Obsesión por María José

Otra vez estaba observando desde su ventana, como desde hacía siete años, le gustaba ver como entraba en el edificio de enfrente a las 9:30 de la mañana a trabajar ...

Otra vez estaba observando desde su ventana, como desde hacía siete años, le gustaba ver como entraba en el edificio de enfrente a las 9:30 de la mañana a trabajar, también cuando la veía salir a desayunar o a comer y a eso de las 7:00 de la tarde cuando salía del trabajo para su casa.

El era un hombre normal (no tenía ese cuerpo atlético, ni esa medida ni grosor de pene que leía tanto en la Web de todorelatos), medía 1,78 cm., pesaba 85 Kg., era moreno, ojos castaños, las canas rebelaban que había alcanzado los 40, no se veía guapo aunque siempre le decían que era muy atractivo, que tenía unos ojos, una sonrisa y unas manos preciosas.

Aunque parecía extrovertido, con las mujeres era muy tímido, aunque se había casado dos veces y tenía dos niños preciosos y una mujer a la que amaba con locura, eso es lo que atormentaba, si tenía una vida feliz ¿que hacía observando a esa mujer durante tanto tiempo?

Ella era muy atractiva, morena de ojos castaños, mediría 1,65 cm. y pesaría unos 55 Kg., sus anchas caderas delataban que había tenido dos hijos, de pecho tendría una 85, siempre vestía pantalón así que no podía ver sus piernas, aunque adivinaba que las tendría bonitas, en cuanto a la edad suponía que estaría en la treintena, solo sabía su nombre María José y que le volvía loco y le encantaría tener una aventura con ella.

Durante todo este tiempo solo había cruzado palabras de cortesía cuando se encontraban en la calle o cuando ella había subido a su oficina a pedir algo (cuando se quedaban sin ADSL subía a mandar los e-mail) o el había subido a la oficina de ella con la excusa de hacer una fotocopia u otra cosa, cuando había logrado estar cerca de ella era un manojo de nervios y casi siempre no sabía que decir.

Estaba decidido, hoy subiría a su oficina y le diría algo, tenía un miedo terrible a hacer el ridículo, pero no tenía nada que perder y ella se había convertido ya en una obsesión para él.

Esperó a verla bajar de su coche y abrir la puerta de su empresa, normalmente era la primera en llegar, cuando entró y la vio sentada en su mesa de trabajo desde su ventana, bajo desde su oficina, cruzó la calle, entro en la empresa de ella, subió las escaleras hasta la oficina y llamó a la puerta.

-Pase- dijo ella.

-Hola María José, ¿como estás?- dijo él.

-Hola Jorge, bien gracias, ¿que querías?- le preguntó ella.

A Jorge el corazón le iba a mil por hora, sentía un nudo en el estómago y le temblaban las manos y las piernas, pero ya no había marcha atrás, además no tenía ninguna excusa para estar allí, así que cuanto antes empezara antes se iría.

-Mira María José quería comentarte algo, te parecerá una locura, pero no puedo callármelo más tiempo, llevamos siete años conociéndonos de vista, sé que estas casada y tienes dos hijos, al igual que tu también sabes que yo estoy casado y con hijos, la razón por la que estoy aquí es que me atraes muchísimo, no dejo de pensar en ti, en lo bella que eres y lo que me gustaría poder disfrutar de ti. Como te dije antes todo esto te parecerá una locura y seguramente tu no sentirás los mismo, pero lo único que quería es que lo supieras, si te he molestado te ruego me perdones- comento él tratando de disimular sus nervios.

Cuando terminó de hablar, Jorge observó la cara de ella, se notaba que estaba sorprendida, así que se dio la vuelta y se marcho de allí.

Durante todo el día Jorge estuvo nervioso, su cabeza era un hervidero, casi no pudo trabajar, pensaba en lo que había hecho y se ponía más nervioso todavía, lo único que esperaba es que si ella no estaba interesada, al menos todo se quedara en esa conversación nada más, porque la sola idea de que su mujer se enterara de la tontería que acababa de hacer le horrorizaba.

Eran ya las siete de tarde, se había quedado solo en la empresa terminando unos informes cuando la vio salir, no se atrevió a levantarse de su mesa para ver si se dirigía al coche, como había hecho los últimos siete años, por temor a que ella le viera.

De repente oyó abrir la puerta de su nave y cerrarse, empezaron a oírse unos tacones subir por las escaleras, al llegar al rellano pudo verla a través del cristal, era ella y había subido a verle, el se levantó de la mesa y fue hacía la puerta, ella abrió la puerta y entró en la oficina.

Sin mediar palabra, ella le agarró por el cuello y acerco la cabeza de él a la suya, cuando sus bocas estaban a la misma altura comenzó a besarlo.

Sorprendido Jorge correspondió a su beso, sus lenguas empezaron a entrelazarse, empezó a acariciar los dientes de ella con su lengua, mientras la abrazaba y le acariciaba el cabello, no podía creerlo estaba besando a María José y la tenía en sus brazos, lentamente bajo una mano y empezó a acariciarle las tetas por encima de la blusa, dios que tacto tenían.

Ella empezó a bajar su mano hasta empezar a acariciar su polla por encima del pantalón, la tenia durísima ya, por el efecto de estar besándola y estar acariciando sus tetas, comenzó a desabrocharle la blusa mientras seguía besándola metió las manos por su espalda y desabrochó el sujetador para liberar sus pechos, comenzó a acariciarlos con las dos manos, empezó a jugar con sus pezones que los tenía durísimos, a pellizcarlos suavemente y a retorcerlos como si fueran la manecilla de un reloj, ella gemía, le gustaba y al mismo tiempo le excitaba muchísimo, comenzó a desabrochar el pantalón de él y metió su mano para liberar su polla, primero empezó a acariciarle los huevos, para después agarrársela bien y empezar a masturbarle.

Mientras ella le masturbaba, él dejo de besarla para bajar su boca a sus tetas y empezar a chupárselas, metía una en su boca, la absorbía hasta llenarse toda la boca de teta, para después quedarse solo con el pezón dentro y lo lamía con su lengua y lo mordisqueaba, iba cambiando de pecho, ella empezaba a segregar líquidos de su coño de tanta excitación que le estaba provocando.

El empezó a desnudarla, le quito la blusa y el sujetador ya desabrochado, pudo contemplar su torso desnudo, dios era bellísima, desabrochó su pantalón y se lo bajó, llevaba unas braguitas negras preciosas, también se las quitó y pudo observar con todo su esplendor el objeto de su deseo, tenia el sexo depilado, a él le fascinaban los coños depilados, empezó a acariciarlo con sus dedos y noto como lo tenía totalmente mojado, se dio cuenta que María José estaba muy excitada.

Se desnudó y le susurró al oído de ella mientras la abrazaba ¿quieres hacer un 69?

-Si, me gustaría muchísimo- le contestó ella.

El se tumbó en el suelo y ella se puso encima de él, María José empezó a meterse la punta de la polla de Jorge en su boca y empezó a jugar con su lengua, él estaba en el paraíso sentía un placer inmenso con lo que le estaba haciendo ella, mientras ante sus ojos tenia la vista más maravillosa del mundo, el coño y el culo de María José totalmente abiertos ante sus ojos y solo para él.

Abrió bien los labios vaginales de ella con una mano y empezó a pasar su lengua desde el clítoris de María José hasta la entrada de su ano, por como curvaba ella su espalda noto que le encantaba, ella no podía decir nada ya que estaba con la polla de él en la boca, se la metía toda y se la sacaba mientras le acariciaba los huevos.

Jorge comenzó a absorber el clítoris de ella, lo lamía, lo mordisqueaba, mientras hundía dos dedos por el coño y se lo follaba con ellos, luego saco los dedos y empezó a meter su lengua por la vagina mientras masajeaba en circulo con los dedos la entrada del culo de María José para relajarlo y poder meter los dedos.

Volvió a meter los dedos en el coño para humedecérselos bien y comenzó a metérselos por el culo mientras le comía bien el coño, tenía pensado que ya que era suya por un momento, disfrutaría de sus tres agujeros maravillosos.

María José estaba en la gloria, la cantidad de flujos que emanaban por su coño al sentir la lengua de Jorge, le hacían notar que se iba a correr, además le encantaba sentir como la follaba el culo con los dedos mientras ella se estaba follando la boca con la polla de él y mientras se la metía toda en su boca notó como se corría en la boca de Jorge, dios que orgasmo estaba pasando y sin poder gemir al tener la boca llena con el caramelo que tenía.

Jorge se bebió aquel delicioso néctar que salía del coño de ella, lo limpio con esmero pasando toda su lengua por su raja y la dijo quiero hacerte el amor María José.

La tumbó sobre la mesa, puso sus piernas encima de sus hombros, apunto su polla a la entrada de su maravillosa gruta y la clavó hasta el fondo de su coño, que caliente estaba, empezó a bombear con fuerza mientras la agarraba bien las tetas, ella gemía y gritaba de placer, él se estaba volviendo loco del placer que le proporcionaba follarse a María José, mientras metía y sacaba su polla de el coño de ella, la masturbaba el clítoris y le ponía echo un animal ver bailar sus tetas al son de sus embestidas, María José comenzó a correrse entre gemidos, él notaba como su polla era inundada por los flujos de ella y como su coño la aprisionaba, que placer pero no quería correrse todavía.

-Quiero follarte el culo, amor mío- dijo Jorge.

-Si, quiero que te corras en el, Jorge-le suplico ella.

María José se bajo de la mesa, se colocó de pie abrió bien sus piernas y apoyó su cuerpo en la mesa, Jorge se puso detrás de ella, colocó su polla a la entrada de su ano y empezó a empujar hasta lograr meter la cabeza, que cerrado lo tenía como lo aprisionaba, estaba en una nube no se lo podía creer estaba sodomizándola, se mantuvo así un rato hasta que su esfínter se fue acostumbrando al grosor de su polla, luego empezó a hundírsela poco a poco, no quería que le doliera, ella no daba signos de dolor así que se la clavo hasta los huevos, ella empezó a moverse en círculos lo que él interpreto como que quería que empezara a follarle el culo.

Jorge empezó a follarle el culo cada vez con más fuerza, le agarraba bien las nalgas y se las separaba bien, le encantaba ver como su polla salía y entraba del culo de ella.

-Azótame el culo mientras me lo rompes bien, dame bien fuerte por el culo cariño- le dijo ella mientras gritaba de placer.

Jorge se puso como un animal al oír eso, empezó a follarla por el culo con todas sus fuerzas, mientras con una mano la azotaba el culo y con la otra le agarraba el pelo y tiraba de el hacia atrás.

-Así, Jorge, así, fóllame salvajemente, quiero que me llenes de leche mis entrañas- le decía ella mientras notaba que iba a tener un orgasmo bestial.

Jorge no pudo más y comenzó a correrse dentro del culo de María José, que cantidad de leche estaba echando, mientras gemía de placer y veía como ella gritaba y pasaba su tercer orgasmo.

Se agachó y se apoyo en la espalda de ella con la polla aún en su culo, no se lo podía creer, había disfrutado de María José y que polvo habían echado, cuando oyó una voz a lo lejos que le llamaba.

De repente abrió los ojos y se dio cuenta que estaba en su cama, su mujer le estaba llamando.

-Jorge está sonando el despertador te tienes que ir a trabajar- le comentó.

A duras penas apagó el despertador, se levantó de su cama y se fue hacia el cuarto de baño, se miró en el espejo y se dijo de hoy no pasa sin que le diga algo.

Gracias por haberme leído.

Si queréis comentarme algo, podéis hacerlo a ceferro@msn.com

Ceferro

3/04/2006