera

Que le esquilme la cartera

Si de una ruptura sufre el desgarro

Piense que un clavo saca otro clavo

Así que no sea esclavo

De la nostalgia, la rabia y el dolor

Pues más de una busca barro

Y para el mal de amores, no hay una terapia mejor

Las mujeres se mortifican depilándose sin parar

Pasando frío en todas las estaciones

En sus finos tacones haciendo equilibrismo

¡No me diga que le da lo mismo!

Y de una vez por todas échele cojones

Que quizá quieran una conversación con usted entablar

Saque alguna chica a bailar

Por muy mal que lo haga

Apuesto a que no se ha puesto ni braga

Deje ya de acodarse en la barra del bar que nadie la va a arrancar

¿Acaso no le da morbo despojarla del estorbo de su ropa?

Déjese de complejos y de mirar los azulejos

Acérquese y pues vale ya de contemplar su reflejo en el espejo

No me venga con que no le compensa

Alojar su miembro en una vagina tensa

No me cuente que “yo no necesito para nada una tía”

Si yo bien sé que no hay momento del día

Portada de revista o anuncio de lencería

Que no le recuerde lo que su segundo cerebro piensa

Si quiere tener corridas proverbiales

Le recomiendo que haga pesas y abdominales

Pues no somos sino animales usando los genitales

Quítese inhibiciones y pase ya a la acción

Antes de entrar en fase de descomposición, pues no hay mejor lección

Que le que da la mujer que se lo enseña todo y se pone a su entera disposición

Ni mujer más sabia, que la que le hace estar todo el día en Babia

Cuidado con el gatillazo, pues seguro que le dan portazo

Cuidado con ser celoso, o recibirá la zarpa de un oso

Cuidado con ser calzonazos, le acribillarán a balazos

Cuidado con ser dominante, ya que le pondrán un tigre delante, aunque usted no se espante

Cuidado con dar largas, le tirarán de las barbas

Cuidado con darles esquinazo, le golpearán con un mazo

Y en su provecho le recuerdo que hablar por motivos laborales con una pedazo de tía, no tiene por qué ser una anécdota para contar a los amigos durante diez días.

Estar con Alicia es una delicia

Estar con Asunción es un subidón

¿Y cómo no mentar a Inés? Y lo que te hace con los pies.

¿Y Raquel? Y como te recorre la piel.

¿Y que decir de Edurne? Y lo bien que te cubre.

¿Y lo que te hace Amparo? Aunque siempre sale caro.