Obsesiones matrimoniales (1: la prostituta)

No es relato de paja fácil.Para leer tranquilo.Fotos ilustrativas no reales. Sexo oscuro y transtornos sexuales.

OBSESIONES MATRIMONIALES I. LA PROSTITUTA

Había cumplido los 28 años sin pena ni gloria, en los estudios no había logrado nada, el trabajo siempre me fue mal y acabé en puestos poco remunerados que nadie quería hacer. Las relaciones con amigos nunca fueron mi fuerte y lo peor de todo es que había llegado a esa edad siendo todavía virgen.

No es que fuera feo, pero si que es verdad que todo el mundo siempre me puso la catalogación de "raro". Mi timidez con las mujeres era algo realmente problemático y hasta la fecha se habían notado los resultados. Aparte de ser virgen no tenía ninguna amiga y prácticamente no hablaba con ninguna mujer.

Un día comencé a pensar en todo esto, la conclusión era clara, podía entrar en el típico arquetipo de personaje de libro de Bukowski. Un Chinaski cualquiera pero en un mundo muy diferente cronológicamente hablando del de "la senda del perdedor". En estos tiempos que corren decir a alguien que eres virgen puede sonar a chiste de barra de bar, incluso nadie te creería. Seguramente que con quien te estuvieras sincerando te mandaría directamente al cuerno o lo dicho, se lo tomaría como un chiste.

Me di cuenta de que con las únicas mujeres con las que intercambiaba alguna palabra eran solo tres. Una de ellas trabajaba de limpiadora en la fábrica donde yo también ejercía el mismo oficio. Era compañera mía, mas o menos de mi misma edad y bastante atractiva. Se había casado muy joven y la vida le apretó demasiado antes de tiempo, es bonito ser responsable y autosuficiente, pero en ocasiones el precio que uno tiene que pagar es el verse atascado en un trabajo que no te gusta y que destroza tus sueños de haber llegado a algo mas. Nunca pasábamos de un triste "hola", "¿Qué tal?", etc. Las típicas conversaciones vacías y sin sentido vulgarmente conocidas como "conversaciones para besugos".

La segunda mujer con la que "hablaba", era la cajera de un supermercado que había en mi barrio. "Hola", "¿Esto también es tuyo?", "pues parece que va a llover, ¿eh?", "aprovecha, tienes el detergente al tres por dos". Sinceramente, aun sabiendo que es una estupidez, estaba orgulloso de mantener este diálogo con ella. Y aunque parezcan igualmente conversaciones de besugos, estaban condimentadas por su sonrisa, su maravilloso pelo dorado, sus ojos verdes y su maravilloso olor.

La tercera se trataba de mi Madre, con lo cual nada de nada, pero siempre me ha gustado agrandar las cifras. Un dos no es lo mismo que un ¡tres!. En resumen, mi vida era francamente patética y lo peor de todo es que me gustaba que lo fuera. Veía una extraña sensación de excitación al rebajarme de esa manera ante los demás.

Es cierto que trabajaba de limpiador no por que no hubiera encontrado nada mejor, se debía a que me sentía enormemente excitado limpiando la mierda de los demás. Ganando poco dinero por que simplemente no creía que me mereciera ganar más. Aún así tenía mi propio piso que había heredado de mis abuelos y mis padres en un intento de hacer algo conmigo me lo habían regalado. Todavía hoy creo que en realidad no fue que me regalaran el piso, lo que realmente se pasea por mi cabeza es que mis padres habían luchado mucho para sacar a tres hijos adelante y por fin tener algo de intimidad para ellos. Mis otros dos hermanos habían marchado pronto de casa y lograron ser exitosos. Solamente quedaba este estúpido perdedor durmiendo en su cama de niño en la morada de sus papás.

Mi nueva "madriguera" se convirtió en todo un templo del onanismo. Algo así como el Louvre de las masturbaciones. Al estar solo podía dar rienda suelta a todas las perversiones que con los años habían ido cogiendo forma en lo más oscuro de mi cabeza.

Mucha gente alardea de ser el "King de las pajas", que si te la haces con la mano menos diestra es como si te la hiciera otra persona, que si echarse cremas, etc.

Amigos lectores, todo eso es "choped" ante el nivel de onanismo que yo alcancé. Mis pajas eran de auténtica "pata negra" y he llegado a hacer cosas que forman parte de la peor de las desviaciones que ni siquiera se halla escrito.

No obstante, como dije anteriormente me había puesto a recapacitar sobre todo esto y tendría que darle un giro a mi vida. Al menos un pequeñito golpe de efecto. Y se me pasó por la cabeza el perder la virginidad recurriendo al más antiguo de los oficios del ser humano, la prostitución.

Aunque me encantaba ser un perdedor, que la gente me humillara y se mofara de mi, todavía me quedaba un rayito de orgullo. El solo hecho de pensar en ello ya reflejaba que quizás era hora de poder cambiar algo. Al menos el saber lo que sería un coito con una mujer, poder tocarla, poder lamer sus pechos, acariciarla, olerla, abrazarla….. y aunque no hubiere amor en el acto, significaría mucho para un hombre atormentado con el sexo y con la vida en general. Yo mismo me auto convencía de que no sería nada malo, muchos hombres han perdido así su virginidad. Unos lo niegan, otros se jactan de ello; pero lo que no podemos negar es que nos sorprenderíamos todos del porcentaje estadístico sobre el tema.

Así que comencé a planear seriamente en recurrir a los servicios de una meretriz o mujer que vende por dinero sus encantos sexuales. Vamos, lo que todos conocemos como una puta, solo que no me gusta utilizar dicha palabra.

Lo primero que hice fue el poner a mi servicio toda una tropa de prensa escrita y periódicos especializados en anuncios por palabras. Leí anuncio por anuncio, las ofertas son muy amplias y de todos los precios. Yo estaba convencido de que para una sola vez y tratándose de que lo mantendría para el resto de mi vida como un recuerdo imborrable, debería hacerlo con una mujer que me excitase en especial. Pero en mi cabeza siempre surgía la misma respuesta, "pero si te gustan todas, ¡joder!,¿Qué más te da?". Era verdad, no tenía un arquetipo de mujer diez en mis gustos, me gustaban todas. A todas les veía algo bonito, si no era el culo, eran las tetas y si no era que eran guapas o que se vestían bien o lo que fuera.

Para mi el pasear por la calle era toda una tortura, el ver a una mujer caminando me excitaba sobremanera. Incluso seguía a muchas solo por ir viéndoles el culo o los tacones de sus botas. En mi favor diré que jamás he hecho nada fuera de la ley ni que perjudicase a nadie, pero esto no es excusa para deciros que mis comportamientos son de un auténtico transtornado sexual.

Pues una vez resuelta la duda de cómo debería de ser el físico de la prostituta, me surgió una nueva. ¿Sobre cuanto me gastaría?. En ese momento me volvió a surgir la vena perdedora y opté por solucionar todas las demás dudas que me pudieran refrenar en mi proyecto. Pues obviamente, iría a la más barata.

En el mundo de la prostitución existen muchos niveles, prostitutas de lujo, etc. Pero siempre existe un precio mas o menos estandar en conjunción de lo que se conoce como "un completo".

En aquel momento la mayoría de los anuncios se publicitaban con la módica cantidad de cincuenta euros y yo quise buscar algo mas barato. En conclusión, un día leí un anuncio en el cual ponía "Pili, madurita y guapa. Económico". Me decidí a llamar y con toda amabilidad, rompiendo el iceberg de mi timidez, le pregunté cuanto cobraba y si me podía recibir, etc. La respuesta fue la que mis oidos querían oir, ¡¡¡tan solo treinta euros!!!. Perfecto, quedé con ella dos días después, el viernes por la tarde.

El día anterior fue un reguero de adrenalina surcando mi cuerpo. Fui al peluquero para estar mas presentable, me afeité e incluso me corté las uñas de los pies, me hice a mi mismo un "completo de higiene", vamos.

Al día siguiente cuando llegué a la dirección indicada, un escalofrío de nervios se apoderaba de mi e incluso llegué a pensar en algún momento dado en darme la vuelta y rajarme. No obstante la excitación tan enorme que sentía por poder hacer algo con una mujer superó a mis nervios y timidez y llamé al timbre. Me abrieron sin contestar nada y entré al portal del inmueble. Cogí el ascensor y me dirigí al piso en cuestión. Llamé a la puerta y acto seguido se abrió la puerta.

-Hola, ¿Qué tal estás?.

-Eeee……muuuyy bien. Contesté yo.

-Pero pasa, pasa. No te quedes ahí.

Entré y la puerta se cerró.

-Así que tu eres Edu, ¿no?.

-Si,si……Si Señora.

-No me llames Señora, llámame Pili.

-eeee aps, ok si, perdón.

Era increible el panorama que me acababa de encontrar, ¡por Dios!, ahora comprendía porqué cobraba solamente treinta euros. ¡La madre que me parió!. La tal Pili era bastante madura, no madurita. No era guapa, era mas bien fea. Y estaba muy gorda, mucho culo y aplastado por lo que pude ver de reojo, barriga grande y unas tetazas que metían miedo. No se si para bien o para mal. Estaba fuera de mi en esos momentos. Pensé fugazmente que era justo lo que me merecía, estrenarme con un putón barato y con mas kilometraje que la nacional III de nuestra red de carreteras. Pero por otro lado lo poco que me quedaba de orgullo y dignidad se anteponían ante mis ojos diciéndome……"Edu, sal de aquí".

En esos momentos en que me quedé totalmente paralizado por la situación, ella me ofreció una bebida y me dijo que la esperara un segundo que debía retocarse. Cogí la bebida y sentí el olor de aquel piso. ¡Bufff!, olía todo a cerrado y como un ambiente muy concentrado. No era acogedor ni mucho menos.

Entonces oí desde el baño…… ¡Chaf chaf chaf plof chof chof!. No me lo podia creer, se estaba lavando el coño en el bidet, o eso creía yo; ya que era el mismo ruido que hacía mi Madre en casa alguna vez que me tocó oirlo. Increible, cualquiera que me viera como iba a perder la virginidad, se rompería el culo de la risa o correría al baño a vomitar del asco. Por que uno puede tener el físico que Dios le dio que en eso no hay ningún problema, pero encima ser una cerda y dedicarse a algo tan delicado como su oficio…..pueeeesss……dejaba mucho que desear.

No obstante yo en ese momento estaba totalmente feliz por que era lo que me merecía y la excitación aumentaba fuertemente y mas cuando le contase que era virgen.

-Bueeeno, pues ya estoy aquí todita para ti.

-Esssto Pili, tengo que decirle una pequeña cosita.

-Dime.

-Es que soy virgen.

-¿Cómo?, ¿te estas quedando conmigo?, ¿Qué años tienes tu?.

-28.

-¿Y vas a decirme que eres virgen?.

-Se lo juro, me da mucha vergüenza, vera

-Calla, calla. Con la cara de panoli que tienes seguro que hasta dices la verdad. ¿Pero como se puede ser virgen hoy en día?.

-Verá es que siempre fui muy tímido, algo rarito, no se

-Madre de Dios. Antes esta escena era muy común, no te vayas tu a creer. Yo desvirgué a muchos, muchísimos……pero es que desde unos años para aqu텅y con la cantidad de cerdas que hay por ah텅es que me dejas con el coño chorreando. ¡Ja, ja, ja, ja!. Se rió largamente.

-Lo, lo siento. Contesté yo con voz balbuceante.

-Ja, ja, ja……tranquilo, no tienes por qué sentirlo. Hoy dejarás de ser virgen, tranquilo que estás en mis manos. A ver, no es por no fiarme de ti, pero dame la pasta.

Me quedé flipando, no pensaba que el dinero había que darlo por adelantado la verdad, pero no dudé un segundo y le saqué los treinta euros pactados.

-Aquí tiene.

-Muy bien, quítate la ropa y túmbate en la cama que te voy hacer yo……cositas.

Me quité la ropa y me dijo que tenía buen cuerpo, sería para animarme, pues estaba mas cortado por la situación que nunca. Al final me lo quité todo y me tumbé en la cama tal y como ella me lo había ordenado.

Sacó un preservativo de una de las mesitas de la cama y me tocó la polla. Buffff!!! Era la primera vez que alguien me tocaba la polla, fue genial y al segundo una enorme erección, apareció de forma abrupta entre sus manos.

-¡Vaya!, parece que tu cosita se entiende muy bien con mis manitas. Vamos a ponerle la fundita, ¿vale cariño?.

-Siiiii, si. Contesté yo.

Comenzó a ponerme el profiláctico tan suavemente que no me estaba ni siquiera dándome cuenta de que mi miembro viril estaba quedando atrapado en una cárcel de látex. Cuando ya lo tenía puesto del todo, deslizó su mano por mi polla una y otra vez, como haciéndome una paja. Entonces cambió la postura y se arrodillo en la cama mientras al mismo tiempo me seguía agarrando la verga.

Entonces pude observar su ademán de bajar a chuparla y ahí fue, cuando una chispa absurda e incontrolable del mas absoluto de los derrotismos, cruzó mi mente y reaccioné como ni yo mismo esperara que reaccionase. Me aparté para que no pudiera chupármela, me incorporé sobre la cama y me senté.

En mi cabeza la chispa decía……(no puedes permitir que te la chupe. Eres una mierda y ni pagando te mereces hacer nada con una mujer, aunque sea una mujer que no te guste. No eres nada y no te mereces nada. Y ni se te ocurra proponerle follar, como mucho hazte una paja y gracias).

Estas "conversaciones" conmigo mismo en mi cabeza ya son desde pequeñito y denotan claramente un problema mental sin dilaciones. No obstante siempre las he seguido al pie de la letra y no por miedo, si no que las hago por que disfruto sintiéndome una mierda.

Todo esto pasó en una milésima de segundo, ella solamente notó que me apartaba y que con un gesto como de miedo me sentaba en la cama.

-Tranquilo cielo, que no te voy hacer ningún daño, no te preocupes.

-No si no es por eso Pili. Es que ya le dije que soy un poco rarito.

-Pero bueno, hazme caso no te preocupes

-Déjeme explicarle por favor, ¿me escuchará?.

-Pues claro, no te preocupes, cuéntaselo todo a Pilita dinamita grrrr.

-Va en serio, verá. En un principio yo venía a perder la virginidad……(me corta).

-Ya entiendo, y no te gusto y como no soy una top model pues que te vas, ¿verdad?. Pues que sepas que el dinero no……(la corto).

-Que no, que no. No se trata de eso, déjeme explicarle por favor.

-Venga, te escucho.

-Se lo juro que yo venía con intención de perder la virginidad, pero es que no me lo merezco. No soy digno de poder follar a una mujer, me gusta que me humillen y……(me corta).

-Uysss nene. Pues aquí eso no lo vas a encontrar, aquí cosas raras de esas de pegar y demás; ni hablar.

-No, no por favor déjeme explicarle. Yo solo quiero hacerme una paja arrodillado oliendo su culo y le pagaré cincuenta euros más, ochenta en total.

-No, serán cien euros.

-Si, si, muchas gracias, muchas gracias.

-Pero a ver chaval, ¿tu eres virgen de verdad o era todo un camelo para llegar a lo que te gusta?.

-Se lo juro soy virgen y lo que le he contado es la verdad.

-Vale, saca el dinero.

-Tome. Le di dos billetes de cincuenta euros.

-Así esta bien.

-Pero……le he dado ciento treinta euros en total. ¿no me devuelve los treinta de antes?.

-He dicho que así está bien. ¿Tienes algún inconveniente?.

-No, no, lo siento.

-A ver. ¿Entonces como quieres hacerlo?.

-Pues verá. Usted póngase de pie y yo me pondré de rodillas detrás suya con mi cabeza mirando su culo. No se preocupe que solo se lo olisquearé y como mucho lo único que notará será algún momento mi respiración. Me correré rápido, se lo prometo.

-Vale, venga. Córrete rápido y en el condón que ya me está cansando el jueguecito. Puto pervertido de mierda.

Impresionante, me encontraba de rodillas ante una mujer mirándole el culo, apunto de olérselo y de hacerme una paja. Pero lo mas humillante del todo estaba por llegar.

Nunca había olido el culo de nadie la verdad, tampoco me esperaba que oliera como los cabellos de la cajera del super, pero supuse que olería a sudor, no sabía. Entonces al acercar mis fosas nasales hacia el enorme trasero, un olor fétido me golpeó y de hecho tuve que retirarme inconscientemente hacia atrás. Olía mal de verdad y también poseía un toque sudoroso en su fétida mezcla aquel efluvio. Aquel aroma neutralizó mis neuronas y perdí la noción del tiempo que había transcurrido. Fue cuando sus palabras retumbaron en mis oidos.

-¿Te corres ya guapetón?.

-oh si, si. Perdón.

Pero yo ya no podía, extrañamente no podía, tantas emociones me habían bloqueado de alguna u otra forma. Me levanté y le dije que no me había corrido, pero que ya me iba. Me vestí y me apresuré a marcharme. Abochornado de vergüenza y sin articular palabra me dirigí hacia la salida.

-Eres rarito de cojones. Me has soltado bien la pasta y serías un buen cliente, pero preferiría que no volvieras por aquí.

-Siento haberla molestado Pili, adios.

Imagínense queridos lectores, la experiencia que un puto pervertido perdedor acababa de tener. Pasaron dos semanas en las que me dediqué a recordarlo todo, a valorarlo, etc. Por un lado los ciento treinta euros los dí como bien empleados, la humillación me pareció lo mejor que me había pasado en la vida, Pili no me gustaba mucho pero no me importaba. Y no quiero contar la cantidad de masturbaciones que me hice pensando en todo ello.

Con lo cual, decidí llamarla de nuevo, a ver si podía repetir la vivencia, pero esta vez mejorándola pudiendo correrme por fin ante su presencia.

La llamé, le dije quien era y me colgó. Al día siguiente insistí y volví a llamarla. Esta vez se puso violenta y me dijo que no la llamase mas. Yo estaba como loco y muy apenado, necesitaba darle mi dinero y arrodillarme ante ella. Entonces se me ocurrió llamarla pidiendo cita con la voz de otra persona y luego personarme yo. Sabía dos cosas, una que la puerta la abre sin mirar para no perder tiempo puesto que ya sabe que es el cliente y la segunda era que una vez que entrase en su piso, ella no montaría ninguna escena para no molestar a los vecinos.

Dicho y hecho, me salió bien. La verdad es que el corazón me salía de la caja torácica, pero me armé de valor. Cuando me vió puso cara de……no me lo puedo creer. Yo pensé que intentaría echarme de allí sin mas, pero cual fue mi sorpresa cuando me ordenó que me sentase en el salón para hablar.

Hablamos del tema a fondo, previo pago de cien euros que me pidió para poder hablar con ella. Ella solo me pedía dos condiciones, una de ellas que no quería ningún rollo raro, es decir que solo me permitiría pajearme como la otra vez y punto. La segunda condición era que deberíamos marcar un precio y que solo me correspondería una sesión a la semana. El tema no me pareció mal, puesto que aunque ya le había dado dos cientos treinta euros, yo no era ningún ricachón para aguantar mucho ese ritmo. Estipulamos marcar el precio de cada sesión en cincuenta euros, ella decidió ese precio por que era un servicio especial y debía cobrar mas que por ejemplo una mamada veinte euros o un completo los treinta euros anteriormente mencionados. Yo en todo momento estuve de acuerdo con su determinación. Ahora bien, lo de solo una vez a la semana sabía yo que me iba a saber a poco.

Muy contento e ilusionado marché de su casa; estaba radiante y eso que no había tenido ningún alivio sexual en esta ocasión, pero la ocasión merecía una celebración. Cuando cayó la noche salí de mi casa y fui a un callejón de un barrio algo lejano al mío. En dicho callejón sin salida, se acumulan contenedores de basura puesto que allí no molestan, ya que ni pasa nadie y las ventanas de los edificios no dan al callejón en cuestión. Una vez que llegué al estrecho corredor miré a uno y otro lado para que no me viera nadie entrar en el, sin moros en la costa me introduje entre los contenedores de basura. Una vez allí esperé a que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad; no se oía nada, ni tan siquiera un coche pasar. Una vez me tranquilicé busque el contenedor mas mal oliente posible, me arrodillé ante el, saqué mi pito y comencé a pajearme frenéticamente. Y así entre los olores nauseabundos de la basura y la descarga de adrenalina que hacia temblequear a mi cuerpo por miedo a que alguien me viera de esa guisa, eyaculé violentamente chiscando las paredes del contenedor.

Me incorporé, subí la bragueta y salí rápido. Tenía que haber esperado un poco y escuchar a ver si venía alguien, pero con los nervios que tenía no reparé en ello. Nada, no pasó nada, solo que asusté a una pareja que estaba dando un paseo y vete a saber lo que debieron pensar. Desde que era un vecino que venía de tirar la basura, pasando por un yonki, pero lo que seguro que nadie nadie se imaginaría es que salía de hacer aquel acto aberrante para muchos; estimulación de mis órganos genitales para mi.

A la semana siguiente disfruté de mi segunda sesión con Pili, esta vez me corrí y disfruté plenamente. Lo único que cambió respecto a la vez anterior es que Pili me obligó a ponerme el condón yo solo y no me tocó para nada, cosa que comprendí absolutamente.

Poco a poco fueron pasando las pajas, las semanas y cada vez tenía mas confianza con ella. La verdad es que me la gané poco a poco. Aparte del dinero yo le regalaba cosas para su trabajo como ropa interior que compraba en un establecimiento de tallas grandes que estaba lejos de la ciudad. También le hacía pequeños favores como cambiar la hora y el día en que me correspondía ir a visitarla por que ella tenía algún compromiso mas interesante que el mío, etc.

Yo sin dudar en todo momento aceptaba sus designios sin rechistar lo mas mínimo y aceptaba con devoción todo lo que ella me ordenaba. De hecho llegamos a poner mi cita con ella cuando a ella le vino bien. Los Domingos y los lunes no trabajaba y como ella decía……(lo tuyo es, digamos……de segundo orden. Como no hace falta perder ni media hora te voy a pasar para cuando a mi me venga bien). Con lo cual que mis sesiones se trasladaron los martes a última hora del día o cuando ella me dijera. Yo acepté de muy buen grado, puesto que no la quería perjudicar en nada.

Y así fueron cayendo los granos de arena de una parte a otra del reloj. Mis sesiones fueron mejorando en humillaciones, aunque básicamente se basaban en lo mismo, olisquear su popa de rodillas y darle al manubrio mientras sus insultos golpeaban en mi cerebro. Incluso en algunas sesiones no se quitaba ni la ropa, se dejaba puesto el pantalón o la falda y me decía.

-Hoy te vas a joder no podrás ver ni mi tanga ni mis bragas. Venga, acerca tu nariz a mis pantalones y pajéate.

  • Oh si Pili siii.

-Ya va siendo hora de que sepas mi verdadero nombre, no me llamo Pili, ese es mi nombre de guerra.

-Pero…yo pense

-Venga no seas estúpido, todas las putas lo hacemos.

-Vaya, y ¿cual es tu nombre?.

-Mira, primero te vas a correr oliendo mis vaqueros y luego si te tragas tu propia lefa del condón te lo diré.

Al oir estas palabras me corrí como un caballo y ni siquiera me hicieron falta muchas sacudidas para ver salir el grumoso elemento. Justo después de eyacular, busqué su mirada para ver que me diría.

-¿A que esperas, no quieres saber mi nombre?.

-Si, si.

-Pues venga, trágatelo. Patético gusano pajillero.

No me pilló sin preparación, en mis artísticas masturbaciones tenía unas cuantas experiencias pasadas intentando tragar mi propio semen. El mayor inconveniente reside en que justo después de descargar el semen, la excitación se va por completo y no hace la acción ser gustosa de su ejecución. Pero había encontrado un método tras muchos fracasos. Si tragas la corrida sin respirar, ni siquiera olerla, se traga mucho mejor, y esta fue la técnica que utilicé en esta ocasión.

-Glupp. (el condón ayudó a no oler mi leche, puesto que me lo introducí en la boca cual flash de kiosko de los años ochenta se tratara).

-Ja, ja, ja, ja. Muyyyy biennnn!!! Así me gusta. Que sepas que te has tragado tu propia secreción para hacer reir a …… Amparo.

-Vaya, gracias por decirme tu verdadero nombre. Es un honor para mi.

-De nada, asqueroso.

Ese fue un día significativo en la "relación" que de algún modo mantenía con Pili……quiero decir, con AMPARO.

Pero los problemas económicos me llegaron a meter en un aprieto. Una serie de desafortunados gastos imprevisibles, junto con todo el dinero que llevaba gastado en mis pajas, me llevaron a una situación difícil. No tenía dinero para ir a ver a Amparo, no tenia dinero para mantener ciertos lujos como mi coche y para mas colmo mi trabajo pendía de un hilo al cerrar la empresa donde normalmente yo trabajaba. Ahora ejercía a turnos y en cosas realmente asquerosas y que nadie realmente quería hacer. Limpiar la morgue de un hospital o los retretes de los bares de copas nocturnos no son platos de gusto para nadie. Aunque yo aguantaba bien todo esto, el problema era el verme sin plata como dicen en América y lo peor de todo……sin trabajo en un momento dado.

Pero lo que parecía que sería una situación insalvable, giró a mi favor dentro de la oscura ruleta de la perdición. Lo que sería un naufragio con Amparo, se convirtió en toda una travesía de nuevos horizontes e islas desiertas por descubrir.

Al verme tan jodido de pasta, ella me dijo que lo que pudiera pagarle se lo pagase, y lo que no se lo pudiera pagar que se lo pagaría ayudándola con su otra vivienda o como fuere.

Comencé haciéndole los recados, la compra, la colada del piso de citas etc. Y acabé siendo su chacha en el piso que tenía para vivir como toda una señora sin que nadie supiera de su mal visto trabajo……por la sociedad. Las cosas nunca me habían ido tan bien dentro de los sucios designios de Morphy, pero es que ya se sabe, cada ser humano es único e indescriptible.

Con todo esto habían pasado ya dos años desde aquel día en que me decidí a perder la virginidad con una prostituta. Me había montado en los treinta años, aun virgen y por supuesto a mucha honra. Y un día Amparo decidió hablar conmigo seriamente.

-Oye Edu, tu sigues virgen?

-si, de veras.

-Mira, he visto en este tiempo que tu compañía me gusta. Yo estuve casada una vez, mi exmarido me dejo por otra y me dejó con un negocio en la puta ruina. No me quedó otra que meterme a la prostitución para salir adelante. Me fue bien y pude ponerme por mi cuenta, siempre con la ilusión de poder dejarlo algún día, pero ese día nunca llegaba. Luego los años no pasaron en balde y mi cuerpo sufrió el paso del tiempo y un problema de tiroides.

Es verdad que tengo dos pisos y que no me ha ido mal, pero si te fijas en mi clientela el noventa por ciento de los que gozan de mi cuerpo son viejos que incluso me sacan a mi unos cuantos años. Es verdad que muchos llevo con ellos años y que nunca me han fallado, pero también mis tarifas son tiradas. No te voy a ocultar que has sido un gran cliente y sin esfuerzos para mi, me lo he pasado genial, pero desde que eres mi criado me lo estoy pasando mucho mejor.

Me he dado cuenta que disfruto humillándote y que tu disfrutas con mis humillaciones y abre bien las orejas que lo que quiero proponerte es muy serio.

-Pero Amparo, me estás dejando

-Cállate. ¿Qué te parecería tener tus humillaciones y muchas mas que ni te imaginas siempre que tu quieras?.

-Genial!!!.

-¿Firmarías por ello lo que fuera?.

-Si, sin duda alguna.

-Bien, pues cásate conmigo.

Madre de Dios!!!. No me lo podía creer, salté de la emoción y todo.

-Tranquilo que esto tiene letra pequeña.

-Me da igual, pero dímela.

-Está bien. Nunca podrás follarme ni a mi ni a ninguna otra por supuesto. Nunca me pedirás que deje de ser puta. No habrá ni cama matrimonial ni gilipolleces de esas entre tu y yo. Nunca dormirás conmigo. Deberás hacer todas las tareas del hogar y tendrás que tratarme como a una reina. Yo por mi parte solo puedo ofrecerte un infierno de humillaciones, vejaciones y maltratos psicológicos que nunca te faltarán.

-Soy el hombre mas afortunado del mundo. Claro que acepto.

No me lo podía creer, al fin sería un hombre feliz del todo, acabaría muriéndome sin saber lo que sería introducir mi bálano en una mujer, pero merecería la pena pues yo no soy digno de besar, de follar, etc.

Lo peor estaba por llegar. Una tormenta de mierda se desencadenó en mi familia. Unos tragaban con lo de la prostitución, otros con la boda por lo civil……menos mal que no sabían el "infierno" que sería mi vida en adelante……pero con lo que no tragaban era con que me casaría con una mujer de cincuenta y tres años. Mis hermanos no fueron ni a la boda, mi madre no estaba muy por la labor y mi padre me decía

-Cagon todo hijo. Fea, tiene pinta de sucia, gorda, con ese puto culón aplastado que no vale ni para hacerse una paja, vieja y rubia teñida con raiz de seis meses……muy bien debe de follar hijo, muy bien debe de follar; por que yo no entiendo nada.

-Papá es que estoy enamorado y tal

-Eres tonto hijo, eres tonto. No eres feo, eres atlético, alto y encima tienes a esa chiquita del super loquita por ti. Que no deja de preguntarme por ti y que si le doy tu numero de teléfono……y te vas con el tanque ruso ese que debe de tener las tetas hasta caídas. Eres tonto, pero tonto a las tres.

Esta humillación de mi padre casi me volvió a la realidad de lo que se puede catalogar por normal en esta vida, pero una extraña sensación recorría mi espalda cada vez que me llamaba tonto……he nacido para esto y soy feliz. Si realmente supiera mi padre que soy virgen, que por decisión propia me quedaría así por el resto de mi vida para fomentar el odio por los hombres de una mujer maltratada por la vida, que fantaseé tantas veces con la chica del supermercado……si supiera todo eso……yo creo que entonces si que sería genial la humillación de mi padre.

Pues al final al "banquete" de boda solo fueron dos amigos míos de la EGB (educación general básica, colegio primario en España), mis padres, el hermano de Amparo (que ponía malo a mi padre por que es GAY y tenía mas años que mi viejo), dos amigas de Amparo, un cliente de ella (sin desvelar su condición de putero repetidor), unas amigas de mi madre, AMPARO y yo. Como comenté nos casamos por lo civil sin grandes alardes de nada por que tampoco los queríamos y comimos el banquete en un bar-grande, de tapas y comidas. Lo cual enfureció mas a mis padres.

Yo no tengo culpa el que me guste lo cutre, el sentirme como una mierda y vender el piso de mis abuelos para comprarle un coche a Amparo y tener liquidez……obviamente para dárselo todo a ella. Mis padres lloraban por dentro a cada una de mis decisiones, y el pensar que ellos creen realmente que soy tonto y un fracasado me excita mas aun.

Nuestra vida de casados es genial, tal como la imaginó Amparo. Solo que los niveles de humillación han pasado a otra frontera, ya no solo me dedico a ponerme de rodillas y olisquear su voluptuoso trasero. Ahora incluso en ocasiones me deja lamer su divino coño, o concha como les gusta decir a los argentinos, justo después de cuando viene de trabajar. Me enloquece la idea de pensar que jamás la podré meter ahí, que eso solo está reservado para los viejos que por un puñado de euros se la follan.

Su sexo, totalmente sin depilar (gustos de los clientes) y por que no decirlo, muy usado, es lo mejor y sobre todo cuando viene cansado de tanto trabajo.

Os voy a dejar con unas fotos de su culo y de su concha peluda y si alguien ha disfrutado con el relato, que pueda terminar con un premio……disfrutando de ella, aunque sea virtualmente. Córrase si lo desea sufrido lector, humílleme usted también.

NOTA DEL AUTOR:

Este relato es totalmente ficticio. En ningún momento he querido menospreciar ningún trabajo como Limpiadores/as, prostitutas, cajeras/os, etc. Tampoco es mi intención el ofender a nadie con el, si alguien se sintiera ofendido, mis mas sinceras disculpas.