Obsesivo III

Un placer haberles traído otro humilde escrito, espero los hayan disfrutado.

III

En medio de mi soledad en la oficina su silueta venía a mi mente y no podía creerlo, por instantes dudaba, ¿era cierto lo que había ocurrido?

No volví a pensar en Sofía, estaba feliz viviendo mi fantasía, Xavier regreso, ella venía a visitarlo, yo los ignoraba, no me interesaba en lo más mínimo.

Jueves en la noche, baje a la avenida con Isa, para acompañarla a coger un taxi, yo trabajaría hasta tarde, y ella con sus ojitos enrojecidos no soportaba más el cansancio. Sin reparo beso mis labios antes de subirse al auto, me sonrojé antes de verla partir.

Me adentre a la empresa de nuevo. A solas culmine mi labor. A eso de las 11pm al fin salía. Una llamada de Erick me distrajo de encender el auto.

  • Estamos en mi casa, ven, no nos hagas buscarte.

  • Pero creí que hoy no haríamos nada.

  • No seas agua fiesta, ven, te esperamos.

Estacione fuera de su casa, le escribí un texto a Isabel antes de entrar; “Erick me sonsaco a una reunión, llámame en la mañana, recuerda que mañana tenemos una cita”

Inesperadamente, cumpliríamos dos meses el día siguiente.

Con intenciones de partir pronto me adentre a esa casa. Habían conocidos y desconocidos, pero los que resaltaban, por supuesto, Carlos y Sofía en el sofá, el pobre idiota buscaba estar lo más cerca de ella que le era posible. Bueno, en este punto no podía desearle nada más que suerte al incauto.

La música sonando, las conversaciones buscando opacarla. La estaba pasando mejor de lo que pensé, a eso de las tres ya sentí que debía irme, pero entonces un evento común en mi país se hizo protagonista, se fue la luz.

Quedando en “tres y dos” no quería irme a aburrirme en casa sin luz, y tampoco quería quedarme, pero opte por la segunda mientras la gran mayoría decidió irse.

  • Bueno, ya que no tenemos luz, sentémonos acá, señalo Erick su sala y sofás, y bebamos, coloco una extensa variedad de botellas y vasos sobre la mesa del centro, todos observábamos curiosos; es hora de jugar… hizo una pausa dramática… “yo nunca he…”

Nos burlamos pensando que bromeaba, pero era muy en serio.

Sirvió distintos tipos de licor en distintos vasos.

  • Comienzo yo – se entusiasmó Carlos – Yo nunca he jugado “yo nunca he”

Luego de abuchearlo a todos nos tocó beber.

A aquello sobrevinieron múltiples afirmaciones estúpidas de todos en busca de embriagarnos de gratis; “yo nunca he tenido pareja…yo nunca he tenido sexo…yo nunca he coqueteado…yo nunca he tenido sexo en un sitio publico…yo nunca he bebido por despecho…”

Hasta que Erick se puso creativo.

  • Yo nunca he besado alguien de mi propio sexo.

En ese momento supe que yo no estaba para nada en el closet, todos voltearon a verme. Erick se carcajeo.

  • Eso no es justo pero ok – reí bebiendo un vaso con vodka puro.

Pero la sorpresa no fue esa, fue la manita de Sofía acercándose a la mesa para tomar un vaso, Carlos estupefacto a su lado se alejó un poco para observarla mejor, todos atónitos hacíamos lo mismo, ella cogió el vasillo con tequila al instante que yo quise detenerla, sensación que me noqueo ¿Por qué desear protegerla?

Sonriente no dijo nada y tras un minuto de silencio ella misma continuo.

  • Yo nunca he sido abofeteada.

Erick se carcajeo y bebió, Luis también, yo me fije en ella intentando adivinar que estaba planeando y respetando la sinceridad necesaria para el juego, bebí. Satisfecha me observo.

“Yo nunca he tenido hijos… yo nunca he estado con mi jefe… yo nunca he viajado con mi pareja… yo nunca he surfeado…” y recayó el turno en ella de nuevo.

  • Yo nunca he besado a alguien en una plaza.

Me observo de nuevo, Erick comenzó a notar que algo pasaba, bebió, me observo y sonrió sin decir nada.

Bebí, mi instinto comenzó a advertirme que me fuese. La luz no llegaba.

Otro par de rondas y de nuevo ella, “Yo nunca he conquistado a algún compañero de trabajo”

Carlos alejándose totalmente de ella mostro comprender, creo que todos entendían que estaba hablando conmigo, sin reparo, su tono desdeñoso, su mirada punzante.

Retando su mirar no bebí y me levante en la siguiente ronda con la excusa de fumar. Como esperaba, ella me siguió.

Estábamos de pie en el jardín, llego la luz.

  • ¿Qué diablos haces? – pregunte sin verla. Encendiendo mi cigarrillo.

  • ¿Por qué me ignoras? No hemos hablado en días.

  • Estás ebria, si gustas te llevo a casa.

  • ¡Mírame!

No lo hice. Se acercó, tomo mi rostro en sus manos e intento besarme, la alejé.

  • ¡Mírame! – exclamo alto.

  • ¿Qué rayos te pasa?, mañana de seguro te arrepentirás de esto.

  • ¡No actúes así! – suplico con sus ojitos tristes, tras un segundo alzo su rostro, altiva y ebria - ¡Estas fingiendo, no puede ser que haya dejado de importarte!

  • Aun me importas lo suficiente para sacarte de aquí y llevarte a casa.

La tome del brazo para llevarla al carro.

  • ¡Bésame!, intento acercarse, me aleje, Carlos paso en ese momento observándome con odio.

¡Joder!, pensé.

Inicie la marcha del auto molesta, Sofía dormitaba.

Me baje, desabroche su cinturón y la inercia de su cuerpo la llevo al frente. Intente despertarla sin éxito. Busque en su cartera, no habían llaves, solo el celular.

No podía dejarla allí, ¿qué hacer?

Casi 5 y media de la mañana, ¡diablos!

Partí a mi casa con ella en el asiento del copiloto.

Como pude la baje y la metí a mi departamento. Arrojada sobre mi sofá estaba completamente inconsciente y yo exhausta.

Me recosté, necesitaba par de horas de descanso.

7:15am sonó mi alarma; abrí los ojos por un segundo para apagarla y cerrarlos de nuevo.

Sentí un peso sobre mi cintura, abrí mis ojos y Sofía estaba sobre mí; quitando su camisa.

  • ¿Qué rayos haces?

  • Te recompensare por cuidarme

  • ¡Diablos! ¡No juegues y bájate de mí!

Mi celular sonó, un tono en específico, Isabel.

  • ¡Rayos! – me levante de golpe, tumbando sin remordimientos a Sofía.

  • ¡Demonios!, Salí de la habitación, atendí la llamada.

  • Buenos días, hermosa.

  • ¡Hola amor! – Su voz estaba animada y la mía aterrada – tenía ganas de oírte.

  • ¡Genial porque yo siempre estoy de acuerdo con que seas lo primero que oígo en la mañana!

  • ¡Por Dios que melosa! – exclamo Sofía desde la habitación, cubrí el micrófono de mi celular. Pero ya era tarde.

  • ¿Quién dijo eso? – pregunto Isa de inmediato.

  • Oh Isa perdona es solo mi prima, llego de visita, está fastidiándome.

Sofía abrió la puerta de la habitación, atónita me observaba - ¿Isa? – gestualizó.

Demonios, pensé. Ella no debía saberlo, nadie debe saberlo.

Isabel guardo silencio un instante, tomo aire y continuo – Espero su visita no cambie nuestros planes – su tono de voz totalmente cambiado, ¡Joder!, ¡estoy en problemas, problemas graves!

  • No amor claro que no, voy a arreglarme y te veo en el trabajo ¿vale?

  • Claro Carol, te veo luego.

Colgó, joder como le explico esto.

  • ¡Te enredaste con Isabel!, te estas aprovechando de ella y aun así te sientes superior a mí.

  • Por dios cállate.

Me adentre a mi habitación para ducharme y cambiarme.

  • Que admirable tu doble moral.

¡Joder!

Al salir ya no estaba en mi departamento, se largó dejando la puerta abierta.

El enojo no me dejo si quiera tomar el desayuno.

Daba mis pasos por el pasillo de las contadoras, sentía que me observaban y a mitad de mi trayecto suena mi celular.

Isabel – Hola bonita, dije animada, tenía que aplanar el terreno para la jaladera de bolas que me esperaba.

  • Me espere una traición así de cualquiera menos de ti.

Colgó. Palidecí, una notificación en la barra de mi celular, un video vía whatsapp.

La noche anterior; desencajada, fría y aterrada lo continué viendo, con todos viéndome hacerlo, con todos riéndose notando que al fin veía lo que por lo visto toda la empresa ya había visto.

- ¿Por qué me ignoras? No hemos hablado en días.

- Estás ebria, si gustas te llevo a casa.

- ¡Mírame!

Mi encuentro con Sofía, ¿Pero qué carajos? Claramente se vio su intento de besarme.

- ¡Mírame!

- ¿Qué rayos te pasa?, mañana de seguro te arrepentirás de esto.

- ¡No actúes así! ¡Estas fingiendo, no puede ser que haya dejado de importarte!

- Aun me importas lo suficiente para sacarte de aquí y llevarte a casa.

La última escena fui yo tomándola bruscamente del brazo para meterla al carro. Fue Carlos, tuvo que ser él. Recordé que paso a nuestro lado cuando la introducía al auto.

¡Ese degenerado me va a oír!

Alce la mirada, casi todos reían.

Me acelere en ir a la oficina de Isabel, el jefe de recursos humanos se atravesó en mi camino, me detuvo y redirigió a su oficina.

Sofía estaba sentada frente a su escritorio.

Me pidieron tomar asiento al tiempo que ella me miraba con odio.

  • No tengo porque explicarles porque están aquí o ¿sí?

  • Yo no entiendo porque me encuentro acá, si está más que claro que ella es la que me acosa.

La observe abismada de su capacidad de ser imbécil.

  • Roger esto es ilógico, fue una discusión fuera de contexto, un video tomado con total y mala intención, con la única finalidad de perjudicarnos.

Sofía guardo silencio. Roger suspiro, - No puedo hacer nada al respecto, esto llego a niveles que no se imaginan, están pidiendo sus cabezas o la mía.

  • Pero esto es totalmente injusto, ni si quiera fue algo que aconteció dentro de la empresa – intento argumentar Sofía.

  • Han infringido en contra de las políticas de moralidad de sus contratos.

  • ¿Moralidad? – Exclame levantándome – convertirán esto en una cacería de brujas, por el hecho de involucrar a dos mujeres, ¿homofobia? ¿A eso te reducirás Roger?

  • No, no ¡demonios!,  Carol, no se permiten relaciones amorosas entre los miembros de la empresa lo sabes bien.

  • ¡Ni si quiera tuvimos nada! – contradijo Sofía.

Roger bajo la mirada, eso no es relevante, como se les ocurre dejarse grabar así.

  • Ni si quieras insinúes que lo hicimos apropósito – gruñí.

  • Ya la bola de nieve corrió, hasta el presidente de la empresa ha visto la grabación. Sea lo que sea ya está hecho. No hagan de este procedimiento algo más feo aun.

Sonreí con burla.

  • Esta bien – quite el carnet de mi camisa y lo coloque sobre el escritorio – renuncio.

Sofía se levantó, intento decir algo y se detuvo.

Di media vuelta y me fui.

Trataba de llamar, a Isabel de camino a mi antigua oficina, abrí la puerta de esta y choque mis pies con una caja. Observe todas mis cosas arrojadas en ella.

Xavier de pie, mirándome con enojo.

  • ¡Xavier!

  • Te burlaste de mi amistad. ¿Cuánto llevabas acostándote con ella?

  • Si te digo la verdad no me creerías.

  • Obvio que no, ¿me has dicho la verdad alguna vez acaso?

  • No puedo creer que estés armándome este drama

  • ¿Drama? Me traicionaste

  • ¿Estás enamorado de ella?

  • El hecho que conquistaste alguien de mi interés, rompiste el código de amigos.

Exhausta no supe que decirle, lo había arruinado, había arruinado todo pero mi único objetivo era hablar con Isabel. Me agache a tomar mis cosas.

  • No debí confiar en ti – Xavier se fue azotando la puerta tras su paso.

Salía por el pasillo de la vergüenza edificado por las miradas de todos, Carlos de pie a la distancia observaba con placer lo que sus acciones habían desatado, pase de junto al escritorio de Sofía, sus cosas estaban allí aun y no había rastro de ella. Seguro estaba negociando con Roger su estadía.

Hundí el botón del ascensor, fingiendo tranquilidad mire hacia el final derecho del pasillo, Isabel venía con unos documentos en sus brazos, di un paso para acercarme. No me gestualizó con mirada humedecida y de pánico. Agache mi rostro, me adentre al ascensor.

Alce mi mirada de nuevo para dar un último vistazo. Sofía salía de la oficina de recursos humanos, sonriente y con menos labial del que había entrado; algunos reían en mi dirección, la mayoría susurraban entre sí, otros me observaban con pena ajena y algunos pocos ya ni alzaban la mirada para prestarle atención a la escena. Carlos seguía deleitándose satisfecho. Pero me partió el alma ver a Isabel pasar de frente a mí, ni un mínimo gesto me dedico, acelero su paso para salir de mi vista y seguir su camino. Se cerraron las puertas del ascensor. Abandone el edificio.

No podía dejar esto así, tenía que buscarla, darme una oportunidad de explicarle, solo que dudo que ella acceda.

Tras muchos intentos de llamarla desistí. Me acerque a las afueras de su casa. Y espere por ella, llovió, escampó, se hicieron las 10pm y aun no llegaba.

Preocupada no sabía qué hacer. Cuando al fin llego. Bajo del auto con Junior.

Yo desesperada me baje y llame su nombre.

Ella con rostro recio me regalo una mirada llena de rencor. Junior intento acercarse a saludarme, ella lo detuvo.

  • Entra a la casa

  • Pero mama…

  • ¡No quiero repetirlo Junior Alexander! – apenado miro en mi dirección antes de acatar las órdenes de su enfurecida madre. Me avergonzó ser la razón por la cual le hablaran con rudeza.

  • Isabel permíteme explicarte.

  • Ya inventaste algo que decirme ¿es eso?, como la visita inesperada de tu prima.

  • Fue demasiado tonto lo sé, no supe cómo decirte

  • ¿Qué ella había dormido contigo?

  • No es como te lo imaginas.

Ella buscaba sacar unas bolsas de mercado de su maletero y se detuvo en seco.

  • Yo no necesito imaginarme nada porque Sofía me conto todo.

  • ¡Diablos Isabel no puedes creer en sus patrañas!

  • ¿Me recomiendas entonces seguir las tuyas?

  • Yo no dormí con ella. Estuvo en mi sofá, ella…

  • ¡Suficiente!, ya tuve suficiente con su relato de como la hiciste tuya, ya tuve suficiente con el video que vi, el cual casualmente encaja con toda su versión de los hechos, tuve más que suficiente con oír su voz de fondo al llamarte, salía de tu habitación ¿no es cierto?

Agache la cabeza, no sabía dónde esconderme. Dime que no es cierto. Exigió.

  • Si es cierto pero no es como lo piensas, no la toque. Yo no…

  • ¡Lárgate de aquí!

  • Isabel por favor, suplique, ella subió las escaleras deteniéndose en la puerta.

  • Si hubieses entendido aunque sea un poco lo que sentía por ti no me habrías hecho esto.

Entró y yo me acerqué a tocar su puerta, lo hice una vez y me contuve.

Desbarate su vida, si la ven conmigo la despedirán. No puedo permitirle hacerle más daño.

Con el corazón arrugado partí para no volver jamás.

Fin