Obediencia - por Némesis30
Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.
Te imagino como siempre te imagino, preciosa, morena, vergonzosa, tan liviana, tus sandalias esas, las de siempre, las de tiras, cortita falda, gris y raya, y la blusa, la que muestra el ombliguito, la que perdió las mangas.
Permaneces en pié, junto a mi, tan callada, excitada, yo sentado, él enfrente, elegante, impertinente en la mirada, otro ajeno, pasajero pasajero, pelo cano, barba rala, buena percha, buena gana.
Hay silencio, es expectante, solo bebe, yo le sigo, sin hablarnos, no habla nadie, tu respiras, yo te siento, tu te excitas, yo te huelo, hago un gesto, él asiente, sonriente, algo malvado.
Te reclama, tu me imploras pero nada, eso te gusta, me obedeces y te acercas, enloqueces, tiemblan piernas, sonrojada, respiras agitada, reclamas mi mirada, flanqueas su posición sentada.
Él mira arriba, tu hacia el suelo colorada, deja su copa, alzo la mía, alza su mano, la mía se baja, la suya bajo tu falda, la mía sobre mi espada, gimes desesperada, ¡como te gusta, cuanto te agrada!, tan desnuda bajo la falda, tan afeitada, tan depilada, tan mojada.
Él acaricia, tu te desarmas, entornas los ojos, las piernas separas, el no se inmuta, la percha clavada, yo me acaricio y te miro, de vicio llorabas, de pena me excito, a penas respiras, tan solo excitada, tan solo mojada.
De improviso se alza, su cuerpo levanta y deposita la copa, la mirada te iguala, pero tu ya lo sabes, la hora llegada, lloriqueas ahora, lloriqueas mojada, de la mano te coge sin forzar te reclama, con la otra se suelta la correa malvada, y sin más te secuestra, a la hora llegada
En ausencia me quedo, la copa dejada, cercana te oigo, ahora azotada, como siempre mi amada, cuando vuelvas un beso, con la falda agitada, el culito caliente, la vulva mojada.