Nuria y el novio cabrón de su hija

Una madre y esposa que se prostituye en secreto para salvar la economía familiar es descubierta por el novio cabrón de su hija. RELATO DE COLABORACIÓN. Fruto del otro relato que hice para Nuria y de las fantasías que compartimos está se me quedo en el tintero y en un calentón lo acabe escribiendo.

*Introducción

La economía familiar era un desastre. El comercio de su marido no daba para sacar adelante a la familia. El matrimonio y una hija de dieciséis años. Chapado a la antigua le costó mucho aceptar que su mujer trabajara en vez de quedarse en casa cómo debía de ser. Al final claudicó y Nuria terminó trabajando en una distribuidora que la obligaba a llevar un horario nocturno hasta los fines de semana.

Lo que su marido no sabía era que el trabajo era falso. Nuria trabajaba de puta. Con todas las palabras. En un piso. El dueño del piso también tenía la empresa distribuidora y hacia el chanchullo de blanquear los ingresos de las chicas con una nómina de un trabajo que jamás desempeñaban.

Las primeras veces fue un infierno para Nuria. Después de haber estado solo con dos hombres en su vida. Lloro, vomito, tuvo ataques de ansiedad… pero después de dos años ya lo tenía totalmente asumido. Poder llegar a final de meses sin problemas y sacar a su familia era todo el premio que necesitaba para poder sobreponerse a la adversidad.

Y aunque siempre usa condón, por si acaso, Nuria se hizo una ligadura de trompas. Por suerte la cicatriz que queda es prácticamente imperceptible. Su marido no sabe que se la ha hecho pero cómo no podría explicárselo, se sigue follando a su mujer con condón las pocas veces que lo hace.

Nuria mide poco más de metro sesenta. Unos bonitos pechos talla 90 o 95 de copa C llaman la atención. Pero lo que más destaca de ella es unos ojazos verdes grandes cómo esmeraldas. Le gusta arreglarse el pelo con unos suaves tirabuzones en su melena que sobrepasa con creces sus hombros. Su coñito rasurado también era una delicia.

*El principio del desastre

“Al paseillo” La madame del piso las mandó salir a las cuatro a que el cliente les diera un vistazo. Cómo ganado las cuatro salían, en lencería sugerente, para que el cliente decidiera con que res quedarse. Nuria se quedó sin respiración cuando vio que el cliente era Raúl, el novio de su hija. La cara de sorpresa en él también era aparente.

Nuria se forzó aparentar normalidad. Todas pasaron, saludaron, dijeron su nombre y se despidieron. Nuria no fue excepción deseosa de salir de ese cuarto.

Joder. ¿Y ahora qué? Como lo arreglaba. El novio de su hija era bastante mayor que ella. Diecinueve años tenía. A Nuria le daba mala espina. Era un chulito desconsiderado. Que estuviera con su hija, tres años menor, lo retrataba también. A esas edades tres años es un mundo.

“Tenemos un indeciso. Al pasillo otra vez” Y la madame les ordenó salir otra vez. Nuria no tuvo las ideas claras en ese momento. No quería dar explicaciones a la madame con la que no se llevaba muy bien. Así que participio en el segundo paseíllo. Esta vez pudo ver la sonrisa de ese cabrón de oreja a oreja cuando la vio aparecer con ese body que realzaba sus pechos empujándolos hacia arriba. Mismo ritual y todas desaparecieron.

La madame volvió. “Se ha decidido. Nuria. Te quiere a ti. Y quiere un anal”

“¿Qué?” dijo sorprendida. “Si. Venga. Que está esperando”

¿En serio?” se preguntó Nuria. Su corazón iba a mil. Intento verle el lado positivo. A ver si podía razonar con él ya en privado, en la habitación. Se preparó el kit para dar el servicio y fue a la habitación donde la esperaba.

“Hola suegra. Cómo tú por aquí” la recibió burlón el novio de su hija.

“¿En serio? Esto está fuera de lugar. Eres el novio de mi hija y…”

“Y por eso estoy aquí” le corto. “Tu hija no me deja darle por el culo. Así que venía a desahogarme. Y cuando te he visto me he dicho ‘que cabrón que es el karma’.  Cómo has criado a una estrecha has acabado en esta situación”

“A ver...No sé qué te estás pensando. Pero no va a ocurrir. ¿Vale? Solo he venido a hablar con…”

Nuria se calló en seco cuando Raúl le sacó el móvil con una foto. Era del segundo paseíllo. De alguna forma el cabrón había conseguido hacerle una foto a las cuatro. Por eso había pedido el segundo paseíllo.

“Ya la tengo a buen recaudo, en la nube, con varias copias… esto es oro puro. ¿Decías?”

Nuria sopesaba las opciones. Había un gorila en el piso. Para proteger a las chicas. Pero no garantiza que recupera todas las copias. Y siempre estaba el riesgo de que las cosas se fueran de madre y llegara la policía.

“Vale. Está vez. Y luego borras la foto” La cara de superioridad del cabrón era una bofetada para Nuria. “Claro suegra. Toma los 100€” Nuria no era tonta. Sabía que no tenía garantías. Pero necesitaba ganar tiempo. El novio de su hija empezó a desnudarse. “¿A qué esperas, suegra? A ver esas tetitas. Que las comparé con tu hija.”“Deja a mi hija fuera de esto” le espetó Nuria. Y procedió a quitarse el body y los zapatos, quedándose totalmente desnuda. Ya no se avergonzaba de su desnudez pero desde luego que era incómodo hacerlo delante del novio de su hija. Él se sentó en la cama. “Bueno… ¿Me vas a poner a tono o qué?”

Nuria, cómo con tantos otros clientes, se puso de rodillas ante él, bajó la cabeza y empezó a hacerle una mamada. Raúl empezó a marcarle el ritmo con la mano sobre su cabeza. Odiaba eso. Muchos clientes lo hacían y tenía que aguantarse. Sentir que le iban empujando la cabeza hacia esa polla, sin poder controlar bien la profundidad a la que se la metía. Pero no quería problemas. Se aguantó y dejó que le marcara los tiempos. “Buff… Se nota que has chupado ya muchas pollas. La práctica hace la perfección dicen. Ya me has puesto a tono. Venga.- A cuatro patas, suegra”

“Primero el condón” Y Nuria procedió a poner el chubasquero. Cómo no, a cuatro patas, el perrito. Nuria se puso lubricante en el ano y se preparó. Sintió ese glande apoyarse en la entrada y empujar sin freno hasta que le entro hasta el mango. No se molestó en ser ni mínimamente delicado. Por suerte se había lubricado bien o seguro que eso hubiera dolido pero bien. “Joder que culito tiene, suegra. Está hecho para tragar pollas. ¿Eh?” y empezó a follársela a gusto. No se frenaba lo más mínimo. La práctica y el lubricante hacían que fuera soportable. No era ya cómo las primeras veces. Nuria odiaba el sexo anal pero los clientes pagaban más. Así que… aprendió. “Que ironía” continuaba Raúl mientras la sodomizaba. “Ufff… que gusto. ¿Sabes? Esto te ocurre por ser una buena madre. Hummm… sí… Cómo tu hija es una estrecha y no me deja darle por el culo yo he acabado aquí. Si hubieras criado a una putita yo ahora estaría dándole por el culo a tu hija en vez de a ti”

Nuria no quería problemas. Dejó al cabrón explayarse a gusto. Tanto con lo que decía cómo con el ritmo de la sodomía. Sentía sus manos del novio de su hija recorrer su cuerpo. Jugar con sus pechos. Hasta se atrevió a tirarle del pelo ante su permisividad. “Joder. Sí, que gusto. Me corro. Me corrooooo suegra!!!!”

Al fin. Pensó Nuria. Se acaba esta tortura. Sintió como esa polla salía de su culo, flácida y satisfecha. “Bueno… ya est…” Nuria cortó la frase. La polla de Raúl no tenía condón. Lo encontró en el suelo. Sin usar. Se lo había quitado antes de darle por el culo.

“Que hay confianza, suegra. No pasa nada. Si soy cómo de la familia” Nuria se sacudió la cabeza. No quería problemas. Solo quería que se fuera. “Vale. Vale. Bórrala”

“Claro.” y Nuria Comprobó aliviada que realmente borraba la foto. “Y todas las copias” le recordó.

“No, no… solo dije que borraría está. De las otras copias no dije nada”

Nuria ya se temía que algo así podía ocurrir. “Adiós suegra” Raúl se acercó a darle un beso en los morros y Nuria, enfadada, le apartó la cara. Pero el novio de su hija la forzó cogiéndola por la nuca a volver a ponerla y al final Nuria tuvo que dejar que le diera ese morreo. “Ya nos veremos cuando pase a recoger a tu hija”

Nuria se quedó en la habitación. Pensando. ¿Qué hacer? Recordaba los tiempos en los que llegar a final de mes eran un suplicio. El negocio de su marido había ido incluso a peor desde que empezó a trabajar. Subsistían por su trabajo. Y ni siquiera podía irse a otro piso. Necesitaba trabajar aquí para tener una nómina verdadera que justificara el dinero que llevaba a casa o tendría que dar unas explicaciones que no quería.

Nuria empezó a tener ansiedad. ¿Que pensaba hacer el cabrón del novio de su hija?

*Repitiendo

Raúl pasó a recoger a su hija pocos días después. Mientras su hija aún estaba en su dormitorio su novio tuvo una charla con ella. “He estado mirando la foto” le dijo mostrándole otra vez a foto del paseíllo en el móvil “¿Se te ve muy puta en ella. Verdad?”“Esconde eso. ¿Puedes dejarlo ya? Eres el novio de mi hija. Esto tiene que acabar aqu픓Si. Es cierto. Soy el novio de tu hija. Soy de la familia. Estuvo muy feo que me cobraras. Pero creo que ya te habrás dado cuenta de tu error. Anda y devuélveme los 100 napos”

“¿En serio? Ni siquiera los cobró todo yo. Parte es para el piso”

“En serio” apostilló mientras se meneaba la foto delante de las narices.

Nuria tuvo que devolverle los 100€. Íntegros. Al final incluso había tenido que pagar para que ese cabrón le diera por el culo. En cuanto apareció su hija se fueron y Nuria se quedó aliviada… aunque algo preocupada que su hija estuviera con ese cabrón.

Esa misma noche, en el trabajo, llegó un cliente. La madame vino a verlas. “Nuria. Parece que tienes un cliente fijo. El joven del otro día ha vuelto. Y le debió de gustar tu anal porque lo ha pedido otra vez. Ni paseillo quiere”

Nuria se temía que algo así pudiera pasar. “Hola suegra” le dijo Raúl al recibirla con el mismo billete de 100 que le había dado hace unas horas. Adivina quien no me ha dejado darle por el culo hoy”

Por ver el lado positivo Nuria se alegraba que su hija no tuviera que aguantar eso. Al menos sentir que se sacrificaba por el bien de su hija le dio un atisbo de confort. Otra vez se tuvo que desnudar ante el cabrón. Fue a darle el condón pero cuando vio que el novio de su hija casi se estaba riendo en su cara ni se molestó. Se puso a la faena, se la chupo, le puso a tono, se lubricó el ano y dejó que el cabrón se la follara a gusto por el culo. “Joder, si. Toma puta. Que gustazo” Con cualquier otro cliente Nuria lo habría cortado de raíz pero no quería problemas. Aún intentaba encontrar una salida a su situación y no quería enfadar a ese cabrón. Al final termino sintiendo cómo se corría otra vez en sus entrañas, sin condón. “Joder. Un placer suegra. Que culo tienes. Seguro que ganas mucha pasta dejándote perforar” y le dio un fuerte azote en el trasero a modo de despedida.

*Dejando las cosas claras.

Unos días después otra vez le vino con el mismo cuento de que había estado muy feo cobrarle. Que era de la familia.

“Esto no va a acabar nunca. ¿Verdad?” le espetó Nuria. “Ya lo creo que no. Con ese culito que tienes.” Nuria le devolvió los 100€ y otra vez acabo pagando por dejarse encular por ese cabrón.

“A ver… no puedo dejar que esto me cueste dinero. No vamos tan sobrados.” Nuria no se podía creer lo que iba a decir. “Toma mi número de teléfono. Cuando quieras llámame y lo arreglamos, pero fuera del piso”

“Teleculito. Me gusta” se rio el cabrón. “Vale. Pero devuélveme los cien napos”

No pasó mucho tiempo. Dos días después recibió la llamada de Raúl. “¿A qué hora entras hoy a trabajar de puta, suegra? Vale. Pues te paso a buscar una hora antes con el coche. Vamos al parque y te doy por ese culito que tienes. Y así te ahorras la pasta. ¿Ves cómo soy muy considerado?”

Nuria salió de casa antes. Dijo que tenía que tenía que adelantar trabajo en la distribuidora. A unas calles le esperaba Raúl. Cerca de la ciudad había una gran arboleda donde las parejas podían perderse con sus coches y dar rienda suelta a su libido. “Que bien nos lo vamos a pasar, suegra.” le decía palpando la pierna. Nuria hizo todo el camino en silencio, con cara de pocos amigos.

Se metieron por una parte nada transitada de la arboleda. En cuando llegaron Nuria intento abrir su bolso para prepararse.

No llego a hacerlo. Dos de las puertas del coche se abrieron. Por cada lado y con la colaboración del novio de su hija se vio forzada a darse la vuelta en el asiento del conductor que enseguida lo habían tumbado dejando a Nuria boca abajo. Se sintió férreamente sujetas por las muñecas mientras notaba cómo le novio de su hija, precipitadamente, le bajaba las bragas y le subía la falda. “Eso es”“Sujétala”“La tengo” escucho decir. A Nuria le costaba focalizar lo que ocurría. Era todo rápido, frenético.

Noto la polla de Raúl apuntar y entrar sin delicadeza en su ano. Por mucho entrenamiento anal, sin lubricante, fue algo doloroso.  No como si fuera virgen de culo pero no era algo que quisiera soportar. En estos dos años de puta ya había pasado por dos o tres malas experiencias. Y había aprendido que ante algo así solo podía relajarse y esperar.

Raúl siguió follándola a gusto por el culo. Ahora más calmada Nuria identificó que eran dos amigos del grupo de su hija la que la inmovilizaban por las muñecas. Amigos de Raúl más bien. Cuando vieron que las manos de Nuria ya no estaban tensas, sin dejar de sujetar empezaron a quitarle la blusa y el sujetador. Nuria no opuso la más mínima resistencia. Todo mientras la seguía bombeando a saco mientras las risitas de sus amigos le coreaban. “Joder. Si. Eso es. Fóllatela. Que morbo”

Nuria se sujetó a los bordes del asiento, sintiendo sus pechos apretados contra el respaldo del asiento, cerró los ojos y esperó a que acabara la tormenta. “Ufffff. Si. Joder. Me corro!” escuchó decir al novio de su hija satisfecho con su violación.

Nuria no era ingenua. Tres pollas y una corrida. Las cuentas no salían.

Le dieron la vuelta sin ninguna oposición. Uno de los amigos se puso entre sus piernas. “Joder. Que tetas que tiene” remarcó mientras empezaba a jugar con ellas. En seguida esa polla término enterrada en su chochito, bombeando con sus caderas, disfrutando de esa vagina de libre acceso. Ni la sujetaban. Nuria se quedó allí, tumbada, dejándose violar hasta que otra corrida marcaba las paredes de su vagina.

El tercero fue un calco del segundo. Nuria solo se dejaba mientras el joven usaba su vagina para correrse. Y en poco más de media hora Nuria recibió tres corridas en su interior.

Los dos jóvenes se pusieron en la parte de atrás y dejaron en paz a Nuria. Esta se tapó el pubis con la falda pero ni se molestó en taparse los pechos. Solo cruzo los brazos sobre su vientre, enfadada, sin decir palabra, mirando al techo o al infinito. Esperando. No podía hacer nada más. Raúl seguía en el asiento del conductor.

“Me encanta” dijo. “Desde el principio no he tenido ni que hacer ni el paripé de amenazarte más que lo mínimo. Sabías perfectamente que te tengo agarrada por el coño. Que harás lo que yo quiera porque la alternativa… que tu marido sepa que eres una puta, todo el barrio… Tu marido dándote a elegir. Si no dejas de ser puta te pedirá el divorcio. Eres puta para mantener tu familia. Sin familia no tiene sentido ser puta. Pero si no eres puta no puede mantener tu familia… que divertido dilema… Así que te he traído aquí, te hemos violado y tú…” empezó a juguetear con sus pezones “...no vas a hacer absolutamente nada, ¿Verdad suegra?”

Nuria seguía sin contestar, mirando al techo. “Solo vas a obedecer porque quieres mucho al cornudo de tu marido y a tu hija. Y harás lo que sea por ellos aunque eso sea ser nuestra puta gratis siempre que queramos. Si. De los tres.” Ahora si Nuria le lanzó una furibunda mirada de reojo. “Y harás todo lo que te pida. ¿Verdad?”

“Levántate la falda y ábrete de piernas, suegra” ordenó. Ahora sí que lo miro cabreada pero no podía rebatir sus argumentos. Eran exactos. Con mala ostia se levantó la falda y se abrió de piernas. El hijo de su novia se preparó. “Venga tíos. Sacad los móviles. Mi primera corrida en el coño de mi suegra. Esto hay que inmortalizarlo”

Nuria puso los ojos en blanco. Pero sabía que discutir no serviría de nada. Iba a ocurrir. Mejor que se relajara. Más fotos no le iban a poner en peor situación. Solo la iban a humillar más. Uno de ellos empezó a grabar en video. El otro iba a dedicarse a sacar fotos para retratar el momento. Nuria sintió la polla del novio de su hija entrarle hasta la cerviz, sin ninguna delicadeza. Y empezar a follársela sin importarle que ya tuviera la corrida de dos hombres dentro. Se abalanzó para besarla. Nuria le dejo que le violara la boca con su lengua pero sin reaccionar. Por sorpresa Raúl se apartó y le soltó una sonora bofetada. Sin decir nada volvió a besarla y esta vez sí, Nuria se forzó a  devolverle las atenciones del beso. “sonreíd” dijo el que hacía las fotos. El novio de su hija la tomó por el pelo y le forzó para que mirara a la cámara mientras él mismo hacía el signo de la victoria. Nuria salió con cara de pocos amigos.” ¿Pero qué cara es  esa?” dijo cuando vio la foto sin dejar de follársela. Y le pego otra bofetada y la forzó otra vez a posar. Esta vez Nuria sí que sonrío. Pero aún hicieron dos fotos más así, cada vez pidiéndole que sonriera con más cariño.

Al final, sin parar de follársela, el que hacía las fotos se la enseñó a Nuria. La foto hecha desde arriba se veía perfectamente a Raúl entre sus piernas metiéndole la polla y ella desnuda solo con la falda por la cintura. Pero en esta foto nadie podría decir que la sonrisa era falsa. Parecía que Nuria estaba contenta que el novio de su hija se la follara.

Toda violación tiene que acabar. Raúl termino corriéndose en el coño de su suegra. Por primera vez y no sería la última. Al final se quedaron satisfechos. “Ya puedes vestirte, suegra” Pero cuando Nuria fuer a coger sus bragas Raúl se lo impidió. “Esto me lo quedo yo de recuerdo” y lo colgó en el espejo retrovisor.

“Escoge” Le dijo uno de los que estaban detrás.

“¿Escoger qué?” preguntó Nuria.

“A quien se la chupas. De camino a tu trabajo de puta aún tienes tiempo de darnos una manada a uno de los dos”

“No me apetece escoger. Decidirlo vosotros”

El joven le dio una bofetada. “Que lo decidas tú” le ordenó.

“Él” dijo señalando al que no le había dado la bofetada. Y el que sí se la había dado se quedó con una cara de idiota que tumbaba de espaldas.

En el asiento de atrás Nuria tuvo que darle una mamada mientras la llevaban al piso donde trabajaba de puta. Y al fin la tortura acabó… por ese día.

No se engañaba. Solo era la primera de muchas.

*También en casa, por supuesto

Nuria miraba por la mirilla. Era a primera hora de la tarde. Su marido estaba en el comercio, su hija en el instituto. Y en la puerta estaba Raúl. Ni en su casa la iba a dejar en paz. Abrió la puerta y lo recibió.

“Joder que bajón” dijo cuando la vio en bata de estar por casa. Lo más antierótico posible. “Ya he aprendido la lección. Quería darte una sorpresa y me la has dado tú. La próxima vez llamaré antes para que te prepares. Ya sabes. Algo de maquillaje, me recibes en ropa interior…”

“¿También en casa?“

“Por supuesto., He pensado que me iba a dar mucho morbo follarte en la cama donde duermes con el cornudo de tu marido.” y procedió a abrirle la bata, a meterle mano en el pantalón de pijama hasta llegar a su rajita. “Vamos suegra.” y de la mano se la llevó a la habitación marital. Allí tuvo que desnudarse ante la mirada de su chantajista, mamársela, tumbarse en la cama, abrirse de piernas y dejarle que se la follara.

Y efectivamente. Raúl empezó a llamarla antes de visitarla. Y Nuria tenía que ponerse sexy para su violador. Maquillaje, lencería...abrirle la puerta como una puta, como lo que era, pero sin cobrarle.

Raúl fue follándola de un sitio a otro de la casa. Las camas, sofás, sillones, mesas, en el lavabo, en la cocina… Un día Nuria se percató que no había un rincón de la casa que no le recordara una de las violaciones. Se la había follado por todas partes.

Y cuando acababan aún tenía el valor de quedarse un rato, beberse sus cervezas y pedirle a Nuria que le hiciera algo para picar para recuperar fuerzas.

*Una ducha doble, doble.

Cómo tantas veces Nuria estaba desnuda, abierta de piernas, en la cama de su hija con Raúl encima disfrutando de ella. Cuando se escuchó alguien a la puerta. Los dos se quedaron petrificados pero por suerte para Nuria, Raúl reaccionó a tiempo. Al baño. Di que te vas a duchar.

Su chantajista salió primero. Por suerte. Era el marido cornudo. “Nuria. Me he olvidado una cosa. Pero… ¿Qué haces desnuda?” le pregunto cuando la vio en el pasillo. Y aquí está vez fue Nuria la que reacciono rápido. “Me voy a dar una ducha” y asustada, sin esperar ningún comentario, se metió al baño. Se alegró que la ropa de su violador estuviera en la habitación de su hija y rezaba por que su marido no entrara.

“Muy lista, suegra” le dijo una vez dentro tras cerrar la puerta. Habrá que darse esa ducha. Y se la llevó a la ducha que se cerraba con una cortina opaca donde abrió el grifo. “He pedido a un amigo que vigile el comercio. Pero tengo que volver enseguida” pero Nuria no podía contestar. Estaba aterrada, aplastada contra la pared de la ducha con Raúl follándola otra vez. Con su marido, a escasos metros. “Si nos pilla” le susurro “que sea a lo grande. Con mi polla en tu coño. Ojala que sea justo cuando me corra” La respiración de Nuria se aceleraba, el corazón le iba a mil. Escucho entrar a su marido al baño. “Una meadita rápida y me voy. Tranquila” Apenas a dos metros de distancia, el baño no era muy grande, mientras su marido meaba Nuria tenía que soportar que la polla del novio de su hija la estuviera violando. Pensaba que le iba a dar un infarto. Sobre el ruido del agua de la ducha se oía el salpicar de la meada de su marido. “Ya. Me voy. Nos vemos mañana, cariño”“Adiós” dijo aliviada Nuria al final. Y ambos escucharon cómo el marido se iba mientras seguían follando. “Cabrón. Podía habernos pillado” pero Raúl la sujetó por el cuello contra la pared., “Calla. Que estoy a punto de correrme. Joder. Que morbo. Si. Si. Otra corrida más en el coño de mi suegra!” Ahora ya más aliviado los dos, uno por la corrida y otra por la ignorancia de su marido, Raúl cerró el grifo. “¿Sabes? Tener a tu marido al lado me ha dado una idea. Ponte de rodillas” Nuria no sabía qué idea podía ser pero imagino que le iba a pedir una mamada.

Pero no. Vio cómo Raúl se preparaba la polla apuntando a su cara. “Pero… ¿Qué vas a hacer?” e instintivamente Nuria intentó taparse con los brazos. Un fuerte manotazo se las aparto. “Las manos a la espalda. Y mírame” Nuria se forzó a ponerse en posición. Apretó la boca con fuerza y espero. Un chorro caliente salió de la polla de Raúl que impactó directamente en la cara de Nuria. Está aguanto estoicamente sintiendo el chorro darle en la cara, los labios, los pechos…

Al fin acabo la segunda ducha. Nuria se sentía humillada. “¿De verdad? Esto no es necesario. Me folláis cuando queréis, cómo queréis, por donde queréis… esto no es necesario”“No entiendes una cosa. Te follamos cuando queremos porque nos da la gana, cómo queremos porque nos da la gana, donde queremos porque nos da la gana, y si te quiero mear en la cara es porque me da la gana. Y me ha puesto cachondo. Así que límpiate y trae ese culito a la habitación de mi novia que quiero una segunda corrida dentro de mi suegra obediente”

Nuria apretó los dientes y siguió con su sacrificio. Lo que fuera por que su familia no se enterase. Lo que fuera por su propio bien. Se dio esa ducha y fe a la habitación de su hija para que el novio de esta se la volviera a follar… cuando quería, como quería y por donde quería.

Aumentaron la seguridad. Empezaron a ir dos en dos. Uno vigilaba y otro la violaba. Pero el aumento de seguridad conllevo el doble de folladas. Cuando el primer violador terminaba satisfecho, se intercambiaba con el vigilante.

*La hija en riesgo

A veces se la follaban en casa, a veces en el coche en la arboleda y otras veces, cuando los jóvenes no tenían a los padres en casa la citaban allí y también se la follaban. Los padres de uno de ellos solían dejarle solo los fines de semana a menudo. La primera vez que la citaron allí Nuria se llevó una desagradable sorpresa.

La esperaban allí. Cuando llegó tuvo que pasar como siempre por la ronda de magreos y besos y metidas de mano varias. Desnudarse en seguida y la llevaron al dormitorio. En el cabecero de la cama vio que había sendas esposas en cada extremo. No le tranquilizó. Nuria estaba siendo absolutamente dócil. No necesitaban atarla. ¿Para que las esposas?

Esta vez sí puso una mínima resistencia pero ante la amenaza de una bofetada se rindió y acabó esposada. Y enseguida la vendaron. “Quiero que entiendas una cosa, suegra. Y quiero que sea muy gráfico.” Nuria noto que alguien se ponía entre sus piernas y empezaba a follársela. Dado que oía la voz de Raúl sabía que no era él pero no podía identificar quien de sus otros dos violadores era. De momento era una violación más. Cómo tantas.

“¿Sabes que nos hemos follado a  tu hija así? Los tres”

“¿Qué?” exclamó Nuria escandalizada. ¿Cómo podía ser que su pequeña se hubiera dejado hacer algo así?

“De vez en cuando la emborracho. Todos lo hacemos con nuestras novias. Las atamos así como a ti, las vendamos y nos turnamos. Las pobres zorras ni se dan cuenta que nos vamos cambiando” Efectivamente Nuria no sabía quién tenía dentro y estaba sobria.

“Lo hicimos por primera vez hace tres años con la primera novia de este” se rió. “Lo mejor es que así ni se enteraban que nos la follábamos a pelo. Éramos jóvenes  y claro… pasó lo que tenía que pasar. La cerda se quedó preñada” Se rio. Nuria temblaba… temía que su hija estuviera pasando por lo mismo. ¿La había dejado embarazada? ¿Es lo que le iba a decir?

“El cabrón que te está follando ahora paso de ella enseguida. No pensaba cargar con el mochuelo. La muy tonta le imploraba que se hiciera cargo. Tan desesperada estaba que le dijo que si se dejaba follar por los tres a la vez volvería con ella. Y aceptó. Nos las follamos por los tres orificios con esta barriga de cinco meses. Le hicimos fotos, la grabamos… y luego la mandamos a tomar por culo. Si insistía publicaremos los vídeos” Nuria noto cómo el que se la follaba, sin llegar a correrse se apartaba y dejaba que el otro tomará su lugar. Y seguía sin saber quién era quién.

“Pero los padres insistieron. Consiguieron que tuviera que hacerse una prueba de paternidad y… sorpresa! El hijo no era de este.” Raúl se rió a gusto. “El crío era mío o del otro. Pero ella no sabía que nos la habíamos follado los tres a pelo. Y sus padres terminaron convencidos que era una zorra que se había dejado follar por cualquiera y que había intentado liar a este pobre inocente. Y nos libramos del problema” Nuria no podía creer con qué falta de empatía lo estaba contando. Habían dejado embarazada a una adolescente, la habían violado, la habían humillado y al final había dejado que quedara como una puta. Y no mostraban ni un remordimiento. Seguía sintiendo cómo uno de los dos, sin saber quién era, la seguía follando.

“Así que desde entonces, cuando emborrachamos a nuestras novias y las compartimos, el novio de turno se la folla con condón pero el resto se la folla a pelo”

Nuria noto cómo el que se la estaba follando se corrió y le dejaba su semilla dentro. “¿Lo sientes? Pues tu hija ya lleva una docena de esas corridas en su coñito sin proteger”

“No me jodas cabrón” Ahora si reacciono Nuria. Solo que estuviera esposada impidió que se abalanzara sobre él. “¿La quieres embarazar? Le joderás la vida. No te atrevas. Si lo haces me importa que me descubras. Juro que te joderé la vida. No sé cómo pero lo haré”

Escucho la risa de Raúl que de repente le tapó la boca con la mano y la sujetó contra el cabecero. “No. Eso es lo que quiero que entiendas. No quiero que estos cabrones me la preñen. La has enseñado bien. No con esas chorradas progres.  Es una mujer de las de antes. Me contó cómo le traías las zapatillas a tu padre, cómo el cornudo de tu marido es el rey de la casa, cómo espera ser para mi cómo tú eres para tu marido. Si hasta estoy seguro de que sabe que le pongo los cuernos y lo único que hace a mirar hacia otro lado. Seguro que será una esposa dócil y me la quiero quedar. Pero si estos la preñan yo no pienso cargar con el crio. Así que… búscate la vida para que tu hija tome la píldora. Así estos no la preñarán y yo podré follármela a pelo siempre que quiera”

Ahora sí que liberó su mordaza. “¿Ha quedado claro?” Nuria sopesar las alternativas. Si no lo hacía era cuestión de tiempo de que estos cabrones la dejaran embarazada. Y la abandonaran. Eso le jodería la vida… Nuria suspiro y afirmo con la cabeza. Era la opción menos mala.

“Bien… Y ahora mientras te follamos… piensa que tu hija ha estado en la misma posición, piensa la de veces que estos dos cabrones se han corrido en ella. Y piensa si quieres que se quede embarazada”

Le dieron dos rondas. Para Nuria, sentir cada corrida, y pensar que su hija había pasado por eso, desprotegida, era como clavarle un puñal en el corazón.

*La píldora

Nuria tuvo la charla con su hija. Esta se sorprendió mucho. Nuria tuvo que encaminar la conversación sin que su hija se diera cuenta de la profunda preocupación que tenía. Intento sonar neutral, distante...

“Hija. No me engaño. Los jóvenes tenéis necesidades. Y no hay que tomar riesgos. Así que… voy a llevarte al ginecólogo para que te recete la píldora. No voy a preguntarte que haces con tu novio” porque lo sabía muy bien. Y sobre todo lo que le hacían a ella. “Pero entiendo que tengáis necesidades y que las tengáis que cubrir. Sin riesgos. Es lo que hacen las parejas. ¿Vale?”

“Vaya mamá. Me sorprendes. Pero sí que es cierto que Raúl tiene sus necesidades… Y bueno. Yo le freno pero … tal vez tienes razón. Entiendo que si somos pareja es lo que hacen las parejas. Cómo tú haces con papa. Ser una buena mujer para él. Gracias por tu comprensión y tus consejos. Los seguiré”

¿Su hija realmente la había entendido? Sea como fuere una vez que empezó a tomar la píldora Nuria se tranquilizó.

Una llamada, una visita de Raúl. Otra follada en casa. Cuando acabaron se quedó un rato. “Mira suegra” y le enseñó una foto. Era un primer plano de un coño con semen goteando. “¿Que me enseñas?”“El coño de tu hija con mi primera corrida. Será un buen recuerdo” Nuria solo daba gracias que ya tomaba la píldora. “¿Sabes? No sé qué le contaste de necesidades pero el otro día me dio una sorpresa”

Le puso un video. Estaba grabado desde detrás de una mujer que estaba a cuatro patas. Nuria reconoció a su hija cuando la escucho. “Si. Estoy segura. Tienes necesidades y yo quiero ayudarte a cubrirlas. Mama me abrió los ojos. Es lo que hacen las parejas y yo te quiero” En el video se veía una polla acercarse. Tenía claro que era la de Raúl. La polla apunto al año de su hija y empezó a empujar. Su hija intentó aguantar pero se quejaba sin parar. Al seguir empujando su hija pasó de cuatro patas a tumbarse boca abajo en la cama. La polla enseguida alcanzó ese culito otra vez. Ahora ya sin escapatoria presiono y el glande empezó a  penetrar ese culito virgen. Nuria escuchó a su hija quejarse, gritar. “Cabrón desalmado” fue a arañarme la cara pero Raúl la bloqueó, la sujetó pasándole el brazo por el cuello desde detrás y la forzó a seguir viendo el video. Nuria tenía que oír los quejidos de su hija mientras su novio le daba a gusto.

“¿No usaste lubricante, cabrón?”

“No. Y no pienso usarlo. Me pone que sea tan obediente. La has criado bien, suegra”

“No me jodas. Cabrón. No es necesario que la hagas sufrir”

“¿Sufrirías tú por ella?”

“Claro” dijo sin pensar. Cómo si fuera posible pudiera ponerse en su lugar.

“Deja de ponerte lubricante” Le dijo

“¿Que?”

“Cuando te prepares para recibirme o cuando vengas a vernos dejar de embadurnarme el agujero del culo con lubricante. Si lo haces dejare que tu hija se lo ponga”

Ni un segundo dudo. “Vale. Lo haré. Pero deja de romperle el culo a mi hija”

Raúl la soltó. Tomó una servilleta y se la lanzó a Nuria. “Límpiate. El ojete. Límpiatelo bien.” Como siempre que venía el novio de su hija Nuria se había lubricado bien el ano por si acaso. Hoy no le había dado por el culo y aún tenía el lubricante preparado. Parece que iba a hacer honor a su parte del trato ahora mismo. Tomó la servilleta y se limpió. A conciencia. No quería que ese cabrón la acusara de hacerse la remolona. De hacer trampas. Se aseguró de no dejar ni una gota. “Túmbate boca abajo” Y le obedeció. Nuria noto como ese cabrón se preparaba. Cómo apuntaba su polla. Cómo resoplaba. Casi podía sentir su sonrisa malvada. La punta del glande acariciaba su ano ahora sin lubricante.

Y soltando de golpe todo su peso la clavó a la cama. Nuria grito. No tanto como su hija. Su agujero ya tenía mucho entrenamiento después de dos años. Pero sin lubricar, a lo bruto… el ano empezó a arderle. Y el novio de su hija no paro. Enseguida la sacaba y volvía a meterla a fondo usando todo su peso para aplastar a Nuria. Le caían unos lagrimones mientras se forzaba a aguantar la tortura Durante una eternidad sintió cómo le rompían el culo, sin ninguna misericordia, hasta que al fin su violador se corrió de gusto. Aun cuando se corrió se quedó un buen rato sobre ella, con la polla metida. “Tenemos un trato” le susurro al oído.

Durante años Nuria tuvo que someterse al novio de su hija. Prácticamente cada semana se la follaban al menos una vez. Cualquiera de los tres. Y para las celebraciones especiales, cumpleaños, partidos de futbol… se la follaban en grupo.

Solo podía dar gracias que en su horario de trabajo normalmente la dejaban en paz. O además de sus orificios su economía también se habría resentido.

Perdió la cuenta de las fotos y videos que le sacaron, de los olivos que le echaron…

Y Raúl de vez en cuando la torturaba con fotos y videos de su hija. Tuvo que ver uno en el que le hacían la jugada de la venda. Medio borracha, esposada, vendada y follada por turnos sin que ella lo supiera.

*La despedida

Y tres años después de que empezara el chantaje Raúl se declaró. La hija de Nuria estaba contentísima. A Nuria le aterraba esa boda. Deseaba un mejor marido para su hija. Pero por desgracia, una oportuna llamada de Raúl para que lo aprobara y ayudará a convencer a su marido para que aceptara una boda tan joven o que se atuviera a las consecuencias ayudó a que se precipita todo. La insistencia de Nuria terminó convenciendo a su marido.

“¿Sabes suegra? Quiero que vengas a mi despedida de soltero” le dijo mientras se la follaba.

“¿Y que voy a hacer entre tantos hombres?”

“Pues lo tuyo claro. Hacer de puta”

“¿Que dices? No voy a aparecer delante de los amigos de mi hija haciendo de puta.”

“Ya lo creo que sí. Y de tu cuñado y tu marido... Los he invitado a  todos”

“¿De que vas? Tenemos un trato. Yo he sido tu puta obediente durante tres años. Y tú no me descubrías. ¿Que pasa?” Por un momento se asustó. “¿Me vas a descubrir? ¿Te has cansado de mí?”

Raúl se rio. “No. Nunca. Pienso seguir follándote después de casarme con tu hija. Las reuniones familiares van a  tener un morbo que te cagas. Espera… hummmm….. sisisis. Huuummmm. SI!” Y termino corriéndose en el coño de su suegra. Se la saco y se fue a por su pantalón. De un bolsillo sacó algo de cuero negro. “Toma. Póntelo”

Nuria lo miro. Era una máscara de BDSM. Le cubría absolutamente todo menos los ojos. Hasta la boca estaba cerrada con una cremallera. Tenía un orificio por detrás que permitiría hacer una coleta. “Póntela, cojones”

Nuria se la puso y Raúl se la llevó a un espejo. Desde luego que con esa mascar a nadie la reconocería. Bueno… tal vez su marido por su cuerpo… pero con lo poco que se la follaba seguramente ni él.

“Pues ya está. Te daré la fecha. Ya sabes lo que tienes que hacer. Un striptease, luego acercarte. No hace falta que digas nada. Dejarte que te toquen… y el que te quiera follar… pues te abres de piernas”

Nuria abrió la cremallera de la máscara para poder hablar. “No me reconocen pero yo a ellos sí. ¿En serio? ¿Tienes que invitar a nuestros familiares”

“Claro que sí. Eso lo hará más interesante”

Llegó el día de la despedida. Nuria, sin opción alguna fue al local de los que se alquilan para fiestas que habían reservado. Llegó antes que nadie y se escondió en uno de los dos baños para cambiarse. Le habían escogido un traje de colegiala sexy. Qué tópico. Una blusa apretada, una falda plisada corta, calcetines blancos altos. La ropa interior sexy se la tuvo que llevar de casa.

Los escucho entrar. El baño estaba cerrado con pestillo. Podía oír cómo hablaban, bebida, se divertían…

Al final la señal. Unos golpes en la puerta.

Nuria salió del baño. Allí estaban todos. Los amigos de su hija a los que conocía. Su cuñado, su marido…

“Y con vosotros Amanecer” Anunció uno de los amigos de Raúl. Ya podían haber escogido un nombre menos próximo al suyo. “Que es una niña muy mala que nos lo va a enseñar todo. Y luego, si alguien quiere darle su… ‘castigo’ por ser mala ella estará encantada” se rio. “Y ya os digo que es una niñita muy limpia. Y muy sana. Y alérgica al látex. Así que…” Todos entendieron que los condones no eran necesarios.

Cuando subió al escenario le pusieron la canción de siete semanas y media. Todo un clásico. Y Nuria tuvo que cumplir con lo que le habían ordenado. Empezó a bailar, a moverse. No era la primera vez que hacía algo así. Y había recibido clases. Tal vez no fuera una especialista pero sabía cómo dar un buen espectáculo. Poco a poco se fue desprendiendo de las prendas. La blusa abierto de par en par… girándose… ofreciendo su culo subiéndose la faldita plisada… la blusa voló…  le siguió la falda dejándola caer al suelo delicadamente… podía ver a todos encantados con su actuación. Sobre todo a sus tres violadores. El sujetador se hizo de rogar pero también desapareció. Las braguitas bajaron dándole la espalda a sus espectadores, con las piernas juntas y bien rectas, ofreciendo su culito en todo su esplendor. Para terminar dándose la vuelta tapándose le pubis para destaparlo y terminar mostrándole a  todos.

Nuria había hecho muchas cosas en sus últimos cinco años de puta. Pero esto de desnudarse para tantos conocidos la tenía roja de vergüenza.

Pero sabía cómo iba esto. Tocaba confraternizar. Intento mantener alejada del grupo de su cuñado y su marido. Se acercó a los amigos de su hija que la sentaban en su regazo, la tocaban…

“He morena. Que a nosotros no nos haces casos” Era chulo machista de su cuñado. “Ven para aquí, guapa”

En cuanto llegó a su lado la forzó a sentarse en su regazo. “Estás buena. ¿Eh? Menudo niña mala que eres. Esas guarradas no se hacen. Quitarse la ropa… te mereces un castigo” Y le dio la vuelta sobre su regazo y Nuria acabó con el culo en pompa. “Te mereces unos azotes” dijo riendo a lo que acompañó un manotazo. La mordaza que tenía ayudó a sofocar el quejido. Le siguió otro… y otro… y sentía cómo la polla de su cuñado bajo su vientre empezaba a crecer… “Buf…. niña mala. Creo que necesitas unas lecciones privadas” y la levantó y se la llevó a uno de los servicios. “Dale lo suyo” decía una de sus chantajeadores “Ya está pagada. Toda tuya” dijo otro

Tan pronto se cerró la puerta del servicio su cuñado la puso contra el lavamanos. Por el espejo veía cómo su cuñado peleaba con su cinturón, ansioso por liberar su polla erecta. “Espera ahí que ahora te doy lo tuyo, niña mala. Joder. Y no puedes hablar., Como a mí me gustan las mujeres. Que sois unas cotorras” Y así fue. Tan pronto estuvo listo Nuria sintió cómo ese machista que tan mal le caía le clavaba la polla. “Joder sí. Que gusto” El espejo era una mortificación. Nuria veía perfectamente la cara de disfrute que tenía su cuñado mientras  se la follaba, mientras le tocaba el culo, le tocaba las tetas, jugaba con sus pezones…. Se envalentonó y la cogió por la coleta mientras se la follaba. Allí tuvo que aguantar hasta el amargo final.

“Joder. Que gozada. Me has dejado seco, putita” le decía mientras volvía a meterse la polla. Nuria aprovecho para limpiarse el coño de la corrida. Su cuñado abrió la puerta para irse y descubrió que había cola. Lo de sin condón había sido un reclamo importante. El siguiente fue un amigo de su hija. Sentada sobre el lavamanos, de frente… apenas ni hablaban con ella. No con la máscara.

Otra corrida. Otra limpieza, otro invitado.

El cuarto resultó ser su marido. ¿En serio? ¿Iba a ponerle los cuernos… con ella misma? Y no iba a poder decir nada, ni reprocharle nada. Una cosa es mirar hacia otro lado y otra distinta estar en medio de esa puesta de cuernos. A cuatro patas. En el suelo. Se la follo. Cómo a lo que era. Cómo a una puta.

Terminó sirviendo a siete antes de que la fiesta decayese La única buena noticia es que ninguno mostró interés por su culo.

O eso pensaba.

Después del último Nuria esperó pero después de un rato vio que no entraba nadie más. Pensó que ya había acabado y abrió la puerta para salir. Ya se habían ido todos menos su cuñado y sus tres violadores. Vio que Raúl estaba hablando con su cuñado. “¿En serio?” preguntaba este “Que sí. Que si quieres repite. Que hemos pagado por el servicio completo. Si quieres su culo fóllatelo” Nuria vio la cara de lujuria de su cuñado y sabía que su culo no iba a salir indemne. “Vamos para dentro, morena, que esta oportunidad no me la pierdo”

Esta vez hizo que se tumbara en el suelo. Desnuda como estaba se sentía sucia contra esa superficie. Noto cómo su cuñado se preparaba para sodomizarla. Firme pero sosegado sintió cómo esa polla se le metía por el culo. Después de tantos años de sodomía a pelo, sin lubricar, podía recibir pollas sin esfuerzo. “Joder. Cómo la tragas. Cómo una campeona. Si que eres una puta anal de primera cómo me han dicho” y ahora ya, sin miedo, empezó a follársela a gusto. Por el culo. Y Nuria ya no se sorprendía de cómo había cambiado. Cómo ni pestañeaba cuando le daban por el culo. Allí, en el suelo, tirada, aguanto la sodomía de su cuñado sin ningún problema.

“Joder. Si lo llego a saber. Que polvazo, puta” y le dio un azote en el trasero al levantarse y se fue. Nuria se quedó en el servicio, limpiándose la porquería de la piel cómo pudo, con el agua del lavamanos y papel higiénico.

Después de esperar otro rato y que no entrara nadie más a follársela terminó saliendo. Ya solo quedaban sus tres violadores residentes.

“Soberbio suegra. Han salido todos encantados. Sobre todo tu cuñado y tu marido. ¿Que se siente al ponerle los cuernos a tu marido contigo misma? Es retorcido. ¿Eh?”

Nuria se quitó la máscara al fin. “Ya está. ¿Contento?  Ya hay un montón de gente que voy a ver a la boda sabiendo que me han follado.”

“Pues sí. Pero no seas borde. Que te olvidas de una cosa. Es mi despedida de soltero. Y no sería una despedida si el soltero no se folla a la puta de turno.” Los tres empezaron a desnudarse. Iba a ser una de esas veces que se la iban a follar de tres en tres. Con uno en la boca, otro en el coño y, sobre todo, Raúl por el culo.

Después de dejarse follar ocho veces en el baño Nuria ya estaba cansada.

Una hora y media de servir a sus tres chantajistas ya estaba desfallecida. La llevaron a casa. Por el camino, en el coche. Aún tuvo que hacer una mamada más. Pero en su bloque la acompañaron hasta arriba. En cada descansillo uno se la folló. Raúl fue el último. Se la follo a cuatro patas delante de la puerta de su casa en el rellano.

Y al fin la dejaron en paz.

Ni una ducha se sintió capaz de darse. Al día siguiente Nuria dio gracias que su marido no se hubiera dado cuenta que, cuando se acostó, olía a sudor, a sexo y tenía el coño rezumando semen.

*La boda

Decidieron centralizar toda la logística en casa de Nuria. Con su hija encerrada en dormitorio para que no la viera su novio. Cada uno en habitaciones separadas. Su hija estaba radiante, feliz… si supiera que tipo de hombre era su futuro marido…

“Nuria. Podemos hablar en privado” le dijo su futuro yerno. La única habitación así sería el servicio con su pestillo. Nadie le dio importancia cuando la futura suegra y el futuro yerno se metieron dentro. “Estoy nervioso” le dijo. “Eso es normal. Es el día de tubo…”“Que me la chupes, coño. Que te lo tengo que explicar todo”“¿En serio? ¿El día de tu boda también? ¿Con parte de nuestras familias al otro lado de la puerta?” Raúl se sacó la polla de su traje de novio para que se viera lo serio que era. No era cuestión de eternizarse o al final alguien se daría cuenta. Nuria se arrodilló. “No me toques el pelo! No voy a ir despeinada al que debería ser el día más feliz de mi hija”“Pues no me des razones”

Nuria se afanó en darle una buena mamada., Hasta el fondo. Cómo sabía que le gustaba después de tres años de chantaje. Y no le dio razón para tocarle la cabeza. No fue necesario. Fue una mamada soberbia que acabo llenándole la boca a Nuria del semen de su futuro yerno.

Salieron y los preparativos siguieron su curso. El novio se fue a la iglesia. Nuria, aun con el sabor a semen del novio en su boca ayudó a su hija a prepararse.

La ceremonia fue preciosa. El convite también. Los amigos chantajistas del novio, con la excusa de darle el regalo, se llevaron a Nuria del banquete a los servicios y, uno tras otro, se la follaron. Nuria volvió sin bragas y con el coño chorreando semen. Era el día de su hija. Aguantaría lo que fuera.

Nuria se mantuvo a salvo de Raúl durante el banquete. Siendo el centro de atención no puedo escaquearse. Pero luego en la fiesta posterior, con las copas, con las amigas de la novia felicitándola consiguió escaquearse y llevarse a su suegra a los servicios otra vez.

“Hola suegra. Esta vez de verdad suegra de verdad. ¿No te da morbo que mi primer polvo de casado sea contigo?” le decía mientras en el cubículo de los servicios, apoyada contra la pared, su ahora yerno se la follaba. “Para nada.” se atrevió a rebelarse mientras su cuerpo sufre los vaivenes de las penetraciones de su yerno. “Una cosa te digo. Cabrón. A mí me podrás hacer de todo. Pero si no haces feliz a mi hija… te mato”

Su yerno le cogió con fuerza del cuello, dejando a salvo su peinado. “Porque quiero que mi primera corrida sea en tu coño. Que si no te rompía el culo ahora mismo.” le susurró al odio. Después de un rato de silencio que solo se veía interrumpido por los gemidos de Raúl este volvió a hablar. “La haré feliz puta. No te preocupes. Me encanta tu hija. Es dócil y servicial y se desvive por hacerme feliz. Es una joya. No quiero perderla. Te lo aseguro. Jamás se enterará que le pongo los cuernos. La trataré bien. Cómo una reina. Ahora que es mi esposa hay cosas que jamás le haría pero para eso...” le dio un empujón en el coño con más fuerza “... ya te tengo a ti”

Después de otro intervalo de silencio y gemidos Nuria contestó “Me parece bien” La ignorancia puede ser la felicidad. Lo sabía bien. Su familia era feliz gracias a sus orificios y ellos lo ignoraban. Al menos sí que este cabrón se desahogara con su cuerpo hacia que su hija tuviera una vida más feliz era un sacrificio que Nuria estaba dispuesta a sufrir.

Y Nuria volvió a la fiesta con una corrida más en su coño. La de su recién estrenado yerno.

Su marido bebió más de la cuenta. Mucho. Cuando acabó la fiesta los amigos del novio se ofrecieron a llevarlos a casa. Tan pronto llegaron el pobre cornudo se quedó roque en la cama. Nuria tuvo que agradecer a los amigos que los hubieran traído con una doble penetración con su marido en la habitación de al lado.

*Epílogo.

Efectivamente la hija de Nuria fue feliz. Nunca se enteró que de vez en cuando su marido la compartía con sus amigos cuando bebía más de la cuenta… o los cuernos que le ponía… sobre todo follándose a su madre. Pero la trato bien. Nunca le faltó nada en casa. Raúl fue autoritario pero respetuoso con ella. Ni malos tratos más allá de algo de sexo duro que no era de su agrado pero que podía soportar. La ignorancia era la felicidad y fue feliz.

Y efectivamente cuando quería desahogarse, Raúl solo tenía que llamar a su puta particular y siempre la tenía disponible.