Ocultos en la casa II: la piscina

Segunda parte de mis experiencias con un amigo de la universidad durante los viajes del curso

Hola a todos, como ya comenté en el anterior relato, voy a describir dos experiencias con mi amigo Oscar.

Tras lo sucedido hace dos años en el sótano de aquella casa no podía sacarme a Oscar de la cabeza, su polla, su boca, su olor, cómo me la chupaba o cómo se sentía al follarle. Estuve prácticamente un año entero fantaseando con él masturbándome a su costa, pero con el tiempo me fui olvidando ya que no volvía a repetirse, ni siquiera la oportunidad.

Para agosto de este año teníamos organizado viaje en otra ciudad y también alquilamos una casa grande con jardín y piscina y a pesar de que pudiese volver a ocurrir yo tenía pocas esperanzas dado que Oscar llevaba un par de semanas hablando con un chico y tonteando con él. Sin embargo, en julio, quedamos todo el grupo en un bar del centro de Madrid para organizar el viaje y noté a Oscar un tanto extraño. Cuando nos íbamos a ir, yo fui al baño a mear y me metí en una cabina, y cuando salí Oscar entró y se colocó en el urinario al lado del lavabo mientras yo me lavaba las manos.

-          Oscar: uy que vergüenza, que cerquita estamos, me vas a ver el rabo.

-          Yo: ya ves, no lo había pensado, pero… ¿a ver?

-          O: ay no se… está chiquitita… buena, vale

En ese momento se separó un poco del urinario y pude ver su polla flácida mear. Era pequeña, pero podía ver cómo iba aumentando su tamaño. Polla también estaba aumentando su tamaño, pero dado que estaban nuestros amigos fuera y el baño era pequeño solo miré su polla, le agarré el culo mientras le sonreía y me fui. Esa noche al llegar a casa me hice una gran paja a su costa.

Llegó agosto y con él el esperado viaje de verano. Llegamos a la casa nos repartimos las habitaciones y, como la vez anterior, me tocaba dormir con Oscar y el otro chico, pero esta vez cada uno en una individual. La primera noche no ocurrió nada, todo fue bastante normal, pero el segundo día, tras ponernos el bañador para meternos en la piscina me pidió que le echara crema por la espalda, lo cual hice sin problema y con total normalidad y aprovechando que estaba allí le pedí el mismo favor. La manera en la que extendía la crema por mi cuerpo era como si me estuviera haciendo un masaje, con mucha delicadeza, podía notar su respiración en mi cuello y eso me puso algo tengo y mi polla comenzó a despertarse. Cuando terminó me giré y me dijo “espera, falta una cosa” y acto seguido metió su mano en mi bañador y me manoseó el rabo a medio empalmar mientras decía “a esto también hay que darle crema por si se quema”, sacó la mano, sonrió y se fue. Después de eso no sabía como disimular mi erección y me daba cosa salir de la habitación, pero conseguí relajarme y salí directo a la piscina.

La segunda noche tampoco sucedió nada, ni tampoco el tercer día, yo tenía muchísimas ganas, pero había perdido la esperanza ya que al día siguiente nos íbamos después de comer y no íbamos a tener muchas más oportunidades durante el viaje, solo quedaba una noche e iba a hacer lo posible por intentarlo. Al principio estábamos todos con total normalidad, a nuestra fiesta, bebiendo y bailando con todos, pero según iba avanzando la noche iban cayendo uno a uno y yéndose a dormir hasta que quedamos Oscar, yo y otros dos amigos. Oscar fue el primero en decir que se iba a dormir, pero fui tras él y le paré en las escaleras para decirle “si te quedas un poco más podemos bañarnos desnudos en la piscina”, puso cara de pensárselo y dijo “me parece buena idea, yo me quedaré en el baño, tú ve a la cocina y di que quieres recogerlo un poco que no tienes sueño, y cuando lo demás se vayan a dormir me mandas un whatsapp y bajo”. Seguí su plan, y tras mandarle el mensaje me metí en la piscina con el bañador puesto, estaba nervioso y cachondo, mi polla estaba poniéndose cada vez más dura, parecía notar cómo se acercaba Oscar y cuanto más cerca estaba más dura se ponía. Estaba todo oscuro, las únicas luces procedían de unos pequeños farolillos que los vecinos mantenían encendidos, luz suficiente para reconocer ciertas sombras, pero no para ver con nitidez. Finalmente llegó Oscar:

-          O: Veo que te has adelantado y ya te has metido en la piscina.

-          Y: si, quería disimular un poco por si alguien venía.

-          O: siempre he querido bañarme desnudo en una piscina con alguien, es bastante morboso. (se quitó la ropa y se tiró al agua).

-          Y: no hagas tanto ruido que nos van a oír. (yo me quité el bañador y lo lancé fuera de la piscina).

-          O: ¿tienes miedo de que nos pillen? – dijo mientras se acercaba y me agarraba por la espalda, pegando su cuerpo al mío y dejándome notar su erección entre mis nalgas.

En ese momento empezó a restregar su polla por mi culo mientras me besaba el cuello, yo tenía una sensación de placer inmensa, podía notar cómo mi polla expulsaba precum y cómo mi culo se dilataba solo del gusto. Me di la vuelta, y nos comimos la boca sin parar, rozando nuestras pollas y sobándonos el cuerpo entero con mucho deseo. Comenzamos a pajearnos bajo el agua y después de un rato intentó hacerme una mamada, pero le resultó complicado, así que me senté en el bordillo para facilitarle la tarea. Era mejor de los que recordaba, parecía que en estos dos años había mejorado su técnica, era increíble cómo movía su lengua, cómo me comía los huevos y lo bien que hacía la garganta profunda.

Tras un buen rato de intenso placer cambiamos posiciones, su polla estaba extremadamente dura, chorreando precum, el cual lamí cuidadosamente, degustando cada gota para después meterme su rabo de golpe en mi boca. Sus suaves gemidos y sus estremecimientos me tenían a mil, sumado a sus constantes chorros de precum que acababan en mi garganta o lengua. Yo seguía lamiéndole el rabo y pasé a los huevos que tenía perfectamente depilados mientras le pajeaba, sus huevos se encogían del gusto cada vez que pasaba mi lengua por ellos y de repente noté cómo empezaba a correrse, un chorro de lefa caliente llegó a mi mano, así que rápidamente dirigí su polla a mi boca para que se corriera en ella, fue un gustazo sentir su semen en mi boca, me encantó saborearlo y tragarlo.

Yo estaba a punto de correrme también y al decírselo se metió de nuevo en la piscina se introdujo mi polla en su culo golpe, al notar como entraba mi rabo en culo caliente y con esa facilidad me corrí instantáneamente llenándole de semen como la ultima vez. Para ese momento ya empezaba a clarear el cielo y se veían las primeras luces del día por lo que al sacarla pude ver cómo se escapaba parte del semen de su culo. Al terminar seguimos besándonos un rato, hasta que sentimos un ruido en la casa, seguramente algún amigo que iba al baño, así que salimos del agua, nos secamos, vestimos y fuimos con cuidado a la cama sin que nadie se diera cuenta.