Obsesión por mi suegra 1ªparte

No puedo evitar sentirme cada vez más atraído por mi suegra, y mis perversiones me hacen llegar a conseguir la manera de poseerla.

OBSESIÓN POR MI SUEGRA

Hola, mi nombre es Daniel, tengo 30 años. Me considero un chico normal, deportista, aventurero, caliente... Estoy casado y con un niño de 4 años. Me gustaría relataros la historia que estoy viviendo con mi suegra, Maica se llama, una mujer de 53 años, rubia, elegante, independiente, abierta, muy agradable y la verdad que se conserva estupendamente.

Ella es una mujer divorciada, vive con mi cuñada, las dos solas, que por cierto de tal palo tal astilla. Es la hermana mayor de mi mujer, se separó hace poco y está viviendo con su madre mientras intenta rehacer su vida. Normalmente acudimos con frecuencia a casa de ellas, a comer o simplemente de visita. Dicen que el roce hace el cariño, pero lo que yo siento hacia ellas cada vez es más deseo, me siento realmente atraido por esas dos mujeres. De mi suegra me atrae lo liberal que es, y lo realmente guapa que es para su edad, suele ir a diario al gym, de ahí que conserve un cuerpo que me hace perder la cabeza, no es muy habitual ver mujeres de su edad con ese tipo. No he tenido oportunidad de verla en bikini, pero al ser delgadita se aprecian unas tetas riquísimas y bien puestas, y el culo que tiene es una pasada, bien redondito y respingón, mmm la de veces que me tocado pensando en su cuerpo...

Y mi cuñada es una treintañera normal, bastante guapa de cara, aunque sinceramente el cuerpo de su madre está mucho mejor que el suyo, ella no tiene apenas curvas. Pero lo que de verdad me atrae de ella es que es muy viciosa, tengo amigos que se han acostado con ella y dicen que es una fiera en la cama, así que imaginaros las cosas que me pueden venir inevitablemente a la cabeza cada vez que estoy con ella.

Como he comentado anteriormente mi obsesión hacia estas dos mujeres cada vez va en aumento, llevaba tiempo deseando llegar un poco más allá, no me conformaba con simples miradas y pensamientos, me propuse intentar conseguir verlas desnudas, sobretodo a Maica, que era quien más me atraía.

Al comienzo de este invierno un día Maica me comentó que le gustaría que le montase la calefacción, ya que yo me dedico a esto. Yo accedí encantado, nada más proponermelo empecé a replantearme el trabajo y a preparar todo el material.

Entonces, una noche de desvelo en la que mi cabeza andaba con pensmientos picantones, se me ocurrió comprar una camara espía, para aprovechar que tenía que estar trabajando durante un tiempo en su casa y así poder instalarla estratégicamente. Conseguirla fue facilísimo y más aún la instalación, la pedí por internet y en tres días ya la tenía.

Llegó el dia de empezar a montar la calefacción, iba temprano a casa de mi suegra y pasaba allí todo el día. Mi cuñada trabajaba toda la mañana y mi suegra después de desayunar se marchaba a la compra. Así que aproveché ese momento para instalar la cámara sobre el armario de su habitación.

Desde ese momento empecé a sentir un nerviosismo terrible por todo mi cuerpo, estaba deseando que llegase el momento para poder ver a mi suegra en su intimidad. Acabó el día y me fui a casa deseando volver al día siguiente para recoger la gravación. Esa noche apenas concilié el sueño pensando en ello.

Al día siguiente, volví a empezar el trabajo de bien temprano. Mi cuñada ya no estaba pero mi suegra me recibía en pijama todavía. Nos tomábamos un café juntos y yo empezaba el trabajo mientras ella se iba a la ducha a arreglarse. Mientras me encontraba en lo alto de la escalera soldando vi como salía de la ducha y se dirigía a su habitación con una toalla envuelta al cuerpo. No puedo describir la sensación que me entró en ese momento, me calenté de una manera terrible pensando que se iba a desnudar mientras la estaba grabando a escondidas.

Seguí trabajando con una gran excitación, y al cabo de un rato salió ya arreglada y vino a despedirse, se iba a la compra. Inmediatamente fui a su habitación, cogí la cámara y le cambié la targeta sd, que compré 2, para ir intercambiándolas. Ahora solo quedaba esperar a llegar por la noche a mi casa para poder ver la gravación en el ordenador.

Se me hizo el día larguísimo, pero porfín llegó el momento de descubrir a Maica desnuda. Por la noche, cuando mi mujer e hijo ya dormían me encerré con el portátil en el lavabo para contemplar mi premio, y menudo premio...

Lo que me encontré me dejo de piedra, primero salíó una gravación de la noche anterior desnudándose y poniéndose el pijama, aunque al no hacerlo de cara a cámara no pude ver gran cosa, un poco de culo y de teta, encima la imagen no era del todo perfecta, vamos que no era un primer plano pero no me importó mucho porque al poco llegó la gravación de la mañana al salir de la ducha. Esta vez si pude ver como se deshacía de la toalla y andaba por la habitación completamente desnuda, me encantaba lo que veía. Entonces para sorpresa de mis ojos Maica se tumbó en la cama y empezó a acariciarse, lentamente, con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás. Con una mano se magreaba suavemente las tetas, pellizcándose suavemente los pezones y con la otra iba recorriendo toda su entrepierna, llevándose los dedos a la boca para humedecerlos y seguir tocándose.

Me quedé completamente perplejo ante tal espectáculo, no podia parar de masturbarme, mi excitación crecía por segundos mientras veía a mi suegra con las piernas semiflexionadas y con las dos manos ya en su coño, una dedicándose a estimularse el clítoris mientras que con la otra iba introduciéndose los dedos a la vez que se iba retorciendo cada vez más intensamente. De repente se vió claramente el momento de su orgasmo, la expresión de su cara la delataba junto a la disminución del ritmo de sus caricias. Una vez concluida su masturbación, después de remolonearse unos instantes por la cama, se levantó, se arregló y salió de la habitación, fin de la grabación hasta el momento...

Volví a la cama a intentar conciliar el sueño, después de haberme masturbado dos veces, pero no podía sacarme esas imágenes de la cabeza. En ese momento me vino a la mente un detalle que no había llegado a pensar antes, la muy zorra se había masturbado conmigo en su casa, mientras yo trabajaba ajeno a todo. Sería una rutina suya diaria o era mi presencia lo que la excitaba? Daba igual un motivo o el otro, lo cierto era que para hacer eso tenía que ser una mujer muy caliente y fogosa, más razones para obsesionarme más por ella.

Después de lo acontecido no podía quedarme así, necesitaba llegar a más, no me conformaba viéndola desnuda quería poseerla, follármela salvajemente y darle placer extremo. Empecé a pensar en la manera de llegar a conseguir algo con ella y decidí que al día siguiente, cuando saliese de la ducha, me pondría a escuchar detras de la puerta a intentar oir sus gemidos y si los oía entrar y avalanzarme sobre ella, total ella ya estaba haciendo algo "prohibido", aunque no le agradase mi intrusión no tendría muchos argumentos para hacerme sentir mal.

Y así fue que llegó la mañana siguiente, después de desayunar se dirigió a la ducha como de costumbre, los nervios que sentía por todo el cuerpo eran increibles, ya no me parecía todo tan fácil como anoche, pero era mi oportunidad y no la iba a dejar escapar. Me puse a trabajar en la otra punta de la casa, para que cuando saliera de la ducha no me viera cerca de su habitación y evitar que se reprimiera. Al poco la escuché salir y encerrarse en su cuarto. Acto seguido me dirigí hacia su puerta, llevando conmigo la escalera y alguna otra herramienta para poder disimular en caso de ser descubierto.

Me acomodé sigilosamente junto a su puerta y empecé a intentar escuchar lo que se acontecía en su interior, con la oreja bien pegada y aguantando la respiración. La verdad que me costaba adivinar algo, pero al poco fui percibiendo leves gemidos, no había duda, estaba masturbándose de nuevo, pero mi cabeza no estaba convencida del todo, la covardía empezó a apoderarse de mi, así que decidí entrar lentamente, haciédome el despistado pensando que me encontraba solo en casa y que pasase lo que Dios quisiera.

Abrí cuidadosamente la puerta, con cuidado de no espantarla y entré silenciosamente pero con decisión, y ahí estaba ella, tumbada arrodillada, masturbándose con una mano por debajo y otra por detrás y con la cabeza hacia el lado contrario a la puerta, la mejor postura que me podía encontrar para no ser descubierto. No lo dude, me desabroché los pantalones y me avalancé sobre ella. Ella se percató de mi presencia,dándose la vuelta con cara de susto, pero cuando alcanzó a decir "que haces Dani?" yo ya me estaba acomodando entre sus piernas y le respondí "llevo dos días escuchando como te masturbas y no aguanto más" a la vez que le clavé toda mi polla de un solo golpe. Mi suegra no pudo contener un enorme gemido y la cara le cambió por completo. Cerró los ojos y no dijo nada más, yo tampoco, simplemente me dediqué a penetrarla con fuerza, no podía parar de embestirla salvajemente, hacía tiempo que no lo hacía con ese descontrol, la excitación que sentía excedía todos los límites y mi suegra no hacía más que gemir como una perra, sin mirarme, dejándose hacer, pero cada vez gritando más intensamente.

De pronto me abrazó con sus dos brazos, enganchándose con fuerza a mi y pegando su boca a mi oreja empezó a gemir de una manera descontrolada, a la vez que se retorcía toda, muestra del intenso orgasmo que estaba teniendo. Y en el mismo momento que me soltó y quedó rendida en la cama saqué mi polla de su coño y empecé a correrme encima suyo, llenándole todas las tetas de leche, hasta su cara fue salpicada con algunas gotas, pero ella no se inmutaba, seguía con los ojos cerrados, llena de semen, descansando de un intenso orgasmo. Me quité la camiseta y la utilicé para limpiarle mi esperma y me recosté junto a ella, quedándonos los dos completamente desnudos... continuará