Obediencia Total I
Una noche que acaba de forma inesperada
Era la fiesta de la empresa, esos momentos en los que la gente se deshinibía bastante y la tensión y el estress de la actividad diaria se olvidaba por unos momentos, se hablaba de otras cosas, el alcohol hacía de las suyas y los vestidos de fiesta de las mujeres de la empresa, muy distintos del atuendo habitual, hacía que alguna de las conversaciones atrevidas al final de la noche acabaran en algo más...
Esa noche yo estaba un poco melancólico, la verdad es que las fiestas navideñas no eran mi época preferida del año y la fiesta no consiguió subirme demasiado la moral, en un momento dado decidí despedirme a la francesa y me fuí antes de que algún compañero pudiera insistir para que me quedara.
Cuando salía del edificio la ví, se había puesto a llover y estaba como indecisa pensando en como irse a casa, se llamaba Mari Angeles, no hacía mucho que trabajaba con nosotros y yo la verdad es que había hablado poco con ella, aunque parecía amable, la verdad es que no destacaba mucho físicamente, aunque ese día me llamaron mucho la atención sus piernas, llevaba un tacón altísimo de aguja, y el borde de la falda no se veía, siendo su gabardina, que la llegaba a medio muslo, mas larga, tenía unas piernas muy bonitas, y las medias oscuras no hacía sino remarcarlo.
_ Hola, vaya nochecita se ha puesto...
_ Hola, si, llevo 20 minutos esperando un taxi y creo que, o se ha perdido, o directamente ha pasado de mi.
_ Si quieres puedo llevarte.
Ella me miró, y me dí cuenta de que tenía unos ojos verdes preciosos, en que estaría yo pensando para no haberme dado cuenta antes?
_ ¿De verdad? ¿No te importa?
_ Claro que no, espera, voy a por el coche.
Corrí hasta mi coche bajo la lluvia y lo llevé hasta dejarlo lo más cerca posible, ella entro deprisa para no mojarse y al entrar la gabardía se le subió hasta el borde de las medias, pude vislumbrar la tira de un liguero y la verdad es que me puse cardiaco, me encanta la lencería y aquella breve visión me provocó una erección inmediata.
Hablamos poco durante el trayecto, yo miraba disimuladamente sus piernas y a la vez intentaba conducir bajo el diluvio, cuando al fin llegamos a su casa ella me dijo.
_ ¿Porque no aparcas y subes un rato?
_ Buff, estoy un poco cansado..._Ella me gustaba, y mucho, pero nunca me habían gustado los rollos con compañeras de oficina, era mejor no complicarse la vida.
Mirandome fijamente a los ojos llevo su mano hasta mi polla que seguía erecta y agarrandola con firmeza me dijo:
_ ¿Quiero que subas y tú quieres subir, que problema hay?
Se quedó mirandome a los ojos, con mi polla dura en su mano, acariciandola.
_ Esta bien..._logré balbucear, me había desarmado por completo con su seguridad y su falta de vergüenza, sabía lo que quería y no tenía ningun problema en poner toda la carne en el asador para conseguirlo.
_ Buen chico..
Aparqué el coche y salí con un paraguas para acompañarla al portal, subimos a su casa, era un bonito apartamento de dos habitaciones, decorado con mucho gusto.
La ayudé a quitarse la gabardina, debajo llevaba un minivestido negro, cortísimo, tirante fino, se veía claramente que no llevaba sujetador, ni lo necesitaba, tenía los pechos no muy grandes pero muy erguidos, los pezones se marcaban claramente en la tela.
_ ¿Que quieres de beber?
_ Nada, gracias, tengo que conducir..
_ No te he preguntado si quieres o no beber, sólo que tipo de bebida te preparo, pero da igual, te pondré una igual que la mía...
Mientras preparaba las bebidas yo la miraba, como podía haber cambiado tanto?, la ropa? el maquillaje? no sabía lo que era, pero me daba cuenta de que a pesar que que yo debía de ser unos quince años mayor que ella, aquella ventiañera tenía totalmente dominada la situación.
Volvió con dos bebidas y nos sentamos en el sillón, brindamos y bebimos, la verdad es que estaba muy bueno y entraba muy bien. Ella había cruzado las piernas y ahora se volvía a ver claramente el borde de la media y el liguero, también sus pies enfundados en aquellos zapatos de tacon tan alto....
_ ¿Te gustan mis pies o mis zapatos?
_ Los dos, la verdad_No se si era la bebida o la situación, pero estaba cada vez más excitado
Ella se acomodó poniendo los dos pies en mi regazo...
_ Quitame los zapatos y masajealos.
Tenía un poder extraño sobre mí, no pude hacer más que cumplir sus ordenes y esforzarme al máximo en masajear sus preciosos pies por encima de la media oscura, ella cerró los ojos y se concentró en disfrutarlo
Con sus ojos cerrados pude contenplar ahora sus piernas, el vestido apenas la tapaba el coño, y la visión de las medias me estaba volviendo loco, en un momento dado movió el pie libre hasta mi polla y comprobó que seguía durísima.
_ Desnudate_Su voz era segura, sin titubeos.
_ ¿Co..como?_me había pillado desprevenido..
_ Quiero verte desnudo, ahora.
Me levanté y fui quitandome una a una las prendas hasta quedarme desnudo en medio del salón, con mi polla apuntando al cielo, me hizo una seña para que me acercara, y sin dejar su postura tumbada en el sofá comenzó a acariciarme la polla y los huevos mientras me miraba, así estuvo unos minutos...
_ Arrodillate.
Esta vez no lo dude, obedecí como un autómata, ella se subió el vestido y pude ver un minusculo y transparente tanga, se sentó en el sofá y cogió mi cabeza y la llevó hasta su coño.
Comenzé a lamerlo por encima de la tela, su olor y sabor era increíble, intenté apartarla el tanga para lamerlo directamente, pero un fuerte manotazo suyo me hizo saber cómo quería que continuara.
_ Cuando quiera que lo hagas de otra forma, te lo hare saber, ¿entendido?
No dije nada y seguí lamiendo lo mejor que sabía, a estas alturas ya había perdido totalmente el control y lo único que deseaba era complacer a aquella mujer increible.
_ Levántate, sígueme...
Fui detras de ella hasta su habitación, se quitó el vestido y el tanga sin dejar de mirarme a los ojos.
_ Tumbate, voy a atarte y vendarte los ojos, me apetece usarte a mi antojo, ¿algún problema?
_ No.._conseguí balbucear
_ Claro que no, vas a hacer todo lo que me apetezca que hagas, te quiero muy obediente y así vas a ser...
Me puso un antifaz y ato mis manos fuertemente al cabecero de la cama con unos pañuelos de seda, comenzó a besar y lamer mis pezones mientras me pajeaba lentamente, de repente me mordía o me clavaba las uñas en el escroto y yo tenía que apretar los dientes para no gritar.
Note su lengua lamiendo mi polla y mis huevos y despues bajando hasta mi culo, lo ensalibó bien y despues noté como algo duro pero suave intentaba abrirse paso, me puse tenso, pero ella susurró en mi oido..
_ ¿Procura relajarte o te dolerá más, no querrás defraudarme verdad?
Conteste con un gemido, me sentía totalmente en su poder, totalmente suyo, ella lo sabía desde el primer momento, me llevaba ventaja en eso, como en todo. Comenzó a follarme el culo despacio con el consolador y cuando encendió la vibración, comenzé a gemir descontrolado.
_ Sabía que te iba a gustar, al poderoso jefe de personal le gusta que le rompan el culo con un vibrador, que dirían tus compañeros si te vieran ahora....espero que sepas contenerte y no te corras, eso me disgustaría muchísimo.
_ No..., no puedo más..., me voy a correr..._estaba totalmente enloquecido, aquello me había superado hacía rato, las vibraciones en mi prostata eran demoledoras.
De repente paro en seco...
_ Tranquilo perrito, no te he traido aqui para que te corras en cinco minutos, te he traido para divertirme contigo, pero si tu no estas disfrutando te puedes ir...Quieres irte perro?
_ No..._susurre
_ No te oigo.
_ No quiero irme_dije en voz alta
_ Ya me parecía...a partir de ahora quiero que me tengas más respeto, me tratarás de ud. y me llamaras Ama o Señora, entendido
_ Si...
La bofetada me cruzó la cara...
_ ¿Como has dicho perro? _Ahora parecía realmente enfadada.
_ Si mi Ama.
_ Eso esta mucho mejor, buen perro_me susurró mientras me acariciaba el escroto.
Comenzó a jugar conmigo, ponía al alcance de mi boca un pezón, dejaba que lo lamiera unos segundos, lo alejaba un poco para que forzara el cuello todo lo que pudiera en mi afán por seguir dandole placer con mi lengua, así estuvo un rato, la oía reír, estaba disfrutando viéndome así, humillado, luchando por lamerla. De repente noté como se sentaba en mi cara, me volví loco lamiendo su culo, su perineo, su coño, mi único afán era hacer que se corriese con mi lengua, pero ella tenía otros planes. Noté como se movía de nuevo, y antes de que me diese tiempo a protestar noté como se ensartaba mi polla y comenzaba un movimiento con su cadera, lento, pero muy efectivo me llevaba al límite de mi aguante.
_ No voy a aguantar mi Señora _logré decir con mis dientes apretados por el esfuerzo.
_ Un poco más perrito, por mi, por tu Ama, no me decepciones.
_ Por, ...por favor
Aquello era superior a todo lo que había conocido, no podía más, pero no quería defraudar a mi aquella mujer que me había sometido con aquella facilidad, en aquellos momentos lo único que tenía en la cabeza era obedecer y complacer a mi Ama.
Cuando sus gemidos y convulsiones me anunciaron su orgasmo, un orgullo me inundó por completo, hubiera dado lo que fuese por correrme con ella, pero no tenía su permiso y así debía ser.
Se tumbó a mi lado y comenzó a hablarme mientras me pellizcaba los pezones.
_ ¿No pensabas que la noche fuera a acabar así, verdad?
_ No mi Ama, para nada.
_ ¿Es la primera vez que te ves así, sometido?
_ Si, mi Ama
_ ¿Habías fantaseado con ello alguna vez?
_ Si mi Ama, pero nunca encontré a nadie a quien valiera la pena servir, alguien que desde el primer momento supiera que soy suyo, ud. es la primera.
_ Quiero que a partir de ahora seas mío, pero quiero que te lo pienses bien, seré muy exigente contigo y cada vez tu sumisión aumentará más y más, piensátelo y si deseas continuar vuelve mañana, te invito a comer y continuaremos tu adiestramiento, si no estás aquí a las dos de la tarde, asumiré que no deseas continuar con esto y los dos actuaremos como si nada hubiera ocurrido, ahora vístete y vete, y ni se te ocurra tocarte ni correrte.
Continuara...